La naturaleza ha servido como modelo para la arquitectura desde sus inicios. Durante el Renacimiento, el uso del cristal permitió iluminar y hacer más cómodos los espacios oscuros en invierno. En el período Barroco, la ciencia y el desarrollo de jardines europeos fortalecieron la identidad entre arquitectura y naturaleza. Hoy en día, la arquitectura ecológica se basa en la crítica a los sistemas de construcción y consumo actuales, e intenta promover sociedades y
Arquitectura e influencia de la naturaleza a lo largo de la historia
1. NATURALEZA
Desde los inicios y durante la evolución de la arquitectura la naturaleza ha servido
como modelo.
Con el uso del cristal en las ventanas se produjo un cambio enorme en la época del
renacimiento permitiendo q los espacios obscuros en las estaciones frías se iluminen y
sean confortables
La ciencia en el periodo barroco y el desarrollo de los jardines europeos
La arquitectura ha desarrollado mecanismos de imitación de la naturaleza y de sus
organismos vivos eclosionándose a finales del siglo XIX y principios del siglo XX en las
formas organicistas de Antoni Gaudí y Frank Lloyd Wright
El momento clave de la evolución de la arquitectura se produce con la ciencia moderna
y la cultura del barroco desde Copérnico, Galileo, Newton.
El hombre del renacimiento y del barroco se entrego, al disfrute de la naturaleza.
Hacia mediados del siglo XVIII, el empirismo aproxima aún mas la arquitectura a la
naturaleza y los arquitectos se esfuerzan por en imitar la “belleza natural”
Durante el periodo barroco, con la proliferación de villas y jardines en Europa, culmina
el reforzamiento de la identidad entre arquitectura y naturaleza.
2. Sin embargo, en Inglaterra con la revolución industrial siguiendo el criterio de la
burguesía de transformar el entorno para sacarle un provecho rápido y productivo.
Si todos los núcleos urbanos durante siglos ya se habían estructurado y organizado
siguiendo el recorrido de la energía solar con la revolución industrial se fue
dependiendo cada vez mas de las energías fósiles no renovables como el carbón.
A finales del siglo XVIII, se empezaron a trazar en las ciudades europeas las primeras
avenidas y paseos a partir de un acto fundacional.
De esta manera y a lo largo del siglo XIX, los valores que se otorgaban a la ciudad y a la
naturaleza se van transformando radicalmente, a partir de mediados del siglo XIX los
papeles han cambiado diametralmente: la naturaleza es idealizada y sobre la ciudad
industrial, considerada el foco de los males sociales y de las enfermedades, se
proyectan todas las criticas.
Es por estas razones que en el cambio del siglo XIX al XX surgen las teorías de la
ciudad-jardín de Ebenezer Howard; toda una tradición urbanística, critica y alternativa
que aún hoy se manifiesta su parte de razón en la interpretación de las disfunciones de
las grandes metrópolis.
Las propuestas de ciudad jardín de Ebenezer Howard, e incluso, la ciudad verde de Le
Corbusier, parten de la crítica a la ciudad industrial, las visiones más productivas de la
ciudad son las que acaban imponiéndose por enzima de otras visiones que valoran más
la identidad de la propia naturaleza. Le Corbusier había escrito “El hombre lucha
contra la naturaleza para dominarla, para clasificar, para estar a gusto, para
instalarse en un mundo humano que no sea el medio el medio de la naturaleza
antagonista, un mundo nuestro, de orden geométrico.”
3. Las tradiciones naturalistas del siglo XX como critica del urbanismo moderno
En la arquitectura y el urbanismo del siglo XX las aportaciones del pensamiento no han
sido nada desdeñables. Frank Lloyd Wright, Lewis Mumford, Heinrich Tessenow, entre
otros, han defendido la integración de la arquitectura a la naturaleza.
Hasta hoy mismo, a cada crisis del maquinismo le ha sucedido una nueva emergencia
de la sensibilidad organicista.
Sin duda la aportación de mayor peso dentro de dicha tradición ha sido la de Frank
Lloyd Wright , que en sus obras defendió una arquitectura y una ciudad vivientes,
proyectadas desde un funcionalismo orgánico.
La influencia del arte japonés tampoco es lejana en esta convicción de la sintonía entre
la naturaleza y los objetos que el ser humano crea. Y obras como la casa Kaufmann o
de la cascada (1936 - 1937), y el museo Guggenheim en Nueva York (1943 - 1959) son
prueba d ello
4. El urbanismo y la arquitectura moderna han generado casos extremos contra el
funcionamiento de sabio de la naturaleza.
Nada hay más anti ecológico y absurdo que pensar unos núcleos urbanos cerrados y
autosuficientes, sin ningún contacto con los ciclos de la naturaleza. La arquitectura y el
urbanismo ecológicos se situan en la mas compleja participación dentro los ciclos y la
complejidad de la naturaleza
El reto ecológico contemporáneo
Las arquitecturas ecológicas se basan en la critica a los sistemas establecidos de
construcción y consumo de la arquitectura, la ciudad y el territorio e intentan
promover unas sociedades y unas economías que tiendan hacia un desarrollo
sostenible.
Existen diversos patterns que permiten generar arquitecturas integradas al medio
ambiente que parten de la propia tradición arquitectónica: galerías exteriores, patios
interiores, edificios con forma de invernadero, etc.
En definitiva, se abre actualmente en el campo de los proyectos de arquitectura,
urbanismo y territorio una nueva sensibilidad atenta a la deseable sostenibilidad, a
proyectar unos edificios relacionados con el medio y con el entorno inmediato, a
practicar un urbanismo del reciclaje.