La oración de santa Luisa de Marillac por el P. Corpus Juan Delgado CM
El señor de los milagros-I.e.p Jesus amado
1. El señor de los milagros
Trabajo realizado: Micaela Mendieta
Grado:2do de sec
Profesor: Teacher Walter Uriarte Pando.
2. Historia
• El Señor de los Milagros o Señor de los Temblores es una imagen
de Cristo en la cruz pintada en una pared de adobe ubicada en el
Altar Mayor del Santuario de Las Nazarenas de Lima (Perú), y
venerada por peruanos y extranjeros en el Perú y alrededor del
mundo, por quienes es considerada milagrosa. Su procesión es
una tradición netamente peruana, considerada como la
manifestación religiosa católica periódica más numerosa del
mundo. Fue pintada por un esclavo de casta angoleña llamado
Pedro Dalcón o Benito, según Raúl Porras Barrenechea. Se le
conoce como Cristo Moreno debido a que, entre sus creyentes,
predominaba la gente negra. Podría estar relacionado, según
explica la historiadora María Rostworowski, con el culto milenario
al dios Pachacámac.
3. Devotos
Año tras año, miles de personas salen a las calles para
rendir homenaje al Señor de los Milagros. Esta fiesta de la
religión católica está considerada una de las más grandes
del mundo pues acuden a cada una de sus procesiones
cerca de 40 mil personas. No importa la edad, la profesión,
el liderazgo, el cargo político, género ni raza, movidos
únicamente por su fe, todos los fieles conforman un mar
humano que lleno de emotiva devoción acompaña al Cristo
Morado en su recorrido tradicional.
Como costumbre de esta fiesta se observa, durante la
peregrinación, a las cuadrillas de cargadores, zahumadoras
y vendedoras de comidas y dulces típicos entre los que
destacan: choncholí, choclo, picarones y los infaltables
turrones de doña Pepa.
La República les trae la más completa información sobre
todas las noticias relacionadas al “Cristo de Pachacamilla” y
su recorrido en la ciudad de Lima.
5. ¿Porque el color morado?
• Cuentan los cronistas que una mujer llamada Antonia Maldonado, original de Guayaquil, vino al Perú y se
instaló en el Callao. A la edad de 20 años fue obligada por su madre a casarse con el noble Alonso
Quintanilla, matrimonio que -según dicen- nunca llegó a consumarse por el enorme espíritu de servicio
hacia Cristo que ella guardaba.
• Por esas cosas del destino, Alonso fue atacado por una extraña enfermedad y murió repentinamente
dejando viuda a doña Antonia, circunstancia que le permitió dedicarse de lleno a lo que era su verdadera
vocación: servir a Cristo. Por ello, funda un beaterio de nazarenas cuyo hábito era de color morado.
• Debido a la intromisión del Capitán Francisco Serrano Carrillo de Albornoz, que impuso a una joven
conocida suya como directora del beaterio valiéndose simplemente de las donaciones que él realizaba,
doña Antonia inició posteriormente el beaterio de Montserrat denominado también Instituto Nazareno.
• Desafortunadamente sólo funcionó 17 años, pues las autoridades intervinieron el lugar al verificar y
comprobar que no tenía la licencia real requerida, motivo por el cual fue cerrado y luego demolido.
• Finalmente, a doña Antonia le fue ofrecido un solar al lado de la Capilla del Cristo de Pachacamilla y, desde
ese instante, su destino y el de sus beatas fue cuidar al Cristo moreno, siempre ataviadas con el hábito
morado que usaban las nazarenas y que hasta hoy simboliza la devoción absoluta al Señor de los Milagros.
6.
7. TURRONES
• El turrón de Doña Pepa es
un dulce
tradicional peruano relaciona
do con la festividad del Señor
de los Milagros, formado por
tres o más palos de harina
distribuidos de manera
similar al juego jenga, bañado
con miel de chancaca y
decorado con grageas y
confites de varias formas y
colores.
8. Historia de los turrones
• Se atribuyen tradicionalmente dos orígenes al tradicional
postre limeño, que recuerda a la esclava Josefa Marmanillo,
proveniente del cercano valle de Cañete, reconocida como
buena cocinera:1
• La primera historia y la más difundida en la historia oral y
escrita, cuenta que hacia fines del siglo XVIII, Josefa
Marmanillo comenzó a sufrir una parálisis en los brazos,
enfermedad que posibilitó que fuera liberada de la
esclavitud, pero al mismo tiempo -al impedirle trabajar- la
dejaba sin posibilidad de sustento: en tales circunstancias
escuchó rumores sobre los milagros que realizaba la
imagen del Cristo de Pachacamilla, viajó hasta Lima, y tanta
fue su fe y devoción que se recuperó de su enfermedad, y
en agradecimiento creó el dulce dedicado al Cristo de
Pachacamilla, actualmente llamado Señor de los Milagros.
En la siguiente salida del Señor, Josefa levantó el turrón,
ofreciéndoselo.