2. Σοφός (sabio) es el que conoce un tema o técnica. Estos pensadores se autodenominaron
sophoi. Cobraban por su sabiduría. Entrenaban a los discípulos en la Retórica para poder
persuadir con la palabra.
Los sofistas aparecieron con el establecimiento de la democracia política de Atenas. Defendían
la Erística (discutir por discutir) o arte de vencer en las discusiones refutando las afirmaciones
del adversario.
En la polis griega la ética está subordinada a la política.
Podemos decir que fueron los primeros pensadores que se preocuparon por el estudio de las
costumbres, los problemas culturales , las leyes morales y políticas de la polis.
Todos tienen en común una postura antropocéntrica, relativista y escéptica.
Lo justo o lo injusto, lo verdadero o lo erróneo son aspectos relativos y variables, pues cada
persona tiene la última palabra en lo que se refiere al juicio sobre las cosas y los valores.
No hay una verdad o un valor absolutos. Estos cambian según las épocas y los lugares.
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3. Protágoras: el hombre es la medida de todas las cosas o lo que es lo
mismo todas las cosas son como les parecen a los hombres.
Antifonte: Todas las leyes humanas son meras convenciones.
Calicles y Trasímaco: La ley es del más fuerte; es decir, la autoridad
corresponde al que se sobrepone sobre los demás, no sólo físicamente, sino
con la palabra. El poder de la palabra es más duradero que el de la fuerza
bruta. El hombre es egoísta por naturaleza y la ley que intenta igualar a los
hombre es antinatural.
Gorgias y sus tres sentencias: “Nada existe”. “Si algo existiera no podría ser
conocido por el hombre”. “Si algo existente pudiese ser conocido, sería
imposible expresarlo con el lenguaje a otro hombre”.
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4. Se considera a Sócrates el fundador de la ética. Tuvo constantes encuentros con
los sofistas, pero no se considera uno de ellos. No cobraba por su magisterio. Fue
maestro de Platón y no escribió ningún libro.
Murió condenado a muerte, acusado de corromper a la juventud y de no creer en los
dioses de la ciudad.
Su método de enseñanza era la mayéutica o arte de parir ideas. A base de realizar
preguntas obligaba a sus discípulos a pensar por cuenta propia. Comenzaba
afirmando “sólo sé que no sé nada”.
Tenía como lema la frase del oráculo de Delfos: “Conócete a ti mismo”, por lo que
fijó su importancia en el autoconocimiento.
Rechazó el relativismo y el escepticismo. Pensaba que las personas pueden
encontrar la verdad con ayuda del instrumento de la razón que todos poseemos.
Esta verdad es Universal, válida para todos.
Por ejemplo: con sus preguntas inducía a su interlocutor al encuentro de una
esencia Universal de virtud, que era válida para todas las virtudes. La Universalidad
del concepto de aplica a todos los seres de la misma especie. Además de hacerse
inteligible a todos por el uso de la razón.
Según su opinión nadie hace el mal voluntariamente, por naturaleza todo ser
humano tiende a hacer el bien.
Esta manera de pensar se la considera Intelectualismo Moral. Se trata de
identificar saber y virtud e ignorancia con vicio. Por tanto se impone la enseñanza
de las virtudes para conseguir una sociedad de personas buenas, justas y virtuosas. 4
5. En la gran obra de Platón, los Diálogos, no se encuentra un tratado concreto
sobre la ética. Sin embargo, sus escritos poseen un profundo sentido moral
(mito de la caverna, mito del carro alado).
El ser humano se define a través de su alma, que preexiste al cuerpo y
continúa existiendo una vez que éste desaparece. Al caer del demiurgo son
condenadas a residir en cuerpos materiales.
La metafísica de Platón divide la realidad en dos mundos:
Mundo de las ideas o inteligible: a este mundo pertenece el alma. Auténtico
mundo real, donde se encuentran los seres espirituales perfectos y las ideas
modelos de todo lo material. Las ideas más importantes son: la justicia, la belleza
y el Bien.
Mundo de las cosas o de lo sensible: a este mundo pertenece el cuerpo. Falso y
aparente, mundo de las sombras de los entes materiales corruptos e imperfectos.
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6. Las almas, que sufren y padecen en la cárcel del cuerpo, deben
purificarse para lograr volver a su residencia natural.
Para ello la persona ostenta la razón que le servirá en la paideia (educación).
