La oración de santa Luisa de Marillac por el P. Corpus Juan Delgado CM
La sinceridad de Natanael
1. Natanael. La Biblia lo describe como un
judío verdadero, sin hipocresía. Como un
hombre cuyo corazón había sido
trabajado por el Espíritu de Dios,
circuncidado y purificado de corrupción.
Su sinceridad contrasta con el carácter de
los religiosos de su época.
Ensayo: La sinceridad de
Natanael
Autor:PAULO ARIEU
Mail: pauloarieu@gmail.com
Fecha:10-02-2015
2. Ensayo:La sinceridadde Natanael. Páginanúmero 1
En el salmo 12:1, vemos al salmista quejarse ante Dios porque se habían
acabado los hombres piadosos: “SALVA, oh Jehová, porque se acabaron los
misericordiosos: Porque se han acabado los fieles de entre los hijos de los
hombres” (Salmo 12:1). Sin embargo, vez tras vez encontramos en la historia del
Pueblo de Dios que él siempre tiene un remanente fiel. Natanael, uno de los doce
discípulos de Jesús era uno de estos casos. Él era una persona sincera; así lo afirma el
libro del evangelio de Juan. El discípulo amado de Jesús relata que el Señor se lo dijo
personalmente apenas lo vio llegar “Jesús vio venir a sí a Natanael, y dijo de él: He
aquí un verdadero Israelita, en el cual no hay engaño.”(Juan 1:47). ¿Cómo lo
supo el Señor? Pues porque Jesús conoce perfectamente todo lo que hay dentro de
cada ser humano (Juan 2:25). Porque si leemos en la Biblia detenidamente, nos damos
cuenta que Cristo conocía perfectamente bien que intenciones se albergaban en el
interior del corazón de Natanael. Él tenía un buen corazón. Además, ya Jesús lo había
visto debajo de la higuera (Juan 1:48) y cuando conversó con él se lo dijo
francamente, lográndolo sorprender. Como dice el salmista “Con el misericordioso
te mostrarás misericordioso, Y recto para con el hombre íntegro” (Salmo18:25).
Para enfatizar la sinceridad de Natanael, el apóstol Juan utiliza la palabra gr.
aletos (“verdaderamente”) remarcando lo profundo y verdadero del carácter de
Natanael, quien era un verdadero israelita, no en el sentido nacionalista sino espiritual
(Romanos 8:28-29). Esta expresión de Jesús citada por Juan, contrasta con el carácter
de los fariseos, quienes eran todo lo opuesto a Natanael. Ellos eran hipócritas como lo
explicó Jesús (Mateo 23:15, Juan 8:44).
Pienso que vale la pena citar a John MacArthur, un conocido pastor
norteamericano, prolífico escritor y maestro bíblico, quien lleva más de cuarenta años
como predicador, defendiendo el rol de la iglesia local y defendiendo el rol de la
predicación expositiva, quien a sus 70 años aún mantiene la integridad en su caminar
cristiano. En su libro 12 hombres comunes y corrientes, J. MacArthur lo describe a
Natanael como un judío verdadero, sin hipocresía; un hombre cuyo corazón había
sido trabajado por el Espíritu de Dios, circuncidado y purificado de corrupción. Y lo
compara con los religiosos de su época recordándonos que Jesús tuvo numerosos
enfrentamientos con ellos en aquel momento:
“Recordemos que Jesús acusó a todo el sistema religioso de su día de hipócritas.
Mateo 23.13-33 registra una impresionante diatriba contra los escribas y
fariseos en la cual Jesús los llama hipócritas desde todo ángulo posible. Aunque
también las sinagogas estaban llenas de hipócritas; desde los más altos líderes
hasta el pueblo en las calles, la hipocresía era una plaga en esa cultura”. Pero
3. Ensayo:La sinceridadde Natanael. Páginanúmero 2
respecto a Natanael, MacArthur lo describe diciendo que él era “un judío
verdadero, sin hipocresía. He aquí un hombre cuyo corazón había sido
circuncidado, purificado de corrupción. Su fe era genuina. Su devoción a Dios
era real. Era un hombre sin engaño, a diferencia de los escribas y fariseos. Era
un hombre verdaderamente justo, afectado por el pecado como todos nosotros,
pero justificado ante Dios a través de una fe verdadera y viva” (MacArthur,
Página 156).
