El trabajo trata de mostrar como la etiqueta ni ni de los jóvenes argentinos puede resultar estigmatizante que a simple vista puede llegar a tratarse de un colectivo homogéneo de adolescentes cuyo propósito en la vida es ni trabajar ni estudiar, pero encierra mucho mas que una mirada culpabilizadora y punitiva sobre estos jóvenes.
1. Licenciatura en Educación
Política Educacional
2016
Profesor:
Jorge Flores
Alumna:
Carolina Carrizo
Trabajo Monográfico
Fecha de entrega: 11/07/16
1
2. Índice general
1. Introducción ………………………………………………………….…. 3
2. A simple vista ….………………………………………………… ……..3
3. La etiqueta ……………………………………………………………….4
4. Buscando culpables………………………………………………………5
5. En primera persona………………………………………………………7
6. Conclusiones……………………………………………………………..9
7. Bibliografía………………………………………………………………10
2
3. La era de los jóvenes ni ni en Argentina
“El estigmatizado, el marginado, el excluido, el que ha sido
moralmente condenado siempre tiene una historia propia
(Tedesco, 2015).”
1. Introducción
Durante los últimos años, en America Latina ha surgido una nueva manera de
llamar a los adolescentes que actualmente no atraviesan la escuela secundaria ni
tampoco son activos laborablemente. Este colectivo, aparentemente homogéneo, han
sido denominados “jóvenes ni-ni”. Resulta evidente que el eje del cuestionamiento está
puesto en el sujeto, sin problematizar la multiplicidad de factores por los cuales estos
adolescentes no concurren a la escuela secundaria o no consiguen trabajo.
Demostraremos que la literatura acerca de los llamados jóvenes ni-ni tiende, en
líneas generales, a inscribirse como un discurso reduccionista y estigmatizante, cargado
de connotaciones negativas que no se corresponden con la evidencia empírica
disponible.
Dando algunos testimonios de los protagonistas de la generación ni-ni, se tratará
de comprender las razones por las cuales estos adolescentes no trabajan ni estudian. Y
asimismo, tratar de dar cuenta del colectivo heterogéneo que ellos representan.
Particularmente en Argentina, si bien en 2006 fue sancionada la Ley Nacional de
Educación, la cual establece educación secundaria obligatoria, veremos que políticas de
orden educativo ha implementado el Estado para poder garantizarle dicho derecho a
estos jóvenes ni-ni.
2. A simple vista
Antes de introducirnos a la lectura, debemos dejar en claro que se entiende por
jóvenes ni-ni, desde una categorización reduccionista, cuando no estigmatizante
podemos definirlos como aquellos jóvenes entre 18 y 24 años, de sectores pobres que no
trabajan ni estudian. Según comentan Feijoó y Bottinelli, esta manera de nombrarlos,
3
4. “es un fanal, para identificar y tematizar de manera novedosa, un antiguo problema
social”1
.
Como bien dicen estos autores, tomando particularmente la exclusión del
sistema educativo de estos jóvenes, no es de ahora, quizás puede tener su génesis junto
con la formación del sistema educativo argentino. Si nos remontamos a fines del siglo
XIX, mientras la ley nacional 1420 determinaba la obligatoriedad de la escuela primaria
para todos los infantes con el fin de formar ciudadanos y homogenizar la población, los
colegios nacionales detentaban “como fin explícito la enseñanza preparatoria que
habilitara el ingreso a grados universitarios, y como objetivo implícito, la provisión de
los signos de distinción social y las referencias culturales para ser parte de la elite”
(Dussel, 2015, p.287)2
. En efecto, la secundaria nació con el objetivo de formar a la
futura dirigencia del país. Entonces podemos decir que, desde una perspectiva
puramente elitista de clase alta, la clase baja fue excluida de su educación secundaria
desde los albores del sistema educativo nacional argentino.
