1. AUTOR: PADRE JUAN CARLOS ZUÑIGA SERNA
LICENCIADO EN FILOSOFIAY CIENCIAS RELIGIOSAS
UNIVERSIDAD CATÓLICADE ORIENTE
LO ANTIGUO CONOCIDO Y LO NUEVO POR CONOCER
La Sagrada Escritura describeal hombre deteriorado porel pecado,
como el hombre viejo, el hombre marcado por la antigua mancha del
pecado,el hombre esclavizado por sus pasiones,apetitos
desordenados,bajos instintos. Vivir en el pecado es vivir en oscuridad
y en sombras de muerte, es vivir esclavizados de las obras de la carne
tal como narra san Pablo en la carta a los Gálatas en el capítulo quinto
cuando escribe:“Ahora bien, las obras de la carne son conocidas:
fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, odios,
discordias,celos,homicidios,iras, rencillas, divisiones, disensiones,
envidias, borracheras, orgías y cosas semejantes,sobre la que os
prevengo,como ya antes os previne, que quienes hacen tales cosas
no heredarán el reino de Dios.(Gal 5,19-21). La vida de un esclavo
es muy horrible y con los vicios que no convienen ni para el alma, ni
para el cuerpo, ni para la economíafamiliar podríamos caeren la
antigua servidumbre del pecado y en una esclavitud peor que la de los
esclavos negros de la épocade San Pedro Claver, el cual fue, un
sacerdote Jesuita, que tomó por lema de su vida y escribió con
sangre: “Pedro Claver esclavo de los esclavos negros por siempre”.
¿Como era la vida de un esclavo en la antigüedad concretamente a
finales del Siglo XVI e inicios del Siglo XVII? lo describeel Padre
Alonso de Sandoval cuando relata como eran traídos los negros
esclavos desde el África, hasta Cartagena donde los echaban
hacinados en barcos de 300 a 500 o hasta 600 esclavos,
encadenados,maltratados, les daban escasacomida un poquito de
millo crudo cada 24 horas y un pequeño jarro de agua de bebida, y
recibían mucho palo, muchos azotes, muchas malas palabras,
encerrados en el barco sin ver el sol y la luna y llegaban esqueléticos y
hasta con miedo porque pensaban que los iban a fritar en aceite. Se
les contemplabaenfermos,desnudos ysin abrigo ni amparo alguno.
2. Salían a tierra los ponían en un gran patio o corral donde acudía
mucha gente, unos llevados de curiosidad,otros de codiciay otros de
compasióny misericordiacomo la que usaban con ellos los padres
Jesuitas (Cf. Alonso de Sandoval, S.J “El mundo de la esclavitud
negra en América”.BogotáPág. 107-108) “Sus amos eran para ellos
más fieras que hombres” (Op.citp 194).Pero la Sagrada Escritura nos
da un maravilloso mensaje y es que nuestro Dios es un Dios que
libera, que nuestro Dios es un Dios que salva y sobre todo en los
momentos de máximo peligro,basta ojear el libro del Éxodo en la
Biblia para notar que Dios saca con todo su poderal pueblo de la
antigua esclavitud de Egipto y lo conduce a una vida nueva en la
libertad dela tierra prometidaque mana leche y miel. Esto lo podemos
notar en la vida de una santa de la iglesia traída a colaciónpor el
papa Benedicto XVI en su bella encíclica“En esperanza fuimos
salvados” “ Spes Salvi” donde Su Santidad escribe:
“El ejemplo de una santa de nuestro tiempo puede en cierta medida
ayudarnos a entender lo que significa encontrar por primera vez y
realmente a este Dios. Me refiero a la africana JosefinaBakhita,
canonizada por el Papa Juan Pablo II. Nació aproximadamente en
1869 –ni ella misma sabía la fecha exacta– en Darfur, Sudán.
