Este documento rinde homenaje a los maestros y su verdadera vocación docente. En 3 oraciones resume que los maestros no solo enseñan conocimientos sino que también orientan, apoyan y estimulan a los estudiantes para que descubran nuevas cosas y amplíen su horizonte de vida. Además de transmitir conocimiento, los maestros mueren a su propio "yo" para formar la vocación sacerdotal en los estudiantes y llevar a cabo el proyecto de vida que Dios ha iniciado en ellos. Finalmente, el documento dest
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MAESTRO Y PEDAGOGO: LA VERDADERA VOCACIÓN DOCENTE
1. MAESTRO Y PEDAGOGO: LA VERDADERA VOCACIÓN DOCENTE
Cristian Camilo Cárdenas Aguirre.*
Bakhtin en su noción de heteroglosia considera aquello que cada persona dice refleja
muchas voces diferentes, es por eso que vengo no en mi nombre, sino como voz de
todos a los que ustedes nos comparten a diario sus experiencias y saberes.
He visto oportuno no tener unas palabras con estructura inicial común, como los
conocidos saludos protocolarios a las autoridades, ya que la intención, lejos de ser un
discurso es convertirlo en agasajo y reflexión pues por lo general todo discurso suele
ser de carácter distractor.
Por eso, quiero que hoy sea diferente. Lo que buscan estas palabras, es
homenajearlos a ustedes: maestros, que día a día no sólo enseñan, sino también
orientan, contienen, apoyan, comprenden, estimulan y que a su vez inculcan el deseo
de avanzar, por descubrir nuevas cosas y por ampliar el horizonte de vida de la
persona; es una vida interesante la que se busca formar y con la que se pretende
construir caminos. Es precisa la afirmación de Aristóteles cuando refiere que “Enseñar
no es una función vital, porque no tiene el fin en sí misma; la función vital es aprender”
a la que agregaría aprender haciendo vida
A través de la historia recordamos a grandes maestros como Platón, Pitágoras y Justo
Sierra quienes afirmaron en su época que: “Educar es dar al cuerpo y al alma toda la
belleza y perfección de que son capaces”, “Educar no es dar carrera para vivir, sino
templar el alma para las dificultades de la vida”; y “Educar quiere decir fortificar”.
De esta manera son ustedes los que iluminan el camino del progreso y el desarrollo de
los pueblos y que con su vocación, dedicación, trabajo y persistencia no sólo orientan
la construcción de aprendizajes con la calidad y pertinencia requeridas por los
profesionales del futuro; sino que también imparten la vida en la que confluye una
formación integral en la que se es capaz de transformar la conciencia colectiva de
cualquier sociedad.
Venero sus labores en la construcción de modelos de vida, una misión sublime y
silenciosa que muchas veces no se percibe y quienes además de transmitir
conocimiento mueren al propio “yo” de poder estar en otros lugares y que libremente
desean ser a su vez forjadores de la vocación Sacerdotal; reconozco que esta tarea no
es fácil, pues para ello han de poseer una formación Intelectual profunda y sólida, y
que con su testimonio internalizan los valores cristianos que se necesitan para un
excelente vida social. En efecto, como aduce San Pio de Pietrelcina somos nosotros,
alumnos; piedras preciosas en bruto a quienes ustedes dirigen una ardua y exigente
labor de filigrana a través de las manos formativas del conocimiento y la vida de fe. Y
que tiene como objetivo, llevar a feliz término este loable proyecto de vida que Dios ha
iniciado en sus elegidos.
