2. El martes 16 de diciembre de 1773 tuvo lugar en Boston el denominado Motín del té (en inglés: Boston Tea Party), en el que se lanzó al mar todo un cargamento de té. Fue un acto de protesta de los colonos estadounidenses contra Gran Bretaña y es considerado un precedente de la Guerra de Independencia de los Estados Unidos. La rebelión de los colonos en el puerto de Boston, Massachusetts, nace como consecuencia de la aprobación por Gran Bretaña en 1773 del Acta del Té, que gravaba la importación a la metrópoli de distintos productos, incluido el té, para beneficiar a la Compañía Británica de las Indias Orientales a quien los estadounidenses boicoteaban comprando el té de Holanda.
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5. El Tea Party ha sabido captar el interés de muchos ciudadanos, canalizando el descontento con la Administración del presidente Obama
6. Frente a ellos, también en Internet, ha surgido el Coffee Party. En Facebook, Annabel Parker (una anónima cineasta de las afueras de Washington) impulsaba en enero una respuesta colectiva a los ataques del Tea Party.
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11. La esencia es la relación con los votantes . Buscaban implicación, gente que quisiera formar parte del movimiento: cambio, esperanza, autoorganización. Trabajar juntos y crear nuevas ideas y nuevas actividades para dar a conocer la campaña y al candidato.
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13. No es Estados Unidos el único país donde proliferan estos movimientos extra-partidarios, sino que en todo el mundo, y es una constante, las comunicaciones online están consiguiendo el auge de movimientos políticos ciudadanos que eran impensables hace unos años.
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15. Reunieron 500 mil personas (otras fuentes hablan de 2 millones) en Roma contra el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, en la celebración del No B. Day (Día del no a Berlusconi) .
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19. Independientemente, y también al mismo tiempo que se desarrollan estos movimientos, se producen múltiples campañas a través de las redes sociales, especialmente Facebook, que permiten que multitud de ciudadanos, sin ser de ningún partido político, participen activamente en diversas iniciativas políticas on y off line.
20. La cultura digital es una ola de regeneración social (de ahí su fuerza política) que conecta con movimientos muy de fondo en nuestra sociedad
21. En la red y en los movimientos políticos ciudadanos que han nacido en ella, estas personas no actúan como activistas políticos de partidos, o como militantes, sino que la gran mayoría actúan políticamente de motu propio en asuntos que les interesan, con una participación sencilla, a menudo desde sus casas, conectados desde su ordenador, de manera rápida y con muchísima difusión.
22. No son movimientos estructurados, ni jerarquizados, sino que aparecen por iniciativa de algún ciudadano anónimo y, dependiendo del tema, del contexto, de la actualidad de la iniciativa propuesta, de su creatividad y atractivo… tendrá más y más apoyos en Internet.
23. Triunfan por su simplicidad y porque aparecen desde la ciudadanía y no desde las organizaciones políticas. Representan un soplo de aire fresco por su naturaleza antiautoritaria, irreverente, horizontal.
24. Están formados por personas comprometidas, cada vez con mayor fuerza en la sociedad, y los partidos deben tenerlos presentes por la multitud de gente a la que arrastran.
25. En una época caracterizada por el individualismo, la despolitización, el desgaste de la política, el desprestigio de los partidos (englobado todo ello en un sentimiento de desafección y espíritu crítico), son los propios ciudadanos los que se dan cuenta que pueden actuar políticamente por sí mismos gracias, sobre todo, al poder de la comunicación intensiva e inmediata de la red.
26. La red nos lleva hacia un nuevo paradigma: cada uno de nosotros es un nodo de identidad (política, intereses, culturas, actividades y activismo, etc.). Cada ciudadano, cada uno de nosotros, es un centro con su propia realidad, con su visión diferenciada del mundo y nos unimos a otros ciudadanos y ciudadanas según esa identidad individual.
27. Estos movimientos ciudadanos, de naturaleza política y estructura en red y autónoma, organizados fundamentalmente alrededor de las redes sociales y las plataformas digitales, no aspiran a sustituir a los partidos políticos, pero sí a condicionar sus “tempos”, sus estrategias e –incluso- a sus candidatos.
28. Mientras las fuerzas políticas tienen cada vez más dificultades para movilizar y ampliar sus bases militantes, estos movimientos ofrecen un enganche político más libre, más autónomo, formado por bases de ciudadanos comprometidos. No quieren ser militantes, quieren ser activistas, de causas y de temas específicos.
29. Es una oferta más abierta y fragmentada en relación –también- a la complejidad política, mucho más atractiva para aquel que no quiere obedecer sólo a una consigna, para aquel que se irrita ante la inacción o la prudencia claudicante o para aquel que espera, sencillamente, a que pase algo.
30. Los activistas de estos nuevos movimientos (políticos) ciudadanos ya no esperan, pasan a la acción .