Este documento analiza la aplicación del psicoanálisis a la literatura, tomando como ejemplo la obra poética de Alejandra Pizarnik. Explica que el psicoanálisis ofrece una nueva perspectiva para comprender la literatura, al considerar que en los textos se manifiesta el inconsciente tanto del autor como del lector. Asimismo, resume las ideas freudianas sobre la relación entre el inconsciente y la creación artística, y cómo la literatura permitiría la expresión de contenidos reprimidos. Finalmente, revisa las
Psicoanálisis y la poesía de Alejandra Pizarnik: el silencio revelador
1. PSICOANALISIS Y LITERATURA:
ALEJANDRA PIZARNIK Y EL SILENCIO
Rebeca Bordeu
Magíster Literatura
"...cada palabra dice lo que dice
y además más y otra cosa"
(A. Pizarnik, La palabra que sana, 1971)
El desafío de hacer una aproxi- nos permite entenderla más cabal- ra. Freud pensaba que la obra de
mación psicoanalítica a la literatura, mente. arte tenía un origen similar al de los
abre, a mi parecer, una nueva sueños. Existiría una homología
La aproximación psicoanalítica
perspectiva, no sólo para el análisis funcional entre el trabajo del sueño
es una forma de crítica que consi-
crítico de la misma, sino fundamen- y la elaboración de la obra de arte.
dera al texto no como un discurso
talmente para una comprensión Esto habría hecho sugerir a Freud
de un autor sobre el inconsciente, o
más profunda de ella. El entender que la extensión del discurso psi-
del inconsciente sobre el autor, sino
que la literatura es uno de los luga- coanalítico a la interpretación de la
mucho más como un lugar de en-
res en que el inconsciente encuen- obra de arte, no podía considerarse
cuentro donde trabaja el incons-
tra un espacio para manifestarse, una trasposición arbitraria del
ciente, tanto del autor como del
plantea una nueva relación con el método general, sino]una de las
lector. Según Jacques Lacan, el
texto literario, ya que no debemos variaciones posibles de un enfoque
crítico, desde esta perspectiva,
olvidar que el inconsciente que interpretativo único [2].
debe hacer responder al texto a las
aparece, que florece en el texto, no
preguntas que él le formula [1]. El Según Freud, la literatura sería
es sólo el inconsciente del autor,
texto, por lo tanto, debe ser consi- una de las formas elaboradas en
sino también el del lector, que
derado como algo que activa y ac- las que podría filtrarse el incons-
aprovecha ese espacio para filtrar-
tualiza, en el sujeto de la lectura, ciente. La obra literaria sería, de
se, para reconocerse. La literatura
sus propias mociones sepultadas, acuerdo a la óptica freudiana, el
deja de ser entonces mero goce
olvidadas, transformándolo en un producto de una cadena de repre-
estético, entretención, viaje a mun-
sujeto deseante, dando a ese de- sentaciones que tiene su origen en
dos inalcanzables, conocimiento
seo el engaño provisorio de un ob- una realidad psíquica incogniscible
del alma humana, para transfor-
jeto donde fijarse. Esto deja tam- directamente y a la que sólo puede
marse en espacio de autoconoci-
bién claro que la crítica literaria hacerse significar a través de suce-
miento. De acuerdo a este análisis,
psicoanalítica, no es una crítica en sivos desvíos. Así, del inconsciente
el lector entra al texto tratando de
contra de la crítica tradicional, sino surgen pulsiones, que intentan pa-
entender y reducir sus figuras, y al
que es una crítica de otra manera y sar al consciente, siendo controla-
hacerlo, entra en sus contradiccio-
en otro lugar, que no se excluyen, das o reprimidas por éste. Luego
nes, en la dialéctica entre conscien-
sino que se complementan mutua- aparecen en sueños, fantasmas o
te e inconsciente del autor, pero
mente. imágenes, que al ser elaboradas,
fundamentalmente en las propias.
