1. LA VIOLENCIA PSICOLÓGICA: CONDUCTA ASIMILADA A
TRAVÉS DEL TIEMPO O CONDUCTA DE MODA
La conducta simuladora, entretejida con las fibras sociales que ocasionan daños físicos, pero en especial
daño psicológicos es aquella agresión no sospechada de una forma sutil, elaborada con mucho disimulo, ésta
en especial ejercida por personas brindando protección, de atención, de buenas intenciones y buenos deseos
son iguales agresores ejerciendo violencia psicológica. Estos agresores les sobreprotegen rodeándoles de
atenciones, de mimos y de cuidados, pero no les permiten desarrollarse como persona independiente, les
atropellan sus derechos a la libertad y no les dejan salir del entorno falso que han fabricado.
La violencia psicológica representan un fenómeno viejo, lo novedoso es su revelación como problema social y
medio ambiental.
La violencia psicológica se basa en comportamientos intencionados,
ejecutados desde una posición de poder y encaminados a desvalorizar, producir daño psíquico, a destruir la
autoestima y reducir la confianza personal. Su padecimiento lleva a la despersonalización, al mismo tiempo
que genera dependencia hacia persona que los inflige. El maltratador se vale para ello de insultos,
acusaciones, amenazas, críticas destructivas, gritos, manipulaciones, silencios, refunfuños, indiferencias,
frialdades y desprecios. El hostigador o agresor o maltratador suele manipular a su víctima y su entorno para
que llegue a creer que todo son exageraciones suyas que tiene la culpa de lo que sucede o simplemente de lo
que supuestamente no está sucediendo. De manera que todo el mundo opine que es un excelente ciudadano,
empresario, empleado, cónyuge, compañero o amigo, mientras la víctima es la persona que le quiere destruir
o la o el culpable de las circunstancias. Y esto es en el supuesto caso de que la víctima se queje o ejerza sus
derechos como ser humano de poder vivir sin el hostigamiento o violencia psicológica o física.
No obstante, por más sutil y simulado que sea, la violencia psicológica puede ser difícil de demostrar en
comparación con la violencia física, pero no es imposible. Pues las huellas que quedan en la psiquis son
visibles, pero para aquellos que carecen de conocimiento no son visibles. Las secuelas de la violencia
psicológica dejan marcas inconfundibles en el organismo de la víctima. En su cuerpo o al nivel psicológico,
2. pues el cuerpo y la parte psicológica interactúan formando así la parte psicosomática en la persona. Los
estudios recientes han indicado que muchas personas pueden desarrollar personalidades adictivas, psicóticas
o violentas de mantener secuencial y sostenida las conductas del hostigador o agresor.
Y, si bien es cierto que existen diversas perspectivas sobre la violencia psicológica, lo cierto es que no
podemos darnos el lujo, ni permitir que este tipo de conducta sea negada, justificada, o intelectualizada por
otras personas, familiares, amigos, vecinos, políticos o representantes gubernamentales. El negar, jugar
juegos psicológicos o manipular las circunstancias o simplemente dar la espalda a las circunstancias de la
conducta de la violencia psicológica es permitir que el agresor u hostigador continúe con la misma conducta
violenta, y nos convertimos en colaboradores de esa misma violencia psicológica sin haber levantado la mano
o la voz. Tampoco podemos comparar situaciones porque todas varían de acuerdo con los factores,
personajes y circunstancias que le rodea.
Si algún momento te detienes a pensar sobre la violencia psicológica, ya
tienes un indicio claro que eres una víctima o conocer a una víctima de la violencia psicológica. Pare de sufrir
en silencio, solo perpetuas la misma violencia psicológica…dígale NO AL SÍNDROME DE ESTOCOLMO! Si
sabes que las circunstancias vividas de situaciones violentas e incomprensibles te están produciendo
padecimientos o malestares, y tienes claro el porqué, NO DUDES, NO TEMAS de ser una víctima de la
violencia psicológica…EMPODERATE… EJERCE TUS DERECHOS!
Bibliografía
Vallejo Ruiloba, J. (2006). Introducción a la psicopatología y la psiquiatría. Sexta
edición. Barcelona. Editorial Masson & Elsevier.
Programa oficial de la especialidad de Psiquiatría. BOE núm. 224, martes 16 de
septiembre de 2008; pág 37916.
REFERENCIA
Por: Dra. Frances Roulet
Doctora en Psicología Clínica
Maestra de Escuela de Graduados de UTESA
Clínica Unión Médica