Tema 2. españa en europa y en el mundo. andalucia en europa notas de apoyo - GEOGRAFIA 2º BACHILLERATO
1. TEMA 2.
“España en Europa y en el
Mundo”
1. ESPAÑA EN LA UNIÓN EUROPEA
1.1. La UE (La Unión Europea).
1.1.1 La construcción de la Unión Europea.
La actual Unión Europea es el resultado de un largo proceso de integración
supranacional que se ha ido profundizando y ampliando
o 1951: Tratado de París se crea la CECA. Bélgica, Luxemburgo,
Países Bajos, Francia, República Federal de Alemania e Italia
o 1957: Tratado de Roma los estados de la CECA acuerdan crear la
CEE y el EURATOM.
o 1973: Se adhieren Dinamarca, Irlanda y Gran Bretaña.
o 1981: Grecia entra en la CEE.
o 1986: La CEE se amplía con Portugal y España.
o 1987: La CEE cambia su nombre por CE (Acta Única Europea).
o 1993: Se cambia el nombre de CE por UE (Tratado de
Maastricht).
o 1995: Se amplía la UE: Austria, Suecia y Finlandia.
o 2004: La Europa de los 25: además de los 15 Estados
mencionados, se incorporan: Estonia, Letonia, Lituania,
Polonia, Rep. Checa (Chequia), Eslovaquia, Hungría,
Eslovenia, Malta y Chipre.
La Unión Europea supera los 455 millones de habitantes, mayor área
demográfica tras China y la India.
1.1.2. Las instituciones de la UE.
Las principales instituciones europeas son:
El Consejo de Ministros.
El Consejo Europeo.
La Comisión Europea.
El Parlamento Europeo
El Tribunal de Justicia
El Tribunal de Cuentas
Otras instituciones de carácter consultivo:
El Comité Económico y Social.
El Comité de las Regiones.
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2. Instituciones monetarias y Financieras:
El Sistema Europeo de Bancos Centrales
El Banco Europeo de Inversiones
1.1.3. Los Tratados europeos
El Benelux,
El Tratado de París de 1951
El Tratado de Roma de 1957
El Acta Única Europea de 1987
El Tratado de Maastricht de 1992
La Agenda 2000 de 1997
El Tratado de Ámsterdam de 1997
El Tratado de Niza de 2001
1.2. La integración de España en Europa
El Estado español se integra como miembro de pleno derecho en los órganos de
la CEE el 1 de enero de 1986. Hasta ese momento había vivido aislado por la
naturaleza fascista del Régimen franquista, surgido en 1936 con el apoyo de la
Alemania nazi y la Italia fascista, luego derrotadas en la II Guerra Mundial. Esta
condición originaria lo hacia inaceptable como socio de pleno derecho para los
demás países de la Europa occidental, La Dictadura franquista se quedó pues
sin participación directa en el proceso de construcción europea. Así, aunque ya
en 1962 el Régimen presento su solicitud de adhesión esta era una pretensión
inviable.
La integración suponía acabar con el aislamiento, responsable, para algunos, del
atraso y la marginación. Sin embargo, España ha estado siempre presente,
directa o indirectamente, en los conflictos europeos, influida por ellos e inserta
en su devenir. A esta realidad responde la idea de la vocación europeísta de
España, asociada a las aspiraciones de salir del retraso histórico acumulado.
Con la Transición y la llegada de la democracia actual tras las elecciones
generales de 1977 las negociaciones toman un impulso radical y comienzan las
negociaciones.
El Acta de Adhesión se firma por el ministro de Asuntos Exteriores,
Fernando Morán y por el rey Juan Carlos I y el presidente de Gobierno, Felipe
González el 12 de junio de 1985. El 1 de enero del 86 se produce el ingreso
formal.
Ceuta y Melilla se integraban aunque mantenían exenciones de
impuestos y aranceles anteriores. Las islas Canarias también quedaban
excluidas del arancel común, la PAC y de la obligatoriedad del IVA.
