1. Lara Croft: Tomb Raider
(Idem)
Estados Unidos, 2001
Dirigida por Simon West, con Angelina Jolie, Iain Glen, Noah Taylor, Daniel
Craig y Jon Voight.
La primera secuencia de Tomb Raider define claramente con qué se va a
encontrar el espectador durante el transcurso de los siguientes 100 minutos del
film. También adelanta los tres puntos fuertes de la película: mucha acción,
condimentada con buenos efectos especiales y la imponente presencia de
Angelina Jolie. El último plano, muy similar a los del comienzo, confirma que se
ha cumplido con el objetivo único de entretener y preanuncia que,
seguramente, habrá una segunda aventura de esta nueva heroína.
Lara Croft es la protagonista de un videojuego muy popular en los últimos
tiempos, que ya va por su quinta edición. Esta chica, fotógrafa de profesión,
tiene un pasado aristocrático y un padre afamado en el mundo de la
arqueología, pero desparecido, que le ha legado todos sus conocimientos. Es
conocida como “asaltante de tumbas” porque se dedica a descubrir antiguas
civilizaciones; y posee una fortaleza, habilidad y belleza que le permiten vencer
todos los desafíos que se le presentan.
Pero no sólo estos datos provenientes del juego la caracterizan. Angelina
interpreta -y se mimetiza increíblemente con ella- a la primera heroína de carne
y hueso que protagoniza un film; por lo que las referencias a otros héroes ya
clásicos del cine, se hacen ineludibles. Su mansión gótica, su mayordomo, el
gusto por los automóviles caros y sus fines altruistas hacen de Lara Croft una
especie de Batman en versión femenina.
Sin embargo, no hay mucho más en esta nueva película de Simon West (Con
Air, La hija del general): la trama es bastante pobre y, hablando de
superhéroes, se extraña la densidad dramática de criaturas como el Batman de
Tim Burton, por ejemplo. Aquí, la única motivación más o menos interesante
que revela Lara Croft (el resto está puesto en función de las secuencias de
acción) es la del reencuentro con su padre. Y es una pena que Jolie y el actor
Jon Voight compartan sólo una escena, siendo ésta la primera vez que padre e
hija en la vida real trabajan juntos.
Tomb Raider tiene la estética del videoclip -acompañada por la música de U2,
The Chemical Brothers y Moby, entre otros- y la sencillez argumental de un
juego, con un objetivo por cumplir y varios obstáculos que atravesar para llegar
hasta él. Por ende, resulta un film poco interesante desde el punto de vista
cinematográfico pero atractivo como entretenimiento; algo que no debería ser
excluyente, pero que en este caso lo es.
Yvonne Yolis