2. EL CREDO
Creo en Dios Padre todopoderoso, Creador del
cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor;
Que fue concebido por obra y gracia del Espíritu
Santo, nació de Santa María Virgen;
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue
crucificado, muerto y sepultado;
Descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de
entre los muertos;
3. EL CREDO
Subió a los cielos y está sentado a la diestra de
Dios Padre;
Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los
muertos.
Creo en el Espíritu Santo;
La Santa Iglesia Católica;
La comunión de los Santos;
El perdón de los pecados;
La resurrección de la carne y la vida eterna. Amén
4. Credo de los Apóstoles
• Creo en Dios Padre
todopoderoso
7. Credo de los Apóstoles
• Creo en
Jesucristo,su
unico Hijo,
nuestro Señor
8. Credo de los Apóstoles
• Que fue
concebido
por obra y
gracia del
Espíritu Santo
9. Credo de los Apóstoles
• Nació de
Santa María,
siempre
Virgen
10. Credo de los Apóstoles
• Padeció
bajo el
poder de
Poncio
Pilato
11. Credo de los Apóstoles
• Fue
crucificado,
muerto y
sepultado
12. Credo de los Apóstoles
• Descendió
a los
infiernos
13. Credo de los Apóstoles
• Al tercer
día,
resucitó
entre los
muertos
14. Credo de los Apóstoles
• Subió a los
cielos y está
sentado a la
derecha de
Dios Padre
Todopoderoso
15. Credo de los Apóstoles
• Desde allí, ha
de venir a
juzgar a los
vivos y a los
muertos
16. Credo de los Apóstoles
• Creo en
el Espíritu
Santo
17. Credo de los Apóstoles
• En la
Santa
Iglesia
Católica
18. Credo de los Apóstoles
• En la
comunión
de los
santos
19. Credo de los Apóstoles
• En el
perdón de
los
pecados
20. Credo de los Apóstoles
• En la
resurrección
de la carne
21. Credo de los Apóstoles
• Y en la
vida
eterna.
Amén
22. • 0.¿Por qué el Credo?
• 1. Credo o credos
• 2. La Iglesia se edifica sobre la fe
apostólica
• 3. Símbolo
• 4. Fe y conversrsión
• 5. El Credo está vinculado al
bautismo
• 6. Proceso de fe
23. SEGUNDA SECCIÓN: LA PROFESIÓN DE LA FE
CRISTIANA
25.¿Para qué necesita la fe definiciones y fórmulas?
En la fe no se trata de palabras vacías, sino de
una realidad. A lo largo del tiempo se
condensaron en la Iglesia fórmulas de la fe,
con cuya ayuda contemplamos, expresamos,
aprendemos, transmitimos, celebramos y
vivimos esa realidad. [170-174]
Sin fórmulas fijas el contenido de la fe se disuelve. Por
eso la Iglesia da mucha importancia a determinadas
frases, cuya formulación precisa se logró en la
mayoría de los casos con mucho esfuerzo, para
proteger el mensaje de Cristo de malentendidos y
falsificaciones. Las fórmulas de la fe son
importantes especialmente cuando la fe de la Iglesia
se traduce a las diferentes culturas y sin embargo
tiene que mantenerse en su esencia. Porque la fe
común es el fundamento de la unidad de la Iglesia. 23
I (1-165), II (166-278), III (279-468), IV (469-
24. SEGUNDA SECCIÓN: LA PROFESIÓN DE LA FE
CRISTIANA
26.¿Qué son las profesiones de fe?
Las profesiones de fe son fórmulas sintéticas de la
fe, que hacen posible una confesión común de
todos los creyentes. [185―188, 192―197]
Este tipo de síntesis se encuentran ya en las cartas de
san Pablo. La profesión de fe o credo de los apóstoles,
de los primeros tiempos del cristianismo, tiene una
categoría especial, porque es considerado como el
resumen de fe de los APÓSTOLES. La profesión de
fe larga o símbolo de Nicea-Constantinopla tiene una
gran autoridad, porque procede de los grandes
concilios de la Cristiandad aún no dividida (Nicea en
el año 325 y Constantinopla en el 381) y hasta el día
de hoy constituye la base común de los cristianos de
Oriente y Occidente.
