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Conrunidad lndigena
Piedra Blanca de Aulen"
Ne de ReBistro 871
Cueilén - Chil ¡e
HTETT&H,il,Hffif
Er¡.furfdlc¡ gil{
nuT. 65.091.161_i
Foto portada: Conrad Martens
LAS CASAS DE HUMO
El pasado indígena de Queilen en Ia voz de las comunidades actuales
Esta obra ha sido financiada con el aporte de
Las fotografías y textos de este libro, no pueden ser reproducidos, sea por
procedimientos electrónicos, mecánicos, ópticos, químicos, incluidas las fotoco-
pias sin previa autorización del autor.
Escritura:
Carola Máquez, Antropóloga
Luis Torres Marilicán, Antropológo
Francisca Urzúa Castillo, Profesora de Historia y Ciencias Sociales
Fotografía: Eduardo Soto
Edición fotográfica, Rodrigo Muñoz
Derechos de edición reservados.
La Bauda Ediciones
Chacabuco 720, oficina 15, Ancud, Décima Región, Chile
labaudaediciones@gmail.com
l" edición febrero 2018
t.- índice
ll.- Fotografias entrevistados.............. .....................6
lll.- lntroducción................ ...................10
lV.- Algunos antecedentes para la construcción de la Historia lndígena de Quei|en....................72
V.- Aproximación a la cosmovisión del pueblo williche de Chiloé... ..............15
Vl.- La vida al interior de las casas de humo........ .....2O
Vll.- De rutas y huellas en el monte y el mar... ...........22
Vlll.- Juegos, encuentros y entretenciones..... ....................24
lX.- El quehacer de los anüguos.... .......26
X.- La alimentación de los antiguos................ ......32
Xl.- Sanarnos de los ma1es........ ............35
Xll.- Pa' pasar el frio........ ......38
Xlll.- Re-construyendo nuestra identidad.. ................40
XlV.- Agradecimientos...... ........44
XV.- Bibliografia..... .......44
ll.- Fotografías entrevistados y entrevistadas
Teolinda Millán y esposo, Sector Aulen
Elena Raín, sector Apeche Bajo
Domiüla Cuyul, Quellón
Clara y Noelia Chiguay, lsla Tranqui
Erminio Cuyul, Apeche Alto
María Engracia Cumín, Sector de Paildad
José Aristeo Mañao, Sector las Cañas
María Llancabure, sector Tague
/;;.!i- -lr 'L1§.*
*..
:+;lr
Prosperino Hueicha y señora, Sector Lago Pio Pio Domitila Mario, sector Lelbún
Marta Mañiao, sector Apeche.
Florencio Llancalahuen, sector Paildad
Bertina Guala, sector Apeche.
Jaime Velasquez, Quellen
Maria Nahuelquin, Tague
10
Mlrna Cuyul, Apeche
lntroducción
El territorio de Queilen presenta una geografia marcada por la existencia de grandes cuencas
hidrográficas que comprende lagunas, ríos y esteros; a ello se suma la presencia de un'lslote deno-
minado Conejos y dos islas: AcuiyTranqui . En el monte, el relieve presenta variaciones que diferen-
cian los sectores costeros de aquellos interiores. Según evidencias arqueológicas conocidas a parür
de los conchales y corrales de pesca, el asentamiento humano de los antiguos habitante ha estado
asociados al bordemar (Munita, Mera y Álvarez, 2O7L). Cuando intentamos dilucidar cuáles son los
grupos originarios, nos encontramos con que no existe un consenso respecto a cuál fue su deno-
minación o patrón de asentamiento establecido, Disüntas fuentes nos mencionan a tres grupos:
chonos, payos y williches, para efectos de este escrito centraremos nuestra atención en los aspectos
culturales del pueblo williche, debido al sentido de pertenencia que üenen las once comunidades
que conforman la mesa territorial.
La llegada de los españoles al territorio significó para la población originaria un proceso de
adaptación debido a las condiciones culturales que los peninsulares trajeron a Chiloé. La concepción
y distribución del trabajo mediante el sistema de encomienda, como forma organización geopolíüca
y la misión circular desünada a la evangelización, convivieron con formas propias del pueblo williche,
configurando así un sincreüsmo cultural que actualmente aún podemos idenüficar en prácücas de
las comunidades indígenas.
Para las once comunidades que componen la mesa territorial de Queilenl resulta fundamental
dejar tesümonio para las futuras generaciones sobre cómo era la vida de los antiguos. Este libro bus-
ca describir diversos aspectos del pasado, de disüntas familias williches de Queilen, con la finalidad
de poner en valor su historia y cultura, por medio de la recopilación de experiencias de personas
cuyo conocimiento fortalece la memoria del pasado y su relación con el presente.
Para lograr los objeüvos propuestos se utilizó el método etnográfico, el cual "Consiste en ela-
borar una representación coherente de lo que piensan y dicen los naüvos, de modo que esa "des-
cripción" no es ni el mundo de los naüvos, ni el modo en que ellos lo ven, sino una conclusión inter-
pretaüva que elabora el investigador" (Gubel 21t2l. En este contexto el margen temporal de esta
investigación corresponde al siglo XX, sin perjuicio de que los temas y contenidos que aquíse expo-
nen aluden a un pasado más anüguo. Se realizaron2l- entrevistas semiestructuradas a personas que
la mesa territorial de Queilen solicitó, cuyas edades variaron entre los 44 años y 91 años de edad.
Este libro se divide en ocho apartados. El primero de ellos es una aproximación a la cosmovi-
l Mapuche Williche Kechalen, De Apeche, Fundo el Cacique de Apeche, Tahue, Lago Plo Pio, Piedra Blanca de Aulen,
Huilliche de Lelbun, Los Avellanos, Cruce los Canelos, El Edén de Paildad y We Tripantu.
t1
sión williche a parür de diferentes elementos como la mitología, las iglesias y los cementerios, por
tanto sus antepasados y sus legados a las comunidades actuales. El segundo aborda la vivienda willi-
che: su arquitectura y los usos del espacio al interior de ella. El siguiente capítulo describe aquellos
juegos presentes en espacios como la escuela y el hogar; así como también los que se realizaban
durante las faenas cotidianas. Otros juegos de estrategia, destreza y encuentro familiar como el
linao y palín.
En el capítulo del trabajo se describe el quehacer de los anüguos y la organización de éste
mediante la colecüvidad y las faenas producüvas vinculadas al monte, la üerra y el mar. El capítulo
quinto describe cómo los anüguos obtenían, producían y conservaban sus alimentos. Por su parte,
el capítulo siguiente, de la movilización, refiere a las principales rutas y medios de transporte que
usaron las familias para desplazarse por el territorio. El capitulo sépümo, sobre la medicina y salud,
contempla descripciones sobre el uso de múltiples plantas con propiedades medicinales que usaban
las familias, pero además se reconoce a algunas personas que tuvieron especial reconocimiento en
el sector, como los componedores de huesos y las parteras.
El último capítulo habla de la vesümenta de los anüguos, describiendo la uülización de la lana
del chilihueque (camelido americano), y posteriormente de la oveja, como materia prima para la
confección de prendas para toda la familia. Las técnicas texüles como el teñido, el tejido en telar y el
tejido en palillos permiüeron la confección de mantas y alfombras, las que, a mediados del siglo XX,
incorporaron diseños y colores floreados conocidos en todo el territorio.
IV: Algunos antecedentes para la construcción de la Historia
lndígena de Queilen
Queilen es una ciudad ubicada al sureste de la lsla Grande de Chiloé, entre Chonchi y Quellón.
Cuenta con una superficie de 332 Km2 compuesta por la ciudad de Queilen y diferentes sectores
rurales tales como Agoní, Lelbun, Aituy, Deüco, Apeche, Contuy, así como también las islas Acui
y Tranqui. Cabe destacar que en este contexto, se trata de una comuna con un alto porcentaje de
población indígena, pues según el úlümo censo (2077) el número total de habitantes sería de 5.385,
de los cuales 2.762, es decir más de la mitad, se considera perteneciente a un pueblo originario, en
su mayoría a la cultura mapuche (Ley 19.253).
La historia del territorio que comprende la comuna comienza cuando en 1589, Paildad, Com-
pu, Yutuy y Llau-Llao, pasan a formar parte de la encomienda entregada a don Cristóbal Díaz. La
encomienda fue una de las principales insütuciones del período colonial en Chiloé y consisla en
una relación de obligación de los indígenas de brindar servicio personal, es decir, trabajar para el
encomendero. En el siglo posterior, en 1660, Paildad sería una sola encomienda, aunque en 5 años
más tarde se uniría a otros pueblos como Compu, Llau-Llao y Pubilo, bajo la encomienda de don
José Colmeneros de Andrade. Finalmente, en L677, junto a Chonchi y Payos serían entregados a
don Francisco de Uribe. En este mismo período, aparece Lelbun que en 1683 es entregada a don Je-
rónimo Díaz de Mendoza. Esta institución se encontraría vigente hasta el siglo XVlllcuando en 1780
fueron abolidas defi niüvamente.
A comienzos del siglo XVlll, la rebelión indígena de 171,2 rebelaría el funcionamiento de la
encomienda en donde encontramos, por ejemplo, que 13 años más tarde el cacique de Paildad, don
Diego Ancaguay relataría los tratos del encomendero José de Andrades quien "tenía completo con-
trolsobre sustributarios hasta grados que atentaban contra el derecho natural" (Urbina, L990: 78).
Según el cacique, conünuando con la descripción, Andrades mandó a construir su casa en Paildad
de "40 pies, sin darles más paga y comida que malas palabras y palos, y esto sin que reservasen caci-
ques, gobernadores libres, ni mujeres, ni fiscales", agregando que la ración de alimento era apenas
"una pequeña taza de mote de habas o de trigo, cada 20 o 24 horas a cada trabajador" y cuando
faltaban altrabajo "los enviaba a traer de sus casas, los ponía en cueros y los hacía envolver de pies
a cabeza en orügas... y si estaban malos de los ojos, se los embufa en polvo de tabaco"(ldem). Tra-
tos como estos e incluso peores conllevaron a la organización de los williche a través de un juego de
linao celebrado en Quinchao, para hacer frente a los encomenderos.
Desde el siglo XVll, la misión circular fue la forma que asumió el proceso de evangelización de
la población indígena durante la colonia en Chiloé. En lugares estratégicos para los indígenas williche
l3
cuyas "viviendas se encontraban dispersas, muy alejadas entre sí" (Urbina, 2OO4:1-06), los jesuitas y,
desde lT6T,losfranciscanos, se instalaban para instruirlos en diferentes aspectos relacionados con
la conversión hacia la religión católica. Un mapa de !7622 indica la ubicación de todos los sitios de
misión incluyendo Chiloé, en donde se referencia a Compu, Paildad y Queilen. Los religiosos llevaban
registros de la población indígena, en donde encontramos interesantes datos demográficos durante
el siglo XVlll:
Evolución demográfica de la población indígena del territorio que comprende la comuna de
Queilen en el Siglo XVlll:
Evolución demográfica de la población indígena del territorio
que comprende la comuna de Queilen en el Siglo Xvlll:
Fuente: Elaboración propia en base a Urbina (2004).
La importancia que tuvo la misión circular en la población indígena de Queilen y en Chiloé en
general, se puede apreciar aún en la actualidad, en donde las iglesias y cementerios de los diferen-
tes pueblos de indios evidencian la anügüedad de dichos territorios y se presentan como elementos
fundamentales de la identidad de estos mismos, pues el historiador Rodolfo Urbina describe que en
elsiglo XVlll"Los indios al darsus nombres añadían ser'de la capilla deTey', o'de la capilla de Rilán',
etc." (2004:1071. Por otro lado, es conocido el origen colonial de los fiscales cuyo rol le correspondía
a jóvenes indígenas instruidos para tal labor.
2
Ver en MonumentaCartographicaChiloensia, Urbina y Moreno (2010).
t4
Pueblo L733 1735 1758 1767 1,770 1789 L790
Lelbun 28 1,02 sli sli sli sli s/i
Queilen 60 63 82 s/i LL2 1,26 r28
Paildad 63 72 88 17 s/i 78 80
Compu 85 87 33 74 80 75 74
Chadmo 61, 70 92 88 1_16 1_08 109
Tranqui (isla) 48 50 93 1,L1 1_00 L04 1,07
Ahoní(Aeoni) s/i sli t22 L26 70 163 1,37
En el siglo XVlll, específicamente en 1727, existen registros de los caciques de los diferentes
pueblos de indios, tales como Paildad, Compu, Lelbun, Payos Ly 2'y Queilen, cuya importancia fue
progresiva a parürde la rebelión indígena det7t2, según el historiador Rodolfo Urbina (200a). Así
encontramos que don Diego Ancaguay; don Domingo Llantureu; don Alonso Levipanguiy don Pedro
Quideman; don Marün Milipichicoi, don Juan Millán y don Luis Purán, junto a don Luis Parancán y
don Juan Carimonquis; don Domingo Nauto y don Diego Renomilla, serían las autoridades tradicio-
nales del período. Cabe mencionar que aunque algunos de estos apellidos aún existen, varios de
ellos ya no. (esto preferiríamos fuese mejor desarrollado en la conclusión)
3
Rodolfo Urbina, en su libro Población indígena, encomienda ytributo en Chiloé:1567 -L873(2OO4), indica en dos oca-
siones a los pueblos de Payos y Lelbun
t5
Finalmente, los antecedentes arqueológicos e históricos en Chiloé manifiestan la existencia de
dos grupos culturales que habrían habitado yf o recorrido en el archipiélago. Lo anterior se eviden-
cia en el informe realizado por Munita, Mera y Álvarezo en el Estero Mechai en donde los conchales
invesügados "presupone un origen adscrito a poblaciones canoeras y una posterior ocupación hui-
lliche
para los conchales de mayores dimensiones" (201-1-: 2), nos referimos a los chonos y los wi-
lliche. En este contexto, encontramos que para el caso de Queilen ha sido descrito como "Costa de
Payos" que según el antropólogo David Núñezs sosüene respecto a dicha denominación que "si-
guiendo una opinión generalizada -autores como Urbina (1988:30) y Trivero (2005:43)-, proponen
que los payos corresponden a grupos de origen chono, que han adoptado una forma de vida se-
dentaria a semejanza de los mapuche williche." (s/p) Y que en general "se da por entendido que los
payos, además del sedentarismo, habían adoptado también el mapudungun, por lo menos no hay
antecedentes que indiquen otra cosa. (...) la'mapuchización'de los pueblos navegantes era,a todas
luces, un proceso que estaba en curso a la llegada de los españoles, a tal punto que se encuentran
'chonos'sedentarios en Chiloé (los payos)" (2015: s/p). Esta situación nos permite problematizar en
cuanto al origen de algunas familias del territorio de Queilen quienes se reconocen y declaran como
descendientes de Chonos, pueblo que según la historiografia habría desaparecido en el siglo XVlll.
V.- Aprox¡maciones a la cosmovisión del pueblo w¡ll¡-
che de Chiloé
En este capítulo quisiéramos abordar el tema la cosmovisión del pueblo williche a parür de
elementos tales como la espiritualidad, considerando la descripción de historias relacionadas a los
seres mitológicos; la importancia de la luna en el orden de la vida y la ancestralidad, teniendo en
cuenta los anüguos cementerios indígenas (aún vigentes) en donde descansan sus antepasados y en
ellos, parte importante de su historia.
La üerra y el mar han sido y son los dos entornos donde se han desenvuelto los williches. Am-
El texto aludido corresponde a informe denominado "lnforme de asesoría arqueológica. Proyecto: 'Estudio y puesta
en valor de los conchales del estero Queilen, Chiloé'. Provincia de Chiloé, Región de Los Lagos, del año 2011.
El texto citado se denomina "Toponimia Mapuche en Aysén y Palena. Apuntes sobre identidad yterritorialidad indíge-
na en Chiloé", expuesto en el 6to Seminario Chiloé Historia del Contacto organizado por el Museo Regional de Ancud,
en el año 2015.
l6
bos son espacios fundamentales en la territorialidad indígena con una geografÍa insular. Es así que
la bandera williche los incorpora en su diseño y colorido. Las actividades en dichos espacios estaban
mediadas por rituales que apuntaban a establecer una relación armoniosa y de respeto con otros
seres y los lugares que estos habitan (que cuidan y protegen). En el continente, hacia el norte, estos
son conocidos como ngen, aunque en Chiloé se refieren a ellos como "dueños" o "cuidadores" y
para el caso de los lugares, estos han sido descritos como "lugares de paso", "caminos", enfaüzando
que se trata de entornos no habitables para las personas. El ingreso a estos lugares es sólo a través
de prácücas rituales mediadoras como, por ejemplo, ponerse ajos en los bolsillos antes de entrar al
bosque o bien, "pedir permiso". La trasgresión de dichos espacios es casügada y de eso nos enseñan
las diferentes historias -epew-"contodos de generación en generoción" (Mirna Cuyul, Apeche).
Es importante aclarar que las referencias actuales a algunos seres míücos, las historias de
enüerros y todo aquello que se ha conocido como mitología, siempre han tenido un sentido y un
contenido más profundo para los williche de Chiloé a como se describen normalmente. Algunos de
estos seres como el trauco y la fiura, habitantes del bosque, forman parte del complejo universo
espiritual de los williche. En este contexto, de la folclorización de la espiritualidad o religiosidad de
un pueblo, es posible plantear que frente a un observador externo a la cultura, estos seres fueron
vistos como simples relatos e invenciones de gente ignorante, tal como relata Mirna Cuyul, educa-
dora tradicional y vecina de Apeche: "Chiloé üene como todo mitológico. No sé po'uno como de lo
tierro, como indígena, como williche, empiezo a investigor por qué vinieron personos y dijeron que
"el trauco y la pincoya son malos" por ejemplo.
Se dice respecto a estos seres que aquellos que han tenido experiencias con ellos son de "cor-
ta vida", "porque ocá en la loguno -Tahue- un cabollero que vive olló en la esquino vio el Coleuche, y
ese hombre ya no vivió muchos oños más Murió porque el que ve algo así es corto de vido." (María
Nahuelquin, Aituy). Cabe mencionar que el Caleuche no sólo es descrito en el mar, sino que también
en los innumerables pequeños ríos que llegan al mar, en donde lo único que lo idenüfica es el sonido
que producen las cadenas del barco haciendo puerto, incluso adentrándose en las montañas. Con
su tripulación, las personas establecían tratos que les favorecieran, aunque bajo varias condiciones
que se debían cumplir a cabalidad:
"Mi mamá conversaba que había una señora en Paildad que trabajaba con el
caleuche, porque su marido se fue. Y esa señora de un día para otro fue rica y como la
gente dice que le pedía cosas como no sé po'tener puras gallinas negras, tener puros
perros negros y ella los tenía, entonces cuando se pasaron el dato, la gente solo iba
para ver si era real lo que estaban contando y claro po' la señora tenía puras gallinas
negras, los gatos, los perros, eran todos negros y se supone que esa era la condición
que ponían para hacertratos y mucha gente decía que llegaba un barco y se escucha-
t7
ba cómo caían esas cadenas gruesas, pesadas." (Mirna Cuyul, Apeche).
Por su parte los enüerros, según se cuenta, son pequeños fuegos dispersos en el territorio
que aparecen en el período de celebración del Wetripantu. En Chiloé, a propósito del sincreüsmo
cultural que se originó en la colonia, dicha celebración se corresponde con "La noche de San Juan".
Se diceque cada entierro esconde un tesoro -más allá de si se trata de ollas con monedas de oro- el
cual está destinado sólo para algunas personas:
"Nosotros lo conversóbamos con mi mamó y mi tío que falleció. Decíon que
debe ser de estos enüerros. Porque ontes buscobon entierros. A ver...muchos campos
que covoron, pero que no socoron no'. Nosotros lo habíomos visto arder, pero no, na-
die iba donde estabon los entierros. Al lado de la cosa vio subir un humo olto y bojó,
subió otro hasta lo mitod y se perdió, pero ni siquiera o nosotros se nos ocurrío miror,
porque nos daba miedo." (Roso Moñoo, Apeche)
Respecto a lo anterior, afirma y agrega Mirna Cuyul, lo siguiente:
"Por lo menos yo no he visto enüerros, pero gente mós anügua... mi mamá sí. Y
hay personos que hon sacado enüerros. En Contuy, arriba en la cuesto de los Vorgas,
habío un tremendo hoyo porque hobían socodo algo. Mi momá dice que los enüerros
no los puede sacar una persono que no pertenezco o un pueblo indígeno. De otro no lo
puede sacor, porque esos son solamente para los personos que son indígenas porque
son reliquias de su anteposodo, si no se maldicen, se mueren. (...) Se supone que orde
el entierro cuondo es el wetripontu, pero ya del otro lodo ya le colocoron la fiesto de
Son luan, religioso". (Apeche)
En la cultura williche, los astros y sus dinámicas üenen una parücular importancia al relacio-
narlos a un sistema complejo de relaciones entre las personas con su medio. Este ejercicio de cono-
cer e interpretar el entorno llevó a las comunidades a desarrollar sus labores según un calendario
natural vinculado estrechamente con los ciclos de la naturaleza. Asíencontramos, por ejemplo, que
para la celebración delwetripantu,una de las más importantes para la cultura mapuche-williche en
el solsticio de invierno, es el hito que marca el comienzo de las faenas relacionadas al trabajo en el
mar y la üerra, pues el cambio en el clima manifiesta del inicio del nuevo ciclo de la üerra; es decir;
hay que iniciar los preparaüvos para el período venidero, de buen clima para la siembra. En este
contexto, la luna en particular y sus ciclos mensuales, ordena la vida y el trabajo según relata Mirna
Cuyul:
"Mucho gente de nosotros todavío trabajo con el tema luno¡ que dentro de la
cosmovisión de nosotros es importonte. Sober lo luna en que se siembro, si vo o dar
fruto pora abojo como lo betarrogo, lo zonohoria; si do hocio arriba como lo lechuga,
es otro luna. Si te cortas el pelo, los uños, üene que ser en determinado luno. Los on-
üguos trabojobon mucho con la luna, lo gente sigue monteniendo y eso se respeto."
(Apeche)
Otro aspecto fundamental es la ancestralidad, entendida como, la relación que existe entre
los vivos, las familias, comunidades actuales y sus antepasados, reconociendo en ellos los orígenes
de la cultura -o de su enseñanza al menos- y el profundo respeto hacia ellos. Se les menciona como
losonüguos, cuyo término, más que designar a una persona o generación en particular, es una an-
ügua referencia respecto al quehacer de la cultura. Al mismo üempo, dicho sentido de origen, de
pertenencia se aprecia en el culto a los muertos sobre el cual quisiéramos detenernos.
"Poro nosotros lo muerte üene dos posos, primero lo muerte físico, y ohí se ve-
labon tres díos y tres noches, y lo otro es ol oño, cuando el alma se vo para arribo, por
eso es importonte hacer uno ceremonia ol oño, poro que el olmo se voyo tronquilo"
(Domiülo Cuyul, Maestro de Poz, Quellón).
La celebración de las novenas por los williche, una ceremonia religiosa católica que convoca a
la comunidad para acompañar a la familia y darfuerza al difunto en su camino, se debe en parte a la
creencia donde la muerte es un proceso complejo que debe ser acompañado. Sin embargo, "ontes
las novenas eron más largas. Decían que ontes se velobo ol difunto hasta 1.6 días" (N. Llancauren,
Aituy), contrastando la anügua forma indígena, con los 9 días de rezo según el catolicismo.
