proyecto de mayo inicial 5 añitos aprender es bueno para tu niño
San Francisco y la Dirección Espiritual
1. SAN FRANCISCO DE SALES Y LA DIRECCIÓN
ESPIRITUAL
INSPECTORIA SAN PEDRO CLAVER
CENTRO INSPECTORIAL DE ESPIRITUALIDAD SALESIANA
2. El gran humanismo lleno de las virtudes cristianas
cultivadas desde su infancia, el profundo sentido de su
vida orientada siempre a hacer la voluntad de Dios, el
deseo de servir al prójimo y la rica formación
académica, hacen de Francisco un hombre
excepcional. Ordenado sacerdote el 18 de diciembre
de 1593, pronto será requerido por el obispo Mons.
Granier para confiarle la misión en el Chablais, dada
la solicitud del duque Carlos Manuel, ante la
abjuración de enrique IV, la cual le dará un poco de
paz a ésta región.
3. Francisco asume la misión encomendada,
no obstante los riesgos que ésta representa;
será en la realización de dicha tarea donde se
le conoce por su intrepidez apostólica, por la
claridad y profundidad de su doctrina, por su
capacidad de diálogo y de convicción, como
también por la creatividad pastoral al
implementar nuevas estrategias que hicieran
efectiva la misión, ante los desafíos del
protestantismo.
4. Francisco comenzará recurriendo a la predicación pero, ante la poca
asistencia de los habitantes de aquella región y el poco resultado de tanto
trabajo, cambiará de método y por eso se da a la tarea de poner por escrito
los principales argumentos para la defensa de la fe católica, fijándolas en
diversas partes, tirándolas por debajo de las puertas, expresándose así:
“Hubiera preferido ser escuchado; a falta de ello procuraré poner la
máxima claridad en lo escrito (…) éstas páginas llevarán a vuestras casas
lo que no habéis querido escuchar en la Iglesia. Satisfarán, sin duda, a
quienes, por toda respuesta a mis argumentos, dicen que querrían oírlo en
presencia del ministro (…) ahora podrán confrontar estos argumentos con
sus ministros”.
Tales argumentos puestos por escrito darán origen a su primera obra:
Meditaciones sobre la Iglesia. Este cambio de estrategia o de método
pastoral comenzará a producir sus primeros frutos, en cuanto a
conversiones se refiere, en la primavera de 1595.
5. Dice Andrè Ravier que “Francisco obtiene la
reconquista espiritual del Chablais con la pobreza y
los peligros, en medio de las contradicciones, las
calumnias y los insultos”. Nosotros consideramos
que ésta experiencia unida a toda su riqueza
personal y a su formación, consolida, en él, al gran
pastor de almas en quien don Bosco se inspira para
llevar adelante la misión en medio de los jóvenes,
con la caridad y la dulzura de éste gran santo, que
ahora estudiaremos como verdadero director
espiritual.
6. San Francisco de Sales y la Dirección Espiritual
En el acercamiento al camino formativo de San Francisco de
Sales hemos podido constatar la importancia que ya tiene para
él, el acompañamiento o la dirección espiritual, basta recordar
que cuando llega a Padua a estudiar el Derecho, lo primero que
hace es buscar un director espiritual y va justamente donde los
jesuitas para ponerse bajo la guía del P. Antonio Possevino.
Nuestro interés ahora es acercarnos, no a la experiencia que él
vivió como dirigido, sino a la experiencia de la dirección
espiritual ejercida por él.
7. Exigencias de la Dirección espiritual
“Ayudar a cada persona en particular,
acompañarla personalmente, aconsejarla,
eventualmente corregir sus errores,
animarla, todo esto requiere de tiempo,
de paciencia, y de un esfuerzo constante
de discernimiento”;
Dice Francisco que esto no es sólo tarea
de “religiosos y gente devoción”, sino
que es la principal tarea y ocupación del
obispo:
8. “Principalmente a los obispos
pertenece el perfeccionar las
almas, por cuanto su orden es
suprema entre los hombres, como
la de los serafines entre los
ángeles, de manera que el tiempo
no muy ocupado no puede
emplearse mejor que en este
ejercicio.
