Zeus, el dios supremo de la mitología griega, liberó a los gigantes, hecatónquicos y cíclopes del Tártaro después de derrocar a su padre Cronos. Luchó contra los olímpicos y luego repartió el mundo con sus hermanos, quedándose él con el cielo. Gea envió a sus hijos Tifón y Equidna para derrotar a Zeus, pero él los derrotó. Los griegos lo veneraban principalmente en Olimpia, donde celebraban los Juegos Olímpicos en su honor.