El documento resume las discusiones de un seminario regional sobre comunicación y género realizado en Buenos Aires. En el seminario, se evaluaron los avances y desafíos en materia de igualdad de género en los medios de comunicación desde la adopción de la Plataforma de Acción de Beijing en 1995. Se destacó que aunque ha habido un aumento en la representación de las mujeres en los medios, todavía existe poca diversidad y persisten los estereotipos de género. También se discutió la necesidad de adoptar políticas públicas
1. la república de las
| la república | Domingo 13.09.15 | nº 1140|
mujeres
En el marco del financiamiento para el desarrollo
Igualdad de género en 2030,
nueva meta impulsada por la ONU
C
on la reciente conclu-
sión de laTercera Confe-
rencia Internacional so-
bre Financiamiento para
el Desarrollo, que tuvo lugar
del 13 al 16 de julio pasados en
Addis Abeba, Etiopía, Nacio-
nes Unidas logró un conjunto
de compromisos del más alto
nivel para financiar entre sus
múltiples metas la de eliminar
la desigualdad de género, para
la cual se ha puesto el horizon-
te en el año 2030.
El documento fue elabora-
do por los 193 Estados miem-
bros de la ONU y contiene más
de cien medidas concretas,
que abarcan todas las fuentes
de financiamiento y contem-
plan una amplia variedad de
aspectos. La adopción del tex-
to se logró tras meses de nego-
ciaciones entre los países y
marca un hito en la creación
de alianzas globales que propi-
cien una prosperidad econó-
mica incluyente y mejore el
bienestar de la población en
general, además de proteger el
medio ambiente. Las mujeres
de todo el mundo “necesitan
inversiones y recursos dedica-
dos y consistentes. Para imple-
mentar los objetivos de igual-
dad de género de la agenda
para el desarrollo post-2015 se
necesita voluntad política y
compromisos con niveles de
financiamiento sin preceden-
tes, en su escala, alcance y ca-
lidad y procedentes de todas
las fuentes”, explica la ONU en
su sitio http://unwomen.org/
“Cuando miramos la nue-
va agenda para el desarrollo,
está claro que su sostenibili-
dad será más fuerte y durade-
ra si se apoya en comunidades
igualitarias, financieramente
resistentes e inclusivas.
Debemos actuar ahora
para lograr un muy importan-
te aumento del financiamiento
(…) en consonancia con los
derechos de las mujeres”,
apunta Phumzile Mlambo-
Ngcuka, Directora Ejecutiva
de ONU Mujeres. Añade en tal
sentido que “ahora es el mo-
mento en que los gobiernos
deberán colocar la igualad de
género y el empoderamiento
de las mujeres en el centro de
todos los debates y de todos
los acuerdos”. Se reconoce que
durante décadas la inversión
en el empoderamiento de las
mujeres ha sido crónicamente
insuficiente, y eso ha obstacu-
lizado los avances en sus dere-
chos. La nueva meta es audaz
y atractiva. La cuestión es que
trascienda el papel y se con-
vierta en hechos.
2. Domingo 13.09.152
M
ás de 70 personas se
reunieron el jueves 13
de agosto en el auditorio
de la Defensoría del
Público de Servicios de
Comunicación Audiovisual de
Argentina para participar del
Seminario Latinoamericano de
Comunicación y Género, organi-
zado por la Asociación Civil
Comunicación para la Igualdad,
la Fundación Friedrich Ebert y la
Defensoría, y auspiciado por la
Alianza Global Medios y Género,
que coordina la Organización de
las Naciones Unidas para la
Educación,laCienciaylaCultura
(Unesco). Durante todo el día,
y con la propuesta de promover
la equidad de género en los me-
dios de comunicación, se inter-
cambiaron tensiones, avances y
deudas de la región a 20 años de
la aprobación e implementación
de la Declaración y Plataforma
de Acción de Beijing (PAB).
Matriz simbólica
y exclusión
“Los servicios de comunica-
ción audiovisual tienen un rol
trascendente en la vida de las
democracias, porque es en la ra-
dio y en la televisión donde se
exterioriza el derecho humano a
la comunicación.Desde mi punto
de vista, parte del problema que
tenemos es que no hemos logra-
do modificar la matriz simbólica
hegemónica de los medios de co-
municación y eso impone una
mirada excluyente. No vale lo
mismo la muerte de una mujer de
Recoleta que la de una chica
trans del bajo Flores. Ni siquiera
laspublicidadesreservanelhistó-
rico espacio doméstico y privado
a todas las mujeres, porque Mr.
