1. UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL
UNIDADES 211, 212 y 213
Puebla, Teziutlán, Tehuacán
Maestría en Educación Básica
Comentario: Profra. Jaqueline Rosas Ayala
MI CONFRONTACIÓN CON LA DOCENCIA
Los seres humanos somos personas pensantes, capaces de mantener un
aprendizaje constante, tan cierto es que todo el tiempo estamos aprendiendo, en
distintos lugares y de diferentes personas, cosas buenas, útiles y otras no tan buenas,
cada uno de nosotros elegimos lo que queremos aprender y como lo vamos a aplicar en
un momento determinado.
Luego entonces puedo decir que la educación de una persona prácticamente es
dividida, principalmente en dos partes: la educación que se recibe en la casa y la que se
adquiere en la escuela (esta última regularmente refuerza la primera), los conocimientos
adquiridos se verán reflejados en la forma de actuar del sujeto en situaciones de la vida
diaria.
La mayor parte del tiempo estamos buscando modelos a seguir, descartamos lo
que no nos agrada y adoptamos lo que nos parece adecuado, inclinándome hacia mi
experiencia personal puedo decir que fui una persona muy observadora y quizá critica
en cuanto a las cualidades y defectos que tenían mis maestros, principalmente de la
educación básica, considero que este nivel es el más importante, significativo y hasta
decisivo para el estudiante ya que brinda la base de la formación académica y te
enfrenta a la incógnita de ¿Qué vas a hacer con tu vida? Y la clásica pregunta ¿Qué vas
a hacer cuando seas grande?.
El gusto por conocer el cuerpo humano, saber cómo cuidarlo y sentirme útil
ayudando a las personas con un grato sentido de humanidad, me hicieron interesarme
por ser enfermera, casual y contradictoriamente por situaciones de salud personal
deserte de esta profesión pero no perdí de vista los intereses y gustos por el área de las
ciencias naturales.

2. Teniendo como ejemplo los buenos maestros que contribuyeron en mi formación
académica y el gusto por el área de ciencias determine estudiar la Licenciatura en
Educación, teniendo presente que de esta manera también podría continuar aprendiendo
sobre mis temas de interés y no solo eso, también podría transmitir esos conocimientos
a otras personas para fomentar el cuidado de esta gran máquina, la maquina más
perfecta que existe, el cuerpo humano, aunado al cuidado del medio ambiente y el
conocimiento de la biodiversidad con la que contamos.
Durante mi formación docente en la Escuela Normal realicé diversas jornadas de
práctica en distintas escuelas y contextos, esto me permitió conocer las características
de los alumnos en diferentes circunstancias y las necesidades que presentan. Adquirí
experiencias constructivas que me orientaron en la construcción del modelo de docente
que quería ser al egresar, tenía presente las malas prácticas de mis maestros de
educación básica y las estrategias, actividades y características de los que llegue a
admirar (mis modelos y ejemplo a seguir o mejorar).
Mi formación profesional tiene como sustento el Plan de Estudios 1999 el cual
me permitió analizar el contexto educativo desde las asignaturas que cursé, entre otras:
Bases filosóficas, legales y organizativas del sistema educativo mexicano.
Estrategias para el estudio y la comunicación. La expresión oral y escrita en el
proceso de enseñanza y aprendizaje.
Problemas y políticas de la educación básica. Historia de la pedagogía.
Propósitos y contenidos de la educación básica
Desarrollo de los adolescentes
Escuela y contexto social. Observación del proceso escolar. Observación y práctica
docente.
La educación en el desarrollo histórico de México.La enseñanza en la escuela
secundaria
Asignaturas de la especialidad (Biología).
Los conocimientos adquiridos en cada asignatura me llevaron a consolidar el perfil de
egreso del maestro normalista que consta de cinco grandes e importantes campos:
 Habilidades intelectuales especificas

3.  Dominio de los propósitos y contenidos de la educación básica
 Competencias didácticas
 Identidad profesional y ética
 Capacidad de percepción y respuesta a las condiciones sociales del entorno de la
escuela
Al regresar de la Escuela Normal me enfrento al mundo real de la educación, he
aquí donde se presenta la confrontación de lo aprendido y sugerido por distintos autores
que me guiaron durante mi formación profesional con la realidad del contexto social,
mi mentalidad era muy amplia, con novedades y expectativas, con ganas de poner en
práctica lo aprendido y contribuir en la formación académica de los alumnos
transmitiendo los conocimientos que me competen, sé que no soy la mejor persona del
mundo ni mucho menos la mejor docente sin embargo siempre he pensado que de los
errores también se aprende, después de todo el aprendizaje es constante, nunca dejamos
de aprender y efectivamente la práctica hace al maestro.
Para mí como para muchos compañeros, el famoso examen de oposición para el
otorgamiento de plazas docentes era algo nuevo, mis resultados fueron buenos, lo malo
es la situación en la que se encuentra el magisterio, con esto me refiero a la dificultad
para ingresar al campo laboral en las escuelas públicas, efectivamente es un “examen de
oposición” (sarcásticamente). Esto es un tanto desalentador, sin embargo las escuelas
públicas no son la única opción, mi disposición para laborar me llevaron a tocar puertas
buscando la oportunidad de aplicar los conocimientos que tenía en espera.
Se me presento la oportunidad de integrarme al personal docente de una escuela
particular (América La Salle) en el nivel de Primaria, mi perfil no estaba enfocado a este
nivel, pero viendo la curricula de primaria y tomando en cuenta que está íntimamente
relacionados los aprendizajes esperados y el perfil de egreso tanto de los alumnos de
primaria y secundaria me sentí con la capacidad de ajustarme al nivel.
Debido a que la escuela implemento la estrategia de trabajar en el nivel de
Primaria por asignaturas, es decir, un maestro especialista en cada asignatura (como se
maneja en secundaria) mi perfil fue aceptable. El primer año (Ciclo escolar 2012-2013)
impartí la asignatura de Ciencias Naturales de 3º a 6º de Primaria, solo cubriendo las
horas requeridas y participando como apoyo en las distintas actividades que se
realizaban en la institución, al principio fue complicado ajustarme y adecuar las

