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CRISOL DE SÁBANAS
CRISOL DE SÁBANAS
Ediciones Signo Ascendente, Buenos Aires 1988.- Daniel Fernández Ahumada
Tapa: ‘Naturaleza muerta resucitando’, Remedios Varo.-
-a todos mis…
-a todos mis…
-a todos mis…
- a todos mis…
Te diré claramente todo lo que quieres saber, no entrelazando enigmas, sino con palabras claras, como
deben ser las dirigidas a los amigos. Esquilo
A los dioses les repugna lo manifiesto. Upanishads
Muerte es lo que vemos estando despiertos. Heráclito
Siempre nunca me Alejo de lo maravilloso porque no me placen estas asombrosas e inadmirables tumbas.
dfa
Si ustedes comparten el juicio que adjudica belleza a los cadáveres de flaccidez reptante enterrados bajo un
campo de larvas repugnantes que gesticulan y hablan de su propia belleza adquirida en fueros casquivanos y
experimentan horror ante el crimen de la ruindad sigan leyendo, mas les advierto, sólo a modo de ofrecer
buen servicio y el ahorro de sus sacros minutos de afamada chatura, que no encontrarán en esta lid paz que
surja de desarmes mutuos ni abandono por mi parte de toda actitud malévola ya que no seré yo quien les
allane el camino hasta sus lápidas ni me hallarán culpable de indulgencia ante sus máscaras. Oh, manos
perfumadas acarician las letras de esta señal que envío por amor; torpe, no descuides el juego, son manos
desposadas conformes y estatuidas, tratan de seducirte y conformar conmigo una masa caduca de corceles
bravíos. Les mostraré un camino trazado por encargo llamado a ser sinuoso por verse entre los claustros
como pan sin memoria y no habrán de surcarlo las conciencias felices con sus puentes de nalgas y pechos
mercenarios porque estoy enterrado en campos libertarios que juegan con las voces de cada encrucijada
tamborileando curvas y no pidan que cubra con el mantos sagrado mi sacrosanta túnica.
Y ese murmullo surgente de sangre nobiliaria. Cuán largo es el trazado de mi equívoco, hubiese asegurado
que profesaban las paces del sepulcro para la subversión de la palabra. Y ese desorden en sus bocas
marchitas, y esas lenguas raquíticas que semejan la cuna de la bondad, y esos ojos revolcados en su propio
espectro, y esos dulces sonidos de calesita sintáctica, y esos blasones de rancias anfractuosidades
compactadas por espadas teletóneas, y este compás describiente de círculos concéntricos que se clava en mi
mano, no os preocupéis, este dolor es viejo como ese aspecto de carcelero comprensivo. Y aquél caritativo
estrecho que muerde de mi sangre y no se mancha. Y este sonriente espejo, mírenlo, nervioso modo de
festejar el triunfo de la impresión. Aquí ese apócope bufón que no supera los nombres propios y estos
cerebros míseros, sílabas postreras de los adverbios de modo y allí, ese monocorde colorido de crisoles
muertos. Bien, bien, al menos debo reconocer buen signo en el positivismo de sus manicomios, en especial
lo referente al tráfico experimental de vísceras, interesante movilidad social perturbadora de dogmas
incandescentes ofrece la cesión del hígado de un asalariado libre a un cuerpo reptilíneo retrogradándonos
hasta hacernos rozar con los orígenes comunes. Libre, qué perturbada, qué trastornada cualidad.
¡
Desde la razón y el costumbrismo seré responsable de lo que habré de dibujar a tono con mis supuestos
dotes de cancionista que tradición mediante expondré con ayuda de mi locura en cada uno de los caños
rectilíneos que van del margen hasta el vacío de la diestra en mi caso y que por ser mío se transforma en un
mi sostenido por mi mano izquierda la que realiza las durezas del obrero mi mano amiga mi defensora la
que cubrió la retirada de la siesta haciéndose creer que ocultaba su cometido que lo lograba pobre mi mano
y quién no tuvo alguna vez su mano izquierda y quiénes son los puros que acusan con dos índices ya sé no
me digáis tenéis razón la vida es una herida absurda pero con zeta. Que no te entiendo me lo habían
dicho mis maderitas balsa corchitos de larga siesta que el golpe de una moneda por Chile me los hundió.
Bella es la profundización bellas las manos vuestras que con el cuento de que es abono de las cosechas
salen marrones de la letrina purificadas de extremaunción y van y se hunden por todos lados salvo en la
letra que es sudorosa que con mirarla ya es demasiado y no me cansen con tanta mezcla dice el corchito en
el cloaquerío que un intestino es algo genuino aun cuando afloran sus resultados.
¿
Qué vida la de esta latitud la que cremé en la esfera de la reja en el momento denso por el que me dispuse
a dar una de las cuatro canciones entre las que me encuentro disonando y si tienen por alma una ventisca o
un pelotón de rosas les brota de la baba será babeante la estrecha caminata por cada piedra de los lagrimales
y habrá una escarcha en el verano torpe de sus labios si les son incapaces los refugios aunque se los repita en
un rosario largo rosario rosa de Dakar de arena espina vuela en la cresta de cada brazo breva desierta laguna
fina defina llaga de algún debate y se ha debatido entre rosas verdes vencido al cabo cerebro tenue señal
sonora repetitiva cave a lo largo de mi presagio que ya lo vence como a barquito de temporal.
¡
No ofrecía dificultades el camino hacia la higuera aunque las hormigas le hacían la guerra y los pasos debían
ser oriundos de la estrategia. Pude saltar el charco que me alejaba de las correas colgantes a cielo abierto y
no conocí y no conocí luego un lugar que ejecutara todo su trino a pico pleno a pluma desplegada en un
semicírculo de abrazos sin retroceso por no haber hundido el pico sin su castigo correspondiente que cierre
el pico me lo habían dicho pero aquél día en el que el árbol de la semana se hacía un vestido para no ser
réprobo tropecé un cuarto de mis deseos con una infamia y mordí la sangre de mis silencios hasta segarlos
con dos palabras. Quise llevarle al árbol mis velas rosas y alumbrarle las sienes de cada rama pero lo
hallaron guardias de cerradura y solté un tercio de mis deseos y ahogaron risas cada palabra que no llegué a
conocer cuando un no lapidario rompió mi boca con cuatro sábanas que no recuerdo si fueron muertas en
algún campo agónico. Me ordenaron volver a mi trabajo de cada día y que cuál era él si se podía saber que
para cuidar árboles estaban ellos y que no los tocara ni con los ojos que para eso estamos nosotros y que se
si se me volvía a ocurrir dejar puertas abiertas a tales impulsos de esa arrogancia se verían ante la desgracia
de mis despojos que no por ser ellos pagos dejaban de profesar amor por sus recelos y que si encontraban
rondas profanas con derecho todo profanarían el culto que hacía yo de aquel instinto y que no
comprendían cómo lograba existir gente tan tan desordenada y confusa que llegara a creer que es para sí
cualquier deseo cumplible y que qué raro y extraño y abominable entendían ellos los guardias que hubiera
álguienes tan descarados y pornográficos y que se limpiaban las bocas por temor al efecto que ellas hicieran
con sus vestidos y además que cómo me llamaban si tenía asignada alguna clasificación numérica al menos y
en qué lugar habitaría ser semejante a una tía abuela que tuvieron sus padres de los de ellos digo respetables
que pobres no sufrieran desde sus lechos tamaño recuerdo y que me retire con urgencia doble de sus
presencias una por madre si no prefería que se abatiera sobre mi imbécil destino un castigo que sirviera al
imitador que estuviere por nacer y que me fuera y que me retírese ya vagabunda tome sus velas y
desparezca.
()
Yo vine de una balsa sucesiva que me dispuso a ver otras hermanas flotando en la laguna esférica de mi
procedencia y flagrando en el agua. No vine de un solo enfrentamiento ni de una máscara mortal ni coincidí
por naturaleza con la naturaleza del frío dilatándose vivo al sol de la existencia ni vine a nado
obedeciéndole porque he curvado el río contra su voluntad y dirigí mis pasos desde los marabúes a los
cóndores y en su cada pliegue de verdad soy sólo su propiedad y en cada vuelo amigo del engaño bebí las
sucesiones diseminadas en otras cuatro balsas que a un mástil aferré con sus palabras nacidas de las lanzas y
lancé una vertiente y un lunar para el sol. No me preguntes…
No me preguntes por qué vine a nado por qué es la sed y el agua su respuesta vine hace tiempo y eso ya es
mucho porque no siempre me ha sucedido venir anclada como la sombra de una medalla dormida en
héroes yacentes en su tregua impuesta al corazón vine por calles de la unión ilegítima de la sal y el calor y
tuve que negarlo y negarme a su vez para llegar a ser la síntesis de mi propio fantasma. Vine de cada risa
para ser risa de las murallas y en un suelo partido partí la savia partí la savia y vine por otro cauce que no
es el mismo sino anterior. Hay que sacudirse los suelos partidos y pisar los otros nacidos de la penitencia.
Hay un corazón sisando flores y una flor que me espera en la pastura para hacerme ser amigo de contiendas
y entre ese corazón y la pastura hay un tenaz aviso que me indica el motivo de la angustia y el sol de la
tormenta preside cada estiba de lunares discípulos ante los que maldice por costumbre y prescribe por
cinismo qué es ficción de un presagio. Hay un sonido austero en cada sinsabor y voy clavando talones en la
tierra acompasados talones de un asombro detrás de mi sentido que marcha hacia la esquina agónica de la
que cuelga el tiempo conocido. Hay mucho y también mucho ay.
Estoy en el espacio de la exactitud clavado al eje de la ignorancia petrificado y escucho que hay un ay en
cada palma y un ay se rompe al verse risueño en otro que no hay…
¿
Reconozco que ha sido un lugar reservado a los tormentos un campo río de piedra de cascada traviesa su
ramaje candente de rítmicos atuendos una capa de carne para mi alma dormida y un manto para el viento
que se lleva su arena golpea destroza y pisa para seguir haciendo de su arena su vida y qué sería de mis
vientos emplumados e hirvientes si les robo su gránulo de arena mínimo como la sangre de un guerrero
perdido que ha perdido su pecho derramándosele hacia afuera de sí de sus mares de sus vientos actuales
como el grano primero y por pecho por gránulo por corazón y roca por abrazo y por hijos los hermana en
las quietudes condóreas de la tierra en todos los refugios para que al extendernos toquemos palmeemos
abracemos acariciados hermanos de una ronda de plata con los pies derruidos y el alma encallecida con las
piernas en cruz y los brazos abiertos por mariposas verdirrojas y por barcos remados por nosotros y el
viento hiriente que no quiso matarlo al verde portugués.
¡
Es hora de la espera que nace endeble como yacen las hojas que caen de abajo como naciendo tomarse el
agua no sé si es esto lo que me bebo ni sé si es sólo lo que debo ancho y no es tanto como y acerco mis
oropeles y aros y esteros que penden casi como en el humo de este papel que se quema y calla como mi
tótem y rompo los dientes de blanco acento que amarillea por mis vejeces y cómo haré para estar despierta
si es noche si se me escapa para su adentro mi propia sombra no creas en ella que ni mi estalla pero se queja
y acaso crea que es de medida mi talla plana no te parece que es una sola luz la que me habla si no la
escuchas deberías verla nadar en aires de esta agonía que dé cabida que le dé el habla al puro escozor que es
verde como el sol en hoyes que aclaman desde la mesa de mis adentros y no me creas mi perro viejo que es
una pluma cercada en aguas de mediodía y es la pelusa de un ojo claro la que me dice que se ve nada en este
cristal que partido estuvo por donde escapan mis humedades de larga sala como una cuadra de noviciado
sesenta camas tuvo la cuadra y ni un solo amor sesenta hermanos tenía mi cuadra y ni un solo plato no te
preocupes mi perro flaco que no es de noche cuando llegaron para llevárselos cuando una escala de frío
subió por las heladas de un sol de exilio sol alumbrado por las estrellas de los guardianes de cada ausencia
casi un mapuche sin su febrero de un mar celado como la vida de esta cosecha que es prematura me dijo un
guardia que se lamía los estertores que ajenos ruiden en los sonidos del gran acá.
()
No fui su misa la encadenante en cada estrujo de mis harapos se hizo vestido con poco toldo cada su estaño
soldó maderas para mangrullo por su cadena cuentaganado preferí cuentos de natalicios o ceremonias
matrimoniales dónde los diablos me están buscando en un monaguillo de sacristía detrás del humo de cada
abismo y fui de cables a ver el trono de los pedazos de los misales que se planean para el descenso no me
descuides calor de selva que no es mi cuerpo todo de alambre diseminado en un gran desorden como la
vetustez de una epidermis se va y me traza camino entrópico mi amigo perro qué estás mordiendo que te
quema como un engaño a su bebedor no lo presiona como un agobio de postraciones a ver si puedes floja
tu escarcha que se derrite por cualquier beso no lo sabía qué es lo que veo a mis pies de barro no se
humedecen con lluvias largas pesco diluvio de alguna queja que se ha mojado con sólo un llanto río y me
siento en cada pañuelo para abordarles todos los nombres desde una roca vi de la historia su torta encinta
Te diré claramente todo lo que quieres saber, no entrelazando enigmas, sino con palabras claras, como
deben ser las dirigidas a los amigos. Esquilo
A los dioses les repugna lo manifiesto. Upanishads
Muerte es lo que vemos estando despiertos. Heráclito
Siempre nunca me Alejo de lo maravilloso porque no me placen estas asombrosas e inadmirables tumbas.
dfa
Se revuelcan los cables que mis hermanos llaman y llamas en los dedos acercan sus recursos como si aguas
ajenas se los fuesen mostrando y me encuentro en el agua primera haciendo los globitos y las olas y el ruido
que ya resultan raros de entender porque no son los mismos los que van por las piedras cuadradas ni estos
enaltecidos con brillantes sin saga con finales lustrosos pero no los finales en un orden cualquiera como en
la tierra vieja en que los dibujábamos a los hermanos nuestros por dibujarlos para llegar no importa ni
siquiera en un cuando de ventajas abiertas por un hoy que ya es tarde y tengo que correr a lavar la sombra
del que llegó segundo por costumbre dibujo y chapoteo en el barro y ruido circular con olas que se alejan y
me vuelvo a encontrar en nuevos chapoteos que contemplaba sólo por eso y en la lista no les puedo grabar
lo primero si lo que estoy grabando me resulta fantástico y no me quedo ayuna o extasiada en un sol
porque éste sea el primero ni porque me haya dado colores para usar ni porque llegué antes que el que
llega después ni cuándo estaré sola para sentar las luces de este insomnio y alcanzarles el lugar que me fue
concedido y el de la piedra buena la que me supo amar. Hay costumbres que nos matan las horas y las
pienso por costumbre y por odia porque la muerte me odia y cierro las ventanas del cuarto, aseguro el
pestillo, trabo la mirilla y dispongo mis sueños con la puerta entreabierta por costumbre, por costumbre,
por costumbre la espero.
#
Los abuelos ya vienen de los pies en la piedra y en los cánticos vuelan de quietud en los ritos y en los
éxodos hablan gesticulan sumergen los sus años en la bolsa de adentro y se visten con caricias de huesos
tersos como la hoja del tiempo que los ayudó a ser una maraña de brazos y risas y callares envolventes que
ciñen las figuras de todos los cercanos dejándolos al viento cubriéndolos del viento dejándolos al viento
cubriéndolos así como nosotros cubrimos a nuestros verdugos de cada siembra ya hacemos florecer los
cementerios son brújula y son viento paseantes por la siembra latitudinaria de mi bolsa de huesos dónde
extraigo la risa que cruzará mi calle siempre que sea responsable de mis actos dicen cruzaré por amor el
empedrado ya que juzgar no puedo en estas épocas si no lo hice entonces cuando niña cuando mi padre
hablaba con silencios de negros musicales dijo si el pájaro de los huesos grandes llama a tu nido extraviado
o hallado en ti buen motivo habrás de tener para echarle un olvido tal vez tengas razón podría no llegar por
cuanto viene aunque hay pesares que se detienen en los umbrales de la arboleda pero no llegan porque no
vienen sino que pesan que son pesares y no venires y por lo poco que le he contado con mis dos manos y
con mis otras no será en vano si no lo amo.
..
Habráse visto dijo mi abuela en cada baldosa de pan mojado por sus extremos aún no me contraríen que mi
extremismo es el de mi abuela el de una de ellas de un blanco o negro de un vivo o muerto de un mío o
suyo nunca de un siempre sólo de un único y no será que su burla se fuma en pipa como si fuera una
bocanada de vida ajena por propia ausencia digo de vida de vida suya digo que es una burla digo que es una
burla nó si desde que fui enterado se me acabó el último nunca se me se me… a mi persona que se vivía
cuando lo hacía se me acabó y llegué a ser un posible proseguir sin unción final y sin bautismo seguí
llegando sin hemisferios de sí lejanos sí fui una mezcla de polo opuesto de polos vivos de polos muertos de
polos vivos de polos y proseguí buscando polos para fumarme para que suelen las mariposas así adivino que
sigo vivo fumando en pipa mi vida ajena su burla paso como de suyo por mi sus telas.
()
Mi padre Wampa está pescando el cielo para verlo cercano desde mi orilla buena la que me fue elegida para
evitar peligros de crecientes y de árboles caídos que no mueren como no muere el río y habrá de ser por
eso que Wampa en su canoa parece un árbol alto de su copa y enrama sus raíces que confunden su sino para
serlo en un todo una única belleza de un sudor poderoso vertiente de las aguas en las que pesca el cielo y en
las que se contempla para verse distinto para verse preciso para verse como es, entreríos de pájaros sin
nido.
:
Por el faldón se cruzan y calientan las manos y entre las dos cuentan hasta las diez veces que llegué a
romper el dibujo primero. Tengo en mis recuerdos pocas areniscas y muchos clamores que caen hoy
cayendo como en un surco largo y como un vuelo eterno por eso me arrodillo y es sólo porque debo
pedirles que no sequen los vientos de las sierras leonas porque debo salir de este encierro y si llegué hasta
aquí es por un dibujito que me hicieron en Segou que no sé cómo hice para que no lo vieran los pálidos
aquéllos que están allá ahí no muy lejos detrás de las cortinas de las tiendas azules hoy descansan yo
tiemblo. Ya duelen ya se callan los dolores que llevo en la garganta y en los dedos menores por apretar
tesoro sin soltarlos al suelo y espero, espero las señales del nochero de turno que es el único amigo para
saltar en gritos que escuchen solamente mis hermanos y el río. El río ya me lleva, lo voy necesitando como
el agua al suspiro y creo que ya es mío, me exige hacia adelante en donde estoy marcando los puntitos
primeros y mis hermanos callan, se acerca una curva para llegar al dueño de todos los deseos y la vamos
curvando todos juntos con los ojos afuera y en las manos las gotas de los ríos de adentro que se nos van
saliendo. No puedo darme vuelta, no puedo equivocarme, es la curva del manto que se puso de pie para
verse las lágrimas altísimas por morirse sentado y espero, espero, espero y sigo con la ayuda del vestido del
árbol con el que estoy guiando la corriente del agua que encierra los pasados, que no fue dominada ni
pudieron partirla con fragancia y bandera de sabores extraños, que cuando le dijeron agua abajo los manchó
con un parto y los mandó hacia arriba. Aún nadan río arriba buscando la conquista de las aguas malditas que
no entienden razones y permanecen agitando los brazos y hacen señas suplican y nadie los socorre porque
creen que son los victoriosos de Koundian. Y resulta que son.
