Por interés para la comunidad universitaria, adjuntamos el discurso de la rectora de la Universidad de Málaga y presidenta de la CRUE, Adelaida de la Calle, en la mesa redonda 'Universidad y sociedad', en la que también estuvieron presentes el exdirector general de la Unesco, Federico Mayora Zaragoza; el vicepresidente del Banco Santander, Matías Rodríguez Inciarte; y el expresidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina.
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Adelaida de la calle: Universidad y sociedad
1. UNIVERSIDAD Y SOCIEDAD
INDICE:
La universidad española en la actualidad:
transformación en los últimos treinta años.
El papel económico y social de la universidad en
nuestra sociedad.
Cómo debería ser la Universidad española en el
futuro.
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2. Señoras y señores:
Amigas y amigos:
En primer lugar, quiero agradecerles a todos su presencia
en este acto, que tiene por objeto debatir y realizar
propuestas sobre las relaciones entre la sociedad y la
Universidad.
En segundo término, quiero decirles que me siento muy
orgullosa de compartir esta mesa con personas tan ilustres,
reconocidas por su profesionalidad y su conocimiento y
admiradas por su visión humanista y su capacidad para
generar ideas.
Gracias al moderador de esta mesa: D. Iñaki Gabilondo,
que prestigia con su presencia cualquier debate y es una
referencia en el mundo de la comunicación y la reflexión
política y social. Gracias a D. Joaquín Leguina,
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3. universitario y político de vocación y de convicción. A.
don Federico Mayor Zaragoza, académico, científico,
político, hombre de paz y conocimiento, que ha hecho de
la lucha por la igualdad, la justicia social y el medio
ambiente una seña de identidad. Doctor honoris causa por
la Universidad de Málaga, al que escucho y leo con
admiración, y con el que coincido en lo que denomina
“delito de silencio”.
Es necesario hablar, debatir, y participar de una forma
mucho más activa en todos los problemas que afectan a la
sociedad.
Hoy en esta mesa vamos a intentar redimirnos hablando y
debatiendo sobre el presente, el pasado y el futuro de una
institución académica, casi milenaria, que ha evolucionado
en las formas y en el fondo, pero que sigue manteniendo
su esencia: formar y extender el conocimiento, para hacer
más libres y más independientes a los ciudadanos y
mejorar la sociedad.
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4. Y gracias, también a D. Matías Rodríguez Inciarte,
Vicepresidente tercero del Banco Santander, economista
de prestigio y hombre de empresa, que representa a una
entidad financiera que ha hecho una apuesta valiente y
decidida por las universidades, por los estudiantes y por el
conocimiento, como motor del cambio y del progreso de la
sociedad.
Una entidad financiera que ha construido un portal de la
comunicación: universia, que es una ventana abierta a la
información universitaria y un consorcio que agrupa a
universidades de todo el mundo, pero muy especialmente
del espacio Iberoaméricano del conocimiento.
Es para mí un motivo de satisfacción, departir y compartir
con ustedes este espacio de debate y de reflexión que es
tan necesario para crear opiniones y para analizar, desde
diferentes perspectivas, los problemas y los desafíos a los
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5. que se enfrenta nuestra sociedad, y como una pequeña
parte de ella, nuestra universidad.
Y de eso vamos a hablar, hoy, de desafíos y de ideas, de
cómo afrontar las relaciones entre la Universidad y la
sociedad y de cómo mejorar el papel de ambas en un
mundo en permanente cambio, cada vez más global, más
homogéneo, más funcional, pero también más ajeno, más
distante y más inmune a los problemas particulares y a los
sufrimientos singulares.
Señoras y señores, en la Universidad, como en los viajes y
en la mayoría de las cosas de la vida, siempre nos parece
que lo mejor es lo de antes y lo de después, y lo de ahora,
el presente, lo que estamos viviendo, siempre es lo peor, lo
que más nos duele y lo que más nos hace sufrir.
Yo soy rectora de una Universidad mediana y, como
siempre digo, me siento en la media de todas las
estadísticas y de todos los estudios. No tengo ni la visión
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6. prepotente de quienes están instalados en la atalaya de los
lugares de privilegio, ni en la posición de defensa de
quienes se sitúan en los últimos lugares de los rankings.
Creo que tengo una visión global de las cosas y una
perspectiva muy general de los acontecimientos y, tal vez
por mi carácter, hago siempre un análisis optimista de las
situaciones.
Cuando oigo o leo críticas desmedidas sobre la situación
de la Universidad, siento que hay un gran
desconocimiento de lo que representa la Universidad y de
cuales son sus resultados. Hace unos días leía un artículo
en el diario El MUNDO, en el que se hacía una radiografía
en cifras de la Universidad española.