producirían el texto literario. Las
El texto se despliega ante sus ojos, La justificación de aplicar a la li-
grandes obras literarias serían
despertando en él resonancias que teratura un método desarrollado
aquéllas que narran la tragedia del
suenan en su propia alma. El psi- para otros fines, esto es, para, co-
yo, tanto frente a la represión, co-
coanálisis, aplicado a la creación nociendo el alma humana encontrar
mo al deseo, sobre las bases del
literaria, le da a ésta una nueva herramientas para sanarla, viene
propio destronamiento del yo;
dimensión, pues incorpora a su de la tentativa perseguida por el
aquellas que, en las palabras del
estudio, además de su forma y con- psicoanálisis de explicación cabal
propio Freud, son capaces de mos-
tenido manifiesto, el contenido la- del hombre y es en ese sentido,
trar, en el texto mismo, que el "yo
tente, oculto, que rodea al texto que sería perfectamente aplicable
ha dejado de reinar en su propia
como un halo y que, al destacarlo, al arte, y dentro de él, a la literatu-
1
2. casa" [3]. Es esa tensión lo que el sable innatismo de su (de nuestro) tario interno sería el que permitiría
analista pretende desenmascarar. deseo, leer el reverso del discurso al artista regular el flujo de sus pul-
Es algo que está más allá del texto, y así escuchar el inconsciente. siones y evitar el delirio. Condena-
relegándose en este análisis a se- do a salir de sí para evitar la aluci-
La diferencia entre un artista-
gundo plano su parte formal. La nación de una elaboración pura-
creador y una persona común no
pregunta por la especificidad for- mente narcisista de la obra, el es-
sería una diferencia originaria, sino
mal, o por la genialidad del autor, critor se ve obligado a proporcio-
más bien una diferencia en el tra-
queda fuera de un análisis psicoa- narse un punto de referencia exter-
tamiento que cada cual aplica a su
nalítico, que deja estos espacios a no y ese es el lector. Y recién en
material fantasmático. Tanto el ar-
otras aproximaciones críticas. esta segunda etapa, es cuando
tista, como el hombre común, des-
comienza a operar el plano lingüís-
Lo que comparten la literatura y de que abandonan el estado de
tico.
el inconsciente, como lenguaje, es identificación primaria con la ma-
que ambos se sitúan a nivel de la dre, están permanentemente some- Si bien, es la crítica literaria la
modificación de la relación entre tidos a pulsiones que intentan re- que se ha preocupado fundamen-
significante y significado. Tanto la tornarlo a ese estado de gracia o talmente del plano lingüístico, para
literatura, como el inconsciente, de felicidad primitivo. Lo que dichas el análisis de textos, el psicoanáli-
alteran la transparencia de la rela- pulsiones intentan es hacerlo revi- sis también ha hecho un importante
ción. Ambos "quieren decir lo que vir, aunque sea por un instante, la aporte en este campo, nuevamente
no se dice". Sin embargo, tampoco unidad perdida. Existe una situa- a través de Jacques Lacan, esta
debemos olvidar que, si bien es ción traumática, que intenta ser vez en su trabajo sobre "La instan-
cierto ambas comparten una serie superada, por medio de represen- cia de la letra en el inconsciente o
de procedimientos similares (con- taciones que le permitan recrear la razón desde Freud"[6]. En este
densación, desplazamiento, repre- esa síntesis personal, definitiva- trabajo, lo que hace Lacan es criti-
sentaciones indirectas), una para mente perdida. La situación inicial car la fórmula propuesta por Saus-
"expresar, a pesar de estar enmas- es para todos la misma. Sólo que el sure, que señalaba que en el signo
carando "(la intencionalidad litera- artista sería aquel "ser privilegiado", existiría una correspondencia exac-
ria, chistes); la otra, para "enmas- cuya naturaleza especialmente ta entre significante y significado.
carar, a pesar de estar expresando" sensible y receptiva le impide re- Para Saussure, entre ambos habría
(sueños, actos fallidos, lapsus), solver inmediatamente los conflic- una]relación: el signo sería la uni-
existen entre ellas grandes diferen- tos y tensiones nacidas del ejercicio dad de la significación; si un signifi-
cias cualitativas. En los sueños y de esas pulsiones. El ser "normal", cado se asocia a un significante,
otras manifestaciones del incons- por el contrario, por tener una sen- surge el sentido en una unidad de
ciente, la función comunicativa sibilidad menos viva, bloquea más lenguaje. En la concepción lacania-
queda anulada no sólo para el fácilmente el despliegue fantasmá- na, entre significante y significado
oyente, sino incluso para el hablan- tico, siéndole más fácil su proceso no hay una asociación, como pien-
te. En la literatura, en cambio, los de "normalización" [5]. Este "privi- sa Saussure, sino una resistencia.