Músculo no ayuda a las trabaja-
doras de casas particulares, ayu-
da nada más que a las mujeres de
tez blanca y de clase me-
dia. ¿Dónde están las campesi-
nas? ¿Dónde están las obreras y
las mujeres de los pueblos origi-
narios?”, interpeló la defensora
del Público, Cynthia Ottaviano,
en la apertura del seminario.
Durante su intervención de
bienvenida, Sandra Chaher, pre-
sidenta de Comunicación para la
Igualdad, mencionó la importan-
cia de sumar el debate regional a
las discusiones internacionales
por Beijing +20. Sobre todo, a
partir de los adelantos normati-
vos en relación al“Capítulo J”de
la PAB sobre medios de comuni-
cación que en los últimos cinco
años registraron algunos países.
“Se presentan escenarios nuevos
e interesantes para hablar de co-
municación y género”, afirmó.
En la misma línea, desde la
Friedrich Ebert, María Rigat hizo
hincapié en dar un seguimiento a
este proceso de conjunción entre
comunicación y género, y en tra-
bajar fuertemente en la institu-
cionalizacióndelaperspectivade
género en las políticas públicas
para que la igualdad deje de ser
un tema de mujeres y se convier-
ta en parte integrante de la gran
política.
A 20 años de Beijing
Precisamente dedicado a eva-
luar qué se ha hecho hasta la fe-
cha en materia de comunicación
y género en la región desde 1995
—año de redacción de
la Plataforma de Acción de
Beijing—, el primer panel estuvo
acargodeMaríaJuliaRodríguez,
integrante de la Cancillería de
Argentina; Guilherme Canela,re-
presentante de Unesco Cono Sur;
ClaudiaFlorentínMayer,co-coor-
dinadora de Argentina del
Proyecto Monitoreo Global de
Medios de la Asociación para las
Comunicaciones Cristianas
(WACC); y Alejandra Davidziuk,
integrante de la Asociación
Mundial para el Progreso de las
Comunicaciones (APC).
Entre los comentarios hubo
acuerdo en señalar una mejor
imagen de representación de las
mujeres en los medios, pero muy
poco avance en las estructuras
laborales: se cuentan dos varones
por cada mujer en las redaccio-
nes,y menos aún entre los cargos
directivos y técnicos.También se
dieron números precisos sobre
el incremento sostenido de notas
reportadas por mujeres en los te-
mas más importantes, aunque
seguimos siendo las menos cuan-
do se informa sobre política y
gobierno. Finalmente, otra ten-
dencia global marca que en la
región predominan las noticias
que o refuerzan los estereotipos
de género o ni los refuerzan o
desafían. “Aun cuando el incre-
mento de mujeres es alentador,
en Argentina y en América
Latina las cifras y los análisis
cualitativos son un recordatorio
de que la‘imagen del mundo’que
reflejan los medios noticiosos —
los rostros que vemos, las voces
que escuchamos— sigue siendo
abrumadoramente masculina, y
se continúan desaprovechando
oportunidades de cambios desde
la tarea periodística”, concluyó
Florentín Mayer, a partir de su
experienciadetrabajoenelúnico
monitoreo de medios que se rea-
liza a nivel mundial.
El pantallazo sobre las tecno-
logías de la información y la co-
municación (TICs) resaltó dos
grandes faltas: por un lado, no
existen políticas públicas de de-
sarrollodelasociedaddelainfor-
mación que contemplen la pers-
pectiva de género. Es decir, se
avanzó en la creación e instala-
ción de infraestructura, en el ac-
ceso a computadoras y se dieron
mejoras de servicio de conectivi-
dad, pero no hay acciones y polí-
ticas específicas con perspectiva
de género. Así, entonces, aumen-
la república de las Mujeres
mujeres
la republica de las
Editora: Isabel Villar
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El 13 de agosto se realizó en Buenos Aires un seminario regional de comunicación y género sobre “El debate regional
en el contexto de Beijing + 20”. El debate incluyó una amplia temática, en la que destacan la libertad de expresión, el
derecho a la igualdad y las políticas públicas al respecto. Lo que sigue es una crónica de experiencias de Argentina,
Brasil, Colombia, Uruguay y Venezuela sobre la situación del tema en cada país.
