1. LA ORATORIA
Lic. David Alberto Núñez H.
Prácticas Discursivas
UNASA 2016
Historia de la oratoria. La
oratoria griega
2. ORATORIA:
Es el arte de hablar con elocuencia. En
segundo lugar, es también un género
literario formado por el discurso, la arenga,
la disertación.
DISCURSO:
Enunciado o conjunto de enunciados con que se
expresa, de forma escrita u oral, un pensamiento,
razonamiento, sentimiento o deseo.
Exposición oral sobre un asunto determinado,
pronunciada ante un público a fin de convencerlo
o conmoverlo, en especial en un acto solemne o
político.
3. ARENGA
Discurso en tono solemne y elevado que se
pronuncia para enardecer o levantar los
ánimos; especialmente el de carácter
militar o político.
DISERTACIÓN
Exposición oral individual en la que se
desarrolla un tema con la intención de
analizar a fondo uno de sus aspectos,
exponer un punto de vista e invitar a nuevas
reflexiones.
4. Historia de la Oratoria
Los griegos concedían un gran valor
al arte de la palabra, que podía ser
mágica, hechizadora, persuasiva y
convincente.
Sin embargo, fue la democracia ateniense la
que provocó el desarrollo de la oratoria y sus
técnicas, ya que los ciudadanos debían hablar
bien en sus discursos ante la Asamblea y los
Tribunales.
En la Atenas clásica había una cierta afición a los
litigios pero no existían abogados ni fiscales, por
tanto, los ciudadanos debían aprender a rebatir
argumentaciones y a ganarse al auditorio. No todo el
mundo era capaz de hacer eso, pero se podía recurrir
a los logógrafos, escritores de discursos; algunos de
éstos también fueron grandes oradores.
5. Lisias (445- 380 a. C.).
Su familia era originaria de Siracusa, él pasó
algún tiempo en Turios (sur de Italia)
formándose en la retórica, volvió a Atenas y
se ganó la vida como logógrafo. Por su
condición de meteco, no ciudadano
ateniense, no podía pronunciar sus discursos
en la Asamblea. Pero sí tuvo interés en los
asuntos políticos y colaboró en la derrota de
los Treinta Tiranos.
6. Isócrates (436 338 a. C.)
Logógrafo y maestro de retórica. Toda su
larga vida se lamentó de la desunión de los
griegos frente al peligro de los persas,
confiaba en la unión de Atenas y Esparta,
pero pronto se sintió decepcionado, llegó a
confiar incluso en Filipo II de Macedonia
como protector de Grecia. Sus discursos eran
muy elaborados, evitaba los hiatos y
buscaba la armonía y el equilibrio.
7. Demóstenes (384- 322 a. C.)
Comenzó su carrera como orador en los juicios
contra sus tutores, ya que Demóstenes quedó
huérfano de niño y éstos dilapidaron su herencia.
Compuso discursos judiciales, muchos de ellos por
encargo, y políticos, en estos últimos destacan sus
discursos en contra de Filipo II de Macedonia: Las
Filípicas. Se le considera el mejor orador griego por la
belleza de sus discursos y por su fuerza de voluntad
para vencer sus dificultades para hablar en público.
Pero ante todo fue un gran defensor de la
democracia ateniense que ya estaba a punto de
desaparecer.
8. Originalmente, la oratoria se dividía en varias partes. Anaxímenes de
Lámpsaco propuso una clasificación tripartita que asumió
después Aristóteles.
Oratoria forense o judicial
La oratoria judicial o forense se ocupa de acciones pasadas. Al
género judicial lo califica un juez o tribunal que establecerá
conclusiones aceptando lo que el orador presenta como justo y
rechazando lo que presenta como injusto. La definición
brindada en el diccionario jurídico elemental de Guillermo
Cabanellas, la define como: La exigida o practicada ante los
tribunales de justicia, en las vistas o audiencias en que, lista
para sentencia la causa, las partes o, con mayor frecuencia, sus
letrados, resumen ante el juez o los magistrados los hechos, las
pruebas y los fundamentos de Derecho que apoyan su tesis y su
petición de condena o absolutoria.
9. Oratoria política o deliberativa
La oratoria política se ocupa de acciones futuras. Al
género deliberativo o político lo califica el juicio de
una asamblea política que acepta lo que el orador
propone como útil o provechoso y rechaza lo que
propone como dañino o perjudicial.
10. Oratoria epidíctica o demostrativa
Se ocupa de hechos pasados, pero, al contrario que el
género judicial, se dirige a un público que no tiene
capacidad para sancionar los hechos mismos, o influir
sobre el asunto tratado; sino tan solo de asentir o
disentir sobre la manera de presentarlos que tiene el
orador, alabándolos o vituperándolos. Está centrado
en lo bello y en su contrario, lo feo. Sus polos son,
pues, el encomio y el denuesto o vituperio.