SESION DE PERSONAL SOCIAL. La convivencia en familia 22-04-24 -.doc
Nucleo tematico transicic y democracia
1. 6. La recuperación democrática
1. La oposición democrática a la Dictadura.
Los últimos años de la dictadura estuvieron marcados por la decadencia física de
Franco y por la inestabilidad del régimen, incluso con mayor violencia que en épocas
anteriores. Pero, con el desarrollo económico de los años sesenta, el franquismo había
generado un proceso de cambio social que entraba en contradicción con la esencia de la
dictadura, que fue preparando el terreno hacia la transición democrática.
La tercera etapa de la dictadura (1971-1975) presentó la sucesión de tres gobiernos,
que tuvieron problemas para afrontar los problemas del sistema político dentro de los
cauces del régimen franquista.
El gobierno de 1969-1973 fue el último presidido por Franco, contando con una
participación mayoritaria de ministros ligados al Opus Dei. El nuevo gobierno español
tuvo que afrontar el problema político básico del país: qué cauce legal se podía ofrecer a
los distintos grupos políticos que se manifestaban cada vez con más fuerza. Pero la
oposición al régimen dejó bien claro, en un documento publicado el 25 de Diciembre
de1969, que no pensaba aceptar otro cauce legal que el que ofrecía un sistema de
democracia parlamentaria. Por otra parte, ni Franco ni Carrero Blanco estaban
dispuestos a renunciar a su oposición frontal a la legalización de los partidos políticos.
Así, quedó pendiente de solución el que iba a ser, a partir de este momento, el problema
político crucial de la última etapa del franquismo.
La gran novedad de este período fue el crecimiento rápido de las acciones de los
grupos de la oposición armada. ETA, que cometió su primer asesinato de un policía en
1968, fue objeto de una dura represión a la que respondió con el aumento de sus
acciones terroristas. En 1973, se unieron las acciones terroristas de un nuevo grupo
armado: el FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriótico).
A medida que pasaba el tiempo, la oposición, formada básicamente por el Partido
Comunista en los años sesenta, se iba diversificando. Hacia la derecha aparecían grupos
liberales, algunos de ellos monárquicos, que ya no deseaban pactar con el franquismo.
La proliferación de grupos marxistas revolucionarios creaba, a la izquierda del Partido
Comunista, un ambiente atractivo para muchos jóvenes.
Dentro de los grupos nacionalistas tomaban forma corrientes cada vez más
radicales. Además, la oposición de una parte del clero al sistema franquista iba en
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2. aumento y Franco advertía, con verdadera sorpresa, que un sector del episcopado,
respaldado por el Vaticano, era cada vez más crítico con su régimen.
Ante este acoso creciente de la oposición, Franco y Carrero reaccionaron
acentuando la cerrazón política del régimen y su carácter represivo.
En 1973, Carrero Blanco se sitúa a la cabeza del gobierno, debido al
empeoramiento en la salud del General Franco. Por primera vez Franco abandonó la
jefatura del gobierno. Esta delegación de poder pretendía que perdurase el régimen
franquista después de la muerte de Franco.
La primera actuación de Carrero fue excluir del gobierno a las personalidades que
se habían manifestado partidarias de la transformación del sistema franquista. Pero estas
actuaciones se vieron truncadas por la muerte de Carrero Blanco (Diciembre 1973) en
un atentado reivindicado por ETA.
El último gobierno de Franco abarcó de Enero de 1974 a Noviembre de 1975,
caracterizado por una única preocupación: el mantenimiento del orden público. Se
nombró a Arias Navarro jefe de gobierno. Pero su actuación quedó desbordada por la
acción de una oposición que iba siendo más numerosa y mejor organizada.
Los grupos de la oposición no violenta actuaban cada vez más abiertamente y
resultaba evidente que aumentaba el número de personalidades políticas que retiraban
su apoyo al régimen y se presentaban como oposición. Incluso, existían aún dentro del
régimen franquista, personalidades que se manifestaban claramente a favor de una
transición hacia un sistema político democrático. El auge de la oposición favoreció, a
partir de 1971, la coagulación de los elementos más conservadores del régimen en un
grupo partidario de mantener el sistema a toda costa. Era el llamado “bunker”.