Las iglesias y los cementerios son sobrevivientes a los diferentes procesos de la historia insular
y dan cuenta del pasado colonial en los territorios indígenas de Chiloé. Estos se erigieron en lugares
estratégicos, con un significado espiritual de importancia para la comunidad, como lo son las can-
chas donde se encontraba el rewe y se celebraban las ceremonias. En los cementerios descansan los
restos de los antepasados más antiguos, y en ellos se encuentra sustento del senüdo de comunidad
según da cuenta el siguiente relato:
'Acá al otro lado, orribo en Aituy, frente allá obojo, ohí estó toda lo fomilio nues-
tro, y de Pio Pio tombién, porque no tiene cementerio, capilla si tiene. La gente de
Pio Pio es de Aituy y todos lo asumen. Ellos quisieron tener uno iglesio po' hacer los
misos más cerco, pero sus muertos estón acá, ellos vienen de ocó" (María Nahuelquin,
Aituy).
Continuando con esta idea de la importancia cultural e histórica de los cementerios indígenas
I9
de Queilen, Mirna Cuyul, del sector de Apeche afirma al respecto: "todos mis moyores están en el
cementerio de Poildod. No hoy otro cementerio. Es que Paildod es el sector moyor digómoslo. No
estaba Apeche, no estobo Pilque, no estoba Aulen, Contuy, era todo Poildad."
Otro elemento importante de la ancestralidad de las comunidades actuales es la relevancia
que cobran los apellidos de las familias y su relación con los territorios específicos. A través del aná-
lisis de estos se observa la movilidad del pueblo williche, en donde encontramos, por ejemplo, para
elterritorio que comprende el estero de Paildad, que:
"el temo de -o opellido- Cuyul viene de Cucao, de esas portes. Pero que yo co-
nozco o que tengo parientes cuyules olló, no. Solamente por el opellido. ElTabie, No-
huelquin vino de por el lado de Lelbun, Aituy. Acó somos muy pocos cuyules, muy
pocos tabis en Apeche. Solomente ocá en Apeche. No hoy otro familio más, somos
todos porientes." (Mirna Cuyul, Apeche).
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Otra vecina del sector agrega:
"Los Guolo, Pairos, esos son los apellidos mós anüguos. Remolcoi, esos tqmbién
son antiguos. (...) sí, todos los Moñaos, del estero, todos los que hay Moñao son po-
rientes, todos esos que quedon por olló carretera de Quellón, todo por ahí tenemos
fomilia Mañoo (...) compu, de ahí por oltó en los islos tombién tenemos fomilio, por
Achoo será que tenemos ahí. En los velorios uno se encuentron fomilios. Y los de por
olló son los Mañao de Queilen, mihijo dice que ollá por Quetolco se veían Mañoos por
ohí." (Rosa Mañao, Apeche)
Con estos antecedentes hemos avanzado en relevar las particularidades culturales del pueblo
williche de Chiloé a partir de visibilizar las creencias, relatos y experiencias que consütuyen la cos-
movisión indígena insular.
Vl.- La vida al interior de las "Casas de humo"
Las anüguas viviendas williche en Chiloé son también conocidas popularmente como 'fogón
chilote', aunque los usos que se dieron a este úlümo era más específicos, es decil para cocinar; ahu-
mar y/o como bodega. En cambio, cuando hablamos de una ruka Williche, esta es fundamental pues
en ella ocurren los procesos de socialización de la cultura, entre otros aspectos.
El espacio al interior de la vivienda Williche giraba en torno al fuego que permila cocinar y
conservar algunos alimentos a través del humo que se levantaba hacia el techo, hecho de una mez-
cla de paja, conquillos y barro, que este robustecía con el hollín que se acumulaba compactando
las fibras apiladas en dirección al suelo por donde caía el agua de lluvia. El piso de üerra, general-
mente contaba con una gruesa y firme capa de ceniza cementada a causa de los largos periodos de
acumulación, creando una superficie similar al radier. Alrededor del fuego, mañanas y noches, se
reunía la familia a preparar y consumir sus alimentos, a hilar lana, a tejer canastos. Allíse juntaban
a describir antiguas historias contadas de generación en generación, sumados a los cantos de los
niños y niñas que deleitaban a sus mayores con sus finas voces. A un costado se ubicaban las camas,
generalmente hechas de paja, cubiertas con tejidos de lana o cueros de animales. Con elüempo, se
confeccionaron colchones de tela de hilo de los sacos de harina rellenos de lana escarmenada. No
existían divisiones al interior, excepto en la parte más alta, llamado soberao, en donde se colocaban
unas pocas tablas que hacían de piso sobre las que se conservaban algunos alimentos tales como la
papa y algunos subproductos de esta como las bolas de chopón, por ejemplo.
21
La popular figura delfogón chilote está presente en la memoria reciente de los habitantes, que
es más bien conocido por su función de cocinar, de los calderos, de las torüllas al rescoldo, etc. Sin
embargo, para el caso de la cultura Williche, este representa el espacio de habitación de las familias,
donde se desarrollaba la vida ínüma y gran parte de los procesos de transmisión cultural. Encontra-
mos que en el territorio de Queilen incluso hasta la segunda mitad del siglo XX, algunas familias aún
habitaban estas viviendas.
Resulta interesante la descripción de un vecino del sector de Apeche, refiriéndose a situacio-
nes cotidianas al interior de su vivienda:
"Esos cocinos de humo. Yo conocílas cosos de humo porque yo tenía un vecino y
lo que me ocuerdo que las cosos eron... eron una ruco, rucos con pajo, conquillo y los
popos enterros, los pones (...) yo me qcuerdo que todos los tardes nos íbamos con la
vecino o comer popos enterros porque lo ruco ero con los toblos, los palos de conto o
conto, teníon lo escolera de gato que le decíon ontes que ero como un solo palo que lo
excavabon. Y en el segundo piso se dormío con su cuero de vocuno, de oveja... osívi-
vían. Ero muy bonito, todovío me ocuerdo. Y los puertos eran con doble puerto (hojo),
uno mós orriba y la otro mós obajo" (Esposo de Mirna Cuyul).
Esta descripción de las anüguas'casas de humo'nos entrega algunos detalles de la vida ínüma
de las familias Williches. Se encuentra presente la idea de la importancia del fuego en este contexto.
Llama la atención el detalle de la forma en la cual este se mantenía encendido, es decir, con grandes
troncos que salían de la casa por la parte baja de la puerta de dos hojas, que se consumían mientras
la mayoría de los miembros de la familia se dedicaban a sus labores, fuera o dentro de casa, que
comenzaban muy temprano para reencontrarse antes del anochecer. Sobre el fuego colgaban los
calderos donde se cocinaban deliciosas preparaciones, ayudados por el quillín que las sujetaba.
La técnica mediante la cual estas viviendas eran construidas, era bastante simple, pues con-
sistía en ensamblartroncos labrados que sostenían la estructura, cubiertos de manojos de paja que
hacían de techo, las paredes y una única puerta. (esto está más arriba con otras palabras)
Las casas de los anüguos, por cierto, no consütuían un elemento aislado del paisaje, sino que
estas se orientaban en relación con los vientos, el sol, etc.:
"lguol que los vientos, el norte, el sur, la coso en qué dirección debe estor. La
puerto de la caso debe estar ol sur, o hocio donde sole el sol poro recibir todo lo ener-
gío. Si estó hocio el norte vo o ser malo, es como negro, todo mol. lgual que lo direc-
ción de los comos, siempre tiene que estor lo cobezo hacia donde sole el sol. lgual que
tener lo puerta ol lodo del mor, te limpia." (Mirna Cuyul),
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Como se ha dicho, la importancia de las viviendas Williche radica en que en ellas, en la intimi-
dad de la vida familiar; se enseñaron aspectos fundamentales de la cultura, tales como la prepara-
ción y conservación de los alimentos, entre otros.
Vll.- De rutas y huellas en el monte y el mar
Como ya se ha mencionado, la vida de las familias Williche de Queilen giraba en torno a las
labores del campo y el mar. Una vez finalizadas las actividades se reunían en la vivienda, en torno
al fuego. Sin embargo, eran pocos los moüvos que les llevaba a salir de sus casas, pues cada cierto
tiempo y de forma regular debían recorrer distancias considerables para que, a través del comercio
de trueque, puedan obtener productos que se habían incorporado a su dieta, tales como el azúcary
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la harina blanca. Como otra forma de obtener dichos productos, había quienes elaboraban algunos
productos como manojos de quilineja para hacer escobas y/o canastos de fibra vegetal, ofreciéndo-
los en los pocos lugares que concentraban población en el territorio (más urbanos?). Así empren-
dían sus viajes caminando, unos pocos a caballo, por las huellas que existían en medio del bosque
hasta llegar a Queilen por ejemplo.
Respecto a lo anteriol encontramos un relato que grafica esta situación:
"De ohí uno cuánto no caminabo para llegar o Queilen. Todo de a pie, todo o
pie. Salíamos en la mañano. A esta horo estábomos llegondo o Queilen como los 72.
Después con mi compoñero me casé y me compró un caballito, de a cabollito ondába-
mos. íbamos pa' la ploya, de lo ptoya cominábamos a Queilen. Teníamos que andor en
moreos, no andábamos así no más, porque no ero un camino ripioo como es ohora"
(Domiüla Mario, Lelbun bajo)
Las huellas que iban dejando, con elüempo, se transformarían en las únicas rutas que hacían
posible su desplazamiento por el espeso bosque que les rodeaba:
"cruzábamos mós orribo al monte, quedóbomos perdidos en la noche, nos pes-
cabo pol monte y veníomos con paquetes. Seguíamos avanzondo hosto llegar o lo
coso, porque uno yo sobía lo huellita, con foroles, la linterna no se conocío" (Berüla
Guala, Apeche).
La costa, según las condiciones de marea, ofrecía una ruta más directa a los poblados más
cercanos.
Otro motivo que les movilizaba guardaba -y aún en la actualidad- relación con la religiosidad
y la vida comunitaria. Por ejemplo, tras el deceso de algún familiar o alguna persona conocida del
territorio, se disponían a acompañar a lafamilia durante este proceso que generalmente culmina-
ba con la celebración de la novena, después que se dejaba al difunto en el cementerio. Del mismo
modo, este espacio que generalmente se encontraba asociado a la iglesia en donde se desarrollaban
las celebraciones católicas, las que aún se realizan, convocando y movilizando a los habitantes de
diferentes lugares del territorio. Así, por ejemplo, los vecinos del sector de Pio-pio se ven en la obli-
gación de tener que movilizarse debido a que aunque üenen iglesia en el sector, donde van a misa
y celebran a sus santos, visitan a sus difuntos en Aituy donde está su cementerio, sector al cual se
sienten parte, territoria lmente vinculados.
No todos los caminos eran por üerra. Las rutas marítimas compuestas por los muchos puer-
tos familiares y/o comunitarios, pues no era de uso exclusivo de una familia en particular, dispues-
tos en todo el borde costero del territorio, representan la relación histórica y profunda del pueblo
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Williche con el mar, que junto a un universo simbólico propio de la cosmovisión, ha sido navegado
a parür de la necesidad de comunicación, de trabajo y también para poder alcanzar distancias más
grandes. Así nos relata una vecina del sector de Apeche:
"Mi momó ibo en una lancha, se ibo o costro, pero se demoraba como u.no se-
mono eso loncha de ir y volver. Y venía uno loncha igual o vender cosos, a hacer
combios con corderos, iba a orriba ol estero, ahí comprábomos cosas trueque" (Rosa
Mañao, Apeche).
Antes de las lanchas y embarcaciones de construcción más compleja, existía y se usaba la
canoa hecha de un solo tronco cavado llamada bongo o gongo. En todo el archipiélago de Chiloé se
navegó regularmente en gongo hasta poco después del terremoto de 1960, hecho que cambió el
paisaje que hasta entonces hacía favorable su uso. Con esta embarcación, "gongos que le decían, de
modero. íbamos hosta el cementerio de Paildad, cruzor todo desde acú orriba" (Berüla Guala, Ape-
che). Su uso era tan reconocido pues casi todos tenía uno con el cual desplazarse:
"Todos teníomos un botecito, pero no como esos botes de toblo, eron covados
como un bote gongo, un polo gronde se covobo, un bote gongo" (Domiüla Mario,
Lelbun bajo).
De esta forma, a pesar de las distancias y las inclemencias del clima, los habitantes del borde-
mar y las montañas de Queilen se las ingeniaban para poder comerciar,y mantener vivas las relacio-
nes y vínculos con familiares y amigos alejados por el mar o el espeso bosque.
Vll!.- Juegos, encuentros y entretenciones
En la anügüedad no existía momento para el ocio al interior de la vivienda éDe dónde sale esta
afirmación?, las familias se organizaban en torno al trabajo y todos debían participar acüvamente
en las labores domésücas (Soussi;20L4) debido a ello la transmisión del conocimiento éra entregado
por las familias en los espacios cotidianos de la siembra, marisca-pesca, confección de utensilios, en-
tre otros oficios. Los niños y niñas que asistían a las escuelas, que solo estaban en algunos sectores
rurales de Queilen hacia el siglo XX, debían recorrer grandes distancias para llegar a ella.
Como en el campo todos los días había algo que hacer, los niños y niñas participaron de la-
bores de menor envergadura, pero que significaron de gran ayuda para las necesidades familiares,
"nosotros hocíomos llegar el oguo lejos, con bolde, mós era con garrofas de vidrio que hobía: las
chuicos y de ahí esos boldes de modero que tenío" (Rosa Mañao, Apeche), debido a que las vertien-
tes atraviesan los bosques, la distancia recorrida involucró en más de alguna ocasión adentrarse al
monte en la búsqueda de este vital recurso.
Otras acüvidades como recolectar frutos üenen un significado especial en la memoria local,
doña Teolinda Millán (Laguna Tahue) nos menciona, "todos íbomos o socar murto, chupón, cuando
ero su temporada. Nos poníamos contentos y jugóbomos quién ero lo primera en socor uno". Este
üpo de labores permiüó entregar conocimientos del entorno y tiempo en que estos y otros frutos
estaban disponibles para su recolección.
Otra vecina del sector de Apeche aporta una experiencia similar en estos espacios de coexis-
tencia entre las labores y el juego "conversábomos nosotros en nuestro trobojo, contóbomos igual.
Cuondo ondóbomos en lo escuela oprendíomos contos y después esos los cantóbomos en lo cqso
(...), ahí nos poníomos a contor, nos poníomos o jugar; hocíomos noipes de cortón y nos poníamos o
jugor" (Rosa Mañao, Apeche), cuando habla de su trabajo, se refiere al campo y las labores realiza-
das junto a su familia. Ello nos indica que la relación existente entre niños/as y adultos es estrecha
debido al tiempo y recorrido desünado en este üpo de faenas. Como la señora Rosa iba a la escuela,
aprendía en este espacio de socializaclón cantos que luego compartía con los demás miembros de
su familia.
En el sector de Mitahue -lsla Tranqui- vivieron gran parte de su infancia las hermanas Clara
y Noelia Chiguay, ellas nos aportan varios juegos que anüguamente se practicaban. La ronda y las
casitas se mencionan en un contexto escolar; aunque el segundo puede ser representaüvo de la imi-
tación de la vida de los anüguos (Soussi, 2Ot4). También eljuego con pelotas, "eran juegos con mós
niños, con pelotas de tropo, con esos jugóbomos (Berüla Guala. Apeche). En la escuela también se
aprendían otros juegos propios de la insütución, dinámicas que en su contenido transmifan valores
de üpo cristiano-católicos.
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Por otra parte, los adultos incorporaron elementos de estrategia y destreza fisica a través del
juego del linoo (inao)y palín. Estas prácticas ancestrales reunieron a las familias en torno a disüntos
espacios; la entretención y comida. Las autoridades del pueblo Williche también estaban presentes
yeste encuentro se consideraba una instancia políüco-socialen la que se llegaban a tomaracuerdos
de gran envergadura.
Para concretar estos encuentros algunas familias debían recorrer varios kilómetros para llegar
a su desüno. Don Prosperino Hueicha nos entrega información relevante respecto a un sector de
Queilen donde se practicó este juego: " hoy un estero en Aituy, en esa pompita jugaban. Uno tremen-
da pampo lorgo, ohí se jugobo linoo y chueco. Los mujeres tombién jugobon o veces, hobía parüdos
mixtos" (Lago Pio Pio).
El linao (inao) era un juego de alto rendimiento, para practicarlo se debían formar dos equi-
pos, cada uno de ellos debía designar a sus jugadores según sus habilidades, fuerza y rapidez, pues
eljuego consistía en evitar que los oponentes, anotaran una raya. La pelota era confeccionada con
madera, cochayuyo o luche, esta medía alrededor de L4 a 16 pulgadas y la cancha era una pampa
de alrededor de 120 metros de largo, la que además contenía la marca de los límites de esta (Plath,
1946). Algunas caracterísücas deljuego son entregadas por un vecino del sector: "jugabon ol linoo,
mifinodo popá jugobo, corríon a pato pelá, ero como elfútbol omericono, eran tromposos le lorgo-
bon el cogotozo, era como una lucho de cuerpo o cuerpo" (Lago Pio Pio), pues aquel o aquellos que
pasan la pelota por la puerta anotaban una raya o punto. La descripción de la lucha cuerpo a cuerpo
refiere a la intensidad y resistencia que ocupaban en impedir la anotación, pues cuando la pelota se
lanzaba en elcentro, aquel que la agarraba debía correral punto contrario, portanto en esta carrera
se debía impedir la anotación del contrincante.
En el contexto escolar doña Noelia Chiguay recuerda, "nosotros el linao en lo escuela nos üró-
bomos lo peloto con una red en el centro, o ürarse unos con otros" (Noelia Chiguay, lsla Tranqui). En
este espacio complementario a la educación familiar, este juego tuvo una influencia social impor-
tante, pues trascendía al espacio territorial de Aituy y se llevaba a cabo, de manera colecüva entre
los niños y niñas.
El palín es otra práctica originaria del pueblo Williche y que también se llevó a cabo en el sec-
tor de Queilen. Por el relato de don Prosperino Hueicha la cancha en Aituy permiüó el encuentro de
ambos juegos descritos. Para llevar a cabo este juego, se debía establecer la cancha y su mitad por
medio de palos que señalen los límites, se requiere de una pelota pequeña y que cada jugador posea
el palo para golpear el pali (pelota). Comenzando el combate, sedebe tener un contrincante fijo al
cual le peleará la pelota, los que logren traspasar la meta del otro equipo tendrán un punto (DlBAM,
20L71. En cuanto a la materialidad del pali podemos encontrar algunos antecedentes de dos expe-
riencias: "era una pelota chica de lana, buscaban un palo chueco, por eso se llamaba chueca. Con
eso le pegaban a la pelota" (lago Pio Pio).
Agrega doña Noelia Chiguay:
"Yo recuerdo que nosotros se suponío, no sé por qué pero nosotros jugábamos
o lo chueca, yo nunco lo vi jugor o mi familio, pero nosotros sí hocíomos unos palos
con uno peloto de lo modero que se llamo chilcón y con eso lo hocíamos, pero pobre
que le olconzaro a llegor a los pies, esos pelotas de modera osí, con esa jugóbamos
nosotros" ( lsla Tra nqui).
La denominación chueca aparece en el contexto del mesüzaje, pues se menciona en algunos
documentos que esta sería la descripción que los españoles habían realizado al llegar al conünente,
debido a que se encontraron elementos similares a algunos juegos realizados en Europa. El palín
tendría su origen etimológico en el mapudungun, cuyo significado estaría asociado al objetivo del
juego: "pelotear" (DlBAM)
Los juegos y encuentros que recuerdan estas memorias antiguas nos lleva a una época en que
los niños y niñas no tenían otra alternaüva más que involucrarse con el ambiente. Hoy, el uso de la
tecnología ha propiciado otros espacios de entretenimiento en las familias, el acceso a la educación
y movilización son dos historias que se cruzan en un mismo territorio. En la actualidad en algunos
sectores del archipiélago se siguen pracücando el palín y el linao, aunque en los sectores rurales ha
cobrado fuerza el "torneo", cuyo espacio posibilita la reunión y encuentro entre disüntas familias del
sector urbano y rural de Chiloé.
lX.- El quehacer de los antiguos
En el sector de Queilen podemos localizar eltrabajo realizado por las familias en los siguientes
espacios: había quienes desarrollaron labores cercanas a los predios-vivienda, otros en la costa y
aquellos que se adentraban en el monte.
Para entender cuál era la economía de hace más de un siglo, resulta necesario mencionar
algunos oficios y acüvidades productivas a los que se dedicaban los anüguos. La agricultura es uno
de los trabajos más representaüvos del sectol ha tenido una importancia significaüva en la dieta
y su conocimiento se ha relacionado a las estaciones y ciclos lunares. Doña María Engracia Cumín
menciona: "mi momó nos retobo pa' que nosotros trabajemos: trobaje lo tierro no va a ser que no vo
o comer, péguele fuerte a esa tierro" (Paildad). Según su tesümonio, era necesario aprender desde
pequeña a organizar el trabajo en el campo, debido a que este proporcionaba el sustento para todo
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el año. Varios recuerdos de niñez en las personas entrevistadas señalan que este üpo de acüvidad ha
estado muy arraigada a la vida de las comunidades, doña Bertila Guala nos comenta que "siempre
fueron ogricultores que yo me ocuerde, horto ogricultores" (Apeche).
Las faenas agrícolas eran de suma importancia, pues se debía generar en la época de buen
tiempo el excedente necesario para aquellos meses de invierno. A parür de esta necesidad, las co-
munidades se organizaban en un sistema de cooperación mutua basado en un principio de recipro-
cidad. Este, llamado minga consistió enun intercambio que se generaba según el tiempo acordado
entre las familias para cubrir disüntas faenas; elüempo laboral funcionó a días cambiados: "ontes si
íbomos a ayudar en un vecino ol otro dío elvecino iba o oyudor, o lo siembro, o sembror popo" (Rosa
Mañao, Apeche). Mediante este sistema se labró la üerra con mayor canüdad de personas opümi-
zando el üempo de trabajo, pues las siembras significaban varios días debido a que las faenas se rea-
lizaban con herramientas manuales; en ocasiones se solicitaban mingas de preparación de terreno,
siembra de papas, construcción de casas, entre otras. En Apeche doña Elena Raín nos comenta, "se
trabojoban diez personas, se pagoba con pura corne, trobojoban la üerro, se pogobo en comido y
se iba rotando todos unidos con los vecinos" (Apeche bajo). Nos resulta relevante mencionar que la
organización de una minga contaba con el acuerdo mutuo entre los solicitantes y las familias parüci-
pantes, el trabajo realizado podía durar varios días consecuüvos dependiendo de la labor requerida.
La realización de celebraciones como muestra de agradecimiento está presente en los disün-
tos encuentros entre las familias. No solo en la minga podemos ver este tipo de retribución hacia el
trabajo aportado, sino también en otros espacios de reunión, tal como lo es el medán. En él pode-
mos encontrar disüntos elementos propios de la relación de ayuda mutua, pues consiste en invitar
a vecinos a participar de una celebración con el objeto de colaborar con aquellas familias que se
consütuían recientemente y aquellas otras que por moüvo de alguna adversidad requerían de la
donación de disüntas especies; "si le foltobo modero u ovejos le llegoban, si llegabon diez vecinos
se hocían diez ovejas. Así era la vecindod, si peleaban pasaban el rencor" (Domiüla Cuyul, Quellón).
