LA PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO: CLAVES PARA LA REFLEXIÓN.pptx
Material de apoyo antropología i nivel
1. MOVIMIENTO DE RETIROS PARROQUIALES JUAN XXIII
SANTO DOMINGO DE LOS TSÁCHILAS
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MOVIMIENTO DE RETIROS PARROQUIALES JUAN XXIII
DIÓCESIS DE SANTO DOMINGO DE LOS TSÁCHILAS
MATERIAL DE APOYO PARA LA ESCUELA DE FORMACIÓN
PRIMER NIVEL
ANTROPOLOGÍA
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SANTO DOMINGO DE LOS TSÁCHILAS
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I. INTRODUCCIÓNA LA ANTROPOLOGÍACRISTIANA.
a. EL CONCEPTO. En la concepción más genuinamente cristiana del término, la revelación no
tiene otro objeto sino Dios mismo, que se da a conocer mediante Cristo, Verbo encarnado,
para que los hombres, en el Espíritu Santo, por medio del mismo Cristo tengan acceso al
Padre (cf Vaticano II, DV 2). El hombre, en una primera aproximación,es el destinatario de la
revelación y de la salvación que ésta anuncia y realiza, no su objeto directo. Pero, por otro
lado, el conocimiento de Dios y de la salvación que en Cristo se nos ofrece nos descubre la
definitiva vocación del ser humano, el designio de Dios sobre él, con una profundidad que
de otro modo no nos hubiera sido nunca accesible. En este sentido el hombre, precisamente
en cuanto destinatario de la revelación divina, se convierte también en objeto de la misma.
Sólo a la luz de la salvación que Cristo nos trae descubrimos a qué estamos llamados y, por
consiguiente, quiénes somos: "Cristo,el nuevo Adán, enla misma revelación del misterio del
Padre y de su amor manifiesta plenamente el hombre al propio hombre y le descubre la
sublimidad de su vocación" (GS 22). La revelación cristiana presupone el hombre y por tanto
una cierta idea que éste tendrá de sí mismo; pero, por otra parte, la novedad de la
encarnación del Hijo no puede dejar de enriquecer e iluminar esta visión. Por tanto, a partir
de la revelación el cristianismo puede, y aun debe, reivindicar una noción propia del
hombre, que en muchos aspectos coincidirá con la que ofrezcan la filosofía y las ciencias
humanas y que deberá enriquecerse con sus aportaciones, pero que poseerá una
irrenunciableoriginalidad.Eneste sentidohablamosde "antropologíacristiana".
b. EL HOMBRE, CREADO A IMAGEN DE DIOS. De hecho, si bien es claro que la Sagrada
Escritura no trata de ofrecernos una antropología sistemática, es igualmente evidente que
habla del hombre en muchísimas de sus páginas, comenzando por las primeras. El relato
yavista de la creación y la caída (Gén. 2-3) nos presenta ya al hombre como el centro de la
obra creadora de Dios: es formado por sus manos y recibe la vida del propio aliento divino
(Gén. 2,7). Para él planta Dios el jardín de Edén y le ordena que ponga nombre a los
animales (cf Gén. 2,9.19-20); le da, por último, una ayuda adecuada, porque no es bueno
que el hombre esté solo (cf Gén. 2,9.20-24). Tenemos aquí el núcleo de una profunda
antropología: el hombre está llamado a servirse de la creación y a dominarla y es un ser
eminentemente social, hecho para estar en comunión con los otros. Pero vivirá solamente si
mantiene la relación con Dios, que lo ha creado y le ha comunicado su misma vida, y si es
fiel a sus mandatos (cf Gén. 2,16). Esto quiere decir que la relación con Dios es esencial al
hombre y esaquelladimensióntotalizante apartirde la que se articulantodaslas demás.
El relato sacerdotal de Gén. 1, 1-2,4a señala también la primacía del hombre sobre el resto
de la creación. Se introduce aquí por primera vez la idea de la creación del hombre a imagen
y semejanza de Dios (cf Gén. 1,26-27); ésta es la característica del ser humano que el concilio
Vaticano II (GS 12) coloca en primer lugar cuando trata de explicar la respuesta de la Iglesia al
interrogante acerca del hombre, sobre el que se han dado a lo largo de la historia, y se dan
todavía, opiniones tan diversas, e incluso contradictorias. Merece la pena, por tanto, que
veamos brevemente el sentido de estas expresiones y el modo como han sido interpretadas
enla Bibliayenla tradiciónde la Iglesiahastael momentoactual.
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El dominio del hombre sobre las criaturas es un elemento que encontramos también
presente en el documento sacerdotal, y deriva ciertamente del hecho de su creación a
imagen y semejanza de Dios (cf Gén. 1,26-27); igualmente se pone de relieve en estos
versículos el carácter social del hombre; el hombre hecho a imagen de Dios es varón y mujer.
Pero también aquí la relación del hombre con Dios, aun con la diferencia radical entre
Creador y criatura, es lo que parece determinante. El simple dato de que Dios cree "a su
imagen y semejanza" cualifica en primer lugar el obrar divino, y determina a su vez que el
hombre sea distinto de las demás criaturas. El ser humano ha sido creado para existir en
relación con Dios, para vivir en comunión con él. Estos mismos elementos se hallan en Gén.
5,1-3, donde se establece además una cierta analogía entre la creación del hombre por Dios a
su imagen y la generación de Set según la semejanza e imagen de su padre Adán. La
condición de imagen de Dios hace que la vida humana sea sagrada (cf Gén. 9,6). El dominio
sobre el resto de las criaturas y la vocación de Dios a participar de su vida inmortal son los
puntos que se ponen de relieve en relación con la creación del hombre a imagen y semejanza
divina en los otros textos del AT donde vuelve a aparecereste motivo (cf Si 17,3; Sab. 2,23; cf
tambiénSal 8,5-9).
En el NT se afirma que la imagen de Dios es Cristo (cf 2Cor 4,4; Col 1,15; también Heb. 1,2;
Flp 2,6). Esto no significa que se olvide la condición del hombre como creado a imagen y
semejanza de Dios; por el contrario, se afirma que el hombre ha sido llamado a convertirse
en imagen de Jesús si acepta por la fe la revelación de Cristo y la salvación que éste le ofrece
(cf 2Cor 3,18); el Padre nos ha predestinado a conformarnos según laimagen de su Hijo, para
que éste sea primogénito entre muchos hermanos (cf Rom. 8,29); y como hemos llevado la
imagen del primer Adán, el terrestre, hecho alma viviente, llevaremos también la imagen del
Adán celeste, Cristo resucitado, en la participación de su cuerpo espiritual (cf 1Cor. 15,45-49).
El destino del hombre es, por consiguiente, pasar de ser imagen del primer Adán a serlo del
segundo; todo ello no es algo marginal o accesorio a su "esencia", sino que esta vocación a la
conformación con Cristo y a revestir su imagen constituye lo más profundo de su ser. Junto a
esta reinterpretación cristológica del tema de la imagen notamos en el NT una fuerte
orientación escatológica de este motivo (cf también (Jn. 3,2). Con todo, no es aventurado
afirmar que si el hombre está orientado a Cristo como meta final de su existencia, esta
ordenación, de un modo o de otro, ha de existir desde el principio. Es convicción general del
NT que el orden de la creación y el de la salvación se hallan en relación profunda: todo ha
sido hecho mediante Cristo y todo camina hacia él (cf 1 Cor. 8,6; Col 1,15-20; Ef 1,3-10; Jn.
1,3.10; Heb. 1,3); Jesúsesalfay omega,principioyfinde todo(Cf Ap.1,8; 21,6; 22,13).
La reinterpretación cristológica del motivo de la imagen prosiguió en la teología patrística. Ya
en relación con el momento de la creación, y no sólo con el de la consumación final, se pone
de relieve la ejemplaridad del Verbo. En efecto, sólo el Hijo es la imagen de Dios. El hombre
no es estrictamente "imagen", sino que ha sido hecho "según la imagen". Pero aunque esto
sea reconocido en general por todos, defieren las escuelas de la antigua Iglesia cuando se
trata de precisar el significado de la imagen de Dios que es el Hijo; ello tendrá
inmediatamente consecuencias antropológicas. Por una parte, los alejandrinos (Clemente,
Orígenes; les seguirá sustancialmente san Agustín) consideran al Verbo preexistente la
imagen de Dios; según esta imagen ha sido creado el hombre. Por ello la imagen de Dios en
el ser humano sólo hace referencia a su elemento espiritual, el alma. Por el contrario, otros
padres y escritores eclesiásticos (san Ireneo, Tertuliano) considerarán que la imagen de Dios
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Padre es el Hijo encarnado, que da así a conocer al Dios invisible. El hombre ha sido creado
desde el primer instante según la imagen del Hijo, que habría de encarnarse y resucitar
gloriosoen su humanidad. Cuando Dios modelaba al primer Adán del barro, pensaba yaen su
Hijo que habría de hacerse hombre y ser así el Adán definitivo. Según esta línea de
pensamiento, el hombre ha sido creado a imagen de Dios según todo lo que es, en su alma y
en su cuerpo, con una insistencia especial en este último. Ningún aspecto del ser humano
queda excluido de esta condición de imagen, ya que todoél ha sido llamado a participar de la
resurrección de Cristo. A pesar de estas notables diferencias, hallamos de nuevo unida la
teología de los primeros siglos en la distinción entre la imagen y semejanza divinas: mientras
la primera viene ya dada con la creación, la segunda se refiere a la perfección escatológica, a
la consumación final. Aunque esta distinción no encuentre un apoyo totalmente literal en la
Escritura, no es del todo ajena a ella (cf Un 3,2), y por otra parte pone bien de relieve un
aspecto muy presente en el NT: el carácter de camino de la existencia humana, la necesidad
constante del progresoenlaunióny el seguimientode Jesús.
Esta distinción no se mantuvo en general en los tiempos sucesivos. Por otra parte, el sentido
cristológico de la creación del hombre a imagen y semejanza divina se ha hecho menos
explícito en la teología y en la conciencia cristiana. Por ello es tanto más de alabar la
contribución del concilio Vaticano II en la GS, al poner, como notábamos ya, en el hecho de la
creación del hombre a imagen y semejanza de Dios el comienzo y la base de la respuesta
cristiana al interrogante sobre el misterio del ser humano. Según el número 12 de la
constitución pastoral, esta condición significa ante todo que el hombre es capaz de conocer y
amar a su Creador, es decir, que es capaz de entrar en relación personal con Dios. A ello se
añade su posición de señorío sobre las criaturas terrenas, de las que se ha de servir para
gloria de Dios, y la condición social del ser humano, llamado a existir en la comunión
interpersonal. Como se ve, se recogen aquí muchas de las intuiciones que veíamos presentes
en nuestro rápido recorrido escriturístico, sobre todo del AT: Pero este número 12 de GS ha
de leerse juntamente con el número 22, que citamos al comienzo de estas páginas: "El
misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado. Porque Adán, el
primer hombre, era figura del que tenía que venir (cf Rom. 5,14), es decir, Cristo nuestro
Señor... No es extraño, por consiguiente, que todas las verdades antes expuestas encuentren
en Cristo su fuente y enél alcancen su vértice. El que es imagen de Diosinvisible (Col 1,15) es
tambiénel hombre perfecto, que ha devuelto a la descendencia de Adánla semejanza divina,
deformada por el primer pecado..." La orientación cristológica de la antropología cristiana ha
sido, por tanto, fuertemente subrayada por el concilio (como también en el magisterio de
JuanPablolI;cf, p.ej., Redemptorhominis 8,2;13,13; 28,1).