A la vez, los grupos armados de la oposición multiplicaban sus atentados contra las
fuerzas de orden público. Así, Arias Navarro promulgó una Ley Antiterrorista que
preveía la pena de muerte para los participantes en el asesinato de policías. En estos
momentos (1975), surge un nuevo grupo armado, el GRAPO (Grupo de Resistencia
Antifascista Primero de Octubre).
En el verano de 1975, el agravamiento de la enfermedad de Franco provocó que los
grupos más importantes de la oposición estuviesen creando organismos de coordinación
para afrontar la situación política que se produciría al morir Franco. Los más
importantes fueron la Junta Democrática de España, formada por el Partido Comunista
de España (PCE), el Partido del Trabajo de España (PTE), el Partido Socialista Popular
(PSP) y el Sindicato Comisiones Obreras (CC.OO.); y la Plataforma Nacional de
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3. Convergencia Democrática, constituida por el Partido Socialista Obrero Español
(PSOE) y varios partidos democristianos y socialdemócratas con algunos de extrema
izquierda, como la Organización Revolucionaria de Trabajadores (ORT) y el
Movimiento Comunista de España (MCE).
Los tres últimos meses de la vida de Franco acabaron sumiendo al país en un clima
de incertidumbre e inseguridad. La dilatada agonía del dictador se produjo en medio del
fragor causado por la ejecución de opositores, las protestas nacionales e internacionales,
las manifestaciones de la extrema derecha y la descolonización precipitada del Sahara.
Aprovechando la situación, el rey de Marruecos, Hassan II, organizó la Marcha
Verde para ocupar la última colonia española, el Sahara Occidental. La complicada
situación internacional aconsejó al ejército retirarse y ceder el territorio.
En la madrugada del 20 de Noviembre de 1975 fallecía en Madrid Franco, dando
paso a un momento de incertidumbre y esperanzas de cambio.
La oposición armada alcanzó dimensiones desconocidas hasta el momento,
apareciendo grupos de extrema derecha como los Guerrilleros de Cristo Rey y la Triple-
A.
Durante el gobierno de Arias Navarro se limitó considerablemente la acción de la
censura de prensa. Sin embargo, se adoptaron medidas intolerantes como la de ejecutar
al joven anarquista Salvador Puig Antich, acusado de matar a un policía mientras era
detenido.
2. La transición política. La Constitución de 1978 y el desarrollo legislativo, la
formación de un sistema de partidos.
La muerte de Franco marcó el inicio de una nueva etapa: la transición a la
democracia. Los propios franquistas reconocían la necesidad de algún cambio. No
obstante, el pulso entre sectores reformistas y sectores rupturistas originó momentos de
crisis.
Don Juan Carlos fue nombrado rey de España el 22 de Noviembre de 1975. La
nueva monarquía nacía legitimada por el propio franquismo. Los primeros actos del
nuevo rey estuvieron dirigidos a tranquilizar al aparato franquista. En este sentido, hay
que entender la continuidad de Arias Navarro como presidente del gobierno; sin
embargo, obligó a éste a contar en su gobierno con algunas de las figuras más
destacadas del reformismo franquista, como Fraga. Además, inició contactos con la
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democracia.
El presidente Arias Navarro reaccionó de manera autoritaria ante los nuevos
conflictos que surgían, en contra de los requerimientos del rey. Entre ellos destacaron
los hechos de Vitoria, en los que la policía causó cinco muertos cuando disolvía una
asamblea de trabajadores en una iglesia. En estas circunstancias, el rey provocó la
dimisión de Arias Navarro, y logró nombrar presidente del gobierno a Adolfo Suárez.
Los antecedentes políticos de Suárez eran franquistas, sin embargo, inició un proceso de
desmantelamiento de la dictadura. Comenzó a abrirse camino la estrategia de la ruptura
pactada, es decir, una vía que intentaba dar paso a otro sistema, comenzando por el
desmantelamiento de la estructura y legislación heredadas del régimen anterior.
El proceso aperturista culminó cuando las Cortes franquistas dieron su aprobación
al proyecto de Ley para la Reforma Política. A continuación, Suárez provocó un
referéndum para que el pueblo español se pronunciara sobre la Ley de Reforma Política,
se obtuvo una abrumadora mayoría.
Un paso fundamental para el establecimiento de un sistema democrático era la
legalización de los partidos políticos de la oposición, que seguían siendo clandestinos.