Estas dos formas sociales ponían en movimiento el trabajo, la ayuda mutua resultaba funda-
mental para el desarrollo de la economía familiar, ya que se requería de gran canüdad de energía
humana para la mayoría de las faenas. En la actualidad este sistema perdura, aunque las transforma-
ciones económicas han generado una movilidad hacia otros sectores en búsqueda de los recursos
monetarios que dan sustento a los hogares'. "primero no solío mucho la gente o trabajar y si salíon
los hombres solían, se ibon po' Osorno, Coyhaique y quedobon los mujeres solos, pero ese ero un so-
crificio que se hocío. Y ohoro no po, salen los chicos jóvenes y solen o trabojar"(Apeche). A pesar de
la existencia de diferencias entre el ayer y el hoy, varias familias de Queilen aún ponen en práctica es-
tas dos formas de cooperación. Clara Chiguay menciona durante la conversación la solicitud de una
minga de limpieza para el cementerio de la ciudad; mientras tanto en el campo, pudimos evidenciar
que aún las familias, junto a los más antiguos, parücipan de arduas faenas vinculadas a la üerra.
Por otra parte, en las experiencias mencionadas encontramos algunas técnicas de trabajo vin-
culadas a la agricultura. Para aquellas familias que contaron con un asentamiento en el monte debie-
ron preparar el terreno mediante técnicas como el destronque y deschampe; nosdescribe doña Ma-
ría Engracia Cumín,"cuondo llegomos aquí ero monte, así que con un azodón orroncomos los ramos
y las chouros, con puro ozadón. Los cortábamos con hocho, deschompóbomos y los quemóbomos,
tremendo deschompe" (Paildad). El sector donde habita doña María aún mantiene un paisaje fron-
doso que nos hace imaginar las faenas en las que ella y su familia se hacían partícipes, pues varias
hectáreas destinadas para el cultivo fueron posible gracias al arduo trabajo manual. Agrega doña
María que su marido había sido "como un comohueto para deschompor" (Paildad). Una vez que el
terreno se prepara se pasa a la técnica de la volteadura, doña Berüla Guala nos describe:
"Se hocía puro melgo, así con gualoto no más, se melgobo primero, se hacía
una picoita, haciendo todo así, y ohí se ponía lo papa y después con guoloto se doblo-
ba, volteoduro que le decíon, po doblor los papos, lo üerra po que pasen las popos.
Después yo se empezó a hocer con orado, se hocía con buey y con arodo y ohí se iba
doblondo lo üerro" (Apeche).
También recuerda otra vecina , "antes los trobajos que se hacían, yo recuerdo que cuondo nos
vinimos a vivir a Queilen, hocer lo limpieza, socar los espinillos, todo. Ahoro uson trocto¡ lo móquino.
Antes mi papá lo hacía o pulso con azodón, gualoto" (Clara Chiguay, lsla Tranqui). Cabe mencionar
que el gualato sigue teniendo un uso significaüvo en las faenas agrícolas de la actualidad; a pesar de
los avances tecnológicos y la aparición de maquinaria agrícola, varias familias manüenen la tradicio-
nal forma de trabajar la üerra con herramientas de üpo manual.
Pero no solo de la agricultura se vivía, pues la diversificación de la dieta se dio gracias a los re-
cursos disponibles en el medio. Los trabajos vinculados a la pesca y recolección son fundamentales
para aquellos que vivían en sectores como Lelbun, Paildad, Aituy o lsla Tranqui por nombrar algunos.
La relación que se establecía con el entorno era de conocimiento puro, pues este calendario natural
por el que se guiaban, está presente en este üpo de labores. Asíse evidencia este saber en los rela-
tos de las hermanas Chiguay:
"Después de lo luna son tres moreas y lo última mareo aguanta menos. Eso todo
uno como que lo medía. Antes, venío el meicán que le decíomos nosotros que cuondo
son de los moreas grandes, yo uno sobío que venía uno grande y uno chiquiüto, uno
gronde y uno chiquiüto, entonces uno decío: ioh yo!, ohoro si no morisco porque está
la morea muy bojito. El otro que viene, ahí hoy que oprovechor de juntor moriscos".
(56,44 años. lsla Tranqui).
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que aún las familias, junto a los más antiguos, parücipan de arduas faenas vinculadas a la üerra.
Por otra parte, en las experiencias mencionadas encontramos algunas técnicas de trabajo vin-
culadas a la agricultura. Para aquellas familias que contaron con un asentamiento en el monte debie-
ron preparar el terreno mediante técnicas como el destronque y deschampe; nosdescribe doña Ma-
ría Engracia Cumín, "cltondo llegomos oquí ero monte, osí que con un ozodón orroncomos los romos
y los chouros, con puro ozodón. Los cortábomos con hocho, deschompábamos y los quemábamos,
tremendo deschompe" (Paildad). El sector donde habita doña María aún mantiene un paisaje fron-
doso que nos hace imaginar las faenas en las que ella y su familia se hacían partícipes, pues varias
hectáreas destinadas para el culüvo fueron posible gracias al arduo trabajo manual. Agrega doña
María que su marido había sido "como un comahueto pora deschampar" (Paildad). Una vez que el
terreno se prepara se pasa a la técnica de la volteadura, doña Bertila Guala nos describe:
"Se hocío puro melga, así con guoloto no más, se melgaba primero, se hocío
uno picoito, hociendo todo osí, y ahí se ponío la popa y después con guoloto se doblo-
bo, volteoduro que le decían, po doblor los papos, la tierra pa que posen las papos.
Después ya se empezó a hocer con orodo, se hocío con buey y con orodo y ohí se iba
doblando lo üerro" (Apeche).
También recuerda otra vecina , "ontes los trabojos que se hacíon, yo recuerdo que cuondo nos
vinimos a vivir a Queilen, hacer lo limpiezo, socor los espinillos, todo. Ahoro uson troctor, lo máquina.
Antes mi papá lo hocía a pulso con ozadón, guoloto" (Clara Chiguay, lsla Tranqui). Cabe mencionar
que el gualato sigue teniendo un uso significativo en las faenas agrícolas de la actualidad; a pesar de
los avances tecnológicos y la aparición de maquinaria agrícola, varias familias manüenen la tradicio-
nal forma de trabajar la üerra con herramientas de tipo manual.
Pero no solo de la agricultura se vivía, pues la diversificación de la dieta se dio gracias a los re-
cursos disponibles en el medio. Los trabajos vinculados a la pesca y recolección son fundamentales
para aquellos que vivían en sectores como Lelbun, Paildad, Aituy o lsla Tranqui por nombrar algunos.
La relación que se establecía con el entorno era de conocimiento puro, pues este calendario natural
por el que se guiaban, está presente en este üpo de labores. Asíse evidencia este saber en los rela-
tos de las hermanas Chiguay:
"Después de la luna son tres moreos y la úlümo moreo oguonta menos. Eso todo
uno como que lo medía. Antes, venía el meicón que le decíamos nosotros que cuondo
son de las mareos grandes, yo uno sobío que venío uno gronde y uno chiquitito, uno
gronde y uno chiquitito, entonces uno decío: ioh yo!, ohora si no morisco porque está
lo morea muy bojita. El otro que viene, ohí hoy que oprovechor de juntor moriscos".
(56,44 años. lsla Tranqui).
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Los anüguos conocían los ciclos naturales y su relación con ellos era bajo una profunda rela-
ción de respeto y agradecimiento. La lucha por mantener este conocimiento resulta complejo, pues
nos comenta doña Noelia Chiguay que actualmente ha exisüdo un cambio en la identificación de las
mareas: "ohoro son todos iguoles, no se sobe cuol es gronde, cual es chico. (...) hosto eso ho ido cam-
biondo, ondamos medios perdidos ohíen eso"(lsla Tranqui). Lo descrito significa muchq para aque-
llas familias que han convivido con el mar y sus recursos, pues agregaba que no solo ella idenüficaba
esta situación, sino varias personas que se han dedicado durante mucho üempo a esta actividad.
La pesca, marisca y recolección de algas ha formado parte del importante recorrido que los
pueblos originarios han desarrollado para la diversificación de la dieta. Debido a la fragmentada
geografia de Queilen, la presencia del mar ha marcado la vida de sus habitantes. Los pescadores bien
han sabido identificar los sectores, las mareas y los recursos disponibles para su consumo, debiendo
confeccionar aquellos utensilios que opümicen la obtenclón de estos recursos. Por el tesümonio de
Domiüla Cuyul podemos conocer uno de los materiales con los que se confeccionaron redes para
pescar: "se sembrobo lo linozo en canüdades y de eso coño de linozo sole uno cuerda larga y de ohí
se hacían los redes para pescqr. Se opaleobo lo caña y después quedoba hilachito" (Quellón). Doña
Berüla Guala nos menciona que en su experiencia "poro pescar era de otra manera, ero con lo mono
no más" (Apeche), Cabe mencionar que este relato está estrechamente vinculado al uso de un corral
de pesca de vara trenzado ubicado en el Estero de Paildad.
La recolección de mariscos, por su parte, fue de üpo manual y era realizado en su mayoría
por mujeres. "Se mariscobo osí no mós, se le ponen conosto, con conastos se socobon po' ofuero.
Lo troíon en corga con cabollo, lo hacío así en bolso, se le ponío ol coballo encimo, así como maleto
y osí se traíon los moriscos" (Rosa Mañao, Apeche). Respecto a las algas, antiguamente se usaban
como abono para la agricultura menciona la señora María Engracia Cumín; aunque en la década del
setenta en adelante el pelillo tuvo un valor comercial pasando a ser una fuente de ingreso, que en
su mayoría era realizada por mujeres "nosotros más ontes habío pelillo, sacábamos pelillo (estero),
ondábamos de por ocó en el oguo (indica hasta lo cintura) y se vendía, primero moriscóbomos, se
vendía morisco y llevóbomos en Compu a venderlo" (M. Cumín, 80 años, Paildad). Además agrega
que en ocasiones debía bajar del monte de noche o en la madrugada al sector del Estero de Paildad
para revisar que no le robaran lo extraído.
Algunas actividades productivas de las familias Williches estaban acompañadas de ciertas ce-
remonias que intencionaban el trabajo desde un punto de vista espiritual. Para el caso de las acü-
vidades ligadas al mar, encontramos algunos ejemplos en el relato de las hermanas Clara y Noelia
Chiguay:
"Clara: igual que las redes (Noelio: mi popá sí lo hacío), Antes pora ir o pescor
ibon metiendo lo red al bote y hobío uno que le ibo pegondo con uno romo de chou-
l1
mán, iba pegando. Algo le decío, nosotros estábomos lejos y no lo olconzomos o es-
cuchor, pero sivimos cuando le estobon haciendo eso, uno ibo ürando y el otro le ibo
pegondo así con chaumán, y decía mi mamá, mi popó que eso lo hocían antes o los
redes para que les voyo bien en la pesca. Noelia: costigobon o lo red y casügobon o
los pescadores Cuondo mi popá ollá obajo sí lo hacía, cuando hocío esos redes nuevos,
ibo embolsondo y le iba pegando." (Noelia Chiguay y Clara Chiguay, lsla Tranqui).
Los tesümonios entregados nos indican que el acto de golpear y "castigar" se repite en varias
labores del mar: a las redes, pescadores y corrales de pesca, que también se les golpeaba de esta
manera con la finalidad antes mencionada.
Esta relación entre lo espiritual y el trabajo también estaba presente en la agricultura, doña
Berüla Guala lo menciona en circunstancias similares:
"Sembróbomos en lo caída, escogíamos papos en la caído y se sembrobo en
creciente, y pa' escogerlos se le pegobo con laureles me ocuerdo, que íbamos o cortor
loureles y le pegábomos bien o los papos po' que le solgo, no sé qué serío, pero esa
ero costumbre teníamos, siempre se hacío eso, se costigabo con lo hojo de laurel. To-
dovía no hoce mucho que lo dejé de hocer, siempre buscóbamos donde habío lourel,
socóbomos unos gonchos y se poso por fuego un poquito, y se le empiezo o pegor a lo
semilla (...) Para que los popo no se maleen será po. Tiene que ser eso. (Bertila Guala,
Apeche).
En los relatos anteriores podemos encontrar elementos simbólicos propios de la cultura wi-
lliche, como la uülización de ramas pasadas por fuego con la finalidad de intencionar una buena
siembra.
Para finalizar la descripción de aquellos quehaceres que han marcado la vida de los habitantes
de Queilen, nos parece fundamental mencionar algunos de los oficios tradicionales que se pracüca-
ron en el sector. Se mencionan aquellos que üenen una relación especial respecto al lugar geográfi-
co en el que se desarrollan, el monte y el bosque naüvo.
La recolección de leña para el hogar es uno de los primeras labores de extracción en el monte,
"tenío que trabojar, solir o buscor leña, unos viajes o leño llevobon unos viojes ol monte, lo llebova
pa lo caso y los picoba" (Bertila Guala, Apeche). Con el desarrollo del comercio, la venta de este pro-
ducto va cobrando significado, el oficio de leñador o leñadora se transforma en una buena fuente
de ingreso, aunque su producción conllevó un arduo proceso, "bajobo, cortaba palos, trozos que se
le dice paro oserradero iguol lo vendío, bajobo con bueyes a lo playo y ahí lo iba o compror un hom-
bre" (Rosa Mañao, Apeche). En el sectorde Paildad también encontramostestimonios que refieren
a esta labor; doña María Engracia Cumín nos menciona:"hocíomos unos leñitos osícorütos de voro
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que le decíon, y eso lo llevóbamos a Chonchi a vender. Lo que más precisobon no mós, pero eso se
tiroba con bueyes, uno yunto de bueyes". Si bien es cierto, el uso de la madera surge a parür de la
necesidad de abrigo, construcción y navegación, con eldesarrollo del comercio se fue acrecentando
la extracción de este recurso como fuente laboral.
Por su parte don Juan Llancalabure, hijo doña Domiüla Mario, nos relata otro producto que
surge a parür de extracción del recurso maderero bajo el contexto de la comercialización.
"Y antes se hacía corbón para vender, eso se llevabo ol pueblo, carbón de leña,
uno tenía bolso, veinte bolsos; con eso se obostecíon sus víveres lo gente del compo.
Se hacían los muros, se juntaba lo leño horto osí, se topobo completo con chompo y
ohí ordío y solío el corbón y ohí se recogío con bolsa y se llevoba pal pueblo, con bote
o remo" (60 años, Lelbun bajo).
El uso de la madera también se vincula a la construcción de embarcaciones, primeramente en
los bongos o gongos, luego en las construcciones de mayor envergadura. El contacto con navegantes
europeos fue configurando un üpo de embarcación que conüene ambos elementos. El constructor
de rivera deberá trabajar con diferentes üpos de madera, pues cada uno de las partes de la embar-
cación deben contener la materia prima más idónea; "se eligen las mejores maderas en el bosque.
Se busca la quila en un árbol alto y firme, y también maderas gruesas para la roda y el codaste" (Stra-
bucchi:275). Una vez cerrada la nave con grandes tablas gruesas se pasa al úlümo proceso, elestopa-
do, cuya función es impermeabilizar la nave, "se considera que el mejor materiales estopa de alerce
y para colocarla se llama a los maestros estopadores" (ídem.) En el sector de lsla Tranqui habitó don
Pedro Chiguay, un reconocido estopero que dedicó gran parte de su vida a este üpo de labores. Por
el relato de sus hijas Clara y Noelia podemos conocer algunos antecedentes, Nos comentan:
"El entoblodo no va montodo, sino que se va juntando, entonces lo ranura que
queda ohí va con estopo, que es la cortezo del alerce, porque esta, por ejemplo, lo
hocen con lo figuro del perlón, pero no es lo mismo. El olerce üene su proceso, bueno
mi popá el alerce lo compraba y lo trobojabo con los monos, le daba palos, lo mo-
chocoba, lo amosobo y quedobo como uno lonito y de ohí lo iba moviendo y con uno
herromienta que es un estopero que es una cosito de fierro y un mocito de modero"
(lsla Tranqui).
Por último, el tejido con fibras vegetales es otro oficio que se ha mantenido en la actualidad,
mayoritariamente en las mujeres, sin exclusión de hombres. La recolección de estas fibras era fun-
damental para que las familias confeccionaran canastos y otros utensilios necesarios para el hogar;
"todos lo hocíon, los conasütos pora color los popas cuondo se hoce chuño. Nosotros, yo iguoltengo
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canastos pora socor popos" (Rosa Mañao, Apeche). En el sector, había personas que se dedicaron
a la producción con la finalidad de intercambiar productos que no eran propios del territorio. Nos
comenta la señora Rosa Mañao; "mi mamó trabajó muchos oños en lo quilineja, en montoña y lo
vendía en bruto pa que compre horino. Mi hermano Eliano lo ocompañoba, ella era lo moyor y mi
primo que nos crecimos como hermanos" (Apeche). Este producto tenía buena venta, pues la ex-
tracción del mismo significó ingresar al monte a recolectar las fibras; posteriormente se usaba para
confeccionar utensilios como canastos o escobas.
En síntesis, las comunidades reconocen cambios en el trabajo y en su modo de vida, algunos
dicen que "yo no se uso sin ploto perdieron lo trodición interesodo por lo ploto" (E. Rain, Apeche
bajo). En la actualidad este sistema ha ido perdiendo interés en la juventud debido al cambio en el
valor que se le da al trabajo, como menciona la señora Domiüla, "ohoro no hoy gente pora trobojor,
hay que rogorles o los cabros jóvenes" (Paildad). El sistema de trabajo por turnos y la movilización
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hacia otros sectores han ido transformando las relaciones sociales y económicas entre los miembros
de las comunidades indígenas, pues anteriormente la minga cubría parte del trabajo; los días cam-
biados se han transformado en días pagados. Las nuevas generaciones üenen un gran desaño por
delante, pues resulta fundamental para las personas que componen los diferentes territorios legar a
las generaciones venideras el valor del trabajo comunitario.
X.- La alimentación de los antiguos
Un aspecto importante en la vida de los onüguos habitantes del territorio se refiere a la ali-
mentación. Esta se caracterizó principalmente por el consumo de alimentos elaborados a partir del
trabajo agrícola, que junto a los obtenidos en los bosques y el mar diversificaron la dieta.
Una de las principales fuentes de alimentos silvestres venía del bosque naüvo que el monte
proveía. Según nos señala Mirna Cuyul, algunos frutos y hongos tales como las pinochos o pinotras,
conocidos también como digüeñes, los gorgales,los miñi-miñi, el poe,los chupones, el corocu,los
milcoos de monte, el luche de monte,la murta, las murras, entre otros; fueron incorporados en di-
versas preparaciones, como se describe:
"Mitía hocío uno comido de milcaito, pero iguolcon horina parüda,le quedaban
muy ricos. (...) se freío en la olla y se le colocaba el trigo -partido- tol como colocorle
orroz y se le ibo colocando pedacitos de milcoo, quedoban muy ricas esos comidos"
(M. Mañao,45 años, Apeche).
Llama la atención que algunos de estos alimentos, tales como el fruto de la chauro estaban
prohibidos, según se señala:
"Elfruto de la chouro no se come, nunco se comió lo choura. Mi momá decía que
en las chauros las lagortijas dejoban su aliento. Nosotros de chicos los confundíamos
con el miñi miñi, pero nos decía que no porque ahí las logorüjos dejabon su aliento y
no se podío comer". (M. Cuyul, 39 años, Apeche).
Aunque se desconoce si el aliento de la lagartija üene algún significado especial para el pue-
blo Williche, podemos apreciar en este relato y en otros similares, que la enseñanza en base a la
idenüficación de los frutos resultaba ser necesaria para diferenciar aquellos que pueden o no ser
comesübles.
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La agricultura se desarrolló a parür de los culüvos anuales y estacionarios, en la huerta los ali-
mentos que primaban eran las hortalizas y frutos, mientras que la producción a mayor escala generó
alimento para todo el año, tal como se mencionai"los popos, socábomos hartos popos me ocuer-
do, trigo, linozo sembróbomos, porque hocíomos harina tostó con linozo" (Bertila Guala, Apeche),
alimento común en varias familias del sector. Los cereales debían pasar por un proceso que incluía
primeramente la labor manual y posterior molienda.
"yo lo pisoba en lo conosto po' limpiarlo, si hobío viento lo cernío el viento pa'
que se voyo el polvo y ya se medío en un almud. De ohí lo llevóbomos ol molino" (M.
Cumin, 80 años, Paildad).
El molino de agua, introducido durante la colonia, era la principal fuente de molienda de los
cultivos de cereal, sin embargo anterior a este podemos encontrar otras formas de moler que esta-
ban presente en las viviendas, comenta la señora María Nahuelquin:
"Se molío en piedra de mono igual, una piedro gronde osíy otra mós chico osí.
Eso le decío que ero lo mono poro mole¡ una piedrecito mós largo así para moler, lo
gronde estobo abojo y osí molío: piedro de mono le decían." (77 años, Tahue)
Aquellas familias que tuvieron un asentamiento cercano a la costa, contaron con una rica dieta
en base a los productos que ésta ofrecía: "Se comío de todo ontes, el luche, cochoyuyo, vivíomos de
los moriscos, corocoles, choritos, lo que uno podía pillor se comío" (D. Mario, 91 años, Lelbun bajo).
Los peces también estaban presentes en la dieta, se disponía de múlüples formas para obtenerlos,
mediante los corrales de pesca, o se üraba la red en bote según nos indicaron los entrevistados.
La conservación de alimentos se realizaba con técnicas de ahumado y cocción al interior de
la vivienda, "en el fogón todo se ohumoba, lo comida duraba hosta diciembre" (Teolinda Millán,
Lisboa). Existían cuatro espacios relevantes para estos efectos y en cada uno tenían lugar diferentes
preparaciones según el alimento. En el soberoo, estructura de madera que separa como cielo raso
la vivienda y sirve para almacenar alimentos, secaba y ahumado.El quillín, armazón de madera dis-
puesto sobre el fuego y de donde se sostenía el caldero, proporcionó otro espacio donde ahumar
al colocarse ahícuelgas de mariscos, pescados, carnes y papas (Cavada, 2016). "El deche cuando se
colaba para hacer el chupón que le dicen, ese deche lo secamos en la misma casa a fuegón arriba, en
el quillin le decíamoslos ontiguos" (María Nahuelquin, Laguna Tahue).
En la parte de las brasas también se prepararon alimentos como pan, tortillas, mariscos, en-
tre otros, "el pan se cocinoba en oreno en fogón, ocostado no más, pol desoyuno, lo once" (María
Nahuelquin, Laguna Tahue). El uso del caldero proporcionó otra forma de cocer los alimentos, su
estructura era similara la "olla" actual, podía estarcolgado o cercano alfuego desde el suelo según
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la necesidad de cocción. Para los corneosy reitimientos de chancho el caldero era protagonista, pues
en él se cocía la manteca y demás presas del animal faenado.
La preparación de los alimentos es algo que muchos entrevistados aún recuerdan con nostal-
gia, Para efectos de este apartado se nombrarán algunas de las preparaciones más comunes, siendo
importante señalar que estas variaban según los gustos familiares.
La papa al ser originaria de este territorio ha tenido un uso oncestrol, a partir de ella se ha
elaborado grupos de alimentos que se preparaban pelando, rallando, y exprimiendo la papa, tam-
bién se hacían comidas con las féculas (almidón) y otras preparaciones a partir de la papa ahumada
(Bernales, !967:328).