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Dicen que al pisar barro supo que hablaba suelos extraños de donde el viento le hizo silencio por no
encerrarle bajo la reja de un eslabón. Dicen que fue un diluvio de hojas silvestres las que le hicieron de su
vestido y hasta la clama de sus canciones fueron las ramas del matogroso la aracataca de su tambor y que un
telégrafo con pico de águila llevaba el cable de plumasol. No se impaciente que sé muy nada de esta felata
que obrera joven de una alpargata fue por la boca del río dulzón y si me callo y de corta lengua por
saborearla gusto en la siembra por la que anduvo con su pasado paso de estaño soldóla escena de los
soldados fumó su habana mujer de habano grito de calles para escucharle todo el recuerdo nada en la tierra
bañada especie sudánsudando dará su flor.
()
Ay mi remanso de ve nacida por un cortejo laurel y sábana torrenterrastro fue abandonado como marranos
en Portugal… grande arema por esta esclavitud me hallo en la balsa y el bambú de la siembra fue remo en
la contienda de las dunas y bastón para el agua lanza para cruz para el agua lanza para cruzar el precipicio
entre mi Bamba y el vaso de mi sangre que se rompió en el salto hasta la quinta duna en la que descubrí la
tienda de los pálidos abiertos por una tajo álidos abiertos por una tajo largo como el día de la cosecha y
ancho como la bienvenida de mi padremi padre ancho mi padre her ancho mi padre her ancho mi padre
hervido en la canoa con un arpón en cada pierna por un abrazo desquebrachado en la voz del aire con el
que viajo a la libertad. La altura de mi salto sobre el cuchillo que abrió a los pálidos salto o cuchillo mis pies
ahogados lejos del fuego de su razón en la espesura de sus miradas verdes espadas con qué remaron todos
mis muertos que vi morir sembrando caña bajo el alero de cada surco y entre semillas de porvivir. Verde el
sol en esta caminata me acercó a la armonía del adobe que aflora ante las riendas de la huida en el pescante
del equilibrio y en los estribos del árbol que arbustece su sed rodilla y fe en esta resina sudor abierto sudán
desierto partida anduve rocayoseando alpescar Urales de otra ave nida ve nida embalsa bolsa de huesos los
que en mi salto pinté de risas.
()
Fue en una cruz de palo donde encontré el espejo por el que saltaban de la vida los primeros viajeros.
Otros ya habían saltado hasta sus propias nadas con puentes de cicuta. Fueron ellos los jueces que abrieron
el transcurso de la piedad ante la cual rodillas hicieron el castigo y las lanzas de pecho clavaron a la espuma
y dejaron flotando un esqueleto que se fue derruyendo en gotas de presente y en cada vuelta un mareo
circular supremo nos envolvió en su manto de gránulo feroz bailando a la razón con dos burbujas y al aire
con crepúsculos de cielo. Y así nos vino la nada la enorme la primera que nos negó la curva del océano pero
yo que arranqué de las rectas una curva para el río comprendí que una bolsa de gotas proviene del rocío y
en guardia permanecí sentada frente al surco piadoso que atravesó la espesura de la sangre y la impregnó de
sueño señalándome lo alto y lo disperso. Ella arrancó la luz se la llevó consigo desgarrando el orgullo de los
árboles. Me sucedió otra muerte, fui a vagar por las especies y allí te conocí León, recordarás la larga luna
que atravesó mi trasparencia depositándome en este nuevo cuerpo.
,
Juntos fuimos hasta la nieve en una caravana de telégrafos empecinados que pugnaban por comunicar lo
irreparable de cada cable con los que nos bañamos artesanalmente las medallas halladas en la lid luciéndolas
ante la sombra del mediodía cobrizos como el Teniente y fuimos casi juntos en una rueda decana y fugitiva
circulante y ardiente como una libertad y liebres fuimos hasta un deseo y hablamos de las manos hasta los
huesos y hablamos de las calles hasta sus dedos en un ruedo de calles sin sombrero sin saludo y sin flor.
Vengan a verme pronto dijo ella la nieveroja por su pasado anclada al hoyo de los mapuches y a la tibieza de
su rencor vengamos que quedo quieta cuando se apunan cunas de espadas y quemo ausencias con aguas
duras como un crespón que es hora vengan a ver las puesta de las mareas que se adormecen entre las telas si
les oculto su propio sol su propio do su propio si y mi propio no.
#
Estoy encadenada a la tormenta y soy conciencia por ser tormenta por ser lo soy no alcanzas a ver mi largo
proceso se vive y muere continuamente soy lo que soy y vivo atada a todo suceso no tanto al fuero de la
razón. Allí te conocí recuerdo a Lyon en cada jornada de pan caliente y en nuevas jornadas de plusvalor allí
te conocí guillotinaron tus verdes párpados la gota rota del sinsabor y fue el espanto lo nuevo viejo cocina
en tinta de verde unción verde batalla vieja muralla agujereada por carcajadas de nuevo amor y es este el
verde del seis de soles quemante alfombra que me nació baraja erguida por mis hermanos cuatro quedaron
pero no dos cuatro murieron pero no yo.
()
Están acaudillándome presagios blancos de barbas y soledades entorpecidas por el silencio ante mis dedos
que crujen y me retuercen en un no, no quiero, no quiero que me lastimen con sus caricias que no lo son
que son sólo la sorpresa con que las abro de su sentido para dejarlas entre la hierba del seis de soles puestas
de cuajo contra la esquina de mis rincones para que mueran porque lo basta, basta, no las tolero, saquen de
aquí esas murallas de barro sucio y quemante desde aquí debo desde aquí debo escupirles la fe contra el
ardor y debo conseguir que goteen burbujas de sus adentros y que se bailen enloqueciendo contra las ruinas
de las vasijas en que las hiervo contra mi sol.
Tengo entre mis manos antiguos dolores y cierro mis ojos porque no pretendo enseñarles mi antiguo dolor
para qué la llama los acerca al fuego y por qué se abaten contra mis arterias las más sumergidas nadando en
la suma de mis anaqueles que los encrucijan confundiéndolos. Necesito de ellos. Los tengo ante llanos de
mi serranía uno por dolor se quitan las cruces de la encrucijada, respiran el filo de la más remota de mis
contorsiones y beben anillos los que les convidan los ríos borrachos que han dejado cauces hastiados de
repeticiones. Tendrás millones de parteros me dicen León y me calmo entera cuando desanudan los
pañuelos blancos y esperan.
)(
Corre Antonia pero no lo hace. Se hace presente sin la perentoriedad del músculo, su recurso de traslación
es una habilidad basada en la simple anticipación de los hechos y es por eso que de su arsenal gestual ha
desaparecido la sorpresa. Está bien, pero, ¿sonríe Antonia, llora, son los suyos los de ella son sus ojos
tallados en la burla o lágrimas de arena? Sobre su cabeza y por detrás del ala de su sillón y clavado a los
troncos transversales que revisten la pared del cuarto puede verse un cuadro de su juventud. Se trataba
entonces de una única figura, que a cada cambio de posición o bien ante cada pestañeo, mío por supuesto,
mutaba sus formas de mujer mas no totalmente y en esa parcialidad extravié los detalles. A veces los hallo
dispersos en aquellos fulminantes atardeceres otoñales dentro de los que juego a pescar recuerdos en los
paquetitos de fotografías que luego con la noche, rehago pacientemente tembloroso. Por ella me habré
enterado que su figura en el cuadro observa sin utilizar nuestros recursos, les diría que la he visto hacerlo
sin abrir sus ojos negros como Samory, como ella entera de una felata senegalesa, típico acento de su
postura la humilde adopta tras no haber mirado y tras haberlo visto no sólo al mar. No tenían ni tienen sus
ropas la función prevista ya que podría usar o bien haberlo hecho, alguna de las prendas que se le
ofrecieron y sería algo idéntico porque ella lo es a sí misma. Me ocurre algo curioso al respecto, no logro
verla tal cual es. Será mi imperfección la que me impide penetrar la idea o bien su perfección, la de la idea
de ella negada por mí por necesidad o por sistema la que me obliga a resbalar en su naturaleza.
Es más, algo mayor que esto. No podría asegurar haberla visto.
#
De qué color me expiará mi rencorosa muerte si el color no es mi causa. Cómo crucificar los crucifijos con
que me han señalado y a quién enviaré y quién irá de parte nuestra si al cabo sin retorno no lo supe amarrar
para que allí desciendan los macabros. Allí están, detrás de la boca del río.
¡
Grande sol en esta luna antigua me hace sentar sobre los pastizales cercanos a mi esfera por qué vendré de
lejos si estoy mirando el cabo sin retorno al que no le estimulo la partida porque partida estoy en este caso
y en mí y en la ración de mar que se desacomoda para volver a ser quien lo estimula a ser lejano. Aquí la
sombra de esta techadumbre y allá la chapa acartonada sucia destasada y cubierta de soles y milagros
mirando al suelo parco de parto por aborto quise desheredar al verde portugués porque no quise pasto por
mi mano. Mejor callar, por si ellos olfatean.
¡
Tengo frente a la frente una canción serena que dispone las vidas de todos mis amores a los que hago con
barro de cenizas porque los quiero a todos y a los otros los amo. Estoy parada enfrente de los dioses que
han hecho para mí por hacerlos y frente a los que hago. Les escribo se dice o bien los grabo por gravarlos
con manos delatoras para que entren mí por la puerta del hambre más buscado que es el de las canciones y
canto canto les canto por la luz que asombra y también por la sombra con la que me enceguezco
caminando y grabo grabo con ésta los tres pechos de mis padres y los seis de los de ellos y como no basta la
tierra para hacerlo me estiro grabando con aquélla las estrellas que bajo.
Si ustedes comparten el juicio que adjudica belleza a los cadáveres de flaccidez reptante enterrados bajo un
campo de larvas repugnantes que gesticulan y hablan de su propia belleza adquirida en fueros casquivanos y
experimentan horror ante el crimen de la ruindad sigan leyendo, mas les advierto, sólo a modo de ofrecer
buen servicio y el ahorro de sus sacros minutos de afamada chatura, que no encontrarán en esta lid paz que
surja de desarmes mutuos ni abandono por mi parte de toda actitud malévola ya que no seré yo quien les
allane el camino hasta sus lápidas ni me hallarán culpable de indulgencia ante sus máscaras. Oh, manos
perfumadas acarician las letras de esta señal que envío por amor; torpe, no descuides el juego, son manos
desposadas conformes y estatuidas, tratan de seducirte y conformar conmigo una masa caduca de corceles
bravíos. Les mostraré un camino trazado por encargo llamado a ser sinuoso por verse entre los claustros
como pan sin memoria y no habrán de surcarlo las conciencias felices con sus puentes de nalgas y pechos
mercenarios porque estoy enterrado en campos libertarios que juegan con las voces de cada encrucijada
tamborileando curvas y no pidan que cubra con el mantos sagrado mi sacrosanta túnica.
Y ese murmullo surgente de sangre nobiliaria. Cuán largo es el trazado de mi equívoco, hubiese asegurado
que profesaban las paces del sepulcro para la subversión de la palabra. Y ese desorden en sus bocas
marchitas, y esas lenguas raquíticas que semejan la cuna de la bondad, y esos ojos revolcados en su propio
espectro, y esos dulces sonidos de calesita sintáctica, y esos blasones de rancias anfractuosidades
compactadas por espadas teletóneas, y este compás describiente de círculos concéntricos que se clava en mi
mano, no os preocupéis, este dolor es viejo como ese aspecto de carcelero comprensivo. Y aquél caritativo
estrecho que muerde de mi sangre y no se mancha. Y este sonriente espejo, mírenlo, nervioso modo de
festejar el triunfo de la impresión. Aquí ese apócope bufón que no supera los nombres propios y estos
cerebros míseros, sílabas postreras de los adverbios de modo y allí, ese monocorde colorido de crisoles
muertos. Bien, bien, al menos debo reconocer buen signo en el positivismo de sus manicomios, en especial
lo referente al tráfico experimental de vísceras, interesante movilidad social perturbadora de dogmas
incandescentes ofrece la cesión del hígado de un asalariado libre a un cuerpo reptilíneo retrogradándonos
hasta hacernos rozar con los orígenes comunes. Libre, qué perturbada, qué trastornada cualidad.
¡
Desde la razón y el costumbrismo seré responsable de lo que habré de dibujar a tono con mis supuestos
dotes de cancionista que tradición mediante expondré con ayuda de mi locura en cada uno de los caños
rectilíneos que van del margen hasta el vacío de la diestra en mi caso y que por ser mío se transforma en un
mi sostenido por mi mano izquierda la que realiza las durezas del obrero mi mano amiga mi defensora la
que cubrió la retirada de la siesta haciéndose creer que ocultaba su cometido que lo lograba pobre mi mano
y quién no tuvo alguna vez su mano izquierda y quiénes son los puros que acusan con dos índices ya sé no
me digáis tenéis razón la vida es una herida absurda pero con zeta. Que no te entiendo me lo habían
dicho mis maderitas balsa corchitos de larga siesta que el golpe de una moneda por Chile me los hundió.
Bella es la profundización bellas las manos vuestras que con el cuento de que es abono de las cosechas
salen marrones de la letrina purificadas de extremaunción y van y se hunden por todos lados salvo en la
letra que es sudorosa que con mirarla ya es demasiado y no me cansen con tanta mezcla dice el corchito en
el cloaquerío que un intestino es algo genuino aun cuando afloran sus resultados.
¿
Qué vida la de esta latitud la que cremé en la esfera de la reja en el momento denso por el que me dispuse
a dar una de las cuatro canciones entre las que me encuentro disonando y si tienen por alma una ventisca o
un pelotón de rosas les brota de la baba será babeante la estrecha caminata por cada piedra de los lagrimales
y habrá una escarcha en el verano torpe de sus labios si les son incapaces los refugios aunque se los repita en
duna y desierto árbol y vela que fui encendida cebo del triunfo de las murallas despetaladas fueron mis
rosas musgón de sangre rosas distintas a mi otra rosa la que se yergue en cada ladrillo de paredón.
.
Pinto la punta de mi canoa almagre de humo como en la esfera de pedernales de la paloma lepra y badal
que se me cae como en la fiebre chinche de lecho con caparrosa polvo simpático de mi puñal que sí esta
negra puede eclipsarme todo lo que necesito cosecha nueva de ancho no debo cansar al viento que me
resiste por ser un aire de mi cabeza cuartana toma de mis extremos sólo lo bueno como al cuadrivio lo
desorientan todos los éxodos y estoy pintando punto por punto suelo de mapas de una batalla que se ha
podrido por esperar y ahora la boto y le debo darle toda la espalda a ese temporal que a mar abierto
repetitivo finge quedarse con mi embarazo pero lo remo a todo pescante siempre del lado del temporal que
repentino entabla la siembra a bastón y pulso le he resistido por ser del ancho de una gacela su hábil pintura
lo he visto cano trueno y señal.
.
Hierve la casta en el arrecife hasta un hervor de cima y cigarra pecho latente de paz urdida entre dos
cementos de pan esquivo como el espanto de roja lima mi hedor amargo es un solo espacio que se me eleva
por sobre el campo de los hervores de cielo claro como una estrella en cada burbuja quieta y distancia voy
empujando y si la consigo es de cada salto que se le esconden todos los aires hasta que explotan globitos de
agua con sal de pronto que no te quiero ver encerrada ni en una globa que se levanta y ahora se vuela y
ahora se va se va se va hacia el hombro de un relicario que ha hervido en llama que me ha llamado para
contarme todo la vela que se ha encendido y que soplada por el globito pincha la llave de cada urdimbre
como acicate de conventillo chapa y edad sumida en polvo que esparce en aguas sus humedales para
estrellarlas en cada casco óvalo frágil cáscara en mano quema las hojas de dos colores y lo alimenta con un
silencio de larga lengua crecida dentro de esta barrera lamida en callos callado acento de caries vieja como
vapores enmudecidos que han encallado en la libertad.
.
Lazos atávicos de una conciencia de fondo nada y nado entre todo con cada lazo y en una estría de quinta
duna volé falsías volé metrallas educativas que me agraciaron con sus memorias de sol liviano de un solo
estío de un solo ramo tanta inocencia puso en mi cama todo su espacio para envolverme con una letra de
cielo esclavo. De falso lazo mojé los monjes de cada esquina y en cada curva de sus harapos bolsillos flacos
de una derrota mojé la causa de la falsía con solo un lazo fue libertario mi nuevo lazo nuevo mi brazo que
hizo los gestos del liberado golpeando el nido de la academia me lo amputaron y fui una venus sin querer
verme en el extremo de un inventario y tuve un lazo en cada laurel y harta del humo de los conjuntos trabé
sus ruedas con polizones para la idea de verme libre encerrada y libre entre laureles de cuatro lazos lazos
franceses y portugueses un lazo inglés y mi propio lazo. Vi falsedades en mi conciencia inmunizando su
falsedad y anduve cerca de todo el bien prueba que anduve cerca del mal y quién educa al educador y quién
posee la libertad vi la miseria de ese gran cuerpo acentuando el filo de labios frescos lamiendo el filo de su
moral morada espina de sus laureles mora madura que se cosecha con un puñal.
¡
Se sucedieron cuarenta días de un solo parto para sembrarlos en la cosecha de viernes nítidos como una
sombra desairó al robo y al ver la cama de mi aire hendido lo corrí a mi aire con mi otra pierna la pierna
suelta la pierna sola que se dobló que sé quebrada de impertinencias como campanas desde las seis de cielos
viejos como señales por las que anduve con el dominio con dos miradas de sol bolsillo mi vieja fiesta qué
disparada se fue despacio como una bala de cansancio y no me digas que está el dominio en corral austero al
que bajo en copas de mi propio árbol círculo hierro mi árbol esbelto copa de alcohol mi copa de hoja de
hoja mi estrella que se deshoja que se pregunta que si la quiero sin ir al barco de cuarentenas por ser de
esposas mi escalinata y si hay dominio será el gemelo o el del rechazo y quién te ha dicho mi perro flaco
como atadura de seminario que me libera este hermano añejo si yo lo veo con seis narices revolfatealdo con
seis narices por mi candil y desesperas que por ceguera te lo había dicho mi perro amigo no vea los pasos
del liberado con una mano sobra de dedos más que una mano cinco señales o una amenaza cuarenta nenas
tiene el dominio y ni un solo macho qué se ha mutado mi perro viejo viejo mi perro no me destroces
mandibulando colmillos anchos como barajas de soledad.
¡
Ay ay no sé con qué se me durmió la boca de cada pez su escama que superior no es ni cansado de hablar
sin padecer ser sólo quien dice lo que otros quieren y aquí me estrecho con mi sudor que se me escapa
como la voz de este dolor agudo como vestido de ánima corro a su presa para cortarle la rendición y me
tropieza un coro de ranas disciplinadas que están groqueándome los tobillos como en un cepo de norma
altiva y ya me arrastran a su laguna busco en la forma de este calor la gota que halle a mis humedades con
sólo un brazo me fue amputada esta huída fresca contra el estero cremoso de una vertiente que se lastima
roja de puesto bajo la risa que me ha olvidado y que me subía ya estoy hundiendo mis cavidades me queda
un labio trazo inferior con el que invoco a medias y a medias voces temblor de calles que me calle dicen y
me encierro adentro como una caja de sensación para no tajearle la mano hundida tiemblo este cuerpo mi
hoja de fiebre que el aire arquea desciende y crema y estoy al viento como quejido de pesadilla saco mi
brazo con el que espero buscar mi labio para pedirle que por su favor se calle a tiempo si no me quiere ver
adherida a cualquier pared mancha marrón de cuerpo y sangre que cae al cómo para escaparse por las
acequias a bendecirlas por ser de cauce su cometido que rompe un vaso que está brindando con otro vaso
vacío el cuerpo me está quedando por esta pérdida y me arrepiento de haberles hecho y también del hecho
de haberles visto sin sus ropajes no quise hacerlo pero me vieron mis propios ojos cuando el asombro de
pelo erguido les quitó honor a tantos curiosos que tengo enfrente ahora de este brillo que me lapida con
golpes bajos de palo santo quebracho suelto vuelo hacia el área de mis insultos palo campeche no me
quisieron que me he cortado y he lastimado mi condición en este espacio dónde me llevan que no es castigo
ni suficiente que se me vaya toda mi sangre toda que chirria como un aullido de escarabajo y que me
olvida por renunciar ante este temblor.