3. La etiqueta
Según la Real Academia Española la conjunción ni-ni se utiliza para coordinar
de manera aditiva vocablos o frases que denotan negación, precedida o seguida de otra u
otras igualmente negativas3
. En este sentido, los jóvenes son definidos desde su carencia
o falta de futuro, de entusiasmo, de trabajo, de escolaridad, “viven sin saber qué hacer o
para qué esforzarse, lo que les genera angustia”4
, entre otras cosas. Como bien señalan
Feijoó y Bottinelli dicha denominación “ha resultado muy eficaz para señalar las
dificultades que atraviesa una parte de la juventud para sostenerse en circuitos sociales
valiosos”5
. Asimismo, también surge una preocupación sobre lo que sucede con estos
chicos, “la expresión también tiene derivaciones simbólicas respecto de temores e
incertidumbres colectivas” (ibídem)6
. Sobre los jóvenes ni-ni Clarín, uno de los diarios
más prestigiosos del país revela, en una nota periodística que
1
Cuadernillos Unipe, La educación en debate. ¿Quiénes son los jóvenes “ni-ni”?, por María del Carmen
Feijoó y Leandro Bottinelli. febrero 2014, #19, p.1.
2
Tedesco, Juan Carlos. (2015); (compilador): La educación Argentina hoy. La urgencia del largo plazo.
Siglo XXI Editores. Fundación OSDE. Buenos Aires.
3
Definición tomada de la Real Academia Española
4
La Nación. Los “Nini”: jóvenes que ni estudian ni trabajan. 11/05/2010.
http://www.lanacion.com.ar/1263244-los-nini-jovenes-que-ni-estudian-ni-trabajan
5
Cuadernillo #19
6
Ibídem
4
5. “Si apenas dos de cada cien de ellos delinquieran –una hipótesis posible
según los estándares internacionales para la población marginal o en
riesgo social–, tendríamos a 15.000 ladrones asolando las barriadas
pobres, las paradas de colectivos donde los laburantes esperan el micro
bajo el rocío de las 5 de la mañana, los barrios de clase media de las
entraderas, la zona bancaria de las salideras, las calles del conurbano
donde un chico de esa edad que sí trabaja va a llevar una pizza a una casa
y es baleado por el tesoro de su ciclomotor”7
.
Frente a esto, solo queda responder que
“son (…) etiquetas, denominaciones instantáneas muy ocurrentes,
sustentadas sobre alguna evidencia empírica. Como no son capaces de
explicar rigurosamente una problemática, pero son expresiones a través de
las que una parte de la sociedad ‘se explica lo que pasa’ (…)”8
.
De esta manera, los jóvenes quedan delimitados a partir de la doble negativa (no
trabajan ni estudian) o más aun, a una triple negativa ‘los ni-ni que no estudian, no
trabajan ni buscan trabajo’.
4. Buscando culpables
Como bien plantea la Ley de Educación Nacional 26.2069
, Capitulo IV en su
Articulo 30.- La Educación Secundaria en todas sus modalidades y orientaciones tiene
la finalidad de habilitar a los/las adolescentes y jóvenes para el ejercicio pleno de la
ciudadanía, para el trabajo y para la continuación de estudios la ciudadanía, para el
trabajo y para la continuación de estudios10
. Pero en el plano descriptivo la realidad es
otra, y aparentemente el Estado no puede garantizar dicho derecho. Quizás podemos
enumerar varios déficits coexistentes que plantea hoy la escuela secundaria, tales como
un agotado formato escolar; las nuevas demandas sociales; el cambio de su función,
antes era académica y ahora es social; las nuevas figuras que surgen dentro del colectivo
7
Clarín. Exclusivo: los ladrones no vienen de Marte. 8/9/2013. http://www.clarin.com/zona/Exclusivo-
ladrones-vienen-Marte_0_989301147.html
8
Cuadernillo #19.
9
La ley de educación nacional fue sancionada el 14 de diciembre del año 2006 y promulgada el 27 de
diciembre del 2006
10
Capitulo IV. Educación secundaria.
5
6. escolar; el cuestionamiento de la autoridad del docente; la falta de presupuesto; entre
otros.