En 1976, el PSOE celebró públicamente su XIII Congreso, pese a ser ilegal, pero
recibió apoyo internacional y al final del año fue legalizado. Santiago Carrillo
(secretario general del PCE) volvió del exilio y fue detenido, plantando al gobierno la
cuestión de la legalización, en ese mismo año 1976 (será legalizado en 1977). Ante esa
legalización del PCE, los militares expresaron su descontento, y la situación volvió a
crisparse, aunque Suárez continuó negociando medidas con la oposición.
Una vez garantizada la pluralidad política, los partidos se prepararon para concurrir
a las primeras elecciones democráticas que tenían lugar en el país desde los tiempos de
la República. A ellas concurrieron, además de los partidos legalizados que habían
actuado desde la clandestinidad, otras agrupaciones políticas de reciente aparición.
Suárez creó la Unión de Centro Democrático (UCD), y también surgió la derechista
Alianza Popular (coalición heterogénea de antiguos franquistas y de partidarios de la
reforma).
Estas elecciones se celebraron el 15 de Junio de 1977, y en ellas la UCD obtuvo
una mayoría relativa, seguida muy de cerca por el PSOE, el PCE sufrió un fuerte
descalabro (muy pocos escaños), y Alianza Popular vio penalizado su excesivo apego al
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5. franquismo. En cambio, los grupos nacionalistas catalanes y vascos obtuvieron unos
resultados que pronosticaban su futuro protagonismo.
La etapa comprendida entre 1977 y 1979 es conocida como el período
constituyente, puesto que el gobierno de la UCD y las Cortes surgidas de las elecciones
del 15 de Junio de 1977 se enfrentaron, por un lado, al establecimiento de un nuevo
sistema económico que paliase la crisis, y por otro lado, a la construcción de un nuevo
sistema democrático a través de una Constitución.
A medida que avanzaba la década, se hacían más patentes los problemas
económicos que asolaban al resto del mundo, estando considerada como una crisis de
tan gran envergadura como la Crisis del 29. Las circunstancias propias del modelo
económico franquista favorecieron la expansión de la crisis: la inexistencia de una
política fiscal adecuada, las dificultades derivadas de la inestabilidad política provocada
por la transición democrática.
Dada la situación, todas las fuerzas políticas y sindicales estuvieron de acuerdo en
la necesidad de resolver estos problemas consensuadamente, como una forma de
reforzar el proceso constituyente que se estaba llevando a cabo también de mutuo
acuerdo. Así, el 25 de Octubre de 1977 se firmaron los Pactos de la Moncloa, en los
cuales se establecieron límites a los aumentos salariales y se planteaba un plan de
ocupación.
El primer paso hacia la elaboración de la Constitución fue la creación de una
ponencia para su redacción integrada por diputados de los diferentes partidos. Los
partidos decidieron tomar la vía del consenso, alumbrándose una carta magna con las
siguientes características principales:
• La amplia declaración de derechos y libertades de los españoles, que se inspiró
en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
• La definición del sistema político español como una monarquía parlamentaria,
en la que el rey como jefe del Estado arbitra entre las diferentes instituciones
pero no tiene poder ejecutivo.
• La división de poderes. El legislativo correspondía a las Cortes, integradas por el
Congreso y el Senado, elegidas cada cuatro años por sufragio universal. El
ejecutivo recayó en el gobierno y el poder judicial correspondía a jueces y
magistrados. Este cuadro de instituciones se completó con otras dos: el Tribunal
Constitucional y el Defensor del Pueblo.
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6. • La descentralización del Estado, pues la Constitución contemplaba que las
regiones y nacionalidades pudieran optar por convertirse en comunidades
autónomas.
El nuevo marco legal fundamental fue propuesto a referéndum el 6 de Diciembre de
1978, y fue aprobado mayoritariamente.
Si bien nadie discutía la necesidad de restaurar los gobiernos autonómicos de
Cataluña y País Vasco, e incluso de Galicia, la unanimidad desaparecía a la hora de
determinar los límites geográficos y competenciales que suponía la implantación de un
Estado autonómico. Ante las manifestaciones populares, también en otras regiones, las
fuerzas políticas optaron por generalizar la creación de autonomías, solución que sería
conocida como “café para todos”. Para los sectores del “búnker” franquista era el
camino hacia la inmediata desintegración de la patria.
3. Dificultad en la articulación de una sociedad democrática.
Una vez aprobada la Constitución en 1978, la vida política de nuestro país estuvo
marcada por el funcionamiento democrático, a pesar de algunas dificultades.