#
De la verdad la sola espero que vuelva por donde el medio se trasladó sólo un costado se le aguzaba de
algún gusano por sus oídos me dijo poco pero se dijo la todavía cuando subía por los ramajes su higuera
loca la que bastaba para que un día fuera el de siempre por ser eterno mezcló a su mar con su todo sol
como había dicho con su locura recuerdo haberlo trepando hasta aquel su ojo aquel de la sombra de su
rincón aquél más alto que tentaciones de cada rama buscó el estrecho medir de su vestidura que le
flaqueaba por su cabeza la que flameaba por él por su andar de viento era su verdad y no fue cuerpo lo que
moría ni puso el aire sobre las cruces porque le fueron devueltas como se hacen vestidos con el alma a su
lavandera que a río abierto y repetidor le dijo poco pero se dijo que no era tanto repetitivo sin hacer
huecos no habría vacío se puso el ante para después y lanzó las velas por el racimo para envolverse en un
paradero de ruiseñores que por tenaz encontró el aroma al final de cabo de su canción. ‘.
¡
Quemo mi propia nave con la lupa torcida en un desvelo y la quemo si se niega altráfico de venas veneradas
y las quemo con vidrio que es como saturarlas de cortes y mesetas desde donde las miro. Es que no abordo
las vasijas desde su precipicio desde el que me alimento jugando al equilibrio y aferro el abordaje desde mis
paredones por ser aire y racimo y en el aire me quemo con plumas que he robado de un jardín de un
invierno que me quema los sueños con llamas de su nieve y en su nevarcallado me incinera el deseo de
estar incinerada con otros que me queman los ojos que han quemado. Y son mis viejas naves flotantes de un
asombro lineal como las gotas de una mejilla plana lineal como el asombro de las plumas mojadas. Y las
quemo cortándoles de un basta la garganta por si llevan madera a una arena sin playa sin gránulo y sin cauce
y sin temor las corto con las llamas de un dedo enceguecido que está ardiendo hacia adentro y hacia el árbol
sin ramas… y estoy aquí sentada ante la llama que surge desde el túnel de mi lupa doblada por mis dedos
tan sucios como el oro mercante y le compro el total de pasajes hacia el campo del frío donde quebró su
mástil y antes de verla hundida la enciendo con mi lupa y le incendio sus causas.
()
Volver no halla su base en el estrecho de los olvidos…su raíz es la partida de los mandarines hacia el
imperio de las luces encerradas al vacío total…yo sólo reconozco dinástico al sol y a una molécula de
amor.
¡
Qué vida la de esta latitud. Pareciera una gran ausencia de sucesiones de muerte y nacimiento clavada al
piso de esta caverna nueva una ausencia lindante con la lid fotografía de instantes sucesivos distintos de la
noche sólo por omisión y arrebato de sombras carnavalescas de mediodía cubierta con la nieve de los
trópicos y el sudor de cada paranoia desplazada del aire por la brújula de la melancolía fija y oscura
grandilocuente y sorda quieta y espía petrificada y bailarina de círculos viciosos y un gran empalamiento
riguroso con un mortal golpe de basta para esta caja de silencio.
. .
Basta de ayes León nos bastan sueños para hacer cauces señal de selva virgen inmigrante y de malón rayano
en lo temporal que mira lanzas y lanza espinas al paso hueco que se establecen éxodos nuevos y no
murmures que no hay sonido que se repita hoy tallo piedras con plumas de ganso y círculos exiguos y
círculos fantásticos esperan de las ruinas monocordes estertores de vida mientras me extiendo en cada nube
polvorienta para hallar de su sino la virtud y en cada movimiento y en mínima quietud encallo empalada al
cepo de la tierra que empuja cordones de cuello angelical descorriendo estandartes con piratas a cuestas y
ya la verás fértil en el hueco de su propia muerte.’.
.
Vine nacida y muerta muerta y nacida vivo muriendo y la borracha verdad camina a tientas precisa de un
corral culpable es la verdad culpa es la carne culpable es la razón culpa es la nada culpa es del foro de los
árboles que creen en la razón sin existencia y en qué puedo creer si en esta copa no hay más que un cúmulo
de ramas secas.
.
Y cada cual a su propia jaula, tuve que hacerlo. Cada vez que les hablo de mis visiones pisoteo el aire desde
la puerta de mi jaulón y los espero con un cuchillo en cada dedo. Ustedes me enrostrarán se dice, que por
qué tanta precaución si la vida es bella y ha sido viva para vivirla y será por eso, por esto mismo que para
hacerlo no hay más remedio que la atención. Y estáis atentos de esta manera tan peculiar, me dijo un cura
de homilía lenta como su diástole al tiempo que resoplaba entre un trapo de piso sus paramecios, que no,
devolvíle el coágulo, que no siempre aunque le pese a su eternidad, la que anda por su cabeza que no
flamea ay mi padrastro de la bondad, y qué significa tamaña angustia llameó el hipércrita sin separar sus
garricúreas del altar ceñudo en el que dibujaba miles de hostias con su compás. Hace algunos tiempos pasea
mi lengua trífida y al apoyarla contra el espectro de mi otro suelo fue que los huesos de mis dos pies
comiéndose su carne y bebiendo de ella me protestaron la decisión. Pobre de usted, qué horrorizado que
se lo ve, nunca antes había presenciado tamaña crueldad –porque después- dijo mi lengua mientras calzaba
en su desnudez tres mocasines de cuero de víbora de coral, oh sí, legítimos, de los que curan cánceres. El
cuero y ellas mismas a mi casta lengua así le ofrecían sus compañías y desde entonces paseó mi lengua por
los sentidos de mi utopía y al invertirse mi posición bajó la sangre hasta mi cabeza por las arterias que me
quedaban sin aneurismas y vivo a coágulo y transfusión, qué voy a hacer, el precio es alto pero lo pago, he
decidido contarles todo lo que he sabido que le ocurrió a la negra Antonia y por qué su lengua la
enmudeció.
#
Suena la roca en otra roca que está sonando viene del pliegue de la mortaja de ese corsario viene y se burla
risa mortaja sin jajajá y así bailá negra mortal sin tu jajajá… una sola vez se baila negra que estrena zapatos
malos que no los pisa porno mirarlos hasta que llegue un día cortés… cada vez que se los pone pisa y
tropieza con su rosario collar colgado por su otro cuello de la llanura sobre su nuez… sale del humo que se
levanta desde que frota con su pasado sale lamiendo cada una arruga que le aparece por su vejez y no está
sola le sobra un brazo con quien escala un instinto manco hacia un ejército de instintos flacos nube presidio
por cadaver.
.
Somos producto de un largo camino todos los verdes con sal de los soles somos el cebo de la luz anclada al
lastre fijo de las bendiciones y somos cuento con sabor a mares y mares altos montañas de nidos somos un
cauce de sangre bordada bordada al filo de un arma de fuego somos el fuego del viento encendido y el
corazón del verde corazón ay y ay somos. Somos una carne de animal dormido sucio por las aguas de la
encrucijada y un pelo sediento flotando en los charcos de arenas extrañas… nos amarra el cabo con el que
seguimos clamando en las puertas y una puerta rota se deshace en besos de boca pintada. Somos un barco
cadenero y un coro de piratas de fronteras difusas interrumpe el paseo ritual y maldice presidios en flor y
nos golpean lunas de ríos sin sed y somos chapas durmientes sin riel yes hoy que somos latir de espiga
trunca crudeza de la espuma tallo de piedra conquista de la fe.
¡
Me embalsamó esta libertad para conservarme como tabú.
¡
Tengo la pasión por sombra sobre la que escalero las mudanzas y a las patas del hambre les agradezco que
no sean sagradas por lo que calla y por lo que rueda por lo que ensayo a la hora del alma.
#
Algo me indicaba una presencia además de la mía. Recorrí las paredes y su interior y el interior de las
vasijas en el que nadaban cencerros nerviosos y chirriantes que indicaban que mi imaginación era certeza no
sensible aún sino certera sensación vigente en mis caderas que explotaban de impotencia frente al paso del
tiempo ante el que me distraía en pequeños recuerdos de violaciones consumadas por la grey. Giré en
órbitas sucesivas dentro de mi aquella circunstancial morada en un sentido y en algunos otros ya que no
llegué a consumir mis recursos en dos movimientos contradictorios aunque debo confesar ante el altar de
un rosario largo rosario rosa de Dakar de arena espina vuela en la cresta de cada brazo breva desierta laguna
fina defina llaga de algún debate y se ha debatido entre rosas verdes vencido al cabo cerebro tenue señal
sonora repetitiva cave a lo largo de mi presagio que ya lo vence como a barquito de temporal.
¡
No ofrecía dificultades el camino hacia la higuera aunque las hormigas le hacían la guerra y los pasos debían
ser oriundos de la estrategia. Pude saltar el charco que me alejaba de las correas colgantes a cielo abierto y
no conocí y no conocí luego un lugar que ejecutara todo su trino a pico pleno a pluma desplegada en un
semicírculo de abrazos sin retroceso por no haber hundido el pico sin su castigo correspondiente que cierre
el pico me lo habían dicho pero aquél día en el que el árbol de la semana se hacía un vestido para no ser
réprobo tropecé un cuarto de mis deseos con una infamia y mordí la sangre de mis silencios hasta segarlos
con dos palabras. Quise llevarle al árbol mis velas rosas y alumbrarle las sienes de cada rama pero lo
hallaron guardias de cerradura y solté un tercio de mis deseos y ahogaron risas cada palabra que no llegué a
conocer cuando un no lapidario rompió mi boca con cuatro sábanas que no recuerdo si fueron muertas en
algún campo agónico. Me ordenaron volver a mi trabajo de cada día y que cuál era él si se podía saber que
para cuidar árboles estaban ellos y que no los tocara ni con los ojos que para eso estamos nosotros y que se
si se me volvía a ocurrir dejar puertas abiertas a tales impulsos de esa arrogancia se verían ante la desgracia
de mis despojos que no por ser ellos pagos dejaban de profesar amor por sus recelos y que si encontraban
rondas profanas con derecho todo profanarían el culto que hacía yo de aquel instinto y que no
comprendían cómo lograba existir gente tan tan desordenada y confusa que llegara a creer que es para sí
cualquier deseo cumplible y que qué raro y extraño y abominable entendían ellos los guardias que hubiera
álguienes tan descarados y pornográficos y que se limpiaban las bocas por temor al efecto que ellas hicieran
con sus vestidos y además que cómo me llamaban si tenía asignada alguna clasificación numérica al menos y
en qué lugar habitaría ser semejante a una tía abuela que tuvieron sus padres de los de ellos digo respetables
que pobres no sufrieran desde sus lechos tamaño recuerdo y que me retire con urgencia doble de sus
presencias una por madre si no prefería que se abatiera sobre mi imbécil destino un castigo que sirviera al
imitador que estuviere por nacer y que me fuera y que me retírese ya vagabunda tome sus velas y
desparezca.
()
Yo vine de una balsa sucesiva que me dispuso a ver otras hermanas flotando en la laguna esférica de mi
procedencia y flagrando en el agua. No vine de un solo enfrentamiento ni de una máscara mortal ni coincidí
por naturaleza con la naturaleza del frío dilatándose vivo al sol de la existencia ni vine a nado
obedeciéndole porque he curvado el río contra su voluntad y dirigí mis pasos desde los marabúes a los
cóndores y en su cada pliegue de verdad soy sólo su propiedad y en cada vuelo amigo del engaño bebí las
sucesiones diseminadas en otras cuatro balsas que a un mástil aferré con sus palabras nacidas de las lanzas y
lancé una vertiente y un lunar para el sol. No me preguntes…
No me preguntes por qué vine a nado por qué es la sed y el agua su respuesta vine hace tiempo y eso ya es
mucho porque no siempre me ha sucedido venir anclada como la sombra de una medalla dormida en
héroes yacentes en su tregua impuesta al corazón vine por calles de la unión ilegítima de la sal y el calor y
tuve que negarlo y negarme a su vez para llegar a ser la síntesis de mi propio fantasma. Vine de cada risa
para ser risa de las murallas y en un suelo partido partí la savia partí la savia y vine por otro cauce que no
es el mismo sino anterior. Hay que sacudirse los suelos partidos y pisar los otros nacidos de la penitencia.
Hay un corazón sisando flores y una flor que me espera en la pastura para hacerme ser amigo de contiendas
y entre ese corazón y la pastura hay un tenaz aviso que me indica el motivo de la angustia y el sol de la
tormenta preside cada estiba de lunares discípulos ante los que maldice por costumbre y prescribe por
túnica amarga de carne vieja débil espectro fue cultivado sin altivez. Corren es que los persigue la
vergüenza.
.
Graba lo grande tibia tibieza a mi alrededor vivo con ella o muero en ella creo que sí.
.
Quema el candil mi sed entera salud pupila que brindar deseo con lágrima de sol tu asiento lejos aquí y allá
descorro el alba que cubre mi manantial curvas y luces piedras y celo sed de mi noche lamo con lengua de
mi sopor lazo de mieles de mi corsé ese soy yo.
.
Es un mar que me cela mar anduve que me le entibió música al anduve y es un naranjo el labio que le he
visto casi un la vio en marea que se mece que me sé que ha sido que se me como la vio mi labio tumefacto
desde aquel sombra beso entimecido inexistenme por favor alivio favor de un ante para mí que leve por
delante de mi estrella contusa que eleve amante que vuele.
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En la sombra saltaban los latidos de la estrella diurna cuando me equivoqué por última vez la vi debajo de
mí.
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Tuercen los vastos rojos en cajones de claveles llorosos y amarronan la sed de la jota al corsé de su lealtad
la rota en cada milagro viejo en donde se combinan lo neutro y lo diverso y más allá de cada sueño los
puertos de la boca en donde nos halla de cada espera el alimento luego el silencio inexistente como un
agónico interludio de parajes que pugnan por pintarse los labios y amarran lo marrón a un solo carro y
consiguen un beso de mis dedos. Lloran las sombras junto al clavel alado y estallan los cajones mientras
tuerzo mi vasto ante la esquina de tus rincones que me estiran la sed de mi cansancio y se beben la lid de
boca a boca y hay dos voces que gritan que he llegado muy lejos y chocan y se envuelven y vuelven a chocar
de vasto a boca de jota a giro de giro a puerto en un corsé de brazos y milagros que quieren ser corsé cepo
y espacio violuntariamente. Parten mis nubes la verdad y el suelo me estira las razones y abre tus melodías
mientras bailo en su adentro y se agitan tus mares gota a gota atenazándolas en cada clave y es la y es un mi
y es un do que estrella su bramido contra la cara azul de tu deseo en las mil contorsiones de tu estrella
ciego dirijo mi intuición al cauce brotando a golpes alborotadamente sucesivos bailo bailo bailo hasta las
tres fisuras de tu madrugada entre las que me acuso dibujando tu sangre vasta y palpable.
.
Nunca tuvimos casa ni paciencia ni olvido nunca ni ni puse el cauce al pecho de la espera porque fue un
solo ni lo que me dio lo nunca casa aunque fue un nunca no tan solo el descuido para el final del aunque por
casa no he tenido ni nunca ni ni ni un sólo solo sol para ladrillo de cansar y espacio apilonado y mío. No
solo no tuvimos paciente libre y casi sin que asome la lengua corte con la corteza de un cerebro dormido y
hacer callar la calle de la palabra nueva misión de sosegada plenitud al alcance de la razón de un pelo que se
enredó en mi casa y estranguló mi aspecto y se durmió esperando comprender con su lógica de exclusión y
vacío el choque entre dos sílabas que no recuerdo ahora por qué se habían unido y devolvió los ni porque sí
por qué si no para qué si no sería el ni si no pregunto si por casa ha venido a decir qué es mejor si el
hermético duelo del místico suspiro se entrecortó con sangre de un basta sugerido.
¡
Suben bastas por el filo de la sangre y se me escurre el sol en sus orillas y me sube la voz por las heridas que
fastidian la lid y el pulso errátil que no pueden hacerle reverencias al camino del hambre porque no son
capaces del asombro ni se han puesto la sombra como carne y no creo que logren detenerla si es retoño de
mármoles y hiedras y porque basta su voz la de mi sangre le saluda con aires de ceniza ya que no quedan
rastros de los cuerpos que salieron al paso ni los pasos que pudieron salir de los nuestros para ponerse a
salvo. No es que afirme que subo con su voz ya que esto es cierto. Sí, no crea en mi locura sólo por
aparentar parentescos lejanos y de este modo creerse a salvo de la suya, quisiera que cuidara usted de sus
impulsos y no midiera santos por su túnica. Descanse, no me juzgue o si prefiere no lo haga, no le parece
mejor encontrar alternativas a quedar prisioneros de dos llagas, una buena y mala la otra y una nada en el
medio, una inconmensurable nada que nos dice extraordinariamente nada. Sí, creo, cómo dejar de hacerlo
si se exprime la sed con otras sedes y se alimentan dioses con escamas. Qué derecho me asistiría si no fuera
creyente y con qué lana habría de hallarme en este laberinto o a quién río curvaríamos con tan exiguas
manos. Sí, creo.
.
Aparece en uno de esos llanos hemisferios y encarna en su mirada el agua quieta de un tanque
ensombrecido por pobres ventisqueras de latidos menores y esparce la colmena de las horas volátiles y
mata la antigua latitud aislante con una grieta roja como el agua de mis penas sube por la escala de mi
asombro y se mece en el barro sitiador de la reja y empalma con la fe en una cruzada con la que llegan al
seno de la risa y lo acaricia para verse sentada entre dos garras que hacen dobles saludos simultáneos
surgidos de una mano señalada y de otra con dos dedos de ceniza.
¡
Nube es el canto de la canción sin tregua que sube por la piedra que es a su vez la rosa y es a su vez la
espina y es a su rosapiedra a quien le muerden los labios sus escamas nubes de espinas raza de flores extintas
que clavan sus clamores al pie de una mentira anta la cual persignan sus deseos y lloran su destino ante sus
nadas.
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Era como un túnel de viento por el que se colaban trabajosos cartuchos de libertad mientras golpeaban a la
noche los perdigones de su sonrisa que fue muy suya aunque fuera mía tal como un gesto fui desposado
ante su ausencia apolillado como un león blanco que hubo segado alguna cosecha de corazones cuatro
maderas como sus sueños sueño pinceles de dignidad sin reverencias ni eucaristías o vías mayores que sus
proclamas de pelo duro crin de una vida sinrodillada se habían bebido su pincelazo de óleo a la cal.
#
Allí está el verde del seis de soles comiéndose las rejas con la manga porque una ha muerto escapando vivo
por error y se viajó entre ellas reptantes sombras de sus sentidos y fue a la sed a buscar ayuda vadeando
mares cruzó silencios y se adentró en la cadena de la niebla vistiéndose de seda miserable como un arpón
sin fiesta. Salió como salen pocos de su agujero lamiendo el eco de los sillones contra los cuerpos y
sumergido en cada desierto olfateó el tiempo que insumiría en cruzar a nado y tuvo algún sueño de
desembarco cuando lo hastiaron con cinco ruidos por cada paso hasta que el péndulo hundió sus dedos y un
culatazo rompió su mano.
