1. REVISTA DE TRABAJO SOCIAL
TEORICO-METODOLOGICC
Prof. Claudio Vogel C.
Psico-Antropólogo,
Universidad de Chile.
"La familia está en crísis." Esta es una fraseque oí-
mos frecuentemente -yno le damos importancia hasta
que no sucede algo en nuestro propio círculo familiar
o en nuestra propia familia.
Cuando hablamos de la familia, con frecuencia
confundimos la realidad concreta que designamos con
el nombre de familia.
Toffler habla del fenómeno del oleaje como
un sucesivo logro de cumbres de desarrollo social por
parte de la humanidad. Estas olas se van acortando en
su duración en la misma medida en que arrastran
a los seres humanos a cumbres de desarrollo mayores.
La primera Ola la representó la agricultura, confor-
mando el primer punto de inflexión en el desarrollo
social humano. Antes de la Primera Ola de cambio,
la mayoría de los seres humanos vivían en peque-
ños núcleos, con frecuencia de carácter migratorio,
y se alimentaban de la caza, de la pesca o de la cría
de rebaños. Hace unos diez mil años apareció la Prime-
Ola, , la agricultura, que dió lugar a la Agrosfera.
Esta Ola estaba terminando cuando aparece, en el si-
glo XVII, una Ola nueva, la Segunda: la revolución
industrial, que originó lo que Toffler llama la Tec-
nósfera. Esta Ola, cuando la primera Ola ya está
practicamente extinguida (sólo hay escasos lugares en
la tierra en que aún pequeñas poblaciones la prdc-
tican) todavía no ha perdido su fuerza e impulsa
la industrialización en diversos lugares de la tierra.
Sin embargo, ya se advierte la presencia de la
Tercera Ola, la que Toffler llama la Infosfera. Es
decir, la Ola en que el fenómeno predominante es la
información, a todo nivel. Esta Ola comenzó a le-
vantarse en la década de los años 50, después de
la 2 a guerra mundial.
La familia ha ido adoptando diversas formas
a lo largo de la historia humana, diversificándose
en sus maneras de orgarizarse de acuerdo a las orien-
taciones de cada cultura. Sin embargo, en cada una
de estas Olas señaladas por Toffler, es posible adver-
tir un cierto paradigma central.
Por ejemplo: 1) En el período de la Primera
Ola, "dondequiera que predominaba la agricultura,
la gente tendía a vivír en grandes agrupaciones
multigeneracionales, con tías, tíos, parientes po-
líticos, abuelos o primos viviendo todos bajo el
mismo techo, trabajando todos juntos como una uni-
dad económica de producción" (1; 43). Entre las mu-
chas formas familiares de este tipo tenemos la Fami-
lia Colectiva de la India; la Zadruga en los Balcanes
y la Familia extensa, de la Europa Occidental, que
fue llevada a América durante el proceso de con-
quista V colonización.
2) Al producirse la aparición de la Segunda
Ola, las familias sufrieron el impacto de la colisión
entre las dos Olas, apareciendo el conflicto como fe-
nómeno expresivo de ese impacto: rechazo de la auto-
ridad patriarcal; modificaciones importantes de las
relaciones entre los hijos y sus padres; cambios
en las normas y códigos morales; desplazamiento
de la economía y de la actividad productiva del cam-
po a las fábricas, lo que produjo una pérdida de uni-
dad familiar, ya que los miembros de la familia
dejaron de trabajar juntos; la familia inicia un largo
proceso de traspaso de funciones sociales a diferen-
tes organizaciones, entre las cuales se destacan la
educación de los hijos, el cuidado de los enfermos y
de los ancianos, etc.
Con estos cambios la familia se hizo más mó-
vil, se redujo en tamaño y poco a poco se fue adap-
tando a la nueva realidad: la tecnósfera. Así apareció
la familia nuclear: el padre, la madre y unos pocos
hijos. En ella,el padre está dedicado a ganar el sus-
tento y su esposa, la madre, es la dueña de casa
que administra el hogar.
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LA FAMILIA:
CRISIS Y CONFLICTO
2. ARTICULOS
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Las instituciones características de la Segunda
Ola fueron entonces la familia nuclear descrita,
la escuela y la corporación gigante provista de gran-
des capitales.