9. Los antiguos obispos y padres de la Iglesia
tenían mucha afición a sus cargos y por eso
no dejaban el cuidado de conducir las almas
que querían valerse de su asistencia, como
se ve en sus epístolas; imitando a los
apóstoles que, en medio de la siega general
del universo, recogieron ciertas espigas con
una especial y particular atención”.
10. Así como él mismo lo experimentó,
Francisco considera que toda persona
que quiere hacer la voluntad de Dios,
tiene la necesidad de un director o guía
espiritual; a esto dedica todo el capítulo
IV de la Primera parte de La
introducción a la vida Devota.
Dicho capítulo resulta ser toda una
instrucción acerca de la importancia de
la dirección espiritual y de la manera
como debe buscarse la guía o director,
así como también el estilo de relación
que se debe entablar entre el director o
guía y la persona dirigida.
11. Así, inspirado en el texto bíblico de
Tob 5, 3., en el que Tobit le pide a su
hijo Tobías que “busque un hombre
de confianza para que lo
acompañe”, Francisco dice: “De la
misma manera te digo yo, Filotea
mía. ¿Quieres con más seguridad
caminar a la devoción? Busca pues
un hombre virtuoso que te adiestre y
guíe”.
12. Rasgos del Director Espiritual, según
Francisco de Sales.
Ya en la exhortación a Filotea vemos unos
rasgos propios que deben caracterizar al
director, según Francisco: que sea un
hombre virtuoso, que además debe saber
adiestrar y guiar; sin embargo, en la medida
en que avanza describiendo la importancia y
la necesidad de la dirección espiritual,
identifica al director espiritual como el
amigo fiel que nos presenta la Sagrada
Escritura:
13. Este amigo:
brinda una fuerte protección,
es un medicamento de vida e inmortalidad,
guía las acciones con avisos y consejos,
es como un tesoro de sabiduría en nuestras
aflicciones, tristezas y trabajos,
sirve de medicina para aliviar y consolar los
corazones en las indisposiciones espirituales,
guarda del mal y procura el bien,
ante una enfermedad evitará que sea de
muerte.
14. Este tipo de amigo o de guía solamente lo hallan los sabios,
los humildes, los que temen a Dios, por eso le recomienda a
Filotea: “Pues que te importa tanto, oh Filotea, el caminar con
una buena guía en este santo camino de la devoción, ruega a
Dios con una grande instancia te dé una, que sea según su
corazón; y no dudes porque cuando debiera enviarte un ángel,
como hizo al joven Tobías, te enviará una fiel y buena”.
15. Aparecen así otros rasgos
característicos del
director espiritual en el
pensamiento de
Francisco, es decir, el
director o la guía
espiritual ha de ser según
el corazón de Dios y por
eso es como un ángel.
16. Por eso… Filotea, “no la has de considerar
como un hombre simple; y esto sin confiarte
en ella ni en su humano saber, sino en solo
Dios. El cual te favorecerá y hablará por
medio de este hombre, poniéndole en la boca
y corazón aquello que fuere necesario para tu
salud; y así le debes escuchar como a un
ángel que baja del cielo para guiarte a él”.
el director espiritual para la persona dirigida
17. Todavía, haciendo
mención de Santa
Teresa de Ávila, da
otros rasgos propios del
director: “Ha de ser
lleno de caridad, de
ciencia y de prudencia;
y faltándole una de
estas partes, será
faltarle mucho”.