Sin embargo, para poder cumplir con la obligatoriedad del nivel medio el Estado
ha llevado a cabo varias políticas educativas, estas “políticas hacia la educación
secundaria se dirigen centralmente a revertir la tradición selectiva que caracterizó al
nivel” (Feldfeber y Gluz, 2011-2014, p.14).11
El objetivo central del gobierno debía
poner el acento en incluir y retener a los jóvenes y adolescentes “otorgando especial
importancia a la recuperación de quienes abandonaron la escuela” (ibídem, p.15). Entre
las políticas educativas que se dieron lugar podemos nombrar la Asignación Universal
por Hijo (de ahora en adelante AUH), Programa Conectar Igualdad, el Plan Progresar o
las Becas Bicentenario, el Plan de Finalización de Estudios Primarios y Secundarios
(FINES). Pero “la principal estrategia adoptada para mejorar las condiciones de
demanda educativa fue la AUH”12
(Tedesco). Las cifras demuestran que el beneficio
alcanza actualmente a 3.670.000 niños, niñas y adolescentes que viven en situación de
pobreza y precariedad. Al respecto, Rinesi comenta que la AUH “parece estar
contribuyendo doblemente a la tarea de mejorar la asistencia de los adolescentes a la
escuela” (Rinesi, 2014, p.10)13
ya que por un lado, ayuda a los jóvenes que antes habían
abandonado la escuela a volver a clases; y por otro lado, aquellos que ya asistían a la
escuela, sigan yendo pero en mejores condiciones. De este modo se cumpliría con el
articulo 11 inciso e: “garantizar la inclusión educativa a través de políticas universales
y de estrategias pedagógicas y de asignación de recursos que otorguen prioridad a los
sectores más desfavorecidos de la sociedad”14
.
Si no se realiza “un fuerte acompañamiento desde las escuelas que reivindique
su protagonismo en la implementación del programa” (Feijoó, 2013, p.2)15
. Más no se
trata sólo de brindar medidas económicas, el desafío debe ser multidisciplinar pues es
11
Feldfeber Myriam y Nora Gluz, Estado y educación en el "posneoliberalismo": avances y
contradicciones en las políticas de los gobiernos kirchneristas Proyecto UBACYT (2011-2014) "Políticas
educativas en el nuevo escenario latinoamericano. Las disputas por la construcción, apropiación y
legitimación del conocimiento”. IICE, UBA
12
La instauración de la AUH se realizó por el decreto presidencial 1602/09. El organismo financiador e
implementador, la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES ), la define como una
política de inclusión y de igualdad de oportunidades que consiste en un pago mensual por cada hijo
menor de 18 años –se abona hasta un máximo de cinco chicos por hogar–, o por cada hijo con
discapacidad sin límite de edad. Cuadernillos Unipe, La educación en debate. Asignación universal y
política educativa, por María del Carmen Feijoó. Junio 2013. #14
13
Rinesi, Eduardo. (2014); Filosofía (y) política de la Universidad. Editorial de la Universidad Nacional
de general Sarmiento. Instituto de Estudios y Capacitación de la Federación Nacional de Docentes
Universitarios.
14
Capitulo II. Fines y objetivos de la política educativa nacional.
15
Cuadernillo #14
6
7. indispensable la transformación de una agenda de trabajo con medidas pedagógicas y
socioeducativas. Tedesco invita a mirar las medidas que se toman en el viejo continente,
“una manera de aproximarse al problema es comparar estas tendencias con las políticas
que puedan observarse en Europa para combatir la desigualdad” (Tedesco, p.300).
La falta de acceso a la base de datos perjudica obtener una visión analítica
cuantitativa acerca de la cobertura del programa. Desde esta perspectiva, no se sabe si
los jóvenes que reciben la AUH realmente logran quedarse dentro del sistema
educativo. La entonces diputada Adriana Puiggrós, afirma que la AUH fue el puntapié
de medidas que sirvieron para lograr que los desertores escolares se reintegren a la
escuela, y agrega que “ahora debe venir un segundo paso, el de la retención” (Puiggrós
en Cuadernillo #14, p.3). Desde este punto de vista, pareciera ser que son los
adolescentes los que deciden abandonar o no continuar la escuela secundaria por motu
proprio. Existen, empero multicausalidades por las cuales un joven no logra continuar
con sus estudios.
