1. Encontrando el elemento clave para la transformación de mi
práctica docente
Nancy Beatriz Dzib Serrano
Catedráticos:
Carlos Fuentes Bagaría
Verónica Medero Campos
Sandra Lizama Quijano
Cancún, Quintana Roo 06 de Noviembre de 2014
UNIVERSIDAD
PEDAGÓGICA
NACIONAL
UNIDAD 231 SUBSEDE
CANCUN
2. Introducción
El presente ensayo tiene como finalidad exponer de manera reflexiva lo que he
aprendido y hecho consciente a lo largo de estos tres meses en la Maestría en
Educación Básica.
En el evoco experiencias con respecto a mi acercamiento a la educación y
algunas experiencias a lo largo de mi trabajo como docente. Así como algunas
inquietudes con respecto a la educación básica, citando a algunos autores que hicieron
cuestionarme situaciones que actualmente están ocurriendo en el sistema educativo,
uno de ellos es la imagen del maestro, la Evaluación docente, y algunos elementos de
la mediación pedagógica, ambientes de aprendizaje y algunas consideraciones que
considero importantes.
Considero que aunque no expongo una problemática que encuentro en mi labor
docente. Es importante para mí, poner a la luz mi experiencia y la manera en la que he
estado construyendo mi labor en la educación.
Este curso de maestría ha sido de gran impacto para mí, porque ha logrado que
me sienta identificada con la mayoría de mis compañeros, en cuestión de las
necesidades, juicios, incertidumbres, temores, con respecto a lo que acontece hoy en
día en la Secretaría de Educación Pública.
Agradezco el apoyo de cada uno de los profesores de la maestría por los
contenidos que hemos discutido, expuesto y que han logrado abrir mi mente y darle la
oportunidad a lo nuevo que está por venir.
3. "Pueden parecer pobres nuestras reflexiones ante los demás, aun sin serlo, pero tal
juicio no alivia la carga del esfuerzo que cuesta alcanzarlas"
José Vasconcelos
Con esta frase inicio la tarea de reflexionar sobre lo que he encontrado en este
trimestre de la maestría. Porque me alienta a escribir sobre lo que he podido observar,
escuchar, analizar y descubrir sobre mi práctica docente. Pero no puedo dejar de
mencionar lo que han aportado mis maestros y compañeros al compartir sus
experiencias, al manifestar sus dudas e inquietudes y al realizar sus aportaciones en
clases. Así como también las lecturas que hemos analizado y compartido en cada una
de las sesiones, es todo ese bagaje de conocimiento en conjunto que me resulta
maravilloso, tan inspirador y motivante.
El primer acercamiento con la educación que tuve fue que mi padre me enseñó a
leer, ir por las calles leyendo los letreros, fue un gran descubrimiento para mí, tan
satisfactorio que recuerdo que en vacaciones tomaba mis libros de Español Lecturas y
los leía. Aún recuerdo la historia de los dos que soñaron, los fragmentos del principito y
el romance de la doncella guerrera, entre otras historias que alguna vez leí cuando
niña.
Nunca me incliné para alguna profesión en concreto en esa etapa de mi vida,
hasta que cumplí los 10 años y pensé en estudiar medicina, me recuerdo imaginando
buscando una cura para el SIDA, tal vez, después de todo, mi gran deseo era ayudar a
la gente y sobresalir. A los 14 años al ingresar al Bachillerato me gustó la clase de
psicología, mi percepción de esta clase fue que podría estudiar las personas por medio
de su comportamiento, y como era una adolescente muy introvertida, ayudaba a mis
propósitos de no tener que interactuar con ellas.