La opinión hoy mayoritaria –aunque no unánime- es que el balance de la
integración en Europa se puede considerar positivo, aunque se ha tenido que
sufrir grandes sacrificios, pago inmediato del IVA, restricciones en temas
pesqueros y agrícolas, reconversiones industriales, etc.
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3. España ratificó la aprobación del Acta Única Europea en las Cortes, un
avance en el objetivo de crear un mercado único europeo para 1993.
También participó en la Cumbre de Maastricht, a favor de una completa
integración económica, con la firma del Tratado de la Unión Europea (1992).
Desde 1999, para incorporarse a la Unión Económica y Monetaria, España
decidió armonizar su política financiera, monetaria y fiscal,
ajustándose a los Planes de Convergencia.
Con esto se entra en la Europa del euro, la nueva moneda europea (aunque
no todos los estados miembros de la UE tienen el euro como moneda).
Los efectos del euro para la economía española son entre otros:
Estabilidad económica
Fomento y mayor facilidad de los intercambios comerciales en el interior
de la eurozona
Moneda fuerte
Mayor transparencia en los mercados.
Imposibilidad de recurrir a la devaluación monetaria como recurso para
compensar los diferenciales de competitividad
Limitaciones a la hora de establecer prioridades y políticas
presupuestarias y fiscales
Desde la entrada en Europa, España forma parte de las políticas comunes
que se desarrollan para crear el mercado único y la integración total.
* España forma parte de la Europa Verde, mediante la Política
Agraria Común (PAC), cuya misión oficial es dar de comer a los
europeos y asegurar a los agricultores y ganaderos un nivel de vida
que no desmerezca respecto de otros sectores;
* de la Europa Azul o de la pesca. España es una potencia
pesquera, Europa incrementa sus capturas un 30% y aumenta sus
números de barcos, además de ser España un mercado apetecible.
* También entramos en la política común del comercio y de
los transportes, para lo que hubo que adaptar su legislación a
los acuerdos y normas de la PCC.
* Por otro lado la política de transportes ha hecho que se prime
la red de carreteras, los puertos marítimos y los aeropuertos.
Es patente que vivimos en una doble dimensión: la interna como ciudadanos del
Estado español, con su ritmo y problemas peculiares, y la comunitaria, de
ámbito más extenso, que nos relaciona directamente con los países de nuestro
entorno europeo en un contexto compartido de problemas y respuestas.
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4. 2. ESPAÑA EN UN MUNDO GLOBALIZADO
Las condicionantes geográficos y su historia política, han influido en hacer de
España un Estado relativamente aislado, lejos de los flujos económicos,
científicos, culturales,… Durante buena parte del siglo XX la existencia de un
Régimen fascista como el franquismo ha acentuado esa condición y limitado su
proyección exterior.
La situación actual ha cambiado. Con la transición democrática, se inicia un
proceso de apertura al exterior que ha modernizado el país, situándolo entre los
más avanzados. En este proceso han intervenido dos circunstancias:
El deseo de España de abrirse al exterior e intensificar las relaciones con
otros países
El auge del proceso de globalización económica.
Entendemos por globalización la creciente integración a
nivel mundial de los mercados, de los sistemas políticos,
tecnológicos, productivos y el protagonismo de las
empresas multinacionales… así como la interrelación de
los modos de vida, de las culturas, ideologías, etc. que se
corresponden con la etapa actual del sistema económico-
social capitalista (o de libre mercado)
De este modo España participa en organizaciones internacionales y está inmersa
en una globalización económica.
España está presente en las principales organizaciones internacionales.
Esta presencia supone un compromiso de aceptación y cumplimiento de las
normas y objetivos que se derivan de tales organizaciones.
España está presente en organizaciones
* de tipo económico, como la FAO (Organización para la Agricultura y la
Alimentación), el FMI (Fondo Monetario Internacional), la OCDE
(Organización de Cooperación y Desarrollo Económico) y asiste como
Estado invitado en el G-20 (agrupamiento de las veinte principales
economías del mundo).
* en organizaciones de contenido social, la OIT (Organización
Internacional del Trabajo), la OMS (Organización Mundial de la Salud);
* de tipo cultural, como la UNESCO;
* militares, como la OTAN,
* y políticas, como la ONU y la UE.
