TEMA 14.DERIVACIONES ECONÓMICAS, SOCIALES Y POLÍTICAS DEL PROCESO DE INTEGRAC...
El cuerpo humanoen en el Arte
1.
2. El perfil egipcio, el hieratismo flamenco, las líneas sinuosas renacentistas, la
serpentinata manierista, la solemnidad neoclásica o la fragmentación cúbica;
desde los abundantes volúmenes de la Venus de Willendorf hasta nuestros
días, donde la mezcla es la clave, la manera de reproducir y ubicar el
cuerpo humano en el espacio ha llevado implícita una forma de entender
la realidad.
3. Y, como reflejo de ésta, la representación responderá en cada época a unos
patrones estéticos, limitados en ocasiones no tanto por el desconocimiento
técnico como por unas pautas encaminadas a indicar al espectador estatus,
religión y pensamiento del modelo, cuyo naturalismo, muchas veces, se verá
"sacrificado".
4. En la actualidad nuestra percepción
está acostumbrada a la perspectiva
lineal, en la que las figuras
decrecen en tamaño según estén
ubicadas hacia el fondo en el eje de
la composición que se dirige a un
punto de fuga final. Junto con
esto, la mayoría entenderá el
naturalismo como el fin deseado de
una representación, a menos que
los cánones "válidos" sean
destruidos con una intención
conceptual.
Gran Vía, de Antonio López
5. Esta forma de experimentar la plástica
puede alejar al espectador contemporáneo
de concepciones históricas donde la
intención del Arte no se ceñía a la
búsqueda de realidad sino a plasmar un
simbolismo trascendente, una intención
propiciatoria o simplemente la capacidad
narrativa o expresiva de la historia.
Cueva de Altamira
Barranco de la Valltorta
6. Así encontramos ejemplos en el
arte de obras antropomorfas cuyo
verismo deja mucho que desear;
y esto, más que una muestra de
la "ignorancia" del
artífice, poseería en la mayor
parte de las ocasiones un sentido
que, al tiempo, nos ofrece las
claves para acercarnos a una
comprensión más amplia del
periodo concreto donde la pieza
se inserta.
7. Venus de Willendorf
Venus de Laussel
• Así, encontramos en diversas culturas de la Antigüedad representaciones de
la mujer en la forma de figurillas donde las características sexuales de ésta
han sido exageradas hasta el extremo, en una marcada acentuación de la
fertilidad. En épocas donde la subsistencia era una preocupación
primordial, asociada a la descendencia y la comida, el arte respondería a unos
imperativos de orden propiciatorio y animista.
8. Las representaciones en el arte del Antiguo
Egipto (asociado de manera casi exclusiva
a faraones y funcionarios) llevan años
trayendo de cabeza a investigadores e
historiadores de todo el mundo: el llamado
"perfil egipcio" no obedecen a una ausencia
de conocimiento, puesto que los artistas de
esta civilización conocían la
tridimensionalidad, aunque en rarísimas
ocasiones la aplicaron a la pintura.
9. De este modo, el hieratismo y la
representación de perfil del arte egipcio,
junto con la característica de su
invariabilidad, debían responder a
cuestiones religiosas. La "magia" es, de
hecho, una característica inherente a la
vida del Antiguo Egipto y, el arte,
indisociable de la misma.
10. Arte, religión y vida están
fuertemente unidas en una tríada
asegurada por el faraón, y el arte
debe responder a la necesidad de
mantener la vida en el más allá.
De esta manera, el arte se
constituye en una convención y el
artista en una productor alejado
de cualquier tipo de creatividad o
permisividad expresiva individual.
11. En el arte griego
encontramos, en la época
arcaica, una representación
del cuerpo en una posición
frontal y rígida, de la que se
pasa, en el periodo clásico a
un mayor naturalismo e
idealización y a la utilización
del contraposto u oposición
armónica de las distintas
partes del cuerpo de la figura
humana, proporciona cierto
movimiento y contribuye a
romper la ley de la frontalidad.