5. En primera persona
Pueden encontrarse varios factores por los cuales un adolescente decide
abandonar la escuela secundaria, “hay (…) dos causas que escapan al control individual:
el contexto macrosocial y la pertenencia a entornos familiares poco propicios” (Feijoó y
Bottinelli, p.1). Es menester considerar las voces de los protagonistas para poder
comprender que sucede con este colectivo heterogéneo de adolescentes ni-ni. Poner en
el ojo de la tormenta a los adolescentes como factor principal de la problemática ni-ni
resulta reduccionista si no se analiza y escucha a uno de los actores principales del
campo educativo. En una entrevista al sociólogo Néstor López, arguye que “en America
Latina, alrededor del 80% de los ´ni-ni´ son mujeres que están realizando tareas
domésticas o de cuidado en el hogar” (ibídem, p.4). En este sentido, el trabajo como
ama de casa no es considerado por muchos como una labor que debe ser valorado como
aporte social y económico, esta es una cuestión que aun debemos repensar todos como
sociedad y reivindicar el trabajo doméstico. Feijoó y Bottinelli, explican que “el cuadro
cambiaría notablemente si la labor doméstica fuese reconocida como trabajo. En esa
supuesta inacción de las mujeres, deben incluirse también sus actividades reproductivas:
muchas son madres que se ocupan de la atención de sus hijos” (Feijoó y Bottinelli, p.1).
7
8. El embarazo adolescente es otro factor de abandono. Patricia Ruiz Díaz de 16
años dejó la escuela porque se había quedado embarazada. “Cuando me enteré de mi
embarazo pensé en seguir estudiando, pero en ese momento mi mamá no quiso. Cuando
tenga al bebé voy a retomar los estudios, capaz que vaya a la noche. Los colegios
tendrían que tener un lugar para que te cuiden al bebé. Y una vez que termine el
colegio voy a trabajar” (Feijoó y Bottinelli, p.2). Como notamos, la decisión de
abandono no siempre depende de querer o no querer seguir escolarizado, sino más bien
de factores que son ajenos (en parte) a los jóvenes. Patricia introduce una propuesta
interesante para pensar, la creación de guarderías en las instituciones para que las
mamas jóvenes puedan continuar con sus estudios.
Otro caso similar lo cuenta Eva tiene 19 años, vive en la villa 31 de Retiro, y
abandonó el colegio porque debía ayudar a su mamá a cuidar a sus cinco hermanos
cuando ella trabaja. "Mi mamá trabaja en casas de familia, y como yo soy la más
grande me quedo con mis hermanitos cuando no está. Igual, el año que viene espero
poder anotarme para terminar"16
.
La temprana inserción al mercado laboral es otro factor que afecta a los jóvenes
ni-ni. Un informe del diario Clarín, sostiene que el problema “entre los hombres, es el
abandono temprano de la escuela con destino al mercado laboral informal, seguido del
desempleo. La mayoría de ellos nunca regresa a la escuela para completar sus
estudios”17
. A pesar de ello, los jóvenes ni-ni son conscientes de que sin un título
secundario es difícil entrar al mercado laboral formal. Aparentemente, parecería que el
paso por la educación media ya no garantiza el ascenso social ni la salida laboral.
Miguel de 17 años vive en Villa Soldati, y dice: "Me cansé de estudiar cosas que
después no me sirven para nada. Igual, si termino de estudiar, después es muy difícil
conseguir un trabajo. Ahora estoy ayudando a mi viejo con algunas changas hasta que
consiga algo" (La Nación). Expertos sostienen que dentro del campo laboral, este grupo
de jóvenes son más vulnerables y frágiles, al que les cuesta bastante conseguir empleo
debido a su escasa experiencia laboral, calificación y nivel de instrucción. Otros dicen
que es necesario tener en cuanta ciertas cuestiones acerca de los adolescentes:
“necesitan al menos cuatro cosas: tener una perspectiva de futuro, reverenciarse en un
grupo de pertenencia, tener un ideal que dé sentido a la vida y gozar de estima social.