3) Actualmente nosotros estamos viviendo el
impacto entre la Segunda y la Tercera Ola y esta
nueva colisión está provocando profundos conflic-
tos en las instituciones de la Segunda Ola; la familia
es una de las afectadas. Estos conflictos, a medida que
nos adentramos en esta 3 a etapa, van originando cri-
sis cada vez más graves y profundas que provocan
cambios en la estructura de la familia. Estos cambios
no sólo afectan el comportamiento rólico de los com-
ponentes, sino,incluso el tipo y número de compo-
nentes de una familia. Ya se habla abiertamente del
derrumbamiento de la familia y de la muerte de la fa-
milia.
Los que hablan así de la familia no piensan en
la multitud de formas y características que pueden
revestir,sino que suelen estar considerando la familia
nuclear de la 2 a Ola ya descrita, es decir, marido
proveedor del sustento, esposa dueña de casa encar-
gada del hogar y de la educación de dos o tres hijos,
cuatro a lo más. Este patrón de tipo de familia corres-
pondió al prototipo o "modelo socialmente apro-
bado, porque su estructura se ajustaba perfectamente
a las necesidades de una sociedad de producción en
serie con valores y estilos de vida ampliamente
compartidos, poder burocrático jerárquico y una clara
separación entre vida hogareña y vida laboral"(1 210)
El mismo hecho de querer ajustar la familia ac-
tual a un modelo que no corresponde crea tam-
bién tensiones y desajustes.
También hay defensores de la familia que
ponen el acento en una serie de factores, todos,
o la mayoría, muy negativos o destructivos, de modo
que logrando su eliminación mejoraría la situación
de la familia. Entre esos factores ponen la porno-
grafía, el aborto, el feminismo, la "liberacion de la
mujer", etc. Otros buscan mejorar la educación y
hacerla más eficaz, o suprimir la educación sexual.
Personalmente creo que es mejor buscar una
forma, un modelo nuevo de familia que interprete
equilibrada y sanamente la realidad de nuestro
tiempo, la realidad de la Tercera Ola como diría
Toffler; incluso creo que ésto es urgente, y que
esta búsqueda se haga a partir de la realidad con-
creta que vive nuestro mundo y las sociedades que
lo pueblan.
El panorama de la crísis actual es desalentador
Si consideramos las cifras recientes provenientes
de sociedades tan diferentes como USA y Rusia:
entre un tercio y la mitad de los matrimonios termi-
nan en divorcio. En 1980 los cálculos de distintos
organismos internacionales registraron una cifra cer-
cana a los 40 millones de abortos en el mundo.
Otros fenómenos importantes en esta línea,
también señalados por Toffler (1; 212-215), se re-
fieren principalmente al hecho de que en USA sólo
el 7 o/o de la población vive un estilo de vida fami-
liar de acuerdo al modelo nuclear de la Segunda
Ola. ya citado. Otro hecho es el aumento progresivo
en la década de los años 70 del número de personas
de edades comprendidas entre los 14 y 34 años que
vivían solas: pasó de 1,5 millones a 4,3 millones
en USA, es decir,casi se triplicó. Muchas de estas per-
sonas eligen deliberadamente vivir solas y no por
obligación. También es posible observar el paso de
hogares con hijos a hogares sin hijos, "centrados en
los adultos": es le estilo de vida "libre de hijos".
En USA ya hay organizaciones que promueven ésto,
como la "Alianza Nacional para la Paternidad Op-
cional". El divorcio ha originado a su vez algunas
formas nuevas, como la familia incompleta respecto a
la pareja o uniparental y la familia agregada, en la
que cada miembro de la pareja aporta hijos prove-
nientes de una separación matrimonial anterior.
Hasta aquí hemos podido apreciar una visión
panorámica de la evolución de la familia y su crisis
actual en su línea gruesa y en las sociedades y cul-
turas más estudiadas y conocidas. Pero qué sucede
en Chile,en nuestro país? ¿Estamos en la Segunda o Ter-
cera Ola? En realidad no hay suficiente información co-
mo para poder afirmar en forma clara y en este mo-
mento, que la familia chilena está de lleno en la 3 a
Ola. Sin embargo hay síntomas de que estamos,
por lo menos, a nivel urbano, mostrando algunos
síntomas o características propias de la crísis provo-
cada por el choque entre la Segunda y Tercera Ola.
