El documento presenta tres visiones filosóficas de las políticas educativas: el constructivismo, el humanismo y el racionalismo. El constructivismo se basa en que el conocimiento se construye de forma activa a través de esquemas mentales. El humanismo se centra en la capacidad humana de conocer el mundo a través de la razón. El racionalismo reconoce a la razón como la única fuente del conocimiento auténtico. Cada visión tiene representantes clave como Piaget, Vigotsky y Descartes.