Durante mis estudios de licenciatura, tuve maestros extraordinarios que aún
recuerdo con cariño, realicé mis prácticas profesionales en un centro de rehabilitación
para niños con Parálisis Cerebral Integral, era un ambiente desesperanzador los niños
4. inmóviles yendo a terapia física, un escenario donde la principal característica era la
paciencia, porque los progresos eran lentos, demasiado para mí. En ese momento
decidí que no me dedicaría a la Educación Especial. Pero de alguna manera irónica la
educación especial fue la que me brindó la oportunidad de trabajar.
Los sistemas de formación inicial no han atendido, por décadas, a los requisitos
de ingreso de los estudiantes, principalmente al elemento relacionado con la “vocación”
del candidato. Uso el término en sentido riguroso como el conjunto de cualidades,
creencias, valores y disposiciones anímicas que conforman la aptitud para el
magisterio. Hay dos profesiones, se dice, que requieren “vocación”; sin ella se puede
ser contador, matemático o comunicólogo, pero no médico ni maestro. (Latapí, 2003).
A la luz de la declaración de este autor puedo inferir que a muchos de mis
compañeros maestros llámese normalistas o no normalistas, le hicieron falta como a mí
un examen para determinar si teníamos la vocación para ingresar al Sistema Educativo.
Cuando me asignaron la plaza docente y me mandaron al Centro de Atención Múltiple
de Audición y Lenguaje, fue una situación complicada para mí. Porque no tenía idea
que era el Lengua de Señas Mexicana y tampoco estaba consciente de la discapacidad
auditiva y los alumnos sordos. Al ingresar al Centro de Atención múltiple me
comentaron algunos maestros, que la escuela de audición era una zona de castigo y
casi todos los maestros se iban a otros centros de adscripción.
Como menciona Elsie Rockwell (2013) El ingreso al servicio docente
generalmente no contempla un periodo de formación en la práctica al lado de maestros
con mayor experiencia, como es el caso de otras profesiones. En México, las
condiciones de formación y de contratación impiden el acompañamiento a los jóvenes
maestros que ingresan al servicio. La tendencia de “lanzar al ruedo” a los nuevos
maestros, mandándolos a las escuelas más alejadas y a los grados más difíciles, más
que formarlos tiende a desanimar a muchos jóvenes que en otras condiciones
institucionales podrían llegar a ser buenos docentes.
5. Esto fue lo que me ocurrió a mí, me desanimé mucho porque consideraba que no tenía
el perfil para desempeñar el trabajo que tenía, siendo una persona muy introvertida y no
tener formación de pedagogía, realmente no tenía idea de cómo haría el trabajo, en
incontables ocasiones pensé en renunciar a la plaza, pero siempre hubo a mi lado
alguien que me motivara a no renunciar. Si en mí estuviera elegir maestros para la
escuela de sordos, elegiría personas de personalidad extrovertida, porque el trabajar
con sordos implica tener la seguridad al expresarse con señas y gesticulaciones. Así
como también, tener la habilidad para aprender otros idiomas; el aprender la Lengua de
Señas Mexicana es similar a aprender otro idioma y conocer otra cultura, porque de
hecho existen comunidades de sordos.
Una de las cosas que realmente me ha sorprendido en las lecturas que he
realizado es lo que menciona Pablo Latapí: En 1989 en un estudio de Beatriz Calvo
sobre educación normal y control político concluyó que en la Escuela Nacional de
Maestros las dos terceras partes de los estudiantes confesaban haber elegido la
carrera por sus ventajas materiales y prácticas (carrera corta que les daba el diploma
de bachillerato y el de maestro de primaria, les aseguraba una plaza federal con sueldo
y prestaciones de por vida, o por haber sido ésta la decisión de sus padres), y sólo
37.5% estudiaba “por vocación al magisterio”. Al preguntarles también si pensaban
perseverar en el magisterio a largo plazo, 36.4% opinó que pensaban abandonarlo y
27.3% que planeaban combinarlo con el estudio y ejercicio de otra carrera.
