La presencia romana en la Península Ibérica se extendió desde el siglo III a.C. hasta el siglo V d.C., periodo en el que se produjo un intenso proceso de romanización. La conquista romana se realizó en varias etapas entre los siglos II y I a.C., dominando progresivamente todo el territorio peninsular. La administración romana se basó en una división provincial y la creación de numerosas ciudades que se comunicaban a través de una red de calzadas.
1. Tema 1. Historia de España 2º BTO
Colegio Santa Teresa. Calahorra
2.
3. La presencia de Roma en la P. Ibérica se prolongó desde finales
del s. III a.C. hasta principios del s. V d.C. Durante este tiempo, la
Península conoció un intenso proceso de romanización
4. La conquista de la Península Ibérica por los romanos se extiende desde el 218 a.C
hasta finales del S. I a.C. La llegada de estos se produjo dentro del escenario general
de la II Guerra púnica que enfrentaba a Roma y Cartago.
5. Así, en el 238 a.C los cartagineses
desembarcan en Gadir en busca de botín y
hombres para volver a enfrentarse a Roma
(la I Guerra Púnica la habían perdido).
Tomaron en pocos años los pueblos del
sur y sudeste peninsular donde fundaron
Cartago Nova
6. En el 220 a.C Aníbal fue elegido
jefe o caudillo del ejército
púnico, e ideó la conquista de
Roma desde la Península
Ibérica atravesando los
Pirineos y los Alpes.
En su avance, atacó la ciudad de
Sagunto, aliada de Roma, lo que
se cuenta, fue uno de los
detonantes de la guerra. Por lo
que narran los textos de la
época, entre cartagineses y
romanos se había firmado un
tratado o pacto, llamado el
Tratado del Ebro, por el que los
cartagineses no podían
sobrepasar dicho río.
El ataque de Sagunto desencadenó
la reacción romana, aunque Sagunto
está mucho más al sur de la línea
del Ebro, por ello se cree que, o
bien, el tratado era de un rio más al
sur, o simplemente no hubo
tratado.
7.
8.
9. La conquista de la Península Ibérica se
realizó en varias etapas:
10. La primera etapa (218-197 a.C) se inicia con la represalia romana
ante los ataques púnicos. Con la intención de frenar a Aníbal. Los
romanos, con Cneo Escipión al frente, desembarcaron en Ampurias
en el 218 a.C. Roma conquista el este y sur peninsular tomando las
importantes plazas de Gadir y Cartago Nova y logrando dominar
toda la costa mediterránea.
11.
12. En la segunda etapa (197-133 a.C), la
conquista se extenderá hacia las
depresiones de Ebro y Guadalquivir.
La provincia Citerior (norte) fue
escenario de la rebelión de los pueblos
íberos e ilergetes y la provincia
Ulterior (sur), tras la rebelión de los
turdetanos, escapó del control de
Roma. Ésta, tuvo que enviar al cónsul
Marco Catón, quien venció a los
rebeldes y recobró la provincia. Pero
no logró atraerse a los celtíberos que
actuaban como mercenarios pagados
por los turdetanos y cuyos servicios
necesitaba. Catón, finalmente, acabó
venciendo a los sublevados y vendió a
los cautivos como esclavos.
13. Pese a las campañas
anteriores, la conquista de
la zona central, la
Celtiberia, fue obra
principalmente de Tiberio
Sempronio Graco (179 a 178
a.C.) quien conquistó varias
ciudades, algunas de ellas
mediante pactos y otras
valiéndose de la rivalidad
de los celtíberos con los
vascones situados más al
Norte, con los cuales
probablemente concertó las
alianzas necesarias para
facilitar la dominación
romana en la región de
Celtiberia
Hermanos Graco
14. En esta zona fundó Graccurris, la que
parece ser la actual Alfaro
15. Las tribus de los vascones y
celtíberos se disputaron las
ricas tierras del Valle del
Ebro durante muchos años.
