APOS - Global Médica SA: Contrato de prestación de servicios farmacéuticos
Discurso de Cristina Canales
1. ¿Por
qué
las
mujeres
somos
los
verdaderos
agentes
de
cambio?
Porque
tenemos
la
sensibilidad
de
darnos
cuenta
cuando
las
cosas
no
están
bien,
y
la
capacidad
de
análisis
para
querer
mejorarlas.
Desde
niña
he
tenido
el
sentido
de
empatía
muy
desarrollado:
el
ponerme
en
los
zapatos
de
los
demás
y
el
sentir
en
carne
propia
las
necesidades
del
otro,
me
ha
motivado
a
siempre
buscar
la
forma
de
ayudar.
Esta
sensibilidad
hacia
el
otro
me
ha
impulsado
a
involucrarme
en
asociaciones
de
beneficencia,
en
actividades
ciudadanas,
trabajo
voluntario
y
recaudación
de
fondos,
con
la
intención
de
mejorar
las
condiciones
de
los
que
más
necesitan,
y
lograr
una
comunidad
más
armónica.
Recuerdo
vívidamente
las
cenas
de
Navidad
en
casa
de
mi
abuelita
y
terminar
siempre
en
la
cocina
ayudando
a
quienes
se
habían
quedado
a
trabajar
esa
noche,
para
que
acabaran
rápido
con
sus
labores
y
se
pudieran
ir
con
sus
familias.
Por
estar
siempre
en
busca
de
dónde
ayudar
y
qué
cambiar,
constantemente
me
buscan
para
participar
en
diferentes
asociaciones.
Ya
en
un
plano
profesional
y
para
definir
el
momento
exacto
en
que
esto
comenzó,
me
remonto
a
lo
sucedido
en
el
Casino
Royale.
Todo
mundo
teníamos
miedo:
en
cada
cena,
comida
o
reunión
el
tema
era
el
miedo
y
las
formas
de
cuidarnos
y
protegernos.
Fue
entonces
que
me
reuní
con
algunas
amigas
y
decidimos
poner
en
acción
una
teoría
personal
de
que
2. si
no
podíamos
cambiar
algo
por
lo
menos
seríamos
capaces
de
quitarnos
el
miedo.
Y
creamos
Concordia,
un
movimiento
por
la
paz
en
donde
organizábamos
sesiones
de
yoga
y
meditación
en
parques
como
una
forma
de
crear
comunidades
unidas
y
en
armonía.
Logramos
hacer
hasta
una
marcha
por
la
paz
.
No
conforme
con
esto
y
con
un
afán
de
ir
más
allá
y
voltear
realmente
a
ver
a
nuestros
semejantes
y
sus
necesidades,
comenzamos
por
lo
más
cercano
y
empezamos
a
preguntarle
a
la
gente
que
trabajaba
en
nuestras
casas
que
cómo
se
sentía.
Vimos
que,
al
igual
que
todos
nosotros,
se
sentían
amenazados
y
que
en
lugar
de
poderse
resguardar
y
quejarse
en
una
reunión,
tenían
que
salir
a
trabajar,
salir
de
lugares
en
donde
la
violencia
era
cosa
cotidiana
y
que
en
donde
muchas
veces
se
veían
obligados
a
dejar
a
sus
hijos
solos.
Vimos
que
su
miedo
estaba
impregnado
de
impotencia
y
decidimos
enfocar
nuestros
esfuerzos
en
ayudarlas.
Conscientes
de
que
no
éramos
capaces
de
erradicar
la
inseguridad
nos
abocamos
a
tratar
de
cambiar
algo
de
su
entorno
y
por
ende
la
percepción
de
estas
personas.
Escogimos
una
zona
emproblemada
que
tuviera
un
parque
en
malas
condiciones
y
que
estuviera
al
servicio
de
pandilleros.
Nos
pusimos
como
meta
transformarlo
en
4
meses,
lo
cual
logramos
gracias
a
la
ayuda
de
familiares
y
amigos
que
se
acercaron
ofreciendo
su
apoyo.
3. En
su
mayoría
eran
mujeres,
lo
que
nos
dejó
como
lección
la
gran
necesidad
que
existe
de
ayuda
pero
también
la
cantidad
de
mujeres
dispuestas
a
ayudar.