Comunicación y género
¿Cuánto avanzaron los medios
desde el siglo pasado?
Mariana Fernández Camacho
De izquierda a derecha: María Rigat-Pflaum, Lilián Celiberti, Lina Cuellar y Sandra Chaher. (Foto de Laura Salomé Canteros)
“
No hemos
logrado modi-
ficar la matriz
simbólica
hegemónica de los
medios de comunica-
ción y eso impone
una mirada excluyen-
te. Mr. Músculo no
ayuda a las trabaja-
doras de casas parti-
culares, ayuda nada
más que a las muje-
res de tez blanca y
de clase media”
Cynthia Ottaviano
“
No tenemos la
plena aplica-
ción de la ley
de medios en
Uruguay. Vivimos un
momento de impug-
naciones. En ese
marco, la considera-
ción de las dimensio-
nes de género no ha
ganado la suficiente
legitimidad”
Lilián Celiberti
textual
textual
3. Domingo 13.09.15 3la república de las Mujeres
Servicios de Comunicación Audiovisual en uruguay
Preocupación por falta de previsión
presupuestal para implementar la Ley 19.307
La Coalición por una
Comunicación Democrática
hizo pública su preocupación
porque en el proyecto de
Presupuesto Nacional no se in-
cluyen recursos para la aplica-
ción de la Ley de Servicios de
Comunicación Audiovisual, pro-
mulgada por el gobierno uru-
guayo en diciembre de 2014, en
tanto pone “en riesgo la demo-
cratización de las comunicacio-
nes y la plena vigencia de la li-
bertad de expresión”, compro-
misos programáticos del Frente
Amplio. Se han presentado re-
cursos de inconstitucionalidad
contra diversos artículos de la
ley,pero no suspenden su aplica-
ción. No obstante, el Ministerio
de Industria, Energía y Minería
(MIEM) no realizó las previsio-
nes presupuestales necesarias
para instalar los organismos re-
guladores creados por la ley
(Consejo de Comunicación
Audiovisual y Consejo Hono-
rario Asesor de Comunicación
Audiovisual),ni tampoco los que
se requieren para implementar
la transición digital, sobre todo
en lo que respecta a los destina-
dos a subvencionar los set top
boxes que permitirán a familias
de escasos recursos acceder a
una mayor y diversa oferta de
televisión gratuita y abierta.
Una actitud distinta adoptó
la Institución Nacional de
Derechos Humanos, un organis-
mo independiente del gobierno
que tiene entre sus cometidos la
defensa de las audiencias, que
hizo las previsiones presupues-
tales que les permitirá designar
un Defensor de las Audiencias
con su respectivo equipo de tra-
bajo.
La Coalición por una
Comunicación Democrática se
creóen2010yestáintegradapor
más de 30 organizaciones socia-
les, académicas y sindicales.
Tiene como misión promover y
aportar al pleno ejercicio de de-
rechos ciudadanos, entre ellos a
la libre expresión, al acceso a la
información, la igualdad y la no
discriminación y a la producción
nacional en la cultura.
tan las mujeres usuarias pero no
las generadoras de conteni-
do. Tampoco hay estadísticas que
permitan visibilizar la situación y
proponer soluciones.
¿Libertades y derechos
contrapuestos?
Imposible fue abstraerse du-
rante el seminario de la “mano-
seada” relación entre la libertad
de expresión y el derecho a la
igualdad. En su intervención,
Víctor Abramovich, exintegrante
de la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos (CIDH)
de la OEA , compartió su opinión
sobre cómo abordar la libertad
de expresión para que pueda ser
inclusiva de todos los sectores:
“Es necesario pensar la libertad
de expresión en una doble dimen-
sión: como un derecho individual
pero también como un derecho
social que procura garantizar un
debate abierto como garantía de
funcionamiento de los sistemas
democráticos en la región.Y esto
implica pensar en mecanismos e
intervenciones estatales, pero
también en políticas públicas
para incluir en la esfera pública-
política en un sentido amplio. O
sea, generar mecanismos de plu-
ralismo en los medios de comuni-
cación y combatir la concentra-
ción de medios, que hoy creo que
es uno de los grandes factores de
exclusión de sectores de la esfera
pública.También,abordar proble-
máticas que tienen que ver con
las representaciones sociales y
los estereotipos discriminatorios
en el ámbito de los medios y
cómo revertirlos, como parte de
las agendas de igualdad en la re-
gión”.
