1. CISTITIS
DEFINICION:
La cistitis es una infección de la parte baja del tracto urinario, en concreto de la
vejiga, que es causada por bacterias; causando una sensación de ardor al orinar,
sangre en la orina, dolor, fiebre u otros síntomas.
Su incidencia es mayor en el sexo femenino, debido a que las mujeres tienen la
uretra más corta y se encuentra más cerca del ano, lo que permite a las bacterias
llegar con facilidad a la apertura de la vagina y, de ahí, hasta la uretra y la vejiga.
Por el contrario, el hombre tiene la uretra más larga, y además la próstata secreta
una sustancia con un efecto bactericida, que evita el ascenso espontáneo de los
microorganismos.
Está provocada por la invasión de microorganismos en el tracto urinario. Puede
producirse por dos vías diferentes: por el extremo inferior de las vías
urinarias (abertura en la punta del pene o de la uretra, según se trate de un hombre
o de una mujer), que es el caso más frecuente; o bien a través del flujo sanguíneo,
en cuyo caso la infección afecta directamente a los riñones.
Las infecciones de las vías urinarias más habituales son las producidas por bacterias,
aunque también pueden presentarse a causa de virus, hongos o parásitos. De
muchas de ellas es responsable la bacteria llamada Escherichia coli, que
normalmente vive en el intestino. Infección de orina o del tracto urinario son
expresiones que engloban diferentes enfermedades infecciosas (producidas por un
microorganismo o germen) y que afectan a cualquier parte del sistema urinario
(riñón, uréteres, vejiga urinaria o uretra).
ETIOLOGIA:
Obstrucción uretral (la más frecuente).
La mayoría de los casos, una infección bacteriana causa la cistitis y el agente
infeccioso es la bacteria E. Coli que se aloja en el tracto gastrointestinal.
La cistitis es más común en las mujeres debido a la corta longitud de la
uretra.
En las mujeres, la presión sobre la vejiga durante el embarazo.
El acto sexual, aumenta el riesgo de cistitis. Es relativamente frecuente la
aparición en la mujer de cistitis tras el matrimonio, en lo que se conoce como
la “cistitis de la Recién Casada”.
FISIOPATOLOGIA:
2. La invasión del tracto urinario está determinada por las características de la
bacteria, el tamaño del inóculo y las alteraciones en los mecanismos de defensa del
huésped. La mayoría de los microorganismos ingresan por la uretra, desde donde
ascienden a la vejiga. El origen de estas bacterias es la flora fecal y los reservorios
vaginales. Una vez sucede la colonización del meato uretral, el ingreso se facilita por
factores mecánicos, como obstrucción del flujo urinario, trauma, reflujo
vesicoureteral, disfunción vesical neurogénica, relaciones sexuales o la presencia de
sonda vesical. Otros factores relevantes son acidez de la orina, hiperosmolaridad
renal y diabetes mellitus. El acto sexual predispone a la colonización de la uretra y la
vejiga, y se requiere la integridad de los mecanismos de defensa del huésped para
erradicar los microorganismos.
SIGNOS Y SINTOMAS:
Necesidad urgente y frecuente de orinar.
Picazón, ardor o quemazón en la uretra al orinar.
Enrojecimiento de la vulva y picor vaginal (en las mujeres).
Dolor al orinar y en las relaciones sexuales.
Color turbio, lechoso (espeso) o anormal de la orina.
Olor fétido o fuerte de la orina.
Aparición de sangre en la orina.
Fiebre y escalofríos (la fiebre puede significar que la infección ha alcanzado
los riñones).
Vómitos y náuseas.
Dolor en el costado o espalda (indica infección en los riñones).
A menudo, las mujeres sienten una ligera presión por encima del hueso
púbico y muchos hombres sienten una dilatación del recto.
Estar más irritable de lo normal.
DIAGNOSTIGO:
Las pruebas y análisis que tendrán que realizarse al paciente con cistitis dependerán
de la zona donde se presume que radica la infección y de los síntomas que éste
padezca. Algunas de las pruebas más generales son las siguientes:
Examen físico: El médico palpa la zona abdominal y pélvica del paciente para
detectar los lugares con dolor o con enrojecimiento.
Análisis de orina: Con una muestra de orina del paciente se examina si ésta
contiene algún agente infeccioso (germen nocivo).
Cultivos de orina, líquido vaginal o líquido uretral: Se siembra una gota de
algunos de estos líquidos en una placa con nutrientes para bacterias y,
después de transcurridas varias horas para que éstas crezcan, se determina
3. qué tipo de bacteria es la causante de la infección y qué antibióticos pueden
resultar efectivos (antibiograma).