Fue
un
momento
importante
para
mi
ya
que
fui
testigo
del
potencial
inmenso
que
tenemos
las
mujeres
y
de
nuestra
capacidad
transformadora.
Y
así
nació
Foro
Kiik.
Mis
socias
y
yo
decidimos
crear
una
plataforma
que
fuera
capaz
de
proporcionar
las
herramientas
a
las
mujeres
para
su
desarrollo
personal
y
crecimiento
como
seres
humanos.
Un
espacio
para
el
aprendizaje,
reflexión,
conexión
y
acción
donde
buscamos
construir
una
comunidad
fuerte
de
mujeres
activas
y
conscientes
del
rol
fundamental
que
tenemos
en
la
transformación
de
nuestro
entorno.
El
colaborar
y
ayudar
a
otros
es
un
acto
transformador:
te
da
mucha
luz.
Es
sumamente
enriquecedor
ver
cómo
pequeñas
acciones
contribuyen
a
lo
que
luego
puede
ser
un
gran
cambio.
En
mi
caso
el
hacer
trabajo
comunitario
y
ayudar
a
los
demás
me
ha
traído
grandes
satisfacciones
personales:
ha
aumentado
mi
autoestima,
mi
confianza,
me
hizo
recuperar
mi
fe
en
la
humanidad
y
me
ayuda
a
sentirme
satisfecha
con
mi
vida.
Hacer
el
bien
a
los
demás
me
llena
de
autosatisfacción
y
alegría,
además
de
darme
un
sentido
de
pertenencia
e
identidad.
Ha
sido
un
antídoto
maravilloso
contra
cualquier
adversidad
que
se
presente
en
mi
vida
y
ha
4. contribuído
a
mantener
mi
salud
física
y
mental,
pues
me
brinda
un
perspectiva
positiva
acerca
del
mundo
que
me
rodea.
Me
ha
hecho
conocer
gente
maravillosa,
y
vivir
y
ver
historias
que
han
cambiado
mi
vida.
Pues
las
invito
a
unirse
a
alguna
causa.
Les
propongo:
-‐
Comenzar
preguntándose
qué
aptitudes
tienen
y
de
qué
forma
podrían
usarlas
para
ayudar
a
otros.
- Determinar
cuánto
tiempo
pueden
emplear
para
esta
labor.
Es
fundamental
tener
claros
tus
límites
para
poder
ofrecer
ayuda.
-‐
Tomar
en
cuenta
sus
preferencias:
tal
vez
prefieren
trabajar
con
niños,
en
pro
de
la
ecología,
o
quizás
con
adultos
mayores.
Es
importante
que
disfruten
lo
que
vayan
a
hacer.
Y
que
les
apasione
la
causa
que
van
a
perseguir
-‐
Diríganse
a
centros
comunitarios,
escuelas,
museos,
hogares
para
la
tercera
edad
e
incluso
iglesias
que
puedan
tener
algún
programa
de
ayuda
social
en
el
que
pueden
participar.
Que
no
se
nos
olvide
que
la
mujer
es
un
factor
de
cambio,
cada
cosa
que
hacemos
y
decimos
tiene
alto
efecto
en
nuestras
familias
y
un
impacto
en
la
comunidad.
5.
Las
dejo
con
una
reflexión
que
me
regaló
ayer
una
muy
buena
amiga
y
que
resume
el
cómo
una
pequeña
acción
puede
tener
una
gran
consecuencia:
EL
MURMULLO
DEL
TAO
Si
Yo
cambio,
lo
notará
mi
Familia
y
en
ella
habrá
cambios.
Si
cambia
mi
Familia,
lo
notará
mi
Comunidad
y
en
ella
habrá
cambios.
Si
mi
Comunidad
cambia,
lo
notará
mi
País
y
en
él
habrá
cambios.
Si
cambia
el
País,
lo
notará
el
Mundo
y
en
él
habrá
cambios.
Si
cambia
el
Mundo,
lo
notará
el
Universo
y
entonces,
Todo
el
Universo
escuchará
el
murmullo
de
mi
cambio.
Felicidades
al
Consejo
Cívico
por
este
espacio
y
por
querer
involucrar
a
las
mujeres.
Es
cuestión
de
buscar
dónde
y
comprometerse.
Anímense
y
hagan
la
prueba.
Hay
mucho
que
hacer
por
nosotras
por
Nuevo
León,
por
México.