Una de las piernas está fija en
el suelo y la otra se
adelanta, los brazos hacen lo
propio, mientras la cabeza
mira hacia un lado simulando
un paso.
12. Victoria de samotracia
El movimiento se va
expresando cada vez
más. Pasamos de la
característica
serpentinata del periodo
clásico (forma sinusoidal
o serpentina en "S“) a la
máxima expresión de
movimiento, teatralidad y
tensión del periodo
helenístico
Laoconte y sus hijos.
Venus de Milo
13. En la Edad Media la convención será de
nuevo la regla, si bien las leyes de la
perspectiva y la representación ofrecerán un
mayor abanico de posibilidades.
En el arte bizantino, la reproducción de los
personajes está dominada por la llamada
"perspectiva de importancia". Así, ubicándose
en el mismo plano, los representados tendrán
diferentes tamaños en función de la jerarquía
a la que respondan.
14. En la Baja Edad Media, el arte será de carácter sacro, el hieratismo y la
frontalidad responderán a la maiestas, a la seriedad debida al hecho religioso. La
expresividad del personaje es interiorizada en la representación; una
característica muy acorde con el periodo de fervor religioso imperante, donde el
arte se debe adecuar a una intención loatoria y evangelizadora, y el decoro y la
introspección son obligados.
15. Junto con la rigidez, una de las
características del arte de este
periodo que más llaman la
atención es el uso "incorrecto"
de la perspectiva en múltiples
iconos y obras de temática
religiosa . Es común encontrar a
los personajes insertos en
espacios arquitectónicos cuya
composición obedece a una
perspectiva inversa, el punto
de fuga no se ubica en el fondo
del cuadro sino que se dirige
hacia el espectador.
16. De esta manera la acción
representada se abre por completo
a quien la observa, en vez de ser el
espectador quien se "introduzca" en
la obra. Una forma de ponerle las
cosas fáciles al creyente por medio
de un arte cuyos recursos se
emplean de forma casi exclusiva
con una intención transmisora.
17. Con el Renacimiento, y el
paso de una sociedad
teocéntrica a una
antropocéntrica, el hombre
se convierte en la medida de
todas las cosas, el móvil del
mundo.
Lo natural será que el arte se
adecue a dicha
circunstancia, como harán el
resto de las disciplinas. De
este modo, el naturalismo se
convertirá en el propósito de
las manifestaciones
plásticas.
18. Aunque será un naturalismo
aún idealizado. La curva y la
perspectiva lineal, el verismo y
la mitología ensalzarán al
hombre, su cuerpo y sus
pasiones. El desnudo deja de
ser un tema tabú en la
representación y la mirada se
volverá a dos civilizaciones
clásicas consideradas
maestras: la griega y la
romana.
19. Cristo crucificado con dos donantes. El Greco
Laocoonte (El Greco)
La representación de la naturaleza humana en el Renacimiento alcanzará un paso más
en época manierista, en la que las claves previas se exacerbarán con una intención
expresiva. La línea deja de ser sinuosa y se convierte en la retorcida serpentinata; la
anatomía del cuerpo humano se vuelve musculosa y marcada; el gesto se contrae y el
escorzo es la norma en unas composiciones donde el ambiente se ha vuelto frío y
abstracto.
20. La concepción del hombre en el
mundo ha cambiado al amparo de
descubrimientos como el de
Copérnico, y las guerras, la
situación socio-económica en la
que viven las ciudades y las
sucesivas reformas religiosas
provocarán un clima de
inestabilidad cuya huella ha
llegado hasta nuestros días
plasmada en el arte.
21. Junto con estos, podemos encontrar múltiples ejemplos de cómo el arte, y
en concreto la representación del cuerpo, se ha constituido a lo largo de
los siglos en fiel reflejo de las circunstancias sociales, religiosas, políticas,
ideológicas, culturales, imperantes en el momento.
22. Nuevas formas de percepción y comprensión de la realidad traerán consigo
nuevos modos expresivos, constituyéndose el arte de esta manera en una
fuente inagotable donde poder encontrar datos que nos ayuden a
comprender, de una forma mucho más cercana, el momento y lugar de los
personajes representados.