24
I (1-165), II (166-278), III (279-468), IV (469-
25. 1. ¿Cuántos credos?
Desde el primer momento, los cristianos
expresaron su fe en fórmulas muy
concisas. Decían, por ejemplo: "Jesús es
el Cristo". Querían confesar así su fe. Otra
confesión de fe decía: "Jesús es el
Señor", expresando que no podían
aceptar los dioses adorados por otros
pueblos. Por esa confesión de fe murieron
muchos cristianos en las persecuciones
de los primeros siglos.
26. ¿Cuántos credos?
Más tarde, los cristianos siguieron
expresando su fe en fórmulas breves,
pero ya con más detalle. Encontramos la
profesión de fe que hacían los candidatos
al bautismo respondiendo con "creo" a las
tres preguntas que se le formulaban:
¿Crees en Dios, Padre Todopoderoso?
¿Crees en Jesucristo, nuestro Salvador?
¿Crees en el Espíritu Santo y en todo lo
que es obra suya?
27. SEGUNDA SECCIÓN: LA PROFESIÓN DE LA FE
CRISTIANA
27. ¿Cómo surgieron las profesiones de fe?
Las profesiones de fe se remontan a Jesús, que mandó
a sus discípulos que bautizaran. En el bautismo
debían exigir a las personas la profesión de una
determinada fe, en concreto la fe en el Padre, el
Hijo y el Espíritu Santo (TRINIDAD). [188-191]
El germen de todas las fórmulas de fe posteriores es la fe en
Jesús, el Señor, y el envío a la misión: «Id, pues, y haced
discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre
del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» (Mt 28,19).
Todas las profesiones de fe de la IGLESIA son desarrollo
de la fe en este Dios trinitario. Comienzan con la
confesión de la fe en el Padre, Creador y quien sostiene el
mundo, se refieren luego al Hijo, por quien el mundo y
nosotros mismos hemos encontrado la salvación, y
desembocan en la confesión de fe en el Espíritu Santo, la
persona divina por quien se da la presencia de Dios en la
Iglesia y en el mundo.
27
I (1-165), II (166-278), III (279-468), IV (469-
28. ¿Cuántos credos?
Posteriormente aparecerán los dos
Credos que con mayor frecuencia usamos
en la liturgia y la catequesis de la Iglesia
(incluso en otras Iglesias cristianas). El
primero de ellos, quizá el más conocido
hoy día, es de origen griego.
29. SEGUNDA SECCIÓN: LA PROFESIÓN DE LA FE
CRISTIANA
29. ¿Qué dice el credo largo de Nicea-Constantinopla?
Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible e invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, luz de luz,
Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado,
de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho;
que por nosotros, los hombres,
y por nuestra salvación, bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado en tiempo de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día,
según las Escrituras,
y subió al cielo y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén. 29
I (1-165), II (166-278), III (279-468), IV (469-
30. ¿Cuántos credos?
Ese Credo sirvió de base para expresar la
fe en los Concilios de Nicea (325) y
Constantinopla (381). Entonces recibió
añadiduras que recogían los puntos de la
fe discutidos en esos concilios. Se llama
por eso el Credo Niceno-
Constantinopolitano y es el que
usualmente se recita en la misa después
de la homilía.
31. ¿Cuántos credos?
El otro es de origen romano, más breve que el
anterior, y se suele llamar Credo de los
Apóstoles (siglo IV-V). En este tiempo nace la
leyenda, sobre la que escriben varios padres de
la Iglesia, que dice que los apóstoles, antes de
separarse para evangelizar a todo el mundo,
redactaron el "breviario de la fe" como "pauta
de su predicación", proclamando cada uno un
artículo, dando lugar a los doce artículos en los
que se divide el Credo.
32. ¿Cuántos credos?
