1. Actitudes en el ser humano ante los demás
Egoísmo e individualismo.
La palabra egoísmo proviene del griego ego, que significa yo, y representa esa inclinación
natural del ser humano a pensar exclusivamente en sí mismo. La educación frena de alguna
manera ese egoísmo natural enseñando a valorar al resto, que forma el entorno en que
vivimos.
Egoísmo es el amor excesivo que uno se tiene a sí mismo anteponiendo los propios intereses a
los de los demás. Se trata de un inmoderado amor a sí mismo, que hace a la persona ordenar
todos sus actos hacia el bien propio, ignorando a los demás. El egoísmo no es más que el
medio de convertirlo todo en utilidad.
Existen tres tipos de egoísmo:
• Darme el gusto de darme gusto. La medida del éxito de los egoístas consiste en saber
cuánto pueden apartar para ellos, sólo piensan en sí mismos y viven para satisfacer sus
gustos.
• Darme el placer de agradar a los demás. Este es el tipo de egoísmo más refinado:
Servimos porque necesitamos que nos necesiten. Aquí el egoísmo está oculto, muy
oculto, y por eso es más peligroso, porque llegamos a pensar que realmente somos
maravillosos e indispensables y disfrazamos nuestra verdadera personalidad,
realmente los actos se realizan falsamente simplemente para que los demás tenga la
imagen de que somos perfectos.
• Hacer cosas para no sentirme mal. Es actuar por sentimiento de culpa. Este es el peor
tipo de egoísmo.
En este caso la caridad demostrada es realmente el amor propio disfrazado de altruismo. El
egoísmo se manifiesta bajo apariencias de bondad, a lo que se le llama “la farsa de la caridad”.
El individualismo es la actitud que lleva a actuar y pensar de modo independiente, con
respecto a los demás o frente a normas establecidas.
Amor, altruismo y solidaridad.
Algunos idiomas, como el griego antiguo, distinguen entre los diferentes sentidos del amor
mejor que en el español. Por ejemplo, en griego antiguo existen las palabras filia, eros, ágape y
storge, las cuales significan amor entre amigos, amor romántico o sexual, amor incondicional y
amor afectivo o familiar, respectivamente. Sin embargo, tanto en griego como en muchos
otros idiomas, históricamente ha resultado muy difícil separar los significados de estas
palabras totalmente, por lo que es posible encontrar la palabra agape (amor incondicional)
siendo utilizada con el mismo significado que eros (amor sexual o romántico).
2. El amor se considera, en su ámbito más tradicional, como un conjunto de sentimientos que
intensifican las relaciones interpersonales del ser humano que, partiendo de su propia
insuficiencia, desea el encuentro y unión con otro ser que le haga sentirse completo.
En cambio, para Erich Fromm el amor es un arte, y como tal una acción voluntaria que se
emprende y se aprende, no una pasión que se impone contra la voluntad de quien lo vive. El
amor es así, decisión, elección y actitud.
El amor es un estado mental que crece o decrece dependiendo de cómo se retroalimente ese
sentimiento en la relación de los que componen el núcleo amoroso. La retroalimentación
depende de factores que son más o menos conocidos, ya sea por el comportamiento de la
persona amada, por sus atributos involuntarios o por las necesidades particulares de la
persona que ama
(deseo sexual, necesidad de compañía, voluntad inconsciente de ascensión social, aspiración
constante de completitud, etcétera).
En las relaciones del hombre con su medio, el amor puede significar una o más de una de las
siguientes manifestaciones:
El altruismo.
Puede definirse como «esmero y complacencia en el bien ajeno, aun a costa del propio, y por
motivos puramente humanos». El altruismo es una actitud de servicio aceptada y querida de
buen grado. El término altruismo lo forjó el filósofo Augusto Comte, padre del positivismo, a
partir de
la palabra italiana altrui -el otro-, derivada del latín alter. La idea del filósofo fue aportar el
término opuesto a egoísmo.
Aspectos que definen el altruismo:
• La simpatía se apoya sobre valores de bondad y caridad. El compromiso considera un
acto que se sabe va a beneficiar más a otro que a sí mismo, implicando un sacrificio
personal.
El compromiso se inscribe en una ética de la responsabilidad, porque se trata de
actuar concretamente sobre el presente y sobre el futuro para proporcionar mayor
bienestar al resto de la sociedad, implicando una inversión personal para el
desarrollo de bienes comunes.
La solidaridad es definida como la capacidad que la persona tiene para actuar
frente a la necesidad ajena para el bien de la comunidad.
La solidaridad, o caridad social, expresa una idea de unidad, cohesión,
colaboración.
Se encuentra muy ligada al amor, y éste admite dos planos de consideración:
• Solidaridad-sentimiento. Tendencia humana a asociarse en busca de bienes
comunes.
3. Es la inclinación a sentirse vinculados con otros, bien por motivos de semejanza,
bien debido a intereses comunes. Incluye la tristeza cuando esas personas afines
sufren un mal. Se trata de sentimientos buenos pero a veces inestables o de tipo
superficial.
