2. Abordaremos estos temas:
Subió a los cielos
Y está sentado a la derecha del Padre
Y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y
muertos
Y su reino no tendrá fin
3. Subió a los cielos
Con la Ascensión al cielo
Jesús termina su itinerario
terreno para iniciar su
condición gloriosa a la
derecha del Padre.
“Recibiréis la fuerza del
Espíritu Santo que va a venir
sobre vosotros y seréis mis
testigos en Jerusalén, en
toda Judea y Samaría y hasta
el confín de la tierra.
Dicho esto, a la vista de
ellos, fue levantado al cielo,
hasta que una nube se lo
quitó de la vista”
(Hch 1, 8-9).
4. Luz inaccesible
Lucas presenta a Jesús
siendo elevado hacia
las alturas, lugar
donde, según la
concepción judía,
habita Dios.
El cielo del que nos
habla el evangelista es
el ámbito de Dios, la
“luz inaccesible” en la
que Dios habita, fuera
de toda realidad
creada, como dice San
Pablo en su carta a
Timoteo (1 Tim 6, 16).
Desde este momento,
Jesús resucitado y
elevado junto al Padre
es el vínculo
indisoluble de unión
entre los hombres y
Dios, la cabeza de la
nueva humanidad
redimida.
5. Y está sentado a la derecha del Padre
Sentarse a la derecha del
Padre significa que a Jesús
se le devuelve la gloria y
el honor que como Dios le
pertenece y que estaba
velada a los ojos de los
hombres durante su vida
en la tierra.
Que Jesús esté ahora a la
derecha del Padre
significa que es el Hijo, es
decir, Dios, de la misma
naturaleza que el Padre
todopoderoso.
Con la Ascensión del
Señor y su vuelta al Padre
comienza el tiempo de la
Iglesia.
6. La presencia del Señor
Jesús se va, pero, al mismo
tiempo, continúa entre los
hombres con una nueva
presencia, como lo había dicho
él mismo: “me voy y vuelvo a
vuestro lado” (Jn 14, 28).
El Señor continúa su presencia
en el corazón de cada creyente y
en medio de la comunidad
eclesial: “donde dos o tres están
reunidos en mi nombre, allí
estoy yo en medio de ellos” (Mt
18, 20).
La presencia del Señor en su
Iglesia llega a su culmen en el
sacramento de la Eucaristía.
7. Y de nuevo vendrá con gloria para
juzgar a vivos y muertos
Jesús anunció en repetidas
ocasiones durante su
predicación en la tierra el Juicio
del último día.
Entonces se pondrá a la luz la
conducta de cada uno y será
reprobada la incredulidad de
quienes han rechazado la gracia
y el perdón ofrecidos por Dios.
“En verdad os digo: lo que no
hicisteis con uno de estos, los
más pequeños, tampoco lo
hicisteis conmigo. Y estos irán
al castigo eterno y los justos a
la vida eterna” (Mt 25, 45-46).
8. A la derecha del Padre
El Señor ahora está “sentado a la
derecha del Padre”, esperando que se
revele la victoria definitiva del juicio de
Dios, cuya gloriosa manifestación
pondrá fin a la historia de la humanidad.
9. Y su reino no tendrá fin
El Reino de Cristo, presente ya en
su Iglesia, no está todavía acabado
con la última venida de Cristo Rey a
la tierra.
Este Reino es aún objeto de los ataques
de los poderes del mal.
Los cristianos piden, sobre todo en la
Eucaristía, que se apresure el retorno
de Cristo cuando suplican, con las
palabras con las que termina la Biblia,
“ven, Señor Jesús” (Ap 22,20).
10. Resucitar en Cristo
“Ignoramos el tiempo en
que se hará la
consumación de la tierra
y de la humanidad.
•Tampoco conocemos de qué
manera se transformará el
universo.
La figura de este mundo,
afeada por el pecado,
pasa, pero Dios nos
enseña que nos prepara
una nueva morada y una
nueva tierra donde
habita la justicia, y cuya
bienaventuranza es
capaz de saciar y rebasar
todos los anhelos de paz
que surgen en el corazón
humano.
Entonces, vencida la
muerte, los hijos de
Dios resucitarán en
Cristo, y lo que fue
sembrado bajo el signo
de la debilidad y de la
corrupción, se revestirá
de incorruptibilidad”
(GS 39).
11. ORACIÓN
• Concédenos, Dios
todopoderoso, exultar
de gozo y darte gracias
porque la Ascensión
de Jesucristo, tu Hijo,
es ya nuestra victoria,
y donde nos ha
precedido él, que es
nuestra cabeza,
esperamos llegar
también nosotros
como miembros de su
cuerpo. Por N.S.J.
Amén.