1. ADOLESCENCIA
Brasilova:
Han sido diversas las consideraciones que el término adolescencia ha tenido a lo
largo de la historia. Para el autor esta etapa es una fase de mutación, así como el nacimiento
es una mutación que permite dar paso del feto al niño de pecho, el adolescente, por su parte,
pasa por muda respecto de la cual nada puede decir, y es, para los adultos, objeto de un
cuestionamiento que, según los padres, está cargado de angustia o pleno de indulgencia. El
estado de adolescencia se prolonga según las proyecciones que los jóvenes reciben de los
adultos y según lo que la sociedad les impone como límites de exploración. Se trata de una
etapa en la que el adolescente es muy vulnerable a las observaciones despectivas procedentes
de los adultos que tienen el papel de mandarlos; de acuerdo a los comentarios recibidos
favorecerá o no la expansión y confianza en sí mismo.
Con el paso del tiempo, la definición de la población adolescente ha cambiado.
Entre los aportes pueden mencionarse los siguientes:
Anna Freud : Afirma que la adolescencia recapitula la infancia y que el modo en
que ésta se atravesará, estará en gran parte determinada por el propio desarrollo infantil.
Stone y Church (años 60): Definieron como adolescente a la persona en
crecimiento de los 13 a los 20 años y establecieron una diferenciación entre el desarrollo
físico y el psicológico. Adolescencia, aplicada al desarrollo físico, se refiere al período que
comienza en la pubertad y termina cuando se alcanza una plena madurez física; y en sentido
psicológico, es una situación anímica, un modo de existencia, que aparece con la pubertad y
tiene su final al alcanzar una plena madurez social.
Después de 1950 , la adolescencia ya no es considerada como una crisis, sino
como un estado. Así esta etapa aparece como el período previo a la juventud y supone,
básicamente, el momento problemático en que se consuma la madurez corporal y se discute
por primera vez la herencia familiar en la constitución de la personalidad.
Erikson , plantea que el período adolescente escenifica una crisis: por un lado un
abandono, una pérdida, la del cuerpo y el lugar del niño, y por otro, una búsqueda, la de la
identidad en el mundo adulto. Esta transición y búsqueda no es reconocida por todas las
sociedades y culturas, hay algunas de ellas que definen a la transformación del niño en
adulto por medio de ritos.
Louis Kaplan (1991), plantea que entre el final de la infancia y la futura adultez
se encuentra esa época ambigua de la vida que llamamos adolescencia y que éste término
engloba todas las incertidumbres connotativas del crecimiento emocional y social.
Griffa y Moreno : La adolescencia es un período conflictivo, “critico”, es decir,
un momento decisivo en el cual el sujeto se separa de lo familiar, juzga y decide. Asimismo,
lo consideran un “purgatorio”, un tiempo en el que nuevamente se vivencia el sufrimiento
del nacimiento, es decir, que podría interpretarse como un “segundo nacimiento” pero
psicológico.
Si todas las etapas evolutivas requieren que se considere la relación del sujeto en
desarrollo con la sociedad y la cultura, en la etapa adolescente este aspecto se convierte en
2. esencial. Así Benedicr y Margaret Mead en sus trabajos de psicología evolutiva comparada,
confirman que la variable decisiva es la cultura. Del mismo modo Stone y Church
caracterizan a la adolescencia como un fenómeno cultural distinto del estrictamente
biológico de la pubertad.
Por lo expresado con antelación podemos concluir que el cambio adolescente puede
ser lento o abrupto, puede variar tanto en ritmo como en intensidad, pero requiere su
tiempo para que sea felizmente concluido. La adolescencia no puede describirse como una
mera adaptación a las transformaciones corporales, sino como un período decisivo del ciclo
vital, en el que se alcanzan tanto la autonomía psicológica y espiritual, como se logra la
inserción en el mundo social, pero ya sin la mediatización de la familia.
Este período tiene tres ejes fundamentales: La identidad, la búsqueda del sentido de
la vida y el desarrollo intelectual.
La relación del sujeto en desarrollo con la sociedad y la cultura, en la etapa
adolescente es esencial.
La vida humana, como vida espiritual, es portadora de sentido, es trascendente, la
persona se eleva a otra dimensión. Una vida sin ese contenido no es digna de vivirse. Se vive
solo para los contenidos que dan sentido.
Cuando queremos hablar de los límites, el inicio y finalización, de la adolescencia,
no resulta nada sencillo, no se puede definir en base a la edad.
Si bien el término adolescencia y juventud definen “grupos de edad”, no se los
puede demarcar con la exactitud que suponen los criterios de edad, puesto que sus límites
son variables, y sus fronteras son sociales antes que meramente etárias, es decir que están
socialmente construidos y por lo tanto, varían histórica, geográfica y culturalmente.
Por su parte, Griffa y Moreno afirman que debido al desarrollo y la complejización
de la sociedad se ha ido prolongando la duración del período adolescente, tanto que algunos
autores lo extendieron más allá de los veinticinco años. De modo, que actualmente para
determinar el final de la adolescencia se tiene en consideración no sólo elementos biológicos
y sociales, sino también psíquicos y espirituales.
JUVENTUD