Es especialmente importante su incorporación a la Unión Europea en
1986, inicio la modernización del país y de su presencia en el concierto
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5. internacional. Las ayudas recibidas de la UE han facilitado la mejora de las
infraestructuras básicas, el entorno productivo y el capital humano.
El Estado español participa en el bloque de potencias militares
occidentales, que se plasmó con su ingreso en la OTAN y hoy explican la
presencia de contingentes militares por ejemplo en Afganistán.
Los cambios en la proyección exterior se ven reflejados en la incidencia que
tiene el fenómeno de la globalización. Todos los aspectos de la vida pasan a
estar mediatizados por organizaciones transnacionales.
Los indicadores que demuestran la integración de España en el fenómeno de la
globalización se extraen de todos los campos:
La evolución del PIB per capita que ha pasado a nivel estatal de un
75% de la media europea en 1970 a un 87% actualmente. La tasa media
de crecimiento medio anual ha sido muy alta en los últimos años aunque
la actual crisis económica la ha rebajado considerablemente.
La balanza comercial. El comercio exterior tiene ahora mayor
protagonismo en la economía española, sobre todo en bienes de consumo
no alimentarios.
La proyección exterior de España. Se aprecia en las inversiones
directas en otros países que representan el 10% del PIB.
En el plano cultural. Se manifiesta en la ciencia y la tecnología, en
usos y costumbres occidentales. Buen ejemplo es la evolución de la
inversión en I+D, aunque está aún por debajo de la media europea. En el
adelanto tecnológico, España ocupa el decimonoveno lugar en el mundo.
La internacionalización de las empresas. Solamente hay una
empresa (REPSOL-YPF) que está entre las 100 primeras mundiales por
ingresos y cuatro en el de empresas europeas. Es, por tanto, una
economía todavía a remolque de las grandes potencias mundiales.
El proceso de globalización ha implicado en España:
Ayudar a incrementar durante un tiempo su crecimiento económico
Favorecer la competencia entre sectores económicos, beneficiando al
consumidor
Favorecer el intercambio de ideas, de técnicas y conocimientos, lo
que mejorará el panorama de la ciencia y la cultura.
La globalización se ve también como un peligro que puede acabar con las señas
de identidad, aumentar las desigualdades sociales y económicas o mitigar el
poder de decisión.
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6. 3. ANDALUCÍA, REGIÓN EUROPEA.
“Región” es un concepto geográfico que se aplica a un territorio que forma
parte de un espacio más amplio. Se puede referir pues a subcontinentes y
tambien a Estados, países, naciones o nacionalidades o incluso agrupaciones de
comarcas.
Andalucía, institucionalmente hoy es una Comunidad Autónoma del Estado
español que se define estatutariamente como “nacionalidad”1. Andalucía
puede sentirse orgullosa de tener una cultura propia que la identifica y
singulariza universalmente (flamenco…) y un pasado fecundo en su relación con
otros países y con otros pueblos.
Su situación geoestratégica excepcional –combinando una ubicación en la
entrada occidental al Mediterráneo con una fachada atlántica significativa- ha
sido una ventaja para mantenerse abierta al exterior.
Tras su incorporación a la Corona de Castilla, Andalucía aporta durante los
siglos de la Edad Moderna a la fiscalidad de la Corona un porcentaje
sobredimensionado en relación a su población y en comparación con otros
territorios. Por otra parte, la estructura agraria resultante y la configuración
política, social y económica consecuente condicionan sustancialmente su
desarrollo.
Hasta finales de la primera mitad del siglo XIX Andalucía, no obstante, se
encuentra todavía en posiciones destacadas en lo tocante a su aportación al
desarrollo industrial del conjunto territorial de la Monarquía hispánica. A
partir de esta época, sin embargo, esas condiciones heredadas junto a otros
factores, provocaran primero un estancamiento y luego un retroceso que se
consolidara y acentuara a lo largo del siglo XX; sin que todo ello impida que
Andalucía contribuya destacada y significativamente con sus recursos
productivos y humanos de múltiples maneras -cuantitativa y cualitativamente- a
compensar los desequilibrios económicos y comerciales del Estado español en
relación al exterior (exportaciones andaluzas; emigración; remesas de los
emigrantes, etc.).