Me pregunto si actualmente se hiciera un estudio similar en el Estado de Quintana
Roo, ¿Qué resultados arrojaría? Creo que a cada uno de nosotros nos ha dado clases
algún maestro de esta estadística o hemos sido como los maestros que arroja este
estudio.
Es importante saber cuál es la imagen del maestro actualmente:
“Las visiones más comunes acerca del trabajo escolar suelen estar construidas sobre
falsas generalizaciones; algunas son expectativas infundadas y exigencias erróneas,
otras son idealizaciones míticas, unas más se fundan en el desdén, la ignorancia o la
6. indiferencia. Las imágenes sobre el maestro se sitúan entre dos extremos: un
apostolado uniforme y siempre menesteroso, y un ejército de simuladores y
holgazanes” (Fuentes, 2013).
Podemos observar la clasificación de Olac Fuentes Molinar quien menciona:
“ Tres grandes grupos de maestros: a] los buenos, cuya tenacidad y compromiso con
los niños, talento e imaginación pedagógicas se expresan en la práctica del oficio; b] los
que se ubican en el amplio abanico de la medianía y cumplen con las exigencias
mínimas del trabajo, tal como les son señaladas por las autoridades, y c] aquellos que
nunca debieron ser maestros y permanecen en el empleo por el ingreso que les pro-
porciona y sus ventajas laborales” (Fuentes, 2013).
O lo que menciona la Dra. Elsie Rockwell Richmond después de realizar una
investigación cualitativa basada en la observación directa y define este tipo de
clasificación:
Una tercera parte de los docentes son excelentes en lo que hacen: coordinar el
trabajo de los jóvenes aprendices, explicar bien el contenido académico y permitir que
sus alumnos piensen y se expresen. Una cuarta parte son maestros regulares,
cumplidos con su trabajo, logran organizar al grupo, pero muestran menor esfuerzo o
iniciativa en las clases académicas. Una quinta parte son maestros cuya escasa
experiencia se observa en las dificultades que tienen para convencer a los estudiantes
de que se involucren en las actividades de la clase. Unos son maestros que no
muestran interés o gusto al trabajar frente al grupo y reducen al mínimo su labor de
enseñar, encargando tareas rutinarias o sin sentido. Finalmente, aunque no los
encontré en las escuelas visitadas, sin duda hay algunos maestros que abusan de su
poder y de la seguridad en la plaza laboral, como si tuvieran un fuero para cometer
atropellos o lucrar con su posición.
Siempre he considerado que a raíz de las concepciones de los maestros, el uso
y abuso del poder, los maestros aviadores, las diversas comisiones en el SNTE y
personas que han obtenido plaza y que no la trabajan, es que hemos llegado al punto
7. de perder nuestros privilegios como maestros. Por lo tanto, ha llegado la Reforma
integral de la Educación Básica, que busca reorganizar nuestro sistema educativo.
Como menciona Olac Fuentes (2013): Hay lugares en los que el poder sindical tiene
tales dimensiones que se puede aplicar el término colonización para calificar la
ocupación, por parte del gremio y de sus aliados, del aparato del servicio público de la
educación. La presencia cotidiana de este sistema en la vida de la escuela y su
innegable capacidad para obtener ventajas laborales –importantes en comparación con
otros sectores de trabajadores profesionales– explican la durabilidad de la dominación
sindical y la tolerancia que la mayoría ha mostrado ante los abusos de sus liderazgos.
Durante las clases hemos discutido sobre diferentes temáticas, situaciones que
acontecen en las aulas, momentos de frustración y las grandes satisfacciones que no
has regalado el trabajo como docentes. Pero creo que uno de las dudas más
importantes que nos genera temor, incertidumbre, inquietud o alguna clase de paranoia
es: ¿Cómo nos van a evaluar? ¿Quiénes nos van a evaluar? ¿Qué se hará con los
resultados de dicha evaluación? ¿Qué implicaciones tiene la evaluación docente en
nuestra permanencia?