contenidos reprimidos tienen un legio" sería lo que permite la pro- Las críticas fundamentales que
acceso social, comunicativo [4]. Sin ducción de obras de arte. Privilegio, hace Lacan a Saussure son que,
embargo, a mi modo de ver, esto sin embargo, muchas veces más por una parte, resulta inaceptable
también presenta fisuras, pues mu- para los otros, que para sí mismos, decir que a un significante corres-
chas veces el autor comunica más que deben vivir, a veces hasta el ponde arbitrariamente un significa-
allá de las palabras, comunica lo límite del delirio, en permanente do (un concepto) y que el signo así
que no sabe que está comunicando peligro de desintegración total, constituído produce sentido en la
y entre quienes lo leen, hay algu- buscando el equilibrio, a través de medida que hace referencia nece-
nos que leen lo que el autor quiso la forma que puedan darle a sus sariamente a una cosa; el mundo
decir y otros que leen otra cosa, pulsiones, a la producción de sus de las palabras no se modela sobre
algo que a lo mejor sólo le resonó a fantasmas. El escritor ve sus fan- el mundo de las cosas; y segundo,
él. Y es este sentido oculto, esta tasmas, los verbaliza, juega con normalmente no puede asignarse
comunicación más allá del texto, la ellos, se complace en este juego, un significado único a un significan-
que nos permite aclarar el método aunque muchas veces sea un jue- te tomado en la cadena discursiva
psicoanalítico, aplicado a la literatu- go inundado de angustia. El desti- [7]. Con esto, Lacan niega al signo
ra. Sólo el psicoanálisis posee una natario del texto es siempre, en su función referencial y destruye la
dimensión que nos permite explorar primer lugar, un destinatario inter- idea que hay un orden en el signifi-
aquello que se filtra, aún a pesar no, y sólo en una segunda etapa cado, análogo al del significante.
del escritor; es lo que nos permite existiría la necesidad, de parte del Para él, el significante tiene pre-
recorrer la frontera que une la histo- escritor, de salir de sí mismo, de eminencia sobre el significado, el
ria del sujeto (y ¿ por qué no nues- superar su propio narcisismo y de cual se desliza permanentemente
tra propia historia?) con el impen- dirigirse a un público. Ese destina- bajo él, más precisamente bajo la
2
3. barra que resiste a la significación. ya que toda interpretación apunta a nos. Lamentablemente el bagaje
El significado, entonces, está así sombras, formas imaginarias, refle- teórico necesario para realizar se-
lejos de responder a la imagen de jos que estarían "sobre" el texto, y riamente una aproximación psicoa-
desarrollo lineal y unívoco que da- por otro lado, el texto sería sólo el nalítica es muy extenso. Por el
ba de él la teoría saussuriana; el efecto, en lo real, de las leyes del momento tengo la sensación de
significado articula en profundidad, significante. Por eso, de acuerdo a haber hecho un vuelo sobre textos
como sobre los diferentes penta- esta teoría, lo que el analista debe de los que sólo manejo su superfi-
gramas de una partitura. Esto se ve buscar está en el mensaje que se cie, y me siento caminando sobre
claramente en la poesía, donde ubica sobre la letra. Si ser escritor un cristal, al hacer este trabajo. Por
existirían distintos niveles en la es mostrar la letra en sus rodeos y lo mismo he preferido dejarme lle-
relación significante/significado. su destino, ser analista es mostrar var más por mi intuición, que por
"Basta, dice Lacan, escuchar la "la letra que no llegó a su destino". mis conocimientos.
