1. Los valores críticos en el número de hematíes o en la cantidad de hemoglobina a
partir de los cuales se habla de anemia varían en función del sexo y la edad
principalmente. En términos generales, se considera anemia en los varones a una
cifra de glóbulos rojos por debajo de 4. 500.000 por microlitro o una cantidad de
hemoglobina menor de 14 gr/dl. En mujeres se considera anemia cuando los
hematíes son menor de 4.000.000/mcrl y hemoglobina menor de 12 gr/dl.
Palidez: secundaria a la disminución de aporte de sangre a la piel para aumentarla en
otros órganos más vitales.
Descripción
La anemia es la disminución del número de glóbulos rojos o de la cantidad de hemoglobina de la
sangre. Los glóbulos rojos o eritrocitos son células capaces de transportar oxígeno a los tejidos;
por ello, cuando están reducidos se produce un déficit de aporte de oxígeno a las células,
provocando síntomas diversos. Los eritrocitos se forman en la médula ósea pasando después a la
corriente sanguínea donde vivirán unos 120 días. Pasado este tiempo y en condiciones normales,
los eritrocitos comienzan a deteriorarse y son captados por el bazo donde se destruyen.
Los valores críticos en el número de hematíes o en la cantidad de hemoglobina a partir de los
cuales se habla de anemia varían en función del sexo y la edad principalmente. En términos
generales, se considera anemia en los varones a una cifra de glóbulos rojos por debajo de 4.
500.000 por microlitro o una cantidad de hemoglobina menor de 14 gr/dl. En mujeres se considera
anemia cuando los hematíes son menor de 4.000.000/mcrl y hemoglobina menor de 12 gr/dl.
Cuando existe anemia, en el cuerpo humano se ponen en marcha toda una serie de mecanismos
que intentarán suplir las funciones que no se realizan como consecuencia de la disminución de
aporte de oxígeno a los tejidos:
Por un lado, si la medula ósea está sana tratará de producir hematíes más deprisa e incluso los
liberará al torrente sanguíneo antes de que estén totalmente maduros. Esto hace que el número de
células rojas jóvenes o reticulocitos esté aumentado en algunos tipos de anemias, incluso
pudiendo aparecer en la sangre células rojas inmaduras.
Cuando la medula está afectada, como en el caso de los cánceres hematológicos, o bien cuando
no cuenta con los materiales necesarios para formar glóbulos rojos, como por ejemplo en la
anemia ferropénica, se observará una disminución en el número habitual de reticulocitos
sanguíneos.
Por todo lo anterior, a la hora de estudiar la anemia, será decisivo para el diagnóstico las pruebas
de laboratorio que nos informarán sobre el número de glóbulos rojos, la concentración y cantidad
de hemoglobina, la forma de los hematíes y el recuento de reticulocitos. Otros parámetros como la
cantidad de hierro y vitamina B12, la velocidad de sedimentación de los glóbulos rojos y el
número de las otras series celulares son también importantes para el diagnóstico. La biopsia de
medula ósea completará los estudios dando información sobre el estado de la misma.
Otro de los mecanismos de compensación que se producen en el organismo ocurren en los
sistemas cardiovascular y respiratorio. El corazón trata de llevar más aporte de sangre a los tejidos
con la intención de aumentar su oxigenación, por este motivo aumenta la frecuencia cardiaca
2. produciendo taquicardias que se perciben como palpitaciones. El aparato respiratorio acelera la
ventilación provocando taquipnea o aumento de la frecuencia respiratoria.
Síntomas:
Las manifestaciones clínicas de un paciente con anemia dependen en gran medida de la causa
que lo motivó, de la intensidad de la misma, del estado previo del paciente, pero sobre todo de la
velocidad con la que se instauró. En general los signos y síntomas que aparecen son
consecuencia de la falta de oxígeno en los diferentes órganos y de los mecanismos de
compensación.
Los síntomas más comunes son:
Cansancio.
Fatigabilidad fácil.
Somnolencia.
Palpitaciones.
Dificultad respiratoria o disnea.
Si la anemia es intensa pueden aparecer:
Mareos.
Dolor de cabeza.
Nauseas.
Vértigo.
Intolerancia al frío.
Anorexia.
Irritabilidad.
Disminución de la libido e incluso pérdida de la regla.
Si es más severa existirá:
Fatiga en reposo.
Insuficiencia cardiaca e incluso shock.
Cada tipo de anemia posee además unas particularidades específicas.
Los signos que suelen apreciarse en la exploración física en pacientes con anemia son:
Palidez: secundaria a la disminución de aporte de sangre a la piel para aumentarla en otros
órganos más vitales.
Taquicardia: mecanismo compensador del corazón. A veces también soplo cardiaco.
Taquipnea: aumento de la frecuencia respiratoria por parte del pulmón.
3. Hipotensión: manifestación de la perdida de volumen sanguíneo.
En los casos de anemia hemolítica es habitual encontrar una tinción amarillenta de la piel
(ictericia) y aumento del tamaño del bazo o esplenomegalia.
En la falta de vitamina B12 pueden existir alteraciones en el sistema nervioso.
Causas y frecuencia de la enfermedad:
Las tres causas principales de anemia son:
Pérdidas sanguíneas
Disminución o alteración en la producción de hematíes.
Aumento en la destrucción de los mismos o anemias hemolíticas.
A veces hay situaciones especiales en las que el volumen de plasma en sangre aumenta, con lo
cual la cantidad relativa de hematíes esta disminuido. En este caso se habla de "pseudoanemia por
dilución". Este hecho fisiológico se da en el embarazo.
Dependiendo de la causa que motivó la anemia los glóbulos rojos modifican su forma, siendo esta
un dato importante en el diagnóstico. Así se habla de:
Anemias microcíticas
En ellas el tamaño o volumen de la célula roja está disminuido (su volumen corpuscular es menor).
En esta familia se incluyen:
Anemias ferropénicas.
Anemias secundarias a fármacos.
Anemias provocadas por enfermedades crónicas.
Un tipo especial de anemia de carácter hereditario llamada talasemia.
Anemias macrocíticas
El volumen corpuscular del glóbulo rojo está aumentado. Comprende:
Las anemias megaloblásticas.
Anemias secundarias a alcoholismo.
Algunas anemias secundarias a fármacos.
Anemias hemolíticas.
Anemias aplásicas.Constituye un tipo especial de anemia dentro de las debidas a alteraciones
en la producción de hematíes, en las que el defecto radica en la matriz ósea, órgano donde tiene
lugar la eritropoyesis. La medula ósea es así incapaz de producir glóbulos rojos normales. La
afectación puede radicar en una disminución del número células madre productoras de
hematíes, en cuyo caso se habla de hipoplasia, o en la desaparición total de las mismas o
aplasia. Esta puede afectar a las tres series celulares o sólo a una de ellas. Cuando se afecta la
serie roja solamente, se define la anemia aplasica
4. Anemias normocítcas
El volumen corpuscular no varía. Incluye:
Anemias por pérdidas con grandes hemorragias.
Anemias por alteraciones en la hemoglobina (hemoglobinopatías).
Anemias de enfermedades crónicas.
Anemias mixtas.
Anemias por alteración en la producción medular (leucemias, mielomas).