Para esto en la clase de Práctica docente y Reforma Integral de la Educación
Básica I, pudimos obtener algunas respuestas, después de las diversas exposiciones y
análisis de publicaciones sobre la Reforma, en una de éstas la presidenta del Instituto
Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) Sylvia Schmelkes (2013)
argumenta:
“El propósito de la evaluación educativa es mejorar la calidad de la educación. El
propósito de la evaluación del desempeño docente, en consecuencia, es mejorar la
calidad de la práctica docente. En cuanto a la evaluación del desempeño docente, para
que ésta cumpla con el propósito de mejorar la calidad de la educación es necesario
diseñar un sistema paralelo de formación permanente de los docentes. Éste deberá
utilizar los datos de la evaluación para conocer lo que cada uno requiere para mejorar
su práctica docente y de esa manera mejorar los resultados de aprendizaje de sus
8. alumnos. De otra forma, evaluar el desempeño docente carece de sentido e incluso
puede ocasionar efectos perversos (no deseados y negativos)”.
¿Cómo se nos va a evaluar? ¿Quiénes nos van a evaluar? Según la propuesta
de la presidenta del INEE será de esta manera:
“En el documento elaborado por Carlos Mancera y esta autora, proponemos hacer
visitas periódicas al lugar de trabajo por parte de parejas de evaluadores
cuidadosamente seleccionados y formados para llevar a cabo las evaluaciones de
desempeño in situ. De la buena selección y formación de los evaluadores depende
tanto la credibilidad como la utilidad de la evaluación realizada, por lo cual este aspecto
se convierte en condición para la evaluación del desempeño docente” (Schmelkes,
2013).
Creo que esa forma de evaluar realmente nos puede generar temor, porque es
una manera muy subjetiva, inclusive la propia Sylvia Schmelkes lo reconoce al decir:
Si bien han sido criticados por el alto grado de subjetividad que supone el juicio emitido
por los evaluadores, pues se basan en instrumentos de naturaleza cualitativa en su
mayor parte, se ha encontrado que sus resultados se correlacionan bien con el
aprendizaje de los alumnos y con el juicio de los directores acerca del desempeño de
los docentes.
Surgen interrogantes como: ¿Qué pasaría si al director no le agrado? O por
alguna situación en específico ¿Fui estricta con mi alumno? ¿Si existe envidia en mis
compañeros o en su defecto en mí? ¿O realizan una entrevista al padre de familia que
al invitarle a prestar más atención a las actividades sus hijos está enfadado conmigo?
Estos son algunos de los cuestionamientos que mis compañeros y compañeras han
expresado y genera temor en cada uno de nosotros.
¿Qué se hará con la evaluación? Parte de la propuesta de la presidenta del INEE
menciona:
9. “Después de la evaluación entra en funcionamiento el sistema paralelo de formación
continua o de apoyo pedagógico. La formación continua obedece a los apoyos que
requiere cada maestro para superar las debilidades observadas en la evaluación in situ
a partir de todos los instrumentos aplicados, pero especialmente de las observaciones
en el aula y el análisis de los portafolios. De preferencia, esta formación se centrará en
la escuela donde labora el maestro o, cuando muy lejos, en la cabecera de zona
escolar. El director, los maestros con mayor nivel dentro de la escuela y otros maestros
de la zona se encargarán de modelar formas efectivas de enseñanza, así como de
observar de manera más frecuente la práctica del docente con el fin de proporcionarle
ideas y recomendaciones” (Schmelkes, 2013).
.
