Este documento contiene varios poemas cortos que celebran la naturaleza, la educación de adultos y Andalucía. Un poema describe a una mujer que asiste a clases para adultos para aprender a leer y escribir. Otro alaba las flores del campo y su belleza. Un tercero celebra a los jubilados de Málaga y les desea una larga vida. El último habla sobre una maestra dedicada que enseña a leer y escribir a estudiantes adultos.

1. Poesías
Un día yo me enteré
que al pueblo de Almogía
una maestra iba a venir
para enseñar a los adultos
a leer y escribir
Yo me presenté y pensé:
Nunca es tarde para aprender.
Al otro día en la Escuela me presenté
y la maestra me dijo:
¡Bien venida sea usted!
(Mª Dolores García)
¡Canto a las flores del campo
porque sólo Dios las riega
y nos ofrecen su encanto!
Que no se pierdan las amapolas
que luciendo su corola
dan su cara al sol de un día.
Que no se pierdan las campanitas
que es una flor muy sencilla
pero resulta bonita.

2. ¿Y la amapola blanca?
¡Tiene tanta belleza
que tiene talle de realeza
y como es sencilla
pierde pronto la hoja
y echa semillas!.
En tierra de Verdiales
se crían a ramilletes
violetas imperiales.
Los lirios no son veneno
porque tienen el color
de túnica del Nazareno.
La Adelfa junto al río
da su hermosura
y los matrantos huelen...
¡a gloria pura!.
El hinojo y el tomillo
despiden tan buen sabor
que se hecha al guisaillo
¡y hasta aquí llega su olor!.
Hasta la flor del chumbo tiene su encanto
¿y la flor del almendro
que adorna tanto?

3. A la siempre viva
que dura tanto tiempo
¡Dios la bendiga!.
También las zarzas
echan sus flores
donde hacen sus nidos
los ruiseñores
y entre todas las flores
pintan el campo de mil colores.
(Mercedes Mayorga)
Viva Málaga y Andalucía,
vivan los jubilados
por lo mucho que han pasado
y ahora viven contentos.
¡Dios los guarde mucho tiempo!
(María Antúnez)

4. En la escuela de adultos
tenemos una maestra
dispuesta a enseñarnos,
a no dejarnos nada pasar,
pero como no sea así,
no nos enseñamos
a leer y escribir,
pero nosotras estamos contentas con ella
porque se preocupa por nosotras.
(Mª Dolores García)