Esta leyenda responde a una verdad,
pues el Credo apostólico representa el
auténtico eco de la fe de la Iglesia
primitiva que, por su parte, es fiel reflejo
del Nuevo Testamento. Este Credo es
menos especulativo que el anterior y más
simple.
33. SEGUNDA SECCIÓN: LA PROFESIÓN DE LA FE
CRISTIANA
28. ¿Qué dice la fórmula de fe de los apóstoles?
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor,
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació
de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto
y sepultado, descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre
todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia Católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
33
I (1-165), II (166-278), III (279-468), IV (469-
34. ¿Cuántos credos?
Ninguno de los dos Credos menciona
todo lo que creemos (Ninguno habla de la
Eucaristía, ni del mandamiento principal).
Estrictamente hablando, los credos no
son resúmenes de la fe. Las confesiones
de fe se originaron de un núcleo primitivo
que expresaba el punto central del
Evangelio (1Cor 15,35).
35. ¿Cuántos credos?
A este núcleo se le fueron añadiendo
afirmaciones que clarificaban puntos
discutidos o proponían definiciones que
expresaban rectamente algún aspecto de
la fe que había sido tergiversado. Por eso
en el Credo faltan elementos importantes
de la fe porque nunca fueron puestos en
duda y se encuentran otros que quizá
consideremos menos importantes.
36. 2. La Iglesia se edifica sobre la fe
apostólica
En el Credo resuena la palabra viva de la
Escritura, que a su vez es testimonio de la
Tradición viva de la Iglesia.
Los credos, como símbolos de la fe cristiana,
son documentos de la Iglesia, anteriores incluso
al mismo Nuevo Testamento. En sus breves
fórmulas, procedentes de contextos litúrgicos,
catequéticos o misionales, recogen la síntesis
de la fe. Son, pues, expresión de la vida de la
comunidad, antes incluso de la formulación
escrita de sus artículos.
37. La Iglesia se edifica sobre la fe
apostólica
La salvación, que Dios Padre ofrece en la
Iglesia a los hombres por su Hijo
Jesucristo en el Espíritu Santo, es el
misterio primordial que, como hilo
conductor, unifica la profesión de fe de
los cristianos de todos los tiempos y
lugares.
38. La Iglesia se edifica sobre la fe
apostólica
La Iglesia no puede atestiguar y confesar
una fe distinta de la que le ha sido
transmitida de una vez para siempre. En
la tradición de la fe de los Apóstoles,
fundamento de la vida cristiana, nada se
puede cambiar (Jds 3,5.20; 1Cor 11,2;
2Tes 2,15; 1Tim 6,20). Así la Iglesia se
mantiene "edificada sobre el cimiento de
los Apóstoles y profetas, siendo la piedra
angular Cristo mismo" (Ef 2,20).
39. La Iglesia se edifica sobre la fe
apostólica
Los apóstoles son los primeros testigos
del Evangelio; lo recibieron directamente
de Cristo y fueron enviados por El a todo
el mundo. Por eso, la Iglesia se edifica
sobre el fundamento de la fe apostólica.
40. La Iglesia se edifica sobre la fe
apostólica
Ante la confusión de tantas ideologías y
teologías, es preciso volver a las fuentes
de la fe, donde la verdad nace limpia,
como fundamento de la identidad del
cristiano en el mundo y origen perenne de
la comunidad eclesial.
41. La Iglesia se edifica sobre la fe
apostólica
Volver a los fundamentos de nuestra fe, al
Símbolo apostólico, dejándolo resonar en
nuestro interior, iluminará nuestra vida;
interiorizándolo, haciéndolo nuestro, hará
que nosotros y a través de nosotros siga
hablando y salvando a nuestra generación
y pase a la siguiente generación.
42. 3. El Credo: Símbolo de la fe de
la Iglesia
El Credo, como Símbolo de la fe, permite al
cristiano sentirse miembro de la comunidad
creyente. Símbolo [1] es lo que une y crea la
comunión; es justo lo contrario de diablo [2] que
es el que separa y rompe la comunión.
