El documento discute la psicopatía y cómo las personas normales pueden volverse psicópatas bajo ciertas circunstancias estresantes. Describe señales para identificar a un directivo psicópata y cómo estos usan tácticas de manipulación para ganar poder en una organización. También explica cómo las organizaciones tóxicas pueden presionar a personas sensibles a adoptar comportamientos depredadores similares a los psicópatas.
2. La psicopatía o personalidad psicópata
es un trastorno de personalidad
antisocial.
3. ¿Puede una persona normal
volverse un psicópata?
- Pues sí, personas normales bajo ciertas
circunstancias se pueden volver
psicópatas.
4. Veinte pistas para reconocer a un
directivo de tipo psicópata.
1. Tienen una superficial capacidad de encanto.
2. Ausencia de resonancia emocional, frialdad.
3. Presenta tendencia a explotar a los demás
mediante un estilo de vida parasitario.
4. Posee un sentido grandioso de los propios méritos.
5. Miente sin pestañear de manera compulsiva.
5. 6. Carece de remordimiento o sentido de la
culpabilidad.
7. Manipula muy eficazmente a los demás.
8. Es experto en ganarse la confianza de los demás
y defraudarla de forma sistemática.
9. Posee una elevada capacidad camaleónica.
10. Vive con la sensación de que puede hacerlo
todo y nada puede pararle.
11. Es un experto en identificar los puntos débiles o
vulnerables de las personas.
12. Le excita la vulnerabilidad y se ensaña
especialmente con los trabajadores más débiles o
vulnerables a los que denigra y rebaja.
13. Presenta un tipo de pensamiento simple y
superficial con incapacidad de hilar más allá de
dos o tres frases eruditas.
6. 14. Sus emociones son inexistentes o superficiales o
artificiales.
15. Su comportamiento con sus eventuales
adversarios consiste alternativamente en
comprarlos mediante prebendas, ofertas o
promesas, o eliminarlos mediante las técnicas
más manipuladoras y destructivas.
16. Suele transgredir las normas y las leyes,
incurriendo en fraudes, irregularidades,
corrupción y nepotismo.
17. Aduce argumentos morales finalistas o telógicos
ante los demás.
18. No tiene curación psicológica ni remedio
terapéutico.
7. 19. Construye a su alrededor, en las organizaciones,
clanes, facciones o mafias que pone a su
personalísimo servicio.
20. Es un individuo normal en su apariencia y en sus
costumbres, que no presenta alteración del
sentido de la realidad, por lo que es
perfectamente consciente de sus actos.
8. El ataque del psicópata al
poder de la organización.
Los patrones de conducta son siempre
los mismos.
- Eliminación inicial de los posibles competidores.
- Subyugación y dominación de los más débiles
mediante la amenaza.
- Compra de los fuertes mediante diferentes formas
de retribución.
9. El método preferido: el acoso
psicológico en el trabajo o
mobbing.
El mobbing, traducido de manera
correcta al castellano como acoso
psicológico y no como acoso moral.
10. Trepas, maquiavélicos y
narcisistas.
Estas tres formas de personalidad perversa que
componen la denominada tríada oscura de las
personalidades psicopáticas presentan un
carácter socialmente malevolente, con patrones
de conducta tendentes a la descarada
autopromoción, la frialdad emocional, la doblez y
agresividad.
11. El dogma sagrado de la
racionalidad instrumental.
La transformación de la economía en
una nueva religión de tipo sacrificial es
esencial para entender todos los
procesos que llevan a una persona
normal a transformarse en un ser
psicopático.
12. Cómo las organizaciones tóxicas
convierten a las personas
normales en psicópatas.
La presión situacional sobre muchos
trabajadores sensibles y normales les
conduce a convertirse en seres que se
comportan como auténticos
depredadores sociales, implacables, sin
ningún tipo de piedad o compasión.
13. 1. Parálisis moral mediante la resignación ante lo
que no puede evitarse. El orden económico-
sacrificial como orden inevitable.
2. No es asunto de mi competencia, no me
corresponde a mi. La fabricación de distancias
psicológicas con las víctimas.
3. Es culpa del que lo ha hecho, no mía. El
desplazamiento de la responsabilidad moral de
actuar sobre el autor.
4. Yo ya ayudo a otros. El desplazamiento de la
obligación moral sobre otros tipos de víctimas.
14. 5. ¿Y los otros que? La difusión sobre el grupo de la
responsabilidad de actuar.
6. Se lo merecen. El error básico de atribución, el
mecanismo del chivo expiatorio y la
satanización de las víctimas.
7. Muerto el perro, se acabó la rabia. El síndrome
de ensañamiento con la víctima.
Los individuos que culminan estos siete grados
están ya preparados convenientemente para
ser cada vez más activos y menos morigerados
en el linchamiento ulterior de otros y en la
colaboración activa con el mal.