Si lo que se menciona en la propuesta, realmente se va a implementar,
considero que ningún profesor va a negarse en ser capacitado, es más sería un
beneficio para el mejoramiento de nuestra práctica docente, pero para ello tendrían que
contratar personas realmente instruidas que nos brinden la capacitación que
necesitamos. Entre las realidades que vivimos, es que los Cursos de Actualización nos
lo dan directores que en muchas ocasiones no tienen habilidades docentes, no adecuan
el material que reciben a nuestro centro escolar; o en su defecto, el supervisor de zona
es el encargado de brindar los cursos de capacitación y manda a asesores pedagógicos
que tampoco están lo suficientemente preparados. Sin ir demasiado lejos sucede que
en los Consejos Técnicos Escolares, el director no lee el material anticipadamente y no
puede guiar el trabajo que se tiene que realizar. Así como también, los cursos de
Carrera Magisterial, son de otros Estados de la República y de varios años anteriores,
todo esto resulta decepcionante y desalentador.
Una de las realidades que Sylvia Schmelkes menciona en su publicación es:
Esta propuesta no puede implementarse al día siguiente de que se presente. Es un
proceso de largo plazo, que implica, entre otros, los siguientes aspectos: Asegurar el
consenso entre los maestros acerca de aquello en lo que se les va a evaluar, es decir,
lo que se considera como la buena enseñanza. En forma paralela, es necesario
seleccionar a los formadores de formadores. La capacidad de apoyo al docente y a la
10. escuela debe descentralizarse en el ámbito de la zona escolar. Es evidente que una
reforma educativa completa debe contemplar otros aspectos –que la actual no incluye–,
como una transformación del currículo y una revisión a fondo de la formación inicial de
docentes; ojalá ambas acciones con una visión también descentralizadora. Pero la
evaluación formativa del desempeño docente es, sin duda, un mecanismo eficaz para
transformar la práctica docente y, a través de ella, mejorar la capacidad de docentes y
directivos para lograr resultados educativos relevantes, pertinentes, de calidad y con
equidad.
Por lo que queda una pregunta aun sin contestar y esa es: ¿Qué implicaciones
tiene la evaluación docente en nuestra permanencia? Creo que esta respuesta la
sabremos después que se inicie el proceso de evaluación y ahí conoceremos los
resultados.
Una de las declaraciones que menciona Schmelkes (2013) que me agradó leer
es: “La formación continua obedece a los apoyos que requiere cada maestro para su-
perar las debilidades observadas en la evaluación in situ a partir de todos los
instrumentos aplicados, pero especialmente de las observaciones en el aula y el
análisis de los portafolios”.
Por eso consideré relevante mencionar que en la asignatura de La mediación
pedagógica y estrategias didácticas para la Educación Básica I, aprendimos sobre el
uso de los portafolios. Que según Shores y Grace (2004) mencionan es:
Un componente de un sistema de evaluación y el proceso puede aplicarse en el orden
que más le convenga al educador o educadora, porque los mejores sistemas de
portafolios se desarrollan a partir de las necesidades e intereses particulares de una
comunidad educativa concreta.
Es un instrumento de evaluación bastante eficiente por la facilidad que conlleva
para la reflexión y de la toma de conciencia en el proceso de aprendizaje, tanto para el
alumno como para el docente. Es bastante flexible y es una buena razón para
11. involucrar a los padres de familia. Y si es implementado por cada uno de nosotros, será
útil en la evaluación docente que está tocando a nuestras puertas.
Antes de la maestría no comprendía que era un portafolio de evidencias,
recuerdo que cuando tenía un grupo de preescolares en el Centro de Atención Múltiple
de Audición y Lenguaje, llevaba una especie de carpeta donde guardaba todos los
trabajos de mis alumnos sordos, cuando veía que sobresalían algunos de sus trabajos
solía dárselos a sus padres de familia y recuerdo la sonrisa al mirar las producciones de
sus hijos.
También de manera demasiado informal llevaba una clase de bitácora o diario de
formación, en el que escribía de manera breve las cosas que realizaba en la escuela,
las entrevistas, evaluaciones, y si sucedía alguna situación en la escuela. Pero según
Anijovich (2009) es:
“En el campo de la educación el diario de formación es entendido como un
istrumento metodológico que da cuenta de la mirada del narrador sobre las prácticas
que está desarrollando, y favorece la reflexión y toma de conciencia sobre lo que hace,
cómo, por qué y con qué modelos de referencia”.
