1. La ley del Talión:
Ojo por ojo, vida por vida.
Por: Joaquín Cid
2. No debemos permitir la implantación de la
pena capital en nuestro país.
…Sabes por qué?
“Dado que la vida es el bien de más alta
jerarquía, si al Estado se le autorizara a
castigar privando de ella, todo le estaría
autorizado”.
Luis de la Barreda Solórzano
4. Contradicción de principios
El Código Penal Federal dispone que:
“Quien priva de la vida a otro comete el delito de
homicidio”
El Estado ordena a sus ciudadanos no privar de
la vida a otro y entonces ¿por qué el Estado sí
puede privar de la vida a sus ciudadanos
cuando cometen un delito?
5. Es claro que la vida de cualquier ciudadano
tiene que ser protegida y el Estado incurriría en
una contradicción de principios si por una parte
establece como delito el hecho de privar de la
vida a otro y, por la otra, él mismo priva de la
vida al ciudadano que cometió un delito aunque
haya sido de los más graves.
6. Tormento psicológico
Cuando el juez condena al procesado a la pena
de muerte necesariamente determina el día, la
hora y la forma de ejecución.
Por tal motivo, el condenado desde el día de la
sentencia, vivirá con la certeza del día de su
muerte y, consecuentemente, sufrirá tormento
psicológico al saber que no puede hacer nada
que lo salve.
7. ¡Qué cara es la vida!
Se piensa que la pena de muerte sólo cuesta el
valor de los cartuchos disparados para fusilar o el
costo de la sustancia letal inyectada o del voltaje
empleado para hacer funcionar la silla eléctrica.
8. En un estudio realizado por Amnistía
Internacional (2007), se obtuvo que el costo
actual de una ejecución es sustancialmente más
alto que el costo de mantener en prisión de por
vida a una persona.
9. Error Judicial:
¡Juro que soy inocente!
Aunque carente de maldad y no siempre con la
intención de perjudicar a un individuo
específico, esta pena es aplicada por hombres, y
como tales, sujetos a errores.
10. Estoy de acuerdo en que equivocarse es de
humanos, pero una equivocación de este tipo
sería terrible, imperdonable e irrevocable.
11. ¿En realidad funciona?
La pena capital es incapaz de eliminar el crimen;
más bien, lo único que hace es eliminar
delincuentes.
12. La pena de muerte no intimida a los delincuentes
potenciales, ni logra reducir la criminalidad.
Aquella persona que decide realizar delitos como
el secuestro o el narcotráfico, están plenamente
conscientes de la alta probabilidad que existe de
que su vida sea efímera, a costa de vivirla con
cierta “calidad”.
13. Hoy en día, la pena de muerte se practica
clandestinamente, se esconde de nuestras
miradas. Si fuese tan ejemplar y tan buena…
¿Por qué no se invita a todo el pueblo a
presenciar la ejecución en la silla eléctrica, en la
guillotina o en el fusilamiento?