[1] Viene del griego y significa juntar, unir. (sun
bolwn)
[2] Viene del griego y significa separar, dividir.
(dia bolwn).
43. Sím-bolo
Lo que junta
2 mitades se rompía y cada una
conservaba una mitad
Era la garantía de un pacto
Todo esto concuerda perfectamente con
el Credo
44. El Credo: Símbolo de la fe de la
Iglesia
El Credo es la confesión singular de la fe
eclesial en el misterio de Dios Padre, revelado
por Jesucristo, y testimoniada al creyente por el
Espíritu Santo en la Iglesia. El Credo es
confesado en primera persona del singular
("Creo"). Pero esta primera persona del singular
presupone una comunidad[3].
[3] Así lo atestiguan las expresiones "nuestro
Señor", "santa Iglesia católica", "comunión de
los santos".
45. El Credo: Símbolo de la fe de la
Iglesia
El cristiano, en su profesión de fe, no
confiesa su propia fe o sus ideas, sino la
fe de la Iglesia: fe que ha recibido de la
comunidad que se la transmitió, fe que le
une a la comunidad y que profesa ante y
con la comunidad eclesial. Lo personal y
lo comunitario quedan inseparablemente
vinculados.
46. El Credo: Símbolo de la fe de la
Iglesia
Cada cristiano recita en singular el Credo
incluso dentro de la asamblea litúrgica;
pues ninguna acción es tan personal
como ésta. Pero el creyente lo recita en la
Iglesia y a través de ella; su fe participa de
la fe de la Iglesia.
47. El Credo: Símbolo de la fe de la
Iglesia
La fe, al no ser fruto de mis
pensamientos, no es algo de lo que
dispongo y cambio a mi gusto. La
fidelidad a lo recibido y a la Iglesia, que lo
transmite, es esencial a la fe. El cristiano,
por tanto, no puede profesar el Credo si
no se reconoce unido a todos los que con
él confiesan la fe de la Iglesia. Esto
significa que no se puede creer sin amar.
48. 4. Fe y conversión
Las fórmulas del Credo son un resumen de las
principales verdades de la fe de la Iglesia. Pero
no se trata de un conocimiento abstracto, sino
de la experiencia del misterio de Dios revelado
en Cristo y comunicado por el Espíritu Santo en
la Iglesia. En el acto de fe, el creyente no se
adhiere con su inteligencia a una fórmula
conceptual, sino que se adhiere con toda su
persona a la realidad misma de lo creído.
49. Fe y conversión
Se trata de entrar en ese "yo" del Credo y
transformar el yo esquemático de la
fórmula en el yo personal de carne y
hueso. La confesión de fe es ante todo
expresión de la confianza en Dios y de
la relación de vida entre el cristiano y
Dios; al mismo tiempo, es un cántico de
alabanza en que se ensalzan los actos
poderosos de Dios.
50. Fe y conversión
Ser creyente en el libro de los Hechos (2,44;
4,32; 5,14) es sinónimo de cristiano. Aunque
suponga la aceptación de las verdades creídas,
ser creyente es mucho más que eso; significa
aceptar una forma de vida, o mejor, entrar en
una nueva forma de ser. Por eso la fe supone
la conversión, un nuevo nacimiento. La fe es,
pues, principio de vida. No se cree con la mente
o con el corazón, se cree con todo el ser.
51. Fe y conversión
Israel expresó su fe en Credos históricos
(Dt 6,20-24; 26,5-9; Jos 24,2-13) y
sálmicos (Sal 78; 105;136...), confesando
ante todos los pueblos al Dios que ha
creado el cielo y la tierra, libró a su pueblo
de Egipto y lo condujo a la tierra
prometida. De entre ellos sobresale el
Shemá.
52. Fe y conversión
Su Credo no es ideológico, sino histórico;
sus artículos de fe están formados por la
cadena de actos salvíficos desde Abrahán
hasta el don de la Tierra. El
reconocimiento de Dios supone entrar
en alianza con El. No cabe una confesión
de fe sin implicar en ella la propia
existencia.
