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  1. 1. Recursos poéticos Figuras literarias
  2. 2. La anáfora Es una figura que consiste en la repetición de una o más palabras al principio de versos o enunciados sucesivos, poniendo énfasis en el elemento reiterado. La anáfora es uno de los medios que sirven para lograr coherencia y unidad sintácticas. Es el caso de los siguientes versos de Blanca Varela, pertenecientes a “Canto villano”: mea culpa ojo turbio mea culpa negro bocado mea culpa divina náusea
  3. 3. XIV ¡Cuídate, España de tu propia España! ¡Cuídate de la hoz sin el martillo, cuídate del martillo sin la hoz! ¡Cuídate de la víctima apesar suyo, del verdugo apesar suyo y del indiferente apesar suyo! ¡Cuídate del que, antes de que cante el gallo, negárate tres veces, y del que te negó, después, tres veces! ¡Cuídate de las calaveras sin las tibias, y de las tibias sin las calaveras! ¡Cuídate de los nuevos poderosos! ¡Cuídate del que come tus cadáveres, del que devora muertos a tus vivos! ¡Cuídate del leal ciento por ciento! ¡Cuídate del cielo más acá del aire y cuídate del aire más allá del cielo! ¡Cuídate de los que te aman! ¡Cuídate de tus héroes! ¡Cuídate de tus muertos! ¡Cuídate de la República! ¡Cuídate del futuro!... César Vallejo, España, aparta de mí este cáliz
  4. 4. La antítesis Figura que consiste en la contraposición de dos palabras o frases de significación opuesta, o términos subjetivos que se perciben como opuestos. Fue muy utilizada en el Barroco y en el Romanticismo. La contraposición puede surgir por medio de formas negativas: “Que muero porque no muero” (Santa Teresa). También es posible que el poeta logre oponer en sus versos términos que, semánticamente, no se oponen en la lengua: “púrpura nevada o nieve roja” (Luis de Góngora). La forma más contrastada y sintética de la antítesis se denomina oxímoron: “música callada” (San Juan de la Cruz).
  5. 5. Variaciones sobre un tema de Jorge Guillén nada casi nada: cielo aletazos de nada en la nada: vuelo y el cielo que se vuelve suelo todo casi todo: suelo aletazos de todo en todo: nado y el suelo que se vuelve cielo nada casi nada: suelo todo casi todo: cielo Jorge Eduardo Eielson, Tema y variaciones
  6. 6. El hipérbaton Figura sintáctica que consiste en la alteración del orden de algunos elementos de la oración respecto al que normalmente presentan. Por lo general, sirve para destacar el elemento desplazado al primer lugar. En la literatura en lengua española, Luis de Góngora y Argote es considerado un maestro en el arte del hipérbaton. Lo utilizamos también en el lenguaje cotidiano, en expresiones como “Si mal no recuerdo” y “A Dios gracias”.
  7. 7. El olvido No es tu final como una copa vana que hay que apurar. Arroja el casco, y muere. Por eso lentamente levantas en tu mano un brillo o su mención, y arden tus dedos, como una nieve súbita. Está y no estuvo, pero estuvo y calla. El frío quema y en tus ojos nace su memoria. Recordar es obsceno; peor: es triste. Olvidar es morir. Con dignidad murió. Su sombra cruza. Vicente Aleixandre, Poemas de la consumación
  8. 8. La metáfora Es una comparación que equipara dos objetos (personas, animales, cosas, eventualmente conceptos) a partir de una cualidad sensible que ambos comparten. En “manos de nieve”, se comparan las manos con la nieve en la medida en que los dos objetos son de color blanco o connotan frialdad. Esta figura retórica, que se empleó en la literatura clásica, desaparece durante la Edad Media y vuelve a surgir a inicios del Renacimiento.
  9. 9. La metáfora puede adoptar varias formas. La más común, también llamada símil o comparación, es aquella que hace evidente el término comparativo, con el empleo de nexos del tipo de “como”, “cual”, “así”, “igual que”, etc.; por ejemplo: “suave como la espuma”. Pero hay otras formas que usan o bien la preposición “de” (“cabellos de oro”), o bien el verbo ser (“Tu vientre es una lucha de raíces”). Incluso hay formas en que el nexo gramatical no aparece. Cuando la relación entre los objetos es ya muy conocida, puede suprimirse uno de ellos. Así, en el Siglo de Oro, era frecuente decir “oro” en vez de cabello, pues a menudo se había comparado el cabello rubio con el oro, a veces con alguna calificación, como “oro undoso” (con ondas).