poesía para que esta polifonía se Y ya que el inconsciente es el
Lo que yo pretendo en este tra-
deje oír". "capítulo censurado" de la historia
bajo es demostrar que lo descrito
del sujeto, el lugar donde se ejerce
Este orden "polifónico" es lo que científicamente, de una manera
la represión, deberá ser en los agu-
permitiría a la palabra "significar abstracta por Lacan, fue percibido y
jeros del significante (lapsus, erro-
algo totalmente diferente de lo que verbalizado, y, lo que es también
res, chistes) donde el analista de-
ella dice", hacer "oír otra cosa" "en- destacable, simultáneamente con
berá buscar "la palabra verdadera",
tre líneas", este entender que "cada él, por artistas que contaban con la
aquella que no está patente, sino
palabra dice lo que dice y además "otra sensibilidad", plasmándolo en
sólo latente, insinuada, intentando
más y otra cosa" [8]. Es en este sus obras. He elegido la obra poéti-
buscar un lugar donde manifestar-
juego cuando la palabra puede de- ca de Alejandra Pizarnik para reali-
se. Es por eso que pierde impor-
cir lo verdadero, consciente o in- zar mi trabajo. Nacida en Buenos
tancia la referencia a lo real, que
conscientemente. Esta palabra dife- Aires en 1936 comenzó publicando
para Lacan es aquello existente,
rente y verdadera no es, sin em- sus poemas ya a los 20 años. Sus
pero imposible de aprehender, y
bargo, solamente el fruto del juego cinco libros poéticos fundamentales
gana la libertad para aquella
que relaciona un significante con son: Arbol de Diana (1962); Los
búsqueda, que incluye, sine qua
otro, sino que resulta generalmente trabajos y las noches (1965); Ex-
non, al lector. El enfoque analítico
de dos "efectos" en la producción tracción de la piedra de la Locura
de un texto literario equivale a de-
de la significancia. Estos serían la (1968); El Infierno Musical (1971) y
nunciar, en primer lugar, la ilusión
metonimia (empleo de una palabra Textos de Sombra y Ultimos poe-
crítica que consiste en omitir al lec-
para designar un objeto o una pro- mas, que contiene una recopilación
tor, en hacer como que el lector no
piedad que se encuentra en una de poemas y textos dispersos, no
fuera, también, un lugar de enfren-
relación existencial con la referen- publicados antes y que aparece
tamiento de significantes y signfica-
cia habitual de esa palabra) y la recién el año 1982. Alejandra Pi-
ciones inconscientes. No se encon-
metáfora (empleo de una palabra zarnik se suicidó en Buenos Aires
trará nunca el deseo del otro si no
en un sentido parecido, y sin em- en Septiembre de 1972. A pesar de
es con el propio deseo. Al buscar el
bargo, diferente del sentido habi- su corta vida y escasa obra, su
deseo del otro, me es devuelto mi
tual) [9]. Para Lacan la metáfora, paso por la poesía dejó una pro-
propio deseo. El "autor" que el críti-
sin embargo, es, más exactamente, funda huella, no sólo en Argentina,
co quiere sacar de las tinieblas, no
el surgimiento, en una determinada sino también en el extranjero, don-
es más que el objeto perdido de su
cadena significante, de un signifi- de su obra sigue siendo objeto de
deseo y el texto, un fantasma
cante que llega desde otra cadena, interés para los investigadores.
múltiple de objetos, donde pueden
interrumpiendo así el significado de Cercana al surrealismo, admiradora
cristalizar, aunque sea por un ins-
la primera cadena; y la metonimia, del romanticismo alemán, los poe-
tante, nuestros propios deseos.