53. Fe y conversión
Jesús, fiel israelita, proclamó esa misma
confesión de fe en el único Dios (Mc
12,28-29; Mt 6,24; Jn 17,3), pero
revelándonos que es el Padre (Mt 11,25).
La fe cristiana está íntimamente ligada a
la fe de Israel; las confesiones de fe del
Nuevo Testamento hunden sus raíces en
los Credos del Antiguo Testamento.
54. Fe y conversión
La fe presta al hombre unos ojos nuevos.
La iluminación de la fe permite a la mirada
del creyente ver símbolos donde el
hombre natural sólo ve fenómenos; para
el creyente las cosas creadas reflejan la
realidad invisible de Dios Creador y la
historia se hace resplandor de su
presencia salvadora.
55. 5. El Credo está vinculado al
bautismo
Por su origen y por su uso, el Credo está
estrechamente vinculado con la liturgia.
Concretamente, con la celebración del
bautismo. Los catecúmenos, en formas
diversas, hacían la profesión de fe al recibir el
bautismo. Estas fórmulas de fe bautismales
tenían una estructura trinitaria, siendo fieles a
las palabras del Resucitado: "Id y haced
discípulos de todos los pueblos, bautizándolos
en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo" (Mt 28,19).
56. El Credo está vinculado al
bautismo
Por ello al bautizando se le hacían tres
preguntas a las que el catecúmeno
contestaba diciendo "credo" y se le
sumergía en el agua, por tres veces. La
triple pregunta/respuesta, se opone a la
triple renuncia que le precede ("renuncio a
Satanás, a su servicio, a sus obras"). La
profesión de fe es, pues, la expresión de
la conversión, del cambio de ser esclavo
del mal a la libertad de hijo de Dios.
57. El Credo está vinculado al
bautismo
La confesión de fe culmina en el martirio,
el testimonio supremo de la fe. El martirio
"es un don concedido a pocos, sin
embargo todos deben estar dispuestos a
confesar a Cristo delante de los hombres
y a seguirle por el camino de la cruz, en
medio de las persecuciones, que nunca
faltan a la Iglesia" (LG n1 42).
58. El Credo está vinculado al
bautismo
El bautismo, al unir al neófito con Cristo,
le vincula igualmente con la comunidad de
creyentes. El Credo, como Símbolo, es el
signo de esta comunión.
59. 6. Proceso de fe
La fe no es nunca una cavilación en la
que el yo llega al convencimiento racional
de una verdad. Es más bien el resultado
de un diálogo, expresión de la escucha,
de la recepción y de la respuesta a la
palabra oída (Rm 10,17).
60. La fe viene de la escucha
La fe, al contrario de la idea, entra en el
hombre desde fuera; desde fuera me es
anunciada, me interpela, me implica y
exige una respuesta. El Credo era
transmitido al catecúmeno por la
comunidad cristiana. La profesión de fe
nace claramente desde el interior del ser
de la Iglesia. Es la respuesta de la fe a la
predicación aceptada.
61. La fe se predica
Si un hombre llega a la fe mediante la
predicación del Evangelio, esta fe no
puede quedarse encerrada en el corazón
(Jn 12,42ss), sino que se debe manifestar
en una confesión pública ante Dios, ante
la comunidad y ante los hombres (1Tim
6,12-14).
62. La fe se predica
El creyente no puede olvidar la memoria
de Jesús ni callar su fe en Dios. El
recuerdo agradecido en el amor se
manifiesta en testimonio para el mundo,
en esperanza viva de salvación para
todos los hombres. "¡Ay de mí si no
anunciara el Evangelio!" (1Cor 9,16), grita
Pablo.
63. CAPÍTULO II: DIOS NOS SALE AL ENCUENTRO
11.¿Por qué transmitimos la fe?