  10. 10. Toast La inquieta fronda rubia de tu pelo hace de mí un raptor; hace de mí un gorrión la derramada taza de tu pelo. La colina irisada de tu pecho hace de mí un pintor; hace de mí un alción la levantada ola de tu pecho. Rebaño tibio bajo el sol tu cuerpo hace de mí un pastor; hace de mí un halcón el apretado blanco de tu cuerpo. Javier Sologuren (1921-2004)
  11. 11. La imagen Puede ser definida como un cuadro visual. Es también, en muchos casos, una comparación que no se descifra porque el término comparativo no es evidente y, si se fuerza una equivalencia, solo se obtiene un resultado aproximado. “La verdadera imagen comunica muchas cosas a la vez”. Para Bachelard, es producto de la imaginación pura, no de la percepción, y es creadora de lenguaje. En una imagen como “nuestras vidas eran barcos al mediodía”, el complejo de sensaciones, ideas y sentimientos que convoca “barcos al mediodía” es demasiado amplio como para que hallemos una sola equivalencia con “nuestras vidas”. Ezra Pound, el gran poeta norteamericano, definió la imagen como “un complejo intelectual y emocional en un instante de tiempo”.
  12. 12. Visitas A través de la noche urbana de piedra y sequía entra el campo a mi cuarto. Alarga brazos verdes con pulseras de pájaros, con pulseras de hojas. Lleva un río de la mano. El cielo del campo también entra, con su cesta de joyas acabadas de cortar. Y el mar se sienta junto a mí, extendiendo su cola blanquísima en el suelo. Del silencio brota un árbol. Del árbol cuelgan palabras hermosas que brillan, maduran, caen. En mi frente, cueva que habita un relámpago… Pero todo se ha poblado de alas. Octavio Paz
  13. 13. El símbolo Es un recurso complejo para cuyo desciframiento hay que recurrir a la experiencia, a la cultura o al marco que propone cada poema. Aun así, muchas veces permanece hermético. Hay símbolos más o menos extendidos, como “piedra” = dureza; “círculo” = perfección; “olivo” = paz. Pero hay otros privativos de un autor o de una obra. En “La niña de la lámpara azul”, de Eguren, el personaje no puede ser reducido a “ilusión”, “amor”, “poesía” ni nociones parecidas. Su sentido permanece abierto. La presencia de un sentido simbólico puede ser subrayada por la insuficiencia del sentido literal en el contexto en que el término simbólico aparece.
  14. 14. El albatros Suelen, por divertirse, los mozos marineros cazar albatros, grandes pájaros de los mares que siguen lentamente, indolentes viajeros, al barco, que navega sobre abismos y azares. Apenas los arrojan allí sobre cubierta, príncipes del azul, torpes y avergonzados, el ala grande y blanca aflojan como muerta y la dejan, cual remos, caer a sus costados. ¡Qué débil y qué inútil ahora el viajero alado! Él, antes tan hermoso, ¡qué grotesco en el suelo! Con su pipa uno de ellos el pico le ha quemado, otro imita, renqueando, del inválido el vuelo. El poeta es igual … Allá arriba, en la altura, ¡qué importan flechas, rayos, tempestad desatada! Desterrado en el mundo, concluyó la aventura: ¡sus alas de gigante no le sirven de nada! Charles Baudelaire, Las flores del mal
  15. 15. La sinestesia Consiste en la mezcla de sensaciones provenientes de distintos sentidos. Así, “música espectral” es una sinestesia porque la música se percibe con el oído y lo espectral, con la vista. Como la imagen y el símbolo, se emplea de manera frecuente durante el Simbolismo. También se usa en el habla corriente, como “color chillón”, que involucra los sentidos de la vista y el oído, o como “dulce melodía”, que mezcla la percepción gustativa con la auditiva. Puede tomar diversas formas, desde la adjetivación, como en los casos anteriores, a la comparación como en “Correspondencias”, de Baudelaire: perfumes “verdes como praderas”.