El deche es un alimento caracterísüco del primer grupo antes mencionado, era una bola que
podía amasarse a partir del sobrante de cuando se ralla y exprime la papa, era colgado en el quillín y
ahípodía pasar meses deshidratándose (Bahamonde, 20L7). Nos relata este proceso y su uso como
ingrediente la señora María Engracia Cumin, al recordar aquellas comidas que su madre preparaba.
"Mi mamá nos hocío sopa de deche, la flor de lo popo lo rollobo, o secaba y des-
pués lo limpioba bien con una conchita de morisco, bien raspao y lo ponía a remojar
y ohí lo molío en uno piedra y era de mano que le decíon ontes, donde molío eltrigo
y de ohí lo colobo mi momo su deche, hacío mazomorro de leche de voco". (Paildad)
El milcao, la chochoca, chapalele y mazamorra también se agrupan en esta clasificación, men-
cionando que el primero se preparaba solo con papa, mientras que los otros son elaborados con
harina y papa.
Respecto del segundo grupo de alimentos hechas con la fécula de la papa, la mayoría recono-
ció las siguientes preparaciones: chopón, la bola de chuño y mella. Cocinada en el fogón y envuel-
ta en hojas de pangue, la señora María Nahuelquin recuerda como preparaban la mella: "Cuondo
sembróbomos trigo, muchas papos que quedoban ohí enterrodo, ejemplo en noviembre por ohí, los
popas estón olütas y lo íbomos a socor pa' rollarlo y hacíamos mello, esas quedon bien dulce, rica.
Los Pilcohues que se llomoban". (Laguna Tahue).
Finalmente, los alimentos del tercer grupo que se preparaban con papa ahumada se consu-
mían luego de que estas pasaran meses en elsoberoo,así lo confirmó la señora María Nahuelquin:
"orriba se dejoban papos, quedaban papos añejas, quedoban negritos y dulce pa lavarla bien, her-
virlo. Popo oñeja le decíomos, choe, en diciembre-enero también había" (Laguna Tahue).
Los relatos aportados por lasfamilias dan cuenta de una rica dieta en base a productos propios
del sector, los que pese a algunos cambios en la actualidad, aún están muy presentes en la memoria
de sus habitantes. De las preparaciones mencionadas han dejado de comerse principalmente las
que requieren delfogón para hacerse. Éste espacio estaba muy ligado estas anüguas recetas, para el
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caso de las comidas con papas demuestra su importancia y como les servía a las familias. La nostalgia
se hizo presente cuando se recordaron aquellas preparaciones que sus madres, abuelas, tías y otras
mujeres cocinaban de manera coüdiana al interior de la vivienda Williche.
Xl.- Sanarnos de los males
En cada hogar Williche de Queilen, existen conocimientos ancestrales sobre las hierbas, usos y
propiedades curativas, información que se ha heredado a través de relatos orales, que por lo gene-
ral, son depositarias las mujeres de cada familia. Estos se transforman en conocimientos significa-
üvos a la hora de "curar" dolencias y enfermedades comunes, como el dolor de estómago, resfríos,
fiebre, estreñimiento y dolor de cabeza. "Cuondo se enfermobo hacíon su remedio con puros yerbos
paro los enfermedodes mós comunes. No hobío mochi ni lonco en Queilen. Con mis hijos chicos re-
cién comencé o ir o hospitol" (María Engracia Cumín. Paildad).
Estos conocimientos están vigentes hasta la actualidad y han sido transmiüdos familiar y co-
munitariamente,
"nosotros de repente cuando nos enfermábamos de la guato mi momó nos dabo
orégano, lo yerba bueno, el chilco. Clara: pal dolor de guato dobon el poico, estobo el
poleo, lo menta, todo eso se usobo. Noleia: la manzanilla. Cloro: el loxante que hacía
siempre mi momi (risas), elloxante cocero que hacío (...), Noelio: antes hervía uno yer-
bo no más con ozúcor y sol. Clora: yo me ocuerdoque nos hocía tomor un orbolito que
no sé si se llomo osí o no : el winki que le dicen, no sé si se lloma así, pero bueno así
lo conocimos nosotros. Mi mamó eso lo hervío, lo hechabo o hervir y le ponía azúcor
y sal y nos daba de tomor eso y ligerito nos hacío efecto. (Clara y Noelia Chiguay, sla
Tranqui-Queilen)
Además de las dolencias típicas, existen otras que requerían de un tratamiento más complejo
yespecífico; nos referimosa las parterasya lascomponedoras de huesos. Las primerasatendían los
partos en las casas de las parturientas, asistían en todo el proceso de la preparación, parto y post
parto, así nos menciona doña Berlila Guala.
"Todos nocíon en lo caso, todo en lo coso, con porteros no mós. No se cuidó
ninguno en el hospitol, de nosotros nocimos todos, igual que yo, iguol yo tuve a m i s
chicos lo moyorío en mi coso, solo el último noció en el hospital. Son 5 no más en mi
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cuodr¡|, todos nocieron en la casa. Me atendió mi suegra que está muerta ahors, ella
ero mi portera. Y Uno ocd en lo caso estoba una semona en lo como que no le dejaban
levontor"(Apeche)
Existen algunos relatos donde es la propia parturienta quien se asiste para traer sus hijos al
mundo "Hobío uno señoro, yo no estó, yo murió. Mitía Ernesüna Aguilo¡ mi mamo tombién, se aten-
dió sus propios portos. Me otendió dos poré que fueron. Nunco se enfermobon esos chicos". (María
Engracia Cumin, Paildad). Estas experiencias no son escasas en el territorio, situación que üene re-
lación al cómo "parían" las mujeres de los pueblos originarios, tal como lo relatan los escritos de
Diego Rosales sobre la vida indígena del siglo XVll:
"En poriendo se meten en el río, y se lovon muy bien, y voñon lo crioturo. Y se
von o sus cosos: pero hollonlos solos, y por ocho díos esto sin que nodie la vea porque
no se le pegue el mol de el porto, y quondo mucho üene otra indio que lo ocuda. A los
ocho díos se vuelve o voñar al río. Y quando viene o su coso, no hollo cosa ningunq de
el ojuor onüguo:porque todo dizen:que esto inficcionodo con el mal de el porto:sino
todo de nuevo.Y entonces la reciben los de slt coso, con todo lo porentelo con mucho
chicha y comido; y se hoze la fiesto al nocimiento de lo crioturo: poniéndole el nom-
bre" (como se cita en:Zárate,2OO7,p.4t)
La figura de la partera no exisfa en la sociedad mapuche, es hasta elarribo de la conquista es-
pañola que comienza a incorporarse esta figura de acompañante, "Duronte lo Colonio, lo presencio
de mujeres en colidod de fomiliares, omigos, porteros o ombos, opoyaban a sus propias congéneres
duronte el alumbramiento, convirüéndose en una proctica habitual"(Zárate,2007). Por tanto se
puede señalar que las prácticas de las mujeres Williches tenÍan relación con el alumbramiento en
solitario, que en algunos casos fueron las experiencias de nuestras entrevistadas. "En veces me toco
porir solo no mós, me ogachoba solita y una yo sabía lo que venío, todo mujer sabia como trotorse
sus parisiones". (Berüla Guala, Apeche). Sea cual sea las circunstancias del parto, sola o acompaña-
da, habían rituales en común, por ejemplo, se procuraba que la placenta se expulsara del cuerpo de
la mujer, para esto se debía soplarfuerte una botella, y luego se le apretaba la guata con una género.
A los recién nacidos se les anudaba el cordón umbilical con lana de oveja bien limpia, Al pasar unos
días, a las guaguas se las fajaba, esto duraba hasta el año, se las envolvían con géneros y lanas a fin
de prevenir según las creencias, que los órganos interiores se les soltaran y que las guaguas "crecie-
ron chuecos".
Otra labor especializada de la salud eran los componedores de huesos, este oficio lo practi-
caban tanto hombres como mujeres, y existían al menos uno por sector. Eran personas que habían
adquirido este conocimiento y prácüca a través de los relatos orales de sus "moyores" y atendían a
través del trueque.
"uno persono que se le removía un tobillo o olgún hueso se le movía con una
caído o con cualquier coso, ohí uno llegoba o un orreglodor de hueso, ellos lo res-
tregoban con salmuera y ohí cuondo el pociente estabo descuidodo le mandabon el
opretón y devolvíon el hueso a su lugor y cuondo ero uno quebrodura tombién, restre-
gaban bien con oguo con sol y lo entoblilloban con toblitas de alerce, decían que ero
lo mejor modero porque era mós curotivo, esos años no se conocío el yeso, por eso
con puro toblo no mos, y la persona quedoba muy bien, esos üempo estaba "Poncho
Cárcomo que ero de Aituy y doño Meñiña que le decíamos por oquí por este sector"
(Prosperino Hueicha, Lago Pio Pio).
A diferencia de las parteras, el oficio de componedor de huesos se manüene hasta la actuali-
dad, "aquí hay uno mujer copocitada poro eso, lo Sra. Oliva, tengo mi hijo que se coyo con un palo y
se fracturo lo pierna, fue o medico y lo enyesoron, pero jamás se sano. A final lo llevomos o lo com-
ponedora, y ahí se sono, todo soldó bien y quedo sin ningún dolor, por eso nosotros confiomos mas
en ellos más que en los médicos" (Prosperino Huiecha, Lago Pio Pio).
Los insumos necesarios para los diversos tratamientos de las enfermedades se extraían del
monte, y otros se cultivaban en las huertas dejando un espacio exclusivo para ellos. Es así como el
pueblo Williche encontraba el tratamiento a sus dolencias y afecciones, principalmente dentro de
la sabiduría familiar y comunitaria, situación que se da hasta la actualidad, donde si bien es cierto,
muchos se han integrado a la medicina alopáüca, también en primera instancia se recurren a estos
conocimientos ancestrales.
Algunas plantas y sus prop¡edades:
Plantas Usos
Boldo Afecciones gastrointesünales y hepáücas
Matico Cicatrizante tanto para heridas internas como externas.
Hierba de san Juan Anüdepresivo y dolores articulares
Melissa Tranquilizante ante situaciones de estrés.
Ruda Cicatrizante
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Xll.- Pa' pasar el frío
En la cultura Williche la vesümenta cumplía una-función uülitaria, eran prendas confecciona-
das para uso coüdiano, fundamentalmente para aislar del frio. Para estos fines se ocupaban princi-
palmente insumos de lana y cuero. Asílo describían los cronistas de las primeras expediciones:
"Gente de buen porecer, vestidos de lono", que usan lonza, lo honda y el dardo,
y que llevon en la cabeza un sombrero "muy bien hecho de lana tejido y peludo como
un paño como tocodo" y que el cuerpo lo cubren con uno choquiro" en el mismo texto
señalan "Y por ser tierro muy fría andoban vesüdos con mós obrigo que los demós del
reino, troyendo calzones y comiseros. Y en lugar de copas una muceta de lono muy
fina".( Urbina, p.86)
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Estos tejidos se confeccionaban de la lana que obtenían del chilihueque: una especie de llama,
la cual los españoles llamaron "carnero u ovejas, de üerra" , Alonso de Ovalle los describe:
"Entre los onimales propios de aquel país (Chile) se pueden poner en primer
lugor los que llomon ovejos de lo üerro y son de figuros de comello ni ton bostos ni
tan grandes y sin los corcobas que oquellos tienen, son unos blancos y otros'negros y
pordos y otros cenecientos. Enfrénance por los orejas en las cuales les hace agujero
por donde se les entra el cordel del que tira el que las gobierno pora llevorlas donde
y como quiere, hincándose de rodillos paro recibir la corga y estando ésto recibido y
bien ocomodada se levantan y la llevon o poso reposodo". (Latcham,Pag.L42l.
Al poco üempo de la llegada de los españoles, el chilihueque comenzó a sufrir un proceso de
exünción debido fundamentalmente al arribo de la oveja al territorio: condición que hizo fácil su
domesticación y adaptación. Su incorporación cubrió dos necesidades fundamentales en la vida de
los habitantes, el primero fue la calidad de su vellón, el cual era más grueso y permiüó confeccionar
prendas con mayor poder de aislación, y lo segundo fue su carne, la cual fue introducida a la dieta
alimentaria. Paulaünamente se comenzó a confeccionar vestuario con el vellón de oveja, el proceso
de manufactura era en primera instancia la esquila, luego el lavado, el escarmenado, y el hilado; Para
luego comenzar la confección del texül en el kelwo:
"El quelgo fkélyo] consiste en uno estructuro de modero, confor- mado por un
morco rectongulor con el que la lobor se realizo horizontal- mente sobre el piso. Lo
posición de lo formo de trobojo es, sin duda, el rosgo disüntivo entre el telor de Chiloé
y el de Cautín, por ejemplo. El telar de Coutin se opoya contro uno pored, quedondo
en forma diagonal frente a la tejedoro; el quelgo de Chiloé lo hoce horizontolmente
sobre el suelo de la viviendo o en el potio de la caso. En este coso, lo tejedoro trobojo
sentoda sobre un piso muy bojo o simplemente orrodilloda, posición que resulto foü-
gonte luego de un par de horos de lobor". (C.Ramirez, P.1033)
Este instrumento permitió el desarrollo del mundo textil en el territorio, debido a su gran
tamaño se tejían alfombras, frazadas, y largas piezas de lana que luego cortaban y daban formas a
disüntas piezas: "Lo vestimento eran tejidos a telor pontolones con chombo de lono" (Teolinda Tei-
guellAulen).
Las mujeres se vestían con vesüdos de una o dos piezas y un chal, los hombres con pantalo-
nes de lana, chaqueüllas de lana sin mangas y "chorowillas",tejidos de junquillos que se uülizaban
en los pies, "se hacían zopotos con junquillos pora ir o miso, paro ir o la escuelo" (Teolinda Teiguel
Teiguel, Aulen). También se usaban las "ojotas", articulo üpo zapato, que se fabricaban con el cuero
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de la oveja "se usoban ojotos, él fue el primer niño que uso zapotos"(Prosperino Hueicha, Lago Pio
Pio). Este calzado era un buen aislante del frio, el barro y la lluvia "Se cortaba un pedazo de cuero
y se costurobo con olguno plonto seco los bordes, se onudaban y quedobon buenos poro cuolquier
faeno, eso llego después si, cuondo éromos niños ondábomos o pota pelodo no más". (Florencio
Llancalahuen, Paildad).
Luego se incorporó el tejido a palillo "Yo cortobo solo mi ropo. Los chompas los tejío, le hocía a
mis chicos, puro polillo. Mi mamá tejío en kelwo, hocío frozodas, yo tombién tejíen kelwo. Se ponía
un cordel en las vigos de lo coso y se colgoban las cañas del tejido". (Bertila Guala, Apeche). Además
de las ünturas que fueron dándole al tejido nuevos diseños y colores a los ya tradicionales. "Pero ello
sí esquilobo sus ovejos, y oprovechobo y hacio la lono, hilobo y de ohítejío sus chompos, sus colcetas
(Noelio: sus frozodos). Tenío ello su vigo, los kelwo, tenío su telor donde tejía sus frazodas. (Clara
Chiguay, Noelia Chiguay, lsla Tranqui).
Los tejidos eran de lana de oveja, que lavaban en la orilla de los ríos hasta dejar limpia y sin
olor. Usaban hojas, raíces, algunos minerales, cortezas y frutos para darle color., practicas que se
conservan hasta nuestros días. Algunos de estos son:
(O. Plath, 'Arte tradicional de Chiloé", disponible en :Chiloe.omeka.net )
Respecto de los diseños de los texüles, que son carocterísticos del territorio, es-
tos en uno primero etopo eron lisos y simples; con la llegoda de nuevos influencias
estéücas en la década del 30 y el 40 o trovés de las revistas de punto cruz troídas prin-
cipolmente desde Argentina y México, se fueron incorporondo diseños como rosas y
flores. (L.Lopez Navarro, 201,41.
Actualmente muchas de estas técnicas se siguen usando principalmente en el mundo rural; al
Color Insumo utilizado
Nesro El robo y el humus
Marrón Radal y Huienque
Violeta Maqui
Rojo Culli
Beige Corteza de hulmo
Verde oscuro Laurel
Gris El chilco, la raiz de la nalca
Verde claro Canelo
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de la oveja "se usoban ojotas, élfue el primer niño que uso zopotos"(Prosperino Hueicha, Lago Pio
Pio). Este calzado era un buen aislante del frio, el barro y la lluvia "Se cortaba un pedazo de cuero
y se costurobo con olguna plonto seco los bordes, se onudoban y quedobon buenos para cuolquier
foeno, eso llego después si, cuondo éromos niños andábamos o poto pelodo no más". (Florencio
Llancalahuen, Paildad).
Luego se incorporó el tejido a palillo "Yo cortobo solo mi ropo. Las chompos los tejío, le hocío a
mis chicos, puro palillo. Mi momd tejía en kelwo, hacía frozadas, yo también tejíen kelwo. Se ponía
un cordel en los vigas de lo cosa y se colgobon los cañas del tejido". (Bertila Guala, Apeche). Además
de las ünturas que fueron dándole al tejido nuevos diseños y colores a los ya tradicionales. "Pero ella
sí esquiloba sus ovejas, y oprovechabo y hacío la lona, hiloba y de ohítejío sus chompos, sus colcetas
(Noelio: sus frozodos). Tenío ello su vigo, los kelwo, tenío su telor donde tejío sus frozados. (Clara
Chiguay, Noelia Chiguay, lsla Tranqui).
Los tejidos eran de lana de oveja, que lavaban en la orilla de los ríos hasta dejar limpia y sin
olor. Usaban hojas, raíces, algunos minerales, cortezas y frutos para darle color., pracücas que se
conservan hasta nuestros días. Algunos de estos son:
Color Insumo utilizado
Negro El robo y el humus
Marrón Radal y Huienque
Violeta Maqui
Roio Culli
Beise Corteza de hulmo
Verde oscuro Laurel
Gris El chilco,laraiz de la nalca
Verde claro Canelo
(O. Plath, 'Arte tradicional de Chiloé", disponible en :Chiloe.omeka.net )
Respecto de los diseños de los textiles, que son carocterísticos del territorio, es-
tos en uno primero etopo eron lisos y simples; con lo llegodo de nuevos influencias
estéücas en la décoda del 30 y el 40 o través de las revistos de punto cruz troídos prin-
cipolmente desde Argenüno y México, se fueron incorporando diseños como rosos y
flores. (L.Lopez Navarro, 20L4).
Actualmente muchas de estas técnicas se siguen usando principalmente en el mundo rural; al
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interior de las comunidades se uüliza el Kelwo,los teñidos naturales, y el hilado con huso manual;
de esta manera se sigue conservando el patrimonio textil, heredado de los pueblos originarios que
habitaron y habitan el territorio.
Xlll.- "Re-construyendo nuestra ldentidad"
A las comunidades indígenas de Queilen les pareció fundamental incorporar en este libro la
mirada de los niños y niñas de sus comunidades, indagar en las nociones que üene desde su cultura.
Para esto se realizó acüvidad, llamada "Re-construyendo nuestro ldenüdod", iniciativa que se llevó a
cabo en cuatro establecimientos educacionales de la comuna de Queilen: Escuela de Apeche, escue-
la de Paildad, Escuela Santa María y Terra Nova.
En términos metodológicos se utilizaron "mapas parlantes" a fin de que idenüfiquen elemen-
tos propios de su cultura presentes en el entorno. Aquí identificaron sus respecüvas comunidades,
su entorno natural, los cursos de aguas, los montes, su territorio. Además incorporaron en los
mapas sus casas, huertas, animales, todos elementos propios de su quehacer cultural cotidiano,
además se manifiestan orgullosos de su cosmovisión y tradiciones, reconocen elementos funda-
mentales como la bandera, el cheñeto, canciones, palabras en mapudungun, y una serie de símbolos
propios de su cultura..
La apertura de la escuela como uno de los ejes principales en la revitalización de la cultura
ha sido fundamental en la educación de los niñas y niños del sectol específicamente a través de la
incorporación de la figura de "Educador tradicional" en las aulas, es en el año 2010 cuando se hace
obligatorio en los establecimientos educacionales del país la enseñanza del mapudungun y otras
lenguas originarias. "Uno de los aspectos claves en la implementación de las cuatro estrategias de
focalización mencionadas es la "dupla pedagógica", consütuida por el profesor mentor (docente de
aula) y por el educador tradicional. El primero aporta el conocimiento de la cultura escolar y el saber
pedagógico; el segundo, los saberes tradicionales de su cultura y su lengua", esta figura aporta con-
tenidos y miradas propias de su cultura, procesos educativos que los niños y niñas idenüfican como
posiüvos y necesarios dentro de sus comunidades, ya que les entregan valor a sus relatos y vivencias
coüdianas. (Casüllo, Fuenzalida, Hasler, Sotomayo;Allende. 2016).
De esta manera se sitúan prácücas culturales en un espacio extra domesüco, a fin de valorarlas
y preservarlas; patrimonio cultural vivo que está en constante dialogo con las nuevas generaciones,
quienes üenen como desafío conservarlas y revitalizarlas como agentes fundamentales dentro de
su cultura.
44
ltffiI
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/il1I.AKE ¡1
D^CV
XlV.- Agradecimientos
Nuestros agradecimientos a la mesa territorial de Queilen por su interés en aportar en el en-
cuentro de su comunidad con su pasado, un ejercicio de memoria colecüva, donde el relato oral es
el motor arüculador entre el ayer y el hoy.
Y principalmente a todos y todas las personas de los diversos territorios de la comuna de Quei-
len, quienes con sus tesümonios hacen posible mirar el presente con ojos del pasado y aportar en
el empeño de luchar contra el olvido.
XV.- Bibliografía
.Bahamonde, R. (2017). Elcontexto culturalde la papa en Chiloé. Colecciones Digitales, Subdi-
rección de lnvestigación Dibam.
.Bernales, M. (1967). Sobre vocablos y cosas de Chiloé. Estudios Filológicos, N'3: 303-347.
.Díaz Plá y otros (2OL4) Memorias del Estero Paildad. Transformaciones socioeconómicas en
el Chiloé profundo,
.Dibam. (20L7). Juégatela por nuestro patrimonio, guía de juegos y monumentos nacionales.
.Casüllo, Fuenzalida, Hasler,(201-6). Sotomayor,allende. disponible en HYPERLINK "hltp:ll
www.scielo.cl/scielo. ph p?script=sci_arttext&pid=S0716-58LL20L6000100019" http://www.
scie lo.cl/scielo. ph p?scri pt=sci_a rttext
.Cavada, F. (1914), Chiloé y los chilotes. lmprenta Universitaria. Sanüago.
.Guber,R. (2011).La etnografia: método, campo y reflexivdad, editorital Siglo 2L.
.Lopez Navarro L.(20L4). Historias texüles de Chiloe. Consejo nacionalde la cultura y las artes.
Disponible en: chiloe.omeka.net
.Marino, M. (1985). Chiloé: economía, sociedad, colonización. Edición Víctor Naguil, Ancud.
.Monsalve, D. y Leighton, A(2005), Nosotras, las mujeres williche de Chiloé, nuestra medicina,
artesania y alimentacion tradicional. Asociación lndígena de mujeres williche de Chiloé Rayen
Küyen". Bosque modelo..
47
.Mun¡ta, Doina, Rodrigo Mera M. y Ricardo Alvarez A (2011). lnforme de asesoría arqueológica
proyecto:Estudio y puesta en valor de los conchales de Queilen.
.Pavón, T. Parada, V. (1999). Las mujeres rurales reconstruyen las historias de Queilen.
.Plath, O. (1946). Juegos y diversiones de los chilenos. Boletín de educación fisica. Universidad
de Chile.