Después de leer detenidamente el relato bíblico del apóstol Juan, no tengo
dudas que su fe era genuina y que su devoción a Dios era real: Natanael era un
hombre sin engaño, a diferencia de los escribas y fariseos. Era un hombre
verdaderamente justo, afectado por el pecado como todos nosotros, pero justificado
ante Dios a través de una fe verdadera y viva (Romanos 5:1). Pero pienso que
MacArthur lo idealizó un poco a Natanael, ya que Juan reconoció que los discípulos
de Jesús, incluido Natanael, no creyeron en Jesucristo hasta que en las bodas de
Canaán, Dios les abrió el entendimiento de quien era Jesús (Juan 2:11). Fue en
aquellas bodas, donde Jesús transformó el agua en vino bueno.
También existen muchas personas que son sinceras con lo que dicen que
creen, dentro y fuera de las iglesias. Pero esto no garantiza que tengan razón con sus
afirmaciones. He conocido muchas de ellas que estaban sinceramente equivocadas.
Me gusta Rabito, el cantautor argentino residente en Miami, cuando en una de sus
canciones pide por un mayor grado de sinceridad en el pueblo de Dios, o sea menos
hipocresía. El canta diciendo así:
“Sinceridad. Dios está pidiendo a su pueblo que tenga Sinceridad. Eso es lo que
hace la diferencia entre el bien y el mal. Y está esperando que se arrepientan de
sus maldades. Sinceridad. Palabra pequeña que tiene gran peso en la eternidad.
Si no la vivimos de nada nos sirve orar y orar. Sinceridad, sinceridad...” (Rabito,
n.d). Concuerdo completamente con Rabito: Siempre es necesario que haya
personas sinceras dentro de la Iglesia, para que las comunidades no se
transformen en nidos de víbora u otro reptil semejante. Sin dudas.
Pero ¿porque tanto interés hoy en día con la sinceridad? ¿Será porque vivimos
en un mundo lleno de hipócritas? Charles Haddon Spurgeon (1834 - 1892) un pastor
bautista británico conocido como el "Príncipe de los Predicadores" dijo:
“lamentablemente no todos los hombres son piadosos. Los impíos constituyen la gran
mayoría de los seres humanos” (Portavoz, 2015). ¡Tremenda verdad! No todos los
hombres que dicen ser cristianos lo son (Mateo 17:16-20).
4. Ensayo:La sinceridadde Natanael. Páginanúmero 3
El Padre Horacio Bojorge, un sacerdote jesuita, biblista, predicador y escritor,
escribe un libro en respuesta al pensamiento del sacerdote jesuita uruguayo Juan Luis
Segundo de la Compañía de Jesús, explicando acerca de dos fenómenos suscitados en
nuestra sociedad contemporánea, diciendo que
Para muchos contemporáneos del siglo XX, la hipocresía se convirtió en el gran
pecado y la sinceridad en la gran virtud. Era hipocresía no admitir quien y que
eras tú. Si eras homosexual debías decirlo. Si estabas en situación de adulterio
debías admitirlo. Ser moral significaba salir de los escondites. Pero
desgraciadamente muchos dejaron de preguntarse si actuar abiertamente de
acuerdo a esos instintos ocultos era bueno o malo. El segundo fenómeno es que
los pensadores contemporáneos se han interesado más por la utilidad que por la
verdad (Bojorge, 2000, Página 299).Pienso que por esta razón, muchos hoy en
día se sienten orgulloso de salir del armario diciendo que ahora son
homosexuales, lesbianas, trans o simplemente salir a la luz reconociendo que
son unos adúlteros, pedófilos, etc. Como si el ser un pecador pervertido y salir
a la publicidad repentinamente diciéndolo a los cuatro vientos, fuera un
sinónimo de virtud. Pero no hay virtud alguna en ser una persona degenerada.
