Este documento ofrece consejos sobre la crianza de los hijos, incluyendo cubrir sus necesidades materiales y emocionales, fomentar su autonomía y socialización, y servir como modelo a seguir. También enfatiza la importancia de tratar a los niños con respeto, amor y verdad para ayudarlos a desarrollar una buena autoestima y aprender a responsabilizarse de sus propias acciones.
2. Cubrir las necesidades materiales de los hijos (alimentación, vestimenta e
higiene) y proteger su salud.
Brindarles el clima y las condiciones emocionales adecuadas para el desarrollo
de su personalidad, ya que ésta se forma siempre en la cercanía afectiva de los
responsables de su crianza.
Contenerlos y darles respuesta a sus angustias, llantos y necesidades para
que aprendan a autocalmarse y lidiar con sus emociones.
Fomentar su socialización, transmitiéndoles las pautas culturales para que
puedan relacionarse con los demás.
Mostrarles ideales y modelos para resolver situaciones difíciles que se les
presenten en la vida.
Intentar que comprendan quiénes son y qué necesitan, que se conozcan ellos
mismos, permitiendo que expresen sus emociones y nombrándolas para que
puedan apropiarse de ellas.
Ayudarlos a crecer y ser cada vez más autónomos.
3. Ayudarlo a construir su propia vida implica aceptarlo como es y animarlo a
descubrirse, crecer y desarrollarse como persona. Implica también tener paciencia
y consideración, y acompañarlo en sus limitaciones.
4. • Si se lo respeta, aprenderá a respetar.
• Si se le dice la verdad, será honesto.
• Si se lo trata con amor, responderá amorosamente.
• Si se lo valora como persona, construirá una buena autoestima.
• Si se siente protegido, aprenderá a cuidarse.
• Si se le marca los límites cuando es necesario, aprenderá a autolimitarse.
• Si el padre y la madre, como adultos, se hacen cargo responsablemente de él,
aprenderá a responsabilizarse de sus actos.
5. Reconocer que formamos un grupo, que el oficio de ser padres es una tarea común
a todos los presentes.
• Entender que nadie tiene el saber absoluto (“se las sabe todas”) y nadie es un
ignorante (“no sabe nada”); que la crianza es un proceso dinámico y constante
entre aprender y enseñar.
• Comprender que la tarea es más fácil si se puede hablar de las dificultades en
grupo, respetar la opinión de los demás, escuchar las experiencias que otros
tuvieron e incorporarlas para pensar en las propias actitudes y, así, aceptarlas o
modificarlas
6. Cuando se humilla o se avergüenza a un niño, aprende fundamentalmente los
mecanismos de la humillación. Por el contrario, si lo respetamos aun cuando
comete errores, aprende a ser respetuoso.