Solidaridad-virtud. Es la determinación firme y perseverante de comprometerse
por el bien común. Estamos ante un hábito o virtud, ante una decisión estable de
colaborar con los demás. Con todos los hombres, pues realmente hay vinculación
con todos, aunque uno no se sienta unido a algunos. Esta solidaridad-virtud es más
firme e importante que la sentimental.
El odio y la violencia.
El odio es un sentimiento de profunda antipatía, disgusto, aversión, enemistad o repulsión
hacia una persona, cosa o fenómeno, así como el deseo de evitar, limitar o destruir a su
objetivo; es lo contrario al amor. Si con el amor las familias, los pueblos, la humanidad entera
puede encontrar entendimiento, armonía, progreso, unidad, y felicidad, con el odio sólo se
cultivará destrucción, separación y guerra.
La violencia es un comportamiento deliberado que resulta o puede resultar en daños físicos o
psicológicos a otros seres humanos, o más comúnmente a otros animales o cosas (vandalismo)
y se le asocia, aunque no necesariamente, con la agresión, ya que también puede ser
psicológica o emocional, a través de amenazas u ofensas. Por norma general se considera
violenta a la persona irrazonable, que se niega a dialogar y se obstina en actuar pese a quien
pese y caiga quien caiga. Suele ser de carácter dominantemente egoísta, sin ningún ejercicio
de la empatía.
Existen varios tipos de violencia, incluyendo el abuso físico, el abuso psicológico y el abuso
sexual. Sus causas pueden variar, dependiendo de diferentes condiciones como situaciones
graves e insoportables en la vida del individuo, falta de responsabilidad de parte de sus padres,
presión de grupo (común en las escuelas), el resultado de no poder distinguir entre la realidad
y la fantasía después de ver televisión o jugar videojuegos, entre otras causas.
La violencia puede tener muchas expresiones y ser percibida de diversas maneras en los
distintos países y entre las distintas culturas. Si bien no existe una definición universalmente
adoptada de este término, la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha propuesto la
siguiente definición operativa de violencia:
“Uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo, contra
uno mismo, otra persona, un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades
de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastorno del desarrollo o privaciones”.
Los sentimientos se pueden definir como un fenómeno psíquico puramente subjetivo que
afecta de una manera agradable o desagradable al sujeto; también son reacciones naturales
que experimenta el ser humano ante alguna situación pasada, presente o que vaya a suceder.
4. Los sentimientos se clasifican en:
• Agradables. Cuando el individuo se experimenta: Alegre, esperanzado, entusiasmado,
tranquilo, jubiloso, contento, agradecido, orgulloso, complacido, calmado, gratificado,
maravillado, feliz, satisfecho, animado, seguro, relajado, etcétera.
• Desagradables. Cuando el individuo se experimenta: Triste, frustrado, asustado,
desesperado, temeroso, preocupado, apenado, desilusionado, avergonzado, humillado,
deprimido, molesto, celoso, solo, impaciente, etcétera.
Emociones se les denomina a aquellos sentimientos que producen una conmoción orgánica
más o menos profunda y pasajera; es decir, cuando el sentimiento que se experimenta es de
tal intensidad que no se puede ocultar, de tal manera que se refleja en la mímica del rostro, el
gesto de todo el cuerpo, sudoración, aumento del ritmo cardiaco, el tono de la voz o el
temblor de distintas partes del cuerpo, etcétera. Las emociones, reflejo de nuestros
sentimientos, informan a los otros sobre nuestro estado de ánimo.
Existen seis categorías básicas de emociones:
• Miedo: Anticipación de una amenaza o peligro que produce ansiedad, incertidumbre,
inseguridad.
• Sorpresa: Sobresalto, asombro, desconcierto. Es muy transitoria. Puede dar una
aproximación cognitiva para saber qué pasa.
• Aversión: Disgusto, asco, solemos alejarnos del objeto que nos produce aversión.
• Ira: Rabia, enojo, resentimiento, furia, irritabilidad.
• Alegría: Diversión, euforia, gratificación, contentos, da una sensación de bienestar, de
seguridad.
• Tristeza: Pena, soledad, pesimismo.
Tanto los sentimientos como las emociones se experimentan de forma particular,
dependiendo de sus experiencias, aprendizajes, carácter y de la situación concreta.
Para la formación integral del individuo es necesario reconocer que tanto los sentimientos
como las emociones son algo que está presente en la persona, que son reales y naturales. Una
buena tarea para conocerse a sí mismo sería reflexionar constantemente acerca de qué
sentimientos o emociones está experimentando, de tal manera que esto lo ayudará a
identificar las necesidades que tiene satisfechas o no. El reconocimiento de los sentimientos
en general crea conciencia de sí mismo, además de ayudar a que la relación con los demás se
desarrolle con más facilidad.
Una buena relación con la familia, con tus compañeros, se da como producto de la
comunicación que se tenga, de allí que además de compartir pensamientos, es fundamental
expresar los sentimientos, ya que éstos transmiten variada información acerca de la persona.