Por su parte, Guilherme
Canela aclaró: “La libertad de
expresión tiene que estar al servi-
cio de todos y todas, porque se
define como el derecho de trans-
mitir informaciones, opiniones e
ideas pero también de recibir y de
buscar.En ese marco, los concep-
tos de pluralismo y de diversidad
son centrales. Además, lo funda-
mental es no poner la libertad de
expresión en conflicto con otros
derechos”.
Políticas y experiencias en
comunicación y género
En los paneles de la tarde se
apuntó a conocer y a analizar
políticas públicas y experiencias
concretas en comunicación y gé-
nero de Argentina, Uruguay,
Colombia,Venezuela y Brasil.
Desde el colectivo feminista
Cotidiano Mujer, la uruguaya
Lilián Celiberti puso sobre la
mesa los desafíos de su país:
“Estamos paralizados, sin la ple-
na aplicación de la ley de servi-
ciosde comunicaciónaudiovisual
votada en diciembre pasado que
significará un avance sustantivo
en la definición de políticas.
Vivimos, entonces, un momento
de impugnaciones. En ese marco,
la consideración de las dimensio-
nes de género está básicamente
en la agenda de las mujeres y to-
davía no ha ganado la suficiente
legitimidad, como sí la tenemos
en otros campos de la acción po-
lítica: por ejemplo, se acaba de
promulgar en el Senado la media
sanción del sistema nacional de
cuidados. Es decir, que en lo que
tiene que ver con la violencia
mediática y simbólica sobre las
mujeres —la manera en que esta-
mos representadas en los me-
dios—, todavía tenemos un gran
atraso y básicamente se trata de
un tema de las mujeres periodis-
tas y de las redes y organizacio-
nes feministas”.
SandraChaherseocupódela
situación nacional y remarcó que
Argentina tiene el marco norma-
tivo más desarrollado junto a
Venezuela, en el contexto regio-
nal. Dividió los instrumentos en
las llamadas “políticas blandas”y
“políticas duras”. Entre las blan-
das —pero no menos relevantes,
porque apuntan a la transforma-
ción sobre todo en temas cultura-
les—, mencionó la creación del
Observatorio para la
Discriminación en Radio y
Televisión y de la Defensoría del
Público de Servicios de
Comunicación Audiovisual.
También, la recepción de denun-
cias por parte del Instituto
Nacional contra la
Discriminación,la Xenofobia y el
Racismo (Inadi). Como política
dura, Chaher recordó las sancio-
nes de la Autoridad Federal de
Servicios de Comunicación
Audiovisual (Afsca): desde octu-
bre de 2010 se iniciaron 200 su-
marios por violencia mediática y
94 por discriminación de género,
de los cuales 230 se acogieron
voluntariamente a las sanciones
y 64 no. Otra política dura fue el
armado de la Oficina de
Monitoreo de Avisos de Oferta
Sexual, que logró que el 85% de
los medios gráficos de todo el
país no publiquen más avisos de
este tipo. Entre las faltas, recordó
que todavía no existe un organis-
mo del Estado ante el que denun-
ciar vulneraciones de derechos
en prensa gráfica y digital.
Menos alentador fue el pano-
rama brasilero que describió
Marisa Sanematsu, socia funda-
dora del Instituto Patricia Galvao,
una organización no guberna-
mental que defiende los derechos
de las mujeres a través de accio-
nes de comunicación.“En Brasil
no contamos con una ley de me-
dios.Tenemos mucha urgencia de
ese debate, pero hay resistencia a
desconcentrar el poder de los
medios y a regular los contenidos
de la comunicación, porque des-
delosmismosmediossedifunden
como iniciativas del gobierno
para censurarlos en sus críticas a
la situación económica,por ejem-
plo. En esa coyuntura, el movi-
miento feminista brasilero orga-
niza foros de discusión y campa-
ñas por la libertad de expresión,
con una perspectiva de género
anti-sexista, anti homofóbica, y
por el derecho al acceso a la co-
municación en cualquier lugar
del país”.