.
Sorpresivo fue el ánimo que lo vistió de luto a ese maldito pálido le dijo Antonia según parece a su perro
flaco que vagabundo remó dos días entre las suelas de su canoa para llevarle a la tribu virgen la
extremaunción del nuevo suceso antorchado encima ya de una aldea que ardiendo viva gritaba al hijo de
lusitana que dos puñales lo enterrarían hasta encontrarlo en algún misterio hasta encontrarlo lo seguirían
con sus clamores de sus venganzas que muy ganadas se lo tenían vengan verdades que han hecho mérito
estos malvados. No crees que grande sol debería asolarlos hasta el buen día en que sus rodillas le suplicasen
me dijo Antonia por qué desgracia nos ha abatido y con qué causas de ensañamiento si causa es justa me
cortaría hasta la garganta con mi pañuelo para dejarlas que se me escapen a mis palabras y que se vuelen si
tienen vuelo y que si tuviera un corazón débil te lo daría mi perro hambriento para estrellarlo en tus tripas
viejas y yo arrancarme la compasión que debo echarla antes que me hunda la muy piadosa bajo la crema
crema rojiza crema cremada de este dolor que se ha partido cuando rompieron los cuerpos nuestros por
obra y gracia de puro espanto no creas que miento mi amigo antiguo como los padres del más acá que lo
ocurrido con nuestra sangre no es conocido porque no es sangre dicen las armas del asesino que truenan
hondo como en la casa del más allá y sí no es sangre que si no es sangre será algún líquido que se les halla a
estos animales porque al abrirlos saltan pedazos que no nos manchan pero se incrustan en los vestidos qué
extraño e impúdico líquido el de estas bestias que ha corroído nuestras espadas pero es es… es menester
darle fuego a la paja del rancherío y fuego a esta imagen tallada en tronco y fuego al agua de esta región y
fuego al fuego de sus rencores que saltan de esos que se parecen a algunos ojos y fuego fuego más
fuegos que no nos toquen con sus miradas sarna del mundo y si no se queman abran las puertas de sus
heridas sazónenlas a estas babosas con sal de mar que allí está cercano y ágil como estas llamas que ya les
queman mi compasión. Aquélla bestia ostenta las formas de una mujer córtenle la cabeza que allí la hoguera
espera su turno disciplinada luego del paso de la anarquía que se la corten o es que han perdido la fe en el
bien o bien es qué… qué qué es lo que no le encuentran y qué significa tamaño embuste que habré de creer
si es que me auguran que no hay cabeza en este animal y que si es cierto mejor que sea por lo que entraña
un motín ahora en este momento que se aparten le digo lo quiero ver con mis propios huesos de
explorador y de adelantado de nuestro imperio que qué será esto que le flamea sobre sus hombros tan
transparente que no lo veo si no lo intuyo no posee huesos que lo contengan y es su cabeza sin la belleza de
nuestra estética qué magro horror qué exuberantes malformaciones me siento enfermo sobre la historia
que arde mis manos y qué se me ocurre que estoy tan tieso y están las rejas de la abadía y no lo están que se
me borran las certidumbres de mi razón y me enceguezco y ahora los veo a los esqueletos de mi familia y
por qué resigno mi bello cuerpo ante esta bestia descabellada que no me mira pero me aterra que por a
terra es todo un castigo qué estoy diciendo de qué castigo me estoy culpando si es una bestia estaré loco mi
dignidad que busco alivio en la crema sucia de sus heridas que veo rojiza y zambullo mi alma que aún me
responde y golpeo mi cuerpo y lo escupo y quiebro uno de mis brazos que no responde a ningún deseo mas
está dicho debo ordenarla antes de perderme entre los vagidos de esta locura gritarles la orden de que se
aleje de que te alejes de que mis hombres que aún le responden a mi razón aten la bestia con sus quejidos y
que la callen que te callen que hagan silencios con tu ruindad pero que la callen cállenla por favor cállenla
que estoy perdido entre su vestigio preso mi cuerpo que no le miren su maleficio y llevénsela pronto hasta
algún pozo que sea seguro y violéntenla rompan su cuerpo que de él no escape ninguna gota no le
respeten la propia sombra de es bandera sobre sus hombros vómito oscuro y que no escape ninguna chispa
de su furor.
.
Albina de la entrada compasiva comparsa de la historia vestida de juventa dominio de lo ascético apela a la
virtud en cada luz de calas verdas de agonía y trae un solitario y un pañal para el sol.
.
Pared reseca torpe figura de pie en su cerco pared la aqueja tanta pared por qué se queja mi vanidad por un
latido de campanario que la censura si pestañea pobre de sí.
.
Es como la borrachera de la caña que se dobla ante el furor y ante los fuegos y es la mano del sol quien
dirime sus llamas y la plebe es el canto de la guerra sin tregua que sube por la piedra que es a su vez la rosa
y es a su vez la espina y es a su espina roma que le hace dedicar una palabra y es a su rosapiedra a quien le
muerden los labios sus proclamas nube de razaflores no tintas clavan pie de clamores a una mentira deseos
persignan ante sus nadas.
#
Corro por la tregua. No imploro. He llegado al río de las catacumbas humanas. Fastidio. Me asemejo a los
corceles bravíos en su estupidez. Oh, qué horror, allí hay una sirena seccionada que gime las gotas de la
roca sudorosa. Extraño. Retuerce su cuerpo como una almohada de insomnios. No ha logrado seducir a su
presa. Fue cortada por una navaja de peluquero ebrio. Él no conocía las bondades del pez. Había profesado
en otra época utilitarismo por las mujeres. Las sabía dóciles el infeliz. Ayudó a su párpado a no cerrarse en
mitad del suspiro. Lo apuntaló con una tijera dentada. Pavoneó su fortaleza espiritual glosando un ‘Gloria’.
Cruzó la avenida superpoblada de tracción a sangre. Paseó su lengua por cada uno de sus labios al escuchar
mi canto. Martirio. Ay de mí, si por sólo un instante se dignaran las voces del naufragio, entonaba a gritos.
Fue hasta el cajón a oír los maullidos del tejado. Uno de ellos le produjo asco y a punto estuvo de
abandonar y echar a correr. O de correr lo hecho. Pero se detuvo creyendo que dominaba sus
movimientos el infeliz. Dejó a un lado el baúl henchido de monedas con un heroico gesto de estertor
intestinal. El ceño se le fruncía como un esfínter. Insistían. A medida que iban presentándose inventariaba
sus recursos. Algún día imprimiría el catálogo que le devolvería su capacidad de lucha. Al enemigo debo
conocerlo. Sonriente. Cómo sonreiría si su experiencia nula le bastaba para identificar esas sonrisas. Le
bastaba, a su vez, con recordar sus elementos de trabajo, entre los cuales encontraría las mismas sonrisas, al
menos en el perfil de su tijera dentada. Había extraviado el asco en el tejado. Mordió salvajemente sin él.
Se ayudó con los dedos y las palmas y las uñas de su mano sucia. Empuje. Le desgarró hasta la última
escama. A golpes de cálculo infinitesimal las demolió una por una. Con todo el éter a su favor concentró en
cada hueso el sonido de su silencio. Crujieron moléculas vertebrales. La mano libre llegó a su frente. La
certeza. Dos de sus dedos se decidieron a triturar la perfecta circunferencia carente de pestañas y párpados.
Descienda. Viró las suyas hacia el espejo principal. Recibió la primera duda. La certeza inmediata no se
posesiona de lo verdadero. Busque consuelo. Es increíble que se presente este despojo como verdad
absoluta. ¿Tendrá su ser verdad absoluta para mi torpe conciencia?. Hundió su extremidad con destreza de
cirujano. El interior del cuerpo de la sirena ya era laxo. Los senos pendulaban hacia adentro. Títere. No
conocía a Ceres y Baco pero izaba su duda en el mástil de mi estupidez.
Oh, navaja de mi emoción, he seccionado con tu fatal ayuda, he derruído y explorado con mis propias
manos y aprehendido de su cuerpo hasta la sonrisa, ya ósea. No me atrevo, no soy tan atrevido como para
desplegarme y perderme en la profundidad de mi espíritu en busca de su alma. Sonríe. Me ha burlado la
muy astuta,
#
Hacen época las máquinas en el basural hasta que el agua les tape los tobillos y la leche esferada procede a
desmitificar los corazones del transistor sin cuerdas ni rocíos hacia lo que vagamos en la tundra de este
sacrificio arponeados al sol por la sal cubiertos sin la piel del trino que sugiere verdades musicales para no
hendirnos en ondas Malvinas y laureles frisados al oleaje de notas y de olvidos. Inclino los cerebros hacia el
cinismo qué es ficción de un presagio. Hay un sonido austero en cada sinsabor y voy clavando talones en la
tierra acompasados talones de un asombro detrás de mi sentido que marcha hacia la esquina agónica de la
que cuelga el tiempo conocido. Hay mucho y también mucho ay.
Estoy en el espacio de la exactitud clavado al eje de la ignorancia petrificado y escucho que hay un ay en
cada palma y un ay se rompe al verse risueño en otro que no hay…
¿
Reconozco que ha sido un lugar reservado a los tormentos un campo río de piedra de cascada traviesa su
ramaje candente de rítmicos atuendos una capa de carne para mi alma dormida y un manto para el viento
que se lleva su arena golpea destroza y pisa para seguir haciendo de su arena su vida y qué sería de mis
vientos emplumados e hirvientes si les robo su gránulo de arena mínimo como la sangre de un guerrero
perdido que ha perdido su pecho derramándosele hacia afuera de sí de sus mares de sus vientos actuales
como el grano primero y por pecho por gránulo por corazón y roca por abrazo y por hijos los hermana en
las quietudes condóreas de la tierra en todos los refugios para que al extendernos toquemos palmeemos
abracemos acariciados hermanos de una ronda de plata con los pies derruidos y el alma encallecida con las
piernas en cruz y los brazos abiertos por mariposas verdirrojas y por barcos remados por nosotros y el
viento hiriente que no quiso matarlo al verde portugués.
¡
Es hora de la espera que nace endeble como yacen las hojas que caen de abajo como naciendo tomarse el
agua no sé si es esto lo que me bebo ni sé si es sólo lo que debo ancho y no es tanto como y acerco mis
oropeles y aros y esteros que penden casi como en el humo de este papel que se quema y calla como mi
tótem y rompo los dientes de blanco acento que amarillea por mis vejeces y cómo haré para estar despierta
si es noche si se me escapa para su adentro mi propia sombra no creas en ella que ni mi estalla pero se queja
y acaso crea que es de medida mi talla plana no te parece que es una sola luz la que me habla si no la
escuchas deberías verla nadar en aires de esta agonía que dé cabida que le dé el habla al puro escozor que es
verde como el sol en hoyes que aclaman desde la mesa de mis adentros y no me creas mi perro viejo que es
una pluma cercada en aguas de mediodía y es la pelusa de un ojo claro la que me dice que se ve nada en este
cristal que partido estuvo por donde escapan mis humedades de larga sala como una cuadra de noviciado
sesenta camas tuvo la cuadra y ni un solo amor sesenta hermanos tenía mi cuadra y ni un solo plato no te
preocupes mi perro flaco que no es de noche cuando llegaron para llevárselos cuando una escala de frío
subió por las heladas de un sol de exilio sol alumbrado por las estrellas de los guardianes de cada ausencia
casi un mapuche sin su febrero de un mar celado como la vida de esta cosecha que es prematura me dijo un
guardia que se lamía los estertores que ajenos ruiden en los sonidos del gran acá.
()
No fui su misa la encadenante en cada estrujo de mis harapos se hizo vestido con poco toldo cada su estaño
soldó maderas para mangrullo por su cadena cuentaganado preferí cuentos de natalicios o ceremonias
matrimoniales dónde los diablos me están buscando en un monaguillo de sacristía detrás del humo de cada
abismo y fui de cables a ver el trono de los pedazos de los misales que se planean para el descenso no me
descuides calor de selva que no es mi cuerpo todo de alambre diseminado en un gran desorden como la
vetustez de una epidermis se va y me traza camino entrópico mi amigo perro qué estás mordiendo que te
quema como un engaño a su bebedor no lo presiona como un agobio de postraciones a ver si puedes floja
tu escarcha que se derrite por cualquier beso no lo sabía qué es lo que veo a mis pies de barro no se
humedecen con lluvias largas pesco diluvio de alguna queja que se ha mojado con sólo un llanto río y me
siento en cada pañuelo para abordarles todos los nombres desde una roca vi de la historia su torta encinta
en la curiosidad inexistente de cada uno de sus dos ojos soslayados en los que resaltaba una sucesión de
fotografías lentas como la aprehensión de la verdad.
Amanecí en mi propia noche para ver a los que te lastiman madre mi madre vieja que se hace sangre con la
cosecha de chairas pescadoras nadantes de una senda que no se abre por sortilegio alguno ni nos deja pasar
como en milagros de mares obedientes madre no derruiré las desventuras superchéricas de los médicos
declarándome en romance eterno con tu mar plácido y en mi cabestro un corazón de rienda potrancuda
señalará el enredo de la siesta entre esta marginal lucha entre cabos que son los que me han atado a tu
cabeza de negra viva viva mi negra mis negros viven con mi deseo sus venas tiñen de amarillo tenue como
un campo de muertos y las beso y le construyo merecidas lápidas con tafetán de mariposas lagrimales por
cada caldo despectivo en el que me ha saboreado su presencia de muerte lenta en cada uno de sus ojos
vendados de un solo lazo sí trasparente seguro sí porque no me perdía su perfil cuando escaldaba las curvas
con mi paso apresurado de hormiga encelo de cuervo huérfano escapándole al suyo a su paso digo paso mis
horas mejores del atardecer especulando con la miopía del sol y con mi lengua de estropajo atrasado en la
faena ingrata de borrarle mis huellas a su voraz olfato voy montada en una caravana de huesos te lo había
dicho mi perro flaco mi perro me da su lomo fosforescente como la espalda con que sostengo la expedición
de cabo a cabo verde en los huesos de la cadencia de cada paso con que florezco en florcitas tiernas de un
solo día que en feria trunca de calle indigna valen un beso de mariposas para la siembra con que alimento a
la sombra ciega de la que escapo mientras destripa con sus platillos de cada mano mula enemiga que por
ceguera no vi acercarse sin acercarse ni vi su sombra de mujer buena sonriente hirsuta que sopesando su
cada plato de su balanza susurra al suelo del condenado por soñar alto que sólo un sueño sujeta el cabo y es
suficiente con un solo ya te has ganado la defunción.
Pero dónde está en qué cementerio en qué destajo de soledad laboriosa disecada a golpes de puro cuento
como en caballitos de madera en pelo de gran ausencia te fuiste dónde que no te veo ni con tres ojos de
mirar lejos ésos que alcanzan y que someten en un instante hasta la memoria sin perturbarle sus ataduras a
la nostalgia dónde estarás que arremolino la sangre como en un circulento salticar de festejo y es un festejo
que es fiesta sucia como la sangre que te acaricia la que te busca porque te odia por las esquinas de los
musgones de telaraña para invitarte a tu funeral. Qué harán dos caras con tu presencia de muerte lenta con
tus platitos con tus cadenas de un socavón que hace de invierno cada estación entre la que ayuno por ser de
yugo mi postración la que te lastima con cruces amplias de rechonchona tus caras dobles de calavera legal
fatal muestra los dientes del embarazo canta su arrope sin vestiduras pena los sueños de un hombre encelo
reja sonriente celda persuade con que encarcelas mi libertad.
#
Allí viene Satán pauperizado por el cauce del fuego que le ha llegado a la garganta y lo ahorca en la fe con
dos sentidos contradictorios que lucen dentaduras por descuido con la desesperación que canturrea ante la
pérdida de su juventud. Allí va hacia la verja de los amores tibios que se llenan los ojos con blancuras y
poses y festejos para atrasar relojes pasionarios tras las almohadas de la senectud prematura gravidez del
crepúsculo erguido en las bodegas de la sangre añejada en el ristre de la rodilla histórica y vencida. Allí va
por las ruinas de la virtud recogiendo sus vestiduras rígidas como el aspecto mortal de un inventario hacia
las vetas más sabias del olivo que le dieron a sorbos filosóficos de sorbonas domadas en patrias comarcales
entre alambres y postes y tranqueras y se saca la tierra de los huesos y salió a la ventana de esas cárceles y
saludó a los guardias ya todos los que demás estaban en la siembra del caracol sin alas y dispuso su vuelo
hacia los candelabros de madera y racimo enraizados al peso de su propio destino… y al escuchar sus quejas
rompí los trípodes de la razón inválida reptante entre las guías de cada monasterio deispuesta a abrir
querencias de patrias arrazadas con lunas bailando en sus gargantas y una comarca de cien mil supernovas su
cada corazón.
¡
Pueblo de día muerto sin alba ni cementerio se fue acercando con cada casa pasillo en mano de su silencio
que fue negado como el camino que no se ha vuelto y estuvo quieto quieto presencia y bajo de aspecto
tierra su calle de dos enaguas chapas sin viento ni una sola hoja se ha levantado para yoverlo. Se ha hecho de
noche tarde suicida no ha resistido su cruento gota de polvo seco en su todo pueblo techo en la paja barro y
almendro marrón de charco sin animales sin movimiento en los que me escucho sin entablarlo al sonido
esfera de ese brillante corral su angosto medir de capa sucia de barro en su todo suelo que no es de nadie
sus propiedades brillan en manos sin pie sin dedos que le degüellen todos su cuello mi pobre esfera de un
corralito sol que estás ido nube insidiosa no dejas verme todo su brillo dejo las dudas en la tranquera y a
puro cepo cambia el espacio que se recorre aún más hasta aquella portón de ceibos puerta sin flor puerta ni
llama para su hielo que es abandono mi pobre pueblo que entra en un cuarto que es casi un tercio por lo
que encierra y es una cama para colgarse a dormir es hora que te despierte fotografía de invernadero que
quiere verte mi pueblo quiere mostrar su todo y se queda quieto se queda y quiere fotografiarse con las
visitas se posa junto de pie en su estampa junto a las todas que no volvieron mi pobre pueblo.
.
Pido perdón por los pocos lazos que me hallan como en la cueva del milenio piden perdón los huesos y en
mitad del camino la laguna del puente detrás de la mitad y al fondo el mimbre como vapor de pinos. Piden
las que han bebido de los que beberán flotan y se comprimen más allá de sus manchas se dilatan distintas
como ruidos en suelo. Ante la cabellera del agua crujen cenizas de lo bebido calma la sangre nada envejece
alrededor de sus huecos la sombra la luz crece se endurecen la imagen y calzan y recuestan más allá por
completo. Una gota ha comenzado a llamear señal bebida en la oscuridad no hay casa por su parte y el
patrón de los huertos se halla medido por hortalizas con la vara precisa de su noche lineal. No hay casa por
mi parte se ha parado mi tiempo se ha parado su viento de molino del campo detrás del montecito pido
perdón por pocos en pocos cercos cada semilla la luz se ajusta a su oscuridad. Más allá del camino del
puente detrás de su mitad crece la rojizona de gotas de vapor amarillentamente.