más que remitir de un término a tas malditos y sobre todo Rimbeau,
otro, marcaría la función esencial Este nuevo enfoque de mirar la su poesía es inclasificable. Amiga y
de la ausencia, en el interior de la literatura, sume de alguna manera admirada por Cortázar, Octavio
cadena significante: la conexión de en un vértigo. Todo lo que se lee, Paz, Manuel Mujica Lainez y gran
los significantes permite hacer un se lee diferente. Nuevas aguas parte de la intelectualidad argentina
viraje en el discurso hacia una au- recorren los libros, de una profun- de la época, su muerte dejó un
sencia, en definitiva, hacia el goce didad nunca sospechada. Uno ve gran vacío, pues era considerada la
[10]. aclarado el goce ante la literatura. voz poética más significativa de su
Lo que pudo ser considerado eva- generación. Creo que en Alejandra
El impacto de esta teoría para la
sión, entretención que autorizaba Pizarnik se pueden seguir, casi sin
literatura es evidente. En primer
vivir sin trasgredir, bajo esta nueva desvíos, las imágenes que nos
lugar, deja de tener sentido pregun-
luz cristaliza en reflejos, luces, es- describió tan claramente Lacan y
tarse por la significación del texto,
pejismos de deseos, propios y aje- que intenté bosquejar en la primera
3
4. parte de este trabajo. La fragmen- tema, que casi podríamos llamar La búsqueda de un lenguaje per-
tación del sujeto, la búsqueda de único, el de su búsqueda del lugar fecto se va tornando desesperan-
unidad (que para ella se lograría en del silencio, en ella podemos ver zada: "Ojalá pudiera vivir solamen-
el silencio), el desplazamiento del una clara evolución. te en éxtasis, haciendo el cuerpo
significado frente al mar profundo y del poema con mi cuerpo, resca-
Parte el año 1965 declarando "mi
ambiguo de significantes, la dificul- tando cada frase con mis días y mis
orientación más profunda: la orilla
tad de encontrar la palabra verda- semanas, infundiéndole al poema
del silencio... Esta es ahora mi vida:
dera, la manifestación del deseo en mi soplo a medida que cada letra
mesurarme, temblar ante cada voz,
el texto, el intento de plasmar, de de cada palabra haya sido sacrifi-
templar las palabras apelando a
conjugar cuerpo y texto, la angustia cada en las ceremonias del vivir"
todo lo de nefasto y maldito que he
ante el desencuentro, la desespe- [17]. La comunicación se le va tor-
oído y leído" [12]. Pero si en su
ranza. Creo que Pizarnik fue uno nando cada vez más difícil. "La
infancia ella "atesoraba palabras
de aquellos seres privilegiados que soledad no es estar parada en el
muy puras/ para crear nuevos si-
logró verbalizar sensaciones que muelle, a la madrugada, mirando el
lencios" [13] , al final de su vida
luego (o al mismo tiempo) intelec- agua con avidez. La soledad es no
siente "que el silencio no existe"
tualizaría Lacan. Pizarnik nos hace poder decirla, por no poder circun-
[14].
entender a Lacan, Lacan nos aclara darla, por no poder darle un rostro,
el origen de las imágenes de Pizar- Las mayores alusiones al silencio por no poder hacerla sinónimo de
nik. Ella logró pasar a la otra orilla y se encuentran en sus primeros y un paisaje" [18]. Aún pensaba que
desde ahí mostrarse y mostrarnos. sus últimos poemas. En un co- "Llega un día en que la poesía se
mienzo siente que "yo me uno al hace sin lenguaje, día en que se
Mi análisis abarcará, un poco a
silencio/yo me he unido al silencio" convocan los grandes y pequeños
vuelo de pájaro, en primer lugar su
(1959) y que su vida "es un lapso deseos diseminados en los versos,
obra poética completa, para luego
de aprendizaje musical del silen- reunidos de súbito en dos ojos, los
detenerse en detalle en uno de sus
cio". Fuera de él, los nombres no mismos que tanto alababa en la
poemas. La he elegido sobre todo
dicen lo que ella busca. Los nom- frenética ausencia de la página en
por su fascinación, por su obsesión,
bres son "sombras con máscaras". blanco" [19]. La imposibilidad de
diría yo, por el silencio. El silencio
Tal vez por eso su poesía es tan encontrar ese lugar de cobijo la
como el único lugar donde para ella
minimalista, austera. Ella ha elimi- desestabiliza más y más "Me hab-
era posible la comunicación. Era el
nado cada palabra superflua. Casi ían prometido un silencio como un
espacio donde las palabras no pod-
libre de imágenes, logra cargar de fuego, una casa de silencio. De
ían empañar lo que se dice, "pues
sentido las palabras que utiliza, pronto el templo es un circo y la luz
siempre que digo algo, no es eso lo
pero las carga en libertad. No es un tambor". Al final de su vida (ten-
que uno quiere decir" [11]. El silen-
ella la que les otorga un sentido, ía 36 años) declaraba que "yo es-
cio, como el lugar idílico, soñado,
sino que permite que el lector lo taba predestinada a nombrar las
en que se liberaría de la búsqueda
haga. Palabras como noche, som- cosas con nombres escenciales. Yo
infinita, de la eterna cadena ansio-
bra, jardín, silencio, espejo, viento, ya no existo y lo sé; lo que no sé es
sa de sustituciones que describía
verde, lila, que aparecen constan- qué vive en lugar mío" (1972) [20].