Como ha olvidado su procedencia , debe recordar las Ideas innatas con ayuda de la
sabiduría.
Esto requiere un gran esfuerzo: físico e intelectual.
La supremacía de las ideas ha dado a conocer la doctrina platónica
como Idealismo.
Platón nos descubre las virtudes cardinales: prudencia, fortaleza,
templanza y justicia.
Como buen griego, su ética está supeditada a la política:
Los gobernantes, en el estado de Platón, serán los sabios. Es decir; aquellos que
utilizan el alma racional y a través de su esfuerzo han llegado a la contemplación del
Bien.
La función de los gobernantes es doble: utilizan el bien para gobernar y la dialéctica
para educar.
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7. Si Platón se ocupa de la trascendencia, Aristóteles lo hará de la
inmanencia (permanencia) de este mundo. Aristóteles es el genio
sistemático y metódico que se adecúa a la realidad. Durante siglos se le
llamó “El filósofo”.
Defiende una ética eudemonista (de la felicidad). Todos los seres
humanos tienden por naturaleza a ser felices. ¿cómo conseguimos la
felicidad?
Partimos del concepto de Hilemorfismo:
No hay dos mundos, sino que los seres están compuestos de una sustancia que tiene
materia y forma.
Nosotros somos una sustancia compuesta de cuerpo (materia) y alma (forma),
donde tan importante es una como otra.
No existen ideas innatas:
Nacemos sin ningún tipo de conocimiento previo.
Todo conocimiento debe partir de los sentidos. De los sentidos al conocimiento
intelectual vamos construyendo (por abstracción) las ideas o conceptos Universlaes.
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8. La felicidad deberá buscarse en el ejercicio de las facultades
propiamente humanas:
Tenemos facultades comunes con otras especies. Pero otras son exclusivas
(entendimiento, razón, voluntad, imaginación, creatividad).
Luego la auténtica felicidad humana ha de proceder del ejercicio correcto
de las facultades que nos definen como seres naturales y racionales.
La persona busca como fin último su propio bien o felicidad en la
realización de sus potencialidades.
Los hábitos o acciones que determinan nuestro carácter van empujando a
nuestra voluntad de una determinada forma.
La virtud será el hábito selectivo que busca el término medio entre dos
extremos (defecto-exceso). Ejemplo: entre la cobardía y la temeridad se
encuentra la valentía.
Es selectivo por que requiere del esfuerzo intelectual (prudencia) para
elegir correctamente el bien.
Se requiere de un esfuerzo moral continuo , pues lo fácil es caer en el vicio.
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9. Estoicismo: Zenón de Cicio, Séneca (4 a.C.- 65 d.C.) o Marco
Aurelio.
Sabio es el que se gobierna por la razón, sin dar lugar a las pasiones.
La razón permite dar el lugar que le corresponde por naturaleza al
hombre en el Cosmos. De aquí derivan las virtudes que nos dan la
felicidad.
Se enseña la autarquía moral; el hombre debe bastarse a sí mismo y ser
impasible ante el destino.
Cínicos: Antístenes (444-365 a. C.), Diógenes de Sínope.
El saber debe servir para rechazar las preocupaciones humanas
(negocios, lujos, honores). Despreciar los bienes materiales.
La virtud consiste en reducir todas las necesidades al mínimo. Se trata
de volver a la Naturaleza.
Hedonismo: Epicuro (341-270 a. C.), Lucrecio.
El placer es el valor supremo: “Procura el máximo placer con el mínimo
de dolor”.
El auténtico placer humano se encuentra en la actividad intelectual, la
amistad y en conocerse a uno mismo. La felicidad se encuentra en la
tranquilidad del espíritu. Que se consigue con la mesura.
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10. Voluntarismo: Agustín de Hipona (354-430), Lutero (1483-
1546)
Se trata de ordenar la conducta de acuerdo con los mandatos y las leyes
divinas.
Tendencia neoplatónica.
La libertad es algo propio de la voluntad y no de la razón. La razón puede
conocer el bien y la voluntad rechazarlo.
Abandonados al libre albedrío, nos alejamos del auténtico camino y
terminamos perdidos en los vicios y errores.
El amor que aspira a lo eterno no puede hallar satisfacción en lo pasajero. El
hombre debe optar entre lo pasajero y lo definitivo.
