María de la Torre, estudiante de Medicina en la Universidad Francisco de Vitoria, Madrid, comenzó la carrera movida por sus ganas de ayudar a otras personas, las mismas que le han llevado a vivir como voluntaria un verano en Etiopía.

1. SEMANA DEL 12 AL 18 DE OCTUBRE DE 2015 AÑO IV. NÚMERO 139
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Voluntariado
médico, una
experiencia que
cambia la vida
María de la Torre . Estudiante de
Medicina en la Universidad Francisco
de Vitoria, Madrid, comenzó la carrera
movida por sus ganas de ayudar a
otras personas, las mismas que le han
llevado a vivir como voluntaria un
verano en Etiopía. Resume así su
vivencia: "Ha cambiado mi vida".
MADRID
CRISTINA MARTÍN GARCÍA
cristinam.garcia@unidadeditorial..com
PREGUNTA. ¿Cuáles fueron
sus funciones en el país?
RESPUESTA. Estuve en un or-
fanato de niños con VIH y
distintos tipos de discapa-
cidades.Nos levantábamos
al amanecer (allí su vida
diaria comienza nada más
salir el sol) y nada más de-
sayunaríbamosalorfanato,
donde dábamos de desayu-
nar a todos los niños, les
aseábamos, les enseñába-
mos a hablar,a cantar,a ca-
minar,jugábamosconellos,
lesservíamoscomidasyce-
nas, y, finalmente, les acos-
tábamos. Ayudábamos en
cualquiertareaeintentába-
moshacermenosmonótono
su día a día, ya que el resto
del año no tienen a nadie
con quien jugar.
P. Sutiempolibre,¿aquélo
dedicaba?
R. Cuando volvías del pro-
yecto estabas tan cansado
que lo primero que hacías
era ducharte y tumbarte
cincominutosenlacama.Ya
cuando cogías fuerzas, da-
bas una vuelta por el cen-
tro deAddisAbeba para su-
mergirte en ese mundo tan
distinto. ¡Es todo tan dife-
rente!
P. ¿Quéesloquemáslesor-
prendió de la experiencia?
R. El momento del viaje que
más me marcó lo viví con
Abraham, un niño al que
siempredabadecomer. Era
ciego y apenas podía mo-
veralgomásquelaboca.No
sabía hablar, pero, cuando
estaba a su lado repetía
"ammaamma". Cuál fue mi
sorpresa cuando otro niño
medijoqueAbrahammees-
taba llamando mamá.
Alllegarloquemeimpre-
sionó fue la cantidad de
gente que había en las ca-
lles, caminando, de pie, ti-
radaenel suelo,comoespe-
rando algo.Esta gente no te
pide dinero,te pide comida.
Además, nunca vi a ningún
niño despreciar la comida
del orfanato. Se la comían
toda y mostraban una son-
risa de oreja a oreja con sus
boquitas llenas.
Era muy conmovedor ver
cómo unos niños de unos
ocho o diez años con VIH
daban de comer a sus her-
manos pequeños, los niños
discapacitados, y ver cómo
sequerían.Además,sólote-
nías que decir tu nombre
una vez para que al día si-
guiente te estuvieran espe-
rando, gritando tu nombre,
deseando un beso o un
abrazo.Lesbastabaconeso.
Tambiénmechocómuchoel
contrastecultural.Unama-
ñananosdespertamosyes-
taban todas las calles del
centro cortadas por el final
delRamadán.Las calleses-
taban repletas de gente re-
zando. Fue impactante.
P. ¿Qué enfermedades se
ven más en Etiopía?
R. Son patologías comunes
llevadas a un grado extre-
mo. Desde una herida que
acaba en amputación, una
discapacidad que acaba
siendo un cuerpo inmóvil,
enfermedades infecciosas,
etc. Es muy duro ver cómo
unapersonasufreynopue-
desdarlenadaparaaliviar-
le, pero no poseen ni la mi-
tadderecursosbásicosque
enEuropa.Quiénibaadecir
que un ibuprofeno o una
gasa fuera tan valioso…
P. ¿Qué le ha aportado la
experienciacomomédicoy
como persona?
Abraham, un niño
ciego que
apenas era capaz de
hablar y al que le daba
siempre de comer, un
día me llamó mamá.
Ese fue el momento
del viaje que más me
marcó"
“
R. Como estudiante de Me-
dicina he descubierto cómo
reaccionar ante ciertas si-
tuaciones,heaprendidoso-
bre ciertas enfermedades,
procedimientos médicos,
etc., pero sobre todo, la im-
portancia del trato a la per-
sona,demiraralosojosyde
establecer un vínculo.
Avalorar unpoquitomás
la vida, mi tiempo y a ser
más paciente; la suerte y la
deventajasquetenemoslos
que vivimos en un país de-
sarrollado; el valor de te-
ner una familia, un hogar
y un plato de comida al día;
yendefinitiva,aaprovechar
las pequeñas cosas que pa-
recen insignificantes, pero
que, si te faltan, compren-
des su valor.
P. ¿Qué consejo le daría a
otro médico o estudiante
que desee hacer lo mismo
el año que viene?
R. Que nada más llegar es-
cucheyobserveatentamen-
te. Que cada día dedique
unos minutos a pensar en
todo lo que ha vivido ese
día.Esposiblequeenalgún
momentosevengaabajo,ya
que son situaciones en las
que uno puede que nunca
haya estado. Es normal, le
aconsejaría que se tome su
tiempo y no se desanime.
María de la
Torre (centro)
con otras dos
voluntarias en
Addis Abeba,
Etiopía.
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12 Octubre, 2015