Aún así, esa aportación no redundará históricamente en beneficio de Andalucía,
construyéndose una situación comparativa de retraso y subdesarrollo,
manifestada en la configuración de su estructura económica y en diversos
indicadores (diferencial de desempleo, estructura económica, niveles de renta,
etc.).
Incluso teniendo en cuenta los cambios ocurridos en los últimos años, la
situación andaluza puede resumirse recordando que si bien la población
andaluza representaba en 2007 el 17,7% del total del Estado español el PIB
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Es conveniente buscar en el diccionario y a partir de ahí comprender los matices de los
siguientes conceptos: Estado, país, nación, nacionalidad, región
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7. andaluz sin embargo sólo representaba en la misma fecha –antes de la actual
depresión económica- el 13,9% del PIB estatal (con un 78,2% del PIB per
capita medio estatal)
En relación a la Unión Europea, Andalucía con sus 87.598 km2 ocupa el
2% de su territorio general. Sus 8.177.800 habitantes suponen el 1,80% del
total de su población. Para apreciar cabalmente la dimensión andaluza y el peso
andaluz conviene tener presente que Andalucía es más extensa que 14
Estados miembros de la UE (Austria, Bélgica, Chequia, Chipre, Dinamarca,
Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Holanda, Irlanda, Letonia, Lituania,
Luxemburgo y Malta) y tiene más población que 13 Estados miembros
(Austria, Bulgaria, Chipre, Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia,
Finlandia, Irlanda, Letonia, Lituania, Luxemburgo y Malta).
El PIB por habitante de Andalucía es el 82% de la media europea, a
pesar del avance de los últimos años; debiéndose además tener en cuenta que
parcialmente el reciente incremento porcentual es consecuencia del ajuste
estadístico producido por la ampliación de la UE hacia el Este europeo. La
situación desfavorable es parecida en el tema del empleo (donde Andalucía se
encuentra a la cabeza de las estadísticas europeas de desempleo) y de la
productividad.
Desde la UE se desarrollan políticas y se aplican fondos que fomentan la
integración de las regiones y pretenden una mayor cohesión económica, social y
territorial. Se debe mejorar la productividad y la competitividad en el sector
económico, el desarrollo de los equipamientos de infraestructuras, el equilibrio
demográfico, el desarrollo de los recursos humanos y el científico y tecnológico.
La integración de Andalucía en la UE ha implicado que –por su condición de
país menos desarrollado, (“región objetivo 1”)- haya recibido ayudas para
facilitar su integración económica en la UE como son los fondos estructurales,
los de cohesión y la PAC, además de programas para el desarrollo local, el medio
ambiente y el desarrollo científico. Así se han podido mejorar las
infraestructuras de transporte (Autovía A92; Ave Madrid-Sevilla) o el
abastecimiento de agua a ciudades como Sevilla, Málaga o Huelva. Con la PAC
la agricultura y la ganadería se han modernizado, alcanzando niveles de renta
parecidos a los de otros sectores. De otro lado la internacionalización económica
consecuencia de la adhesión ha conllevado un incremento de la presencia
exterior en el mercado andaluz y en los sectores productivos andaluces que no
se ha compensado en idéntica proporción desde Andalucía. Además los últimos
cambios en las políticas agrarias de la UE –que atendiendo a otras prioridades e
intereses, reducen presupuestos, protecciones y ayudas y abren paulatinamente
los mercados a producciones extracomunitarias- introducen elementos de
inquietud en relación con las perspectivas andaluzas.
Andalucía, finalmente, ostenta un buen puesto en condiciones
medioambientales con relación a países de su entorno. Tiene excelentes
indicadores en biodiversidad, contaminación atmosférica y conservación de
espacios protegidos. Su situación es más deficitaria en relación al estado de las
aguas, con una sensible polución de sus ríos principales y un retraso en relación
al reciclaje de residuos.
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