Citoscopia: Consiste en introducir por la uretra un tubo provisto de lentes y
luz para observar directamente el estado de la uretra y la vejiga urinaria.
Ecografía abdominal: Es un estudio indoloro del abdomen que se realiza
mediante ultrasonidos que forman una imagen en un monitor.
Urografía: Es una radiografía del riñón, para la cual hay que inyectar
previamente una sustancia que creará un contraste y el riñón podrá ser
observado con facilidad.
TRATAMIENTOS:
El tratamiento de la cistitis depende de si es complicada o no complicada, y se
deben tener en cuenta los factores de riesgo. El tratamiento con
antibióticos contribuye a la eliminación de los microorganismos, al alivio de la
sintomatología y previene la aparición de complicaciones, recurrencias o la
cronificación del proceso.
El enfoque terapéutico es diferente ante un episodio esporádico o uno con cistitis
de repetición. Los episodios esporádicos en mujeres tienden a tratarse de forma
empírica. El antibiótico elegido debe ser efectivo frente a los patógenos habituales,
alcanzar concentraciones suficientes en orina y con toxicidad baja, como las
cefalosporinas, quinolonas, aminoglucósidos o fosfomicina trometamol. La vía de
administración de elección, salvo que no sea posible, es la oral.
Respecto a la duración del tratamiento, algunos autores afirman que la terapia
monodosis consigue la curación clínico-bacteriológica en más del 80% de los casos
de cistitis no complicadas. Sin embargo, la pauta más aceptada actualmente es la de
tres días con un antimicrobiano de amplio espectro, para que cese la sintomatología
y el urocultivo sea negativo.
La tasa de resistencia microbiana a los antibióticos ha sufrido importantes
variaciones en la última década. Las cepas de E. coli han mostrado un notable
incremento en la resistencia a los antimicrobianos de uso habitual, sobre todo a
quinolonas. Por tanto, las quinolonas, en España, no son actualmente un fármaco
de primera elección.
Las opciones de tratamiento recomendadas para las cistitis incluyen la fosfomicina,
algunos beta-lactámicos y cefalosporinas orales de segunda y tercera generación, y
el cotrimoxazol (si las tasas de resistencia son menores del 10-20%).
En el caso de cistitis recurrentes, además del tratamiento antibiótico del episodio
agudo, se contemplan también factores anatómicos o funcionales y la realización de
prácticas higiénico dietéticas profilácticas, como la abundante ingesta hídrica, el
4. lavado perineal frecuente, no retrasar la micción ante el inicio del deseo, o vaciar la
vejiga antes y después del coito. El tratamiento antibiótico en estas pacientes suele
ser de 3-7 días, desaconsejándose la dosis única. Si las infecciones persisten, se hace
necesaria la administración de antisépticos urinarios profilácticos.
Otros tratamientos complementarios incluyen la aplicación tópica de estrógenos
intravaginales a bajas dosis, y la administración de yogures orales ricos en
Lactobacillus (o tópicos), que disminuyen la colonización vaginal por
enterobacterias y también contribuyen al control de los episodios.
INTERVENCIONES DE ENFERMERIA:
El (la) enfermero (a) debe indagar los antecedentes de signos y síntomas, de las vías
urinarias interrogando al paciente con posible infección es importante señalar por
escrito la presencia del dolor ,poliuria, urgencia para la micción ,y dificultad para la
emisión del chorro así como cambio de la orina. También se pregunta sobre los
hábitos.
Planeación: Aliviar el dolor y molestias, además dar un mejor conocimiento
de las medidas preventivas y curativas.
Orientación:
Beba líquidos, 8 ó 9 vasos de agua por día.
Las mujeres que sufren de cistitis frecuentemente, deben beber un
vaso de agua antes del acto sexual y orinar al finalizar; esto ayuda a
evacuar cualquier bacteria alojada en la uretra.
No se siente con un traje de baño mojado por mucho tiempo.
Las mujeres deben evitar desodorantes vaginales, baños de burbujas
u otras sustancias irritantes.
Después de defecar, las mujeres se deben limpiar de adelante hacia
atrás para no contaminar la entrada de la uretra con restos fecales.
Informe a la enferma que haya tenido infección del aparato urinario
durante el embarazo que se haga estudios ulteriores.
BIBLIOGRAFIA:
http://www.dmedicina.com/enfermedades/ginecologicas/infeccion-urinaria.html
http://www.webconsultas.com/cistitis/cistitis-468
http://es.slideshare.net/radiofonico/cistitis
http://www.aibarra.org/apuntes/criticos/Guias/Infecciosos/Infeccion_de_la_via_urin
aria_inferior.pdf