18. El modo como debe proceder Filotea ante el director
espiritual
Por su parte, a Filotea, a la amante, a la enamorada de
Dios, le recomienda que, además de pedirle a Dios le
conceda una buena guía o un buen director, bajo cuyo
acompañamiento y obediencia pueda encontrar con mayor
seguridad su voluntad, tenga presente las siguientes
indicaciones:
19. “Has de tratar con él con abierto corazón, con toda
sinceridad y fidelidad, manifestándole claramente tu
bien y tu mal sin fantasía ni disimulación; y por este
medio tu bien será examinado y más seguro, y tu
mal será corregido y remediado: hallaráste aliviada
y fortificada en tus aflicciones y reglada en tus
consolaciones”.
20. Características de la Relación entre Director y la persona
dirigida
Francisco caracteriza el tipo de relación que se establece
entre el director o la guía espiritual y la persona dirigida o
Filotea. Ante todo, ya le ha indicado que, siendo esa guía o
director como un ángel, no lo debe considerar como un
hombre simple; de otra parte, retoma el tema de la amistad a
la luz de la Sagrada Escritura, teniendo presente que sólo
Dios, es quien concede ese tipo amistad, la cual se caracteriza
por ser “firme y dulce, santa, sagrada, divina y espiritual”.
21. Las diversas maneras de la dirección
espiritual en Francisco
•El diálogo Personal
• Dirección espiritual comunitaria
• A través de sus escritos
• Epistolar
22. En la personal, aunque está el diálogo personal,
sin embargo, se recurre normalmente a las otros
maneras, es decir, el diálogo, por medio de sus
escritos y a través de las cartas.
La comunitaria la ejerce a través de las
predicaciones, en especial, siguiendo los
momentos fuertes del año litúrgico y las
celebraciones de los Santos Patronos o
devociones particulares de la comunidad, como
también durante los retiros y los ejercicios
espirituales; además, la comunidad también se
beneficia de la dirección espiritual por medio de
los libros de devoción.
23. La presencia de Francisco de Sales suscitaba
un creciente interés, tanto por parte de la
burguesía, como de las personas devotas de la
época.
Era constantemente invitado a predicar
ciclos de Cuaresma o Adviento en no pocas
ciudades, tanto de su diócesis como fuera de
ella. Es así como conoce a la baronesa de
Chantal, en Dijon. Pero no fue caso único.
Aquella misma Cuaresma de 1604 también
propició su encuentro con Madamme Brulart,
con quien mantuvo una correspondencia
epistolar hasta 1608.
24. Dirección espiritual a través de sus escritos
“Podemos decir que estos
pobres libros —como los definía
Francisco—fueron a la vez un
prodigio de síntesis y de
novedad: de síntesis porque
heredaban todas las mejores
doctrinas espirituales del
pasado; de novedad porque las
entregaban al futuro con nueva
formulación y nuevo aliento”.
25. LA INTRODUCCIÓN A LA VIDA DEVOTA:
A Filotea… “amante… enamorada de Dios”.
26. La Filotea, surge de la experiencia de la dirección
espiritual personal hecha texto:
“Un alma en extremo enamorada de la virtud,
habiendo (tiempo ha) alcanzado de Dios la gracia de
querer aspirar a la vida devota, deseó a este fin mi
particular asistencia; y yo que, la tenía diversas
obligaciones, y que había mucho tiempo antes notado
en ella gran disposición para este desinio, procuré con
todo cuidado instruirla; y habiéndola conducido por
todos los ejercicios importantes a su deseo y condición,
la dejé por escrito algunas memorias, para que en ellas
hallase ayuda que pudiese facilitar mejor su intento”.
27. En ese sentido, La Introducción a la
vida devota recoge una serie de escritos
—a manera de pequeños tratados
espirituales—, que su autor habría
dirigido a diversas personas. El hilo
conductor sería la correspondencia
dirigida a la señora de Charmoisy, a
quien acompaña desde la vida mundana
de la corte a la vida interior y espiritual
propia de quien está comprometida con
el Señor.
28. Fuentes de la espiritualidad de la Filotea
El P. Ravier descubre hasta cuatro corrientes de espiritualidad
que se hallan a la base de la vida devota.
