2. Lo que hoy se conoce como “política científica” hizo su aparición
pública hacia finales de la Segunda Guerra Mundial, como
consecuencia de la creciente importancia del conocimiento
científico y tecnológico en este conflicto, la emergencia de la “big
science” y el papel creciente del Estado en la gestión de las
actividades de investigación en las sociedades avanzadas (Dagnino
1999). Desde este momento la ciencia quedó vinculada al poder en
una forma desconocida hasta entonces, tanto por la intensidad
como por la complejidad de la relación y, en tal sentido, la relación
de los investigadores con el Estado fue mediatizada por una serie
de instituciones, operaciones, criterios y valores. Desde esta
perspectiva la política científica, del mismo modo que los restantes
ámbitos de las políticas públicas, es el resultado de la interacción
dinámica entre actores que representan diferentes intereses y
expresan distintas culturas políticas y, por tanto, para su análisis
debe tomarse en cuenta la lógica
3. Los diversos y graves desastres ecológicos
ocasionados por la actividad humana desarrollada han
provocado una mayor preocupación. El medio ambiente
es la principal fuente de recursos para el desarrollo de
procesos productivos, para el consumo directo y por
tanto, para la economía.
Los problemas ambientales pueden ser enunciados a
diferentes niveles, mundial, regional, local, particular...,
correspondiendo a cada problema un nivel de actuación
más apropiado para su tratamiento. Sin embargo, todos
responden a una expresión ampliamente divulgada:
“pensar globalmente, actuar individualmente”.
4. Los países en vías de desarrollo, países en
desarrollo o países de desarrollo intermedio,
son aquellos países cuyas economías se
encuentran en pleno desarrollo
económico partiendo de un estado
de subdesarrollo o de una economía de
transición. Si bien aún no alcanzan el estatus de
los países desarrollados, han avanzado más
que otros que aún son considerados países
subdesarrollados.