La actividad física regular produce enormes beneficios para la salud a cualquier edad, pero especialmente para las personas de la tercera edad al prevenir o reducir enfermedades como las cardiovasculares, la hipertensión, la obesidad, la diabetes y la osteoporosis. Para obtener estos beneficios, la actividad física debe ser de intensidad moderada a vigorosa y puede realizarse durante la jornada laboral para evitar dolores o lesiones causadas por la fatiga muscular del trabajo diario.