La “foto” regional continuó
con las exposiciones de Lina
Cuellar, directora de Sentiido.
com: un espacio de periodismo,
análisis y opinión sobre diversi-
dad sexual y de géneros de
Colombia; Luisa Kislinger, acti-
vista venezolana de los derechos
humanos y de las mujeres;
Romina Coluccio, integrante de
la Defensoría del Público de
Servicios de Comunicación
Audiovisual de Argentina; y
Gabriela Barcaglioni, de la Red
PAR (Periodistas deArgentina en
Red- Por una comunicación no
sexista). (Comunicar Igualdad,
www.comunicarigualdad.com.
ar)
“
No existen
políticas públi-
cas de desa-
rrollo de la
sociedad de la infor-
mación que contem-
plen la perspectiva de
género. Aumentan las
mujeres usuarias pero
no las generadoras
de contenido”
Alejandra
Davidziuk
“
La ‘imagen del
mundo’ que
reflejan los
medios noti-
ciosos —los rostros
que vemos, las voces
que escuchamos—
sigue siendo abruma-
doramente masculi-
na, y se continúan
desaprovechando
oportunidades de
cambios desde la
tarea periodística”
Florentín Mayer
textual
textual
textual
“
Es necesario
pensar la liber-
tad de expre-
sión en una
doble dimensión:
como un derecho
individual pero tam-
bién como un dere-
cho social que procu-
ra garantizar un
debate abierto como
garantía de funciona-
miento de los siste-
mas democráticos en
la región”
Víctor
Abramovich
4. Domingo 13.09.154 la república de las Mujeres
Desde hace dos décadas, en la aldea keniata de Umoja no viven hombres, excepto los que fueron criados allí de
niños. Es de y para mujeres que fueron abusadas, violadas y expulsadas de sus hogares.
Singular aldea keniata
En Umoja
los hombres
no son
bienvenidos
U
moja,ubicada en las prade-
ras del norteño distrito de
Samburu, en Kenia, África,
significa“unidad”en swahi-
li. Se trata de un santuario donde
los hombres -que les han causado
tantos problemas a estas mujeres-
simplemente no son bienvenidos.
En los 25 años transcurridos
desde su fundación, la aldea ha
tenido un impacto significativo no
solo sobre las mujeres que la eli-
gencomosuhogar,sinodentrode
las comunidades que la rodean.
El ejemplo que ha sentado
Umoja, aparejado con los esfuer-
zos de sus residentes por llegar a
sus pares, ha cambiado las vidas
de las mujeres en la región.
Efectos en la cultura
“La existencia de Umoja ha
permitido que grupos de mujeres
de otras aldeas cercanas apren-
dan a partir del empoderamiento
y el orgullo de las mujeres de
Umoja”, dijo a IPS la directora del
programa africano de la organi-
zaciónVitalVoices, Celena Green,
que trabaja con esa población fe-
menina.
Las mujeres de comunidades
cercanas asisten a talleres impar-
tidos en la aldea, que buscan
educarlas a ellas y a las niñas en
materia de derechos humanos,
igualdad de género y prevención
de la violencia.
Cuando vuelven a sus casas,
“empiezan a cambiar la cultura,
reclamando una comunidad se-
gura, libre de violencia, donde
mujeres y niñas sean valoradas y
protegidas”, explicó Green.
“Lo ideal sería que ninguna
mujer o niña hubiera tenido ja-
másqueescapardesuhogarpara
venir a Umoja. Pero en definitiva,
el objetivo de Umoja es brindar
un refugio seguro de emergencia
paraaquellasqueestánenpeligro
y, lo que es más importante, con-
tribuir a la creación de comunida-
des donde todas y todos sean va-
lorados y puedan prosperar”,
agregó.
Una historia breve
La historia de esta aldea em-
pezó en 1990,cuando un colectivo
de15mujeresdeSamburu,llama-
das “Grupo de Mujeres Umoja
Uaso”, empezó a vender collares
y otras mercaderías para ganar
dinero para ellas y sus familias.
