El corset se difundió ampliamente en los siglos XVI y XVII como prenda usada por todas las mujeres independientemente de su posición social. En el siglo XIX, los corsets largos y apretados regresaron a la moda, pero para 1920 el contexto socio-cultural y la Primera Guerra Mundial llevaron a que las mujeres abandonaran el corset y adoptaran una imagen más masculina y cómoda. Diseñadores como Poiret y Chanel contribuyeron a este cambio eliminando el corset y promoviendo una silueta natural y libertad de movimiento