En cuanto a su dimensión, se decía, en España hay 236
campus pertenecientes a 50 universidades públicas y 29
privadas. Es decir una por cada 582.000 habitantes, frente
a los 94.000 de EEUU y los 253.000 de Reino Unido.
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7. En relación con la docencia. Se estima que un 30% de los
alumnos abandona su carrera antes de acabarla, sin
embargo, casi un 80% se gradúa en la edad típica, la que
corresponde de acuerdo con un aprovechamiento adecuado
de sus estudios.
En el caso de la investigación, España dedica un 1,3% del
PIB a I+D, frente al 2,8% de EEUU; y produce el 3,6% de
los artículos a nivel mundial, pese a representar el 3,2%
del PIB. El 60% de los artículos nacionales se generan en
la Universidad. Casi el 80% de los profesores
universitarios realiza investigación y acredita “sexenios
vivos”.
Y en lo que se refiere a patentes, por ejemplo, España
produce el 1% de las patentes mundiales, principalmente
desde la Universidad, aunque la mayoría de ellas tiene
sólo alcance Nacional.
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8. Estamos haciendo más con menos recursos. Y a pesar de
ello se habla de la ineficiencia y de la escasa productividad
de la Universidad. Se critica a la Universidad por
endogámica y por falta de rendición de cuentas. Y se
desconoce que la carrera universitaria es una carrera de
fondo, en la que es fundamental la acreditación de mérito
y capacidad. La selección del profesorado se hace a través
de concurso oposición. Ha existido una época en la que el
acceso se realizaba a través de una habilitación nacional y
ahora por medio de una acreditación de méritos, también
nacional.
La carrera docente e investigadora, normalmente se inicia
con becas de formación de profesorado o de investigación,
con selecciones de carácter nacional, que atienden
fundamentalmente al expediente académico. Después es
fundamental realizar estancias en el extranjero y la
acreditación de períodos de evaluación de la producción
científica, para obtener el reconocimiento de sexenios,
como mérito para acceder a las plazas de profesorado.
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9. Por lo que respecta a la rendición de cuentas de las
universidades, quiero decirles, que en la Universidad se
realizan auditorías internas, controles de la intervención
general, rendiciones de cuentas ante el Consejo Social, la
Cámara de Cuentas o el Tribunal de Cuentas y ante los
órganos de gobierno con competencias en materia
económica de las respectivas comunidades autónomas.
Por tanto, vamos a dimensionar las críticas a su justa
medida. El sistema es perfeccionables. Sin duda. Es
mejorable. Por supuesto. Hemos de hacer autocrítica.
Desde luego. Pero no traslademos a la sociedad la imagen
de que las universidades son ineficientes e irresponsables,
porque no es cierto y pone en entredicho el valor y el
reconocimiento social hacia una institución que se ha
ganado su prestigio ante la sociedad con esfuerzo, con
dedicación y, sobre todo, con resultados.
Los cuadros directivos de este país se forman en la
Universidad, el desarrollo científico de esta Nación, se
impulsa desde la Universidad, y los profesionales de la
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10. mayor parte de los estamentos, así como el capital humano
de las instituciones más prestigiosas se nutren de
ciudadanos que se han formado en la Universidad
española.
La Universidad española es mejorable. Sin duda, pero
como lo es la clase política, o el sector productivo, o la
sociedad española en su conjunto. Pero estigmatizar la
Universidad porque goza de un cierto nivel de autonomía
o porque se mantiene independiente frente al poder
político es cuanto menos injusto.
El título de esta Mesa redonda se enmarca en las
relaciones “Universidad Sociedad”, y tiene como objetivos
conocer la transformación que ha experimentado en los
últimos treinta años, analizar el papel económico y social
de la universidad en nuestra sociedad y debatir sobre cómo
debería ser la Universidad española del futuro.
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11. Si me lo permiten yo quisiera hacer tres breves reflexiones
sobre estas cuestiones en las que se centra esta jornada.
La transformación de la Universidad española en los
últimos años ha sido enorme. La Ley de Reforma
Universitaria de 1983, ha supuesto la democratización de
la universidad española y la garantía de la igualdad de
oportunidades de todos los ciudadanos para acceder a la
Universidad. Las universidades pasaron de ser organismos
autónomos a ser administraciones independientes. Los
rectores pasaron de ser delegados del Gobierno a
representantes democráticos de la comunidad
universitaria. La Universidad de las elites se convirtió en
la universidad de todos los ciudadanos que pueden acceder
a la formación superior en igualdad de condiciones.
La Universidad se ha convertido en el motor del desarrollo
económico y social de muchas ciudades y provincias. A
pesar de que se critica que hay demasiadas universidades.
Lo cierto es que han supuesto un revulsivo económico y
social para muchas regiones y comunidades. Este año
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12. celebramos en Málaga el cuarenta aniversario de la
creación de su Universidad. Fíjense, la sexta ciudad de
España en número de habitantes, hace cuarenta años,
carecía de Universidad. ¿Cuáles eran las razones?