Una primera corriente procedería de las obras clásicas de la
espiritualidad popular tales como:
La imitación de Cristo, de Tomas de Kempis (1380-1471),
y
Vida de Cristo, de Ludovico el Cartujano (1300-1370). Son
dos obras centradas en la vida de Cristo y propuestas para su
imitación, si bien dirigidas preferentemente a quienes viven
consagrados a Dios en la vida religiosa.
29. Una segunda corriente proviene del
humanismo renacentista.
Se pusieron de moda las obras de los
Padres de la Iglesia, San Agustín y San
Buenaventura sobre todo, y se trató de
aproximar la espiritualidad de los Padres
con el humanismo reinante.
En este sentido descuella el esfuerzo
realizado por Pierre Charron (1541-
1603), que en su Tratado de la sabiduría
presentaba la sabiduría más como el fruto
de una teología y una moral natural que
como una doctrina revelada.
30. La tercera corriente procede de la
mística renano-flamenca, que prendió
fuertemente en el salón de Mme. Accarie.
Un asiduo de este salón e influido
poderosamente por esta corriente mística
es Pedro de Berulio, que lo deja
reflejado en su obra Breve discurso
sobre la abnegación interior.
Benoit de Canfeld, en efecto, había
traducido del flamenco al francés las
obras de Ruysbroek, Perla evangélica y
Bodas espirituales.
31. La cuarta corriente es la escuela mística española, al
parecer es la que más influyó en la espiritualidad
salesiana. Francisco aconsejaba frecuentemente la
lectura de las obras de:
Fray Luis de Granada (Guía de pecadores y
Memorial de la vida cristiana),
las obras de Teresa de Ávila, impregnadas de una
sencillez espiritual que alentaba con optimismo al alma
devota deseosa de avanzar en la perfección.
Ya en esta línea se había movido un siglo antes en
Francia el rector de la universidad de La Sorbornne,
Gerson, en sus conocidas obras El ABC de la gente
sencilla.
32. Estilo de la obra
El libro tiene un acento cordial e intimista,
como quien dialoga y acompaña en el
descubrimiento de un arte a un principiante.
•Es un lenguaje ingenuo e infantil.
•Huye de todo artificio, sin citas griegas o
latinas, tan propias de este género de
literatura.
•Escribe sencillamente para ser
comprendido por personas sin cultura:
«todo lo he escrito sin tener el sosiego
necesario.
33. El autor de la Filotea tiene la virtud de
hablar a cada uno en su propio lenguaje,
desde su experiencia de predicador y
dialogante exquisito.
•Se distancia tanto del teólogo como del
humanista, aun participando de ambas
condiciones,
•se pone al alcance del hombre de la calle
para hablarle de su mundo, que tan bien él
conoce por su rica experiencia de pastor
humilde entre la gente del pueblo,
•o como sabio consejero buscado entre los
salones de la nobleza y la corte.
34. CONTENIDO DE LA OBRA
La obra se divide en cinco partes:
La primera estimula a quien se propone dejar
una vida de pecado para vivir según la voluntad
de Dios: «en el cual se contienen los avisos y
ejercicios necesarios para conducir el alma desde
su primer deseo de vida devota hasta una entera
resolución de abrazarla».
Viene a ser esta parte la propuesta de unos
elementales ejercicios espirituales para quien
comienza un largo recorrido.
35. La segunda parte presenta el
«abc» de la vida cristiana, o sea,
de quien se sabe llamado a la
trascendencia y escoge el camino
que la Iglesia le ofrece a través de
los sacramentos y la oración: «la
cual contiene avisos para levantar
el alma a Dios por la oración y los
sacramentos».
36. Tercera parte
Después de esta elemental
iniciación a la vida cristiana, el
autor se detiene en estimular al alma
devota para perfeccionar un camino
de virtudes, enraizadas en el
humanismo, pero alentadas en
alcanzar la esfera de la
trascendencia.