Naturalmente, el magisterio de la Iglesia no ha explicado en detalle las relaciones entre la
cristología y la antropología. Éstas no son entendidas de modo totalmente idéntico por la
teología contemporánea. Rebasaría los límites de este artículo laexposición, siquiera sucinta,
de las diferentes posiciones y modelos de explicación. Pero para todos es claro que, al
recoger la revelación de Cristo, el hombre encuentra respuesta a sus más profundos
interrogantes. Seguir a Cristo no es, por consiguiente, algo que se le imponga solamente
desde fuera y que no tenga relación ninguna con su ser. Todo lo contrario. Solamente en
Jesús alcanza la definitiva, porque desde el primer instante de la creación Dios le ha impreso
esta orientación. Por ello el concilio Vaticano II (GS 41) puede afirmar que quien sigue a
Cristo, el hombre perfecto, se hace también él más hombre. La novedad indeducible de la
encarnación del Hijo de Dios, fruto solamente del libérrimo designio de salvación del Padre, y
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la orientación del mundo y del hombre hacia Cristo de tal manera que éste constituye la
perfección a que tienden en este concreto orden de creación, serán dos puntos (sólo en
apariencia contradictorios) que la teología cristiana, y en especial la antropología, deberán
siempre tenerpresentes.
La fe cristiana nos dice que el hombre no ha sido fiel a este designio divino y que desde el
principio el pecado ha sido una realidad que ha entorpecido la relación con Dios. Pero, en su
fidelidad, Dios nos ha mantenido siempre su amor y, en Cristo, la semejanza divina
deformada ha sido restaurada (GS 22). Por lo demás, la naturaleza humana, sin duda
profundamenteafectadaporel pecado,noha quedadocontodocorrompidade raíz.
c. EL HOMBRE, LLAMADO A SER HIJO DE DIOS EN CRISTO. La antropología cristiana afirma
que no hay más que una perfección del hombre: la plena conformación con Jesús, que es el
hombre perfecto. Esto significa la participación en su filiación divina, en la relación
irrepetible que Cristo, Hijo unigénito de Dios, tiene conel Padre. Ya enlosevangelios leemos
que Jesús, que se dirige siempre a Dios con el apelativo de "Padre", enseña a sus discípulos,
sin colocarse él nunca en el mismo plano, a hacer lo mismo (cf Me. 11,25; Mt. 5, 48; 6,9;
6,32; Le. 6,36; 11,2, etc.). Pablo nos dirá que ello es posible solamente por el don del Espíritu
Santo, enviado a nuestros corazones y que clama en nosotros "Abba, Padre" (Gál. 4,6; cf
Rom. 8,15), en virtud del cual podemos llevar una vida auténticamente filial respecto a Dios
y fraterna respecto a los hombres. Así el Hijo unigénito de Dios se hace el primogénito entre
muchos hermanos (cf Rom. 8,29; Heb. 2,11-12.17; tal vez Jn. 20,17). La antropología
cristiana contempla, por lo tanto, al hombre llamado a participar de la misma vida del Dios
trino: en un mismo Espíritu tenemos todos acceso al Padre mediante Cristo (Ef. 2,18); la
misma unión entre los discípulos de Cristo, a la que todos los hombres están llamados, es
reflejode launiónde laspersonasdivinas(cf Jn.17,21-23).
Nuestro breve recorrido por algunos de los puntos de la antropología cristiana no puede
dejar de mencionar la categoría de la "gracia", esencial a la visión cristiana del hombre. Nos
hemos referido a la novedad indeducible de la encarnación de Jesús. Dios se auto comunica
libremente en su Hijo y en su Espíritu, y es igualmente don de Dios y nunca mérito del
hombre la incorporación personal a la salvación (=justificación por la fe). La visión cristiana
del hombre no puede olvidar este elemento: la plenitud del hombre es recibida como don
gratuito, no reducible al donde la creación, como no se deduce de ésta la encarnación de
Jesús. Es, por consiguiente, un nuevo elemento irrenunciable de la visión cristiana del
hombre que éste recibe su plenitud como un don inmerecido, lo cual, a su vez, no excluye
que tenga que aceptarlo libremente y cooperar con Dios, que se lo otorga en su infinita
bondad.
d. LA UNIDAD DEL HOMBRE EN LA DUALIDAD DE CUERPO Y ALMA. La doctrina bíblica de la
creación del hombre a imagen y semejanza de Dios muestra la íntima relación de los
órdenes de la creación y de la salvación. La fe cristiana a lo largo de los siglos se ha
preocupado no sólo de exponer el sentido de la salvación, sino también de insistir en la
configuración creatural del hombre, en su "naturaleza", apta para recibir esta salvación
gratuita de Cristo como su intrínseca perfección. Punto esencial sin duda de esta
preocupación ha sido la unidad del ser humano en la pluralidad de sus dimensiones. Ya el
NT, siguiendo las huellas del AT, a la par que insiste en la unidad original del ser humano,
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conoce diversos aspectos del mismo: el hombre es "cuerpo" por su dimensión material, que
lo hace un. ser cósmico, inserto en este mundo, solidario con los otros, con una identidad
definida en los diferentes estadios de su existencia (cf 1 Cor. 15,44-49); esta condición
corporal del hombre se asocia a veces a la "carnal", que con frecuencia adquiere un sentido
negativo, ya que indica la debilidad del hombre (cf Mc 14,38; Mt 26,41), o incluso,
especialmente en Pablo, su existencia bajo el dominio del pecado (cf Rom. 6,19; 8,3-9; Gál.
5,13.16-17). El hombre es también "psique", vida, alma; es sujeto de sentimientos (cf Mc
3,4; 8,35; Mt 20,28; 26,38; Col 3,23). Por último el hombre tiene tambiénla "capacidad de lo
divino", está en relación con Dios; todo ello se expresa con el término "espíritu", que indica
tanto la vida de Dios comunicada al hombre y principio de vida para él como el hombre
mismo en cuanto movido por el Espíritu Santo; se opone con frecuencia a la "carne" en
cuanto débil o sometida al pecado (cf Mc 14,38; Jn. 3,6; Rom. 8,2-4.6.10.15-16; Gál. 5,16-
18.22-25). Aunque no se haya pretendido una reflexión sistemática sobre la cuestión, no hay
duda de que el NT en su conjunto nos muestra al hombre como un ser a la vez mundano y
trascendente aeste mundo,capazde relaciónconDios.
Es lo que a lo largo de la historia, partiendo ya de los primeros siglos cristianos, se ha
expresado con la idea del hombre como formado de alma y cuerpo. El cristianismo asimiló
estas nociones de la antropología griega, aunque no sin transformarlas. Los esquemas
cristológicos y soteriológicos (encarnación, resurrección) han hecho que algunos Padres
basaran su antropología precisamente en el cuerpo. Y aunque pronto, por el predominio de
los esquemas platónicos, se pasa a considerar que el alma tiene una primacía sobre el cuerpo
(y se llega a afirmar a veces que ésta es en rigor el hombre), nunca en la teología cristiana se
ha considerado al cuerpo malo en sí mismo; ha sido también creado por Dios y es llamado a
la transformación final en la resurrección. Santo Tomás ha subrayado la unidad de los dos
componentes del hombre en su famosa fórmula "anima forma corporis". Existe una unidad
sustancial originaria del hombre que abraza estos dos aspectos, de tal manera que ninguno
de los dos separado del otro sería hombre o persona. No hay, por consiguiente, alma sin
cuerpo ni cuerpo sin alma (prescindiendo de la pervivencia del alma después de la muerte).
La unidad sustancial de alma y cuerpo se subrayó también en el concilio de Viena, el año
1312 (cf DS 900.902); el concilioV de Letrán, del año 1513, define que el alma no es común a
todos los hombres, sino que es individual e inmortal (DS 1440). Del cuerpo y el alma del
hombre ensu unidadhablatambiénlaGS 14.
La antropología moderna prefiere no tanto hablar de que el hombre tiene un alma y un
cuerpo, sino de que es alma y cuerpo. Y a veces se subraya que tanto el alma como el cuerpo
son del hombre; el lenguaje expresa bien la unidad que somos y experimentamos. Nuestro
psiquismo y nuestra corporalidad se condicionan mutuamente. Por ser cuerpo nos hallamos
sometidos a la espacio-temporalidad estamos unidos a los demás hombres, somos finitos y
mortales; por ser alma trascendemos el mundo, y estamos llamados a la inmortalidad. Una
inmortalidad que, desde el punto de vista cristiano, no tiene sentido si no es en la comunión
con Dios, y que por otra parte garantiza la continuidad del sujeto en nuestra vida actual y en
la plenitudde laresurrección en la configuración plenaconCristoresucitado.
e. EL HOMBRE, SER PERSONAL ABIERTO A LA TRASCENDENCIA. La constitución psicosomática
del hombre, en virtud de la cual; siendo un ser cósmico, trasciende este mundo, está en
íntima relación con su ser "personal". El ser humano no es un objeto más enel mundo;es un
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sujeto irrepetible. El pensamiento cristiano ha desarrollado la noción de "persona" para
expresar este carácter del hombre, que lo hace radicalmente distinto de todos los seres que
le rodean y que le confiere una dignidad y un valor en sí mismo, no en función de lo que
hace o de la utilidad que reporta a los demás. El concilio Vaticano II (GS 24) señala que el
hombre es la única criatura terrestre que Dios ha amado por sí misma. No deja de ser
significativo observar que el desarrollo antropológico de esta noción ha sido posterior en el
tiempo al uso de la misma en la teología trinitaria y en la cristología. El sentido del valor y la
dignidad de la persona, ampliamente reconocido en nuestros días (a pesar de numerosas
contradicciones que no pueden desconocerse) aun fuera del ámbito cristiano, adquiere a
partir de la visión cristiana del hombre su última fundamentación: el hombre tiene un valor
absoluto para el hombre porque lo tiene para Dios, que lo ama en su Hijo Jesús y lo llama a
la comuniónconél.
A la condición del hombre persona y sujeto irrepetible va unida necesariamente su libertad.
Ésta no significa sólo, aunque incluya necesariamente este aspecto, la posibilidad de elegir
entre diversos bienes o posibilidades concretas, sino que es ante todo la capacidad de
configurarse a sí mismo de acuerdo con las propias opciones. Por ello se ha podido decir que
el hombre no tiene libertad, sino que lo es, porque a pesar de los evidentes
condicionamientos a que se halla sometido, tiene una auténtica capacidad de auto
determinarse. En el ejercicio de su libertad el hombre opta primariamente sobre sí mismo.
No se debe hablar, por tanto, sólo de libertad de las trabas o impedimentos internos o
externos, sino de libertad para el proyecto humano que se ha de realizar. Nada tiene que ver
la libertad con el capricho. De ahí que aquélla alcance sólo su plenitud en la opción por el
bien; cristianamente hablando, ello significa dejarse liberar por el Espíritu, romper las
ataduras del pecado y el egoísmo para vivir en la libertad de los hijos de Dios, que es la de
Jesús, que se entrega hasta la muerte por amor. Es importante notar que la libertad del
hombre se da incluso frente a Dios y a su Palabra. En su revelación Dios quiere establecer un
diálogo con nosotros y nosllama a la comunión de vida con él. Todoello sería imposible en la
hipótesis de que Dios nos forzara a aceptarlo. Cuando insistimos en la libertad humana
aseguramos, por tanto, que también ante Dios y para Dios somos y permaneceremos
siempre unauténticosujeto,unverdaderotú.
El hombre, como ser personal y libre, se halla necesariamente abierto al mundo y los demás.
Frente a ellos ejerce su libertad y en este mismo ejercicio puede experimentar su propia
trascendencia. El hombre necesita del mundo que le rodea para su propia subsistencia. Ésta
es una experiencia fundamental e incontrovertida. Pero en esta misma relación de
dependencia frente al mundo se abre el sentido de su trascendencia a él: efectivamente, con
el hombre y su capacidad de transformar la realidad que lo circunda se produce en ésta una
novedad; por el esfuerzo humano se dan en la naturaleza posibilidades nuevas que de otro
modo nunca se hubieran alcanzado. El trabajo del hombre es, pues, un fenómeno nuevo en
el ámbito cósmico; por ello puede ser calificado de "creador". Estas posibilidades de la
naturaleza se convierten a su vez en posibilidades nuevas para el hombre mismo, para su
libertad. Inserto en el mundo, en su misma acción, en él el ser humano muestra que lo
trasciende, que no es una simple pieza de un mecanismo. Experimenta además la perpetua
insatisfacción ante los logros alcanzados, entre lo que tiene y aquello a lo que aspira.