Cuando tenía nueve años fue secuestradapor traficantes de esclavos,
golpeaday vendida cinco veces en los mercados de Sudán. Terminó
como esclava al servicio de la madre y la mujer de un general, donde
cada día era azotada hasta sangrar; como consecuenciade ello le
quedaron 144 cicatrices para el resto de su vida. Por fin, en 1882 fue
compradapor un mercaderitaliano para el cónsul italiano Callisto
Legnani que, ante el avance de los mahdistas, volvió a Italia. Aquí,
después de los terribles « dueños » de los que había sido propiedad
hasta aquel momento,Bakhita llegó a conocerun « dueño» totalmente
diferente –que llamó « paron » en el dialecto veneciano que ahora
había aprendido–,al Dios vivo, el Dios de Jesucristo. Hasta aquel
momento sólo había conocido dueños que la despreciabany
maltrataban o, en el mejor de los casos,la considerabanuna esclava
útil. Ahora, por el contrario, oía decirque había un « Paron » por
encima de todos los dueños, el Señor de todos los señores,y que este
Señor es bueno, la bondad en persona. Se enteró de que este Señor
también la conocía,que la había creado también a ella; más aún, que
3. la quería. También ella era amada, y precisamente por el « Paron »
supremo,ante el cual todos los demás no son más que míseros
siervos. Ella era conociday amada, y era esperada.Incluso más: este
Dueño había afrontado personalmente el destino de ser maltratado y
ahora la esperaba« a la derechade Dios Padre ». En este momento
tuvo « esperanza »; no sólo la pequeña esperanza de encontrar
dueños menos crueles, sino la gran esperanza: yo soy definitivamente
amada, suceda lo que suceda; este gran Amorme espera.Por eso mi
vida es hermosa. A través del conocimiento de esta esperanza ella fue
« redimida», ya no se sentía esclava, sino hija libre de Dios. Entendió
lo que Pablo quería decir cuando recordó a los Efesios que antes
estaban en el mundo sin esperanza y sin Dios;sin esperanza porque
estaban sin Dios.Así, cuando se quiso devolverla a Sudán, Bakhita se
negó; no estaba dispuestaa que la separaran de nuevo de su
« Paron». El 9 de enero de 1890 recibió el Bautismo, la Confirmacióny
la primera Comunión de manos del Patriarca de Venecia. El 8 de
diciembre de 1896 hizo los votos en Verona, en la Congregaciónde
las hermanas Canosianas, y desde entonces –junto con sus labores
en la sacristíay en la porteríadel claustro– intentó sobre todo,en
varios viajes por Italia, exhortar a la misión: sentía el deberde
extender la liberación que había recibido mediante el encuentro con el
Dios de Jesucristo;que la debíanrecibir otros, el mayor número
posible de personas. La esperanza que en ella había nacido y la había
«redimido » no podíaguardársela para sí sola; esta esperanza debía
llegar a muchos, llegar a todos”.(Benedicto XVI Spes Salvi Numero 3).
Estamos en el tiempo litúrgico de la pascua en la cual se nos invita a
pasar de lo antiguo conocido es decir a dejar atrás “al hombre viejo
seducido porlas concupiscencias” (Ef 4,22)por una vida de maldad,
por las obras de la carne, esclavizado por el pecado, para pasar a lo
nuevo por conoceres decir a “renovar el espíritude nuestra mente, y
a revestirnos del hombre nuevo, creado según Dios, en la justicia y
santidad de la verdad” (Ef 4,23-24).Es precisamente eso la pascua
pasar del pecado a la gracia de Dios, de las tinieblas a la luz, de la
desesperacióny angustia, a la esperanza y la paz, de la esclavitud a la
libertad, de la muerte a la vida. pues:“Para ser libres nos libertó Cristo.
Manteneos pues firmes y no os dejéis oprimir nuevamente bajo el
yugo de la esclavitud” (Gal 5,1)
En el cual se nos invita a dejando atrás las obras de la carne que
producenmuerte y esclavitud, dejarnos guiar por los frutos del Espíritu
4. Santo que dan libertad y vida. Esos frutos son: “amor, alegría, paz,
modestia,generosidad,paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad,
mansedumbre,dominio de sí, castidad” (Gal 5, 23-24ª).
Que bueno hacer realidad el mensaje de su santidad Francisco para la
jornada de la paz 2015 “ya nunca más esclavos sino hermanos” y
pasar entonces de lo antiguo conocido a lo nuevo por conocer.