37. Este recorrido pasa por la manera de
«tratar los negocios con cuenta, pero sin
congoja y cuidado», «de la honestidad
de las palabras y del respeto que se debe
a las personas», «de los bailes y
pasatiempos lícitos, pero peligrosos»,
«de la honestidad de la cama nupcial»,
para tratar de las virtudes clásicas de la
humildad, la obediencia o la pobreza.
Lleva por título esta tercera parte «en la
cual se contienen muchos avisos
necesarios al ejercicio de las virtudes».
38. La cuarta parte la dedica a
«los avisos necesarios
Contra las tentaciones más
ordinarias», pasando revista
a la tristeza, la inquietud, la
necesidad del optimismo y
el buen ánimo, etc.
39. Finalmente, en la quinta parte, el
autor busca la coronación de este
proceso, «en el cual se contienen
los ejercicios y avisos necesarios
para renovar el alma y
confirmarla en la devoción». Hoy
hablamos de elaborar un proyecto
y de la necesidad de evaluar su
ejecución con periodicidad.
41. Tras la publicación de la Introducción a la vida
devota, Francisco se puso a trabajar en otra obra de
espiritualidad dirigida a quienes avanzaban en la
construcción de su vida interior, que titularía
Tratado del amor de Dios. Tenemos noticias de que
su elaboración comenzó, en 1607.
Contamos con un testimonio explícito de este
trabajo en una carta que Francisco dirige a Mme. de
La Fléchére, de 7 de noviembre de 1614: «el libro
de "el amor de Dios" está acabado, pero todavía es
preciso transcribirlo varias veces antes de
publicarlo» Todavía transcurrirían dos años antes de
que esta obra llegara a la imprenta
42. El «Tratado» es una obra de madurez espiritual y
de exigencias para personas ya devotas: «aquí yo
hablo a las almas ya avanzadas en la devoción».
Si el modelo de la «Introducción» es sin duda
alguna, Mme. De Charmoisy, que desde la
vanidad del mundo, pero permaneciendo en él,
adquiere una vivencia religiosa laical pero
profunda, el modelo del «Tratado» es la baronesa
de Chantal que, habiendo abandonado el mundo,
se había comprometido en alcanzar la perfección
del amor de Dios.
43. Podríamos considerar el «Tratado» casi
como «un diario del alma» de Francisco
de Sales y su dirigida la madre Chantal.
No es un tratado teológico sino
espiritual, en la línea de cuanto se
escribía en los siglos XVI y XVII por
los grandes místicos de la cristiandad,
entre los que sobresalen Teresa de Ávila,
Luis de Granada, Catalina de Génova,
Catalina de Siena y otros.
44. Estructura y contenido del
«Tratado»
El «Tratado» se compone de doce
libros, siendo los cuatro primeros un
buen recordatorio elemental para el
alma devota ya iniciada que —como
dice el propio autor— «puede omitirse
en gracia a aquellas almas que no
buscan más que la práctica del amor
divino».
45. En el libro V el obispo de Ginebra habla «de
los dos principales ejercicios del amor divino,
que se hacen por complacencia y
benevolencia».
Los libros VI y VII están dedicados a la
oración bajo los títulos «de los ejercicios del
santo amor en la oración» y «de la unión del
alma con Dios, que se hace en la oración».
46. Los libros VIII, IX y X los
vemos como un cuerpo único
en el que el autor desarrolla la
doctrina acerca de los
mandamientos y consejos
evangélicos (Vía el ejercicio
del cumplimiento de la
voluntad de Dios (IX) y el
supremo mandamiento de
amar a Dios sobre todas las
cosas (X).
47. Hay una concepción netamente
salesiana del hombre y de la caridad,
que son la clave de lectura de estos
libros: «El hombre —dice en el cap. I
del libro X— es la perfección del
universo; el espíritu, la perfección del
hombre; el amor, la perfección del
espíritu; por eso el amor de Dios es el
fin, la perfección y la excelencia del
universo».
48. Con este criterio axiológico aborda un
tema de tanto interés como es el de los
consejos evangélicos: «los consejos
han sido dados para la perfección del
pueblo cristiano, pero no para cada
cristiano en particular» (libro VIII, cap.