Difícilmentepodráel mundo,portanto,dar al hombre el últimosentidode suvida.
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La comunión entre personas es un fenómeno nuevo respecto a la relación hombre-mundo.
Sólo en el otro ser humano encuentra el hombre la "ayuda adecuada", según la vieja
sabiduría bíblica. Sólo el hombre es digno del hombre. Únicamente en el ejercicio de sus
dimensiones sociales, y en particular con la comunión y donación interpersonal, puede el
hombre ser él mismo. La noción de persona, ya en sus profundas raíces teológicas a que
hemos aludido, lleva consigo esta dimensión. En el encuentro con el otro en tanto que
persona nos hallamos ante un valor absoluto que no hemos creado nosotros. Tampoco es el
otro o la sociedad sin más el fundamento de este valor absoluto que hallamos ante nosotros,
porque también nuestro propio ser personal es valor absoluto ante los demás. La relación
interpersonal, por tanto, nos abre también al misterio de la trascendencia del hombre a
cuanto nosrodea.
La limitacióne indigencia humanas, que se manifiestan sobre todo en la muerte; la sensación
de truncamiento que de modo casi inevitable se experimenta cuando se piensa en esta
última, nos colocan también ante la cuestión del sentido de la existencia humana y de la
dificultad de hallarlo si queremos permanecer en los límites de lo que vemos. La esperanza
cristiana, sobre todo si se manifiesta en la vida de los creyentes, es capaz de ofrecer una
respuestaplausibleaestosinterrogantesdelhombre.
La revelación cristiana nos ofrece, según hemos visto, una imagen del hombre centrada ante
todo en Jesús, el hombre perfecto, en quien somos hijos de Dios. Si ésta es nuestra última
vocación, la teología cristiana no puede desentenderse de aquellos aspectos de la
constitución y del ser creatural del hombre que lo hacen apto para esta llamada divina. En
ellos descubre ya la huella del designio de Dios, que nos quiere para él. El ser humano
aparece así abierto a la comunicación de Dios mismo en la revelación cristiana. Ésta nos abre
unas perspectivas que por nuestra parte jamás hubiéramos podido imaginar; es pura gracia y
don de la benevolencia divina, y al mismo tiempo responde a nuestras íntimas aspiraciones y
deseos: la íntima comunión con Dios, a la que Cristo nos da acceso, y la plena comunión con
los hermanos con quienes vivimos en la Iglesia, "instrumento de la plena unión con Dios y de
la unidad de todo el género humano" (LG 1), reunida por la unidad del Padre, del Hijo y del
EspírituSanto (LG 4).
a. El Hombre un ser integral (Coherencia).
El ser humano no es sólo un ente biológico, es cuerpo, mente y emociones. El ser humano
es un ser integral que para gozar de un rendimiento óptimo y máxima eficacia personal,
profesional o académica, requiere que sus estados físico, mental y emocional actúen en
equilibrio, coherentemente y en harmonía, o lo que es lo mismo, gocen de bienestar. La
Organización Mundial de la Salud define el término bienestar como un estado de completo
de bienestarfísico,mental ysocial yno sólolaausenciade enfermedado dolencia.
El bienestar es entendido como el estado en la persona en el que existe un buen
funcionamiento de su actividad somática y psíquica. Porque cuando hablamos de bienestar
no sólo nos referimos a una buena salud física, sino también a una buena salud mental y
emocional. Para gozar de bienestar físico es necesario tener bienestar mental y emocional;
para tener bienestar mental, se requiere buena salud física y emocional; y cómo no, para el
bienestaremocional se precisaunbuenestadofísicoymental.
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Estos tres estados se entrelazan e interactúan en nuestro día a día ejerciendo una gran
influencia en nuestro rendimiento y eficiencia. Si una persona tiene problemas en su vida
familiar, este malestar personal se trasladará a su ámbito laboral influyendo en su
rendimiento profesional; si un estudiante vive en un entorno familiar problemático, se verá
afectado con toda seguridad su rendimiento académico; y así, sucesivamente en todos los
ámbitos de nuestra vida, sea cual sea nuestra profesión o condición social. El deporte de
alto rendimiento, lo tiene claro. Un mal día personal enel momento clave de la competición,
puede condicionar y llevar al traste largas y duras jornadas de entrenamiento y de
habilidadesadquiridas.
Pero al igual que ellos, todos somos seres humanos y, como tales, también podemos ver
condicionados nuestros mejores recursos, talento y potencial si no logramos mantener esta
integralidad.
b. Capacidades:Intelectuales,físicasy sexuales.
1701 “Cristo, [...] en la misma revelación del misterio del Padre y de su amor, manifiesta
plenamente el hombre al propio hombre y le descubre la grandeza de su vocación” (GS
22, 1). En Cristo, “imagen del Dios invisible” (Col. 1,15; cf 2 Cor. 4, 4), el hombre ha sido
creado “a imagen y semejanza” del Creador. En Cristo, redentor y salvador, la imagen
divina alterada en el hombre por el primer pecado ha sido restaurada en su belleza
original yennoblecidaconlagracia de Dios (GS22).
1702 La imagen divina está presente en todo hombre. Resplandece en la comunión de las
personas a semejanza de la unidad de las personas divinas entre sí (cf. Capítulo
segundo).
1703. Dotada de un alma “espiritual e inmortal” (GS 14), la persona humana es la “única
criatura en la tierra a la que Dios ha amado por sí misma” (GS 24, 3). Desde su
concepciónestádestinadaalabienaventuranzaeterna.”
1704 La persona humana participa de la luz y la fuerza del Espíritu divino. Por la razón es
capaz de comprender el orden de las cosas establecido por el Creador. Por su voluntad
es capaz de dirigirse por sí misma a su bien verdadero. Encuentra su perfección en la
búsquedayel amor de la verdady del bien(cf GS15, 2).
1705 En virtud de su alma y de sus potencias espirituales de entendimiento y de voluntad, el
hombre estádotadode libertad,“signoeminentede laimagendivina”(GS17).
1706 Mediante su razón, el hombre conoce la voz de Dios que le impulsa “a hacer [...] el bien
y a evitar el mal” (GS 16). Todo hombre debe seguir esta ley que resuena en la
conciencia y que se realiza en el amor de Dios y del prójimo. El ejercicio de la vida
moral proclama ladignidadde lapersonahumana.
1707 “El hombre, persuadido por el Maligno, abusó de su libertad, desde el comienzo de la
historia” (GS 13, 1). Sucumbió a la tentación y cometió el mal. Conserva el deseo del
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bien, pero su naturaleza lleva la herida del pecado original. Ha quedado inclinado al
mal y sujetoal error.
«De ahí que el hombre esté dividido en su interior. Por esto, toda vida humana,
singular o colectiva, aparece como una lucha, ciertamente dramática, entre el bien y el
mal,entre laluz y lastinieblas».(GS13, 2)
1708 Por su pasión, Cristo nos libró de Satán y del pecado. Nos mereció la vida nueva en el
EspírituSanto. Sugracia restaura ennosotrosloque el pecadohabía deteriorado.
1709 “El que cree en Cristo es hecho hijo de Dios. Esta adopción filial lo transforma dándole
la posibilidad de seguir el ejemplo de Cristo. Le hace capaz de obrar rectamente y de
practicar el bien. En la unión con su Salvador, el discípulo alcanza la perfección de la
caridad, la santidad. La vida moral, madurada en la gracia, culmina en vida eterna, en
la gloriadel cielo.
La Capacidad Intelectual del Ser Humano
LA INTELIGENCIA: Definición
La palabra inteligencia proviene del latín, intellegentia, que proviene deintellegere, término
compuesto de inter 'entre' y legere 'leer, escoger', por lo que, etimológicamente, inteligente
es quien sabe leer o escoger. La palabra inteligencia fue introducida por Cicerón para
significar el concepto de capacidad intelectual. La inteligencia es la capacidad que tiene el
cerebro humano para procesar la información que recibe del exterior, y a su vez es la
capacidad de recoger esta del mundo que le rodea, a pesar de que el hombre, noes el animal
que posee la mayor agudeza visual, ni auditiva, si es el único capaz de descifrar un lenguaje
escrito y hablado, gracias a su inteligencia, La inteligencia depende de la estructura que tenga
el cerebro y las vías de acceso que lo comunican con el mundo externo. La inteligencia es la
capacidad de entender, asimilar, elaborar información y utilizarla adecuadamente. Por lo
tanto, la inteligencia no es algo por sí solo. Necesita de otras capacidades humanas para
poder ser tenida en cuenta. La percepción, por ejemplo, juega un papel importantísimo en la
inteligencia,ademásde lamemoria.
Características:
La inteligencia es un conjunto de capacidades que actúan independientemente a demandasde
lasexigencias ambientales,es una potencialidad,ya que es posible desarrollarla. Tiene una naturaleza
eminentemente Social-Cultural, existen factores biológicos y bioquímicas en la inteligencia.
La inteligencia posee un carácter Individual-Personal, es un sistema cognitivo en el cual
influye la Velocidad de procesamiento de la información y como esta es capaz de retenerla
activa en la memoria inmediata. La inteligencia media la expresión de las habilidades. Las
dimensiones de la inteligencia son, la capacidad de resolver problemas, capacidad verbal e
inteligencia práctica o social. La inteligencia necesita de ciertos requisitos individuales para la
solución de problemas o algún tipo de dificultad. También de alguna manera crear o
encontrar problemas y de este modo tener la capacidad de solucionarlos. Un problema está
presente cuandose evidenciaunconflictoentre unelementoconocidoyunodesconocido.
11. MOVIMIENTO DE RETIROS PARROQUIALES JUAN XXIII
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CapacidadesFísicas del Ser Humano
Cada persona tiene una forma diferente de pensar las cosas y más si nos referimos a Dios. Te
has preguntado de ¿donde venimos?, ¿quien nos hizo?, ¿por que estamos aquí?
Independientemente de lo que creas te has preguntado ¿por que el ser humano tiene tantas
habilidades tanto mentales como físicas? Hoy veremos hasta donde podemos llevar nuestras
capacidadesque son:flexibilidad,fuerza,resistencia,velocidadetc.
Hay una diferenciaentre capacidadesyhabilidades:
Habilidades
son cualidades que permiten al hombre ofrecer y recibir los elementos físicos de la creación,
en sus diversas manifestaciones. Cualidades y habilidades trabajan juntas en paralelo. Por
ejemplo: La vista mira y el intelecto entiende lo que ve. Reconoce distancias, posiciones,
colores etc. El oído escucha y el intelecto es el que reconoce lo que oye. El intelecto se
orientafrente al sonido,ubicasudirecciónydistancia.
Capacidad
es la cualidad contenida en el creador, que posibilita la apreciación, recognición, recepción y
retribución, a y de, sensaciones, conocimiento y propiedades espirituales, producto de la
concordancia,recognicióny semejanzaconel objetoapreciado.
Que son las capacidadesfísicas:
Son aquellos caracteres que alcanzando, mediante el entrenamiento, su mas alto grado de
desarrollo, cuestionanla posibilidad de poner en práctica cualquier actividad físico-deportiva,
y que ensu conjuntodeterminanlaaptitudfísicade unindividuo.
Las cualidades o capacidades físicas son los componentes básicos de la condición física y por
lo tanto elementos esenciales para la prestación motriz y deportiva, por ello para mejorar el
rendimiento físico el trabajo a desarrollar se debe basar en el entrenamiento de las
diferentescapacidades.
Aunque los especialistas en actividades físicas y deportivas conocen e identifican multitud de
denominaciones y clasificaciones las más extendidas son las que dividen las capacidades
físicas en: condicionales, intermedias y coordinativas; pero en general se considera que las
cualidadesfísicasson:fuerza,flexibilidad,velocidadyresistencia.
