Éteres. Química Orgánica. Propiedades y reacciones
Trucos y Recomendaciones
1. El miedo escénico es prácticamente universal y
casi tan antiguo como la civilización. Los
antiguos griegos vivían obsesionados por la
oratoria. Crearon escuelas filosóficas,
como la de los sofistas, dirigidas
exclusivamente a enseñar a sus alumnos a
defender una tesis ante un auditorio. En
aquella época, en que apenas unos pocos
privilegiados sabían leer o escribir, la
persuasión era siempre oral. Para
conseguir el apoyo de los demás era imprescindible saber expresarse
en público. Y para ello había que dominar técnicas como captar su
atención, mostrar aplomo, hilar argumentos convincentes, etc…
Los tiempos no han cambiado tanto. Hacer una demostración de
ventas, impartir un curso o una conferencia, realizar una
presentación en power point o, simplemente, expresar nuestro
punto de vista en una reunión son actividades que tarde o
temprano todos podemos acabar desempeñando. Algunos sistemas
educativos, como el estadounidense, lo tienen en cuenta y preparan a
los alumnos desde muy niños para exponer un tema o abrir un
debate en clase. Es probable que, como adultos, la mayoría de
nosotros todavía sienta sudores fríos cuando se enfrenta a la
obligación de hablar en público.
A continuación te ofrecemos algunos trucos y recomendaciones
que te pueden ayudar:
2. 1.- Familiarízate con el entorno: Sentirás mayor comodidad si ya
has estado antes en la sala donde debes hablar. Si se trata de tu
empresa o de un lugar accesible, una breve visita previa ayudará. Si
la presentación va a tener lugar en
un sitio alejado, puede ser útil
buscar fotos por Internet o, al
menos, echar una ojeada a la
dirección para ubicar el edificio. Así
te resultará más fácil encontrar el
camino para llegar con tiempo y tu
sensación de control aumentará.
2.- Establece tus objetivos: ¿Qué deseas conseguir con tu
exposición? En esencia, todo discurso pretende informar, persuadir o
entretener. Elige una de las tres opciones y pasa a describir objetivos
más específicos (p. ej.: informar de resultados, persuadir de la
conveniencia de adoptar una estrategia, etc.) Es conveniente anotar
tus objetivos en un papel y releer la presentación, una vez redactada,
para comprobar que el texto los cumple.
3.- Piensa en tu audiencia: No es lo mismo hablar para los
alumnos de un colegio que para el consejo de accionistas de tu
empresa. Escribe cada palabra pensando en los intereses de quienes
te van a escuchar.
4.- Estructura tu discurso: Debe tener una introducción, un
desarrollo y unas conclusiones.
5.- Pon la tecnología a tu favor: Recuerda que el Power Point, el
micrófono, los proyectores, la pizarra, el puntero, entre otros, son
herramientas a tu servicio y no deben convertirse en obstáculos.
Ajusta la altura del micrófono y comprueba que todos los periféricos
funcionan perfectamente antes de que empiece el acto, o asegúrate
de que alguien lo haya hecho en tu lugar.
6.- No monologues: Aunque seas el protagonista de tu
presentación, eso no excluye la presencia de otros participantes. Si
animas a tu público a intervenir, captarás mejor su atención. No
tengas miedo de hacerles preguntas o comentarios cómplices.
3. 7.- Controla tus gestos: No conviene quedarse inmóvil ni gesticular
en exceso. Esta es la parte más difícil, porque raramente somos
conscientes de nuestro lenguaje corporal. Ensayar el discurso ante el
espejo o grabarnos con una cámara doméstica puede ser muy útil
para encontrar el equilibrio gestual.
8.- Habla como si te dirigieras a una sola persona: Aunque para
ti sean un colectivo, tu público está formado por individuos. Cada uno
de ellos debe sentir que el mensaje le incumbe personalmente.
9.- Busca puntos de apoyo: Para reducir el nerviosismo es muy útil
fijar la mirada en un oyente con el que
tengamos confianza o que nos esté
escuchando con interés y aprobación. Eso sí,
no conviene abusar: procuraremos mirar a
distintos puntos para que el resto del
auditorio no se sienta excluido.
FUENTE: http://noticias.iberestudios.com/hablar-en-publico-di-adios-al-
miedo-escenico/