1. CORPORACIÓN MUNICIPAL DE DESARROLLO SOCIAL
ESCUELA DESARROLLO ARTÍSTICO
“ARMANDO CARRERA GONZÁLEZ”
ORIENTADORA VICTORIA GUERRA HURTADO
ANTOFAGASTA
PLANIFICACIÓN 1° UNIDAD DE ORIENTACIÓN
5° y 6° AÑOS BÁSICOS
OBJETIVOS DE
APRENDIZAJE
ESTRATEGIAS RECURSOS EVALUACIÓN
Manifestar actitudes de
solidaridad y respeto,
que favorezcan la
convivencia, como:
Prestar ayuda
especialmente a quien lo
necesite.
Inicio: Activación de conocimientos previos.
Los alumnos…
-Escriben el objetivo de la clase.
Motivación: Los alumnos…
Escuchan la “Leyenda del Cucharón” de parte de la
docente.
Desarrollo:
-A partir de lo anterior, responden preguntas en forma
oral:
a) ¿A quién dio agua la niña?
Le dió agua a un perro, a la criada, a su madre y a un forastero.
b) ¿En qué se fue convirtiendo la taza?
En plata, en oro y en diamantes.
c) ¿Cómo era la niña?
Amable y abnegada.
d) ¿Qué nos enseña este texto?
Nos enseña a ser solidarios y generosos.
e) ¿Cómo podemos vivir la solidaridad con los amigos y
compañeros? Podemos ser más solidarios ayudando a la
gente, por pequeña que sea esa ayuda.
- Definen que es solidaridad.
-Cuentan recuerdos de situaciones en las que hayan
“Leyenda del
Cucharón”,
palelografo
Formativa a través de
observación directa.
2. necesitado de la solidaridad de los demás para
resolverlas.
- Dibujan sobre un palelografola que sea para él o ella la
imagen o el símbolo de la solidaridad, además completan
la siguiente frase:
• Soy solidario con mi familia cuando…
• Soy solidario con mis amigos/as cuando…
• Soy solidario con mis vecinos/as cuando…
• Soy solidario con los más desfavorecidos cuando…
Cierre: Se organizan para realizar una campaña de
acción social para un compañero necesitado o una
institución de beneficencia (recolectar útiles de aseo,
alimentos no perecibles, juguetes reciclados pero en buen
estado, regalar mis dones como cantar, bailar, teatralizar,
tocar un instrumento a instituciones que se alegrarían con
el arte etc.)
LA LEYENDA DEL CUCHARÓN
Hacía mucho tiempo que no llovía en la comarca. El clima era tan caliente y seco que las flores se
marchitaban, la hierba estaba calcinada y parda, y aun los árboles grandes y fuertes estaban muriendo. El
agua se secaba en los arroyos y ríos, los manantiales estaban secos, las fuentes dejaron de burbujear. Las
vacas, los perros, los caballos, los pájaros y todas las personas estaban sedientos. Todos se sentían
incómodos y enfermos.
3. Había una niña cuya madre enfermó gravemente.
-Oh -dijo la niña-, si tan sólo encontrara agua para mi madre, sin duda ella se repondría. Debo
encontrar agua.
Tomó su taza de hojalata y partió en busca de agua. Al cabo del tiempo encontró una pequeña fuente
en una ladera. Estaba casi seca. El agua goteaba muy despacio desde abajo de la roca. La niña sostuvo la
taza y recogió unas gotas. Aguardó un largo, largo tiempo, hasta que la taza se llenó de agua. Luego bajó
la cuesta de la montaña sosteniendo la taza con mucho cuidado, pues no quería derramar una sola gota.
En el camino se cruzó con un pobre perro que apenas podía caminar. Respiraba entrecortadamente y la
lengua reseca le colgaba de la boca.
-Pobre perrito -dijo la niña-, estás tan sediento. No puedo seguir de largo sin darte unas gotas de agua.
Si te doy sólo un poco, aún habrá suficiente para mi madre.
Así que la niña vertió un poco de agua en la mano y le ofreció al perro. Él lamió rápidamente y se sintió
mucho mejor, de modo que se puso a menear la cola y ladrar, como si le diera las gracias. Y la niña no lo
notó, pero su cucharón de hojalata se había convertido en un cucharón de plata y estaba tan lleno de agua
como antes.
Se acordó de su madre y echó a andar a toda prisa. Cuando llegó a casa casi anochecía. La niña abrió la
puerta y subió rápidamente a la habitación de su madre. Cuando entró en la habitación, la vieja criada que
ayudaba a la niña y su madre, y que había trabajado todo el día para cuidar de esa mujer enferma, se
acercó a la puerta. Estaba tan fatigada y sedienta que apenas podía hablar.
-Dale un sorbo de agua -dijo la madre-. Ha trabajado con ahínco todo el día y la necesita mucho más
que yo.