#
Es necesario dijo mi perro que la constancia en la que dije que hubo dormido con sus laureles digo no creo
que represente manufactura de plenitud la que estuvo al cabo de cinco risas por donde hallé que los
cuentos que me contaron tanto de cada acontecimiento que redondeaba la historia viva y la historia oculta y
la que lo ocultaba a su referido de alguna forma ocultable digo fue todo un bello sanguinolento soñar en
algo que tan redondo debía de serlo que su imposible sería el callar perfecto callar a cuestas de algún suceso
de alguno o más pero sí de alguno de los sucesos que le permitan a quien contase por decidirse a contar su
tinta para la letra que se comprenda quién diferencia la letra negra de la lectura de la conciencia yo soy del
día en que los camellos dejaron libres sus cantimploras en las que me siento a tejer historias que empujen
siempre hacia algún desierto siempre que puedan de muchas aguas por eso digo no sé si es esto lo que les
debo pero les digo que si lo he dicho a mi largo cuento es porque vivirlo me ha resultado todo un esfuerzo.
………………final de Crisol de Sábanas, dfa, buenos aires 1988…….
Crisol de sábanas   ba 1988

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Crisol de sábanas ba 1988

  • 1. CRISOL DE SÁBANAS CRISOL DE SÁBANAS Ediciones Signo Ascendente, Buenos Aires 1988.- Daniel Fernández Ahumada Tapa: ‘Naturaleza muerta resucitando’, Remedios Varo.-
  • 2. -a todos mis… -a todos mis… -a todos mis… - a todos mis…
  • 3. Te diré claramente todo lo que quieres saber, no entrelazando enigmas, sino con palabras claras, como deben ser las dirigidas a los amigos. Esquilo A los dioses les repugna lo manifiesto. Upanishads Muerte es lo que vemos estando despiertos. Heráclito Siempre nunca me Alejo de lo maravilloso porque no me placen estas asombrosas e inadmirables tumbas. dfa
  • 4. Si ustedes comparten el juicio que adjudica belleza a los cadáveres de flaccidez reptante enterrados bajo un campo de larvas repugnantes que gesticulan y hablan de su propia belleza adquirida en fueros casquivanos y experimentan horror ante el crimen de la ruindad sigan leyendo, mas les advierto, sólo a modo de ofrecer buen servicio y el ahorro de sus sacros minutos de afamada chatura, que no encontrarán en esta lid paz que surja de desarmes mutuos ni abandono por mi parte de toda actitud malévola ya que no seré yo quien les allane el camino hasta sus lápidas ni me hallarán culpable de indulgencia ante sus máscaras. Oh, manos perfumadas acarician las letras de esta señal que envío por amor; torpe, no descuides el juego, son manos desposadas conformes y estatuidas, tratan de seducirte y conformar conmigo una masa caduca de corceles bravíos. Les mostraré un camino trazado por encargo llamado a ser sinuoso por verse entre los claustros como pan sin memoria y no habrán de surcarlo las conciencias felices con sus puentes de nalgas y pechos mercenarios porque estoy enterrado en campos libertarios que juegan con las voces de cada encrucijada tamborileando curvas y no pidan que cubra con el mantos sagrado mi sacrosanta túnica. Y ese murmullo surgente de sangre nobiliaria. Cuán largo es el trazado de mi equívoco, hubiese asegurado que profesaban las paces del sepulcro para la subversión de la palabra. Y ese desorden en sus bocas marchitas, y esas lenguas raquíticas que semejan la cuna de la bondad, y esos ojos revolcados en su propio espectro, y esos dulces sonidos de calesita sintáctica, y esos blasones de rancias anfractuosidades compactadas por espadas teletóneas, y este compás describiente de círculos concéntricos que se clava en mi mano, no os preocupéis, este dolor es viejo como ese aspecto de carcelero comprensivo. Y aquél caritativo estrecho que muerde de mi sangre y no se mancha. Y este sonriente espejo, mírenlo, nervioso modo de festejar el triunfo de la impresión. Aquí ese apócope bufón que no supera los nombres propios y estos cerebros míseros, sílabas postreras de los adverbios de modo y allí, ese monocorde colorido de crisoles muertos. Bien, bien, al menos debo reconocer buen signo en el positivismo de sus manicomios, en especial lo referente al tráfico experimental de vísceras, interesante movilidad social perturbadora de dogmas incandescentes ofrece la cesión del hígado de un asalariado libre a un cuerpo reptilíneo retrogradándonos hasta hacernos rozar con los orígenes comunes. Libre, qué perturbada, qué trastornada cualidad. ¡ Desde la razón y el costumbrismo seré responsable de lo que habré de dibujar a tono con mis supuestos dotes de cancionista que tradición mediante expondré con ayuda de mi locura en cada uno de los caños rectilíneos que van del margen hasta el vacío de la diestra en mi caso y que por ser mío se transforma en un mi sostenido por mi mano izquierda la que realiza las durezas del obrero mi mano amiga mi defensora la que cubrió la retirada de la siesta haciéndose creer que ocultaba su cometido que lo lograba pobre mi mano y quién no tuvo alguna vez su mano izquierda y quiénes son los puros que acusan con dos índices ya sé no me digáis tenéis razón la vida es una herida absurda pero con zeta. Que no te entiendo me lo habían dicho mis maderitas balsa corchitos de larga siesta que el golpe de una moneda por Chile me los hundió. Bella es la profundización bellas las manos vuestras que con el cuento de que es abono de las cosechas salen marrones de la letrina purificadas de extremaunción y van y se hunden por todos lados salvo en la letra que es sudorosa que con mirarla ya es demasiado y no me cansen con tanta mezcla dice el corchito en el cloaquerío que un intestino es algo genuino aun cuando afloran sus resultados. ¿ Qué vida la de esta latitud la que cremé en la esfera de la reja en el momento denso por el que me dispuse a dar una de las cuatro canciones entre las que me encuentro disonando y si tienen por alma una ventisca o un pelotón de rosas les brota de la baba será babeante la estrecha caminata por cada piedra de los lagrimales y habrá una escarcha en el verano torpe de sus labios si les son incapaces los refugios aunque se los repita en
  • 5. un rosario largo rosario rosa de Dakar de arena espina vuela en la cresta de cada brazo breva desierta laguna fina defina llaga de algún debate y se ha debatido entre rosas verdes vencido al cabo cerebro tenue señal sonora repetitiva cave a lo largo de mi presagio que ya lo vence como a barquito de temporal. ¡ No ofrecía dificultades el camino hacia la higuera aunque las hormigas le hacían la guerra y los pasos debían ser oriundos de la estrategia. Pude saltar el charco que me alejaba de las correas colgantes a cielo abierto y no conocí y no conocí luego un lugar que ejecutara todo su trino a pico pleno a pluma desplegada en un semicírculo de abrazos sin retroceso por no haber hundido el pico sin su castigo correspondiente que cierre el pico me lo habían dicho pero aquél día en el que el árbol de la semana se hacía un vestido para no ser réprobo tropecé un cuarto de mis deseos con una infamia y mordí la sangre de mis silencios hasta segarlos con dos palabras. Quise llevarle al árbol mis velas rosas y alumbrarle las sienes de cada rama pero lo hallaron guardias de cerradura y solté un tercio de mis deseos y ahogaron risas cada palabra que no llegué a conocer cuando un no lapidario rompió mi boca con cuatro sábanas que no recuerdo si fueron muertas en algún campo agónico. Me ordenaron volver a mi trabajo de cada día y que cuál era él si se podía saber que para cuidar árboles estaban ellos y que no los tocara ni con los ojos que para eso estamos nosotros y que se si se me volvía a ocurrir dejar puertas abiertas a tales impulsos de esa arrogancia se verían ante la desgracia de mis despojos que no por ser ellos pagos dejaban de profesar amor por sus recelos y que si encontraban rondas profanas con derecho todo profanarían el culto que hacía yo de aquel instinto y que no comprendían cómo lograba existir gente tan tan desordenada y confusa que llegara a creer que es para sí cualquier deseo cumplible y que qué raro y extraño y abominable entendían ellos los guardias que hubiera álguienes tan descarados y pornográficos y que se limpiaban las bocas por temor al efecto que ellas hicieran con sus vestidos y además que cómo me llamaban si tenía asignada alguna clasificación numérica al menos y en qué lugar habitaría ser semejante a una tía abuela que tuvieron sus padres de los de ellos digo respetables que pobres no sufrieran desde sus lechos tamaño recuerdo y que me retire con urgencia doble de sus presencias una por madre si no prefería que se abatiera sobre mi imbécil destino un castigo que sirviera al imitador que estuviere por nacer y que me fuera y que me retírese ya vagabunda tome sus velas y desparezca. () Yo vine de una balsa sucesiva que me dispuso a ver otras hermanas flotando en la laguna esférica de mi procedencia y flagrando en el agua. No vine de un solo enfrentamiento ni de una máscara mortal ni coincidí por naturaleza con la naturaleza del frío dilatándose vivo al sol de la existencia ni vine a nado obedeciéndole porque he curvado el río contra su voluntad y dirigí mis pasos desde los marabúes a los cóndores y en su cada pliegue de verdad soy sólo su propiedad y en cada vuelo amigo del engaño bebí las sucesiones diseminadas en otras cuatro balsas que a un mástil aferré con sus palabras nacidas de las lanzas y lancé una vertiente y un lunar para el sol. No me preguntes… No me preguntes por qué vine a nado por qué es la sed y el agua su respuesta vine hace tiempo y eso ya es mucho porque no siempre me ha sucedido venir anclada como la sombra de una medalla dormida en héroes yacentes en su tregua impuesta al corazón vine por calles de la unión ilegítima de la sal y el calor y tuve que negarlo y negarme a su vez para llegar a ser la síntesis de mi propio fantasma. Vine de cada risa para ser risa de las murallas y en un suelo partido partí la savia partí la savia y vine por otro cauce que no es el mismo sino anterior. Hay que sacudirse los suelos partidos y pisar los otros nacidos de la penitencia. Hay un corazón sisando flores y una flor que me espera en la pastura para hacerme ser amigo de contiendas y entre ese corazón y la pastura hay un tenaz aviso que me indica el motivo de la angustia y el sol de la tormenta preside cada estiba de lunares discípulos ante los que maldice por costumbre y prescribe por
  • 6. cinismo qué es ficción de un presagio. Hay un sonido austero en cada sinsabor y voy clavando talones en la tierra acompasados talones de un asombro detrás de mi sentido que marcha hacia la esquina agónica de la que cuelga el tiempo conocido. Hay mucho y también mucho ay. Estoy en el espacio de la exactitud clavado al eje de la ignorancia petrificado y escucho que hay un ay en cada palma y un ay se rompe al verse risueño en otro que no hay… ¿ Reconozco que ha sido un lugar reservado a los tormentos un campo río de piedra de cascada traviesa su ramaje candente de rítmicos atuendos una capa de carne para mi alma dormida y un manto para el viento que se lleva su arena golpea destroza y pisa para seguir haciendo de su arena su vida y qué sería de mis vientos emplumados e hirvientes si les robo su gránulo de arena mínimo como la sangre de un guerrero perdido que ha perdido su pecho derramándosele hacia afuera de sí de sus mares de sus vientos actuales como el grano primero y por pecho por gránulo por corazón y roca por abrazo y por hijos los hermana en las quietudes condóreas de la tierra en todos los refugios para que al extendernos toquemos palmeemos abracemos acariciados hermanos de una ronda de plata con los pies derruidos y el alma encallecida con las piernas en cruz y los brazos abiertos por mariposas verdirrojas y por barcos remados por nosotros y el viento hiriente que no quiso matarlo al verde portugués. ¡ Es hora de la espera que nace endeble como yacen las hojas que caen de abajo como naciendo tomarse el agua no sé si es esto lo que me bebo ni sé si es sólo lo que debo ancho y no es tanto como y acerco mis oropeles y aros y esteros que penden casi como en el humo de este papel que se quema y calla como mi tótem y rompo los dientes de blanco acento que amarillea por mis vejeces y cómo haré para estar despierta si es noche si se me escapa para su adentro mi propia sombra no creas en ella que ni mi estalla pero se queja y acaso crea que es de medida mi talla plana no te parece que es una sola luz la que me habla si no la escuchas deberías verla nadar en aires de esta agonía que dé cabida que le dé el habla al puro escozor que es verde como el sol en hoyes que aclaman desde la mesa de mis adentros y no me creas mi perro viejo que es una pluma cercada en aguas de mediodía y es la pelusa de un ojo claro la que me dice que se ve nada en este cristal que partido estuvo por donde escapan mis humedades de larga sala como una cuadra de noviciado sesenta camas tuvo la cuadra y ni un solo amor sesenta hermanos tenía mi cuadra y ni un solo plato no te preocupes mi perro flaco que no es de noche cuando llegaron para llevárselos cuando una escala de frío subió por las heladas de un sol de exilio sol alumbrado por las estrellas de los guardianes de cada ausencia casi un mapuche sin su febrero de un mar celado como la vida de esta cosecha que es prematura me dijo un guardia que se lamía los estertores que ajenos ruiden en los sonidos del gran acá. () No fui su misa la encadenante en cada estrujo de mis harapos se hizo vestido con poco toldo cada su estaño soldó maderas para mangrullo por su cadena cuentaganado preferí cuentos de natalicios o ceremonias matrimoniales dónde los diablos me están buscando en un monaguillo de sacristía detrás del humo de cada abismo y fui de cables a ver el trono de los pedazos de los misales que se planean para el descenso no me descuides calor de selva que no es mi cuerpo todo de alambre diseminado en un gran desorden como la vetustez de una epidermis se va y me traza camino entrópico mi amigo perro qué estás mordiendo que te quema como un engaño a su bebedor no lo presiona como un agobio de postraciones a ver si puedes floja tu escarcha que se derrite por cualquier beso no lo sabía qué es lo que veo a mis pies de barro no se humedecen con lluvias largas pesco diluvio de alguna queja que se ha mojado con sólo un llanto río y me siento en cada pañuelo para abordarles todos los nombres desde una roca vi de la historia su torta encinta
  • 7. Te diré claramente todo lo que quieres saber, no entrelazando enigmas, sino con palabras claras, como deben ser las dirigidas a los amigos. Esquilo A los dioses les repugna lo manifiesto. Upanishads Muerte es lo que vemos estando despiertos. Heráclito Siempre nunca me Alejo de lo maravilloso porque no me placen estas asombrosas e inadmirables tumbas. dfa
  • 8. Se revuelcan los cables que mis hermanos llaman y llamas en los dedos acercan sus recursos como si aguas ajenas se los fuesen mostrando y me encuentro en el agua primera haciendo los globitos y las olas y el ruido que ya resultan raros de entender porque no son los mismos los que van por las piedras cuadradas ni estos enaltecidos con brillantes sin saga con finales lustrosos pero no los finales en un orden cualquiera como en la tierra vieja en que los dibujábamos a los hermanos nuestros por dibujarlos para llegar no importa ni siquiera en un cuando de ventajas abiertas por un hoy que ya es tarde y tengo que correr a lavar la sombra del que llegó segundo por costumbre dibujo y chapoteo en el barro y ruido circular con olas que se alejan y me vuelvo a encontrar en nuevos chapoteos que contemplaba sólo por eso y en la lista no les puedo grabar lo primero si lo que estoy grabando me resulta fantástico y no me quedo ayuna o extasiada en un sol porque éste sea el primero ni porque me haya dado colores para usar ni porque llegué antes que el que llega después ni cuándo estaré sola para sentar las luces de este insomnio y alcanzarles el lugar que me fue concedido y el de la piedra buena la que me supo amar. Hay costumbres que nos matan las horas y las pienso por costumbre y por odia porque la muerte me odia y cierro las ventanas del cuarto, aseguro el pestillo, trabo la mirilla y dispongo mis sueños con la puerta entreabierta por costumbre, por costumbre, por costumbre la espero. # Los abuelos ya vienen de los pies en la piedra y en los cánticos vuelan de quietud en los ritos y en los éxodos hablan gesticulan sumergen los sus años en la bolsa de adentro y se visten con caricias de huesos tersos como la hoja del tiempo que los ayudó a ser una maraña de brazos y risas y callares envolventes que ciñen las figuras de todos los cercanos dejándolos al viento cubriéndolos del viento dejándolos al viento cubriéndolos así como nosotros cubrimos a nuestros verdugos de cada siembra ya hacemos florecer los cementerios son brújula y son viento paseantes por la siembra latitudinaria de mi bolsa de huesos dónde extraigo la risa que cruzará mi calle siempre que sea responsable de mis actos dicen cruzaré por amor el empedrado ya que juzgar no puedo en estas épocas si no lo hice entonces cuando niña cuando mi padre hablaba con silencios de negros musicales dijo si el pájaro de los huesos grandes llama a tu nido extraviado o hallado en ti buen motivo habrás de tener para echarle un olvido tal vez tengas razón podría no llegar por cuanto viene aunque hay pesares que se detienen en los umbrales de la arboleda pero no llegan porque no vienen sino que pesan que son pesares y no venires y por lo poco que le he contado con mis dos manos y con mis otras no será en vano si no lo amo. .. Habráse visto dijo mi abuela en cada baldosa de pan mojado por sus extremos aún no me contraríen que mi extremismo es el de mi abuela el de una de ellas de un blanco o negro de un vivo o muerto de un mío o suyo nunca de un siempre sólo de un único y no será que su burla se fuma en pipa como si fuera una bocanada de vida ajena por propia ausencia digo de vida de vida suya digo que es una burla digo que es una burla nó si desde que fui enterado se me acabó el último nunca se me se me… a mi persona que se vivía cuando lo hacía se me acabó y llegué a ser un posible proseguir sin unción final y sin bautismo seguí llegando sin hemisferios de sí lejanos sí fui una mezcla de polo opuesto de polos vivos de polos muertos de polos vivos de polos y proseguí buscando polos para fumarme para que suelen las mariposas así adivino que sigo vivo fumando en pipa mi vida ajena su burla paso como de suyo por mi sus telas. () Mi padre Wampa está pescando el cielo para verlo cercano desde mi orilla buena la que me fue elegida para evitar peligros de crecientes y de árboles caídos que no mueren como no muere el río y habrá de ser por eso que Wampa en su canoa parece un árbol alto de su copa y enrama sus raíces que confunden su sino para serlo en un todo una única belleza de un sudor poderoso vertiente de las aguas en las que pesca el cielo y en