En un estudio de 52 parejas de novios que estaban
próximos a contraer matrimonio, sólo 4 parejas
no habian tenido relaciones sexuales prematrimo-
niales, (el 7,69 °/o,) y en sólo 2 de estos 4 casos,
ambos eran vírgenes. En un estudio de hombres
y mujeres profesionales, 22 mujeres solteras de 24,
abogaban por la supresión de las diferencias rólicas
en la vida familiar lo mismo que los 6 hombres
solteros del grupo. En cambio, los 4 hombres casados
y 4 de las 6 mujeres casadas, hacían diferencias ró-
licas marcadas en la vida de familia. Estos datos son
de un seminario-taller de 1979. En un estudio,
también de 1979 acerca de la familia popular en la
3. REVISTA DE TRABAJO SOCIAL
3 a Región, el antropólogo Sergio Martinic encon-
tró en una muestra de 53 familias, que 33 (62,2 °/o)
de ellas eran nucleares y 12 nuclear ampliadas (fami-
lias de pirquineros)(22,6°/o) es decir, un 84,8 °/o de
familias de tipo nuclear.
Los principales conflictos observados en estas
familias de pirquíneros eran, fuera de los socioeco-
nómicos de carácter externo, la infidelidad y falta
de respeto del hombre con las mujeres originados
en su machismo; también hay "falta de comunica-
ción" en la pareja (2; 61) lo que lleva a la "pérdida
del amor" en el matrimonio, según algunas entre-
vistadas. Además esta incomunicación afecta las rela-
ciones padres-hijos y lleva a los hijos a rebelarse
e incluso irse de la casa a una edad temprana.
En otro estudio, en 1974, en la la y 2 a Re-
gión, realizado por Roberto Hernández (3; 6-14)
él señala que en las comunidades y pequeños pobla-
dos del interior,hay un número importante de matri-
monios de hecho o uniones libres que son muy
estables y sólo se casan por fines burocráticos, como
la asignación familiar, etc. El divorcio casi no exis-
te debido a la fuerte carga normativa del contexto
cultural. En el Norte Grande de Chile (3; 10), hay un
80 o/o de familias nucleares; en ellas están incorpo-
rados los hijos prematrimoniales tenidos con otros
hombres o con el mismo antes de casarse, ya que la
joven soltera tiene mucha libertad sexual, no así
una vez casada.
En el otro extremo de Chile, en Aysén encon-
tramos también la existencia de familias nucleares
y a veces presentan una forma peculiar: si el marido
ha ido a trabajar a Argentina, su compadre o amigo
de confianza asume el su rol frente a su esposa y los
hijos, de modo que al volver el marido se encuentra
nuevamente con su familia y asume su papel de es-
poso.
Como podemos apreciar, en Chile hay distin-
tas formas de familia y ellas tienen su razón de ser
debido a las diferentes baracterísticas socio-cultura-
les del país. A nivel urbano encontramos sí mayor
diversidad de familias en conflicto, particularmente
en las grandes ciudades. Si observamos algunas
de las características de sus problemas podemos apre-
ciar que ellas corresponden a situaciones descritas
por Toffler como de la 3 a Ola: como el aumento de los
divorcios, las familias nucleares incompletas y las
agregadas, aumento de las personas que viven solas
en pequeños departamentos, etc.
Qué hacer frente a esta realidad crítica de la
familia contemporánea, detrás de la cual se esconde
el sufrimiento de numerosos seres humanos, hom
bres, mujeres y niños?
Me parece que Carl Rogers, tiene una res-
puesta que merece ser considerada. En su obra
"El matrimonio y sus alternativas" (4; 215 y sigs)
él propone en el capítulo 9 constantes de enriqueci-
miento y de permanencia de la pareja humana com
premetida en una vida de familia.
Esta cuatro constantes son las siguientes:
la Dedicación o Entrega: que puede formu-
larse del siguiente modo: "Nos comprometemos
mutuamente a trabajar juntos en el proceso cam-
biante de nuestra relación, porque esta enriquece,
actualmente, nuestro amor y nuestra vida, y desea-
mos verla desarrollarse".
De esta manera, agrega Rogers, "la relación
aparece como un flujo en movimiento, y no ya como
una estructura estática que puede aceptarse inde-
finidamente". (4;218).
2 a Comunicación: Acá lo medular o central
es tener una actitud comunicativa centrada en la ex-
presión de los sentimientos. Rogers dice:"Deseo co-
municarte mis sentimientos, aunque no todos son
positivos". Esto es lo que permite realmente, diría
yo, que cada cónyuge sea el mensaje para el otro
cuando se comunican.
