1. La ley de simplicidad tributaria
Varias consecuencias se derivan de la aprobación de la ley de simplicidad tributaria. Por
un lado, queda la sensación de victoria política en una parte del gobierno nacional. En
efecto, la sensación no invade a todos sino a aquella facción que no estuvo cercana al
proyecto originalmente enviado, el de las cuatro centenas de artículos, y que ya se sabe
en qué terminó. Lasensaciónde victoria beneficia,por tanto, a quienes entendieron que
es posible llegar a acuerdos con la legislatura si previamente se discute, negocia y llega
a consensos en los puntos de mayor convergencia. Esa sensación de victoria tiene
nombre y apellido, aunque el apellido resulta difícil de escribir y casi imposible de
pronunciar. Más allá de los costos políticos que tendrán tras de sí los 83 votos, lo cierto
es que la ley de simplicidad tributaria será un puntal para reorientar la balanza de poder
en el interior de Carondelet.
Por otro lado, aprobar laley de marras constituye un respiro económico para el gobierno
no sólo por los recursos que se podrán recaudar a futuro sino esencialmente porque
constituye una buena señalpara los acuerdos con los organismos multilaterales.Aunque
en las grandes ligas del financiamiento internacional esperaban mucho más, con el paso
del tiempo y el devaneo político del país las expectativas iniciales han ido adaptándose
al difícil contexto que rodea al gobierno nacional. Así, la ley de simplicidad tributaria
garantiza al menos que las conversaciones continúen y eventualmente los desembolsos
serealicen en el corto plazo. Más alláde las reacciones en los organismos multilaterales,
el acuerdo político alcanzado ayer en laAsamblea Nacional transmite cierta tranquilidad
al mercado y agentes económicos internacionales, avizorando mejores escenarios para
el 2020.
Sin embargo, lo alcanzado no es suficiente. En lo político, el gobierno debe dejar de lado
de una buena vez por todas las ideas de que puede situarse en el escenario electoral del
2021. El hecho que esa opción circule en medios de comunicación, y sea expresa o
tácitamente confirmada por altos funcionarios, no solo le hace daño a los acuerdos que
el gobierno necesitará alcanzar con la Asamblea Nacional en el año entrante, sino que
desgasta mucho más a los colaboradores del presidente Moreno que tienen en mente
una carrera política a futuro. El juicio político a la ministra de gobierno no es sino una
muestra de aquello. Por tanto, la aprobación de la ley de simplicidad tributaria debe ser
celebrada, pero a la vez justipreciada en su real dimensión. Apenas es el primer paso en
un conjunto de medidas de reestructuración frente a las que existen dudas razonables
sobre el genuino interés del gobierno nacional en ponerlas sobre la mesa de discusión
pública.
En lo económico, una de esas medidas es la reconfiguración del régimen laboral. Al
respecto, se escuchan voces oficialistas que presionan por el envío inmediato de tales
reformas a laAsamblea Nacional. No es una buena idea.Con las experiencias de octubre
y con el rechazo legislativo a la ley de las cuatro centenas de artículos, se esperaría que
el gobierno ahora tenga más cautela. Si los temas de subsidios y política impositiva
generan tensiones, los de naturaleza laboral están en el mismo o mayor nivel de
conflictividad. Por tanto, hay que tomarse el tiempo para discutir, negociar y llegar
2. a acuerdos con amplios sectores,trabajadores incluidos, desde luego. Afortunadamente
para el gobierno, hay evidencia cierta de que el contexto político y económico
internacional está dispuesto a apoyarlo en lo que resta de su período. En dicho
escenario, existeciertaflexibilidad temporal para que esta medida seaestratégicamente
planteada desde el lado político, económico y comunicacional.
Laaprobación de la ley de simplicidadtributaria deja ganadores y perdedores dentro del
propio gobierno. A la par, genera un buen ambiente en el contexto de los agentes
económicos internacionales de cara al año que está por venir. Finalmente, el respaldo
de organismos multilaterales y del contexto político internacional deberían servir de
base para dar algunos pasos adicionales en el proceso de reestructuración económica
del país. Ahí la pregunta que queda en el ambiente es si el gobierno tendrá la decisión
política de enfrentar esos desafíos. Si así lo hace, el país espera que las nuevas reformas
sean el resultado de una discusión serena y estratégica… exactamente lo contrario de lo
sucedido con la política de subsidios y la ley de las cuatro centenas de artículos.
Santiago Basabe es académico de la Flacso.
Mi opinión. –
Esta norma,propuestapor el presidentede laRepública,LenínMoreno,fortalece losprincipios
de progresividad,eficienciay simplicidad administrativaenmateriatributaria:amayor ingreso,
mayor aporte y mayor solidaridad.