Entre 1979 y 1982, España vivió una serie de dificultades en el asentamiento total
de la democracia, sobre todo, referentes a: la escalada terrorista, a las amenazas de los
militares y a las dificultades para atajar la crisis económica. Todo esto fue crispando la
situación política que acabó desgastando el gobierno de la UCD.
El descontento de los militares aumentó a medida que la democracia iba ganando
terreno. Fueron contrarios a la descentralización del Estado.
A finales de 1980, la situación se complicó: Suárez presentó su dimisión, debido al
duro desgaste que supuso el proceso de descentralización autonómica. Pocos días
después, los reyes visitaron Guernica y fueron agraviados por los gritos de Herri
Batasuna.
El día 23 de Febrero de 1981, mientras se desarrollaba el debate de investidura de
Leopoldo Calvo Sotelo, sucesor de Suárez, los militares dieron un golpe de Estado. El
guardia civil Antonio Tejero ocupó el Congreso y en Valencia las tropas salieron a la
calle. La firme actitud del rey, exigiendo el acatamiento del orden constitucional, acabó
provocando la rendición de las tropas sublevadas.
El golpe fracasó y provocó una gran reacción popular y una breve etapa de unidad
de los partidos. Este fracasado golpe de Estado revitalizó la democracia española; sin
embargo, no tardaron en surgir discrepancias.
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7. La gestión de Calvo Sotelo se vio entorpecida por la desintegración de la UCD. Y
tras varios cambios de gobierno, Calvo Sotelo disolvió las Cortes en 1982 y convocó
elecciones legislativas anticipadas para Octubre de ese mismo año, que dieron la
victoria por mayoría absoluta a los socialistas.
Las elecciones de 1982 supusieron un importante cambio político: llegó al poder un
grupo político que no tenía relación con el franquismo, obtuvo mayoría absoluta en
repetidas convocatorias electorales.
Los socialistas iniciaron una decidida política económica que tenía como objetivo
superar los efectos de la crisis y modernizar la economía del país. Realizaron la reforma
fiscal que supuso, por primera vez, gravar las rentas. Parte de los nuevos ingresos se
destinaron a gastos sociales. En política exterior, tras el referéndum sobre la OTAN,
España se incorporó; así como en 1985, entró a formar parte de la CEE.
La gestión socialista alcanzó su plenitud con los Juegos Olímpicos de Barcelona y
la Exposición Universal de Sevilla en 1992.
Sin embargo, estos éxitos no pudieron ocultar la crisis: la nueva recesión
económica, los escándalos de corrupción, los GAL, acabaron con su hegemonía en
1996.
4. Retos y problemas del presente.
La llegada de los socialistas al poder permitió emprender una serie de reformas
económicas y políticas que tuvieron como principales objetivos la salida de la crisis
económica, la incorporación al contexto europeo y la consolidación definitiva de la
democracia.
El triunfo electoral de los socialistas estuvo también vinculado a factores externos
al propio partido socialista, como la crítica situación que provocó el 23-F y el proceso
de descomposición de la UCD. Además, no hubo en la década de los ochenta una
oposición efectiva: la UCD se desintegró y el CDS alcanzó poca implantación, el PCE
vio cómo los acontecimientos internacionales desgastaban sus planteamientos políticos.
La actuación de los socialistas en materia económica se centró en:
• La reconversión industrial: dirigida a empresas deficitarias, jubilándose
anticipadamente a trabajadores.
• La reforma fiscal: supuso un profundo cambio en la fiscalidad del país.
• La política de empleo: intentó combatir las elevadas tasas de desempleo que eran
las más altas de Europa.
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8. • En cuanto a la política interior, se centraron en temas como:
• El intento de la creación del Estado de Bienestar: se centró principalmente en la
ampliación de la cobertura sanitaria a todos los ciudadanos, en la percepción de
las pensiones que elevó su cuantía para reducir desigualdades sociales, en lo que
respecta a la educación se mejoraron las titulaciones universitarias y la
enseñanza pública, privada y concertada. Otro capítulo que absorbió gran parte
de los recursos durante los mandatos socialistas fue el de las obras públicas.
• El Estado autonómico: centrándose en la LOAPA, la Ley Orgánica para la
Armonización del Proceso Autonómico, considerada por los catalanistas y los
vascos como un intento de vaciar los contenidos de sus estatutos de autonomía.