.Plath, O. (1973). Arte tradicional de Chiloé.Universidad de Chile, Sanüago.
.C, Ramírez Sánchez, (1998). El quelgo o telar indígena de Chiloé (Estudio lingüísüco-etnográ-
fico) Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad de Chile. Disponible en: chiloe.omeka.
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tarias de Valparaíso. Universidad Católica de Valparaíso, Chile.
.Soussi, L (2014). Chiloé infancia rural: una mirada retrospecüva. Editorial Okeldón.
.Strabucchi, R. (2016). Carpinteros de ribera. En Museo de Arte Precolombino, Santiago.
.Zárate, M. (2007) , "Dar a luz en Chile , siglo XlX. De la ciencia de hembra a la ciencia obsté-
trica, Colección sociedad y cultura, centro de invesügación Diego Barros Arana, Universidad
Alberto Hurtado.
48
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  • 1.
  • 2. Conrunidad lndigena Piedra Blanca de Aulen" Ne de ReBistro 871 Cueilén - Chil ¡e HTETT&H,il,Hffif Er¡.furfdlc¡ gil{ nuT. 65.091.161_i
  • 4. LAS CASAS DE HUMO El pasado indígena de Queilen en Ia voz de las comunidades actuales
  • 5. Esta obra ha sido financiada con el aporte de Las fotografías y textos de este libro, no pueden ser reproducidos, sea por procedimientos electrónicos, mecánicos, ópticos, químicos, incluidas las fotoco- pias sin previa autorización del autor. Escritura: Carola Máquez, Antropóloga Luis Torres Marilicán, Antropológo Francisca Urzúa Castillo, Profesora de Historia y Ciencias Sociales Fotografía: Eduardo Soto Edición fotográfica, Rodrigo Muñoz Derechos de edición reservados. La Bauda Ediciones Chacabuco 720, oficina 15, Ancud, Décima Región, Chile labaudaediciones@gmail.com l" edición febrero 2018
  • 6. t.- índice ll.- Fotografias entrevistados.............. .....................6 lll.- lntroducción................ ...................10 lV.- Algunos antecedentes para la construcción de la Historia lndígena de Quei|en....................72 V.- Aproximación a la cosmovisión del pueblo williche de Chiloé... ..............15 Vl.- La vida al interior de las casas de humo........ .....2O Vll.- De rutas y huellas en el monte y el mar... ...........22 Vlll.- Juegos, encuentros y entretenciones..... ....................24 lX.- El quehacer de los anüguos.... .......26 X.- La alimentación de los antiguos................ ......32 Xl.- Sanarnos de los ma1es........ ............35 Xll.- Pa' pasar el frio........ ......38 Xlll.- Re-construyendo nuestra identidad.. ................40 XlV.- Agradecimientos...... ........44 XV.- Bibliografia..... .......44
  • 7. ll.- Fotografías entrevistados y entrevistadas Teolinda Millán y esposo, Sector Aulen Elena Raín, sector Apeche Bajo Domiüla Cuyul, Quellón
  • 8. Clara y Noelia Chiguay, lsla Tranqui Erminio Cuyul, Apeche Alto María Engracia Cumín, Sector de Paildad
  • 9. José Aristeo Mañao, Sector las Cañas María Llancabure, sector Tague /;;.!i- -lr 'L1§.* *.. :+;lr Prosperino Hueicha y señora, Sector Lago Pio Pio Domitila Mario, sector Lelbún
  • 10. Marta Mañiao, sector Apeche. Florencio Llancalahuen, sector Paildad Bertina Guala, sector Apeche.
  • 11. Jaime Velasquez, Quellen Maria Nahuelquin, Tague 10 Mlrna Cuyul, Apeche
  • 12. lntroducción El territorio de Queilen presenta una geografia marcada por la existencia de grandes cuencas hidrográficas que comprende lagunas, ríos y esteros; a ello se suma la presencia de un'lslote deno- minado Conejos y dos islas: AcuiyTranqui . En el monte, el relieve presenta variaciones que diferen- cian los sectores costeros de aquellos interiores. Según evidencias arqueológicas conocidas a parür de los conchales y corrales de pesca, el asentamiento humano de los antiguos habitante ha estado asociados al bordemar (Munita, Mera y Álvarez, 2O7L). Cuando intentamos dilucidar cuáles son los grupos originarios, nos encontramos con que no existe un consenso respecto a cuál fue su deno- minación o patrón de asentamiento establecido, Disüntas fuentes nos mencionan a tres grupos: chonos, payos y williches, para efectos de este escrito centraremos nuestra atención en los aspectos culturales del pueblo williche, debido al sentido de pertenencia que üenen las once comunidades que conforman la mesa territorial. La llegada de los españoles al territorio significó para la población originaria un proceso de adaptación debido a las condiciones culturales que los peninsulares trajeron a Chiloé. La concepción y distribución del trabajo mediante el sistema de encomienda, como forma organización geopolíüca y la misión circular desünada a la evangelización, convivieron con formas propias del pueblo williche, configurando así un sincreüsmo cultural que actualmente aún podemos idenüficar en prácücas de las comunidades indígenas. Para las once comunidades que componen la mesa territorial de Queilenl resulta fundamental dejar tesümonio para las futuras generaciones sobre cómo era la vida de los antiguos. Este libro bus- ca describir diversos aspectos del pasado, de disüntas familias williches de Queilen, con la finalidad de poner en valor su historia y cultura, por medio de la recopilación de experiencias de personas cuyo conocimiento fortalece la memoria del pasado y su relación con el presente. Para lograr los objeüvos propuestos se utilizó el método etnográfico, el cual "Consiste en ela- borar una representación coherente de lo que piensan y dicen los naüvos, de modo que esa "des- cripción" no es ni el mundo de los naüvos, ni el modo en que ellos lo ven, sino una conclusión inter- pretaüva que elabora el investigador" (Gubel 21t2l. En este contexto el margen temporal de esta investigación corresponde al siglo XX, sin perjuicio de que los temas y contenidos que aquíse expo- nen aluden a un pasado más anüguo. Se realizaron2l- entrevistas semiestructuradas a personas que la mesa territorial de Queilen solicitó, cuyas edades variaron entre los 44 años y 91 años de edad. Este libro se divide en ocho apartados. El primero de ellos es una aproximación a la cosmovi- l Mapuche Williche Kechalen, De Apeche, Fundo el Cacique de Apeche, Tahue, Lago Plo Pio, Piedra Blanca de Aulen, Huilliche de Lelbun, Los Avellanos, Cruce los Canelos, El Edén de Paildad y We Tripantu. t1
  • 13. sión williche a parür de diferentes elementos como la mitología, las iglesias y los cementerios, por tanto sus antepasados y sus legados a las comunidades actuales. El segundo aborda la vivienda willi- che: su arquitectura y los usos del espacio al interior de ella. El siguiente capítulo describe aquellos juegos presentes en espacios como la escuela y el hogar; así como también los que se realizaban durante las faenas cotidianas. Otros juegos de estrategia, destreza y encuentro familiar como el linao y palín. En el capítulo del trabajo se describe el quehacer de los anüguos y la organización de éste mediante la colecüvidad y las faenas producüvas vinculadas al monte, la üerra y el mar. El capítulo quinto describe cómo los anüguos obtenían, producían y conservaban sus alimentos. Por su parte, el capítulo siguiente, de la movilización, refiere a las principales rutas y medios de transporte que usaron las familias para desplazarse por el territorio. El capitulo sépümo, sobre la medicina y salud, contempla descripciones sobre el uso de múltiples plantas con propiedades medicinales que usaban las familias, pero además se reconoce a algunas personas que tuvieron especial reconocimiento en el sector, como los componedores de huesos y las parteras. El último capítulo habla de la vesümenta de los anüguos, describiendo la uülización de la lana del chilihueque (camelido americano), y posteriormente de la oveja, como materia prima para la confección de prendas para toda la familia. Las técnicas texüles como el teñido, el tejido en telar y el tejido en palillos permiüeron la confección de mantas y alfombras, las que, a mediados del siglo XX, incorporaron diseños y colores floreados conocidos en todo el territorio.
  • 14. IV: Algunos antecedentes para la construcción de la Historia lndígena de Queilen Queilen es una ciudad ubicada al sureste de la lsla Grande de Chiloé, entre Chonchi y Quellón. Cuenta con una superficie de 332 Km2 compuesta por la ciudad de Queilen y diferentes sectores rurales tales como Agoní, Lelbun, Aituy, Deüco, Apeche, Contuy, así como también las islas Acui y Tranqui. Cabe destacar que en este contexto, se trata de una comuna con un alto porcentaje de población indígena, pues según el úlümo censo (2077) el número total de habitantes sería de 5.385, de los cuales 2.762, es decir más de la mitad, se considera perteneciente a un pueblo originario, en su mayoría a la cultura mapuche (Ley 19.253). La historia del territorio que comprende la comuna comienza cuando en 1589, Paildad, Com- pu, Yutuy y Llau-Llao, pasan a formar parte de la encomienda entregada a don Cristóbal Díaz. La encomienda fue una de las principales insütuciones del período colonial en Chiloé y consisla en una relación de obligación de los indígenas de brindar servicio personal, es decir, trabajar para el encomendero. En el siglo posterior, en 1660, Paildad sería una sola encomienda, aunque en 5 años más tarde se uniría a otros pueblos como Compu, Llau-Llao y Pubilo, bajo la encomienda de don José Colmeneros de Andrade. Finalmente, en L677, junto a Chonchi y Payos serían entregados a don Francisco de Uribe. En este mismo período, aparece Lelbun que en 1683 es entregada a don Je- rónimo Díaz de Mendoza. Esta institución se encontraría vigente hasta el siglo XVlllcuando en 1780 fueron abolidas defi niüvamente. A comienzos del siglo XVlll, la rebelión indígena de 171,2 rebelaría el funcionamiento de la encomienda en donde encontramos, por ejemplo, que 13 años más tarde el cacique de Paildad, don Diego Ancaguay relataría los tratos del encomendero José de Andrades quien "tenía completo con- trolsobre sustributarios hasta grados que atentaban contra el derecho natural" (Urbina, L990: 78). Según el cacique, conünuando con la descripción, Andrades mandó a construir su casa en Paildad de "40 pies, sin darles más paga y comida que malas palabras y palos, y esto sin que reservasen caci- ques, gobernadores libres, ni mujeres, ni fiscales", agregando que la ración de alimento era apenas "una pequeña taza de mote de habas o de trigo, cada 20 o 24 horas a cada trabajador" y cuando faltaban altrabajo "los enviaba a traer de sus casas, los ponía en cueros y los hacía envolver de pies a cabeza en orügas... y si estaban malos de los ojos, se los embufa en polvo de tabaco"(ldem). Tra- tos como estos e incluso peores conllevaron a la organización de los williche a través de un juego de linao celebrado en Quinchao, para hacer frente a los encomenderos. Desde el siglo XVll, la misión circular fue la forma que asumió el proceso de evangelización de la población indígena durante la colonia en Chiloé. En lugares estratégicos para los indígenas williche l3
  • 15. cuyas "viviendas se encontraban dispersas, muy alejadas entre sí" (Urbina, 2OO4:1-06), los jesuitas y, desde lT6T,losfranciscanos, se instalaban para instruirlos en diferentes aspectos relacionados con la conversión hacia la religión católica. Un mapa de !7622 indica la ubicación de todos los sitios de misión incluyendo Chiloé, en donde se referencia a Compu, Paildad y Queilen. Los religiosos llevaban registros de la población indígena, en donde encontramos interesantes datos demográficos durante el siglo XVlll: Evolución demográfica de la población indígena del territorio que comprende la comuna de Queilen en el Siglo XVlll: Evolución demográfica de la población indígena del territorio que comprende la comuna de Queilen en el Siglo Xvlll: Fuente: Elaboración propia en base a Urbina (2004). La importancia que tuvo la misión circular en la población indígena de Queilen y en Chiloé en general, se puede apreciar aún en la actualidad, en donde las iglesias y cementerios de los diferen- tes pueblos de indios evidencian la anügüedad de dichos territorios y se presentan como elementos fundamentales de la identidad de estos mismos, pues el historiador Rodolfo Urbina describe que en elsiglo XVlll"Los indios al darsus nombres añadían ser'de la capilla deTey', o'de la capilla de Rilán', etc." (2004:1071. Por otro lado, es conocido el origen colonial de los fiscales cuyo rol le correspondía a jóvenes indígenas instruidos para tal labor. 2 Ver en MonumentaCartographicaChiloensia, Urbina y Moreno (2010). t4 Pueblo L733 1735 1758 1767 1,770 1789 L790 Lelbun 28 1,02 sli sli sli sli s/i Queilen 60 63 82 s/i LL2 1,26 r28 Paildad 63 72 88 17 s/i 78 80 Compu 85 87 33 74 80 75 74 Chadmo 61, 70 92 88 1_16 1_08 109 Tranqui (isla) 48 50 93 1,L1 1_00 L04 1,07 Ahoní(Aeoni) s/i sli t22 L26 70 163 1,37
  • 16. En el siglo XVlll, específicamente en 1727, existen registros de los caciques de los diferentes pueblos de indios, tales como Paildad, Compu, Lelbun, Payos Ly 2'y Queilen, cuya importancia fue progresiva a parürde la rebelión indígena det7t2, según el historiador Rodolfo Urbina (200a). Así encontramos que don Diego Ancaguay; don Domingo Llantureu; don Alonso Levipanguiy don Pedro Quideman; don Marün Milipichicoi, don Juan Millán y don Luis Purán, junto a don Luis Parancán y don Juan Carimonquis; don Domingo Nauto y don Diego Renomilla, serían las autoridades tradicio- nales del período. Cabe mencionar que aunque algunos de estos apellidos aún existen, varios de ellos ya no. (esto preferiríamos fuese mejor desarrollado en la conclusión) 3 Rodolfo Urbina, en su libro Población indígena, encomienda ytributo en Chiloé:1567 -L873(2OO4), indica en dos oca- siones a los pueblos de Payos y Lelbun t5
  • 17. Finalmente, los antecedentes arqueológicos e históricos en Chiloé manifiestan la existencia de dos grupos culturales que habrían habitado yf o recorrido en el archipiélago. Lo anterior se eviden- cia en el informe realizado por Munita, Mera y Álvarezo en el Estero Mechai en donde los conchales invesügados "presupone un origen adscrito a poblaciones canoeras y una posterior ocupación hui- lliche para los conchales de mayores dimensiones" (201-1-: 2), nos referimos a los chonos y los wi- lliche. En este contexto, encontramos que para el caso de Queilen ha sido descrito como "Costa de Payos" que según el antropólogo David Núñezs sosüene respecto a dicha denominación que "si- guiendo una opinión generalizada -autores como Urbina (1988:30) y Trivero (2005:43)-, proponen que los payos corresponden a grupos de origen chono, que han adoptado una forma de vida se- dentaria a semejanza de los mapuche williche." (s/p) Y que en general "se da por entendido que los payos, además del sedentarismo, habían adoptado también el mapudungun, por lo menos no hay antecedentes que indiquen otra cosa. (...) la'mapuchización'de los pueblos navegantes era,a todas luces, un proceso que estaba en curso a la llegada de los españoles, a tal punto que se encuentran 'chonos'sedentarios en Chiloé (los payos)" (2015: s/p). Esta situación nos permite problematizar en cuanto al origen de algunas familias del territorio de Queilen quienes se reconocen y declaran como descendientes de Chonos, pueblo que según la historiografia habría desaparecido en el siglo XVlll. V.- Aprox¡maciones a la cosmovisión del pueblo w¡ll¡- che de Chiloé En este capítulo quisiéramos abordar el tema la cosmovisión del pueblo williche a parür de elementos tales como la espiritualidad, considerando la descripción de historias relacionadas a los seres mitológicos; la importancia de la luna en el orden de la vida y la ancestralidad, teniendo en cuenta los anüguos cementerios indígenas (aún vigentes) en donde descansan sus antepasados y en ellos, parte importante de su historia. La üerra y el mar han sido y son los dos entornos donde se han desenvuelto los williches. Am- El texto aludido corresponde a informe denominado "lnforme de asesoría arqueológica. Proyecto: 'Estudio y puesta en valor de los conchales del estero Queilen, Chiloé'. Provincia de Chiloé, Región de Los Lagos, del año 2011. El texto citado se denomina "Toponimia Mapuche en Aysén y Palena. Apuntes sobre identidad yterritorialidad indíge- na en Chiloé", expuesto en el 6to Seminario Chiloé Historia del Contacto organizado por el Museo Regional de Ancud, en el año 2015. l6
  • 18. bos son espacios fundamentales en la territorialidad indígena con una geografÍa insular. Es así que la bandera williche los incorpora en su diseño y colorido. Las actividades en dichos espacios estaban mediadas por rituales que apuntaban a establecer una relación armoniosa y de respeto con otros seres y los lugares que estos habitan (que cuidan y protegen). En el continente, hacia el norte, estos son conocidos como ngen, aunque en Chiloé se refieren a ellos como "dueños" o "cuidadores" y para el caso de los lugares, estos han sido descritos como "lugares de paso", "caminos", enfaüzando que se trata de entornos no habitables para las personas. El ingreso a estos lugares es sólo a través de prácücas rituales mediadoras como, por ejemplo, ponerse ajos en los bolsillos antes de entrar al bosque o bien, "pedir permiso". La trasgresión de dichos espacios es casügada y de eso nos enseñan las diferentes historias -epew-"contodos de generación en generoción" (Mirna Cuyul, Apeche). Es importante aclarar que las referencias actuales a algunos seres míücos, las historias de enüerros y todo aquello que se ha conocido como mitología, siempre han tenido un sentido y un contenido más profundo para los williche de Chiloé a como se describen normalmente. Algunos de estos seres como el trauco y la fiura, habitantes del bosque, forman parte del complejo universo espiritual de los williche. En este contexto, de la folclorización de la espiritualidad o religiosidad de un pueblo, es posible plantear que frente a un observador externo a la cultura, estos seres fueron vistos como simples relatos e invenciones de gente ignorante, tal como relata Mirna Cuyul, educa- dora tradicional y vecina de Apeche: "Chiloé üene como todo mitológico. No sé po'uno como de lo tierro, como indígena, como williche, empiezo a investigor por qué vinieron personos y dijeron que "el trauco y la pincoya son malos" por ejemplo. Se dice respecto a estos seres que aquellos que han tenido experiencias con ellos son de "cor- ta vida", "porque ocá en la loguno -Tahue- un cabollero que vive olló en la esquino vio el Coleuche, y ese hombre ya no vivió muchos oños más Murió porque el que ve algo así es corto de vido." (María Nahuelquin, Aituy). Cabe mencionar que el Caleuche no sólo es descrito en el mar, sino que también en los innumerables pequeños ríos que llegan al mar, en donde lo único que lo idenüfica es el sonido que producen las cadenas del barco haciendo puerto, incluso adentrándose en las montañas. Con su tripulación, las personas establecían tratos que les favorecieran, aunque bajo varias condiciones que se debían cumplir a cabalidad: "Mi mamá conversaba que había una señora en Paildad que trabajaba con el caleuche, porque su marido se fue. Y esa señora de un día para otro fue rica y como la gente dice que le pedía cosas como no sé po'tener puras gallinas negras, tener puros perros negros y ella los tenía, entonces cuando se pasaron el dato, la gente solo iba para ver si era real lo que estaban contando y claro po' la señora tenía puras gallinas negras, los gatos, los perros, eran todos negros y se supone que esa era la condición que ponían para hacertratos y mucha gente decía que llegaba un barco y se escucha- t7
  • 19. ba cómo caían esas cadenas gruesas, pesadas." (Mirna Cuyul, Apeche). Por su parte los enüerros, según se cuenta, son pequeños fuegos dispersos en el territorio que aparecen en el período de celebración del Wetripantu. En Chiloé, a propósito del sincreüsmo cultural que se originó en la colonia, dicha celebración se corresponde con "La noche de San Juan". Se diceque cada entierro esconde un tesoro -más allá de si se trata de ollas con monedas de oro- el cual está destinado sólo para algunas personas: "Nosotros lo conversóbamos con mi mamó y mi tío que falleció. Decíon que debe ser de estos enüerros. Porque ontes buscobon entierros. A ver...muchos campos que covoron, pero que no socoron no'. Nosotros lo habíomos visto arder, pero no, na- die iba donde estabon los entierros. Al lado de la cosa vio subir un humo olto y bojó, subió otro hasta lo mitod y se perdió, pero ni siquiera o nosotros se nos ocurrío miror, porque nos daba miedo." (Roso Moñoo, Apeche) Respecto a lo anterior, afirma y agrega Mirna Cuyul, lo siguiente: "Por lo menos yo no he visto enüerros, pero gente mós anügua... mi mamá sí. Y hay personos que hon sacado enüerros. En Contuy, arriba en la cuesto de los Vorgas, habío un tremendo hoyo porque hobían socodo algo. Mi momá dice que los enüerros no los puede sacar una persono que no pertenezco o un pueblo indígeno. De otro no lo puede sacor, porque esos son solamente para los personos que son indígenas porque son reliquias de su anteposodo, si no se maldicen, se mueren. (...) Se supone que orde el entierro cuondo es el wetripontu, pero ya del otro lodo ya le colocoron la fiesto de Son luan, religioso". (Apeche) En la cultura williche, los astros y sus dinámicas üenen una parücular importancia al relacio- narlos a un sistema complejo de relaciones entre las personas con su medio. Este ejercicio de cono- cer e interpretar el entorno llevó a las comunidades a desarrollar sus labores según un calendario natural vinculado estrechamente con los ciclos de la naturaleza. Asíencontramos, por ejemplo, que para la celebración delwetripantu,una de las más importantes para la cultura mapuche-williche en el solsticio de invierno, es el hito que marca el comienzo de las faenas relacionadas al trabajo en el mar y la üerra, pues el cambio en el clima manifiesta del inicio del nuevo ciclo de la üerra; es decir; hay que iniciar los preparaüvos para el período venidero, de buen clima para la siembra. En este contexto, la luna en particular y sus ciclos mensuales, ordena la vida y el trabajo según relata Mirna Cuyul: "Mucho gente de nosotros todavío trabajo con el tema luno¡ que dentro de la