Probablemente Calagurris,
hoy Calahorra, llevó el
peso de la lucha. Pero los
celtíberos eran enemigos
de Roma, y los vascones
eran (estratégicamente es
lo más razonable) sus
aliados. Cuando Calagurris
fue destruida por los
romanos, se repobló con
vascones, probablemente
procedentes de la ciudad
vascona del otro lado del
río, destruida tiempo antes
por los celtíberos, y por
vascones de otros lugares.
16. Más adelante encontramos dos
hechos importantes como fueron la
rebelión lusitana y el asedio a
Numancia:
Un caudillo lusitano
llamado Viriato se
rebeló contra el poder de
Roma e inició una guerra
de guerrillas para
despistar al enemigo. En
el 139 a.C fue asesinado,
parece ser, por sus
propios oficiales, que
habían pactado la
rendición a cambio de
tierras y privilegios.
Estatua a Viriato en Viseu
(Portugal)
17. Para someter a Numancia (133 a.C), el ejército romano
rodeo la ciudad cortando todo contacto con el
exterior. Tras resistir ocho meses de asedio, la ciudad
se rindió ante Plubio Cornelio Escipión Emiliano.
Algunos jefes celtíberos se suicidaron y la población
restante acabó vendida como esclavos. La ciudad fue
arrasada por completo
19. La última etapa tuvo lugar a finales
del siglo I a.C. Hispania fue
escenario de varios enfrentamientos
civiles entre los propios romanos,
como la lucha entre Sertorio
(gobernador-propretor de la
Hipania Citerior) y el dictador Sila,
quien desde Roma lo destituyó de
su pretura. Sertorio se alió con
poblaciones indígenas pero
finalmente fue derrotado por
Pompeyo que consigue poderes
especiales en Roma. Más tarde el
enfrentamiento fue entre el propio
Pompeyo y Julio César.
Sertorio
25. En cuanto a los dirigentes:
Al frente de cada provincia hay un Pretor, un Procónsul o
Cónsul (dependiendo de la importancia estratégica), designado
por el Senado con las máximas competencias financieras,
militares, jurisdiccionales y religiosas.
El órgano asesor del pretor es el Concilium, que reúne a la
aristocracia de las ciudades, encargado de las cuestiones
administrativas, jurídicas, militares y fiscales.
A su vez las provincias fueron divididas en Conventus Iuridici,
en los que había en centro para la administración de justicia.
En tareas fiscales el Pretor es auxiliado por el Questor,
encargado de la hacienda provincial, y encargado de hacer un
censo de los contribuyentes y sus pertenencias.
27. La administración y la explotación de Hispania por Roma se
basaron finalmente en un entramado de ciudades. Las viejas
ciudades fenicias y griegas se revitalizaron, y muchas de las
indígenas se transformaron.
Estas últimas tenían diferentes regímenes
Estipendiarias: que habían sido
conquistadas por la fuerza, sometidas a
un pretor y obligadas a pagar un tributo
anual: estipendio
Federadas: conservaban sus
derechos pero debían prestar auxilio a
Roma.
Inmunes: disfrutaban de autonomía
y privilegios especiales, como no pagar
impuestos
28. Los estudios sobre
urbanización, reformas o
servicios públicos fueron
muy importantes para
Roma puesto que la
ciudad era el centro y las
comunicaciones entre
ellas algo imprescindible.
Así podemos señalar la
cuidada organización de
la ciudad romana de plano
regular (de planta
rectangular similar a la de
los campamentos
romanos- Cardus y
Decumanus) o la
estructura de sus templos,
teatros, termas,
acueductos, etc
30. Estas ciudades estaban unidas por
una excelente red de calzadas que
las comunicaba entre sí y con el
resto del Imperio; entre las más
importantes, cabe destacar la Vía
Augusta, la Vía de la Plata y la Vía
Transversal.
Ver mapa PAU
31. Bajo la administración romana, la
economía creció de forma
considerable en la P.I, gracias entre
otras cosas a la llegada de colonos
romanos que se asentaron en los
núcleos urbanos. Las tierras
conquistadas, en general, pertenecían
al pueblo romano (Ager Publicus), la
propiedad de las cuales la detentaba el
Estado.