¿Políticas, sociales, económicas? ¿Con qué criterios se
había definido el mapa universitario de nuestro país?
Hoy la existencia y la actividad que la Universidad de
Málaga genera, en el conjunto de la economía andaluza,
produce un impacto de más de ochocientos millones de
euros en términos de valor añadido bruto (VAB) y de más
de quince mil empleos. Lo que de acuerdo con el informe
de la Universidad de Málaga en cifras supone casi un 15%
del total del sistema andaluz de universidades, un 0,63%
del Valor Añadido Bruto regional y un 0,52% del empleo
total en Andalucía.
La Universidad de Málaga cuenta con más de dos mil
profesores, mil quinientos miembros del personal de
administración y servicios y casi cuarenta mil estudiantes.
Hemos obtenido, junto con la Universidad de Sevilla la
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13. mención de Campus de Excelencia Internacional, un
proyecto de desarrollo estratégico para Andalucía, en el
que estamos vinculados a más de ciento cincuenta
empresas, entre las que se encuentran los dos Parques
Tecnológicos de Andalucía más importantes, facturando
más del 80% de lo que generan todos los parques
andaluces.
Esto es lo que supone tener una Universidad, y los
ciudadanos también tienen que saberlo, porque se llama
progreso, desarrollo y avance económico y social y
oportunidades para el sector productivo y para la sociedad.
Y enlazo con la segunda reflexión que quiero realizarles,
el papel económico y social de la Universidad en nuestra
sociedad.
Las universidades se han convertido en eje vertebrador de
las relaciones económicas y sociales en el motor de su
desarrollo y en agentes del conocimiento imprescindibles
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14. para la preparación de profesionales, la extensión de la
cultura y la transferencia de conocimiento e innovación.
Las Universidades son los departamentos de I+D+i de las
empresas de este país. Ayer leía en el diario Sur de Málaga
que los productores de la Costa Tropical granadina y la
Axarquía malagueña dedicados al cultivo del chirimoyo
están de suerte. Tras más de una década de investigación,
el Instituto Mixto de Hortofruticultura Subtropical y
Mediterránea La Mayora, dependiente del Consejo
Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la
Universidad de Málaga, han conseguido lo que parecía
imposible: crear una nueva variedad de esta fruta, con gran
calidad, que produce en primavera.
La Universidad de Málaga factura trece millones de euros,
en concepto de contratos de investigación, lo que supone
más del 5% de su presupuesto. Y los contratos de
investigación afectan a ámbitos relacionados con las
tecnologías de la comunicación y tecnologías de la
producción, áreas de ciencias de la salud, ciencias
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15. experimentales y ciencias sociales. Es decir a toda la
amplia panoplia de ámbitos del conocimiento que se
imparten en la Universidad.
Y finalizo mi primera intervención señalando que la
Universidad española tiene que cambiar, claro que sí, tiene
que mejorar, tiene que adaptarse a una sociedad
globalizada, en permanente cambio y en la que debe
primar un mayor sentido de responsabilidad social, de la
justicia social, de la preocupación por el medio ambiente y
por el desarrollo sostenible. Y sobre todo, la Universidad
debe ser mucho más eficiente y más productiva. Y si
existen alguna reminiscencia de ensimismamiento o
corporativismo, debe eliminarse para abrirse aún más a la
sociedad.
Estamos “en expectativa de destino”, por denominarlo de
alguna manera. Pendientes de un informe de expertos, que
pretenden anunciar un nuevo cambio. Ya hemos cambiado
mucho. Creo que lo podrán deducir de mi intervención.
Pero yo no creo en los cambios ideológicos de la
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16. Universidad, ni en los planes políticos para la Universidad,
ni en el adoctrinamiento, ni el servilismo. Espero que no
cambiemos para seguir igual y sobre todo que los cambios
no se produzcan para imitar los modelos que producen
admiración en ciertos sectores políticos y económicos y no
sean cambios reales para mejorar.
La Universidad tiene que ser mucho más internacional,
mucho más productiva y sobre todo, más abierta a los
cambios de la sociedad, a las tecnologías de la
información y la comunicación, a los campus de
excelencia, a las alianzas estratégicas con el sector
productivo. Pero para eso también haya que invertir en
educación. Con los recortes y con las restricciones
económicas en la formación superior los cambios serán
solo operaciones de cosmética y no reformas estructurales.
Y finalmente, los grandes cambios necesitan grandes
consensos. Yo espero que la educación en todos sus
niveles y grados y la investigación, en particular, se traten
como cuestiones de Estado, como desafíos de futuro,
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17. como piedras angulares de la construcción del edifico del
progreso de este país. Y deseo que todos sepamos estar a
la altura de las circunstancias.
Muchas gracias.
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