Resistencia: Es la cualidad física que nos permite soportar y aguantar un esfuerzo durante el
mayor tiempo posible. Según Fritz Zintl (1991) es la capacidad física y psíquica de soportar el
cansancio frente a esfuerzos relativamente largos y/o la capacidad de recuperación rápida
despuésde esfuerzos.
Podemos decir que la resistencia depende de diversos factores como las técnicas de
ejecución de los ejercicios, la capacidad de utilizar económicamente los potenciales
funcionales, la velocidad, la fuerza, el estado psicológico, el estado funcional de diferentes
órganosy sistemascomoel respiratorioycardiovascular,etc.
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Fuerza: Capacidad neuromuscular de superar una resistencia externa o interna gracias a la
contracciónmuscular,de forma estática(fuerzaisométrica) odinámica(fuerzaisotónica).
Velocidad: Capacidad de realizar acciones motrices en el mínimo tiempo posible. Algunos
autores como Grosser y Brüggeman la nombran como la rapidez y nos dice que es la
capacidad de reaccionar con máxima rapidez frente a una señal y/o de realizar movimientos
con máximavelocidad.
Movilidad: Harre (1973) plantea que “la movilidad es la capacidad del hombre para poder
ejecutar movimientos con una gran amplitud de oscilaciones. La amplitud máxima del
movimientoes,portanto,lamedidade la movilidad”
La elasticidady la flexibilidadsondoselementosde unmismo componente,lamovilidad.
La movilidad es una condición previa y elemental para la ejecución de un movimiento, cuyo
desarrollo facilita el aprendizaje de determinadas habilidades motrices, disminuye la
posibilidad de lesiones musculares y ligamentarias, favorece el desarrollo de otras
capacidades como fuerza, resistencia, y velocidad, se incrementa la amplitud de los
movimientos reduciendo el esfuerzo muscular durante la práctica y la competencia con lo
que se retrasa el cansancio y en forma muy importante, mejora la calidad en la ejecución
motora.
La elasticidad es una propiedad de los músculos, mientras que la flexibilidad es articular, pero
en la ejecución del acto motor ambas intervienen importantemente y en forma coordinada
para lograr una buenaejecución.
La mayor elasticidad de un músculo se ve favorecida si las articulaciones sobre las que se
aplicasu accióntienenunaltogrado de flexibilidadyviceversa.
CapacidadesSexualesdel Ser Humano
DefinicionesBásicas
Sexo
El término “sexo” se refiere al conjunto de características biológicas que definen al espectro
de humanoscomo hembrasymachos.
Sexualidad
El término “sexualidad” se refiere a una dimensión fundamental del hecho de ser un ser
humano: Basada en el sexo, incluye al género, las identidades de sexo y género, la
orientación sexual, el erotismo, la vinculación afectiva y el amor, y la reproducción. Se
experimenta o se expresa en forma de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes,
valores,actividades,prácticas,rolesyrelaciones.
La sexualidad es el resultado de la interacción de factores biológicos, psicológicos,
socioeconómicos,culturales,éticosyreligiososoespirituales.
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Si bien la sexualidad puede abarcar todos estos aspectos, no es necesario que se
experimenten ni se expresen todos. Sin embargo, en resumen, la sexualidad se experiencia y
se expresaentodoloque somos,sentimos,pensamosyhacemos.
Salud Sexual
La salud sexual es la experiencia del proceso permanente de consecución de bienestar físico,
psicológicoysociocultural relacionadoconlasexualidad.
La salud sexual se observa en las expresiones libres y responsables de las capacidades
sexuales que propician un bienestar armonioso personal y social, enriqueciendo de esta
manera la vida individual y social. No se trata simplemente de la ausencia de disfunción o
enfermedad o de ambos. Para que la salud sexual se logre es necesario que los derechos
sexualesde laspersonasse reconozcanyse garanticen.
Género
El género es la suma de valores, actitudes, papeles, prácticas o características culturales
basadasen el sexo.
El género, tal como ha existido de manera histórica, transculturalmente, y en las sociedades
contemporáneas, refleja y perpetúa las relaciones particulares de poder entre el hombre y la
mujer.
Identidadde Género
La identidad de género define el grado en que cada persona se identifica como masculina o
femenina o alguna combinación de ambos. Es el marco de referencia interno, construido a
través del tiempo, que permite a los individuos organizar un auto concepto y a comportarse
socialmente enrelaciónalapercepciónde supropiosexoygénero.
La identidad de género determina la forma en que las personas experimentan su género y
contribuye al sentidode identidad,singularidadypertenencia.
OrientaciónSexual
La orientación sexual es la organización específica del erotismo y/o el vínculo emocional de
un individuoenrelaciónal génerode laparejainvolucradaenlaactividadsexual.
La orientación sexual puede manifestarse en forma de comportamientos, pensamientos,
fantasíaso deseossexuales,oenunacombinaciónde estoselementos.
IdentidadSexual
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La identidad sexual incluye la manera como la persona se identifica como hombre o mujer, o
como unacombinaciónde ambos,y laorientaciónsexual de lapersona.
Es el marco de referencia interno que se forma con el correr de los años, que permite a un
individuo formular un concepto de sí mismo sobre la base de su sexo, género y orientación
sexual y desenvolverse socialmente conforme a la percepción que tiene de sus capacidades
sexuales.
Erotismo
El erotismo es la capacidad humana de experimentar las respuestas subjetivas que evocan
los fenómenos físicos percibidos como deseo sexual, excitación sexual y orgasmo y, que por
logeneral,se identificanconplacersexual.
El erotismo se construye tanto a nivel individual como social con significados simbólicos y
concretosque lovinculana otrosaspectosdel serhumano.
VínculoAfectivo
La vinculación afectiva es la capacidad humana de establecer lazos con otros seres humanos
que se construyenymantienenmediante lasemociones.
El vínculo afectivo se establece tanto en el plano personal como en el de la sociedad
mediante significados simbólicos y concretos que lo ligan a otros aspectos del ser humano. El
amor representaunaclase particularmente deseable de vínculoafectivo.
Actividad Sexual
La actividad sexual es una expresión conductual de la sexualidad personal donde el
componente eróticode lasexualidadesel másevidente.
La actividad sexual se caracteriza por los comportamientos que buscan el erotismo y es
sinónimode comportamientosexual.
Prácticas Sexuales
Las prácticas sexuales son patrones de actividad sexual presentados por individuos o
comunidadesconsuficiente consistenciacomoparaserpredecibles.
RelacionesSexualesSinRiesgo
La expresión “relaciones seguras sin riesgo “se emplea para especificar las prácticas y
comportamientos sexuales que reducen el riesgo de contraer y transmitir infecciones de
transmisiónsexual,enparticularel VIH.
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ComportamientosSexualesResponsables
El comportamiento sexual responsable se expresa en los planos personal, interpersonal y
comunitario. Se caracteriza por autonomía, madurez, honestidad, respeto, consentimiento,
protección,búsquedade placerybienestar.
La persona que practica un comportamiento sexual responsable no pretende causar daño y
se abstiene de la explotación, acoso, manipulación y discriminación. Una comunidad fomenta
los comportamientos sexuales responsables al proporcionar la información, recursos y
derechosque laspersonasnecesitanparaparticiparendichasprácticas.
EL SEXTO MANDAMIENTO
«Nocometerásadulterio» (Ex 20,14; Dt 5, 17).
«Habéis oído que se dijo: “No cometerás adulterio”. Pues yo os digo: Todo el que mira a una
mujerdeseándola,yacometióadulterioconellaensucorazón» (Mt5, 27-28).
“Hombre y mujerlos creó...”
2331 “Dios es amor y vive en sí mismo un misterio de comunión personal de amor. Creándola
a su imagen [...] Dios inscribe en la humanidad del hombre y de la mujer la vocación, y
consiguientementelacapacidadyla responsabilidaddel amoryde lacomunión”(FC11).
“Dios creó el hombre a imagen suya; [...] hombre y mujer los creó” (Gen. 1, 27). “Creced y
multiplicaos” (Gen. 1, 28); “el día en que Dios creó al hombre, le hizo a imagen de Dios. Los
creó varón y hembra, los bendijo, y los llamó “Hombre” en el día de su creación” (Gen. 5, 1-
2).
2332 La sexualidad abraza todos los aspectos de la persona humana, en la unidad de su
cuerpo y de su alma. Concierne particularmente a la afectividad, a la capacidad de amar y de
procrear y, de manera más general, a la aptitud para establecer vínculos de comunión con
otro.
2333 Corresponde a cada uno, hombre y mujer, reconocer y aceptar su identidad sexual. La
diferencia y la complementariedad físicas, morales y espirituales, están orientadas a los
bienes del matrimonio y al desarrollo de la vida familiar. La armonía de la pareja humana y de
la sociedad depende en parte de la manera en que son vividas entre los sexos la
complementariedad,lanecesidadyel apoyomutuos.
2334 «Creando al hombre “varón y mujer”, Dios da la dignidad personal de igual modo al
hombre y a la mujer» (FC 22; cf GS 49, 2). “El hombre es una persona, y esto se aplica en la
misma medida al hombre y a la mujer, porque los dos fueron creados a imagen y semejanza
de un Diospersonal”(MD 6).
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2335 Cada uno de los dos sexos es, con una dignidad igual, aunque de manera distinta,
imagen del poder y de la ternura de Dios. La unión del hombre y de la mujer en el matrimonio
es una manera de imitar en la carne la generosidad y la fecundidad del Creador: “El hombre
deja a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne” (Gen. 2, 24). De
estauniónprocedentodaslasgeneracioneshumanas(cf Gen. 4, 1-2.25-26; 5, 1).
2336 Jesús vino a restaurar la creación en la pureza de sus orígenes. En el Sermón de la
Montaña interpreta de manera rigurosa el plan de Dios: «Habéis oído que se dijo: “no
cometerás adulterio”. Pues yo os digo: “Todo el que mira a una mujer deseándola, ya
cometió adulterio con ella en su corazón”» (Mt. 5, 27-28). El hombre no debe separar lo que
Diosha unido(cf Mt. 19, 6).
La Tradición de la Iglesia ha entendido el sexto mandamiento como referido a la globalidad
de la sexualidadhumana.
La vocación a la castidad
2337 La castidad significa la integración lograda de la sexualidad en la persona, y por ello en
la unidad interior del hombre en su ser corporal y espiritual. La sexualidad, en la que se
expresa la pertenencia del hombre al mundo corporal y biológico, se hace personal y
verdaderamente humana cuando está integrada en la relación de persona a persona, en el
donmutuo total y temporalmente ilimitadodel hombre yde lamujer.
La virtudde lacastidad,por tanto,entrañala integridadde lapersonayla totalidaddel don.
La integridadde la persona
2338 La persona casta mantiene la integridad de las fuerzas de vida y de amor depositadas
en ella. Esta integridad asegura la unidad de la persona; se opone a todo comportamiento
que la puedalesionar.Notolerani ladoble vidani el doble lenguaje(cf Mt.5, 37).
2339 La castidad implica un aprendizaje del dominio de sí, que es una pedagogía de la
libertad humana. La alternativaes clara: o el hombre controla sus pasiones y obtiene la paz, o
se deja dominar por ellas y se hace desgraciado (cf Sir. 1, 22). “La dignidad del hombre
requiere, en efecto, que actúe según una elección consciente y libre, es decir, movido e
inducido personalmente desde dentro y no bajo la presión de un ciego impulso interior o de
la mera coacción externa. El hombre logra esta dignidad cuando, liberándose de toda
esclavitud de las pasiones, persigue su fin en la libre elección del bien y se procura con
eficaciayhabilidadlosmediosadecuados”(GS17).
2340 El que quiere permanecer fiel a las promesas de su Bautismo y resistir las tentaciones
debe poner los medios para ello: el conocimiento de sí, la práctica de una ascesis adaptada a
las situaciones encontradas, la obediencia a los mandamientos divinos, la práctica de las
virtudes morales y la fidelidad a la oración. “La castidad nos recompone; nos devuelve a la
unidadque habíamosperdidodispersándonos”(SanAgustín, Confessiones,10,29; 40).