  • 20. cosmovisión de nosotros es importonte. Sober lo luna en que se siembro, si vo o dar fruto pora abojo como lo betarrogo, lo zonohoria; si do hocio arriba como lo lechuga, es otro luna. Si te cortas el pelo, los uños, üene que ser en determinado luno. Los on- üguos trabojobon mucho con la luna, lo gente sigue monteniendo y eso se respeto." (Apeche) Otro aspecto fundamental es la ancestralidad, entendida como, la relación que existe entre los vivos, las familias, comunidades actuales y sus antepasados, reconociendo en ellos los orígenes de la cultura -o de su enseñanza al menos- y el profundo respeto hacia ellos. Se les menciona como losonüguos, cuyo término, más que designar a una persona o generación en particular, es una an- ügua referencia respecto al quehacer de la cultura. Al mismo üempo, dicho sentido de origen, de pertenencia se aprecia en el culto a los muertos sobre el cual quisiéramos detenernos. "Poro nosotros lo muerte üene dos posos, primero lo muerte físico, y ohí se ve- labon tres díos y tres noches, y lo otro es ol oño, cuando el alma se vo para arribo, por eso es importonte hacer uno ceremonia ol oño, poro que el olmo se voyo tronquilo" (Domiülo Cuyul, Maestro de Poz, Quellón). La celebración de las novenas por los williche, una ceremonia religiosa católica que convoca a la comunidad para acompañar a la familia y darfuerza al difunto en su camino, se debe en parte a la creencia donde la muerte es un proceso complejo que debe ser acompañado. Sin embargo, "ontes las novenas eron más largas. Decían que ontes se velobo ol difunto hasta 1.6 días" (N. Llancauren, Aituy), contrastando la anügua forma indígena, con los 9 días de rezo según el catolicismo. Las iglesias y los cementerios son sobrevivientes a los diferentes procesos de la historia insular y dan cuenta del pasado colonial en los territorios indígenas de Chiloé. Estos se erigieron en lugares estratégicos, con un significado espiritual de importancia para la comunidad, como lo son las can- chas donde se encontraba el rewe y se celebraban las ceremonias. En los cementerios descansan los restos de los antepasados más antiguos, y en ellos se encuentra sustento del senüdo de comunidad según da cuenta el siguiente relato: 'Acá al otro lado, orribo en Aituy, frente allá obojo, ohí estó toda lo fomilio nues- tro, y de Pio Pio tombién, porque no tiene cementerio, capilla si tiene. La gente de Pio Pio es de Aituy y todos lo asumen. Ellos quisieron tener uno iglesio po' hacer los misos más cerco, pero sus muertos estón acá, ellos vienen de ocó" (María Nahuelquin, Aituy). Continuando con esta idea de la importancia cultural e histórica de los cementerios indígenas I9
  • 21. de Queilen, Mirna Cuyul, del sector de Apeche afirma al respecto: "todos mis moyores están en el cementerio de Poildod. No hoy otro cementerio. Es que Paildod es el sector moyor digómoslo. No estaba Apeche, no estobo Pilque, no estoba Aulen, Contuy, era todo Poildad." Otro elemento importante de la ancestralidad de las comunidades actuales es la relevancia que cobran los apellidos de las familias y su relación con los territorios específicos. A través del aná- lisis de estos se observa la movilidad del pueblo williche, en donde encontramos, por ejemplo, para elterritorio que comprende el estero de Paildad, que: "el temo de -o opellido- Cuyul viene de Cucao, de esas portes. Pero que yo co- nozco o que tengo parientes cuyules olló, no. Solamente por el opellido. ElTabie, No- huelquin vino de por el lado de Lelbun, Aituy. Acó somos muy pocos cuyules, muy pocos tabis en Apeche. Solomente ocá en Apeche. No hoy otro familio más, somos todos porientes." (Mirna Cuyul, Apeche). I ll ll It ll il ll It rl l'l ill t:l tli il lr l,l
  • 22. Otra vecina del sector agrega: "Los Guolo, Pairos, esos son los apellidos mós anüguos. Remolcoi, esos tqmbién son antiguos. (...) sí, todos los Moñaos, del estero, todos los que hay Moñao son po- rientes, todos esos que quedon por olló carretera de Quellón, todo por ahí tenemos fomilia Mañoo (...) compu, de ahí por oltó en los islos tombién tenemos fomilio, por Achoo será que tenemos ahí. En los velorios uno se encuentron fomilios. Y los de por olló son los Mañao de Queilen, mihijo dice que ollá por Quetolco se veían Mañoos por ohí." (Rosa Mañao, Apeche) Con estos antecedentes hemos avanzado en relevar las particularidades culturales del pueblo williche de Chiloé a partir de visibilizar las creencias, relatos y experiencias que consütuyen la cos- movisión indígena insular. Vl.- La vida al interior de las "Casas de humo" Las anüguas viviendas williche en Chiloé son también conocidas popularmente como 'fogón chilote', aunque los usos que se dieron a este úlümo era más específicos, es decil para cocinar; ahu- mar y/o como bodega. En cambio, cuando hablamos de una ruka Williche, esta es fundamental pues en ella ocurren los procesos de socialización de la cultura, entre otros aspectos. El espacio al interior de la vivienda Williche giraba en torno al fuego que permila cocinar y conservar algunos alimentos a través del humo que se levantaba hacia el techo, hecho de una mez- cla de paja, conquillos y barro, que este robustecía con el hollín que se acumulaba compactando las fibras apiladas en dirección al suelo por donde caía el agua de lluvia. El piso de üerra, general- mente contaba con una gruesa y firme capa de ceniza cementada a causa de los largos periodos de acumulación, creando una superficie similar al radier. Alrededor del fuego, mañanas y noches, se reunía la familia a preparar y consumir sus alimentos, a hilar lana, a tejer canastos. Allíse juntaban a describir antiguas historias contadas de generación en generación, sumados a los cantos de los niños y niñas que deleitaban a sus mayores con sus finas voces. A un costado se ubicaban las camas, generalmente hechas de paja, cubiertas con tejidos de lana o cueros de animales. Con elüempo, se confeccionaron colchones de tela de hilo de los sacos de harina rellenos de lana escarmenada. No existían divisiones al interior, excepto en la parte más alta, llamado soberao, en donde se colocaban unas pocas tablas que hacían de piso sobre las que se conservaban algunos alimentos tales como la papa y algunos subproductos de esta como las bolas de chopón, por ejemplo. 21
  • 23. La popular figura delfogón chilote está presente en la memoria reciente de los habitantes, que es más bien conocido por su función de cocinar, de los calderos, de las torüllas al rescoldo, etc. Sin embargo, para el caso de la cultura Williche, este representa el espacio de habitación de las familias, donde se desarrollaba la vida ínüma y gran parte de los procesos de transmisión cultural. Encontra- mos que en el territorio de Queilen incluso hasta la segunda mitad del siglo XX, algunas familias aún habitaban estas viviendas. Resulta interesante la descripción de un vecino del sector de Apeche, refiriéndose a situacio- nes cotidianas al interior de su vivienda: "Esos cocinos de humo. Yo conocílas cosos de humo porque yo tenía un vecino y lo que me ocuerdo que las cosos eron... eron una ruco, rucos con pajo, conquillo y los popos enterros, los pones (...) yo me qcuerdo que todos los tardes nos íbamos con la vecino o comer popos enterros porque lo ruco ero con los toblos, los palos de conto o conto, teníon lo escolera de gato que le decíon ontes que ero como un solo palo que lo excavabon. Y en el segundo piso se dormío con su cuero de vocuno, de oveja... osívi- vían. Ero muy bonito, todovío me ocuerdo. Y los puertos eran con doble puerto (hojo), uno mós orriba y la otro mós obajo" (Esposo de Mirna Cuyul). Esta descripción de las anüguas'casas de humo'nos entrega algunos detalles de la vida ínüma de las familias Williches. Se encuentra presente la idea de la importancia del fuego en este contexto. Llama la atención el detalle de la forma en la cual este se mantenía encendido, es decir, con grandes troncos que salían de la casa por la parte baja de la puerta de dos hojas, que se consumían mientras la mayoría de los miembros de la familia se dedicaban a sus labores, fuera o dentro de casa, que comenzaban muy temprano para reencontrarse antes del anochecer. Sobre el fuego colgaban los calderos donde se cocinaban deliciosas preparaciones, ayudados por el quillín que las sujetaba. La técnica mediante la cual estas viviendas eran construidas, era bastante simple, pues con- sistía en ensamblartroncos labrados que sostenían la estructura, cubiertos de manojos de paja que hacían de techo, las paredes y una única puerta. (esto está más arriba con otras palabras) Las casas de los anüguos, por cierto, no consütuían un elemento aislado del paisaje, sino que estas se orientaban en relación con los vientos, el sol, etc.: "lguol que los vientos, el norte, el sur, la coso en qué dirección debe estor. La puerto de la caso debe estar ol sur, o hocio donde sole el sol poro recibir todo lo ener- gío. Si estó hocio el norte vo o ser malo, es como negro, todo mol. lgual que lo direc- ción de los comos, siempre tiene que estor lo cobezo hacia donde sole el sol. lgual que tener lo puerta ol lodo del mor, te limpia." (Mirna Cuyul), 22
  • 24. Como se ha dicho, la importancia de las viviendas Williche radica en que en ellas, en la intimi- dad de la vida familiar; se enseñaron aspectos fundamentales de la cultura, tales como la prepara- ción y conservación de los alimentos, entre otros. Vll.- De rutas y huellas en el monte y el mar Como ya se ha mencionado, la vida de las familias Williche de Queilen giraba en torno a las labores del campo y el mar. Una vez finalizadas las actividades se reunían en la vivienda, en torno al fuego. Sin embargo, eran pocos los moüvos que les llevaba a salir de sus casas, pues cada cierto tiempo y de forma regular debían recorrer distancias considerables para que, a través del comercio de trueque, puedan obtener productos que se habían incorporado a su dieta, tales como el azúcary 23
  • 25. la harina blanca. Como otra forma de obtener dichos productos, había quienes elaboraban algunos productos como manojos de quilineja para hacer escobas y/o canastos de fibra vegetal, ofreciéndo- los en los pocos lugares que concentraban población en el territorio (más urbanos?). Así empren- dían sus viajes caminando, unos pocos a caballo, por las huellas que existían en medio del bosque hasta llegar a Queilen por ejemplo. Respecto a lo anteriol encontramos un relato que grafica esta situación: "De ohí uno cuánto no caminabo para llegar o Queilen. Todo de a pie, todo o pie. Salíamos en la mañano. A esta horo estábomos llegondo o Queilen como los 72. Después con mi compoñero me casé y me compró un caballito, de a cabollito ondába- mos. íbamos pa' la ploya, de lo ptoya cominábamos a Queilen. Teníamos que andor en moreos, no andábamos así no más, porque no ero un camino ripioo como es ohora" (Domiüla Mario, Lelbun bajo) Las huellas que iban dejando, con elüempo, se transformarían en las únicas rutas que hacían posible su desplazamiento por el espeso bosque que les rodeaba: "cruzábamos mós orribo al monte, quedóbomos perdidos en la noche, nos pes- cabo pol monte y veníomos con paquetes. Seguíamos avanzondo hosto llegar o lo coso, porque uno yo sobía lo huellita, con foroles, la linterna no se conocío" (Berüla Guala, Apeche). La costa, según las condiciones de marea, ofrecía una ruta más directa a los poblados más cercanos. Otro motivo que les movilizaba guardaba -y aún en la actualidad- relación con la religiosidad y la vida comunitaria. Por ejemplo, tras el deceso de algún familiar o alguna persona conocida del territorio, se disponían a acompañar a lafamilia durante este proceso que generalmente culmina- ba con la celebración de la novena, después que se dejaba al difunto en el cementerio. Del mismo modo, este espacio que generalmente se encontraba asociado a la iglesia en donde se desarrollaban las celebraciones católicas, las que aún se realizan, convocando y movilizando a los habitantes de diferentes lugares del territorio. Así, por ejemplo, los vecinos del sector de Pio-pio se ven en la obli- gación de tener que movilizarse debido a que aunque üenen iglesia en el sector, donde van a misa y celebran a sus santos, visitan a sus difuntos en Aituy donde está su cementerio, sector al cual se sienten parte, territoria lmente vinculados. No todos los caminos eran por üerra. Las rutas marítimas compuestas por los muchos puer- tos familiares y/o comunitarios, pues no era de uso exclusivo de una familia en particular, dispues- tos en todo el borde costero del territorio, representan la relación histórica y profunda del pueblo 24
  • 26. Williche con el mar, que junto a un universo simbólico propio de la cosmovisión, ha sido navegado a parür de la necesidad de comunicación, de trabajo y también para poder alcanzar distancias más grandes. Así nos relata una vecina del sector de Apeche: "Mi momó ibo en una lancha, se ibo o costro, pero se demoraba como u.no se- mono eso loncha de ir y volver. Y venía uno loncha igual o vender cosos, a hacer combios con corderos, iba a orriba ol estero, ahí comprábomos cosas trueque" (Rosa Mañao, Apeche). Antes de las lanchas y embarcaciones de construcción más compleja, existía y se usaba la canoa hecha de un solo tronco cavado llamada bongo o gongo. En todo el archipiélago de Chiloé se navegó regularmente en gongo hasta poco después del terremoto de 1960, hecho que cambió el paisaje que hasta entonces hacía favorable su uso. Con esta embarcación, "gongos que le decían, de modero. íbamos hosta el cementerio de Paildad, cruzor todo desde acú orriba" (Berüla Guala, Ape- che). Su uso era tan reconocido pues casi todos tenía uno con el cual desplazarse: "Todos teníomos un botecito, pero no como esos botes de toblo, eron covados como un bote gongo, un polo gronde se covobo, un bote gongo" (Domiüla Mario, Lelbun bajo). De esta forma, a pesar de las distancias y las inclemencias del clima, los habitantes del borde- mar y las montañas de Queilen se las ingeniaban para poder comerciar,y mantener vivas las relacio- nes y vínculos con familiares y amigos alejados por el mar o el espeso bosque.
  • 27. Vll!.- Juegos, encuentros y entretenciones En la anügüedad no existía momento para el ocio al interior de la vivienda éDe dónde sale esta afirmación?, las familias se organizaban en torno al trabajo y todos debían participar acüvamente en las labores domésücas (Soussi;20L4) debido a ello la transmisión del conocimiento éra entregado por las familias en los espacios cotidianos de la siembra, marisca-pesca, confección de utensilios, en- tre otros oficios. Los niños y niñas que asistían a las escuelas, que solo estaban en algunos sectores rurales de Queilen hacia el siglo XX, debían recorrer grandes distancias para llegar a ella. Como en el campo todos los días había algo que hacer, los niños y niñas participaron de la- bores de menor envergadura, pero que significaron de gran ayuda para las necesidades familiares, "nosotros hocíomos llegar el oguo lejos, con bolde, mós era con garrofas de vidrio que hobía: las chuicos y de ahí esos boldes de modero que tenío" (Rosa Mañao, Apeche), debido a que las vertien- tes atraviesan los bosques, la distancia recorrida involucró en más de alguna ocasión adentrarse al monte en la búsqueda de este vital recurso. Otras acüvidades como recolectar frutos üenen un significado especial en la memoria local, doña Teolinda Millán (Laguna Tahue) nos menciona, "todos íbomos o socar murto, chupón, cuando ero su temporada. Nos poníamos contentos y jugóbomos quién ero lo primera en socor uno". Este üpo de labores permiüó entregar conocimientos del entorno y tiempo en que estos y otros frutos estaban disponibles para su recolección. Otra vecina del sector de Apeche aporta una experiencia similar en estos espacios de coexis- tencia entre las labores y el juego "conversábomos nosotros en nuestro trobojo, contóbomos igual. Cuondo ondóbomos en lo escuela oprendíomos contos y después esos los cantóbomos en lo cqso (...), ahí nos poníomos a contor, nos poníomos o jugar; hocíomos noipes de cortón y nos poníamos o jugor" (Rosa Mañao, Apeche), cuando habla de su trabajo, se refiere al campo y las labores realiza- das junto a su familia. Ello nos indica que la relación existente entre niños/as y adultos es estrecha debido al tiempo y recorrido desünado en este üpo de faenas. Como la señora Rosa iba a la escuela, aprendía en este espacio de socializaclón cantos que luego compartía con los demás miembros de su familia. En el sector de Mitahue -lsla Tranqui- vivieron gran parte de su infancia las hermanas Clara y Noelia Chiguay, ellas nos aportan varios juegos que anüguamente se practicaban. La ronda y las casitas se mencionan en un contexto escolar; aunque el segundo puede ser representaüvo de la imi- tación de la vida de los anüguos (Soussi, 2Ot4). También eljuego con pelotas, "eran juegos con mós niños, con pelotas de tropo, con esos jugóbomos (Berüla Guala. Apeche). En la escuela también se aprendían otros juegos propios de la insütución, dinámicas que en su contenido transmifan valores de üpo cristiano-católicos. 26
  • 28. Por otra parte, los adultos incorporaron elementos de estrategia y destreza fisica a través del juego del linoo (inao)y palín. Estas prácticas ancestrales reunieron a las familias en torno a disüntos espacios; la entretención y comida. Las autoridades del pueblo Williche también estaban presentes yeste encuentro se consideraba una instancia políüco-socialen la que se llegaban a tomaracuerdos de gran envergadura. Para concretar estos encuentros algunas familias debían recorrer varios kilómetros para llegar a su desüno. Don Prosperino Hueicha nos entrega información relevante respecto a un sector de Queilen donde se practicó este juego: " hoy un estero en Aituy, en esa pompita jugaban. Uno tremen- da pampo lorgo, ohí se jugobo linoo y chueco. Los mujeres tombién jugobon o veces, hobía parüdos mixtos" (Lago Pio Pio). El linao (inao) era un juego de alto rendimiento, para practicarlo se debían formar dos equi- pos, cada uno de ellos debía designar a sus jugadores según sus habilidades, fuerza y rapidez, pues eljuego consistía en evitar que los oponentes, anotaran una raya. La pelota era confeccionada con madera, cochayuyo o luche, esta medía alrededor de L4 a 16 pulgadas y la cancha era una pampa de alrededor de 120 metros de largo, la que además contenía la marca de los límites de esta (Plath, 1946). Algunas caracterísücas deljuego son entregadas por un vecino del sector: "jugabon ol linoo, mifinodo popá jugobo, corríon a pato pelá, ero como elfútbol omericono, eran tromposos le lorgo- bon el cogotozo, era como una lucho de cuerpo o cuerpo" (Lago Pio Pio), pues aquel o aquellos que pasan la pelota por la puerta anotaban una raya o punto. La descripción de la lucha cuerpo a cuerpo refiere a la intensidad y resistencia que ocupaban en impedir la anotación, pues cuando la pelota se lanzaba en elcentro, aquel que la agarraba debía correral punto contrario, portanto en esta carrera se debía impedir la anotación del contrincante. En el contexto escolar doña Noelia Chiguay recuerda, "nosotros el linao en lo escuela nos üró- bomos lo peloto con una red en el centro, o ürarse unos con otros" (Noelia Chiguay, lsla Tranqui). En este espacio complementario a la educación familiar, este juego tuvo una influencia social impor- tante, pues trascendía al espacio territorial de Aituy y se llevaba a cabo, de manera colecüva entre los niños y niñas. El palín es otra práctica originaria del pueblo Williche y que también se llevó a cabo en el sec- tor de Queilen. Por el relato de don Prosperino Hueicha la cancha en Aituy permiüó el encuentro de ambos juegos descritos. Para llevar a cabo este juego, se debía establecer la cancha y su mitad por medio de palos que señalen los límites, se requiere de una pelota pequeña y que cada jugador posea el palo para golpear el pali (pelota). Comenzando el combate, sedebe tener un contrincante fijo al cual le peleará la pelota, los que logren traspasar la meta del otro equipo tendrán un punto (DlBAM, 20L71. En cuanto a la materialidad del pali podemos encontrar algunos antecedentes de dos expe- riencias: "era una pelota chica de lana, buscaban un palo chueco, por eso se llamaba chueca. Con
  • 29. eso le pegaban a la pelota" (lago Pio Pio). Agrega doña Noelia Chiguay: "Yo recuerdo que nosotros se suponío, no sé por qué pero nosotros jugábamos o lo chueca, yo nunco lo vi jugor o mi familio, pero nosotros sí hocíomos unos palos con uno peloto de lo modero que se llamo chilcón y con eso lo hocíamos, pero pobre que le olconzaro a llegor a los pies, esos pelotas de modera osí, con esa jugóbamos nosotros" ( lsla Tra nqui). La denominación chueca aparece en el contexto del mesüzaje, pues se menciona en algunos documentos que esta sería la descripción que los españoles habían realizado al llegar al conünente, debido a que se encontraron elementos similares a algunos juegos realizados en Europa. El palín tendría su origen etimológico en el mapudungun, cuyo significado estaría asociado al objetivo del juego: "pelotear" (DlBAM) Los juegos y encuentros que recuerdan estas memorias antiguas nos lleva a una época en que los niños y niñas no tenían otra alternaüva más que involucrarse con el ambiente. Hoy, el uso de la tecnología ha propiciado otros espacios de entretenimiento en las familias, el acceso a la educación y movilización son dos historias que se cruzan en un mismo territorio. En la actualidad en algunos sectores del archipiélago se siguen pracücando el palín y el linao, aunque en los sectores rurales ha cobrado fuerza el "torneo", cuyo espacio posibilita la reunión y encuentro entre disüntas familias del sector urbano y rural de Chiloé. lX.- El quehacer de los antiguos En el sector de Queilen podemos localizar eltrabajo realizado por las familias en los siguientes espacios: había quienes desarrollaron labores cercanas a los predios-vivienda, otros en la costa y aquellos que se adentraban en el monte. Para entender cuál era la economía de hace más de un siglo, resulta necesario mencionar algunos oficios y acüvidades productivas a los que se dedicaban los anüguos. La agricultura es uno de los trabajos más representaüvos del sectol ha tenido una importancia significaüva en la dieta y su conocimiento se ha relacionado a las estaciones y ciclos lunares. Doña María Engracia Cumín menciona: "mi momó nos retobo pa' que nosotros trabajemos: trobaje lo tierro no va a ser que no vo o comer, péguele fuerte a esa tierro" (Paildad). Según su tesümonio, era necesario aprender desde pequeña a organizar el trabajo en el campo, debido a que este proporcionaba el sustento para todo 28
