Este documento discute el turismo de desastres naturales, específicamente después del terremoto de 7.8 grados en Ecuador en 2016. Explica que aunque las zonas afectadas por desastres parecen poco atractivas, el turismo puede ayudar a la recuperación económica al crear empleos y mejorar los servicios. Sugieren que Ecuador aproveche este tipo de turismo para reducir la pobreza a través de la llegada de visitantes nacionales e internacionales.
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Turismo de desastres naturales
1. Turismo de desastres naturales
El término “desastre” suele aplicarse a un fenómeno natural como: un huracán o un
terremoto, que causa efectos nocivos donde puede existir el derrumbe de edificios y la
pérdida de vidas humanas. Cuando existe un desastre natural, los efectos pueden ser
devastadores, considerando la magnitud del mismo, la catástrofe ocasiona afectaciones en
la salud mental, desplazamientos de la población, exposición a la intemperie,
desabastecimiento de alimentos, falta de servicios básicos, daños en las vías de acceso,
daños en la infraestructura sanitaria y otras amenazas que hacen que peligre la vida de los
sobrevivientes (Organización Panamericana de La Salud, 2000).
El 16 de abril de 2016 el Ecuador sufrió un desastre natural, específicamente un
terrible terremoto de 7.8 grados en la escala de Richter, este desastre natural que afecto en
mayor grado a las provincias de Manabí y Esmeraldas dejo hasta el 25 de abril 655
personas fallecidas, miles de damnificados y 48 desaparecidas (El Comercio, 2016).
Para entender mejor el significado de un terremoto, se contextualizará el termino:
“su etimología significa “movimiento de la tierra”, es el movimiento brusco de la tierra
causado por la súbita liberación de energía acumulada durante un largo tiempo. Su causa
principal es el movimiento brusco de las placas tectónicas que conforman la corteza
terrestre, aunque pudiera originarse también por la actividad subterránea originada por un
volcán en proceso de erupción o por la acción de una fuerza extrínseca provocada por el
hombre, como por experimentos nucleares o la fuerza de millones de toneladas de agua
acumulada en represas o lagos artificiales (UPIG, 2012).
“Un terremoto es causado porque la superficie del planeta está hecha de pedazos de
rocas enormes que caben exactamente uno al lado del otro como las piezas de un
rompecabezas, estos pedazos de roca se llaman placas tectónica que al moverse hacen que
la tierra tiemble” (Mccay, 2011)
Después de un desastre natural existen turistas interesados en conocer zonas
devastadas por inundaciones, terremotos, erupciones de volcán, entre otros. Su curiosidad
se basa en conocer cómo queda un lugar después de una catástrofe, el turista busca ayudar a
las personas afectadas y contribuir con la reconstrucción de la moral y la recuperación de la
esperanza en una población que lo ha perdido todo.
Una publicación del diario virtual “20 Minutos”, menciona que la zona de
Canterbury ubicada en Nueva Zelanda, perdió al menos 308,8 millones de euros en el gasto
que hubieran generado los visitantes internacionales y 900 puestos de trabajo tras el sismo,
debido a la pérdida de alojamientos y del centro de convenciones. Sin embargo, el turismo
se recuperó y el número de visitantes se fue incrementado debido a sus innumerables
atractivos (20 Minutos, 2012).
2. Por lo antes mencionado se sugiere que las zonas devastadas por el terremoto en
Ecuador, se sustenten en el turismo considerando que puede contribuir a la recuperación
económica, hay que tomar en cuenta que los sectores que reciben turistas permiten crear
una cadena productiva ayudando a la población a tener fuentes de trabajo y crear
expectativas de crecimiento social. Incluso es considerada una de las actividades que es
resistente a las crisis económicas, uno de los motivos que afecta al turismo a escala global
son los desastres naturales, por lo cual es conveniente que después de pasar por un desastre
se debe potencializar el turismo para reducir la pobreza, motivar la llegada de visitantes
nacionales e internacionales, mejorar los servicios hoteleros y de entretenimiento para
generar nuevamente confianza en el turista.
Una región que ha pasado por un desastre natural, puede ser considerado un destino
poco atractivo, por lo que es necesario el trabajo en conjunto entre el sector público y
privado. La imagen de la zona devastada puede transmitir tristeza, preocupación, malestar y
otros problemas psicológicos. Ese deterioro de la imagen debe ser recuperado y limpiado
realizando una gestión rápida de reconstrucción de la zona para que el turista desee ir de
visita.
Después de un desastre natural, el problema no solo es la falta de infraestructura
sino la posible afectación en la salud, debido a las lesiones musculo – esqueléticas que
sufren los habitantes de la región afectada, esto se suma a los problemas mentales que ya se
mencionó antes donde puede existir depresión y pensamientos suicidas. Algunos turistas
suelen temer por su salud y evitan visitar este tipo de lugares, para no contraer una
enfermedad infecciosa debido a la escasez de agua y alimentos. Por lo cual el gobierno
nacional y local debe preocuparse por incentivar al turista para que pierda el miedo de ir a
visitar un lugar que paso por un desastre natural, lo cual ayuda a la recuperación de la zona
devastada, primero hay que recuperar el nivel de visitantes y posteriormente buscar el
incremento del número de turistas para evitar la caída en una crisis que puede prolongarse
por un largo tiempo.
La crisis que vive una zona devastada por el terremoto que sufrió el Ecuador, tiene
que analizar las necesidades de la población afectada y buscar un mejoramiento del sector
turístico de forma inmediata, basándose en la integración y cooperación de todas las partes
implicadas, incentivando a la inversión en la reconstrucción de viviendas para recuperar la
buena imagen de la región. Es recomendable aplicar un plan de contingencia que sea
aplicando a corto plazo. (Anton, González, 2007)
Autor: Alex Luna