Lacan, en el que las palabras pue-
temente en su poesía no son nunca
den reencontrar su significado per- La desesperanza de poder algún
definidas. Aparecen como marcos,
dido a través del paso por la cultu- día encontrar aquel lugar donde
que pueden incluir infinitas asocia-
ra, por los distintos hombres, que al exista un lenguaje que nombre las
ciones. Pizarnik decía que las pala-
usarlas, las han deformado, las han cosas por su nombre hace apare-
bras "no hacen el amor, hacen la
cargado de significados que no les cer, en su poesía, cada día un suje-
ausencia" [15]. Es esa ausencia lo
pertenecen y que las desvirtúan. to más fragmentado. Lo que el año
que ella subraya, y lo que logra
Pizarnik buscaba ávidamente esas 1962, el El Arbol de Diana era sim-
otorgarles tal carga de sentido. La
"palabras olvidadas". Sin embargo, plemente imposibilidad de "explicar
elección de]un sentido, que no es
el sentido originario sólo podía apa- con palabras de este mundo/ que
nunca el verdadero (pues "todo lo
recer cuando "a la casa del lengua- partió de mí un barco llevándome"
que se puede decir es mentira"),
je se le vuela el tejado". Pizarnik [21] , o la sensación que "hay días
opaca, empobrece las cosas. Ella
fue un poeta que se sintió siempre en que una palabra lejana se apo-
se sentía..." destinada a nombrar
atada por el lenguaje, por el signifi- dera de mí [22] , el año 1968, en
las cosas con nombres escencia-
cado de las palabras, por su defini- Extracción de la piedra de la locura
les", pero esos nombres se le es-
ción. Si el lenguaje la apartaba del pasa a ser cada vez más aterrante,
capaban "Aún si sigo sol y luna y
mundo, asesinaba la cosa, abolía lo más desestabilizante "Cada noche,
estrella me refiero a cosas que me
real, el único lugar donde se podía en la duración de un grito, viene
suceden ¿ Y que deseaba yo?/
vivir en paz era en el silencio. Si una sombra nueva" [23] ; "escucho
Deseaba un silencio perfecto./Por
bien toda la obra poética de Alejan- grises, densas voces en el antiguo
eso hablo" [16].
dra Pizarnik está marcada por el lugar del corazón" [24] ; "te deseas
4
5. otra. La otra que eres se desea desmesura" [31]. "Yo muero en de su vida el lugar del silencio es
otra" [25] ; "Me quieren anochecer, poemas muertos que no fluyen co- ocupado por la muerte.
me van a morir./Ayúdame a no pe- mo yo, que son de piedra como yo,
Casi en un continuo que parte de
dir ayuda" [26]. Se siente ya al bor- ruedan y no ruedan, un zozobrar
"la feroz alegría cuando encuentro
de de la locura "No quiero más que lingüístico, un inscribir a sangre y
una imagen que me aluda" [35]
silencio para mí y para las que fuí, fuego lo que libremente se va y no
hasta un "ya no sé hablar. Ya no
un silencio como la pequeña choza volvería" [32]. Para ella, las "verda-
puedo hablar. He desbaratado lo
que encuentran en el bosque los deras fiestas tienen lugar en el
que no me dieron, que era todo lo
niños perdidos" [27]. Sin esa choza, cuerpo y en los sueños" [33].... y no
que tenía. Y es otra vez la muerte.
sin ese refugio, aparecen dentro de en la poesía.
Se cierne sobre mí, es mi único
sí más y más "voces". Empieza a
Al final de su vida, Alejandra Pi- horizonte" [36].
adquirir conciencia de una fragmen-
zarnik no puede dejar de pregun-
tación del yo irremediable, insalva- En su último libro, El Infierno Mu-
tarse por lo razonable de su dedi-
ble. "Alma perdida, alma comparti- sical, aparecido meses antes de su
cación total a buscar en el silencio
da, he vagado y errado tanto para muerte, decía que "alguna vez, tal
aquel lugar de cobijo que permitiría
fundar uniones" [28]. A estas altu- vez, encontraremos refugio en la
mantenerla unida. La pregunta "Vi-
ras ya no "puedo hablar con mi voz, realidad verdadera". "Sólo las pala-
da, mi vida, ¿ qué has hecho de mi
sino con mis voces...; ¿ A dónde la bras hubieran podido salvarme,
vida?" empieza a aparecer y a re-
conduce esta escritura? A lo negro, pero estoy demasiado viviente.