Los habitantes de Samburu
son pastores seminómadas que
viven en grupos de cinco a diez
familias. Se trata de una sociedad
drásticamente patriarcal: en las
reunionesdelaaldealoshombres
se sientan en un círculo interno
para discutir temas“importantes”,
mientras que las mujeres se sien-
tan en el exterior y raras veces se
les permite expresar una opinión.
A medida que el grupo de
mujeres comenzó a generar ga-
nancias con su producción, fue-
ron más acosadas por los hom-
bres de sus comunidades, que
sentían que el crecimiento econó-
mico no era adecuado para ellas.
Rebecca Lolosoli estaba en el
hospital, recuperándose de una
paliza que recibió a manera de
lección por atreverse a hablar de
derechos femeninos ante otras
mujeres de su pueblo. Como acto
derebeldía,seleocurriólaideade
crear una comunidad solo para
mujeres.
Lideradas por la matriarca
Lolosoli, el grupo Umoja Uaso
decidió formar su propia aldea, a
fin de garantizarse la seguridad y
la cooperación fuera del alcance
de quienes buscaban perjudicar-
las.
Lolosoli declaró al diario bri-
tánico “The Guardian” estar muy
orgullosa de lo que han logrado
hastaahora.Aunque,apesardela
aparente tolerancia hacia Umoja,
la matriarca sigue recibiendo
amenazas de muerte desde al-
deas vecinas.
Huyendo de la violencia
Actualmente, en Umoja viven
47 mujeres procedentes de todo el
país y 200 niños y niñas.
Sus historias varían: algunas
fueron niñas que huyeron de ma-
trimonios forzados con hombres
ancianos, otras fueron violadas o
abusadas sexualmente y varias
son viudas rechazadas por sus
comunidades.
Además, varias residentes en
la aldea pertenecen a la etnia
turkana y se refugian de la violen-
cia tribal que azota la central re-
gión de Isiolo.
Lasaldeanasvivendelaventa
de collares artesanales y de las
ganancias que deja un centro cul-
tural y un camping cercanos.
Además de adquirir alimentos y
otros productos básicos, el dinero
se usa para cubrir gastos médicos
y mantener operativa una escuela
que cubre tanto a los niños y ni-
ñas de la aldea como a sus muje-
res que desean aprender a leer y a
escribir.
Aparte, “en una aldea tradi-
cional, es posible que las mujeres
no tengan la oportunidad de ejer-
cer el liderazgo, de controlar su
riqueza o sus recursos, y que ten-
gan más probabilidades de expe-
rimentar violencia doméstica,
mutilación genital femenina, ma-
trimonios precoces y otras prácti-
cas tradicionales que discriminan
y dañan físicamente a mujeres y
niñas”, explicó Green a IPS.
Además de prohibir que los
hombres vivan en la aldea, las
mujeres de Umoja se rigen por
una serie de reglas autoimpuestas
que, según Nagusi Lolemu, una
de sus fundadoras, se basan en
garantizar la igualdad y el respeto
mutuo dentro de la comunidad.
A las habitantes del lugar se
les requiere vestir las prendas
tradicionales y los collares artesa-
nales todo el tiempo, a fin de pre-
servar y promover su patrimonio
cultural.
Planean casarse
y tener hijas/os
Uno de los aspectos más im-
pactantes de Umoja es la actitud
de las mujeres hacia los hombres.
En un lugar donde los hombres
han sido la causa principal de
tantas penurias y, en la mayoría
de los casos, el motivo para que
ellas huyeran de sus hogares, es
fácil deducir que las víctimas no
quieren tener vínculo alguno con
el género masculino.
Pero esto no es en absoluto
así. De hecho, la mayoría de las
más jóvenes de la aldea planean
casarse y tener hijos. La diferen-
cia es que quieren hacerlo en sus
propios términos.
Judy, una aldeana de 19 años
que hace cinco huyó de un matri-
monio arreglado con un hombre
polígamo mucho mayor que ella,
planea casarse algún día. Sale
con hombres de fuera de la aldea,
lo que no solo es permitido sino
también alentado por las habitan-
tes de más edad, y cría a un bebé
de seis meses llamado Iván.
Cuando se case dejará Umoja
para irse a vivir a la aldea de su
esposo. Pero, hasta entonces, es
feliz allí.
Helena Rubinstein
Población
actual
47 mujeres
200 niñas y niños
datos