Pero de estas tierras:
parte se devolvió a los antiguos propietarios
otras se repartieron entre soldados y colonos
y el resto las arrendaba el Estado, aunque con
el tiempo, muchas pasaron a propiedad
Esto explica que la clase senatorial se hiciera con grandes
terrenos (latifundios) y se convirtieran en terratenientes. La
tierra era símbolo de prestigio y riqueza en Roma.
32.
33. La ocupación de la P.I
originó la explotación
intensiva de sus recursos:
En cuanto a la actividad agrícola y
ganadera, sus bases económicas, lo
diferente será la introducción de
nuevas técnicas: barbecho, arado
romano, animales de tiro, abono,
rotación de cultivos, etc., pero también
la construcción de nuevas
infraestructuras como canales,
acueductos, puentes, etc., los que
provocó un aumento de la producción.
34. Los productos esenciales fueron, en
secano: cereales, vid y olivo; y en las
zonas de regadío: los frutales y
hortalizas. Algunas regiones como la
Tarraconense o la Bética se hicieron
famosas por sus vinos y aceites de oliva,
que exportaban a Roma
Respecto a la ganadería, los rebaños de ovejas continuaron dominando la
Meseta.
La economía comercial se completaba con la exportación de minerales (cobre
en Riotinto, hierro en el norte, mercurio en Almadén, plata en Cartagena, etc.) y
35. En la actividad pesquera hay que
destacar el aprovechamiento
piscícola del litoral y la salazón del
pescado (Garum), para el
consumo interno, pero sobre todo
para la exportación
36. Con el objeto de facilitar el transporte de tropas y mercancías, los
romanos construyeron una red de calzadas, (de la que ya hemos
hablado) que con el tiempo se convirtieron en verdaderos ejes
comerciales. La Vía Augusta conecta las principales ciudades
mediterráneas con la Galia y Roma. Y la Vía de la Plata une los puntos
mineros de norte a sur. A lo que debemos añadir los importantes puertos
marítimos como Cartago, Tarraco o Gades.
37. A pesar del gran
desarrollo agrícola, la
economía del imperio
era esencialmente
urbana. En las ciudades
crecía la actividad
artesanal, acogiendo
numerosos talleres que
se agrupaban en
corporaciones de oficios
(collegia), y el
comercio marcaba las
relaciones económicas
del extenso Imperio.
38. La sociedad hispanorromana está compuesta por grupos sociales
diferenciados por grado de fortuna, derechos y participación en los
asuntos públicos. La primera división básica era población libre y
población esclava. Globalmente puede considerarse como una
sociedad de base esclavista.
39. oOrden Senatorial: Generalmente de
origen romano (patricios) y con grandes
propiedades agrícolas que monopolizan los
altos cargos provinciales y la Administración
local.
oOrden Ecuestre: Controlan parte del
aparato militar, funcionarial y religioso. Son
comerciantes y propietarios medios
oDecuriones: habitantes más ricos de las
ciudades
oPopulus: Conglomerado de pequeños
propietarios, artesanos… Dentro de este
grupo de hombres libres, no todos tenían la
misma condición política y jurídica. Unos
tenían ciudadanía romana y otros latina
(hasta que Caracalla concedió la
ciudadanía romana a todos s. III d. C)
oLibertos: esclavos manumitidos, es decir,
liberados, pero que conservaban vínculos
de dependencia con sus antiguos dueños.
40. Esclavos: Públicos o privados, son un
número numeroso y de gran importancia
económica. Carecen de autonomía personal y
no son reconocidos como personas, por ello
no pueden constituir familia o poseer bienes.
Es decir, no tienen ningún derecho.
La mayoría eran
prisioneros de
guerra, que
transmitían su
situación a sus
descendientes.
Realizaban los
trabajos más duros
(mina y campo),
aunque había un
grupo algo más
privilegiado
dedicado al servicio
doméstico.
41. El patrimonio artístico fue uno de los
grandes legados de Roma, que deja
constancia del urbanismo que aplicaron
a sus ciudades, edificios y obras de
ingeniería: acueductos (Segovia),
murallas (Lugo), puentes (Alcántara),
teatros (Mérida), anfiteatros (Itálica),
arcos (Medinaceli), etc.