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2341 La virtud de la castidad forma parte de la virtud cardinal de la templanza, que tiende a
impregnarde racionalidadlaspasionesylosapetitosde lasensibilidadhumana.
2342 El dominio de sí es una obra que dura toda la vida. Nunca se la considerará adquirida de
una vez para siempre. Supone un esfuerzo reiterado en todas las edades de la vida (cf Tt. 2,
1-6). El esfuerzo requerido puede ser más intenso en ciertas épocas, como cuando se forma
la personalidad,durante lainfanciaylaadolescencia.
2343 La castidad tiene unas leyes de crecimiento; éste pasa por grados marcados por la
imperfección y, muy a menudo, por el pecado. “Pero el hombre, llamado a vivir
responsablemente el designio sabio y amoroso de Dios, es un ser histórico que se construye
día a día con sus opciones numerosas y libres; por esto él conoce, ama y realiza el bien moral
segúnlasdiversasetapasde crecimiento”(FC34).
2344 La castidad representa una tarea eminentemente personal; implica también un
esfuerzo cultural, pues “el desarrollo de la persona humana y el crecimiento de la sociedad
misma están mutuamente condicionados” (GS 25). La castidad supone el respeto de los
derechos de la persona, en particular, el de recibir una información y una educación que
respetenlasdimensionesmoralesyespiritualesde lavidahumana.
2345 La castidad es una virtud moral. Es también un don de Dios, una gracia, un fruto del
trabajo espiritual (cf Gál. 5, 22). El Espíritu Santo concede, al que ha sido regenerado por el
agua del bautismo,imitarlapurezade Cristo(cf 1 Jn.3, 3).
La integridaddel don de sí
2346 La caridad es la forma de todas las virtudes. Bajo su influencia, la castidad aparece
como una escuela de donación de la persona. El dominio de sí está ordenado al don de sí
mismo. La castidad conduce al que la practica a ser ante el prójimo un testigo de la fidelidad
y de la ternurade Dios.
2347 La virtud de la castidad se desarrolla en la amistad. Indica al discípulo cómo seguir e
imitar al que nos eligió como sus amigos (cf Jn. 15, 15), a quien se dio totalmente a nosotros
y noshace participarde su condicióndivina.Lacastidadespromesade inmortalidad.
La castidad se expresa especialmente en la amistad con el prójimo. Desarrollada entre
personas del mismo sexo o de sexos distintos, la amistad representa un gran bien para todos.
Conduce a la comuniónespiritual.
Los diversosregímenesde la castidad
2348 Todo bautizado es llamado a la castidad. El cristiano se ha “revestido de Cristo” (Gál. 3,
27), modelo de toda castidad. Todos los fieles de Cristo son llamados a una vida casta según
su estado de vida particular. En el momento de su Bautismo, el cristiano se compromete a
dirigirsuafectividadenlacastidad.
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2349 La castidad “debe calificar a las personas según los diferentes estados de vida: a unas,
en la virginidad o en el celibato consagrado, manera eminente de dedicarse más fácilmente a
Dios solo con corazón indiviso; a otras, de la manera que determina para ellas la ley moral,
según sean casadas o célibes” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Decl. Persona
humana, 11). Las personas casadas son llamadas a vivir la castidad conyugal; las otras
practican lacastidaden lacontinencia.
«Se nos enseña que hay tres formas de la virtud de la castidad: una de los esposos, otra de
las viudas, la tercera de la virginidad. No alabamos a una con exclusión de las otras. [...] En
estola disciplinade laIglesiaesrica» (SanAmbrosio, Deviduis 23).
2350 Los novios están llamados a vivir la castidad en la continencia. En esta prueba han de
ver un descubrimiento del mutuo respeto, un aprendizaje de la fidelidad y de la esperanza de
recibirse el uno y el otro de Dios. Reservarán para el tiempo del matrimonio las
manifestaciones de ternura específicas del amor conyugal. Deben ayudarse mutuamente a
crecer enla castidad.
Las ofensasa la castidad
2351 La lujuria es un deseo o un goce desordenados del placer venéreo. El placer sexual es
moralmente desordenado cuando es buscado por sí mismo, separado de las finalidades de
procreacióny de unión.
2352 Por masturbación se ha de entender la excitación voluntaria de los órganos genitales a
fin de obtener un placer venéreo. “Tanto el Magisterio de la Iglesia, de acuerdo con una
tradición constante, como el sentido moral de los fieles, han afirmado sin ninguna duda que
la masturbación es un acto intrínseca y gravemente desordenado”. “El uso deliberado de la
facultad sexual fuera de las relaciones conyugales normales contradice a su finalidad, sea
cual fuere el motivo que lo determine”. Así, el goce sexual es buscado aquí al margen de “la
relación sexual requerida por el orden moral; aquella relación que realiza el sentido íntegro
de la mutua entrega y de la procreación humana en el contexto de un amor verdadero”
(CongregaciónparalaDoctrina de la Fe,Decl. Persona humana,9).
Para emitir un juicio justo acerca de la responsabilidad moral de los sujetos y para orientar la
acción pastoral, ha de tenerse en cuenta la inmadurez afectiva, la fuerza de los hábitos
contraídos, el estado de angustia u otros factores psíquicos o sociales que pueden atenuar o
tal vezreduciral mínimola culpabilidadmoral.
2353 La fornicación es la unión carnal entre un hombre y una mujer fuera del matrimonio. Es
gravemente contraria a la dignidad de las personas y de la sexualidad humana, naturalmente
ordenada al bien de los esposos, así como a la generación y educación de los hijos. Además,
esun escándalograve cuandohay de por mediocorrupciónde menores.
2354 La pornografía consiste en sacar de la intimidad de los protagonistas actos sexuales,
reales o simulados, para exhibirlos ante terceras personas de manera deliberada. Ofende la
castidad porque desnaturaliza la finalidad del acto sexual. Atenta gravemente a la dignidad
de quienes se dedican a ella (actores, comerciantes, público), pues cada uno viene a ser para
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otro objeto de un placer rudimentario y de una ganancia ilícita. Introduce a unos y a otros en
la ilusión de un mundo ficticio. Es una falta grave. Las autoridades civiles deben impedir la
producciónyla distribuciónde material pornográfico.
2355 La prostitución atenta contra la dignidad de la persona que se prostituye, puesto que
queda reducida al placer venéreo que se saca de ella. El que paga peca gravemente contra sí
mismo: quebranta la castidad a la que lo comprometió su bautismo y mancha su cuerpo,
templo del Espíritu Santo (cf 1 Cor. 6, 15-20). La prostitución constituye una lacra social.
Habitualmente afecta a las mujeres, pero también a los hombres, los niños y los adolescentes
(en estos dos últimos casos el pecado entraña también un escándalo). Es siempre
gravemente pecaminoso dedicarse a la prostitución, pero la miseria, el chantaje, y la presión
social puedenatenuarlaimputabilidadde lafalta.
2356 La violación es forzar o agredir con violencia la intimidad sexual de una persona. Atenta
contra la justicia y la caridad. La violación lesiona profundamente el derecho de cada uno al
respeto, a la libertad, a la integridad física y moral. Produce un daño grave que puede marcar
a la víctima para toda la vida. Es siempre un acto intrínsecamente malo. Más grave todavía es
la violación cometida por parte de los padres (cf. incesto) o de educadores con los niños que
lesestánconfiados.
Castidad y homosexualidad
2357 La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan
una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste
formas muy variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen psíquico permanece en
gran medida inexplicado. Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como
depravaciones graves (cf Gen. 19, 1-29; Rom. 1, 24-27; 1 Co 6, 10; 1 Tim. 1, 10), la Tradición
ha declarado siempre que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados”
(Congregación para la Doctrina de la Fe, Decl. Persona humana, 8). Son contrarios a la ley
natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera
complementariedadafectivaysexual.Nopuedenrecibiraprobaciónenningúncaso.
2358 Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales
profundamente arraigadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la
mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y
delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas
están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio
de la cruz del Señorlasdificultadesque puedenencontraracausa de su condición.
2359 Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio
de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad
desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y
resueltamente alaperfeccióncristiana.
El amor de los esposos
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2360 La sexualidad está ordenada al amor conyugal del hombre y de la mujer. En el
matrimonio, la intimidad corporal de los esposos viene a ser un signo y una garantía de
comunión espiritual. Entre bautizados, los vínculos del matrimonio están santificados por el
sacramento.
2361 “La sexualidad [...] mediante la cual el hombre y la mujer se dan el uno al otro con los
actos propios y exclusivos de los esposos, no es algo puramente biológico, sino que afecta al
núcleo íntimo de la persona humana en cuanto tal. Ella se realiza de modo verdaderamente
humano solamente cuando es parte integral del amor con el que el hombre y la mujer se
comprometentotalmente entresíhasta lamuerte”(FC11).
«Tobías se levantó del lecho y dijo a [...] Sara: “Levántate, hermana, y oremos y pidamos a
nuestro Señor que se apiade de nosotros y nos salve”. Ella se levantó y empezaron a suplicar
y a pedir el poder quedar a salvo. Comenzó él diciendo: “¡Bendito seas tú, Dios de nuestros
padres [...]. Tú creaste a Adán, y para él creaste a Eva, su mujer, para sostén y ayuda, y para
que de ambos proviniera la raza de los hombres. Tú mismo dijiste: ‘No es bueno que el
hombre se halle solo; hagámosle una ayuda semejante a él’. Yo no tomo a ésta mi hermana
con deseo impuro, mas con recta intención. Ten piedad de mí y de ella y podamos llegar
juntos a nuestra ancianidad”. Y dijeron a coro: “Amén, amén”. Y se acostaron para pasar la
noche» (Tb 8, 4-9).
2362 “Los actos [...] con los que los esposos se unen íntima y castamente entre sí son
honestos y dignos, y, realizados de modo verdaderamente humano, significan y fomentan la
recíproca donación, con la que se enriquecen mutuamente con alegría y gratitud” (GS 49). La
sexualidadesfuente de alegríayde agrado:
«El Creador [...] estableció que en esta función [de generación] los esposos experimentasen
un placer y una satisfacción del cuerpo y del espíritu. Por tanto, los esposos no hacen nada
malo procurando este placer y gozando de él. Aceptanlo que el Creador les ha destinado. Sin
embargo, los esposos deben saber mantenerse en los límites de una justa moderación» (Pío
XII, Discurso a los participantes en el Congreso de la Unión Católica Italiana de especialistas
en Obstetricia,29 octubre 1951).
2363 Por la unión de los esposos se realiza el doble fin del matrimonio: el bien de losesposos
y la transmisión de la vida. No se pueden separar estas dos significaciones o valores del
matrimonio sin alterar la vida espiritual de los cónyuges ni comprometer los bienes del
matrimonioyel porvenirde lafamilia.
Así, el amor conyugal del hombre y de la mujer queda situado bajo la doble exigencia de la
fidelidadylafecundidad.
La fidelidadconyugal
2364 El matrimonio constituye una “íntima comunidad de vida y amor conyugal, fundada por
el Creador y provista de leyes propias”. Esta comunidad “se establece con la alianza del
matrimonio, es decir, con un consentimiento personal e irrevocable” (GS 48, 1). Los dos se
dan definitiva y totalmente el uno al otro. Ya no son dos, ahora forman una sola carne. La
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21
alianza contraída libremente por los esposos les impone la obligación de mantenerla una e
indisoluble (cf CIC can. 1056). “Lo que Dios unió [...], no lo separe el hombre” (Mc. 10, 9; cf
Mt.19, 1-12; 1 Cor.7, 10-11).
2365 La fidelidad expresa la constancia en el mantenimiento de la palabra dada. Dios es fiel.
El sacramento del Matrimonio hace entrar al hombre y la mujer en el misterio de la fidelidad
de Cristo para con su Iglesia. Por la castidad conyugal dan testimonio de este misterio ante el
mundo.