Solo podemos salir de esta situación con ayuda de Dios, mediante la gracia
espiritual. Para hacer el bien se requieren dos condiciones: un don de Dios,
consistente en la gracia, y el libre arbitrio. La libertad consiste en poder usar
bien el libre albedrío.
Para Lutero nuestros errores, pecados y equivocaciones morales significan
muy poco. Solo cuenta nuestra fe y confianza en la misericordia divina.
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11. Intelectualismo: Tomás de Aquino (1225-1274)
Tendencia aristotélica. Todo ser cumple un fin según su naturaleza.
Las personas son seres dotados de razón y de voluntad libre, son
dueñas de su actividad moral.
El fin propio de los humanos consiste en la búsqueda de la felicidad
eterna.
Esto es así porque existe una Ley Moral Natural, que es Universal,
Inmutable y evidente que nos indica lo bueno y lo malo, lo que se debe
hacer y lo que se debe evitar.
Gracias a la razón y, con ayuda de la fe, adquirimos por experiencia las
exigencias de la L. M. N. Nos indica cómo debemos comportarnos, cuál
es nuestra finalidad natural. La última y suprema se encuentra en la
religión donde está la auténtica felicidad otorgada por Dios.
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12. Mecanicismo racionalista: ausencia de libertad en la naturaleza.
La causa primera (Dios) actúa también por imperativo de ese orden causal.
No hay voluntad libre en el hombre.
La naturaleza está determinada matemática-causalmente.
El bien es lo útil y el mal es su contrario.
Actuar conforme a la razón hace ver lo útil para todos.
La virtud consiste en actuar y vivir conservando el propio ser.
Hay que conocerse a sí mismo.
El ser humano se guía por el impulso de preservar su propio ser, no por una
moral que busque el bien y evite el mal.
El ser de toda cosa es “connatus” impulso de conservación (ley natural).
Ser lo que se es, consiste en conocer la unión que la mente tiene con la
naturaleza y con Dios. El hombre es parte del sistema de la necesidad
(panteísmo; modos y atributos).
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13. Kant rechazó todas las éticas anteriores porque eran heterónomas,
materiales y formulaban imperativos hipotéticos. Estas éticas partían
de un fin último (perfección, dios, placer, felicidad, etc.) del cual
derivaban los contenidos morales.
Kant defendió una ética autónoma y formal basada en imperativos
categóricos. De tipo Deontológico (o del deber formal) y no
Teleológica (o del la finalidad material).
Conceptos:
Heteronimia moral (recibir de otro la ley): aquella persona que se comporta de acuerdo
con unas normas morales que ha recibido de una instancia distinta de sí misma.
Imperativo hipotético: los mandatos son de tipo condicional (ej.: si quieres que te
respeten, respeta tú a los demás)
Autonomía moral (darse a sí mismo la ley): aquella persona que se comporta con unas
normas que se ha dado a sí misma.
Imperativo categórico: se trata de formular una regla moral, donde ésta no se encuentra
condicionada por ninguna otra o por ningún fin. De modo que la acción es un bien en sí
misma y ha de realizarse por sí misma.
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14. Por tanto, el deber moral tiene su origen en nuestra voluntad racional.
Una voluntad es buena cuando intenta cumplir el deber por el puro
respeto al deber (ej.: cuando respeto a los demás sólo por el hecho de que
debo respetar a los demás).
Obrar por deber es obrar por principios racionales, es decir, Universales
(válidos para todas las personas) y Absolutos o formales (que no varían
con las circunstancias). Kant afirma: “obra de tal manera que la máxima de
tu conducta pueda valer siempre como ley universal” y “procede de modo
que trates a la humanidad, tanto en tu persona como en la de los demás,
siempre como un fin en sí mismo y nunca como un medio” (dignidad).
Lo único que posee relevancia moral es la intención de la voluntad, la
intención de cumplir con nuestro deber, los otros motivos no cuentan.
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15. Normas:
Principio del interés: la felicidad consiste en maximizar el placer y
minimizar el dolor.
Principio de la utilidad social: se debe buscar la máxima felicidad para el
mayor número de personas.
Principio de la cualidad y la cantidad: Las acciones que producen mayor
felicidad son las relacionadas con los placeres superiores.
Valores:
Libertad: entendida como conjunto de libertades civiles; de pensamiento y
conciencia, de expresión, de reunión y asociación.
Autonomía del sujeto independiente con capacidad constituyente y
crítica.