  • 9. las que se contempla para verse distinto para verse preciso para verse como es, entreríos de pájaros sin nido. : Por el faldón se cruzan y calientan las manos y entre las dos cuentan hasta las diez veces que llegué a romper el dibujo primero. Tengo en mis recuerdos pocas areniscas y muchos clamores que caen hoy cayendo como en un surco largo y como un vuelo eterno por eso me arrodillo y es sólo porque debo pedirles que no sequen los vientos de las sierras leonas porque debo salir de este encierro y si llegué hasta aquí es por un dibujito que me hicieron en Segou que no sé cómo hice para que no lo vieran los pálidos aquéllos que están allá ahí no muy lejos detrás de las cortinas de las tiendas azules hoy descansan yo tiemblo. Ya duelen ya se callan los dolores que llevo en la garganta y en los dedos menores por apretar tesoro sin soltarlos al suelo y espero, espero las señales del nochero de turno que es el único amigo para saltar en gritos que escuchen solamente mis hermanos y el río. El río ya me lleva, lo voy necesitando como el agua al suspiro y creo que ya es mío, me exige hacia adelante en donde estoy marcando los puntitos primeros y mis hermanos callan, se acerca una curva para llegar al dueño de todos los deseos y la vamos curvando todos juntos con los ojos afuera y en las manos las gotas de los ríos de adentro que se nos van saliendo. No puedo darme vuelta, no puedo equivocarme, es la curva del manto que se puso de pie para verse las lágrimas altísimas por morirse sentado y espero, espero, espero y sigo con la ayuda del vestido del árbol con el que estoy guiando la corriente del agua que encierra los pasados, que no fue dominada ni pudieron partirla con fragancia y bandera de sabores extraños, que cuando le dijeron agua abajo los manchó con un parto y los mandó hacia arriba. Aún nadan río arriba buscando la conquista de las aguas malditas que no entienden razones y permanecen agitando los brazos y hacen señas suplican y nadie los socorre porque creen que son los victoriosos de Koundian. Y resulta que son. # Dicen que al pisar barro supo que hablaba suelos extraños de donde el viento le hizo silencio por no encerrarle bajo la reja de un eslabón. Dicen que fue un diluvio de hojas silvestres las que le hicieron de su vestido y hasta la clama de sus canciones fueron las ramas del matogroso la aracataca de su tambor y que un telégrafo con pico de águila llevaba el cable de plumasol. No se impaciente que sé muy nada de esta felata que obrera joven de una alpargata fue por la boca del río dulzón y si me callo y de corta lengua por saborearla gusto en la siembra por la que anduvo con su pasado paso de estaño soldóla escena de los soldados fumó su habana mujer de habano grito de calles para escucharle todo el recuerdo nada en la tierra bañada especie sudánsudando dará su flor. () Ay mi remanso de ve nacida por un cortejo laurel y sábana torrenterrastro fue abandonado como marranos en Portugal… grande arema por esta esclavitud me hallo en la balsa y el bambú de la siembra fue remo en la contienda de las dunas y bastón para el agua lanza para cruz para el agua lanza para cruzar el precipicio entre mi Bamba y el vaso de mi sangre que se rompió en el salto hasta la quinta duna en la que descubrí la tienda de los pálidos abiertos por una tajo álidos abiertos por una tajo largo como el día de la cosecha y ancho como la bienvenida de mi padremi padre ancho mi padre her ancho mi padre her ancho mi padre hervido en la canoa con un arpón en cada pierna por un abrazo desquebrachado en la voz del aire con el que viajo a la libertad. La altura de mi salto sobre el cuchillo que abrió a los pálidos salto o cuchillo mis pies ahogados lejos del fuego de su razón en la espesura de sus miradas verdes espadas con qué remaron todos mis muertos que vi morir sembrando caña bajo el alero de cada surco y entre semillas de porvivir. Verde el sol en esta caminata me acercó a la armonía del adobe que aflora ante las riendas de la huida en el pescante del equilibrio y en los estribos del árbol que arbustece su sed rodilla y fe en esta resina sudor abierto sudán
  • 10. desierto partida anduve rocayoseando alpescar Urales de otra ave nida ve nida embalsa bolsa de huesos los que en mi salto pinté de risas. () Fue en una cruz de palo donde encontré el espejo por el que saltaban de la vida los primeros viajeros. Otros ya habían saltado hasta sus propias nadas con puentes de cicuta. Fueron ellos los jueces que abrieron el transcurso de la piedad ante la cual rodillas hicieron el castigo y las lanzas de pecho clavaron a la espuma y dejaron flotando un esqueleto que se fue derruyendo en gotas de presente y en cada vuelta un mareo circular supremo nos envolvió en su manto de gránulo feroz bailando a la razón con dos burbujas y al aire con crepúsculos de cielo. Y así nos vino la nada la enorme la primera que nos negó la curva del océano pero yo que arranqué de las rectas una curva para el río comprendí que una bolsa de gotas proviene del rocío y en guardia permanecí sentada frente al surco piadoso que atravesó la espesura de la sangre y la impregnó de sueño señalándome lo alto y lo disperso. Ella arrancó la luz se la llevó consigo desgarrando el orgullo de los árboles. Me sucedió otra muerte, fui a vagar por las especies y allí te conocí León, recordarás la larga luna que atravesó mi trasparencia depositándome en este nuevo cuerpo. , Juntos fuimos hasta la nieve en una caravana de telégrafos empecinados que pugnaban por comunicar lo irreparable de cada cable con los que nos bañamos artesanalmente las medallas halladas en la lid luciéndolas ante la sombra del mediodía cobrizos como el Teniente y fuimos casi juntos en una rueda decana y fugitiva circulante y ardiente como una libertad y liebres fuimos hasta un deseo y hablamos de las manos hasta los huesos y hablamos de las calles hasta sus dedos en un ruedo de calles sin sombrero sin saludo y sin flor. Vengan a verme pronto dijo ella la nieveroja por su pasado anclada al hoyo de los mapuches y a la tibieza de su rencor vengamos que quedo quieta cuando se apunan cunas de espadas y quemo ausencias con aguas duras como un crespón que es hora vengan a ver las puesta de las mareas que se adormecen entre las telas si les oculto su propio sol su propio do su propio si y mi propio no. # Estoy encadenada a la tormenta y soy conciencia por ser tormenta por ser lo soy no alcanzas a ver mi largo proceso se vive y muere continuamente soy lo que soy y vivo atada a todo suceso no tanto al fuero de la razón. Allí te conocí recuerdo a Lyon en cada jornada de pan caliente y en nuevas jornadas de plusvalor allí te conocí guillotinaron tus verdes párpados la gota rota del sinsabor y fue el espanto lo nuevo viejo cocina en tinta de verde unción verde batalla vieja muralla agujereada por carcajadas de nuevo amor y es este el verde del seis de soles quemante alfombra que me nació baraja erguida por mis hermanos cuatro quedaron pero no dos cuatro murieron pero no yo. () Están acaudillándome presagios blancos de barbas y soledades entorpecidas por el silencio ante mis dedos que crujen y me retuercen en un no, no quiero, no quiero que me lastimen con sus caricias que no lo son que son sólo la sorpresa con que las abro de su sentido para dejarlas entre la hierba del seis de soles puestas de cuajo contra la esquina de mis rincones para que mueran porque lo basta, basta, no las tolero, saquen de aquí esas murallas de barro sucio y quemante desde aquí debo desde aquí debo escupirles la fe contra el ardor y debo conseguir que goteen burbujas de sus adentros y que se bailen enloqueciendo contra las ruinas de las vasijas en que las hiervo contra mi sol. Tengo entre mis manos antiguos dolores y cierro mis ojos porque no pretendo enseñarles mi antiguo dolor para qué la llama los acerca al fuego y por qué se abaten contra mis arterias las más sumergidas nadando en
  • 11. la suma de mis anaqueles que los encrucijan confundiéndolos. Necesito de ellos. Los tengo ante llanos de mi serranía uno por dolor se quitan las cruces de la encrucijada, respiran el filo de la más remota de mis contorsiones y beben anillos los que les convidan los ríos borrachos que han dejado cauces hastiados de repeticiones. Tendrás millones de parteros me dicen León y me calmo entera cuando desanudan los pañuelos blancos y esperan. )( Corre Antonia pero no lo hace. Se hace presente sin la perentoriedad del músculo, su recurso de traslación es una habilidad basada en la simple anticipación de los hechos y es por eso que de su arsenal gestual ha desaparecido la sorpresa. Está bien, pero, ¿sonríe Antonia, llora, son los suyos los de ella son sus ojos tallados en la burla o lágrimas de arena? Sobre su cabeza y por detrás del ala de su sillón y clavado a los troncos transversales que revisten la pared del cuarto puede verse un cuadro de su juventud. Se trataba entonces de una única figura, que a cada cambio de posición o bien ante cada pestañeo, mío por supuesto, mutaba sus formas de mujer mas no totalmente y en esa parcialidad extravié los detalles. A veces los hallo dispersos en aquellos fulminantes atardeceres otoñales dentro de los que juego a pescar recuerdos en los paquetitos de fotografías que luego con la noche, rehago pacientemente tembloroso. Por ella me habré enterado que su figura en el cuadro observa sin utilizar nuestros recursos, les diría que la he visto hacerlo sin abrir sus ojos negros como Samory, como ella entera de una felata senegalesa, típico acento de su postura la humilde adopta tras no haber mirado y tras haberlo visto no sólo al mar. No tenían ni tienen sus ropas la función prevista ya que podría usar o bien haberlo hecho, alguna de las prendas que se le ofrecieron y sería algo idéntico porque ella lo es a sí misma. Me ocurre algo curioso al respecto, no logro verla tal cual es. Será mi imperfección la que me impide penetrar la idea o bien su perfección, la de la idea de ella negada por mí por necesidad o por sistema la que me obliga a resbalar en su naturaleza. Es más, algo mayor que esto. No podría asegurar haberla visto. # De qué color me expiará mi rencorosa muerte si el color no es mi causa. Cómo crucificar los crucifijos con que me han señalado y a quién enviaré y quién irá de parte nuestra si al cabo sin retorno no lo supe amarrar para que allí desciendan los macabros. Allí están, detrás de la boca del río. ¡ Grande sol en esta luna antigua me hace sentar sobre los pastizales cercanos a mi esfera por qué vendré de lejos si estoy mirando el cabo sin retorno al que no le estimulo la partida porque partida estoy en este caso y en mí y en la ración de mar que se desacomoda para volver a ser quien lo estimula a ser lejano. Aquí la sombra de esta techadumbre y allá la chapa acartonada sucia destasada y cubierta de soles y milagros mirando al suelo parco de parto por aborto quise desheredar al verde portugués porque no quise pasto por mi mano. Mejor callar, por si ellos olfatean. ¡ Tengo frente a la frente una canción serena que dispone las vidas de todos mis amores a los que hago con barro de cenizas porque los quiero a todos y a los otros los amo. Estoy parada enfrente de los dioses que han hecho para mí por hacerlos y frente a los que hago. Les escribo se dice o bien los grabo por gravarlos con manos delatoras para que entren mí por la puerta del hambre más buscado que es el de las canciones y canto canto les canto por la luz que asombra y también por la sombra con la que me enceguezco caminando y grabo grabo con ésta los tres pechos de mis padres y los seis de los de ellos y como no basta la tierra para hacerlo me estiro grabando con aquélla las estrellas que bajo.
  • 12. Si ustedes comparten el juicio que adjudica belleza a los cadáveres de flaccidez reptante enterrados bajo un campo de larvas repugnantes que gesticulan y hablan de su propia belleza adquirida en fueros casquivanos y experimentan horror ante el crimen de la ruindad sigan leyendo, mas les advierto, sólo a modo de ofrecer buen servicio y el ahorro de sus sacros minutos de afamada chatura, que no encontrarán en esta lid paz que surja de desarmes mutuos ni abandono por mi parte de toda actitud malévola ya que no seré yo quien les allane el camino hasta sus lápidas ni me hallarán culpable de indulgencia ante sus máscaras. Oh, manos perfumadas acarician las letras de esta señal que envío por amor; torpe, no descuides el juego, son manos desposadas conformes y estatuidas, tratan de seducirte y conformar conmigo una masa caduca de corceles bravíos. Les mostraré un camino trazado por encargo llamado a ser sinuoso por verse entre los claustros como pan sin memoria y no habrán de surcarlo las conciencias felices con sus puentes de nalgas y pechos mercenarios porque estoy enterrado en campos libertarios que juegan con las voces de cada encrucijada tamborileando curvas y no pidan que cubra con el mantos sagrado mi sacrosanta túnica. Y ese murmullo surgente de sangre nobiliaria. Cuán largo es el trazado de mi equívoco, hubiese asegurado que profesaban las paces del sepulcro para la subversión de la palabra. Y ese desorden en sus bocas marchitas, y esas lenguas raquíticas que semejan la cuna de la bondad, y esos ojos revolcados en su propio espectro, y esos dulces sonidos de calesita sintáctica, y esos blasones de rancias anfractuosidades compactadas por espadas teletóneas, y este compás describiente de círculos concéntricos que se clava en mi mano, no os preocupéis, este dolor es viejo como ese aspecto de carcelero comprensivo. Y aquél caritativo estrecho que muerde de mi sangre y no se mancha. Y este sonriente espejo, mírenlo, nervioso modo de festejar el triunfo de la impresión. Aquí ese apócope bufón que no supera los nombres propios y estos cerebros míseros, sílabas postreras de los adverbios de modo y allí, ese monocorde colorido de crisoles muertos. Bien, bien, al menos debo reconocer buen signo en el positivismo de sus manicomios, en especial lo referente al tráfico experimental de vísceras, interesante movilidad social perturbadora de dogmas incandescentes ofrece la cesión del hígado de un asalariado libre a un cuerpo reptilíneo retrogradándonos hasta hacernos rozar con los orígenes comunes. Libre, qué perturbada, qué trastornada cualidad. ¡ Desde la razón y el costumbrismo seré responsable de lo que habré de dibujar a tono con mis supuestos dotes de cancionista que tradición mediante expondré con ayuda de mi locura en cada uno de los caños rectilíneos que van del margen hasta el vacío de la diestra en mi caso y que por ser mío se transforma en un mi sostenido por mi mano izquierda la que realiza las durezas del obrero mi mano amiga mi defensora la que cubrió la retirada de la siesta haciéndose creer que ocultaba su cometido que lo lograba pobre mi mano y quién no tuvo alguna vez su mano izquierda y quiénes son los puros que acusan con dos índices ya sé no me digáis tenéis razón la vida es una herida absurda pero con zeta. Que no te entiendo me lo habían dicho mis maderitas balsa corchitos de larga siesta que el golpe de una moneda por Chile me los hundió. Bella es la profundización bellas las manos vuestras que con el cuento de que es abono de las cosechas salen marrones de la letrina purificadas de extremaunción y van y se hunden por todos lados salvo en la letra que es sudorosa que con mirarla ya es demasiado y no me cansen con tanta mezcla dice el corchito en el cloaquerío que un intestino es algo genuino aun cuando afloran sus resultados. ¿ Qué vida la de esta latitud la que cremé en la esfera de la reja en el momento denso por el que me dispuse a dar una de las cuatro canciones entre las que me encuentro disonando y si tienen por alma una ventisca o un pelotón de rosas les brota de la baba será babeante la estrecha caminata por cada piedra de los lagrimales y habrá una escarcha en el verano torpe de sus labios si les son incapaces los refugios aunque se los repita en
  • 13. duna y desierto árbol y vela que fui encendida cebo del triunfo de las murallas despetaladas fueron mis rosas musgón de sangre rosas distintas a mi otra rosa la que se yergue en cada ladrillo de paredón. . Pinto la punta de mi canoa almagre de humo como en la esfera de pedernales de la paloma lepra y badal que se me cae como en la fiebre chinche de lecho con caparrosa polvo simpático de mi puñal que sí esta negra puede eclipsarme todo lo que necesito cosecha nueva de ancho no debo cansar al viento que me resiste por ser un aire de mi cabeza cuartana toma de mis extremos sólo lo bueno como al cuadrivio lo desorientan todos los éxodos y estoy pintando punto por punto suelo de mapas de una batalla que se ha podrido por esperar y ahora la boto y le debo darle toda la espalda a ese temporal que a mar abierto repetitivo finge quedarse con mi embarazo pero lo remo a todo pescante siempre del lado del temporal que repentino entabla la siembra a bastón y pulso le he resistido por ser del ancho de una gacela su hábil pintura lo he visto cano trueno y señal. . Hierve la casta en el arrecife hasta un hervor de cima y cigarra pecho latente de paz urdida entre dos cementos de pan esquivo como el espanto de roja lima mi hedor amargo es un solo espacio que se me eleva por sobre el campo de los hervores de cielo claro como una estrella en cada burbuja quieta y distancia voy empujando y si la consigo es de cada salto que se le esconden todos los aires hasta que explotan globitos de agua con sal de pronto que no te quiero ver encerrada ni en una globa que se levanta y ahora se vuela y ahora se va se va se va hacia el hombro de un relicario que ha hervido en llama que me ha llamado para contarme todo la vela que se ha encendido y que soplada por el globito pincha la llave de cada urdimbre como acicate de conventillo chapa y edad sumida en polvo que esparce en aguas sus humedales para estrellarlas en cada casco óvalo frágil cáscara en mano quema las hojas de dos colores y lo alimenta con un silencio de larga lengua crecida dentro de esta barrera lamida en callos callado acento de caries vieja como vapores enmudecidos que han encallado en la libertad. . Lazos atávicos de una conciencia de fondo nada y nado entre todo con cada lazo y en una estría de quinta duna volé falsías volé metrallas educativas que me agraciaron con sus memorias de sol liviano de un solo estío de un solo ramo tanta inocencia puso en mi cama todo su espacio para envolverme con una letra de cielo esclavo. De falso lazo mojé los monjes de cada esquina y en cada curva de sus harapos bolsillos flacos de una derrota mojé la causa de la falsía con solo un lazo fue libertario mi nuevo lazo nuevo mi brazo que hizo los gestos del liberado golpeando el nido de la academia me lo amputaron y fui una venus sin querer verme en el extremo de un inventario y tuve un lazo en cada laurel y harta del humo de los conjuntos trabé sus ruedas con polizones para la idea de verme libre encerrada y libre entre laureles de cuatro lazos lazos franceses y portugueses un lazo inglés y mi propio lazo. Vi falsedades en mi conciencia inmunizando su falsedad y anduve cerca de todo el bien prueba que anduve cerca del mal y quién educa al educador y quién posee la libertad vi la miseria de ese gran cuerpo acentuando el filo de labios frescos lamiendo el filo de su moral morada espina de sus laureles mora madura que se cosecha con un puñal. ¡ Se sucedieron cuarenta días de un solo parto para sembrarlos en la cosecha de viernes nítidos como una sombra desairó al robo y al ver la cama de mi aire hendido lo corrí a mi aire con mi otra pierna la pierna suelta la pierna sola que se dobló que sé quebrada de impertinencias como campanas desde las seis de cielos viejos como señales por las que anduve con el dominio con dos miradas de sol bolsillo mi vieja fiesta qué