El Día del Maestro no es de una fecha exacta, sino de un día sin ocaso que su culmen
es un culmen sin medida; Maestro, por lo tanto es sinónimo de Apóstol, porque la
educación es una necesidad pública, una responsabilidad de todos, y que todo
gobierno debe impulsar, rompiendo las fronteras en la estabilidad de una organización
Seminarista. Estudiante de primero de Teología en el Seminario Misionero del Espíritu Santo en
articulación con la Universidad Católica de Oriente en la Ceja Antioquia. Estudiante de
Licenciatura en filosofía y educación Religiosa por la Universidad Católica de Oriente de
Rionegro Antioquia. Correo electrónico: cristiancamilo1303@gmail.com
2. educativa solidificada en una excelente educación. En este sentido, Apóstol es aquel
que después de haberse formado, es enviado a comunicar lo que ha aprendido; es por
tanto el maestro un gran altruista, que a diferencia de otras profesiones no se quedan
para sí con los saberes, sino que también los transmiten basado en una pedagogía de
aquel que fue pedagogo para el aprendizaje del mismo Apóstol; pues de lo contrario
Miguel de Unamuno, filósofo y escritor español hablaría fuertemente hacia ello
diciendo que “es detestable la avaricia espiritual que sabiendo algo, no procuran la
transmisión de esos conocimientos”
Un punto capital en la vida del maestro, es que aparte de la adquisición de
conocimientos, también debe contenerse un gran testimonio, porque para la vida del
educando no basta solo la enseñanza, sino también el modelo de vida que el docente
imparta a los mismos; evocando a Turgot, en sus principios educativos amonesta
descifrando que el elemento fundamental de la pedagogía no es la enseñanza sino el
predicar con el ejemplo. Ya la época del castigo – enseñanza ha quedado en la
retrograda vida del pasado, ahora es la época del maestro como el pedagogo, no en el
sentido peyorativo de esclavitud, sino de guía, acompañante del estudiante, como un
amigo más que lo ayuda a crecer. Como un maestro, que a su vez se convierte en
Apóstol, porque siempre hay algo que el paidós pueda retroalimentarlo.
La época tradicionalista debe y tiene ya que superar las barreras de una línea vertical
de la enseñanza. Ejemplo claro de ello, es la misma vida de Jesús, Maestro de los
Maestros, al que no buscaba llenar de teorías a sus seguidores, sino que desde la
vida, enseñaba la teoría; un maestro con gran pedagogía, que desde sus parábolas,
siempre quiso enseñar y dar a conocer al Padre; que aún después de su muerte y
habiendo enseñado cerca de tres años, hubiese tenido la impresión de haberse
frustrado esta pedagogía por la terquedad y el anquilosamiento del pensamiento de
quienes lo escuchaban. Pero Jesús, no dejándose embargar por la tristeza de ver que
no habían podido comprender el mensaje o que quizá lo habían olvidado debido a la
situación que se encontraban, decidió volver a utilizar su pedagogía, camino de Emaús
haciéndoles remembranza de lo que les había ya enseñado, buscando no ser el que
más lo sabía, sino compartiendo lo sabido por ellos mismos, aunque olvidado,
convirtiéndose a su vez en servidor y no soberano del conocimiento, Aunque por
esencia lo fuera.
Es así como el maestro siente la gran alegría de cumplir este querer que lo invite a
sentirse realizado desde esta vocación de la enseñanza, y no a descubrir como
William Shakespeare la intención del maestro con referencia a los peces del mar, en
que los grandes se comen a los pequeños, sino que los pequeños crezcan con los
grandes. Por tanto, se necesita que el maestro sea visionario del estudiante, que se
convierta en un guía, buscando dirigirse a la verdad del conocimiento. Convirtiéndose
así en su real tarea como educador deseando podar no los árboles, sino regar los
desiertos. (Clive Staples Lewis (1898 - 1963) Escritor Británico).
Maestro, usted es la razón de nuestra realización como personas en el campo
académico, para luego dar razones a un mundo que a diario nos aborda; apuntando a
la integridad de la persona en los ámbitos físicos, psicológicos, sociológicos y
espirituales, haciendo de forma consciente o inconsciente que el estudiante se
transforme en el espejo del maestro.
Muchas Gracias