El alcohol afecta al cuerpo de varias maneras negativas a corto y largo plazo. A corto plazo, el alcohol puede hacer que las personas se sientan mareadas o adormecidas y afectar su coordinación y juicio. A largo plazo, el consumo excesivo de alcohol puede dañar órganos vitales como el hígado, el corazón y el cerebro, y aumentar el riesgo de enfermedades como el cáncer y la cirrosis.