4. estrategias, actividades, dificultad de los temas y las exigencias al nivel, poco a poco
adquirí un ritmo de trabajo adecuado, me familiaricé con el medio, fue de gran ayuda
las cualidades y características de los alumnos.
Actualmente me mantengo laborando en el nivel de Primaria impartiendo la
asignatura de Exploración de la Naturaleza y la Sociedad en 2º, Ciencias Naturales de 3º
a 6º y los méritos ganados durante el ciclo escolar pasado mediante mi desempeño me
ha dado la oportunidad de ser Tutora del grupo de 3º, esto representa un reto más y
mayores experiencias de aprendizaje.
Con la poca experiencia que tengo hasta el momento y la confrontación que he
identificado entre lo que se espera de un profesionista de la educación y la realidad que
vivimos puedo decir que es de suma importancia que el docente no se detenga, debe
continuar aprendiendo y no solo por interés personal porque en realidad la integridad de
su persona, sus conocimientos, habilidades y destrezas pueden beneficiar a todo un
grupo de personas y trascender históricamente para bien o para mal.
Ya ha transcurrido un año y un mes desde que ingresé al campo laboral, quizá es
poco tiempo pero ha sido muy significativo profesional y personalmente por que he
consolidado mi perfil profesional, he aprendido mucho, reforcé mis conocimientos y
amplié mi reservorio de estrategias para el procesos de enseñanza - aprendizaje,
considero que el trabajo diario de un docente no es rutina, cada día es diferente porque
trabajamos con una diversidad de personitas con cualidades, habilidades y necesidades
diversas, nuestra labor no consiste en llegar al salón y transmitir información, es más
que eso, para el alumno somos su maestro, amigo, guía, ejemplo, apoyo, asesor, tutor,
refugio, cómplice, compañero, entre otras cosas.
Es cierto que hay actividades que por solicitud administrativa se tienen que
hacer pero depende de nosotros cómo y en qué momento lo realizamos, el estilo de cada
maestro hace la diferencia, tal es el caso de: identificar la presencia de nuestros alumnos
que no son números ni sujetos X, son seres humanos con nombres de identificación;
corroborar la realización de trabajos y tareas como evidencias académicas, tomando en
cuenta distintos aspectos (cualitativos y cuantitativos) para obtener el valor numérico
que se pueda asentar un registro; elaborar las secuencias didácticas y planeación de
actividades a realizar en un tema determinado poniendo el estilo o toque particular de
nosotros, haciendo las adecuaciones pertinentes de acuerdo a las necesidades o

5. características de los alumnos, al contexto, los recursos escolares con los que se cuentan
y el tiempo disponible.
Muchas veces establecemos metas a largo plazo con el fin de lograr, en el caso
de la educación, el famoso aprendizaje esperado en los alumnos, yo me pregunto: ¿No
sería más conveniente formularnos una meta a corto plazo?, donde podamos deducir
que es lo que pretendemos lograr un día “normal de trabajo” y así ir subiendo peldaños
hasta llegar a nuestra meta, tomando en cuenta que si en cada escalón es necesario
detenernos a reflexionar, reforzar o retomar un aspecto es conveniente hacerlo para no
continuar el camino con rezagos que posteriormente nos podrían causar dificultades o
entorpecer nuestro trabajo.
Ahora bien, ser docente no solo es una profesión, es un compromiso social, es la
función que ejerce una persona que está en constante actualización, quien se mantiene
aprendiendo día a día ya que para muchos es un modelo, un ejemplo a seguir, un
maestro lo es dentro y fuera del salón de clases. Quien elige esta profesión es porque se
compromete a realizar su función de la mejor manera posible, bajo las circunstancias y
dificultades del medio, enfrentando adversidades y con el firme propósito de contribuir
en la formación académica, otorgarles las herramientas, conocimientos y habilidades
necesarias para mejorar su calidad de vida y dar solución a las problemáticas que se le
pudieran presentar en la vida diaria.
Los docentes a pesar de nuestras diferencias o particularidades en la forma de
trabajar, tenemos el mismo propósito: enseñamos para aprender y aprendemos para
enseñar teniendo como prioridad al alumno quien es el centro del proceso de enseñanzaaprendizaje. La principal competencia de un buen docente debería ser aprender a
aprender para poder enseñar y continuar aprendiendo de los resultados obtenidos
durante nuestra práctica diaria después de todo considero que aprendemos mientras
enseñamos.
Quiero terminar mi análisis respecto a la percepción que tengo sobre la docencia
con las siguientes frases:
“Quien se atreve a enseñar nunca debe dejar de aprender”
(John Cotton Dana)

6. “Educar no es dar carrera para vivir sino templar el alma para las dificultades de la vida”
Pitágoras
Bibliografía:
Plan de Estudios (1999), Licenciatura en Educación Secundaria, México, SEP.
Latapí, Pablo (1993), “Carta a un maestro”, en Diez para los maestros, México, SNTE.