3 a La disolución de los roles: Rogers ha obser-
bado en su estudio que los matrimonios que parecen
más enriquecedores y satisfactorios son aquellos
en los cuales los roles juegan un papel, cada vez
menor, hasta que las expectativas rólicas acaban poi
desaparecer. La cultura o subcultura pauta el com-
portamiento que deben tenr los maridos y sus espo-
sas en el matrimonio, pero si ellas viven en función
de los roles y expectativas sociales, terminan por
oponerse a sus propias aspiraciones de ser un matri-
monio que desea alcanzar una meta grande, propia y
creativa.
Rogers formula esta disolución de los roles di-
ciendo: "Viviremos conforme a nuestras propias
opciones, a las percepciones orgánicas más profun-
das de que seamos capaces y no nos dejaremos mol-
dear por los deseos, las normas, los roles y las ex-
pectativas que los demás desean imponernos tan
ansiosamente" (4; 222).
4a
Convirtiéndose en un Yo separado; "Cuan-
do cada uno de los miembros progresa hacia una cre-
ciente individualización, la pareja se enriquece" (4;
223). Para Rogers convertirse en un Yo separado es lo
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4. ARTICULOS
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mismo que preguntarse: ¿qué significa convertirse en
tu propio ser? y la respuesta es desarrollar todo un
proceso que comienza por el Auto descubrimiento
(ambos miembros de la pareja). Cada uno a su vez,
lucha constantemente por alcanzar sus sentimientos
más profundos y busca una conciencia plena de lo que
experimenta y siente en lo más íntimo de su ser. Un
segundo paso es la aceptación del Yo: la persona logra
progresivamente aceptar esa compleja realidad inte-
rior en la que hay componentes positivos y negativos.
Al aceptarse, comienza poco apocoaser másdueñode sí
mismo, de su propio ser y logra ser másél mismo. Un ter-
cer paso es la Caída de las máscaras: es decir, dejar
de lado las defensas, pretensiones y armaduras que
usamos corrientemente para ocultar nuestra inmadu-
rez y nuestros miedos o inseguridad.
Un cuarto paso es el de ir Experimentando va-
lores: para Rogers esto significa que tanto el marido
como la esposa van desarrollando un "centro interior
de evaluación". En otras palabras,que el valor de una
experiencia mía no va a ser delimitada por lo que
digan los otros, incluso ella (o él), o la Iglesia, sino
por lo que yo siento en lo más profundo de mi ser,
donde se da mi experiencia. Entonces voy a poder
darme y comunicarme de verdad, porque voy a estar
abierto y comunicado con mi experiencia profunda.
El quinto y último paso es que la persona que
ha asumido su yo autónomo se convierte en un com-
pañero de viaje valioso y entretenido lo que lleva
auna Realización para ambos.
Rogers termina su capítulo 9 diciendo que en
realidad muchas otras constantes que pueden darse
en la vida de una pareja bien realizada, de algún mo-
do van a reducirse a alguna de estas cuatro que él
ha encontrado. Y da el ejemplo de la satisfacción
mutua en la relación sexual, puesta por nuestra cul-
tura como la condición de una pareja satisfactoria
y estable: casi siempre puede desarrollarse bien cuan-
do existen las 4 constantes en la vida de la pareja.
Yo soy optimista, creo en la capacidad crea-
tiva del ser humano. Pienso que las observaciones
de Toffler son importantes para tomar conciencia
de la corriente en que vamos, del sentido de lo que
pasa a nuestro alrededor y poder orientar, según
nuestra conveniencia, los fenómenos sociales y cul-
turales que vivimos, sin dejar que ellos nos destruyan
o nos esclavicen.
Si consideramos la realidad descrita antes en
Chile, y, aún más, lo que estamos viviendo en nues-
tra propia realidad familiar, podemos considerar qué
nos conviene hacer y qué cosas reorientar. Cada una de
las constantes señaladas por Rogers puede ser "trabaja-
da" en nuestra pareja con instrumentos que tenemos
en Chile, tanto psicológicos como antropológicos.
Lo importante es trabajar la pareja de modo
que haya una vida de familia en que cada persona
se sienta realizada en plenitud.
BIBLIOGRAFIA.
1. Alvin Toffler:
2. Sergio Martinic;
3. Roberto
Hernández:
"La tercera Ola". Barcelona 1980.
Edit. Plaza & Jones.
"La familia popular". Santiago, 1979
Edit. Cide.
"costumbres de la familia y su
planificación en las Comunidades del
norte de Chile". Santiago, 1974.
Apartado docente. U. de Chile.
4. CarlRogers: "El matrimonio y sus alternativas".
1976, Barcelona. Edit. Kairós.