Visto de esta manera, es un excelente elemento de la mediación. Es un gran
reto hacer a un lado la pereza para realizar los registros con un sentido. Y hacer la
docencia como una verdadera ciencia, como lo utilizan los científicos sociales.
Otro de los descubrimientos fue el cambio de concepto que tenía sobre los
ambientes de aprendizaje, para mí el ambiente de aprendizaje era el que estaba en
salón de clases, sin embargo en la clase de El diseño de ambientes de aprendizaje y la
propuesta de intervención I, comprendí que los ambientes de aprendizaje no deben
verse como un objeto, sino como propone Jakeline Duarte Duarte:
12. “Conceptualizar los ambientes educativos desde la interdisciplinariedad,
enriquece y hace más complejas las interpretaciones que sobre el tema puedan
construirse, abre posibilidades cautivantes de estudio, aporta nuevas unidades de
análisis para el tratamiento de problemas escolares y sobre todo, ofrece un marco
conceptual con el cual comprender mejor el fenómeno educativo, y de ahí poder
intervenirlos con mayor pertinencia”.
Y también menciona: “La expresión ambiente educativo induce a pensar el
ambiente como sujeto que actúa con el ser humano y lo transforma”.
Entonces al pensar en ambientes de aprendizaje, puedo darme cuenta que en
cada rincón del planeta en los que se encuentren las personas son ambientes de
aprendizaje, por lo tanto es importante que los padres y cada uno de los maestros
hagamos consciencia de lo que les podemos ofrecer a los educandos en cada uno de
los contextos.
Parte fundamental de todo lo que podemos encontrar en nuestra docencia son
los conocimientos profesionales de los profesores, de las concepciones y obstáculos
epistemológicos de los profesores , pero para ello tenemos que realizar investigaciones
en las escuelas como un proceso orientado de construcción de significados de
progresiva complejidad que favorezcan, entre otros aspectos, el espíritu crítico, la
autonomía, el respeto a la diversidad, la cooperación y la acción transformadora por
una sociedad más justa y más armónica con la naturaleza como menciona Porlan
(1997).
En este aspecto considero que mi trabajo como maestra de Apoyo de USAER es
muy importante, sobre todo con respecto al respeto a la diversidad, mucha gente
desconoce cómo referirse a los alumnos con Necesidades Educativas Especiales con y
sin Discapacidad, que no son el “pobrecito”, el “minusválido”, el “mongolito”, porque son
expresiones peyorativas, el término correcto es hablarles por su nombre, siendo
conscientes que es una persona “con discapacidad” como menciona Jiménez (2007).
13. Aludiendo a esto, quisiera compartirles uno de los recuerdos más gratos, cuando me
inicié como maestra de apoyo de USAER en primaria fue descubrir que una alumna de
quinto grado con Discapacidad Intelectual Profunda, quien tenía un nivel de primer
grado, podía cantar. Me sentí como una descubridora de talentos. Le propuse que en
vacaciones de semana santa se aprendiera una canción y para mi grata sorpresa, se la
sabía de memoria. Le pedí a la directora de la escuela que le diera una participación en
el Festival de Día de Madres y para sorpresa de todos, ella se plantó en el escenario y
comenzó a cantar, sus compañeros y los maestros de la escuela estaban tan
impresionados porque no habían considerado que la alumna tuviera un talento. Al
participar en el festival del día del maestro ella me entregó una carta que aun guardo
con mucho cariño que decía:
“Querida maestra Nancy gracias por todo porque tu si me sacaste diez porque es por mi
discapacidad y gracias por ayudarme por muchas cosas porque yo cante bien la de mi
último día y me felicitaste muchas gracias esto es para mi maestra Nancy Beatriz
Serrano muchas felicidades feliz dia del maestro” (Citado textualmente).