El cardenal argentino Jorge Bergoglio, es el primer Papa latinoamericano que
la Iglesia católica tiene. Es considerado por muchos, un hombre sincero. Aún tengo el
recuerdo fresco en mi mente de la repercusión que tuvo en los medios de
comunicación el cómo (tan solo unos pocos días atrás), conmovió los corazones de
muchos oyentes en su discurso en la ONU. Aunque a Jesucristo ni lo nombró, sino
que habló el idioma de los derechos humanos (Pentin, 09-27-2015). Pero aun así
muchos son los que creen en la sinceridad de este líder religioso. Aunque no todos lo
ven como un hombre sincero. James Barrett "Jim" Yardley, periodista estadounidense
que trabaja actualmente en Roma publicó en el NewYork Times un comentario de
Rubén Rufino Dri, crítico de Francisco y profesor emérito de sociología y religión en
la Universidad de Buenos Aires. Dri comentó que según su opinión personal,
“Francisco es un excelente showman” (Yardley, 22-09-2015), un juicio bastante
crítico, pero que no está muy lejos de mi opinión personal. Pero como dice el refrán,
solo el cuchillo conoce el corazón de la Uyama (zapallo calabaza).
En conclusión, no dudo en absoluto del gran valor que tuvo la sinceridad de
Natanael para Jesús. Este aspecto de la personalidad del discípulo, lo llevó a
convertirse en un discípulo radical de nuestro Señor Jesús. Y luego, seguirlo fielmente
a lo largo de todo su ministerio terrenal. “Sabed, pues, que Jehová ha escogido al
piadoso para sí” (Salmo 4:3).
5. Ensayo:La sinceridadde Natanael. Páginanúmero 4
Yo he conocido a lo largo de mi vida a muchas personas, desde Testigos de
Jehová hasta Católicos Romanos que son sinceros y piensan que por esa razón sus
religiones son verdaderas; pero ellos están sinceramente equivocados. Esto nos
demuestra que el ser sincero no es un pasaporte con visa al cielo.
Respecto de ese tipo morboso de sinceridad de algunos impíos que les fascina
publicar sus pecados, hay que decir que tampoco habrá ningún degenerado o
depravado que pueda entrar al cielo, si antes no se arrepiente sinceramente y Cristo lo
salva. Al contrario, la sinceridad puede llegar a ser la característica de una
personalidad sin remordimiento alguno, que publica su pecado ante los ojos del
mundo entero, buscando la aceptación de su vida banal por la sociedad que lo rodea.
Esta persona ya tuvo su recompensa aquí en este mundo. Nada ya debe esperar, más
que el juicio y el castigo eterno, cuando esa clase de persona parta de esta vida. Desde
la época de la Reforma del siglo XVI-XVII, los protestantes han insistido respecto a
las predicaciones de "otros evangelios", que no es lícito promover un evangelio falso.
La Biblia insiste en que somos justificados por gracia mediante la fe en Cristo
solamente y aparte de todo esfuerzo humano. “Porque por gracia sois salvos por
medio de la fe. Y esto no viene de vosotros; pues es don de Dios, no por obras,
para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9). Las “buenas obras” que realizan las falsas
religiones, son realizadas para promover un falso evangelio y resultan ser las obras
más despreciables de todas. Por este motivo, no debemos cansarnos de insistir, junto
con los escritores del Nuevo Testamento, que tales obras como la sinceridad sola sin
la justificación de Cristo, sin arrepentimiento sincero y con una fe genuina en la obra
redentora de Cristo en la Cruz del Calvario no sirve de nada, ya que estas falsas obras
no tienen parte en la raíz de nuestra justificación. Decir que “solo Cristo salva” como
afirmaban los Reformadores, sigue siendo una verdad absoluta (Ver Tito 3: 4-8).
¡Dios lo bendiga!
Paulo Arieu
www.elteologillo.com