Transmitimos la fe porque Jesús nos encarga: «Id,
pues, y haced discípulos a todos los pueblos»
(Mt 28,19). [91]
Ningún cristiano auténtico deja la transmisión de la fe
sólo en manos de los especialistas (maestros,
sacerdotes, misioneros). Uno es cristiano para los
demás. Esto quiere decir que todo cristiano auténtico
desea que Dios llegue también a los demás. Se dice:
«¡El Señor me necesita! Estoy bautizado, confirmado y
soy responsable de que las personas de mi entorno
tengan noticia de Dios y 'lleguen al conocimiento de la
verdad'» (1 Tim 2,4b). La Madre Teresa empleaba una
buena comparación: «A menudo puedes ver cables que
cruzan las calles. Antes de que la corriente fluya por
ellos no hay luz. El cable somos tú y yo. ¡La corriente
es Dios! Tenemos el poder de dejar pasar la corriente
a través de nosotros y de este modo generar la luz del
mundo -JESÚS- o de negarnos a ser utilizados y de 63
este modo permitir que se extienda la oscuridad».
123
I (1-165), II (166-278), III (279-468), IV (469-
64. La fe se predica
No basta, pues, creer; es necesario
confesar la fe. No basta la fe interior del
corazón; es necesaria la confesión pública
con la boca. El creyente se hace confesor
de la fe: "¡Creemos, por eso hablamos!"
(2Cor 4,13).
65. La fe se predica
Algunos cristianos intentan hoy día
expresar su fe de manera nueva y en un
lenguaje nuevo; es importante y está
justificado. Sin embargo, no es sencillo
expresar en palabras nuevas el viejo
Credo, sin alterar su sentido. Pero no
basta tampoco conservar simplemente las
palabras, sin tener en cuenta los cambios
que haya podio tener la significación de
determinados conceptos.
66. La fe se predica
Por eso está bien crear fórmulas nuevas,
pero refiriéndose siempre y volviendo al
texto antiguo. De esta manera se expresa
también la conexión con la fe de los
cristianos de todos los siglos. Está bien
claro: los cristianos de hoy no están solos
en su fe: creen en comunión con toda la
Iglesia, y se hayan unidos en la fe con los
cristianos de todos los tiempos.
67. Catequesis sobre el Credo
Hoy, para conservar la fe, es preciso una
fe adulta, "cristianos firmes en lo esencial
y humildemente felices en su fe"[1]. En
nuestro mundo secularizado, pluralista y
técnico el ateísmo es una de los
fenómenos más graves.
[1] Catechesi Tradendae, 61.
68. Catequesis sobre el Credo
El mismo Concilio Vaticano II entiende
que el origen del ateísmo puede darse
también por causa de los mismos
creyentes, por el descuido de la formación
religiosa, por la exposición inadecuada de
la doctrina, o por los defectos de su vida
religiosa, moral y social.
69. Catequesis sobre el Credo
Por ello, conocer la fe que profesamos y
vivir en conformidad con la fe profesada
es la respuesta necesaria para una nueva
evangelización de nuestro mundo. La
catequesis ha sido considerada siempre
por la Iglesia como una de sus tareas más
importantes.
70. Catequesis sobre el Credo
Y hoy, como repite constantemente Juan
Pablo II, es necesaria una "catequesis
permanente" de los adultos, pues han de
"ser reiniciados a una fe adulta quienes,
por diversas circunstancias, fueron
insuficientemente o nunca educados en la
fe"[2].
[2] Catechesi Tradendae, 43-44.
71. I Parte (1-165)
II Parte (166-278)
III Parte (279-468)
IV Parte (469-527)
72. I (1-165), II (166-278), III (279-468), IV (469-
1
527)
Lo que creemos
1
165
Por qué podemos creer [1-2]
El hombre es «capaz» de Dios [3-6]
Dios nos sale al encuentro [7-19]
Los hombres responden a Dios [20-24]
La profesión de fe cristiana [25-29]
Creo en Dios Padre [30-70]
Creo en Jesucristo [71-112]
72
Creo en el Espíritu Santo … [113-165]