16
Diario La Nación. 11/05/2010. http://www.lanacion.com.ar/1263244-los-nini-jovenes-que-ni-estudian-
ni-trabajan
17
Diario Clarín. 21/01/2016. http://www.clarin.com/sociedad/estudia-trabaja-
jovenes_0_1507649660.html
8
9. En una etapa de la historia argentina en que los pisos de algunas discusiones
económicas y sociales se han elevado, no está mal enriquecer también el debate respecto
de los jóvenes” (Feijoó y Bottinelli, p.2).
Cabe preguntarse si dentro de este colectivo de jóvenes ni-ni podrían ser
incluidos aquellos adolescentes que no estudian y no están insertos dentro del mercado
laboral pero que si están buscando empleo. Es decir, ¿Pueden ser considerados dentro
de esta categoría los desocupados que están buscando trabajo? ¿Pueden considerarse
activos?
En cierta medida, queda demostrado que la mayor parte de las situaciones de no
estudio y no ocupación que caracterizan a los jóvenes ni-ni son eventos temporales
transitorios, lo que cuestiona la legitimidad de caracterizar a quienes los atraviesan
como parte de una supuesta “generación nini” y, en todo caso, habilita a usar esa
expresión solo para esta pequeña proporción que es observada establemente en esa
situación.
6. Conclusiones
Luego de poner en examen variados aspectos vinculados a los jóvenes que no
participan de la fuerza de trabajo y se encuentran fuera del sistema educativo, se revelan
como falsas la mayoría de las afirmaciones que se han vertido acerca de la existencia de
los jóvenes ni-ni, la constitución del homogéneo (y peligroso) grupo social de los ni-ni.
Pero lo que queremos evidenciar es que no parecen requerirse de políticas
públicas para ni-ni, sino políticas públicas que mejoren el acceso y las condiciones de
permanencia en el empleo y la educación formal para todos los grupos de jóvenes y
también para aquellos que ya no lo son. Tal como comenta Julián Domínguez, quien
presidio la Cámara de Diputados de la Nación desde el 2011 al 2015, “es posible
transformar la mal llamada ‘generación ni-ni’ en ‘si-si’: como el acceso, permanencia y
finalización del nivel secundario, garantizando una efectiva universalidad” (Feijoó y
Bottinelli, p.3). Y para poder cumplir con éxito esta meta, “es indudable que la escuela
debe ser un espacio de derechos y amigable para todos, menos expulsiva y elitista de lo
que fue en el pasado” (Tedesco, p. 317)
9
10. 7. Bibliografía
Cuadernillos Unipe, La educación en debate.
- ¿Quiénes son los jóvenes “ni-ni”?, por María del Carmen Feijoó y Leandro
Bottinelli. Febrero 2014, #19
- Asignación universal y política educativa, por María del Carmen Feijoó. Junio
2013. #14
Feldfeber Myriam y Nora Gluz, (2011-2014). Estado y educación en el
"posneoliberalismo": avances y contradicciones en las políticas de los gobiernos
kirchneristas Proyecto UBACYT "Políticas educativas en el nuevo escenario
latinoamericano. Las disputas por la construcción, apropiación y legitimación del
conocimiento”. IICE, UBA
Tedesco, Juan Carlos. (2015); (compilador): La educación Argentina hoy. La urgencia
del largo plazo. Siglo XXI Editores. Fundación OSDE. Buenos Aires.
Rinesi, Eduardo. (2014); Filosofía (y) política de la Universidad. Editorial de la
Universidad Nacional de general Sarmiento. Instituto de Estudios y Capacitación de la
Federación Nacional de Docentes Universitarios.
Web:
Diario Clarín. 21/01/2016. [Actualizada 11/07/2016] Disponible en:
http://www.clarin.com/sociedad/estudia-trabaja-jovenes_0_1507649660.html
Diario Clarín. Exclusivo: los ladrones no vienen de Marte. 8/9/2013. [Actualizada
11/07/2016]. Disponible en:
http://www.clarin.com/zona/Exclusivo-ladrones-vienen-Marte_0_989301147.html
Diario La Nación. 11/05/2010. [Actualizada 11/07/2016]. Disponible en:
http://www.lanacion.com.ar/1263244-los-nini-jovenes-que-ni-estudian-ni-trabajan
Documentos oficiales:
Ley de Educación Nacional 26.206
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