petirse a lo largo de su obra. "Yo
a lo estéril, a lo fragmentado" [29]. Entretanto, ¿ cuándo vendrá lo que
presentía una escritura total... Mi
Está asustada, quebrada. Su yo no esperamos?, ¿ cuándo dejaremos
sueño es un sueño sin alternativas
controla sus yoes, sus voces. "Pa- de huir?, ¿ cuándo ocurrirá todo
y quiero morir al pie de la letra del
sos y voces del lado sombrío del esto?, ¿ cuándo?, ¿ dónde?, ¿
lugar común que asegura que morir
jardín. Risas en el interior de las cómo?, ¿ cuánto?, ¿ por qué?, ¿
es soñar" [34]. A medida que el
paredes. No vayas a creer que para quién? [37]
silencio se le aleja y la fragmenta-
están vivos. No vayas a creer que Alejandra Pizarnik se suicidó el
ción es más y más aterrante,
no están vivos. En cualquier mo- año 1972, el mismo año en que las
la]muerte empieza a sobrevolarla, a
mento la fisura de la pared y el
seducirla. La obra poética de Ale- obras de Jacques Lacan fueron
súbito desbandarse de las niñas traducidas al español. Es muy pro-
jandra Pizarnik se gesta en olas.
que fuí" [30]. bable que ella hubiera tenido acce-
Uno percibe como cada poema se
No quisiera dejar de destacar el suma al anterior, agrega un nuevo so a dichos textos. Los de ella par-
cómo Alejandra Pizarnik deja aflo- matiz, cambia levemente de rumbo. ten el año 1956 y se van desarro-
rar en su texto el]deseo. Hay mo- Al entrar en ella la desesperanza, el llando hasta septiembre de 1972,
mentos en que parece que ella desconcierto, la conciencia de año de su muerte. Leídos después
hubiera nacido con un defecto, con fragmentariedad, la muerte apare- de Lacan, parece mentira que ella
una falla en el represor de sus de- ce. Al comienzo sólo como un lati- hubiera podido escribirlos sin cono-
seos. Es capaz de expresarlos, aún do, como un relámpago que ilumina cerlo, o que él hubiera podido des-
a pesar de ella: "Recién dije no. y antes de ser procesado se esfu- arrollar sus teorías sin haberla leí-
Escándalo. Trasgresión. Dije no, ma, dejando la sensación ambigua do.
cuando hace meses agonizo de de irrealidad. Pero poco a poco se Quisiera terminar este trabajo
espera y cuando inicio el gesto, va instalando en ella, envolviéndo- haciendo un análisis de un poema
cuando lo iniciaba... Trémulo, tem- la. Así, podríamos decir que al final escrito el año 1971, cercano ya el
blor, hacerme mal, herirme, sed de fin de su vida:
no, la verdad no es la música
yo, triste espera de una palabra
que nombre lo que busco
¿ y qué busco?