VI), para precisar enseguida: «aunque
no todos los consejos puedan ni deban
ser practicados por cada cristiano en
particular, sin embargo, todos los
cristianos deben amarlos porque todos
son en gran manera excelentes» (cap.
IX).
49. La clave del discernimiento será la
caridad para saber cuándo alguien
deba seguir los consejos o deba ser
dispensado de los mismos, aunque
hubiere hecho profesión religiosa.
Porque tales consejos «han sido
dados en favor de la caridad, tienen
a esta virtud como medida y regla
de su cumplimiento» (cap. VI).
50. Otro de los puntos doctrinales clave es el del reconocimiento de la
voluntad de Dios. La doctrina salesiana arranca de la actitud
elemental de todo cristiano para adentrarse en la plena disponibilidad
o «indiferencia» propia de los místicos: «Amar la voluntad de Dios
en las consolaciones es un amor bueno, cuando en verdad se ama la
voluntad de Dios y no la consolación en la cual la divina voluntad se
muestra; sin embargo, es éste un amor sin contradicción, sin
repugnancia y sin esfuerzo, porque ¿quién no amaría una tan digna
voluntad en cosa tan agradable?
Amar la voluntad divina en sus mandamientos, consejos e
inspiraciones es un segundo grado de amor, mucho más perfecto,
porque nos lleva a renunciar y abandonar nuestra propia voluntad, y
nos hace abstener y apartar de muchos gustos y aficiones, aunque no
de todos.
51. La conclusión lógica, pero que al mismo
tiempo es también punto de partida, estriba
en el mandamiento básico de la vida
cristiana: el amor de Dios y al prójimo.
El hombre y Dios se encuentran en el amor.
Es la caridad la explicación de todas sus
relaciones y de su mutua comprensión: «el
hombre se entrega todo por el amor, y se
entrega todo porque ama; y así, se halla
entregado enteramente a Dios cuando ama
soberanamente a su divina Bondad» (cap.
III). Este amor a Dios se diversifica en la
situación en que cada uno vive, según su
propia vocación.
52. El «Tratado» concluye con un libro
dedicado a «la soberana autoridad que
el amor sagrado tiene sobre todas las
virtudes, acciones y perfecciones del
alma», (libro XI) y otro «que contiene
algunos avisos para el adelantamiento
del alma en el santo amor» (libro XII).
Estos libros añaden poco a la rica
doctrina ya expuesta, si bien precisan la
armónica relación que hay entre la
caridad y las demás virtudes.
53. El último libro, el más breve de todos,
casi a manera de epílogo, no es nada
más que una exhortación al alma devota
para que camine en el proceso de su
perfección de la caridad, que centra su
manifestación más sublime en el
Calvario —recordando la Subida al
Monte Carmelo, de san Juan de la
Cruz—, «el monte Calvario es, pues, oh
Teótimo, el monte de los amantes.
54. Todo amor que no trae su origen
de la Pasión del Salvador es un
amor vano y peligroso.
Desdichada es la muerte sin el
amor del Salvador. El amor y la
muerte están de tal modo
mezclados y unidos en la Pasión
de Cristo, que no pueden vivir en
el corazón el uno sin el otro.
55. Estilo de la obra
Su estilo intimista —como en
la «Introducción»— va
persuadiendo a su lector tipo,
Teótimo, en el caminar de la
vida interior, alcanzando cimas
místicas ya experimentadas por
su autor y su dirigida, Santa
Juana Francisca Frémiot de
Chantal.
56. La Dirección espiritual de Francisco
desde la relación epistolar
Si bien es cierto que hemos hecho
mención al presentar La Introducción
a la vida devota, en cuanto que dicho
libro es el fruto de la dirección
espiritual personal y a través de
correspondencia, sin embargo, existe
mucha correspondencia de Francisco,
por medio de la cual él dirige
espiritualmente a varias personas.