Factores ecosistemas: interacciones, energia y dinamica
Actividad de clase- Crítica al concepto de progreso
1. Revisión crítica del concepto de progreso
Profesor: Alexander Fuentes
Curso: 1ºA
Estados Unidos de Norteamérica.
Durante el siglo XVIII, en pocos lugares la fe en la filosofía del progreso se puso de
manifiesto con más fuerza que en las colonias norteamericanas de las que nacería más
tarde la nueva república. Henry Steele Commager, en su reciente obra El imperio de la
razón, da mucha importancia a este punto, al igual que Edward McNall Burns en The
American Idea of Mission. Dos años antes de su muerte, acaecida en 1824, Thomas
Jefferson, maravillado por el progreso alcanzado en la tierra y por todo lo que había visto
en sus ochenta y un años de vida, escribe: “Y nadie puede decir dónde se detendrá este
progreso. Entretanto, la barbarie ha ido retrocediendo ante el firme avance del
perfeccionamiento, y confío en que con el tiempo desaparecerá de la faz de la tierra”. El
a veces rígido John Adams, en el prefacio a su obra Defense of the Constitutions of
Government of the United States, escribe sobre “el curso regular del progresivo
perfeccionamiento” en las artes y las ciencias, y llega a declarar que “Las instituciones
establecidas ahora en Norteamérica perdurarán durante miles de años”. Benjamín
Franklin, en una carta dirigida a su amigo Joseph Priestley en 1780, escribe: “Es
imposible imaginar la Altura a que podrá llegar dentro de miles de años el Poder del
Hombre sobre la Materia”. Estos sentimientos eran comunes en la Norteamérica de los
Padres Fundadores.
Fuente:Robert Nisbet:La idea de progreso- Revista Libertas.1986
Redefinición de la categoría de progreso: Hacia una “forma-vida-orgánica”.
Es necesario derrumbar el “mito de la modernidad “y la “falacia desarrollista” o noción de
progreso que la constituye. Este es uno de los puntos clave para una redefinición de la
teoría del progreso hoy. El derrumbe del mencionado mito implica la caída del
eurocentrismo autoproclamado de Europa y con él, la superioridad intrínseca de
cualquier cultura. Ninguna cultura es superior a otra, sólo son distintas y tienen distintos
modos y “lógicas” de moverse en el mundo, de administrar sus relaciones sociales y su
relación con la naturaleza. De aquí se deriva también que ninguna cultura debe
abrogarse el derecho ni la misión salvífera de “hacer progresar” por la fuerza a otra.
Progresar, en este sentido, implica no producir víctimas ni victimarios, sino respeto mutuo
entre las tradiciones culturales del mundo. (…) Progresar en el siglo XXI implica una
democratización absoluta de la educación. El saber debe ser un bien para la
humanidad, sólo así podemos avanzar sobre el conocimiento actual, pero también, sólo
así evitamos el uso del saber como un poder, tal como sucede hoy con los transgénicos
y las patentes. El viejo lema de Bacon debe ser transformado. El saber debe ser un
poder, no para dominar al otro, sino para liberarlo, para potenciar sus posibilidades.
Fuente:Damián Pachón Soto: Crítica y redefiniciónde la categoría de progreso. Hacia una “forma-vida-orgánica”2010