  16. 16. El poeta pide a su amor que le escriba Amor de mis entrañas, viva muerte, en vano espero tu palabra escrita y pienso, con la flor que se marchita, que si vivo sin mí quiero perderte. El aire es inmortal, la piedra inerte ni conoce la sombra ni la evita. Corazón interior no necesita la miel helada que la luna vierte . Pero yo te sufrí, rasgué mis venas, tigre y paloma, sobre tu cintura en duelo de mordiscos y azucenas. Llena, pues de palabras mi locura o déjame vivir en mi serena noche del alma para siempre oscura. Federico García Lorca, Sonetos del amor oscuro
  17. 17. La alegoría Se desarrolló durante el Medievo, que fue una época ciega ante las sensaciones. Consiste en equiparar una idea con un objeto y en ella el término de comparación no es una cualidad sensible, sino un concepto. En ella el término denotado se refiere a un significado oculto o connotado. Así, la religión puede ser comparada con un árbol en la medida en que los dos dan sombra o protección al individuo; también podemos comparar la fe con una fuente, según la idea de que las dos apagan la sed del ser humano. En ambos casos, ni la religión ni la fe son mencionadas.
  18. 18. Anoche, cuando dormía… Anoche, cuando dormía, soñé, ¡bendita ilusión!, que una fontana fluía dentro de mi corazón. Di, ¿por qué acequia escondida, agua, vienes hasta mí, manantial de nueva vida en donde nunca bebí? Anoche, mientras dormía, soñé, ¡bendita ilusión!, que una colmena tenía dentro de mi corazón, y las doradas abejas iban fabricando en él, con las amarguras viejas blanda cera y dulce miel. Anoche, mientras dormía, soñé, ¡bendita ilusión!, que un ardiente sol lucía dentro de mi corazón. Era ardiente porque daba calores de rojo hogar, y era sol porque alumbraba y porque hacía llorar. Anoche, mientras dormía soñé, ¡bendita ilusión, que era Dios lo que tenía dentro de mi corazón. Antonio Machado (1875-1939)
  19. 19. Reconocer las figuras en los siguientes versos: - “Oí sonidos de aves, dulces y moduladas”. - “Eres simple, Rubén, como el aire que huía”. - “En la orilla contemplo / suaves, ligeras, /con sus penachos finos, las cañaveras”. - “Cuando quiero llorar no lloro / y a veces lloro sin querer”. - “El valle es de oro amargo”. - “El ramaje denso de árboles y árboles de angustia”. - “Borro palabras nuevamente / borro pájaros hojas secas viento / borro todo por fin”. - “En el cenit azul, una caricia rosa”. - “Volverán las oscuras golondrinas / de tu balcón sus nidos a colgar”. - “Morir como una rosa cortada al fuego de la noche”. - “Viene por las calles / a la luna parva,/ un caballo muerto / en antigua batalla”.
  20. 20. Elementos del discurso poético
  21. 21. El yo poético También llamado “yo lírico” o “hablante lírico”, es la voz que habla en el poema. Por ejemplo, “Esta tarde llueve, como nunca; y no / tengo ganas de vivir, corazón” (Vallejo). El yo poético existe en el ámbito del poema y no tiene que ver, necesariamente, con el yo real o empírico; pertenece al mundo imaginario. Algunas veces esa voz es impersonal, pero se expresa en un tono que es posible describir. Tal es el caso de “Ser río que corre, ser nube que pasa” (Chocano).
  22. 22. El tono poético Es la perspectiva o actitud que asume el yo poético y que guarda relación con las emociones que revela esta voz y sus modulaciones. Así, en el fragmento siguiente se puede reconocer un tono melancólico: “Las tardes rielan / en mi memoria / tal amarillas / fotografías” (Francisco Bendezú). En esta estrofa, en cambio, el tono es rebelde y de reclamación: “Basta ya de agonía. No me importa / la soledad, la angustia ni la nada. / Estoy harto de escombros y de sombras. / Quiero salir al sol. […]” (Alejandro Romualdo)
  23. 23. El tema poético Aunque en la lírica la ausencia de contexto es notoria, siempre es posible identificar las circunstancias en que se “dice” el poema y establecer el tema principal al que se refiere. Reconocemos el tema porque a él se supeditan los demás elementos significativos del poema. Así, por ejemplo, el tema puede ser el amor fraternal, el contraste entre la vida y la muerte, o una estación del año, entre muchos otros. En el poema de García Lorca, antes citado, el tema es el abandono del ser amado.
  24. 24. Pasos para el análisis  Lectura general del poema. División en partes o unidades.  Identificación de los asuntos.  Reconocimiento y caracterización del yo poético.  Análisis externo: búsqueda de regularidades, paralelismos y distanciamientos de las normas. Reconocimiento del tono del poema.  Análisis interno: identificación de las figuras retóricas o literarias.  Formulación de hipótesis de interpretación: el tema poético y su formulación.
  25. 25. Texto consultado Angelo Marchese y Joaquín Forradellas. Diccionario de retórica, crítica y terminología literaria. 4ª edición, Barcelona, Ariel, 1994.

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