San Juan Crisóstomo sugiere a los jóvenes esposos hacer este razonamiento a sus esposas:
“Te he tomado en mis brazos, te amo y te prefiero a mi vida. Porque la vida presente no es
nada, te ruego, te pido y hago todo lo posible para que de tal manera vivamos la vida
presente que allá enla otra podamos vivir juntos con plena seguridad. [...] Pongo tu amor por
encima de todo, y nada me será más penoso que apartarme alguna vez de ti” (In epistulam
ad Ephesios, homilia20,8).
La fecundidaddel matrimonio
2366 La fecundidad es un don, un fin del matrimonio, pues el amor conyugal tiende
naturalmente a ser fecundo. El niño no viene de fuera a añadirse al amor mutuo de los
esposos; brota del corazón mismo de ese don recíproco, del que esfruto y cumplimiento. Por
eso la Iglesia, que “está en favor de la vida” (FC 30), enseña que todo “acto matrimonial en sí
mismo debe quedar abierto a la transmisión de la vida” (HV 11). “Esta doctrina, muchas
veces expuesta por el Magisterio, está fundada sobre la inseparable conexión que Dios ha
querido y que el hombre no puede romper por propia iniciativa, entre los dos significados del
acto conyugal: el significado unitivo y el significado procreador” (HV 12; cf Pío XI, Carta enc.
Casti connubii).
2367 Llamados a dar la vida, los esposos participan del poder creador y de la paternidad de
Dios (cf Ef. 3, 14; Mt. 23, 9). “En el deber de transmitir la vida humana y educarla, que han de
considerar como su misión propia, los cónyuges saben que son cooperadores del amor de
Dios Creador y en cierta manera sus intérpretes. Por ello, cumplirán su tarea con
responsabilidadhumanaycristiana”(GS50, 2).
2368 Un aspecto particular de esta responsabilidad se refiere a la regulación de la
procreación. Por razones justificadas (GS 50), los esposos pueden querer espaciar los
nacimientos de sus hijos. En este caso, deben cerciorarse de que su deseo no nace del
egoísmo, sino que es conforme a la justa generosidad de una paternidad responsable. Por
otra parte,ordenaránsu comportamientosegúnloscriteriosobjetivosde lamoralidad:
«El carácter moral de la conducta [...], cuando se trata de conciliar el amor conyugal con la
transmisión responsable de la vida, no depende sólo de la sincera intención y la apreciación
de los motivos, sino que debe determinarse a partir de criterios objetivos, tomados de la
naturaleza de la persona y de sus actos; criterios que conserven íntegro el sentido de la
donación mutua y de la procreación humana en el contexto del amor verdadero; esto es
imposiblesi nose cultivaconsinceridadlavirtudde lacastidad conyugal» (GS51).
22. MOVIMIENTO DE RETIROS PARROQUIALES JUAN XXIII
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2369 “Salvaguardando ambos aspectos esenciales, unitivo y procreador, el acto conyugal
conserva íntegro el sentido de amor mutuo y verdadero y su ordenación a la altísima
vocacióndel hombre a lapaternidad”(HV 12).
2370 La continencia periódica, los métodos de regulación de nacimientos fundados en la
auto observación y el recurso a los períodos infecundos (HV 16) son conformes a los criterios
objetivos de la moralidad. Estos métodos respetan el cuerpo de los esposos, fomentan el
afecto entre ellos y favorecen la educación de una libertad auténtica. Por el contrario, es
intrínsecamente mala “toda acción que, o en previsión del acto conyugal, o en su realización,
o en el desarrollo de sus consecuencias naturales, se proponga como fin o como medio,
hacer imposible laprocreación”(HV 14):
«Al lenguaje natural que expresa la recíproca donación total de los esposos, el
anticoncepcionismo impone un lenguaje objetivamente contradictorio, es decir, el de no
darse al otro totalmente: se produce no sólo el rechazo positivo de la apertura a la vida, sino
también una falsificación de la verdad interior del amor conyugal, llamado a entregarse en
plenitud personal. [...] Esta diferencia antropológica y moral entre la anticoncepción y el
recurso a los ritmos periódicos implica [...] dos concepciones de la persona y de la sexualidad
humanairreconciliablesentre sí» (FC32).
2371 Por otra parte, “sea claro a todos que la vida de los hombres y la tarea de transmitirla
no se limita a este mundo sólo y no se puede medir ni entender sólo por él, sino que mira
siempre al destino eterno delos hombres”(GS 51).
2372 El Estado es responsable del bienestar de los ciudadanos. Por eso es legítimo que
intervenga para orientar la demografía de la población. Puede hacerlo mediante una
información objetiva y respetuosa, pero no mediante una decisión autoritaria y
coaccionante. No puede legítimamente suplantar la iniciativa de los esposos, primeros
responsables de la procreación y educación de sus hijos (cf PP 37; HV 23). El Estado no está
autorizadoa favorecermediosde regulacióndemográficacontrariosala moral.
El don del hijo
2373 La sagrada Escritura y la práctica tradicional de la Iglesia ven en las familias numerosas
como unsignode labendicióndivinayde la generosidadde lospadres(cf GS 50).
2374 Grande es el sufrimiento de los esposos que se descubren estériles. Abraham pregunta
a Dios: “¿Qué me vas a dar, si me voy sin hijos...?” (Gen. 15, 2). Y Raquel dice a su marido
Jacob: “Dame hijos,osi nome muero”(Gen. 30, 1).
2375 Las investigaciones que intentan reducir la esterilidad humana deben alentarse, a
condición de que se pongan “al servicio de la persona humana, de sus derechos inalienables,
de su bien verdadero e integral, según el plan y la voluntad de Dios” (Congregación para la
Doctrinade laFe,Instr. Donumvitae,intr.2).
2376 Las técnicas que provocan una disociación de la paternidad por intervención de una
persona extraña a los cónyuges (donación del esperma o del óvulo, préstamo de útero) son
23. MOVIMIENTO DE RETIROS PARROQUIALES JUAN XXIII
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gravemente deshonestas. Estas técnicas (inseminación y fecundación artificiales heterólogas)
lesionan el derecho del niño a nacer de un padre y una madre conocidos de él y ligados entre
sí por el matrimonio. Quebrantan “su derecho a llegar a ser padre y madre exclusivamente el
unoa travésdel otro” (CongregaciónparalaDoctrinade laFe,Instr. Donumvitae,2, 4).
2377 Practicadas dentro de la pareja, estas técnicas (inseminación y fecundación artificiales
homólogas) son quizá menos perjudiciales, pero no dejan de ser moralmente reprobables.
Disocian el acto sexual del acto procreador. El acto fundador de laexistencia del hijo ya no es
un acto por el que dos personas se dan una a otra, sino que “confía la vida y la identidad del
embrión al poder de los médicos y de los biólogos, e instaura un dominio de la técnica sobre
el origen y sobre el destino de la persona humana. Una tal relación de dominio es en sí
contraria a la dignidad e igualdad que debe ser común a padres e hijos” (cf Congregación
para la Doctrina de la Fe, Instr. Donum vitae, 82). “La procreación queda privada de su
perfección propia, desde el punto de vista moral, cuando no es querida como el fruto del
acto conyugal, es decir, del gesto específico de la unión de los esposos [...] solamente el
respeto de la conexión existente entre los significados del acto conyugal y el respeto de la
unidad del ser humano, consiente una procreación conforme con la dignidad de la persona”
(CongregaciónparalaDoctrina de la Fe,Instr. Donumvitae, 2, 4).
2378 El hijo no es un derecho sino un don. El “don [...] más excelente [...] del matrimonio” es
una persona humana. El hijo no puede ser considerado como un objeto de propiedad, a lo
que conduciría el reconocimiento de un pretendido “derecho al hijo”. A este respecto, sóloel
hijo posee verdaderos derechos: el de “ser el fruto del acto específico del amor conyugal de
sus padres, y tiene también el derecho a ser respetado como persona desde el momento de
su concepción”(CongregaciónparalaDoctrina de la Fe,Instr. Donumvitae,2, 8).
2379 El Evangelio enseña que la esterilidad física noes un mal absoluto. Los esposos que, tras
haber agotado los recursos legítimos de la medicina, sufren por la esterilidad, deben
asociarse a la Cruz del Señor, fuente de toda fecundidad espiritual. Pueden manifestar su
generosidad adoptando niños abandonados o realizando servicios abnegados en beneficio
del prójimo.
IV. Las ofensas a la dignidaddel matrimonio
2380 El adulterio. Esta palabra designa la infidelidad conyugal. Cuando un hombre y una
mujer, de los cuales al menos uno está casado, establecen una relación sexual, aunque
ocasional, cometen un adulterio. Cristo condena incluso el deseo del adulterio (cf Mt. 5, 27-
28). El sexto mandamiento y el Nuevo Testamento prohíben absolutamente el adulterio (cf
Mt. 5, 32; 19, 6; Mc. 10, 11; 1 Cor. 6, 9-10). Los profetas denuncian su gravedad; ven en el
adulteriolaimagendel pecadode idolatría(cf Os.2, 7; Jr.5, 7; 13, 27).
2381 El adulterio es una injusticia. El que lo comete falta a sus compromisos. Lesiona el signo
de la Alianza que es el vínculo matrimonial. Quebranta el derecho del otro cónyuge y atenta
contra la institución del matrimonio, violando el contrato que le da origen. Compromete el
biende lageneraciónhumanayde loshijos,que necesitanlauniónestablede lospadres.
El divorcio
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2382 El Señor Jesús insiste en la intención original del Creador que quería un matrimonio
indisoluble (cf Mt. 5, 31-32; 19, 3-9; Mc. 10, 9; Lc. 16, 18; 1 Cor. 7, 10-11), y deroga la
toleranciaque se había introducido enlaleyantigua(cf Mt. 19, 7-9).
Entre bautizados, “el matrimonio rato y consumado no puede ser disuelto por ningún poder
humanoni por ningunacausa fuerade la muerte”(CIC can.1141).
2383 La separación de los esposos con permanencia del vínculo matrimonial puede ser
legítimaenciertoscasosprevistosporel DerechoCanónico(cf CIC can. 1151-1155).
Si el divorcio civil representa la única manera posible de asegurar ciertos derechos legítimos,
el cuidado de los hijos o la defensa del patrimonio, puede ser tolerado sin constituir una falta
moral.
2384 El divorcio es una ofensa grave a la ley natural. Pretende romper el contrato, aceptado
libremente por los esposos, de vivir juntos hasta la muerte. El divorcio atenta contra la
Alianza de salvación de la cual el matrimonio sacramental es un signo. El hecho de contraer
una nueva unión, aunque reconocida por la ley civil, aumenta la gravedad de la ruptura: el
cónyuge casadode nuevose hallaentoncesensituaciónde adulteriopúblicoypermanente:
«No es lícito al varón, una vez separado de su esposa, tomar otra; ni a una mujer repudiada
por su marido,sertomadapor otro como esposa» (SanBasilioMagno, Moralia,regula73).
2385 El divorcio adquiere también su carácter inmoral a causa del desorden que introduce en
la célula familiar y en la sociedad. Este desorden entraña daños graves: para el cónyuge, que
se ve abandonado; para los hijos, traumatizados por la separación de los padres, y a menudo
viviendo en tensión a causa de sus padres; por su efecto contagioso, que hace de él una
verdaderaplagasocial.
2386 Puede ocurrir que uno de los cónyuges sea la víctima inocente del divorcio dictado en
conformidad con la ley civil; entonces no contradice el precepto moral. Existe una diferencia
considerable entre el cónyuge que se ha esforzado con sinceridad por ser fiel al sacramento
del Matrimonio y se ve injustamente abandonado y el que, por una falta grave de su parte,
destruye unmatrimoniocanónicamenteválido(cf FC84).
