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Los negocios de los redondo 4
1. LOS NEGOCIOS DE
LOS REDONDOS
Autora: Profesora Ana A. Silva Luciano
13 / febrero / 2011
2. Esta era una familia que vivía en comuna, cuyas casas quedaban cerca la una de la
otra en la misma calle. Había dos negocios, uno en cada extremo de la calle. El
primer negocio era el de Don Joaquín Redondo; y el segundo negocio era el de Don
Serafín Redondo, pues ambos eran hermanos.
3. Don Joaquín era un hombre grueso que pesaba 275 libras y medía 5 pies de alto,
muy trabajador, serio y dedicado a su negocio. Don Serafín, su hermano, pesaba 231
libras y medía 5 pies y 2 pulgadas de estatura. Éste era más agradable que Don
Joaquín, pues le encantaban mucho los niños, era muy dispuesto y complaciente.
Los negocios tenían números redondos 40 y 50; por ser así y por vivir en cada
extremo de la calle, la gente les llamaba Los Redondos.
4. Juan vivía también en la misma calle. Un día se le rompió la bicicleta e
inmediatamente se comunicó por teléfono con María, su prima, quién vivía cerca de
él en la casa número 43 y le dijo:
María; se me rompió la bicicleta y ahora tengo que caminar a pie.
María; le contestó: ¡Ay! Me da mucha pena, pero... ¿no la puedes arreglar?
5. Juan le contestó: Papá trató de arreglarla, y me dijo que no se podía arreglar, y
entonces me dió $120.00 para comprar una patineta.
María le dijo: ¡Qué bueno es tu papá! Ahora; debes llamar al negocio de Don
Joaquín Redondo y al negocio de Don Serafín Redondo; ver si venden patinetas
y preguntar cuál es el precio.
Y Juan contestó: eso es lo que voy a hacer, hasta luego María, te llamaré más
tarde.
6. Al rato, Juan decidió llamar al negocio de Don Joaquín Redondo:
Buenos días, Don Joaquín; ¿usted vende patinetas?
Don Joaquín le contestó; sí... en el día de hoy están en especial, a $85.00
Muy complacido Juan le dio las gracias. Más tarde llamó a la tienda de Don Serafín
Redondo para investigar el precio de la patineta y éste le contestó:
Oye hijo, por ser a ti, te la vendo en $95. 00.
Gracias Don Serafín, hasta luego.
Juan muy contento gritó ¡UHAAO! La de don Joaquín Redondo es más barata.
7. Juan, niño de doce años de edad, quiso escuchar la opinión de Punto Medio que
vivía en una casa que quedaba en el mismo centro de la calle, entre la Tienda de Don
Joaquín Redondo y Serafín Redondo, se comunicó a través de su teléfono y le dijo:
Oye, Punto Medio se me rompió la bicicleta.
Punto Medio muy triste le contestó: me da mucha pena, pero no te preocupes
porque tú eres mi pana y en cualquier cosa te ayudaré.
Dime Punto Medio, ¿cuál tienda me queda más cerca?, la de Joaquín Redondo
o Serafín Redondo.
Punto Medio lo pensó un poquito y le dijo: bueno... como yo estoy en el medio,
o sea en la casa número 45 y tu vives dos casas después; te queda más cerca el
negocio de Serafín Redondo que está ubicado en el número 50. Recuerda que
sus negocios están en el 40 y 50. Pues tu casa está más cerca del cincuenta
que del cuarenta.
8. La regla comienza de la siguiente manera: Las decenas son: 10,20,30,40,50,60,70,80
y 90. La maestra decía; si redondeamos el número 36 a la decena más cercana;
vemos que está más cerca del 40 que del 30, pues el número que se encuentra a la
mitad es el 35 y 36 está después del 35 por lo que se aproxima más al 40. Así pasa
con los negocios de los Redondos. Y Juan le dijo: pero mira, llamé a Don Joaquín
Redondo y la patineta vale $85.00 y la de don Serafín cuesta $95.00 y por otro lado tú
me dices que estoy más cerca del negocio de Don Serafín, pues no se qué hacer.
Mira, te recomiendo que vayas a la tienda de Don Serafín, ya que es más cerca y
él es una persona muy amigable y cariñosa. Es más... estoy seguro que si le
pides que te la deje en $85.00, él te complacerá.
Ahora que me
acuerdo; esto se
parece a un problema
que la maestra de
Matemáticas me
explicó relacionado
con redondeo....
9. Bueno, Punto Medio, me voy a comprar la patineta.
Que tengas suerte...
Hasta luego... te llamaré más tarde.
Y minutos más tarde Juan regresó a su casa con su patineta, que le costó
solamente $85.00. Le dió las gracias a su papá y le devolvió $35.00 que le habían
sobrado.
Y...desde este día; Juan fue muy feliz con su patineta.