Creatividad: concebida como iniciativa personal y proliferación de
alternativas ideológicas vitales.
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16. PRAGMATISMO (W. James, J. Dewey)
o No hay valores, fines y normas morales objetivos. Los seres humanos poseen deseos e
intereses y se trata de satisfacerlos de la mejor manera posible.
o Bueno es lo que en cada caso concreto nos proporciona la solución adecuada de
nuestros problemas, lo que nos ayuda a obtener éxito, y malo, lo que nos impide o
nos dificulta la consecución de esta meta.
o Esta moral es de tipo individualista y relativista.
INTUICIONISMO (Moore, Ross) y EMOTIVISMO (A.J. Ayer,
Perry)
Niegan cualquier valor a los argumentos racionales en el campo de la moral.
Intuicionismo: Las normas morales son evidentes en sí mismas. No necesitan
explicación, se captan de manera inmediata, por simple intuición.
Ej.: todo el mundo comprende que hay que ayudar al prójimo, y esto no es posible
demostrarlo.
Emotivismo: los conceptos y los juicios éticos se limitan a expresar sentimientos o
intereses.
Ej.: Cuando expresamos “ayudar a los amigos es bueno”, es imposible determinar su
verdad o falsedad, dicho juicio se limita a manifestar un sentimiento o un estado
emocional nuestro.
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17. Soren Kierkegaard (1813-1855)
Los auténticos problemas filosóficos son los humanos y éstos son
siempre singulares y concretos.
Se centra en el carácter paradójico y angustioso de la existencia
humana. Cada existencia es única, irrepetible e imposible de
comprender desde las ciencias positivas.
Jean Paul Sartre (1905-1980)
Las tesis del movimiento existencialista coinciden con el pensamiento
de Kant en defender una ética formal y autónoma. Pero contra Kant,
los existencialistas adoptan una posición individualista y
subjetivista.
La libertad es la característica primordial del ser humano. Es lo que le
diferencia del resto de los demás seres.
La existencia precede a la esencia. Cada sujeto es absolutamente
diferente a los demás, por lo que no puede haber valores ni normas
morales universales o válidas para todos.
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18. Hay dos tipos de seres:
Ser-en-sí: ajustados y en perfecta armonía consigo mismos. Son
opacos, cerrados e inconscientes.
Ser-para-sí: Ser humano, ser consciente, abierto y libre. Cada
persona es humanamente diferente a las demás.
La libertad no es una capacidad sino que constituye
nuestra fatalidad: somos libres a la fuerza.
El verdadero sentido moral consiste en obligar al ser humano a
asumir su plena libertad. La libertad es el único valor de la vida
humana.
Cada individuo es el autor de su propio proyecto vital como de
sus normas y de sus valores.
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19. Karl Otto Apel (1922) Jünger Habermas (1929)
Son los máximos exponentes de las éticas dialógicas, de la
comunicación o del discurso.
Siguiendo a Kant son de tipo deontológico, es decir el deber de
cada persona debe ser cumplido con la razón de cada uno.
Como los intereses de cada uno son diferentes en la vida social. Las
normas o mandatos solo pueden surgir del acuerdo al que se haya
llegado, mediante argumento racional, entre todas las partes
interesadas.
Todos estamos dotados de razón, pero cada persona nace en una
cultura, una clase social, etc., posee unos intereses diferentes, lo
cual hace inviable la universalidad.
Sin embargo, la solución a los conflictos se encuentra en el diálogo,
en el campo de la moralidad que exige la autonomía moral donde
se encuentra la racionalidad humana.
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20. ADELA CORTINA (1947)
“Una racionalidad que no se muestra ya en el hecho de que los
hombres se den a sí mismos leyes propias, sino en la disponibilidad
para decidirlas, para justificarlas a través del diálogo”
El hombre moralmente bueno es aquel que se halla dispuesto a
resolver las situaciones de conflicto mediante un discurso
argumentado, mediante un diálogo encaminado a lograr un
consenso.
La justificación de las normas morales proviene, en estas éticas
deontológicas, del consenso cuando éste es producto de un diálogo
racional entre las personas.
No se trata de que este tipo de normas sean adoptadas por el grupo,
sino que sirvan a los que han participado en el diálogo.
Puesto que una norma moral sólo lo es de verdad cuando
“autoobliga”, cuando el que la posee la considera correcta, y no
cuando se le impone desde fuera.
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