Otras ofensasa la dignidad del matrimonio
2387 Es comprensible el drama del que, deseoso de convertirse al Evangelio, se ve obligado a
repudiar una o varias mujeres con las que ha compartido años de vida conyugal. Sin
embargo, la poligamia no se ajusta a la ley moral, pues contradice radicalmente la comunión
conyugal. La poligamia “niega directamente el designio de Dios, tal como es revelado desde
los orígenes, porque es contraria a la igual dignidad personal del hombre y de la mujer, que
en el matrimonio se dan con un amor total y por lo mismo único y exclusivo” (FC 19; cf GS 47,
2). El cristiano que había sido polígamo está gravemente obligado en justicia a cumplir los
deberescontraídosrespectoasusantiguasmujeresysushijos.
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2388 Incesto es la relación carnal entre parientes dentro de los grados en que está prohibido
el matrimonio (cf Lev. 18, 7-20). San Pablo condena esta falta particularmente grave: “Se oye
hablar de que hay inmoralidadentre vosotros [...] hastael punto de que uno de vosotros vive
con la mujer de su padre. [...] En nombre del Señor Jesús [...] sea entregado ese individuo a
Satanás para destrucción de la carne...” (1 Cor. 5, 1.4-5). El incesto corrompe las relaciones
familiaresyrepresentaunaregresiónalaanimalidad.
2389 Se puede equiparar al incesto los abusos sexuales perpetrados por adultos en niños o
adolescentes confiados a su guarda. Entonces esta falta adquiere una mayor gravedad por
atentar escandalosamente contra la integridad física y moral de los jóvenes que quedarán así
marcados para toda lavida,y por seruna violaciónde laresponsabilidadeducativa.
2390 Hay unión libre cuando el hombre y la mujer se niegan a dar forma jurídica y pública a
una uniónque implicalaintimidadsexual.
La expresión en sí misma es engañosa: ¿qué puede significar una unión en la que las
personas no se comprometen entre sí y testimonian con ello una falta de confianza en el
otro,en sí mismo,o enel porvenir?
Esta expresión abarca situaciones distintas: concubinato, rechazo del matrimonio en cuanto
tal, incapacidad de unirse mediante compromisos a largo plazo (cf FC 81). Todas estas
situaciones ofenden la dignidad del matrimonio; destruyen la idea misma de la familia;
debilitan el sentido de la fidelidad. Son contrarias a la ley moral: el acto sexual debe tener
lugar exclusivamente en el matrimonio; fuera de éste constituye siempre un pecado grave y
excluye de lacomuniónsacramental.
2391 No pocos postulan hoy una especie de “unión a prueba” cuando existe intención de
casarse. Cualquiera que sea la firmeza del propósito de los que se comprometen en
relaciones sexuales prematuras, éstas “no garantizan que la sinceridad y la fidelidad de la
relación interpersonal entre un hombre y una mujer queden aseguradas, y sobre todo
protegidas, contra los vaivenes y las veleidades de las pasiones” (Congregación para la
Doctrina de la Fe, Decl. Persona humana, 7). La unión carnal sólo es moralmente legítima
cuando se ha instaurado una comunidad de vida definitiva entre el hombre y la mujer. El
amor humano no tolera la “prueba”. Exige un don total y definitivo de las personas entre sí
(cf FC 80).
c. Capacidades:Psicológicasy Espirituales.
CapacidadesPsicológicasdel serhumano
El ser humano, es un ser vivo pensante, que tiene consciencia de la realidad que le rodea,
que tiene la capacidad de pensar y razonar en abstracto, y de expresar mediante signos,
símbolos, sonidos y manufacturas, sus ideo facturas elaboradas en sus procesos mentales.
El ser humano, se caracteriza por un elevado desarrollo de la actividad psíquica, de hecho,
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sus funciones intelectuales, emocionales y conativas son de gran complejidad, intensidad,
amplitudyfuncionalidad.
Al nacer poseemos un psiquismo rudimentario que va desarrollándose a partir de la
actividad.
Desde las primeras sensaciones el intercambio constante con el medio va plasmando en
realidad el resto de los componentes de nuestro aparato psíquico. Es decir, nuestras
funciones pasan de potencialidades a realidades a partir de la actividad, en especial la
interacciónsocial.
El todo que somos (graficado en forma simple y sintética abajo) se va logrando mediante
cambios cuantitativos y cualitativos llegando a un grado de evolución donde en cada
práctica se ponen en juego el todo, todas y cada una de las funciones restantes.
CREATIVIDAD
Denominada también ingenio, inventiva, pensamiento original, imaginación constructiva,
pensamiento divergente o pensamiento creativo, es la generación de nuevas ideas o
conceptos, o de nuevas asociaciones entre ideas y conceptos conocidos, que habitualmente
producensolucionesoriginales.
La creatividad es la capacidad de crear, de producir cosas nuevas y valiosas, es la capacidad
de un cerebro para llegar a conclusiones nuevas y resolver problemasen una forma original.
La actividad creativa debe ser intencionada y apuntar a un objetivo. En su materialización
puede adoptar, entre otras, forma artística, literaria o científica, si bien, no es privativa de
ningúnáreaen particular.
La creatividad es el principio básico para el mejoramiento de la inteligencia personal y del
progreso de la sociedad y es también, una de las estrategias fundamentales de la evolución
natural. Es un proceso que se desarrolla en el tiempo y que se caracteriza por la originalidad,
por la adaptabilidadyporsusposibilidadesde realizaciónconcreta.
Creatividad es la producción de una idea, un concepto, una creación o un descubrimiento
que es nuevo, original, útil y que satisface tanto a su creador como a otros durante algún
periodo.
Todos nacemos con una capacidad creativa que luego puede ser estimulada o no. Como
todas las capacidades humanas, la creatividad puede ser desarrollada y mejorada. Así,
existen muchas técnicas para aumentar y desarrollar la capacidad creativa. Una de las más
interesanteseslaconocidacomomapas mentales.
COMPONENTESPSICOLÓGICOSDE LA CREATIVIDAD.
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MOTIVACIONALESVOLITIVOS.
* Voluntad.
* Persistente.
* Tenaz.
* Aspectoconductual.
EMOCIONAL AFECTIVO.
* Emocional.
* Asombro.
* Sentimientos.
* Valores, ético.
INTELECTUAL.
* Pensamientos.
* Conocimientos.
* Ideas.
* Destrezas.
* Capacidades.
Capacidadesespiritualesdel serhumano
La espiritualidaddel serhumano
El hombre es un ser de la naturaleza pero, al mismo tiempo, la trasciende. Comparte con los
demás seres naturales todo lo que se refiere a su ser material, pero se distingue de ellos
porque posee unasdimensionesespiritualesque le hacenserunapersona.
De acuerdo con la experiencia, la doctrina cristiana afirma que en el hombre existe una
dualidad de dimensiones, las materiales y las espirituales, en una unidad de ser, porque la
persona humana es un único ser compuesto de cuerpo y alma. Además, afirma que el alma
espiritual no muere y que está destinada a unirse de nuevo con su cuerpo al fin de los
tiempos.
Esta doctrina se encuentra enla base de toda la vida cristiana, que quedaría completamente
desfiguradasi se negaralaespiritualidadhumana.
La cumbre de la creación material
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A veces se dice que no puede establecerse un orden entre los seres naturales, como si unos
fuesen más perfectos que otros, y se añade que, en el fondo, una clasificación de este tipo
incurriría en el defecto de ser «antropocéntrica», porque pretendería colocar al hombre, de
manera egoísta, en el primer lugar de la naturaleza, justificando un uso indiscriminado de
losdemásseres.
Sin embargo, prescindiendo de detalles que sólo interesan a las ciencias y sin intentar
justificar cualquier uso de la naturaleza, es evidente que la Iglesia describe una realidad
cuando afirma que entre las criaturas existe una jerarquía que culmina en el hombre. «La
jerarquía de las criaturas está expresada por el orden de los "seis días", que va de lo menos
perfecto a lo más perfecto. Dios ama todas sus criaturas (cfr. Ps. CXLV, 9), cuida de cada una,
incluso de los pajarillos. Pero Jesús dice: Vosotros valéis más que muchos pajarillos (Lc. XII,
6-7), o también:¡Cuánto másvaleun hombrequeuna oveja! (Mt.XII,12)»1
.
La Iglesia enseña que la creación material llega a su punto culminante en el hombre: «El
hombre es la cumbre de la obra de la creación. El relato inspirado lo expresa distinguiendo
netamente lacreacióndel hombre ylade las otras criaturas(cfr.Gen. I, 26)»2
.
La creación material encuentra su sentido en el hombre, única criatura natural que es capaz
de conocer y amar a Dios, y, de este modo, conseguir ser feliz. El mundo material hace
posible la vida humana, y sirve de cauce para su desarrollo. Por eso, la Iglesia afirma que
«Dios creó todo para el hombre (cfr. Conc. Vaticano II, Const. Gaudium et Spes, 12, 1; 24, 3;
39, 1), pero el hombre fue creado para servir y amar a Dios y para ofrecerle toda la
creación»3
.
El hombre se encuentra por encima del resto de la naturaleza y puede dominarla, aunque
debe ejercer ese dominio de acuerdo con los planes de Dios. El Papa Juan Pablo II afirma:
«Es algo manifiesto para todos, sin distinción de ideologías sobre la concepción del mundo,
que el hombre, aunque pertenece al mundo visible, a la naturaleza, se diferencia de algún
modo de esa misma naturaleza. En efecto, el mundo visible existe "para él" y el hombre
"ejerce el dominio" sobre el mundo; aun cuandoestá "condicionado" de varios modos por la
naturaleza, la "domina", gracias a lo que él es, a sus capacidades y facultades de orden
espiritual, que lo diferencian del mundo natural. Son precisamente estas facultades las que
constituyen al hombre. Sobre este punto, el libro del Génesis es extraordinariamente
preciso: definiendo al hombre como "imagen de Dios", pone en evidencia aquello por lo que
el hombre es hombre, aquello por lo que es un ser distinto de todas las demás criaturas del
mundovisible»4
.
Imagen de Dios
Todas las criaturas reflejan, de algún modo, las perfecciones divinas. Pero, entre los seres
naturales, sólo el hombre participa del modo de ser propio de Dios: es un ser personal,
inteligente y libre, capaz de amar. La Sagrada Escritura, al narrar la creación, lo pone de
relieve diciendo que el hombre está hecho a imagen de Dios: «Dios creó al hombre a su
imagen, a imagen de Dios lo creó, hombre y mujer los creó (Gen. I, 27). El hombre ocupa un
lugarúnicoen la creación:"estáhechoa imagende Dios"»5
.
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29
La imagen de Dios se da en el hombre independientemente del sexo, tal como se advierte
en el relato inspirado donde se dice que la persona humana fue creada por Dios como
hombre y comomujer.
Que el hombre es imagen de Dios significa, ante todo, que es capaz de relacionarse con Él,
que puede conocerle y amarle, que es amado por Dios como persona. «De todas las
criaturas visibles sólo el hombre es "capaz de conocer y amar a su Creador" (Conc. Vaticano
II, Const. Gaudium et Spes, 12, 3); es la "única criatura en la tierra a la que Dios ha amado
por sí misma" (ibid., 24, 3); sólo él está llamado a participar, por el conocimiento y el amor,
en la vida de Dios. Para este fin ha sido creado y ésta es la razón fundamental de su
dignidad»6
. Cuando se buscan los factores que distinguen al hombre de los demás seres
naturales, éste es el fundamental: el hombre es capaz de relacionarse con Dios; sin duda,
existenotrasdiferenciasimportantes,peroningunaestanprofunda comoésta.
El hombre es persona, no es simplemente una cosa. La persona tiene una dignidad única:
nadie puede sustituirla en lo que es capaz de hacer como persona. Y sólo entre personas
puede darse la amistad y el amor. «Por haber sido hecho a imagen de Dios, el ser humano
tiene la dignidad de persona; no es solamente algo, sino alguien. Es capaz de conocerse, de
poseerse y de darse libremente y entrar en comunión con otras personas; y es llamado, por
la gracia, a una alianza con su Creador, a ofrecerle una respuesta de fe y de amor que ningún
otro serpuede dar ensu lugar»7
.