  • 14. disparada se fue despacio como una bala de cansancio y no me digas que está el dominio en corral austero al que bajo en copas de mi propio árbol círculo hierro mi árbol esbelto copa de alcohol mi copa de hoja de hoja mi estrella que se deshoja que se pregunta que si la quiero sin ir al barco de cuarentenas por ser de esposas mi escalinata y si hay dominio será el gemelo o el del rechazo y quién te ha dicho mi perro flaco como atadura de seminario que me libera este hermano añejo si yo lo veo con seis narices revolfatealdo con seis narices por mi candil y desesperas que por ceguera te lo había dicho mi perro amigo no vea los pasos del liberado con una mano sobra de dedos más que una mano cinco señales o una amenaza cuarenta nenas tiene el dominio y ni un solo macho qué se ha mutado mi perro viejo viejo mi perro no me destroces mandibulando colmillos anchos como barajas de soledad. ¡ Ay ay no sé con qué se me durmió la boca de cada pez su escama que superior no es ni cansado de hablar sin padecer ser sólo quien dice lo que otros quieren y aquí me estrecho con mi sudor que se me escapa como la voz de este dolor agudo como vestido de ánima corro a su presa para cortarle la rendición y me tropieza un coro de ranas disciplinadas que están groqueándome los tobillos como en un cepo de norma altiva y ya me arrastran a su laguna busco en la forma de este calor la gota que halle a mis humedades con sólo un brazo me fue amputada esta huída fresca contra el estero cremoso de una vertiente que se lastima roja de puesto bajo la risa que me ha olvidado y que me subía ya estoy hundiendo mis cavidades me queda un labio trazo inferior con el que invoco a medias y a medias voces temblor de calles que me calle dicen y me encierro adentro como una caja de sensación para no tajearle la mano hundida tiemblo este cuerpo mi hoja de fiebre que el aire arquea desciende y crema y estoy al viento como quejido de pesadilla saco mi brazo con el que espero buscar mi labio para pedirle que por su favor se calle a tiempo si no me quiere ver adherida a cualquier pared mancha marrón de cuerpo y sangre que cae al cómo para escaparse por las acequias a bendecirlas por ser de cauce su cometido que rompe un vaso que está brindando con otro vaso vacío el cuerpo me está quedando por esta pérdida y me arrepiento de haberles hecho y también del hecho de haberles visto sin sus ropajes no quise hacerlo pero me vieron mis propios ojos cuando el asombro de pelo erguido les quitó honor a tantos curiosos que tengo enfrente ahora de este brillo que me lapida con golpes bajos de palo santo quebracho suelto vuelo hacia el área de mis insultos palo campeche no me quisieron que me he cortado y he lastimado mi condición en este espacio dónde me llevan que no es castigo ni suficiente que se me vaya toda mi sangre toda que chirria como un aullido de escarabajo y que me olvida por renunciar ante este temblor. # De la verdad la sola espero que vuelva por donde el medio se trasladó sólo un costado se le aguzaba de algún gusano por sus oídos me dijo poco pero se dijo la todavía cuando subía por los ramajes su higuera loca la que bastaba para que un día fuera el de siempre por ser eterno mezcló a su mar con su todo sol como había dicho con su locura recuerdo haberlo trepando hasta aquel su ojo aquel de la sombra de su rincón aquél más alto que tentaciones de cada rama buscó el estrecho medir de su vestidura que le flaqueaba por su cabeza la que flameaba por él por su andar de viento era su verdad y no fue cuerpo lo que moría ni puso el aire sobre las cruces porque le fueron devueltas como se hacen vestidos con el alma a su lavandera que a río abierto y repetidor le dijo poco pero se dijo que no era tanto repetitivo sin hacer huecos no habría vacío se puso el ante para después y lanzó las velas por el racimo para envolverse en un paradero de ruiseñores que por tenaz encontró el aroma al final de cabo de su canción. ‘. ¡ Quemo mi propia nave con la lupa torcida en un desvelo y la quemo si se niega altráfico de venas veneradas y las quemo con vidrio que es como saturarlas de cortes y mesetas desde donde las miro. Es que no abordo
  • 15. las vasijas desde su precipicio desde el que me alimento jugando al equilibrio y aferro el abordaje desde mis paredones por ser aire y racimo y en el aire me quemo con plumas que he robado de un jardín de un invierno que me quema los sueños con llamas de su nieve y en su nevarcallado me incinera el deseo de estar incinerada con otros que me queman los ojos que han quemado. Y son mis viejas naves flotantes de un asombro lineal como las gotas de una mejilla plana lineal como el asombro de las plumas mojadas. Y las quemo cortándoles de un basta la garganta por si llevan madera a una arena sin playa sin gránulo y sin cauce y sin temor las corto con las llamas de un dedo enceguecido que está ardiendo hacia adentro y hacia el árbol sin ramas… y estoy aquí sentada ante la llama que surge desde el túnel de mi lupa doblada por mis dedos tan sucios como el oro mercante y le compro el total de pasajes hacia el campo del frío donde quebró su mástil y antes de verla hundida la enciendo con mi lupa y le incendio sus causas. () Volver no halla su base en el estrecho de los olvidos…su raíz es la partida de los mandarines hacia el imperio de las luces encerradas al vacío total…yo sólo reconozco dinástico al sol y a una molécula de amor. ¡ Qué vida la de esta latitud. Pareciera una gran ausencia de sucesiones de muerte y nacimiento clavada al piso de esta caverna nueva una ausencia lindante con la lid fotografía de instantes sucesivos distintos de la noche sólo por omisión y arrebato de sombras carnavalescas de mediodía cubierta con la nieve de los trópicos y el sudor de cada paranoia desplazada del aire por la brújula de la melancolía fija y oscura grandilocuente y sorda quieta y espía petrificada y bailarina de círculos viciosos y un gran empalamiento riguroso con un mortal golpe de basta para esta caja de silencio. . . Basta de ayes León nos bastan sueños para hacer cauces señal de selva virgen inmigrante y de malón rayano en lo temporal que mira lanzas y lanza espinas al paso hueco que se establecen éxodos nuevos y no murmures que no hay sonido que se repita hoy tallo piedras con plumas de ganso y círculos exiguos y círculos fantásticos esperan de las ruinas monocordes estertores de vida mientras me extiendo en cada nube polvorienta para hallar de su sino la virtud y en cada movimiento y en mínima quietud encallo empalada al cepo de la tierra que empuja cordones de cuello angelical descorriendo estandartes con piratas a cuestas y ya la verás fértil en el hueco de su propia muerte.’. . Vine nacida y muerta muerta y nacida vivo muriendo y la borracha verdad camina a tientas precisa de un corral culpable es la verdad culpa es la carne culpable es la razón culpa es la nada culpa es del foro de los árboles que creen en la razón sin existencia y en qué puedo creer si en esta copa no hay más que un cúmulo de ramas secas. . Y cada cual a su propia jaula, tuve que hacerlo. Cada vez que les hablo de mis visiones pisoteo el aire desde la puerta de mi jaulón y los espero con un cuchillo en cada dedo. Ustedes me enrostrarán se dice, que por qué tanta precaución si la vida es bella y ha sido viva para vivirla y será por eso, por esto mismo que para hacerlo no hay más remedio que la atención. Y estáis atentos de esta manera tan peculiar, me dijo un cura de homilía lenta como su diástole al tiempo que resoplaba entre un trapo de piso sus paramecios, que no, devolvíle el coágulo, que no siempre aunque le pese a su eternidad, la que anda por su cabeza que no
  • 16. flamea ay mi padrastro de la bondad, y qué significa tamaña angustia llameó el hipércrita sin separar sus garricúreas del altar ceñudo en el que dibujaba miles de hostias con su compás. Hace algunos tiempos pasea mi lengua trífida y al apoyarla contra el espectro de mi otro suelo fue que los huesos de mis dos pies comiéndose su carne y bebiendo de ella me protestaron la decisión. Pobre de usted, qué horrorizado que se lo ve, nunca antes había presenciado tamaña crueldad –porque después- dijo mi lengua mientras calzaba en su desnudez tres mocasines de cuero de víbora de coral, oh sí, legítimos, de los que curan cánceres. El cuero y ellas mismas a mi casta lengua así le ofrecían sus compañías y desde entonces paseó mi lengua por los sentidos de mi utopía y al invertirse mi posición bajó la sangre hasta mi cabeza por las arterias que me quedaban sin aneurismas y vivo a coágulo y transfusión, qué voy a hacer, el precio es alto pero lo pago, he decidido contarles todo lo que he sabido que le ocurrió a la negra Antonia y por qué su lengua la enmudeció. # Suena la roca en otra roca que está sonando viene del pliegue de la mortaja de ese corsario viene y se burla risa mortaja sin jajajá y así bailá negra mortal sin tu jajajá… una sola vez se baila negra que estrena zapatos malos que no los pisa porno mirarlos hasta que llegue un día cortés… cada vez que se los pone pisa y tropieza con su rosario collar colgado por su otro cuello de la llanura sobre su nuez… sale del humo que se levanta desde que frota con su pasado sale lamiendo cada una arruga que le aparece por su vejez y no está sola le sobra un brazo con quien escala un instinto manco hacia un ejército de instintos flacos nube presidio por cadaver. . Somos producto de un largo camino todos los verdes con sal de los soles somos el cebo de la luz anclada al lastre fijo de las bendiciones y somos cuento con sabor a mares y mares altos montañas de nidos somos un cauce de sangre bordada bordada al filo de un arma de fuego somos el fuego del viento encendido y el corazón del verde corazón ay y ay somos. Somos una carne de animal dormido sucio por las aguas de la encrucijada y un pelo sediento flotando en los charcos de arenas extrañas… nos amarra el cabo con el que seguimos clamando en las puertas y una puerta rota se deshace en besos de boca pintada. Somos un barco cadenero y un coro de piratas de fronteras difusas interrumpe el paseo ritual y maldice presidios en flor y nos golpean lunas de ríos sin sed y somos chapas durmientes sin riel yes hoy que somos latir de espiga trunca crudeza de la espuma tallo de piedra conquista de la fe. ¡ Me embalsamó esta libertad para conservarme como tabú. ¡ Tengo la pasión por sombra sobre la que escalero las mudanzas y a las patas del hambre les agradezco que no sean sagradas por lo que calla y por lo que rueda por lo que ensayo a la hora del alma. # Algo me indicaba una presencia además de la mía. Recorrí las paredes y su interior y el interior de las vasijas en el que nadaban cencerros nerviosos y chirriantes que indicaban que mi imaginación era certeza no sensible aún sino certera sensación vigente en mis caderas que explotaban de impotencia frente al paso del tiempo ante el que me distraía en pequeños recuerdos de violaciones consumadas por la grey. Giré en órbitas sucesivas dentro de mi aquella circunstancial morada en un sentido y en algunos otros ya que no llegué a consumir mis recursos en dos movimientos contradictorios aunque debo confesar ante el altar de
  • 17. un rosario largo rosario rosa de Dakar de arena espina vuela en la cresta de cada brazo breva desierta laguna fina defina llaga de algún debate y se ha debatido entre rosas verdes vencido al cabo cerebro tenue señal sonora repetitiva cave a lo largo de mi presagio que ya lo vence como a barquito de temporal. ¡ No ofrecía dificultades el camino hacia la higuera aunque las hormigas le hacían la guerra y los pasos debían ser oriundos de la estrategia. Pude saltar el charco que me alejaba de las correas colgantes a cielo abierto y no conocí y no conocí luego un lugar que ejecutara todo su trino a pico pleno a pluma desplegada en un semicírculo de abrazos sin retroceso por no haber hundido el pico sin su castigo correspondiente que cierre el pico me lo habían dicho pero aquél día en el que el árbol de la semana se hacía un vestido para no ser réprobo tropecé un cuarto de mis deseos con una infamia y mordí la sangre de mis silencios hasta segarlos con dos palabras. Quise llevarle al árbol mis velas rosas y alumbrarle las sienes de cada rama pero lo hallaron guardias de cerradura y solté un tercio de mis deseos y ahogaron risas cada palabra que no llegué a conocer cuando un no lapidario rompió mi boca con cuatro sábanas que no recuerdo si fueron muertas en algún campo agónico. Me ordenaron volver a mi trabajo de cada día y que cuál era él si se podía saber que para cuidar árboles estaban ellos y que no los tocara ni con los ojos que para eso estamos nosotros y que se si se me volvía a ocurrir dejar puertas abiertas a tales impulsos de esa arrogancia se verían ante la desgracia de mis despojos que no por ser ellos pagos dejaban de profesar amor por sus recelos y que si encontraban rondas profanas con derecho todo profanarían el culto que hacía yo de aquel instinto y que no comprendían cómo lograba existir gente tan tan desordenada y confusa que llegara a creer que es para sí cualquier deseo cumplible y que qué raro y extraño y abominable entendían ellos los guardias que hubiera álguienes tan descarados y pornográficos y que se limpiaban las bocas por temor al efecto que ellas hicieran con sus vestidos y además que cómo me llamaban si tenía asignada alguna clasificación numérica al menos y en qué lugar habitaría ser semejante a una tía abuela que tuvieron sus padres de los de ellos digo respetables que pobres no sufrieran desde sus lechos tamaño recuerdo y que me retire con urgencia doble de sus presencias una por madre si no prefería que se abatiera sobre mi imbécil destino un castigo que sirviera al imitador que estuviere por nacer y que me fuera y que me retírese ya vagabunda tome sus velas y desparezca. () Yo vine de una balsa sucesiva que me dispuso a ver otras hermanas flotando en la laguna esférica de mi procedencia y flagrando en el agua. No vine de un solo enfrentamiento ni de una máscara mortal ni coincidí por naturaleza con la naturaleza del frío dilatándose vivo al sol de la existencia ni vine a nado obedeciéndole porque he curvado el río contra su voluntad y dirigí mis pasos desde los marabúes a los cóndores y en su cada pliegue de verdad soy sólo su propiedad y en cada vuelo amigo del engaño bebí las sucesiones diseminadas en otras cuatro balsas que a un mástil aferré con sus palabras nacidas de las lanzas y lancé una vertiente y un lunar para el sol. No me preguntes… No me preguntes por qué vine a nado por qué es la sed y el agua su respuesta vine hace tiempo y eso ya es mucho porque no siempre me ha sucedido venir anclada como la sombra de una medalla dormida en héroes yacentes en su tregua impuesta al corazón vine por calles de la unión ilegítima de la sal y el calor y tuve que negarlo y negarme a su vez para llegar a ser la síntesis de mi propio fantasma. Vine de cada risa para ser risa de las murallas y en un suelo partido partí la savia partí la savia y vine por otro cauce que no es el mismo sino anterior. Hay que sacudirse los suelos partidos y pisar los otros nacidos de la penitencia. Hay un corazón sisando flores y una flor que me espera en la pastura para hacerme ser amigo de contiendas y entre ese corazón y la pastura hay un tenaz aviso que me indica el motivo de la angustia y el sol de la tormenta preside cada estiba de lunares discípulos ante los que maldice por costumbre y prescribe por
  • 18. túnica amarga de carne vieja débil espectro fue cultivado sin altivez. Corren es que los persigue la vergüenza. . Graba lo grande tibia tibieza a mi alrededor vivo con ella o muero en ella creo que sí. . Quema el candil mi sed entera salud pupila que brindar deseo con lágrima de sol tu asiento lejos aquí y allá descorro el alba que cubre mi manantial curvas y luces piedras y celo sed de mi noche lamo con lengua de mi sopor lazo de mieles de mi corsé ese soy yo. . Es un mar que me cela mar anduve que me le entibió música al anduve y es un naranjo el labio que le he visto casi un la vio en marea que se mece que me sé que ha sido que se me como la vio mi labio tumefacto desde aquel sombra beso entimecido inexistenme por favor alivio favor de un ante para mí que leve por delante de mi estrella contusa que eleve amante que vuele. . En la sombra saltaban los latidos de la estrella diurna cuando me equivoqué por última vez la vi debajo de mí. . Tuercen los vastos rojos en cajones de claveles llorosos y amarronan la sed de la jota al corsé de su lealtad la rota en cada milagro viejo en donde se combinan lo neutro y lo diverso y más allá de cada sueño los puertos de la boca en donde nos halla de cada espera el alimento luego el silencio inexistente como un agónico interludio de parajes que pugnan por pintarse los labios y amarran lo marrón a un solo carro y consiguen un beso de mis dedos. Lloran las sombras junto al clavel alado y estallan los cajones mientras tuerzo mi vasto ante la esquina de tus rincones que me estiran la sed de mi cansancio y se beben la lid de boca a boca y hay dos voces que gritan que he llegado muy lejos y chocan y se envuelven y vuelven a chocar de vasto a boca de jota a giro de giro a puerto en un corsé de brazos y milagros que quieren ser corsé cepo y espacio violuntariamente. Parten mis nubes la verdad y el suelo me estira las razones y abre tus melodías mientras bailo en su adentro y se agitan tus mares gota a gota atenazándolas en cada clave y es la y es un mi y es un do que estrella su bramido contra la cara azul de tu deseo en las mil contorsiones de tu estrella ciego dirijo mi intuición al cauce brotando a golpes alborotadamente sucesivos bailo bailo bailo hasta las tres fisuras de tu madrugada entre las que me acuso dibujando tu sangre vasta y palpable. . Nunca tuvimos casa ni paciencia ni olvido nunca ni ni puse el cauce al pecho de la espera porque fue un solo ni lo que me dio lo nunca casa aunque fue un nunca no tan solo el descuido para el final del aunque por casa no he tenido ni nunca ni ni ni un sólo solo sol para ladrillo de cansar y espacio apilonado y mío. No solo no tuvimos paciente libre y casi sin que asome la lengua corte con la corteza de un cerebro dormido y hacer callar la calle de la palabra nueva misión de sosegada plenitud al alcance de la razón de un pelo que se enredó en mi casa y estranguló mi aspecto y se durmió esperando comprender con su lógica de exclusión y vacío el choque entre dos sílabas que no recuerdo ahora por qué se habían unido y devolvió los ni porque sí por qué si no para qué si no sería el ni si no pregunto si por casa ha venido a decir qué es mejor si el hermético duelo del místico suspiro se entrecortó con sangre de un basta sugerido.
  • 19. ¡ Suben bastas por el filo de la sangre y se me escurre el sol en sus orillas y me sube la voz por las heridas que fastidian la lid y el pulso errátil que no pueden hacerle reverencias al camino del hambre porque no son capaces del asombro ni se han puesto la sombra como carne y no creo que logren detenerla si es retoño de mármoles y hiedras y porque basta su voz la de mi sangre le saluda con aires de ceniza ya que no quedan rastros de los cuerpos que salieron al paso ni los pasos que pudieron salir de los nuestros para ponerse a salvo. No es que afirme que subo con su voz ya que esto es cierto. Sí, no crea en mi locura sólo por aparentar parentescos lejanos y de este modo creerse a salvo de la suya, quisiera que cuidara usted de sus impulsos y no midiera santos por su túnica. Descanse, no me juzgue o si prefiere no lo haga, no le parece mejor encontrar alternativas a quedar prisioneros de dos llagas, una buena y mala la otra y una nada en el medio, una inconmensurable nada que nos dice extraordinariamente nada. Sí, creo, cómo dejar de hacerlo si se exprime la sed con otras sedes y se alimentan dioses con escamas. Qué derecho me asistiría si no fuera creyente y con qué lana habría de hallarme en este laberinto o a quién río curvaríamos con tan exiguas manos. Sí, creo. . Aparece en uno de esos llanos hemisferios y encarna en su mirada el agua quieta de un tanque ensombrecido por pobres ventisqueras de latidos menores y esparce la colmena de las horas volátiles y mata la antigua latitud aislante con una grieta roja como el agua de mis penas sube por la escala de mi asombro y se mece en el barro sitiador de la reja y empalma con la fe en una cruzada con la que llegan al seno de la risa y lo acaricia para verse sentada entre dos garras que hacen dobles saludos simultáneos surgidos de una mano señalada y de otra con dos dedos de ceniza. ¡ Nube es el canto de la canción sin tregua que sube por la piedra que es a su vez la rosa y es a su vez la espina y es a su rosapiedra a quien le muerden los labios sus escamas nubes de espinas raza de flores extintas que clavan sus clamores al pie de una mentira anta la cual persignan sus deseos y lloran su destino ante sus nadas. . Era como un túnel de viento por el que se colaban trabajosos cartuchos de libertad mientras golpeaban a la noche los perdigones de su sonrisa que fue muy suya aunque fuera mía tal como un gesto fui desposado ante su ausencia apolillado como un león blanco que hubo segado alguna cosecha de corazones cuatro maderas como sus sueños sueño pinceles de dignidad sin reverencias ni eucaristías o vías mayores que sus proclamas de pelo duro crin de una vida sinrodillada se habían bebido su pincelazo de óleo a la cal. # Allí está el verde del seis de soles comiéndose las rejas con la manga porque una ha muerto escapando vivo por error y se viajó entre ellas reptantes sombras de sus sentidos y fue a la sed a buscar ayuda vadeando mares cruzó silencios y se adentró en la cadena de la niebla vistiéndose de seda miserable como un arpón sin fiesta. Salió como salen pocos de su agujero lamiendo el eco de los sillones contra los cuerpos y sumergido en cada desierto olfateó el tiempo que insumiría en cruzar a nado y tuvo algún sueño de desembarco cuando lo hastiaron con cinco ruidos por cada paso hasta que el péndulo hundió sus dedos y un culatazo rompió su mano. .