no el nombre de la deidad
no el nombre de los nombres
sino los nombres precisos y preciosos
de mis deseos ocultos
algo en mí me castiga
desde todas mis vidas:
Te dimos todo lo necesario para que comprendieras
y preferiste la espera,
como si todo te anunciase el poema
5
6. (aquel que nunca escribirás porque es un jardín inaccesible
-sólo vine a ver el jardín-)
En este poema en el que que nombre lo que busco". Su inconsciente está separada de
no hay imágenes, metonimias, vida ha sido espera y búsqueda. nosotros. El inconsciente, piensa
metáforas, en el que todo lo que (BUSCAR: No es un verbo sino Lacan, es el capítulo de mi histo-
se dice se hace directamente, un vértigo. No indica acción. No ria que está marcado por un
Pizarnik es capaz de mostrarnos quiere decir al encuentro de al- blanco o por un embuste. Pizar-
la imposibilidad de, usando el guien sino yacer porque alguien nik ya está resignada. Toda su
lenguaje, llegar a los "nombres no viene [38]. Ella siempre estu- vida la dedicó a encontrar el
precisos y preciosos de mis de- vo abierta a sí misma para en- puente para pasar a la otra orilla,
seos ocultos". Esos que, escon- contrar en sí aquel espacio don- donde los nombres no fueran
didos en el inconsciente, en un de todo lo que buscaba fuera "sombras con máscaras" y ya no
"jardín inaccesible", ella creyó encontrado. Tomó la opción de tiene esperanza de que sea po-
poder encontrar en un poema, no usar lo que le dieron, de sible. Ese puente ella lo intuía
donde el lenguaje realmente co- hacer un propio camino, y la sobre el lenguaje, más allá de él,
incidiera, donde significado y conclusión a la que llega es que pero si bien logró traspasarlo,
significante sean unívocos, don- ya no escribirá aquel poema. El nunca pudo instalarse allí. Al
de el alma, la mente y el cuerpo jardín es inaccesible, incluso momento de morir escribió sobre
dejen de hablarse entre sí a cie- para mirarlo. La verdad, la pala- el pizarrón de su cuarto de traba-
gas, a tientas, ocultándose el bra verdadera, perseguida con jo: "no quiero ir/ nada más/ que
uno al otro, mintiéndose, dis- tanto anhelo, no es música que hasta el fondo/ Oh vida/ oh len-
frazándose. Ella se define como pueda ser escuchada. Esa músi- guaje/ oh Isidoro".]
la triste espera de una palabra ca que por estar alojada en el
[1] Le Galliot, Jean, Psicoanálisis y lenguajes literarios. Teoría y [24] Idem., pág. 267.
práctica. Hachette, 1977, pág. 211. [25] Idem., pág. 280.
[2] Le Galliot, Jean, op. cit., pág. 41. Sin embargo, no puede dejar [26] Idem., pág. 268.
de anotarse aquí que dicha trasposición no está exenta de
[27] Idem., pág. 281.
problemas y deja muchas preguntas fuera, una de las cuales
es en qué consiste el genio o el don literario. [28] Idem., pág. 283.
[3] Oyarzún, Kemy, Poética del desengaño. Deseo, poder, escri- [29] Idem., pág. 296.
tura, Edit. LAR, Santiago, 1989, pág. 30. [30] Idem., pág. 267.
[4] Idem., pág. 31. [31] Idem., Poemas (1963-1968), pág. 16.
[5] Le Galliot, Jean, op. cit., pág. 54. [32] Idem., pág. 31.
[6] Lacan, Jacques, La instancia de la letra en el inconsciente o la [33] Idem., Extracción de la piedra de la locura, (1968), pág. 265.
razón desde Freud, en Lectura estructuralista de Freud, Ed. [34] Idem., pág. 285.
Siglo Veintiuno, México, Argentina, España, 1971.
[35] Idem., Poemas (1963-1968), pág. 18.
[7] Idem., págs. 182 y ss.
[36] Idem., Recuerdos de la pequeña casa del campo, (abril
[8] Pizarnik, Alejandra, Obras Completas, Ed. Corregidor, Buenos 1972), pág. 70.
Aires, 1990, Figuras de Ausencia III, pág. 307.
[37] Idem., El Infierno Musical (1971), pág. 315.
[9] Ducrot, Oswald y Todorov, Tzvetan, Diccionario enciclopédico
de las ciencias del lenguaje, Ed. Siglo Veintiuno, México, [38] Idem., El deseo de la palabra (1972), pág. 17.
1974, pág. 319.
[10] Idem., pág. 369.
[11] Pizarnik, Alejandra, Idem., de En esta noche, en este mundo,
pág. 63.
[12] Idem., Poemas 1963-1968, pág. 15.
[13] Idem., Los trabajos y las noches (1965), pág. 246.
[14] Idem., En esta noche, en este mundo, pág. 63.
[15] Idem.
[16] Idem., Los trabajos y las noches (1965), pág. 278.
[17] Idem., El infierno musical (1971), pág. 300.
[18] Idem., En esta noche, en este mundo, pág. 63.
[19] Idem., Pequeños poemas en prosa (1965), pág. 26.
[20] Idem., El infierno musical (1971), pág. 315.
[21] Idem., El Arbol de Diana (1962), pág. 207.
[22] Idem., pág. 209.
[23] Idem., Extracción de la piedra de la locura (1968), pág. 265.
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