No tendría sentido utilizar la ciencia natural para negar, en nombre del progreso científico,
la diferencia esencial que existe entre el hombre y los demás seres de la naturaleza,
alegando, por ejemplo, que el hombre tiene una constitución material semejante a otros
seres y que las diferencias se deberían únicamente a la organización de los componentes
materiales. Por el contrario, la ciencia natural proporciona una de las pruebas más
convincentes acerca de las peculiaridades del hombre; en efecto, pone de manifiesto que el
hombre, a diferencia de otros seres, posee unas capacidades creativas y argumentativas que
resultan indispensables para plantear los problemas científicos, buscar soluciones, y poner a
prueba su validez. El gran progreso científico y técnico de la época moderna ilustra las
capacidades únicas de la persona humana, y no tendría sentido utilizarlo para negar lo que,
enúltimotérmino,hace posiblelaexistenciade laciencia.
Unidady dualidad
Cuando intentamos comprender nuestro ser, tropezamos con una realidad innegable: que
somos un sólo ser, pero poseemos dimensiones diferentes. «El hombre es una unidad: es
alguien que es uno consigo mismo.Peroen esta unidad se contiene una dualidad. La Sagrada
Escritura presentatantolaunidad(lapersona) comoladualidad(el almayel cuerpo)»8
.
La dualidad es real. No responde a una mentalidad dualista ya superada, de la cual se podría
prescindir en la actualidad. Sin duda, la realidad se puede conceptualizar desde diferentes
perspectivas, y puede suceder que unas fórmulas representen mejor que otras algunos
aspectos. Pero nuestro ser posee a la vez dimensiones materiales y espirituales, y esta
realidadnodepende de lasideasde unaépoca.
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En ocasiones, se afirma que el dualismo sería ajeno a la perspectiva de la Sagrada Escritura,
que subraya la unidad de la persona humana. No puede olvidarse, sin embargo, que la
misma Sagrada Escritura contiene claras afirmaciones acerca de la dualidad constitutiva del
hombre. El Papa Juan Pablo II comenta al respecto: «Frecuentemente se subraya que la
tradición bíblica pone de relieve sobre todo la unidad personal del hombre (...). La
observación es exacta. Pero esto no impide que en la tradición bíblica también esté
presente, a veces de modo muy claro, la dualidad del hombre. Esta tradición se refleja en las
palabras de Cristo: No tengáis miedo de los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el
alma; temed más bien al que puede hacer perecer el alma y el cuerpo en la Gehena (Mt., 10,
22). Las fuentes bíblicas autorizan a ver al hombre como unidad personal y a la vez como
dualidad de alma y cuerpo: y este concepto ha sido expresado en la entera Tradición y en la
enseñanza dela Iglesia»9
.
Cualquier explicación fidedigna debe respetar los datos seguros de la experiencia humana,
que se refieren tanto a la unidad de la persona como a la dualidad de sus dimensiones
básicas. Las dificultades para conceptualizar ambos aspectos a la vez, indican que el hombre
esun ser complejo,ynadase ganaría simplificandoarbitrariamenteel problema.
Alma y cuerpo
Para expresar la dualidad constitutiva del ser humano, durante siglos se ha utilizado una
terminología ya clásica, según la cual el hombre está compuesto de alma y cuerpo. La Iglesia
ha utilizado esta terminología en sus formulaciones, introduciendo a la vez las aclaraciones
necesarias: por ejemplo, que alma y cuerpo no son substancias completas, y que el alma es
forma substancial del cuerpo. Cuando la Iglesia habla de alma y cuerpo, se refiere a las
dimensiones espirituales y materiales de la persona humana, que es un ser único; pero
también subraya que el alma espiritual trasciende las dimensiones materiales y, por tanto,
subsiste después de la muerte, cuando las condiciones materiales hacen imposible la
permanenciade lapersonaenel estadoque le corresponde ensuvidaterrena.
Frente a los dualismos exagerados que minusvaloran la dignidad de lo material, la Iglesia
siempre ha enseñado que «El cuerpo del hombre participa de la dignidad de la "imagen de
Dios": es cuerpo humano precisamente porque está animado por el alma espiritual, y es
toda la persona humana la que está destinada a ser, en el Cuerpo de Cristo, el Templo del
Espíritu(cfr. I Cor.6, 19-20; 10, 44-45)»10
.
En la Sagrada Escritura, el término alma se utiliza con diferentes significados; a veces
designa la vida humana, o toda la persona. «Pero designa también lo que hay de más íntimo
en el hombre (cfr. Mt. 26, 38; Iohan. XII, 27) y de más valor en él (cfr. Mt. 10, 28; II Mc. 6,
30), aquello por lo que es particularmente imagen de Dios: "alma" significa el principio
espiritual en el hombre»11
. Éste es el sentido en que se habla del alma cuando se afirma que
la personahumanase compone de almay cuerpo.
Sin duda, lo más importante es el contenido de la doctrina; las palabras con que se expresa
pueden variar, siempre que se respete el contenido auténtico de la doctrina. Con respecto al
alma humana, entre «lo que, en nombre de Cristo, enseña la Iglesia», se encuentra lo
siguiente: «La Iglesia afirma la supervivencia y la subsistencia, después de la muerte, de un
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elemento espiritual que está dotado de conciencia y de voluntad, de manera que subsiste el
mismo "yo" humano. Para designar este elemento, la Iglesia emplea la palabra "alma",
consagrada por el uso de la Sagrada Escritura y de la Tradición. Aunque ella no ignora que
este término tiene en la Biblia diversas acepciones, opina, sin embargo, que no se da razón
alguna válida para rechazarlo, y considera al mismo tiempo que un término verbal es
absolutamente indispensable parasostenerlafe de loscristianos»12
.
Unidadde alma y cuerpo
El Concilio Vaticano II expresa la simultánea unidad y dualidad de la persona humana con
una fórmula breve y lapidaria: corpore et anima unus: «Uno en cuerpo y alma, el hombre,
por su misma condición corporal, reúne en sí los elementos del mundo material, de tal
modo que, por medio de él, éstos alcanzan su cima y elevan la voz para la libre alabanza del
Creador»13
.
La unidad de la persona humana siempre ha sido enunciada por la Iglesia, frente a los
dualismos exagerados. En uno de los Concilios ecuménicos, se utilizó la terminología
aristotélica para subrayar precisamente que alma y cuerpo forman una única realidad: «La
unidad del alma y del cuerpo es tan profunda que se debe considerar al alma como la
"forma" del cuerpo (cfr. Conc. de Vienne, año 1312: DS 902); es decir, gracias al alma
espiritual, la materia que integrael cuerpo es un cuerpo humano y viviente; en el hombre,el
espíritu y la materia no son dos naturalezas unidas, sino que su unión constituye una única
naturaleza»14
.
En definitiva, «el hombre creado a imagen de Dios es un ser a la vez corporal y espiritual, o
sea, un ser que por una parte está unido al mundo exterior y por otra lo trasciende: en
cuanto espíritu, además de cuerpo es persona. Esta verdad sobre el hombre es objeto de
nuestra fe, como también lo es la verdad bíblica sobre su constitución a "imagen y
semejanza" de Dios; y es una verdad constantemente presentada, a lo largo de los siglos,
por el Magisteriode laIglesia»15
.
La persona humana es una síntesis de lo material y lo espiritual: «en su propia naturaleza
une el mundo espiritual y el mundo material»16
. Una importante consecuencia de esta
doctrina es que las dimensiones materiales son buenas y queridas por Dios: «La persona
humana, creada a imagen de Dios, es un ser a la vez corporal y espiritual. El relato bíblico
expresa esta realidad con un lenguaje simbólico cuando afirma que Dios formó al hombre
con polvo del suelo e insufló en sus narices aliento de vida y resultó el hombre un ser viviente
(Gen. II, 7). Por tanto, el hombre en su totalidad es querido por Dios»17
. El cuerpo es algo
bueno, querido por Dios, y destinado a la vida eterna: «Por consiguiente, no es lícito al
hombre despreciar la vida corporal, sino que, por el contrario, tiene que considerar su
cuerpo bueno y digno de honra, ya que ha sido creado por Dios y que ha de resucitar en el
últimodía»18
.
La espiritualidaddel alma humana
En algunas épocas, la Iglesia ha debido subrayar la bondad del cuerpo, frente a quienes
proponían un espiritualismo que condenaba como malo todo lo relacionado con lo material.
32. MOVIMIENTO DE RETIROS PARROQUIALES JUAN XXIII
SANTO DOMINGO DE LOS TSÁCHILAS
32
En la actualidad, con frecuencia se debe hacer frente al extremo opuesto: un materialismo
que desconoce las dimensiones espirituales y pretende reducir al hombre a las dimensiones
materialesque puedenserestudiadasmediantelosmétodosde lascienciasempíricas.
En este contexto, el Papa Juan Pablo II ha subrayado que el hombre se parece más a Dios
que a la naturaleza: «Son conocidas las numerosas tentativas que la ciencia ha hecho y
continúa haciendo en varios ámbitos para demostrar los lazos del hombre con el mundo
natural y su dependencia de él, a fin de insertarlo en la historia de la evolución de las
diversas especies. Respetando tales investigaciones, no podemos limitarnos a ellas. Si
analizamos al hombre en lo más profundo de su ser, vemos que se diferencia del mundo de
la naturaleza más de cuanto se asemeja a ese mundo. En este sentido proceden también la
antropología y la filosofía cuando intentan analizar y comprender la inteligencia, la libertad,
la conciencia y la espiritualidad del hombre. El libro del Génesis parece salir al encuentro de
todas estas experiencias de la ciencia y, hablando del hombre como "imagen de Dios",
permite comprender que la respuesta al misterio de su humanidad no se encuentra en el
camino de la semejanza con el mundo de la naturaleza. El hombre se parece más a Dios que
a la naturaleza. En este sentido dice el salmo 82, 6: "Sois dioses", palabras que más tarde
citará Jesús»19
.
El Concilio Vaticano II enseña: «No se equivocael hombre al afirmar su superioridad sobre el
universo material y al considerarse algo más que una simple partícula de la naturaleza (...).
En efecto, por su interioridad es superior al universo entero»20
. Citando este pasaje del
Concilio, Juan Pablo II comenta: «He aquí cómo la misma verdad sobre la unidad y la
dualidad (la complejidad) de la naturaleza humana puede ser expresada en un lenguaje más
próximoala mentalidadcontemporánea»21
.
La espiritualidad humana se encuentra ampliamente testimoniada por muchos e
importantes aspectos de nuestra experiencia, a través de capacidades humanas que
trascienden el nivel de la naturaleza material. En el nivel de la inteligencia, las capacidades
de abstraer, de razonar, de argumentar, de reconocer la verdad y de enunciarla en un
lenguaje. En el nivel de la voluntad, las capacidades de querer, de auto determinarse
libremente, de actuar en vistas a un fin conocido intelectualmente. Y en ambos niveles, la
capacidad de auto-reflexión, de modo que podemos conocer nuestros propios
conocimientos (conocer que conocemos) y querer nuestros propios actos de querer (querer
querer). Como consecuencia de estas capacidades, nuestro conocimiento se encuentra
abierto hacia toda la realidad, sin límite (aunque los conocimientos particulares sean
siempre limitados); nuestro querer tiende hacia el bien absoluto, y no se conforma con
ningún bien limitado; y podemos descubrir el sentido de nuestra vida, e incluso darle
librementeunsentido,proyectandoel futuro.
En nuestra época, el materialismo se presenta frecuentemente con un ropaje científico.
Suele argumentar que todo lo humano se relaciona con lo material, y que el hombre es tan
material como los demás seres naturales; sus características especiales se explicarían
mediante la peculiar organización de los componentes materiales. Añade que la ciencia ya
ha explicado muchos aspectos de la persona humana, y promete que, en el futuro, cada vez
explicará mejor los restantes. Sin embargo, el materialismo es un reduccionismo ilegítimo;
intenta explicar toda la realidad recurriendo sólo a los componentes materiales y a su