Así que la niña le acercó la taza a los labios y la vieja criada bebió un sorbo de agua. De inmediato se
sintió mucho mejor y se acercó a la madre y la alzó. La niña no notó que la taza se había convertido en
una taza de oro y estaba tan llena de agua como antes.
4. Luego acercó la taza a los labios de la madre, que bebió y bebió. ¡Oh, se sentía mucho mejor! Cuando
hubo terminado, aún quedaba un poco de agua en la taza. La niña se la iba a llevar a los labios cuando
oyó un golpe en la puerta. La criada la abrió y se encontró con un desconocido. Estaba pálido y sucio de
polvo.
-Tengo sed -dijo-. ¿Puedo beber un poco de agua?
La niña dijo:
-Claro que sí, sin duda la necesitas mucho más que yo. Bébela toda.
El desconocido sonrió y tomó el cucharón, que de inmediato se convirtió en un cucharón de diamante.
Lo dio vuelta y toda el agua se cayó al suelo. Y donde caía el agua burbujeó una fuente. El agua fresca
fluía sin cesar, agua de sobra para la gente y los animales de toda la comarca.
Mientras miraban el agua se olvidaron del forastero, pero cuando miraron se había ido. Creyeron verle
desaparecer en el cielo... y allá en el cielo, alto y claro, brillaba el cucharón de diamante. Todavía brilla en
lo alto, y recuerda a la gente la niñita que era amable y abnegada. Se llama el Gran Cucharón.
5. FIN
* En inglés, Big Dipper (Gran Cucharón) es otro modo de denominar la constelación de la Osa Mayor.
Versión de J. Berg Esenwein y Marietta Stockard
Definición: La solidaridad es uno de los valores éticos, se define como la
capacidad del ser humano para sentir empatía por otra persona y ayudarla en los
momentos difíciles, es un sentimiento de unidad en el que se buscan metas e
intereses comunes.
6. Valor Etico de Solidaridad
La solidaridad permite el desarrollo de las familias modernas
o núcleos de población, al generar un sentimiento de superación grupal, por
efecto de este valor ético, las personas luchan por una meta en común,
permitiendo superarse de manera personal así como de manera comunitaria.
En las sociedades modernas, cada persona se desarrolla de manera personal,
pero para sobrevivir en sociedad se necesita de otras personas, y es ahí donde
la solidaridad hace su trabajo, permitiendo que el colectivo una fuerzas en pro de
una bien común.
Material Anexo:
LA SOPA DE PIEDRAS
Hubo una vez, hace muchos años, un país que acababa de pasar una guerra muy dura. Cuando este país acabó la guerra, llegó un soldado agotado, harapiento y
muerto de hambre. Era muy alto y delgado. Hambriento llegó a una casa, pidiendo por un pedazo de pan y le dijeron que “NO”. Prueba fortuna en una y otra casa,
haciendo la misma petición y recibiendo a cambio peor respuesta y peor trato. El soldado casi desfallecido, no se dio por vencido. Cruzó todo el pueblo y llegó al
final, donde estaba el lavadero público. Halló unas cuantas muchachas y les dijo:
7. - “Eh ¡Muchachas! ¿No habéis probado nunca la sopa de piedras que hago?”
Las muchachas se mofaron de él diciendo:
- “¿Una sopa de piedras? No hay duda de que estás loco”
Pero había unos niños que lo escucharon:
- “Soldado, ¿Te podemos ayudar?” Le dijeron.
- “¡Claro que sí! Necesito una olla muy grande, un puñado de piedras, agua y leña para hacer el fuego”.
Rápidamente los chiquillos fueron a buscar lo que el soldado había pedido. Encienden el fuego, ponen la olla, la llenan de agua y echan las piedras. El agua
comenzó a hervir.
- “¿Podemos probar la sopa?” – preguntan impacientes los chiquillos.
- “¡Calma, calma!”
El soldado la probó y dijo:
- “Mm… ¡Qué buena, pero falta un poco de sal!”
- “En mi casa tengo” – dijo un niño. Y salió por ella. La trajo y el soldado la echó en la olla.
Al poco tiempo volvió a probar la sopa y dijo:
- “¡Qué rica! Pero le falta un poco de tomate”
Y otro fue a su casa a buscar unos tomates, y los trajo enseguida.
Así fueron trayendo de todo: papas, lechuga, arroz y hasta un trozo de pollo.
La olla se llenó, el soldado removió una y otra vez la sopa hasta que de nuevo la probó y dijo:
- “Mm… es la mejor sopa de piedra que he hecho en toda mi vida. ¡Avisen a toda la gente del pueblo que venga a comer! ¡Hay para todos! ¡Que traigan platos y
cucharas!”
Repartió la sopa. Hubo para todos los del pueblo que avergonzados reconocieron que, si bien era verdad que no tenían pan, juntos podían tener comida para
todos.
La colaboración es ayudar y servir de manera espontánea a los demás, hasta en los pequeños detalles. La colaboración se debe dar como un modo de actuar
permanente.
FIN