  • 30. el año. Varios recuerdos de niñez en las personas entrevistadas señalan que este üpo de acüvidad ha estado muy arraigada a la vida de las comunidades, doña Bertila Guala nos comenta que "siempre fueron ogricultores que yo me ocuerde, horto ogricultores" (Apeche). Las faenas agrícolas eran de suma importancia, pues se debía generar en la época de buen tiempo el excedente necesario para aquellos meses de invierno. A parür de esta necesidad, las co- munidades se organizaban en un sistema de cooperación mutua basado en un principio de recipro- cidad. Este, llamado minga consistió enun intercambio que se generaba según el tiempo acordado entre las familias para cubrir disüntas faenas; elüempo laboral funcionó a días cambiados: "ontes si íbomos a ayudar en un vecino ol otro dío elvecino iba o oyudor, o lo siembro, o sembror popo" (Rosa Mañao, Apeche). Mediante este sistema se labró la üerra con mayor canüdad de personas opümi- zando el üempo de trabajo, pues las siembras significaban varios días debido a que las faenas se rea- lizaban con herramientas manuales; en ocasiones se solicitaban mingas de preparación de terreno, siembra de papas, construcción de casas, entre otras. En Apeche doña Elena Raín nos comenta, "se trabojoban diez personas, se pagoba con pura corne, trobojoban la üerro, se pogobo en comido y se iba rotando todos unidos con los vecinos" (Apeche bajo). Nos resulta relevante mencionar que la organización de una minga contaba con el acuerdo mutuo entre los solicitantes y las familias parüci- pantes, el trabajo realizado podía durar varios días consecuüvos dependiendo de la labor requerida. La realización de celebraciones como muestra de agradecimiento está presente en los disün- tos encuentros entre las familias. No solo en la minga podemos ver este tipo de retribución hacia el trabajo aportado, sino también en otros espacios de reunión, tal como lo es el medán. En él pode- mos encontrar disüntos elementos propios de la relación de ayuda mutua, pues consiste en invitar a vecinos a participar de una celebración con el objeto de colaborar con aquellas familias que se consütuían recientemente y aquellas otras que por moüvo de alguna adversidad requerían de la donación de disüntas especies; "si le foltobo modero u ovejos le llegoban, si llegabon diez vecinos se hocían diez ovejas. Así era la vecindod, si peleaban pasaban el rencor" (Domiüla Cuyul, Quellón). Estas dos formas sociales ponían en movimiento el trabajo, la ayuda mutua resultaba funda- mental para el desarrollo de la economía familiar, ya que se requería de gran canüdad de energía humana para la mayoría de las faenas. En la actualidad este sistema perdura, aunque las transforma- ciones económicas han generado una movilidad hacia otros sectores en búsqueda de los recursos monetarios que dan sustento a los hogares'. "primero no solío mucho la gente o trabajar y si salíon los hombres solían, se ibon po' Osorno, Coyhaique y quedobon los mujeres solos, pero ese ero un so- crificio que se hocío. Y ohoro no po, salen los chicos jóvenes y solen o trabojar"(Apeche). A pesar de la existencia de diferencias entre el ayer y el hoy, varias familias de Queilen aún ponen en práctica es- tas dos formas de cooperación. Clara Chiguay menciona durante la conversación la solicitud de una minga de limpieza para el cementerio de la ciudad; mientras tanto en el campo, pudimos evidenciar
  • 31. que aún las familias, junto a los más antiguos, parücipan de arduas faenas vinculadas a la üerra. Por otra parte, en las experiencias mencionadas encontramos algunas técnicas de trabajo vin- culadas a la agricultura. Para aquellas familias que contaron con un asentamiento en el monte debie- ron preparar el terreno mediante técnicas como el destronque y deschampe; nosdescribe doña Ma- ría Engracia Cumín,"cuondo llegomos aquí ero monte, así que con un azodón orroncomos los ramos y las chouros, con puro ozadón. Los cortábamos con hocho, deschompóbomos y los quemóbomos, tremendo deschompe" (Paildad). El sector donde habita doña María aún mantiene un paisaje fron- doso que nos hace imaginar las faenas en las que ella y su familia se hacían partícipes, pues varias hectáreas destinadas para el cultivo fueron posible gracias al arduo trabajo manual. Agrega doña María que su marido había sido "como un comohueto para deschompor" (Paildad). Una vez que el terreno se prepara se pasa a la técnica de la volteadura, doña Berüla Guala nos describe: "Se hocía puro melgo, así con gualoto no más, se melgobo primero, se hacía una picoita, haciendo todo así, y ohí se ponía lo papa y después con guoloto se doblo- ba, volteoduro que le decíon, po doblor los papos, lo üerra po que pasen las popos. Después yo se empezó a hocer con orado, se hocía con buey y con arodo y ohí se iba doblondo lo üerro" (Apeche). También recuerda otra vecina , "antes los trobajos que se hacían, yo recuerdo que cuondo nos vinimos a vivir a Queilen, hocer lo limpieza, socar los espinillos, todo. Ahoro uson trocto¡ lo móquino. Antes mi papá lo hacía o pulso con azodón, gualoto" (Clara Chiguay, lsla Tranqui). Cabe mencionar que el gualato sigue teniendo un uso significaüvo en las faenas agrícolas de la actualidad; a pesar de los avances tecnológicos y la aparición de maquinaria agrícola, varias familias manüenen la tradicio- nal forma de trabajar la üerra con herramientas de üpo manual. Pero no solo de la agricultura se vivía, pues la diversificación de la dieta se dio gracias a los re- cursos disponibles en el medio. Los trabajos vinculados a la pesca y recolección son fundamentales para aquellos que vivían en sectores como Lelbun, Paildad, Aituy o lsla Tranqui por nombrar algunos. La relación que se establecía con el entorno era de conocimiento puro, pues este calendario natural por el que se guiaban, está presente en este üpo de labores. Asíse evidencia este saber en los rela- tos de las hermanas Chiguay: "Después de lo luna son tres moreas y lo última mareo aguanta menos. Eso todo uno como que lo medía. Antes, venío el meicán que le decíomos nosotros que cuondo son de los moreas grandes, yo uno sobío que venía uno grande y uno chiquiüto, uno gronde y uno chiquiüto, entonces uno decío: ioh yo!, ohoro si no morisco porque está la morea muy bojito. El otro que viene, ahí hoy que oprovechor de juntor moriscos". (56,44 años. lsla Tranqui). 30
  • 32. que aún las familias, junto a los más antiguos, parücipan de arduas faenas vinculadas a la üerra. Por otra parte, en las experiencias mencionadas encontramos algunas técnicas de trabajo vin- culadas a la agricultura. Para aquellas familias que contaron con un asentamiento en el monte debie- ron preparar el terreno mediante técnicas como el destronque y deschampe; nosdescribe doña Ma- ría Engracia Cumín, "cltondo llegomos oquí ero monte, osí que con un ozodón orroncomos los romos y los chouros, con puro ozodón. Los cortábomos con hocho, deschompábamos y los quemábamos, tremendo deschompe" (Paildad). El sector donde habita doña María aún mantiene un paisaje fron- doso que nos hace imaginar las faenas en las que ella y su familia se hacían partícipes, pues varias hectáreas destinadas para el culüvo fueron posible gracias al arduo trabajo manual. Agrega doña María que su marido había sido "como un comahueto pora deschampar" (Paildad). Una vez que el terreno se prepara se pasa a la técnica de la volteadura, doña Bertila Guala nos describe: "Se hocío puro melga, así con guoloto no más, se melgaba primero, se hocío uno picoito, hociendo todo osí, y ahí se ponío la popa y después con guoloto se doblo- bo, volteoduro que le decían, po doblor los papos, la tierra pa que posen las papos. Después ya se empezó a hocer con orodo, se hocío con buey y con orodo y ohí se iba doblando lo üerro" (Apeche). También recuerda otra vecina , "ontes los trabojos que se hacíon, yo recuerdo que cuondo nos vinimos a vivir a Queilen, hacer lo limpiezo, socor los espinillos, todo. Ahoro uson troctor, lo máquina. Antes mi papá lo hocía a pulso con ozadón, guoloto" (Clara Chiguay, lsla Tranqui). Cabe mencionar que el gualato sigue teniendo un uso significativo en las faenas agrícolas de la actualidad; a pesar de los avances tecnológicos y la aparición de maquinaria agrícola, varias familias manüenen la tradicio- nal forma de trabajar la üerra con herramientas de tipo manual. Pero no solo de la agricultura se vivía, pues la diversificación de la dieta se dio gracias a los re- cursos disponibles en el medio. Los trabajos vinculados a la pesca y recolección son fundamentales para aquellos que vivían en sectores como Lelbun, Paildad, Aituy o lsla Tranqui por nombrar algunos. La relación que se establecía con el entorno era de conocimiento puro, pues este calendario natural por el que se guiaban, está presente en este üpo de labores. Asíse evidencia este saber en los rela- tos de las hermanas Chiguay: "Después de la luna son tres moreos y la úlümo moreo oguonta menos. Eso todo uno como que lo medía. Antes, venía el meicón que le decíamos nosotros que cuondo son de las mareos grandes, yo uno sobío que venío uno gronde y uno chiquitito, uno gronde y uno chiquitito, entonces uno decío: ioh yo!, ohora si no morisco porque está lo morea muy bojita. El otro que viene, ohí hoy que oprovechor de juntor moriscos". (56,44 años. lsla Tranqui). 30
  • 33. Los anüguos conocían los ciclos naturales y su relación con ellos era bajo una profunda rela- ción de respeto y agradecimiento. La lucha por mantener este conocimiento resulta complejo, pues nos comenta doña Noelia Chiguay que actualmente ha exisüdo un cambio en la identificación de las mareas: "ohoro son todos iguoles, no se sobe cuol es gronde, cual es chico. (...) hosto eso ho ido cam- biondo, ondamos medios perdidos ohíen eso"(lsla Tranqui). Lo descrito significa muchq para aque- llas familias que han convivido con el mar y sus recursos, pues agregaba que no solo ella idenüficaba esta situación, sino varias personas que se han dedicado durante mucho üempo a esta actividad. La pesca, marisca y recolección de algas ha formado parte del importante recorrido que los pueblos originarios han desarrollado para la diversificación de la dieta. Debido a la fragmentada geografia de Queilen, la presencia del mar ha marcado la vida de sus habitantes. Los pescadores bien han sabido identificar los sectores, las mareas y los recursos disponibles para su consumo, debiendo confeccionar aquellos utensilios que opümicen la obtenclón de estos recursos. Por el tesümonio de Domiüla Cuyul podemos conocer uno de los materiales con los que se confeccionaron redes para pescar: "se sembrobo lo linozo en canüdades y de eso coño de linozo sole uno cuerda larga y de ohí se hacían los redes para pescqr. Se opaleobo lo caña y después quedoba hilachito" (Quellón). Doña Berüla Guala nos menciona que en su experiencia "poro pescar era de otra manera, ero con lo mono no más" (Apeche), Cabe mencionar que este relato está estrechamente vinculado al uso de un corral de pesca de vara trenzado ubicado en el Estero de Paildad. La recolección de mariscos, por su parte, fue de üpo manual y era realizado en su mayoría por mujeres. "Se mariscobo osí no mós, se le ponen conosto, con conastos se socobon po' ofuero. Lo troíon en corga con cabollo, lo hacío así en bolso, se le ponío ol coballo encimo, así como maleto y osí se traíon los moriscos" (Rosa Mañao, Apeche). Respecto a las algas, antiguamente se usaban como abono para la agricultura menciona la señora María Engracia Cumín; aunque en la década del setenta en adelante el pelillo tuvo un valor comercial pasando a ser una fuente de ingreso, que en su mayoría era realizada por mujeres "nosotros más ontes habío pelillo, sacábamos pelillo (estero), ondábamos de por ocó en el oguo (indica hasta lo cintura) y se vendía, primero moriscóbomos, se vendía morisco y llevóbomos en Compu a venderlo" (M. Cumín, 80 años, Paildad). Además agrega que en ocasiones debía bajar del monte de noche o en la madrugada al sector del Estero de Paildad para revisar que no le robaran lo extraído. Algunas actividades productivas de las familias Williches estaban acompañadas de ciertas ce- remonias que intencionaban el trabajo desde un punto de vista espiritual. Para el caso de las acü- vidades ligadas al mar, encontramos algunos ejemplos en el relato de las hermanas Clara y Noelia Chiguay: "Clara: igual que las redes (Noelio: mi popá sí lo hacío), Antes pora ir o pescor ibon metiendo lo red al bote y hobío uno que le ibo pegondo con uno romo de chou- l1
  • 34. mán, iba pegando. Algo le decío, nosotros estábomos lejos y no lo olconzomos o es- cuchor, pero sivimos cuando le estobon haciendo eso, uno ibo ürando y el otro le ibo pegondo así con chaumán, y decía mi mamá, mi popó que eso lo hocían antes o los redes para que les voyo bien en la pesca. Noelia: costigobon o lo red y casügobon o los pescadores Cuondo mi popá ollá obajo sí lo hacía, cuando hocío esos redes nuevos, ibo embolsondo y le iba pegando." (Noelia Chiguay y Clara Chiguay, lsla Tranqui). Los tesümonios entregados nos indican que el acto de golpear y "castigar" se repite en varias labores del mar: a las redes, pescadores y corrales de pesca, que también se les golpeaba de esta manera con la finalidad antes mencionada. Esta relación entre lo espiritual y el trabajo también estaba presente en la agricultura, doña Berüla Guala lo menciona en circunstancias similares: "Sembróbomos en lo caída, escogíamos papos en la caído y se sembrobo en creciente, y pa' escogerlos se le pegobo con laureles me ocuerdo, que íbamos o cortor loureles y le pegábomos bien o los papos po' que le solgo, no sé qué serío, pero esa ero costumbre teníamos, siempre se hacío eso, se costigabo con lo hojo de laurel. To- dovía no hoce mucho que lo dejé de hocer, siempre buscóbamos donde habío lourel, socóbomos unos gonchos y se poso por fuego un poquito, y se le empiezo o pegor a lo semilla (...) Para que los popo no se maleen será po. Tiene que ser eso. (Bertila Guala, Apeche). En los relatos anteriores podemos encontrar elementos simbólicos propios de la cultura wi- lliche, como la uülización de ramas pasadas por fuego con la finalidad de intencionar una buena siembra. Para finalizar la descripción de aquellos quehaceres que han marcado la vida de los habitantes de Queilen, nos parece fundamental mencionar algunos de los oficios tradicionales que se pracüca- ron en el sector. Se mencionan aquellos que üenen una relación especial respecto al lugar geográfi- co en el que se desarrollan, el monte y el bosque naüvo. La recolección de leña para el hogar es uno de los primeras labores de extracción en el monte, "tenío que trabojar, solir o buscor leña, unos viajes o leño llevobon unos viojes ol monte, lo llebova pa lo caso y los picoba" (Bertila Guala, Apeche). Con el desarrollo del comercio, la venta de este pro- ducto va cobrando significado, el oficio de leñador o leñadora se transforma en una buena fuente de ingreso, aunque su producción conllevó un arduo proceso, "bajobo, cortaba palos, trozos que se le dice paro oserradero iguol lo vendío, bajobo con bueyes a lo playo y ahí lo iba o compror un hom- bre" (Rosa Mañao, Apeche). En el sectorde Paildad también encontramostestimonios que refieren a esta labor; doña María Engracia Cumín nos menciona:"hocíomos unos leñitos osícorütos de voro 32
  • 35. que le decíon, y eso lo llevóbamos a Chonchi a vender. Lo que más precisobon no mós, pero eso se tiroba con bueyes, uno yunto de bueyes". Si bien es cierto, el uso de la madera surge a parür de la necesidad de abrigo, construcción y navegación, con eldesarrollo del comercio se fue acrecentando la extracción de este recurso como fuente laboral. Por su parte don Juan Llancalabure, hijo doña Domiüla Mario, nos relata otro producto que surge a parür de extracción del recurso maderero bajo el contexto de la comercialización. "Y antes se hacía corbón para vender, eso se llevabo ol pueblo, carbón de leña, uno tenía bolso, veinte bolsos; con eso se obostecíon sus víveres lo gente del compo. Se hacían los muros, se juntaba lo leño horto osí, se topobo completo con chompo y ohí ordío y solío el corbón y ohí se recogío con bolsa y se llevoba pal pueblo, con bote o remo" (60 años, Lelbun bajo). El uso de la madera también se vincula a la construcción de embarcaciones, primeramente en los bongos o gongos, luego en las construcciones de mayor envergadura. El contacto con navegantes europeos fue configurando un üpo de embarcación que conüene ambos elementos. El constructor de rivera deberá trabajar con diferentes üpos de madera, pues cada uno de las partes de la embar- cación deben contener la materia prima más idónea; "se eligen las mejores maderas en el bosque. Se busca la quila en un árbol alto y firme, y también maderas gruesas para la roda y el codaste" (Stra- bucchi:275). Una vez cerrada la nave con grandes tablas gruesas se pasa al úlümo proceso, elestopa- do, cuya función es impermeabilizar la nave, "se considera que el mejor materiales estopa de alerce y para colocarla se llama a los maestros estopadores" (ídem.) En el sector de lsla Tranqui habitó don Pedro Chiguay, un reconocido estopero que dedicó gran parte de su vida a este üpo de labores. Por el relato de sus hijas Clara y Noelia podemos conocer algunos antecedentes, Nos comentan: "El entoblodo no va montodo, sino que se va juntando, entonces lo ranura que queda ohí va con estopo, que es la cortezo del alerce, porque esta, por ejemplo, lo hocen con lo figuro del perlón, pero no es lo mismo. El olerce üene su proceso, bueno mi popá el alerce lo compraba y lo trobojabo con los monos, le daba palos, lo mo- chocoba, lo amosobo y quedobo como uno lonito y de ohí lo iba moviendo y con uno herromienta que es un estopero que es una cosito de fierro y un mocito de modero" (lsla Tranqui). Por último, el tejido con fibras vegetales es otro oficio que se ha mantenido en la actualidad, mayoritariamente en las mujeres, sin exclusión de hombres. La recolección de estas fibras era fun- damental para que las familias confeccionaran canastos y otros utensilios necesarios para el hogar; "todos lo hocíon, los conasütos pora color los popas cuondo se hoce chuño. Nosotros, yo iguoltengo 33
  • 36. canastos pora socor popos" (Rosa Mañao, Apeche). En el sector, había personas que se dedicaron a la producción con la finalidad de intercambiar productos que no eran propios del territorio. Nos comenta la señora Rosa Mañao; "mi mamó trabajó muchos oños en lo quilineja, en montoña y lo vendía en bruto pa que compre horino. Mi hermano Eliano lo ocompañoba, ella era lo moyor y mi primo que nos crecimos como hermanos" (Apeche). Este producto tenía buena venta, pues la ex- tracción del mismo significó ingresar al monte a recolectar las fibras; posteriormente se usaba para confeccionar utensilios como canastos o escobas. En síntesis, las comunidades reconocen cambios en el trabajo y en su modo de vida, algunos dicen que "yo no se uso sin ploto perdieron lo trodición interesodo por lo ploto" (E. Rain, Apeche bajo). En la actualidad este sistema ha ido perdiendo interés en la juventud debido al cambio en el valor que se le da al trabajo, como menciona la señora Domiüla, "ohoro no hoy gente pora trobojor, hay que rogorles o los cabros jóvenes" (Paildad). El sistema de trabajo por turnos y la movilización 34
  • 37. hacia otros sectores han ido transformando las relaciones sociales y económicas entre los miembros de las comunidades indígenas, pues anteriormente la minga cubría parte del trabajo; los días cam- biados se han transformado en días pagados. Las nuevas generaciones üenen un gran desaño por delante, pues resulta fundamental para las personas que componen los diferentes territorios legar a las generaciones venideras el valor del trabajo comunitario. X.- La alimentación de los antiguos Un aspecto importante en la vida de los onüguos habitantes del territorio se refiere a la ali- mentación. Esta se caracterizó principalmente por el consumo de alimentos elaborados a partir del trabajo agrícola, que junto a los obtenidos en los bosques y el mar diversificaron la dieta. Una de las principales fuentes de alimentos silvestres venía del bosque naüvo que el monte proveía. Según nos señala Mirna Cuyul, algunos frutos y hongos tales como las pinochos o pinotras, conocidos también como digüeñes, los gorgales,los miñi-miñi, el poe,los chupones, el corocu,los milcoos de monte, el luche de monte,la murta, las murras, entre otros; fueron incorporados en di- versas preparaciones, como se describe: "Mitía hocío uno comido de milcaito, pero iguolcon horina parüda,le quedaban muy ricos. (...) se freío en la olla y se le colocaba el trigo -partido- tol como colocorle orroz y se le ibo colocando pedacitos de milcoo, quedoban muy ricas esos comidos" (M. Mañao,45 años, Apeche). Llama la atención que algunos de estos alimentos, tales como el fruto de la chauro estaban prohibidos, según se señala: "Elfruto de la chouro no se come, nunco se comió lo choura. Mi momá decía que en las chauros las lagortijas dejoban su aliento. Nosotros de chicos los confundíamos con el miñi miñi, pero nos decía que no porque ahí las logorüjos dejabon su aliento y no se podío comer". (M. Cuyul, 39 años, Apeche). Aunque se desconoce si el aliento de la lagartija üene algún significado especial para el pue- blo Williche, podemos apreciar en este relato y en otros similares, que la enseñanza en base a la idenüficación de los frutos resultaba ser necesaria para diferenciar aquellos que pueden o no ser comesübles. 35
  • 38. La agricultura se desarrolló a parür de los culüvos anuales y estacionarios, en la huerta los ali- mentos que primaban eran las hortalizas y frutos, mientras que la producción a mayor escala generó alimento para todo el año, tal como se mencionai"los popos, socábomos hartos popos me ocuer- do, trigo, linozo sembróbomos, porque hocíomos harina tostó con linozo" (Bertila Guala, Apeche), alimento común en varias familias del sector. Los cereales debían pasar por un proceso que incluía primeramente la labor manual y posterior molienda. "yo lo pisoba en lo conosto po' limpiarlo, si hobío viento lo cernío el viento pa' que se voyo el polvo y ya se medío en un almud. De ohí lo llevóbomos ol molino" (M. Cumin, 80 años, Paildad). El molino de agua, introducido durante la colonia, era la principal fuente de molienda de los cultivos de cereal, sin embargo anterior a este podemos encontrar otras formas de moler que esta- ban presente en las viviendas, comenta la señora María Nahuelquin: "Se molío en piedra de mono igual, una piedro gronde osíy otra mós chico osí. Eso le decío que ero lo mono poro mole¡ una piedrecito mós largo así para moler, lo gronde estobo abojo y osí molío: piedro de mono le decían." (77 años, Tahue) Aquellas familias que tuvieron un asentamiento cercano a la costa, contaron con una rica dieta en base a los productos que ésta ofrecía: "Se comío de todo ontes, el luche, cochoyuyo, vivíomos de los moriscos, corocoles, choritos, lo que uno podía pillor se comío" (D. Mario, 91 años, Lelbun bajo). Los peces también estaban presentes en la dieta, se disponía de múlüples formas para obtenerlos, mediante los corrales de pesca, o se üraba la red en bote según nos indicaron los entrevistados. La conservación de alimentos se realizaba con técnicas de ahumado y cocción al interior de la vivienda, "en el fogón todo se ohumoba, lo comida duraba hosta diciembre" (Teolinda Millán, Lisboa). Existían cuatro espacios relevantes para estos efectos y en cada uno tenían lugar diferentes preparaciones según el alimento. En el soberoo, estructura de madera que separa como cielo raso la vivienda y sirve para almacenar alimentos, secaba y ahumado.El quillín, armazón de madera dis- puesto sobre el fuego y de donde se sostenía el caldero, proporcionó otro espacio donde ahumar al colocarse ahícuelgas de mariscos, pescados, carnes y papas (Cavada, 2016). "El deche cuando se colaba para hacer el chupón que le dicen, ese deche lo secamos en la misma casa a fuegón arriba, en el quillin le decíamoslos ontiguos" (María Nahuelquin, Laguna Tahue). En la parte de las brasas también se prepararon alimentos como pan, tortillas, mariscos, en- tre otros, "el pan se cocinoba en oreno en fogón, ocostado no más, pol desoyuno, lo once" (María Nahuelquin, Laguna Tahue). El uso del caldero proporcionó otra forma de cocer los alimentos, su estructura era similara la "olla" actual, podía estarcolgado o cercano alfuego desde el suelo según 36