Este recuerdo y muchos otros que no me alcanzaría el tiempo para escribir me
han dado un motivo para encontrarle sentido al trabajo que se me dio por oportunidad.
Como menciona Pablo Latapí (2002):
“Una buena educación debería dejar la convicción de que la vida es para algo,
oportunidad más que destino, tarea más que azar” La buena educación “se propone
que cada alumna y alumno constituya en su interior un estado de alma profundo, se
convierta en sujeto consciente, capaz de orientarse al correr de los años en la
búsqueda del sentido de las cosas y del sentido de la vida. Así transformará la
información en conocimiento y el conocimiento en sabiduría; habrá aprendido a vivir”.
14. Conclusión
Considero muy pertinente mencionar que una de las cosas que recuerdo en las clases,
es que la educación y la profesionalización del docente se comparan a un espiral, por lo
que es un proceso de transformación continuo y sin fin.
Por lo tanto es importante que veamos nuestra docencia como un libro sin
terminar, que aún estará lleno de más experiencias, problemas, dificultades,
desencantos, frustraciones, miedos, incertidumbres, pero eso no debe permitir sentirnos
desmotivados y que el elemento clave principal es nuestra vocación, porque es lo que
nos llenará de la energía, del empuje, para poder continuar.
Pero también que tomemos en cuenta que siempre habrá alicientes,
satisfacciones y muchas experiencias que nos alimentarán y nos permitirá vivir como
Diría José M. Esteve la aventura de ser Maestro. Ser valiosos como maestros de
humanidad.
Así que agradezco este momento de reflexión y de compartir parte de mis
vivencias como docente.
15. Referencias Bibliográficas
Latapí, Pablo (2003). ¿Cómo aprenden los maestros? Conferencia magistral en el
XXXV aniversario de la Escuela Normal Superior del Estado de México. México: SEP.
Fuentes, Olac (2013). Las tareas del maestro y los desafíos de la evaluación docente.
La Reforma Constitucional en Materia Educativa: Alcances y Desafíos. México: Senado
de la República Instituto Belisario Dominguez.
Rockwell, Elsie (2013). La complejidad del trabajo docente y los retos de su evaluación:
Resultados internacionales y procesos nacionales de la Reforma Educativa. México:
Senado de la República Instituto Belisario Dominguez.
Schmelkes, Sylvia (2013). La evaluación del desempeño docente. México: Senado de la
República Instituto Belisario Dominguez.
Shores, Elizabeth y Grace, Cathy (2004). El portafolio paso a paso infantil y primaria.
Barcelona: Graó.
Latapí, Pablo (2002). Una buena educación: reflexiones sobre la calidad. En C.
Ornelas, Desafíos de la administración en el siglo XXI. (pp.41-50). México: Ediciones
Aula XXI Santillana.
Anijovich , Rebeca (2009). Transitar la formación pedagógica. Argentina: Paidós.
16. Duarte ,Jakeline (2003). Ambientes de Aprendizaje una aproximación conceptual.
Revista Iberoamericana de Educación Principal OEI.
Porlan, ariza, Rivero, A.' Del Pozo,R. Invetsigación didáctica Conocimiento Profesional
y Epistemología de los Profesores I: teoría Métodos e Instrumentos. Departamento de
Didáctica de las Ciencias. Universidad de Sevilla. Departamento de Didáctica de las
Ciencias Experimentales. Universidad Complutense de Madrid.
Miembros del Grupo DIE (Didáctica e Investigación Escolar) y del Proyecto Curricular
IRES (Investigación y Renovación Escolar).
Porqué es correcto el término de persona con discapacidad y no el de personas con
capacidades diferentes. Actualizada: 05 de Noviembre del 2007. [Fecha de consulta:
06 de Noviembre 2014]. Disponible en
http://www.libreacceso.org/biblioteca-articulos-discapacidad.html