• La política antiterrorista: no logró acabar con la actividad criminal de ETA, que
redujo sus atentados pero los hizo más mortíferos. Francia comenzó a colaborar
con las autoridades españolas impidiendo que los terroristas se acogieran al
tratamiento de refugiados políticos. Se firmaron los Pactos de Ajuria Enea, para
aislar a los violentos en las formaciones de gobierno.
Entran en escena los GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación), actuando entre
1983 y 1987, que asesinaron a personas vinculadas con ETA.
Será en las relaciones internacionales donde los socialistas tengan éxitos más
sonados: la entrada en la CEE y la integración en la OTAN.
El 1 de Enero de 1986 entramos a formar parte de la CEE junto con Portugal, pese a
las protestas iniciales de los franceses, que veían en la agricultura española una fuerte
competencia para su producción. Ya en 1986 se firmó el Acta Única, que recogía los
objetivos de crear un mercado intraeuropeo sin fronteras, otorgar más poderes al
Parlamento europeo, unificar las políticas de defensa y dotar de más recursos a las zonas
deprimidas.
En 1992 se aprobó en Maastricht el Tratado de la Unión Europea (UE), que
significó un paso más hacia la unión política (derechos de ciudadanía europea, libre
circulación y libertad de residencia, se creó el ecu, luego llamado euro).
La integración en la OTAN fue rechazada por el PCE y el PSOE en Marzo de 1982,
aunque las Cortes la aprobaron. Sin embargo, tras su llegada al poder, el PSOE mantuvo
una postura ambigua y finalmente apoyó la integración.
La gestión socialista alcanzó su plenitud con las celebraciones de 1992, en las que
la nueva España democrática logró un amplio reconocimiento internacional. Pero, tras
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9. una década de éxitos y clara hegemonía, el socialismo español sufrió una grave crisis
que permitió al Partido Popular hacerse con el poder.
A finales de 1991 se empezaron a notar los primeros síntomas de recesión
económica: aumento del paro, las repetidas devaluaciones de la peseta, el aumento del
gasto público. Al mismo tiempo, ya desde 1990 aparecieron los primeros escándalos de
corrupción, protagonizados por familiares de miembros del gobierno y por miembros
del propio gobierno; así, a partir de 1993, se descubrieron nuevas tramas de corrupción
de mayor impacto social y económico, que terminaron de desestabilizar profundamente
el país.
Uno de los factores que había mantenido durante tanto tiempo al PSOE en el
gobierno había sido la inexistencia de una oposición cohesionada. La recomposición de
ésta en los años ochenta preparó virulentas campañas parlamentarias y de los medios de
comunicación contra el gobierno socialista, a partir de 1993. Por un lado, Alianza
Popular (elementos residuales del franquismo y sectores demócrata-cristianos y
liberales de la extinguida UCD), que sustituyó su nombre por el de Partido Popular en
1989, siendo nombrado José María Aznar nuevo líder en 1990; y, por otro lado, la
recomposición de la izquierda con la coalición electoral Izquierda Unida (1986).
Los medios de comunicación, en clara sintonía con la oposición, llevaron a cabo
una amplia difusión de los escándalos de corrupción del gobierno socialista, lo que
terminaría por expulsar a los socialistas del gobierno español en las elecciones de 1996.
Antes de la victoria Popular en 1996, se presenció el declive del PSOE, que ya en
1993 tuvo que pactar con el PNV y el CIU para continuar en el gobierno. También a
nivel autonómico y europeo perdió votos: en 1994, el PSOE fue superado por el PP en
las elecciones europeas, y en las autonómicas de 1995, el PSOE sólo conservó su
hegemonía en Castilla La Mancha, Andalucía y Extremadura, ocurriendo algo similar en
las municipales de ese mismo año.
Así, el 3 de Marzo de 1996, el Partido Popular superó al PSOE, pero necesitó el
apoyo del PNV y de CIU para lograr su investidura presidencial. Su política se centró
principalmente en el cumplimiento de las condiciones del Tratado de Maatricht. Así,
desde 1996, se inició una cierta recuperación económica, una reducción del paro y la
inflación.
En 2000, el PP obtuvo la mayoría absoluta en las elecciones. El gobierno del PP
controló el déficit público y la inflación, lo que permitió a España sumarse a los países
de la Unión Europea que adoptaron el euro en 2002.
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