  • 20. Sorpresivo fue el ánimo que lo vistió de luto a ese maldito pálido le dijo Antonia según parece a su perro flaco que vagabundo remó dos días entre las suelas de su canoa para llevarle a la tribu virgen la extremaunción del nuevo suceso antorchado encima ya de una aldea que ardiendo viva gritaba al hijo de lusitana que dos puñales lo enterrarían hasta encontrarlo en algún misterio hasta encontrarlo lo seguirían con sus clamores de sus venganzas que muy ganadas se lo tenían vengan verdades que han hecho mérito estos malvados. No crees que grande sol debería asolarlos hasta el buen día en que sus rodillas le suplicasen me dijo Antonia por qué desgracia nos ha abatido y con qué causas de ensañamiento si causa es justa me cortaría hasta la garganta con mi pañuelo para dejarlas que se me escapen a mis palabras y que se vuelen si tienen vuelo y que si tuviera un corazón débil te lo daría mi perro hambriento para estrellarlo en tus tripas viejas y yo arrancarme la compasión que debo echarla antes que me hunda la muy piadosa bajo la crema crema rojiza crema cremada de este dolor que se ha partido cuando rompieron los cuerpos nuestros por obra y gracia de puro espanto no creas que miento mi amigo antiguo como los padres del más acá que lo ocurrido con nuestra sangre no es conocido porque no es sangre dicen las armas del asesino que truenan hondo como en la casa del más allá y sí no es sangre que si no es sangre será algún líquido que se les halla a estos animales porque al abrirlos saltan pedazos que no nos manchan pero se incrustan en los vestidos qué extraño e impúdico líquido el de estas bestias que ha corroído nuestras espadas pero es es… es menester darle fuego a la paja del rancherío y fuego a esta imagen tallada en tronco y fuego al agua de esta región y fuego al fuego de sus rencores que saltan de esos que se parecen a algunos ojos y fuego fuego más fuegos que no nos toquen con sus miradas sarna del mundo y si no se queman abran las puertas de sus heridas sazónenlas a estas babosas con sal de mar que allí está cercano y ágil como estas llamas que ya les queman mi compasión. Aquélla bestia ostenta las formas de una mujer córtenle la cabeza que allí la hoguera espera su turno disciplinada luego del paso de la anarquía que se la corten o es que han perdido la fe en el bien o bien es qué… qué qué es lo que no le encuentran y qué significa tamaño embuste que habré de creer si es que me auguran que no hay cabeza en este animal y que si es cierto mejor que sea por lo que entraña un motín ahora en este momento que se aparten le digo lo quiero ver con mis propios huesos de explorador y de adelantado de nuestro imperio que qué será esto que le flamea sobre sus hombros tan transparente que no lo veo si no lo intuyo no posee huesos que lo contengan y es su cabeza sin la belleza de nuestra estética qué magro horror qué exuberantes malformaciones me siento enfermo sobre la historia que arde mis manos y qué se me ocurre que estoy tan tieso y están las rejas de la abadía y no lo están que se me borran las certidumbres de mi razón y me enceguezco y ahora los veo a los esqueletos de mi familia y por qué resigno mi bello cuerpo ante esta bestia descabellada que no me mira pero me aterra que por a terra es todo un castigo qué estoy diciendo de qué castigo me estoy culpando si es una bestia estaré loco mi dignidad que busco alivio en la crema sucia de sus heridas que veo rojiza y zambullo mi alma que aún me responde y golpeo mi cuerpo y lo escupo y quiebro uno de mis brazos que no responde a ningún deseo mas está dicho debo ordenarla antes de perderme entre los vagidos de esta locura gritarles la orden de que se aleje de que te alejes de que mis hombres que aún le responden a mi razón aten la bestia con sus quejidos y que la callen que te callen que hagan silencios con tu ruindad pero que la callen cállenla por favor cállenla que estoy perdido entre su vestigio preso mi cuerpo que no le miren su maleficio y llevénsela pronto hasta algún pozo que sea seguro y violéntenla rompan su cuerpo que de él no escape ninguna gota no le respeten la propia sombra de es bandera sobre sus hombros vómito oscuro y que no escape ninguna chispa de su furor. . Albina de la entrada compasiva comparsa de la historia vestida de juventa dominio de lo ascético apela a la virtud en cada luz de calas verdas de agonía y trae un solitario y un pañal para el sol. .
  • 21. Pared reseca torpe figura de pie en su cerco pared la aqueja tanta pared por qué se queja mi vanidad por un latido de campanario que la censura si pestañea pobre de sí. . Es como la borrachera de la caña que se dobla ante el furor y ante los fuegos y es la mano del sol quien dirime sus llamas y la plebe es el canto de la guerra sin tregua que sube por la piedra que es a su vez la rosa y es a su vez la espina y es a su espina roma que le hace dedicar una palabra y es a su rosapiedra a quien le muerden los labios sus proclamas nube de razaflores no tintas clavan pie de clamores a una mentira deseos persignan ante sus nadas. # Corro por la tregua. No imploro. He llegado al río de las catacumbas humanas. Fastidio. Me asemejo a los corceles bravíos en su estupidez. Oh, qué horror, allí hay una sirena seccionada que gime las gotas de la roca sudorosa. Extraño. Retuerce su cuerpo como una almohada de insomnios. No ha logrado seducir a su presa. Fue cortada por una navaja de peluquero ebrio. Él no conocía las bondades del pez. Había profesado en otra época utilitarismo por las mujeres. Las sabía dóciles el infeliz. Ayudó a su párpado a no cerrarse en mitad del suspiro. Lo apuntaló con una tijera dentada. Pavoneó su fortaleza espiritual glosando un ‘Gloria’. Cruzó la avenida superpoblada de tracción a sangre. Paseó su lengua por cada uno de sus labios al escuchar mi canto. Martirio. Ay de mí, si por sólo un instante se dignaran las voces del naufragio, entonaba a gritos. Fue hasta el cajón a oír los maullidos del tejado. Uno de ellos le produjo asco y a punto estuvo de abandonar y echar a correr. O de correr lo hecho. Pero se detuvo creyendo que dominaba sus movimientos el infeliz. Dejó a un lado el baúl henchido de monedas con un heroico gesto de estertor intestinal. El ceño se le fruncía como un esfínter. Insistían. A medida que iban presentándose inventariaba sus recursos. Algún día imprimiría el catálogo que le devolvería su capacidad de lucha. Al enemigo debo conocerlo. Sonriente. Cómo sonreiría si su experiencia nula le bastaba para identificar esas sonrisas. Le bastaba, a su vez, con recordar sus elementos de trabajo, entre los cuales encontraría las mismas sonrisas, al menos en el perfil de su tijera dentada. Había extraviado el asco en el tejado. Mordió salvajemente sin él. Se ayudó con los dedos y las palmas y las uñas de su mano sucia. Empuje. Le desgarró hasta la última escama. A golpes de cálculo infinitesimal las demolió una por una. Con todo el éter a su favor concentró en cada hueso el sonido de su silencio. Crujieron moléculas vertebrales. La mano libre llegó a su frente. La certeza. Dos de sus dedos se decidieron a triturar la perfecta circunferencia carente de pestañas y párpados. Descienda. Viró las suyas hacia el espejo principal. Recibió la primera duda. La certeza inmediata no se posesiona de lo verdadero. Busque consuelo. Es increíble que se presente este despojo como verdad absoluta. ¿Tendrá su ser verdad absoluta para mi torpe conciencia?. Hundió su extremidad con destreza de cirujano. El interior del cuerpo de la sirena ya era laxo. Los senos pendulaban hacia adentro. Títere. No conocía a Ceres y Baco pero izaba su duda en el mástil de mi estupidez. Oh, navaja de mi emoción, he seccionado con tu fatal ayuda, he derruído y explorado con mis propias manos y aprehendido de su cuerpo hasta la sonrisa, ya ósea. No me atrevo, no soy tan atrevido como para desplegarme y perderme en la profundidad de mi espíritu en busca de su alma. Sonríe. Me ha burlado la muy astuta, # Hacen época las máquinas en el basural hasta que el agua les tape los tobillos y la leche esferada procede a desmitificar los corazones del transistor sin cuerdas ni rocíos hacia lo que vagamos en la tundra de este sacrificio arponeados al sol por la sal cubiertos sin la piel del trino que sugiere verdades musicales para no hendirnos en ondas Malvinas y laureles frisados al oleaje de notas y de olvidos. Inclino los cerebros hacia el
  • 22. cinismo qué es ficción de un presagio. Hay un sonido austero en cada sinsabor y voy clavando talones en la tierra acompasados talones de un asombro detrás de mi sentido que marcha hacia la esquina agónica de la que cuelga el tiempo conocido. Hay mucho y también mucho ay. Estoy en el espacio de la exactitud clavado al eje de la ignorancia petrificado y escucho que hay un ay en cada palma y un ay se rompe al verse risueño en otro que no hay… ¿ Reconozco que ha sido un lugar reservado a los tormentos un campo río de piedra de cascada traviesa su ramaje candente de rítmicos atuendos una capa de carne para mi alma dormida y un manto para el viento que se lleva su arena golpea destroza y pisa para seguir haciendo de su arena su vida y qué sería de mis vientos emplumados e hirvientes si les robo su gránulo de arena mínimo como la sangre de un guerrero perdido que ha perdido su pecho derramándosele hacia afuera de sí de sus mares de sus vientos actuales como el grano primero y por pecho por gránulo por corazón y roca por abrazo y por hijos los hermana en las quietudes condóreas de la tierra en todos los refugios para que al extendernos toquemos palmeemos abracemos acariciados hermanos de una ronda de plata con los pies derruidos y el alma encallecida con las piernas en cruz y los brazos abiertos por mariposas verdirrojas y por barcos remados por nosotros y el viento hiriente que no quiso matarlo al verde portugués. ¡ Es hora de la espera que nace endeble como yacen las hojas que caen de abajo como naciendo tomarse el agua no sé si es esto lo que me bebo ni sé si es sólo lo que debo ancho y no es tanto como y acerco mis oropeles y aros y esteros que penden casi como en el humo de este papel que se quema y calla como mi tótem y rompo los dientes de blanco acento que amarillea por mis vejeces y cómo haré para estar despierta si es noche si se me escapa para su adentro mi propia sombra no creas en ella que ni mi estalla pero se queja y acaso crea que es de medida mi talla plana no te parece que es una sola luz la que me habla si no la escuchas deberías verla nadar en aires de esta agonía que dé cabida que le dé el habla al puro escozor que es verde como el sol en hoyes que aclaman desde la mesa de mis adentros y no me creas mi perro viejo que es una pluma cercada en aguas de mediodía y es la pelusa de un ojo claro la que me dice que se ve nada en este cristal que partido estuvo por donde escapan mis humedades de larga sala como una cuadra de noviciado sesenta camas tuvo la cuadra y ni un solo amor sesenta hermanos tenía mi cuadra y ni un solo plato no te preocupes mi perro flaco que no es de noche cuando llegaron para llevárselos cuando una escala de frío subió por las heladas de un sol de exilio sol alumbrado por las estrellas de los guardianes de cada ausencia casi un mapuche sin su febrero de un mar celado como la vida de esta cosecha que es prematura me dijo un guardia que se lamía los estertores que ajenos ruiden en los sonidos del gran acá. () No fui su misa la encadenante en cada estrujo de mis harapos se hizo vestido con poco toldo cada su estaño soldó maderas para mangrullo por su cadena cuentaganado preferí cuentos de natalicios o ceremonias matrimoniales dónde los diablos me están buscando en un monaguillo de sacristía detrás del humo de cada abismo y fui de cables a ver el trono de los pedazos de los misales que se planean para el descenso no me descuides calor de selva que no es mi cuerpo todo de alambre diseminado en un gran desorden como la vetustez de una epidermis se va y me traza camino entrópico mi amigo perro qué estás mordiendo que te quema como un engaño a su bebedor no lo presiona como un agobio de postraciones a ver si puedes floja tu escarcha que se derrite por cualquier beso no lo sabía qué es lo que veo a mis pies de barro no se humedecen con lluvias largas pesco diluvio de alguna queja que se ha mojado con sólo un llanto río y me siento en cada pañuelo para abordarles todos los nombres desde una roca vi de la historia su torta encinta
  • 23. en la curiosidad inexistente de cada uno de sus dos ojos soslayados en los que resaltaba una sucesión de fotografías lentas como la aprehensión de la verdad. Amanecí en mi propia noche para ver a los que te lastiman madre mi madre vieja que se hace sangre con la cosecha de chairas pescadoras nadantes de una senda que no se abre por sortilegio alguno ni nos deja pasar como en milagros de mares obedientes madre no derruiré las desventuras superchéricas de los médicos declarándome en romance eterno con tu mar plácido y en mi cabestro un corazón de rienda potrancuda señalará el enredo de la siesta entre esta marginal lucha entre cabos que son los que me han atado a tu cabeza de negra viva viva mi negra mis negros viven con mi deseo sus venas tiñen de amarillo tenue como un campo de muertos y las beso y le construyo merecidas lápidas con tafetán de mariposas lagrimales por cada caldo despectivo en el que me ha saboreado su presencia de muerte lenta en cada uno de sus ojos vendados de un solo lazo sí trasparente seguro sí porque no me perdía su perfil cuando escaldaba las curvas con mi paso apresurado de hormiga encelo de cuervo huérfano escapándole al suyo a su paso digo paso mis horas mejores del atardecer especulando con la miopía del sol y con mi lengua de estropajo atrasado en la faena ingrata de borrarle mis huellas a su voraz olfato voy montada en una caravana de huesos te lo había dicho mi perro flaco mi perro me da su lomo fosforescente como la espalda con que sostengo la expedición de cabo a cabo verde en los huesos de la cadencia de cada paso con que florezco en florcitas tiernas de un solo día que en feria trunca de calle indigna valen un beso de mariposas para la siembra con que alimento a la sombra ciega de la que escapo mientras destripa con sus platillos de cada mano mula enemiga que por ceguera no vi acercarse sin acercarse ni vi su sombra de mujer buena sonriente hirsuta que sopesando su cada plato de su balanza susurra al suelo del condenado por soñar alto que sólo un sueño sujeta el cabo y es suficiente con un solo ya te has ganado la defunción. Pero dónde está en qué cementerio en qué destajo de soledad laboriosa disecada a golpes de puro cuento como en caballitos de madera en pelo de gran ausencia te fuiste dónde que no te veo ni con tres ojos de mirar lejos ésos que alcanzan y que someten en un instante hasta la memoria sin perturbarle sus ataduras a la nostalgia dónde estarás que arremolino la sangre como en un circulento salticar de festejo y es un festejo que es fiesta sucia como la sangre que te acaricia la que te busca porque te odia por las esquinas de los musgones de telaraña para invitarte a tu funeral. Qué harán dos caras con tu presencia de muerte lenta con tus platitos con tus cadenas de un socavón que hace de invierno cada estación entre la que ayuno por ser de yugo mi postración la que te lastima con cruces amplias de rechonchona tus caras dobles de calavera legal fatal muestra los dientes del embarazo canta su arrope sin vestiduras pena los sueños de un hombre encelo reja sonriente celda persuade con que encarcelas mi libertad. # Allí viene Satán pauperizado por el cauce del fuego que le ha llegado a la garganta y lo ahorca en la fe con dos sentidos contradictorios que lucen dentaduras por descuido con la desesperación que canturrea ante la pérdida de su juventud. Allí va hacia la verja de los amores tibios que se llenan los ojos con blancuras y poses y festejos para atrasar relojes pasionarios tras las almohadas de la senectud prematura gravidez del crepúsculo erguido en las bodegas de la sangre añejada en el ristre de la rodilla histórica y vencida. Allí va por las ruinas de la virtud recogiendo sus vestiduras rígidas como el aspecto mortal de un inventario hacia las vetas más sabias del olivo que le dieron a sorbos filosóficos de sorbonas domadas en patrias comarcales entre alambres y postes y tranqueras y se saca la tierra de los huesos y salió a la ventana de esas cárceles y saludó a los guardias ya todos los que demás estaban en la siembra del caracol sin alas y dispuso su vuelo hacia los candelabros de madera y racimo enraizados al peso de su propio destino… y al escuchar sus quejas rompí los trípodes de la razón inválida reptante entre las guías de cada monasterio deispuesta a abrir querencias de patrias arrazadas con lunas bailando en sus gargantas y una comarca de cien mil supernovas su cada corazón.
  • 24. ¡ Pueblo de día muerto sin alba ni cementerio se fue acercando con cada casa pasillo en mano de su silencio que fue negado como el camino que no se ha vuelto y estuvo quieto quieto presencia y bajo de aspecto tierra su calle de dos enaguas chapas sin viento ni una sola hoja se ha levantado para yoverlo. Se ha hecho de noche tarde suicida no ha resistido su cruento gota de polvo seco en su todo pueblo techo en la paja barro y almendro marrón de charco sin animales sin movimiento en los que me escucho sin entablarlo al sonido esfera de ese brillante corral su angosto medir de capa sucia de barro en su todo suelo que no es de nadie sus propiedades brillan en manos sin pie sin dedos que le degüellen todos su cuello mi pobre esfera de un corralito sol que estás ido nube insidiosa no dejas verme todo su brillo dejo las dudas en la tranquera y a puro cepo cambia el espacio que se recorre aún más hasta aquella portón de ceibos puerta sin flor puerta ni llama para su hielo que es abandono mi pobre pueblo que entra en un cuarto que es casi un tercio por lo que encierra y es una cama para colgarse a dormir es hora que te despierte fotografía de invernadero que quiere verte mi pueblo quiere mostrar su todo y se queda quieto se queda y quiere fotografiarse con las visitas se posa junto de pie en su estampa junto a las todas que no volvieron mi pobre pueblo. . Pido perdón por los pocos lazos que me hallan como en la cueva del milenio piden perdón los huesos y en mitad del camino la laguna del puente detrás de la mitad y al fondo el mimbre como vapor de pinos. Piden las que han bebido de los que beberán flotan y se comprimen más allá de sus manchas se dilatan distintas como ruidos en suelo. Ante la cabellera del agua crujen cenizas de lo bebido calma la sangre nada envejece alrededor de sus huecos la sombra la luz crece se endurecen la imagen y calzan y recuestan más allá por completo. Una gota ha comenzado a llamear señal bebida en la oscuridad no hay casa por su parte y el patrón de los huertos se halla medido por hortalizas con la vara precisa de su noche lineal. No hay casa por mi parte se ha parado mi tiempo se ha parado su viento de molino del campo detrás del montecito pido perdón por pocos en pocos cercos cada semilla la luz se ajusta a su oscuridad. Más allá del camino del puente detrás de su mitad crece la rojizona de gotas de vapor amarillentamente. # Es necesario dijo mi perro que la constancia en la que dije que hubo dormido con sus laureles digo no creo que represente manufactura de plenitud la que estuvo al cabo de cinco risas por donde hallé que los cuentos que me contaron tanto de cada acontecimiento que redondeaba la historia viva y la historia oculta y la que lo ocultaba a su referido de alguna forma ocultable digo fue todo un bello sanguinolento soñar en algo que tan redondo debía de serlo que su imposible sería el callar perfecto callar a cuestas de algún suceso de alguno o más pero sí de alguno de los sucesos que le permitan a quien contase por decidirse a contar su tinta para la letra que se comprenda quién diferencia la letra negra de la lectura de la conciencia yo soy del día en que los camellos dejaron libres sus cantimploras en las que me siento a tejer historias que empujen siempre hacia algún desierto siempre que puedan de muchas aguas por eso digo no sé si es esto lo que les debo pero les digo que si lo he dicho a mi largo cuento es porque vivirlo me ha resultado todo un esfuerzo. ………………final de Crisol de Sábanas, dfa, buenos aires 1988…….