  • 39. la necesidad de cocción. Para los corneosy reitimientos de chancho el caldero era protagonista, pues en él se cocía la manteca y demás presas del animal faenado. La preparación de los alimentos es algo que muchos entrevistados aún recuerdan con nostal- gia, Para efectos de este apartado se nombrarán algunas de las preparaciones más comunes, siendo importante señalar que estas variaban según los gustos familiares. La papa al ser originaria de este territorio ha tenido un uso oncestrol, a partir de ella se ha elaborado grupos de alimentos que se preparaban pelando, rallando, y exprimiendo la papa, tam- bién se hacían comidas con las féculas (almidón) y otras preparaciones a partir de la papa ahumada (Bernales, !967:328). El deche es un alimento caracterísüco del primer grupo antes mencionado, era una bola que podía amasarse a partir del sobrante de cuando se ralla y exprime la papa, era colgado en el quillín y ahípodía pasar meses deshidratándose (Bahamonde, 20L7). Nos relata este proceso y su uso como ingrediente la señora María Engracia Cumin, al recordar aquellas comidas que su madre preparaba. "Mi mamá nos hocío sopa de deche, la flor de lo popo lo rollobo, o secaba y des- pués lo limpioba bien con una conchita de morisco, bien raspao y lo ponía a remojar y ohí lo molío en uno piedra y era de mano que le decíon ontes, donde molío eltrigo y de ohí lo colobo mi momo su deche, hacío mazomorro de leche de voco". (Paildad) El milcao, la chochoca, chapalele y mazamorra también se agrupan en esta clasificación, men- cionando que el primero se preparaba solo con papa, mientras que los otros son elaborados con harina y papa. Respecto del segundo grupo de alimentos hechas con la fécula de la papa, la mayoría recono- ció las siguientes preparaciones: chopón, la bola de chuño y mella. Cocinada en el fogón y envuel- ta en hojas de pangue, la señora María Nahuelquin recuerda como preparaban la mella: "Cuondo sembróbomos trigo, muchas papos que quedoban ohí enterrodo, ejemplo en noviembre por ohí, los popas estón olütas y lo íbomos a socor pa' rollarlo y hacíamos mello, esas quedon bien dulce, rica. Los Pilcohues que se llomoban". (Laguna Tahue). Finalmente, los alimentos del tercer grupo que se preparaban con papa ahumada se consu- mían luego de que estas pasaran meses en elsoberoo,así lo confirmó la señora María Nahuelquin: "orriba se dejoban papos, quedaban papos añejas, quedoban negritos y dulce pa lavarla bien, her- virlo. Popo oñeja le decíomos, choe, en diciembre-enero también había" (Laguna Tahue). Los relatos aportados por lasfamilias dan cuenta de una rica dieta en base a productos propios del sector, los que pese a algunos cambios en la actualidad, aún están muy presentes en la memoria de sus habitantes. De las preparaciones mencionadas han dejado de comerse principalmente las que requieren delfogón para hacerse. Éste espacio estaba muy ligado estas anüguas recetas, para el 37
  • 40. caso de las comidas con papas demuestra su importancia y como les servía a las familias. La nostalgia se hizo presente cuando se recordaron aquellas preparaciones que sus madres, abuelas, tías y otras mujeres cocinaban de manera coüdiana al interior de la vivienda Williche. Xl.- Sanarnos de los males En cada hogar Williche de Queilen, existen conocimientos ancestrales sobre las hierbas, usos y propiedades curativas, información que se ha heredado a través de relatos orales, que por lo gene- ral, son depositarias las mujeres de cada familia. Estos se transforman en conocimientos significa- üvos a la hora de "curar" dolencias y enfermedades comunes, como el dolor de estómago, resfríos, fiebre, estreñimiento y dolor de cabeza. "Cuondo se enfermobo hacíon su remedio con puros yerbos paro los enfermedodes mós comunes. No hobío mochi ni lonco en Queilen. Con mis hijos chicos re- cién comencé o ir o hospitol" (María Engracia Cumín. Paildad). Estos conocimientos están vigentes hasta la actualidad y han sido transmiüdos familiar y co- munitariamente, "nosotros de repente cuando nos enfermábamos de la guato mi momó nos dabo orégano, lo yerba bueno, el chilco. Clara: pal dolor de guato dobon el poico, estobo el poleo, lo menta, todo eso se usobo. Noleia: la manzanilla. Cloro: el loxante que hacía siempre mi momi (risas), elloxante cocero que hacío (...), Noelio: antes hervía uno yer- bo no más con ozúcor y sol. Clora: yo me ocuerdoque nos hocía tomor un orbolito que no sé si se llomo osí o no : el winki que le dicen, no sé si se lloma así, pero bueno así lo conocimos nosotros. Mi mamó eso lo hervío, lo hechabo o hervir y le ponía azúcor y sal y nos daba de tomor eso y ligerito nos hacío efecto. (Clara y Noelia Chiguay, sla Tranqui-Queilen) Además de las dolencias típicas, existen otras que requerían de un tratamiento más complejo yespecífico; nos referimosa las parterasya lascomponedoras de huesos. Las primerasatendían los partos en las casas de las parturientas, asistían en todo el proceso de la preparación, parto y post parto, así nos menciona doña Berlila Guala. "Todos nocíon en lo caso, todo en lo coso, con porteros no mós. No se cuidó ninguno en el hospitol, de nosotros nocimos todos, igual que yo, iguol yo tuve a m i s chicos lo moyorío en mi coso, solo el último noció en el hospital. Son 5 no más en mi 38
  • 41. cuodr¡|, todos nocieron en la casa. Me atendió mi suegra que está muerta ahors, ella ero mi portera. Y Uno ocd en lo caso estoba una semona en lo como que no le dejaban levontor"(Apeche) Existen algunos relatos donde es la propia parturienta quien se asiste para traer sus hijos al mundo "Hobío uno señoro, yo no estó, yo murió. Mitía Ernesüna Aguilo¡ mi mamo tombién, se aten- dió sus propios portos. Me otendió dos poré que fueron. Nunco se enfermobon esos chicos". (María Engracia Cumin, Paildad). Estas experiencias no son escasas en el territorio, situación que üene re- lación al cómo "parían" las mujeres de los pueblos originarios, tal como lo relatan los escritos de Diego Rosales sobre la vida indígena del siglo XVll: "En poriendo se meten en el río, y se lovon muy bien, y voñon lo crioturo. Y se von o sus cosos: pero hollonlos solos, y por ocho díos esto sin que nodie la vea porque no se le pegue el mol de el porto, y quondo mucho üene otra indio que lo ocuda. A los ocho díos se vuelve o voñar al río. Y quando viene o su coso, no hollo cosa ningunq de el ojuor onüguo:porque todo dizen:que esto inficcionodo con el mal de el porto:sino todo de nuevo.Y entonces la reciben los de slt coso, con todo lo porentelo con mucho chicha y comido; y se hoze la fiesto al nocimiento de lo crioturo: poniéndole el nom- bre" (como se cita en:Zárate,2OO7,p.4t) La figura de la partera no exisfa en la sociedad mapuche, es hasta elarribo de la conquista es- pañola que comienza a incorporarse esta figura de acompañante, "Duronte lo Colonio, lo presencio de mujeres en colidod de fomiliares, omigos, porteros o ombos, opoyaban a sus propias congéneres duronte el alumbramiento, convirüéndose en una proctica habitual"(Zárate,2007). Por tanto se puede señalar que las prácticas de las mujeres Williches tenÍan relación con el alumbramiento en solitario, que en algunos casos fueron las experiencias de nuestras entrevistadas. "En veces me toco porir solo no mós, me ogachoba solita y una yo sabía lo que venío, todo mujer sabia como trotorse sus parisiones". (Berüla Guala, Apeche). Sea cual sea las circunstancias del parto, sola o acompaña- da, habían rituales en común, por ejemplo, se procuraba que la placenta se expulsara del cuerpo de la mujer, para esto se debía soplarfuerte una botella, y luego se le apretaba la guata con una género. A los recién nacidos se les anudaba el cordón umbilical con lana de oveja bien limpia, Al pasar unos días, a las guaguas se las fajaba, esto duraba hasta el año, se las envolvían con géneros y lanas a fin de prevenir según las creencias, que los órganos interiores se les soltaran y que las guaguas "crecie- ron chuecos". Otra labor especializada de la salud eran los componedores de huesos, este oficio lo practi- caban tanto hombres como mujeres, y existían al menos uno por sector. Eran personas que habían adquirido este conocimiento y prácüca a través de los relatos orales de sus "moyores" y atendían a
  • 42. través del trueque. "uno persono que se le removía un tobillo o olgún hueso se le movía con una caído o con cualquier coso, ohí uno llegoba o un orreglodor de hueso, ellos lo res- tregoban con salmuera y ohí cuondo el pociente estabo descuidodo le mandabon el opretón y devolvíon el hueso a su lugor y cuondo ero uno quebrodura tombién, restre- gaban bien con oguo con sol y lo entoblilloban con toblitas de alerce, decían que ero lo mejor modero porque era mós curotivo, esos años no se conocío el yeso, por eso con puro toblo no mos, y la persona quedoba muy bien, esos üempo estaba "Poncho Cárcomo que ero de Aituy y doño Meñiña que le decíamos por oquí por este sector" (Prosperino Hueicha, Lago Pio Pio). A diferencia de las parteras, el oficio de componedor de huesos se manüene hasta la actuali- dad, "aquí hay uno mujer copocitada poro eso, lo Sra. Oliva, tengo mi hijo que se coyo con un palo y se fracturo lo pierna, fue o medico y lo enyesoron, pero jamás se sano. A final lo llevomos o lo com- ponedora, y ahí se sono, todo soldó bien y quedo sin ningún dolor, por eso nosotros confiomos mas en ellos más que en los médicos" (Prosperino Huiecha, Lago Pio Pio). Los insumos necesarios para los diversos tratamientos de las enfermedades se extraían del monte, y otros se cultivaban en las huertas dejando un espacio exclusivo para ellos. Es así como el pueblo Williche encontraba el tratamiento a sus dolencias y afecciones, principalmente dentro de la sabiduría familiar y comunitaria, situación que se da hasta la actualidad, donde si bien es cierto, muchos se han integrado a la medicina alopáüca, también en primera instancia se recurren a estos conocimientos ancestrales. Algunas plantas y sus prop¡edades: Plantas Usos Boldo Afecciones gastrointesünales y hepáücas Matico Cicatrizante tanto para heridas internas como externas. Hierba de san Juan Anüdepresivo y dolores articulares Melissa Tranquilizante ante situaciones de estrés. Ruda Cicatrizante 40
  • 43. ti.3=-'§ at (-ü Xll.- Pa' pasar el frío En la cultura Williche la vesümenta cumplía una-función uülitaria, eran prendas confecciona- das para uso coüdiano, fundamentalmente para aislar del frio. Para estos fines se ocupaban princi- palmente insumos de lana y cuero. Asílo describían los cronistas de las primeras expediciones: "Gente de buen porecer, vestidos de lono", que usan lonza, lo honda y el dardo, y que llevon en la cabeza un sombrero "muy bien hecho de lana tejido y peludo como un paño como tocodo" y que el cuerpo lo cubren con uno choquiro" en el mismo texto señalan "Y por ser tierro muy fría andoban vesüdos con mós obrigo que los demós del reino, troyendo calzones y comiseros. Y en lugar de copas una muceta de lono muy fina".( Urbina, p.86) 41
  • 44. Estos tejidos se confeccionaban de la lana que obtenían del chilihueque: una especie de llama, la cual los españoles llamaron "carnero u ovejas, de üerra" , Alonso de Ovalle los describe: "Entre los onimales propios de aquel país (Chile) se pueden poner en primer lugor los que llomon ovejos de lo üerro y son de figuros de comello ni ton bostos ni tan grandes y sin los corcobas que oquellos tienen, son unos blancos y otros'negros y pordos y otros cenecientos. Enfrénance por los orejas en las cuales les hace agujero por donde se les entra el cordel del que tira el que las gobierno pora llevorlas donde y como quiere, hincándose de rodillos paro recibir la corga y estando ésto recibido y bien ocomodada se levantan y la llevon o poso reposodo". (Latcham,Pag.L42l. Al poco üempo de la llegada de los españoles, el chilihueque comenzó a sufrir un proceso de exünción debido fundamentalmente al arribo de la oveja al territorio: condición que hizo fácil su domesticación y adaptación. Su incorporación cubrió dos necesidades fundamentales en la vida de los habitantes, el primero fue la calidad de su vellón, el cual era más grueso y permiüó confeccionar prendas con mayor poder de aislación, y lo segundo fue su carne, la cual fue introducida a la dieta alimentaria. Paulaünamente se comenzó a confeccionar vestuario con el vellón de oveja, el proceso de manufactura era en primera instancia la esquila, luego el lavado, el escarmenado, y el hilado; Para luego comenzar la confección del texül en el kelwo: "El quelgo fkélyo] consiste en uno estructuro de modero, confor- mado por un morco rectongulor con el que la lobor se realizo horizontal- mente sobre el piso. Lo posición de lo formo de trobojo es, sin duda, el rosgo disüntivo entre el telor de Chiloé y el de Cautín, por ejemplo. El telar de Coutin se opoya contro uno pored, quedondo en forma diagonal frente a la tejedoro; el quelgo de Chiloé lo hoce horizontolmente sobre el suelo de la viviendo o en el potio de la caso. En este coso, lo tejedoro trobojo sentoda sobre un piso muy bojo o simplemente orrodilloda, posición que resulto foü- gonte luego de un par de horos de lobor". (C.Ramirez, P.1033) Este instrumento permitió el desarrollo del mundo textil en el territorio, debido a su gran tamaño se tejían alfombras, frazadas, y largas piezas de lana que luego cortaban y daban formas a disüntas piezas: "Lo vestimento eran tejidos a telor pontolones con chombo de lono" (Teolinda Tei- guellAulen). Las mujeres se vestían con vesüdos de una o dos piezas y un chal, los hombres con pantalo- nes de lana, chaqueüllas de lana sin mangas y "chorowillas",tejidos de junquillos que se uülizaban en los pies, "se hacían zopotos con junquillos pora ir o miso, paro ir o la escuelo" (Teolinda Teiguel Teiguel, Aulen). También se usaban las "ojotas", articulo üpo zapato, que se fabricaban con el cuero 42
  • 45. de la oveja "se usoban ojotos, él fue el primer niño que uso zapotos"(Prosperino Hueicha, Lago Pio Pio). Este calzado era un buen aislante del frio, el barro y la lluvia "Se cortaba un pedazo de cuero y se costurobo con olguno plonto seco los bordes, se onudaban y quedobon buenos poro cuolquier faeno, eso llego después si, cuondo éromos niños ondábomos o pota pelodo no más". (Florencio Llancalahuen, Paildad). Luego se incorporó el tejido a palillo "Yo cortobo solo mi ropo. Los chompas los tejío, le hocía a mis chicos, puro polillo. Mi mamá tejío en kelwo, hocío frozodas, yo tombién tejíen kelwo. Se ponía un cordel en las vigos de lo coso y se colgoban las cañas del tejido". (Bertila Guala, Apeche). Además de las ünturas que fueron dándole al tejido nuevos diseños y colores a los ya tradicionales. "Pero ello sí esquilobo sus ovejos, y oprovechobo y hacio la lono, hilobo y de ohítejío sus chompos, sus colcetas (Noelio: sus frozodos). Tenío ello su vigo, los kelwo, tenío su telor donde tejía sus frazodas. (Clara Chiguay, Noelia Chiguay, lsla Tranqui). Los tejidos eran de lana de oveja, que lavaban en la orilla de los ríos hasta dejar limpia y sin olor. Usaban hojas, raíces, algunos minerales, cortezas y frutos para darle color., practicas que se conservan hasta nuestros días. Algunos de estos son: (O. Plath, 'Arte tradicional de Chiloé", disponible en :Chiloe.omeka.net ) Respecto de los diseños de los texüles, que son carocterísticos del territorio, es- tos en uno primero etopo eron lisos y simples; con la llegoda de nuevos influencias estéücas en la década del 30 y el 40 o trovés de las revistas de punto cruz troídas prin- cipolmente desde Argentina y México, se fueron incorporondo diseños como rosas y flores. (L.Lopez Navarro, 201,41. Actualmente muchas de estas técnicas se siguen usando principalmente en el mundo rural; al Color Insumo utilizado Nesro El robo y el humus Marrón Radal y Huienque Violeta Maqui Rojo Culli Beige Corteza de hulmo Verde oscuro Laurel Gris El chilco, la raiz de la nalca Verde claro Canelo 43
  • 46. de la oveja "se usoban ojotas, élfue el primer niño que uso zopotos"(Prosperino Hueicha, Lago Pio Pio). Este calzado era un buen aislante del frio, el barro y la lluvia "Se cortaba un pedazo de cuero y se costurobo con olguna plonto seco los bordes, se onudoban y quedobon buenos para cuolquier foeno, eso llego después si, cuondo éromos niños andábamos o poto pelodo no más". (Florencio Llancalahuen, Paildad). Luego se incorporó el tejido a palillo "Yo cortobo solo mi ropo. Las chompos los tejío, le hocío a mis chicos, puro palillo. Mi momd tejía en kelwo, hacía frozadas, yo también tejíen kelwo. Se ponía un cordel en los vigas de lo cosa y se colgobon los cañas del tejido". (Bertila Guala, Apeche). Además de las ünturas que fueron dándole al tejido nuevos diseños y colores a los ya tradicionales. "Pero ella sí esquiloba sus ovejas, y oprovechabo y hacío la lona, hiloba y de ohítejío sus chompos, sus colcetas (Noelio: sus frozodos). Tenío ello su vigo, los kelwo, tenío su telor donde tejío sus frozados. (Clara Chiguay, Noelia Chiguay, lsla Tranqui). Los tejidos eran de lana de oveja, que lavaban en la orilla de los ríos hasta dejar limpia y sin olor. Usaban hojas, raíces, algunos minerales, cortezas y frutos para darle color., pracücas que se conservan hasta nuestros días. Algunos de estos son: Color Insumo utilizado Negro El robo y el humus Marrón Radal y Huienque Violeta Maqui Roio Culli Beise Corteza de hulmo Verde oscuro Laurel Gris El chilco,laraiz de la nalca Verde claro Canelo (O. Plath, 'Arte tradicional de Chiloé", disponible en :Chiloe.omeka.net ) Respecto de los diseños de los textiles, que son carocterísticos del territorio, es- tos en uno primero etopo eron lisos y simples; con lo llegodo de nuevos influencias estéücas en la décoda del 30 y el 40 o través de las revistos de punto cruz troídos prin- cipolmente desde Argenüno y México, se fueron incorporando diseños como rosos y flores. (L.Lopez Navarro, 20L4). Actualmente muchas de estas técnicas se siguen usando principalmente en el mundo rural; al 43
  • 47. interior de las comunidades se uüliza el Kelwo,los teñidos naturales, y el hilado con huso manual; de esta manera se sigue conservando el patrimonio textil, heredado de los pueblos originarios que habitaron y habitan el territorio. Xlll.- "Re-construyendo nuestra ldentidad" A las comunidades indígenas de Queilen les pareció fundamental incorporar en este libro la mirada de los niños y niñas de sus comunidades, indagar en las nociones que üene desde su cultura. Para esto se realizó acüvidad, llamada "Re-construyendo nuestro ldenüdod", iniciativa que se llevó a cabo en cuatro establecimientos educacionales de la comuna de Queilen: Escuela de Apeche, escue- la de Paildad, Escuela Santa María y Terra Nova. En términos metodológicos se utilizaron "mapas parlantes" a fin de que idenüfiquen elemen- tos propios de su cultura presentes en el entorno. Aquí identificaron sus respecüvas comunidades, su entorno natural, los cursos de aguas, los montes, su territorio. Además incorporaron en los mapas sus casas, huertas, animales, todos elementos propios de su quehacer cultural cotidiano, además se manifiestan orgullosos de su cosmovisión y tradiciones, reconocen elementos funda- mentales como la bandera, el cheñeto, canciones, palabras en mapudungun, y una serie de símbolos propios de su cultura.. La apertura de la escuela como uno de los ejes principales en la revitalización de la cultura ha sido fundamental en la educación de los niñas y niños del sectol específicamente a través de la incorporación de la figura de "Educador tradicional" en las aulas, es en el año 2010 cuando se hace obligatorio en los establecimientos educacionales del país la enseñanza del mapudungun y otras lenguas originarias. "Uno de los aspectos claves en la implementación de las cuatro estrategias de focalización mencionadas es la "dupla pedagógica", consütuida por el profesor mentor (docente de aula) y por el educador tradicional. El primero aporta el conocimiento de la cultura escolar y el saber pedagógico; el segundo, los saberes tradicionales de su cultura y su lengua", esta figura aporta con- tenidos y miradas propias de su cultura, procesos educativos que los niños y niñas idenüfican como posiüvos y necesarios dentro de sus comunidades, ya que les entregan valor a sus relatos y vivencias coüdianas. (Casüllo, Fuenzalida, Hasler, Sotomayo;Allende. 2016). De esta manera se sitúan prácücas culturales en un espacio extra domesüco, a fin de valorarlas y preservarlas; patrimonio cultural vivo que está en constante dialogo con las nuevas generaciones, quienes üenen como desafío conservarlas y revitalizarlas como agentes fundamentales dentro de su cultura. 44
  • 48.
  • 50. XlV.- Agradecimientos Nuestros agradecimientos a la mesa territorial de Queilen por su interés en aportar en el en- cuentro de su comunidad con su pasado, un ejercicio de memoria colecüva, donde el relato oral es el motor arüculador entre el ayer y el hoy. Y principalmente a todos y todas las personas de los diversos territorios de la comuna de Quei- len, quienes con sus tesümonios hacen posible mirar el presente con ojos del pasado y aportar en el empeño de luchar contra el olvido. XV.- Bibliografía .Bahamonde, R. (2017). Elcontexto culturalde la papa en Chiloé. Colecciones Digitales, Subdi- rección de lnvestigación Dibam. .Bernales, M. (1967). Sobre vocablos y cosas de Chiloé. Estudios Filológicos, N'3: 303-347. .Díaz Plá y otros (2OL4) Memorias del Estero Paildad. Transformaciones socioeconómicas en el Chiloé profundo, .Dibam. (20L7). Juégatela por nuestro patrimonio, guía de juegos y monumentos nacionales. .Casüllo, Fuenzalida, Hasler,(201-6). Sotomayor,allende. disponible en HYPERLINK "hltp:ll www.scielo.cl/scielo. ph p?script=sci_arttext&pid=S0716-58LL20L6000100019" http://www. scie lo.cl/scielo. ph p?scri pt=sci_a rttext .Cavada, F. (1914), Chiloé y los chilotes. lmprenta Universitaria. Sanüago. .Guber,R. (2011).La etnografia: método, campo y reflexivdad, editorital Siglo 2L. .Lopez Navarro L.(20L4). Historias texüles de Chiloe. Consejo nacionalde la cultura y las artes. Disponible en: chiloe.omeka.net .Marino, M. (1985). Chiloé: economía, sociedad, colonización. Edición Víctor Naguil, Ancud. .Monsalve, D. y Leighton, A(2005), Nosotras, las mujeres williche de Chiloé, nuestra medicina, artesania y alimentacion tradicional. Asociación lndígena de mujeres williche de Chiloé Rayen Küyen". Bosque modelo.. 47
  • 51. .Mun¡ta, Doina, Rodrigo Mera M. y Ricardo Alvarez A (2011). lnforme de asesoría arqueológica proyecto:Estudio y puesta en valor de los conchales de Queilen. .Pavón, T. Parada, V. (1999). Las mujeres rurales reconstruyen las historias de Queilen. .Plath, O. (1946). Juegos y diversiones de los chilenos. Boletín de educación fisica. Universidad de Chile. .Plath, O. (1973). Arte tradicional de Chiloé.Universidad de Chile, Sanüago. .C, Ramírez Sánchez, (1998). El quelgo o telar indígena de Chiloé (Estudio lingüísüco-etnográ- fico) Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad de Chile. Disponible en: chiloe.omeka. net .Urbina, R. (2012). La periferia meridional indiana:Chiloé en el siglo XVlll. Ediciones Universi- tarias de Valparaíso. Universidad Católica de Valparaíso, Chile. .Soussi, L (2014). Chiloé infancia rural: una mirada retrospecüva. Editorial Okeldón. .Strabucchi, R. (2016). Carpinteros de ribera. En Museo de Arte Precolombino, Santiago. .Zárate, M. (2007) , "Dar a luz en Chile , siglo XlX. De la ciencia de hembra a la ciencia obsté- trica, Colección sociedad y cultura, centro de invesügación Diego Barros Arana, Universidad Alberto Hurtado. 48