51. Pero quizá una de las herencias más ricas fueron
la lengua (latín) y el derecho. La lengua latina se
difundió por todo el Imperio, y fue la base sobre
la que se formaron las posteriores lenguas
romances peninsulares (castellano, gallego,
catalán y portugués).
52. También se extendió el uso del
Derecho Romano, el cual, mantiene parte
de su vigencia y constituye el núcleo
fundamental del Derecho de Occidente.
La integración de Hispania a la cultura
romana se muestra en que fuimos cuna de
intelectuales como Séneca, Quintiliano o
Marcial, y de emperadores como Trajano,
Adriano y Teodosio.
Séneca
Marcial
Quintiliano
Trajano
Adriano
Teodosi
o
53. El culto a los dioses romanos,
basado en la tríada capitolina
(Júpiter, Juno y Minerva) fue
practicado en todo el Imperio,
así como el culto imperial, que
daba cohesión a todas la
provincias romanas.
El cristianismo se difundió por
Hispania de forma lenta debido a la
persistencia de cultos paganos y a la
hostilidad de las autoridades, pero
su arraigo fue indiscutible a partir
del s. III y sus seguidores fueron
perseguidos.
54. Con el Edicto de Milán (313) del emperador Constantino se declaró la libertad
religiosa en el imperio. Este edicto permitía practicar la propia religión no sólo
a los cristianos, sino a todos, cualquiera que fuera su culto. Más adelante, con la
conversión del cristianismo en religión oficial a finales del s. IV (parece ser
que con Teodosio hacia el 470), el cristianismo se afianzó, aunque en Hispania
surgieron movimientos heréticos como el priscilianismo.
55. El auge del Imperio romano se situó entre los siglos I y II, calificados
como los de paz romana (pax romana). A partir del s. III, el Imperio,
sobre todo la zona occidental, vivió un periodo de crisis que afectó a
todos los ámbitos. Se debió principalmente a la gran extensión del
imperio y a los enormes gastos necesarios para poder sostenerlos.
BAJO IMPERIO
56. Se debilita el poder del emperador,
por el poder cada vez más elevado
de los ejércitos y porque bastantes
romanos empiezan a convertirse al
cristianismo y ya no practican el
culto al emperador. Hubo guerras
civiles, revueltas campesinas,
destrucción de ciudades y
penetración de algunos pueblos
bárbaros
57. El fin de las grandes
conquistas y la concesión del
derecho de ciudadanía a los
habitantes libres del
Imperio, produjeron una
disminución considerable de
los ingresos fiscales del
Estado y un encarecimiento
progresivo de la mano de
obra esclava, que resultaba
esencial para su sistema
económico (economía
esclavista). Como
consecuencia, la producción
agrícola disminuyó. Muchos
pequeños propietarios se
vieron obligados a entregar
sus tierras a propietarios
más poderosos y a seguir
trabajándola a cambio de
entregar parte de la cosecha.
58. La vida en las ciudades fue
decayendo y haciéndose
insegura, así, los propietarios de
villas rurales, huyeron hacia ellas,
alejándose del control de la
ciudad y de sus gobernantes
(sobre todo de los recaudadores).
De este modo los pequeños
campesinos y los artesanos,
buscaron la protección y el
amparo de los terratenientes,
que a cambio de protegerlos,
percibían de estos una parte de
su trabajo. Esto es lo que se
conoce como sistema de
colonato, precedente del sistema
feudal de la Edad Media. Por
tanto podemos decir que el
imperio se ruralizó
59.
60. Los pueblos germánicos, llamados bárbaros
(extranjeros) por los romanos, aprovecharon tales
circunstancias de crisis para acechar las fronteras
romanas. La llegada de estos pueblos a la P.I, se produce
a finales del s. III, dejando zonas saqueadas y sin
posibilidad de recuperación. Pero fue en el 409, con la
llegada de suevos, vándalos y alanos, cuando la caída del
Imperio en tierras hispanas se acelera. A estos,
siguieron los visigodos, quienes gobernarán Hispania
tras la caída del Imperio en el s. V.